Por: Tony Antigua
El Ministro de Economía Alejandro Gil gasta un tercio de su entrevista en argumentar los daños del bloqueo. Está bien, ya sabemos que es para una televisora extranjera, pero el pueblo cubano que es el verdadero objetivo del bloqueo, conoce esto muy bien. Y en la Florida, donde están sus promotores y mayores defensores, están muy contentos por el daño que nos han inflingido con esta vuelta de tuerca.
La hipótesis de cómo y cuánto nos desarrollaríamos sin bloqueo es totalmente retórica. Eso no ocurrirá. No van a levantar el bloqueo.
La economía cubana es ineficiente, muy ineficiente y el bloqueo tiene buena parte de culpa. Bueno, parece necesario un milagro para que Sanders gane la nominación demócrata, digan lo que digan las encuestas. Y sería necesario otro milagro para llenar el Congreso de Alexandras Ocasio. Dos milagros necesitamos. Tres, en realidad, porque si se diera el primero, necesitaríamos otro milagro para que en los Estados Unidos ganara la presidencia un candidato que se dice socialista, por más que se explique socialdemócrata y se desmarque del estalinismo.
El verdadero planteamiento que al menos yo quisiera escuchar del Ministro es: bien, el bloqueo existía cuando yo nací y existirá. ¿Qué vamos a hacer?
Una economía que crece al 0.5 %, decrece en términos relativos. Por otra parte habría que tomar en cuenta la real depreciación de los activos fijos tangibles, que en Cuba cuando están totalmente despreciados se vuelven a valorizar, con lo cual el capital de trabajo nunca desciende a pesar de que las capacidades instaladas sufran los que antiguamente (no sé ahora) los profesores llamaban desgaste físico y moral de la tecnología.
Me gustaría una explicación técnica de cómo se contabiliza el deterioro de las edificaciones y como eso se toma en cuenta en los índices de crecimiento. Con el debido respeto, la calle desmiente al optimismo del Ministro en cuanto la posibilidad de mantener nuestros logros. La salud, la educación, el deporte, la vivienda, el empleo, se están deteriorando. La sociedad lo resiente. Y la cultura.
Lo que se plantea, o al menos es lo que yo entiendo, es una versión nueva de lo mismo que se ha hecho antes.
Cuando el Ministro habla de darle una oportunidad a la gestión estatal en Gastronomía, habla de volver a experimentar con lo que ha fallado una y otra vez en los últimos 50 años. Mientras en esa persistencia se gastan recursos y más recursos que poco tiempo después aparecen malgastados, las empresas estatales verdaderamente necesarias, como aquellas que gestionan los recursos naturales del país, están asfixiadas por la carencia de esos mismos recursos.
Hay que destrabar todo y veremos. Porque me gustaría ver a una empresa estatal sin burocracia, pero no sé como seria si cada dólar tuviera que pagarlo a 25 CUP. Hay que trabajar para potenciar la empresa estatal, aunque también me gustaría ver una política de promoción real del cuentapropismo, que no ponga a este más estrés que el que ya tiene. Son complementarios y necesarios.
El pueblo lo dejó claro en los lineamientos hace ya demasiados años.
Podría seguir porque hay más cosas, pero para qué, aquí no parece que vaya a cambiar nada.
Tomado de: Segunda Cita
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