Nosotros los socialistas, los bárbaros, los incivilizados, nunca le lanzamos una piedra (ni siquiera una trompetilla) a los representantes oficiales de gobiernos que nos desprecian y atacan. Nosotros, los terroristas, nunca escupimos tras los pasos de un turista. Nosotros, lo macabros, nunca asaltamos a los africanos, a los indígenas ni a los blancos que vienen de todo el mundo a hacerse profesionales con los recursos que no usamos para formar a los nuestros.
Nosotros, los delincuentes, nunca invadimos una sede diplomática. Nosotros, que somos una cárcel, mandamos constantemente a nuestros presos a dar salud y educación a gente que no las quieren, que no las pidieron, que no las necesitan. Nosotros, los que odiamos, los xenófobos, los racistas, tenemos fama, por alguna rara razón, de tratar mejor al que nos aborrece o ningunea que a nosotros mismos. Nosotros, que perseguimos a la religión, nos hemos quedado sin mejilla otra para poner. Nosotros, los flojos, llevamos años aguantando palos.
Nosotros, los agentes del Apocalípsis, no nos cansamos de decir te quiero.
24 comentarios
Los comentarios están cerrados.
Agregar comentario