La pupila, los pupilos y la pupilancia
“No temas, Alfredito, ni son jóvenes ni son comunistas”.
(Mirta Aguirre a Alfredo Guevara en Congreso de Educación y Cultura de 1971)
—¡Mostro!
—¡Enyérbate el mío!
—Asere… ¿qué es la pupila?
—Una abertura fotosensible en el centro del iris, que se cierra ante la presencia de la luz.
(Diálogos de Yuliendry. Texto: Karoll Wiliams)
1
Silvio y Pablo no son Lennon y McCartney, Clara y Mario, Néstor y Luisa María, Che y Camilo, Ginger Rogers y Fred Astaire, Consuelito y Cepero, Master and Johnson, Juan y Junior, Jordan y Pippen, Sartre y Beauvoiar, Germán y Padilla. Sin embargo, igual que a ellos, se les exige desde el amarillismo o la academia. Imagino que después de muertos serán reverenciados como verdugos o víctimas de la época en que Fidel Castro y Juan Formell fueron piedra filosofal y tumba.
Lo que casi ningún cubano exige y juzga sobre sí, lo exige y juzga sobre ambos trovadores. Son el auténtico rat pack criollo de la ilusión colectiva. Yo también caigo en esos tonos menores. Lavo mis culpas colocándoles encima la espada de Damocles. Sacudo el sambenito y niego tres veces al hombre crucificado y muerto que sostuvo en sus manos el poder férreo, sin concesiones, a costa de la vida de millones de nosotros.
Vida que es luz, gozadera, pupila, castigo, cárcel, exilio, muerte. El cínico se calma coreando “la historia los pondrá en su lugar”, mientras la vida, esta y no la otra, repetida en el inmenso recorrido del karma, precisa de ansiolíticos.
No viven exentos de su tortura interior. Dialogan con la realidad y actúan —actuaron— en consecuencia con lo que creen —creyeron— en cada momento. No son culpables de nuestro entusiasmo por la escuela al campo. No inventaron los mítines de repudio. No alzaron por nosotros la mano que quedó bien con el presidente. No chivatearon en el aula. No condenaron a los presos políticos que cumplen —cumplieron— largas condenas por pensar diferente. No estudiaron nuestras carreras truncas. No rompieron nuestra familia. No hundieron la balsa que intentó llegar de ola en ola a las cálidas playas floridanas. Lo demás es coser y cantar, porque:
Somos un país de adultos y pupila.
Somos un país.
Somos.
En 1964 Silvio ingresa voluntario en el primer llamado del Servicio Militar Obligatorio. Sale en 1967. Pocos meses después es el presentador del programa “Mientras tanto”. En una de las emisiones de marzo de 1968 elogia a Los Beatles. En junio o julio llegó la orden de neutralizar ese pensamiento, no de cerrar el programa. La orden fue recibida y ejecutada por dos compañeros, uno en el papel de administrador del ICR y otro en el de secretario general del Partido. El escaso nivel cultural de los dos, más la complicidad de los mediocres, completaron el cuadro acusador.
Lo demás es conocido. Silvio sale del ICR. La UJC, el ICAIC y Casa de las Américas lo protegen. Viaja en el barco Playa Girón, Carlos Téllez le tatúa una calavera y una flor en la mano derecha, compone canciones que perduran y… comienza la leyenda, tan mal contada, tan fuera de contexto, tan manipulada por intereses políticos, que a veces hasta risa me da leer o escuchar las barbaridades que se cuentan.
Hace dos años, Silvio reconoció en un texto publicado en su blog Segunda Cita que no fue el comandante Serguera quien ordenó su expulsión del ICR, mucho menos que borraran todas las cintas en las que se escuchaba su voz.
La historia de Pablo empezó un poco antes. En 1965 compone “Mis 22 años”, canción que origina el cambio. Conoce a Silvio en 1967, entre el cruce del pasillo y la escalera del cuarto piso del ICR. Negro. Rebelde. El pensamiento dogmático lo castiga junto a miles de jóvenes, encerrándolo en los oprobiosos campos de concentración eufemísticamente llamados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).
Muchos de los que estuvieron recluidos se suicidaron durante su encierro, otros en plena libertad. La mayoría no se recuperó del impacto que le produjo saberse apartado del proceso cuyo propósito era, es y será la justicia social: puntal de libertad de pensamiento y palabra.
En 1968, Pablo queda libre gracias a una investigación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que cierra definitivamente los campos. Olvidó el castigo como destino manifiesto y también fue aceptado por el ICAIC y Casa de las Américas, aunque las instituciones políticas continuaron mirándolo de reojo. La investigación abrió su jaula, pero no eliminó la exclusión que el dogmatismo impuso sobre él. Compone canciones que perduran y… comienza la leyenda, tan mal contada, tan fuera de contexto, tan manipulada por intereses políticos, que a veces hasta risa me da leer o escuchar las barbaridades que se cuentan.
