Todos hemos oído hablar del Software Libre, algunos ya lo utilizamos o consumimos servicios sin saber que lo hacemos desde servidores que utilizan Software Libre. Ahora: ¿qué hace Cuba concretamente en este sentido? Esto sigue siendo una interrogante para los ciudadanos.
El Software Libre u Open Source promueve 4 libertades fundamentales:
Libertad 1- La libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
Libertad 2- La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades.
Libertad 3- La libertad de distribuir copias.
Libertad 4- La libertad de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras.
La sociedad ha evolucionado con el transcurrir de los años mediante un modelo de transmisión del conocimiento totalmente abierto y libre. Podemos aprender a sumar, leer y multiplicar por este mismo modelo, está demostrado que después del invento genial que fue la impresora de Gutenberg se expandió el conocimiento de manera exponencial en todo el mundo. Qué fuera de nosotros si no pudiéramos leer o calcular porque empresas o gobiernos restrinjan quién puede leer o escribir. Esta misma realidad es la que se vive en la contradicción entre el Open Source y el modelo cerrado.
El Open Source se basa en la comunidad y en su facilidad para generar conocimiento, no está centralizado su distribución o consumo, todos se consideran con el mismo nivel de trascendencia a la hora de generar conocimientos. Open Source tampoco quiere decir gratuito, aunque mucho del software con este modelo lo es, el Open Source es independiente de políticas y políticos (no pertenece a ningún estado o corriente política).
El Estado cubano tiene una campaña para migrar a software libre. Hay muchas razones para hacerlo, es una necesidad, su importancia no está en si es gratuito o no sino en cuanto a transparencia y claridad de lo que hace el mismo. La transparencia es importante, el software con licencia propietaria (Windows, IOS, Microsoft Office), al ser cerrado puede contener agujeros creados por las propias empresas (americanas por cierto), para acceder sin permiso de los usuarios a contenidos de su computadora. Es conocido que las grandes tecnológicas colaboran activamente con el FBI, CIA, etc.
Con el Open Source, al poseer uno el código de cómo funciona el sistema operativo o cualquier programa, puede revisar que el programa hace exactamente lo que debe hacer y no más. Ahora, ¿cómo encaja todo esto en Cuba? Con más de 50 años de duro bloqueo los cubanos hemos sabido adaptarnos al mismo, casi todo lo que funciona en nuestras empresas y hogares es pirateado (no se paga ningún tipo de licencia por el uso del mismo), y además utilizamos el software de modelo cerrado.
¿Por qué?
En mi modesta opinión fue una mala visión del camino que estaba tomando la informática en la ya lejana década del 80, muchos burócratas han improvisado con el desarrollo tecnológico de la sociedad, esto explica la persistencia de un modelo centralizado contrario a las bases del mundo Open Source.
Los funcionarios del sector no pueden seleccionarse solamente bajo el criterio de la “confiabilidad”, porque sus decisiones pueden ser fatalmente erróneas o pueden pasarle gato por liebre sin darse cuenta. En estos momentos hay un desconocimiento total por parte del pueblo y su inmensa legión de profesionales capacitados, sobre cuál es el camino que tiene la informática en Cuba.
Se debe eliminar el modelo centralista de gestión de la informática y pasar a un modelo comunitario, más social y por ende más socialista, donde toda la sociedad aporte para el desarrollo de la misma. Se deben conocer los pasos que se están dando hacia el e-goverment y el modelo de transparencia que este trae aparejado, tiene que ser de conocimiento público la gestión e innumerables proyectos en que esta inmiscuido el Estado, nada de esto afectaría la seguridad nacional sino todo lo contrario, favorecería el consenso nacional y la unidad.
Debemos abandonar el proteccionismo hacia empresas informáticas y de comunicaciones que son poco competentes, debemos descentralizar otras que abarcan demasiados servicios sin que existan otras variantes en el mercado, la contrarrevolución les llama maliciosamente monopolios y nosotros no podemos desmentirlos, la concentración innecesaria de los servicios le hace el favor a la propaganda foránea.
Los proyectos deben ser de conocimiento público y si una cooperativa informática (compuesta entre 2 y 10 integrantes) pueden realizarlo con parámetros de calidad elevados y un menor coste: la elección es sencilla. Las orientaciones y financiamientos del Estado hacia el Open Source deben estar disponibles para consulta pública. Se nos debe permitir ser más participativos en el desarrollo de nuestra sociedad, donde lo mismo aporte un especialista de Cacocun, que uno enraizado en el Vedado. Cuba le tiene que decir sí al Software Libre, pero para todos.
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