Llevo días por escribir estas líneas pero el teclado se me resiste, terco y obstinado. Yo que creía poder escribir a voluntad, resulta que solo he podido garabatear un post sobre las muchas razones que pueden impulsar a uno a escribir en un blog.
Escribo como militancia, exorcismo personal y necesidad. El blog se me hace imprescindible y me subordino completamente a él. Vivo sus victorias y derrotas en carne propia, trato una y otra vez de mirar adelante y no detrás, trato de marcar la diferencia en una realidad muy compleja. A la generación de Fidel le quedaba muy claro qué había que hacer, cuál era el camino a seguir y contra quién eran las balas, a nosotros las fronteras y los enemigos se nos desdibujan y a veces las balas vienen de nuestras propias filas.
Bloqueo pese a la censura que me hago yo mismo. No sé qué escribir que no sea manipulado por unos y malinterpretado por otros. No puedo escribir sobre el amigo que perdió el trabajo por un post, ni de la señora que fue sancionada en su centro laboral por recibir un correo que nunca leyó. El que dijo que la verdad siempre sería revolucionaria, no fue bloguero en la Cuba de hoy.
Si escribo sobre alguna de estas cosas, por mucho que el ánimo sea de resarcir esos errores, los enemigos de mi país y sus seguidores lo utilizarán para agredir a la Revolución, la pobre, que paga todas las culpas y platos rotos que provocan muchos que se dicen (y se creen) revolucionarios cuando en realidad la maquinaria burocrática ya los ha hecho suyos.
Podría decir que blogueo aún por ánimo de joder y no darle el gusto a los que prefieren que estas voces jóvenes (y revolucionarias) se callen para evitar “problemas”. Pero estoy seguro que escribo como ejercicio de pensamiento, con ánimo propositivo y con afán de ayudar a la construcción del país que aún no tenemos pero podemos llegar a ser.
Llevo días por escribir estas líneas pero el teclado se me resiste, terco y obstinado. Yo que creía escribir a voluntad, resulta que a veces lo más importante es seguir existiendo, seguir blogueando.
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