Los dos cerraron sus heridas. Los dos no son uno (nunca lo fueron), son dos. Crearon —crean— una obra consecuente con lo bello. No son culpables de su época: solo la narran. Pretender que se relacionaron —relacionan—igualmente con la memoria, es falsear la historia y ocultar las características que los definen. Cuando Pablo Milanés le canta a la gloria que se ha vivido se refiere a que aquellos días de gloria se fueron con todo lo que un día fue.
No es una apropiación vulgar de adolescentes soñando con el pasado que les cuentan desde la página amarilla y polvorienta de un libro de historia que provee más coriza que emociones. Como también cantó que aferrarse a las cosas detenidas es ausentarse un poco de la vida; es lo que parece cuando los exhiben juntos, totalmente fuera de contexto. Como escribí una vez, no los distanció una mujer ni la pelea por los derechos de una canción, ni siquiera la Revolución Cubana.
Los distanció la posición ética de cada cual en relación al gobierno cubano.
Porque el que quiera reverenciar a Dios que se incline. El que quiera reverenciar a Dios que lo alabe a la altura de la frente. El que quiera reverenciar a Dios, que lo mire fijamente a los ojos. Reverenciar a Dios no es un pecado: es un acto de adoración. Reverenciar a Dios no es un pecado: es un acto de sumisión. Reverenciar a Dios no es un pecado, la apostasía sí. Dios se hizo a imagen y semejanza del hombre. Dios se hizo a imagen y semejanza del hambre. Dios hizo hombres, no fantasmas. Dios es el fantasma. A buen entendeDios, pocas palabras.
2
El 13 de marzo de 1968 el primer ministro del gobierno revolucionario, comandante en jefe Fidel Castro Ruz, pronunció un discurso que estremeció a la Revolución y produjo cambios profundos dentro del inner circle del poder. Esa noche, desde la escalinata universitaria, el comandante se refirió a las bolas (noticias incompletas, chismes que se transmiten de boca en boca). Cito: “…se regaron bolas de que se iba a racionar el huevo, y se formaron colas delante de los establecimientos donde se expenden esos artículos para comprar determinadas cantidades, algunas de ellas excesivas.
Se regaron rumores también de que el pan iba a ser racionado, y junto con estas cuestiones relativas a los abastecimientos, se formó una cola dicen que en el palacio de los matrimonios, porque alguien dijo o algunos dijeron que se iban a prohibir los matrimonios hasta la edad de quién sabe cuánto”. Y cerró la idea: “Las dificultades las aprovecha el enemigo como una campaña organizada y dirigida desde el exterior”.
Han pasado veintidós años y varios trenes, o, como decía un amigo, ya el peo dobló por Baracoa. Me parece risible que en una realidad que textea desde el teclado de un teléfono de 10 x 5 cm, todavía la prensa oficial y sus voceros continúen utilizando el abecedario para explicar, analógicamente, las razones del inmovilismo. Con la pupila enfocada en lo que les interesa.
Lo demuestran la falta de posicionamiento gubernamental sobre la censura del beso gay, la opinión abiertamente homofóbica de una funcionaria del ICRT, los disparates del Noticiero Nacional, la manipulación consciente sobre el Directorio Revolucionario 13 de marzo originada en la Mesa Redonda, el apagón informativo sobre la muerte del comandante Guillermo Jiménez Soler (Jimenito), el artículo sobre el femenicidio publicado en Granma, la expulsión del escritor Pedro Junco de la UNEAC, la visión reducida que discursa y criminaliza las redes sociales, la manipulación de la figura de Celia Cruz en el programa “La Pupila Asombrada”, etcétera etcétera…
Tal hermandad de desatinos expresa un panorama de orfandad política y cultural. Periodismo del Barrio, OnCuba News, El Estornudo y La Joven Cuba son mejores plumas, mejores investigadores y mejores observadores de la realidad que la prensa y los sitios oficiales. Escribir es un don, no una militancia. No se defienden la Revolución y la memoria ofendiendo o ridiculizando a quien te reta a ser mejor y más sincero.
3
Nuestra cultura pos Palabras a los intelectuales está sujeta a lagunas históricas y éticas que limitan el pensamiento, conduciéndolo a mayores contradicciones. El daño existe. Pasarán muchas generaciones hasta que malamente se pueda reconstruir para su estudio el ADN de los hombres que hicieron posibles nuestra independencia y soberanía. La nueva trova, sus integrantes, las nuevas generaciones de trovadores, no son la excepción, más bien la regla de estas contradicciones.
Toda su historia está por escribirse. Valdría la pena un estudio que reseñe, afirme o refute el enfrentamiento entre cubanos que ventilan las redes sociales: prensa oficial vs. prensa independiente, gobierno vs.oposición. Opinar es nuestro derecho. Expresarnos es un deber. Lo demás es coser y cantar porque:
Somos un país de adultos y pupila
Somos un país
Somos
Revolucionariamente, desde El Vedado, agosto pandémico de 2020
Juan Pin Vilar
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