El nubarrón no deja de cubrir a Palacio. Hoy se anunció la inesperada muerte del General de División Luis Alberto Rodríguez López-Calleja y la noticia no puede llegar en peor momento para el sistema político en La Habana. No es mi objetivo analizar la vida y obra del finado, sino las consecuencias del deceso.
GAESA, del cual el general era timonel, controla un porcentaje sustancial de la economía de la Isla. Aunque se creó con el fin de hacer auto-sostenibles los organismos de represión del Estado, últimamente su rol se habría expandido para ocupar un papel predominante en el sector empresarial isleño. Virtualmente, GAESA controla o tiene intereses en todos los renglones rentables de la economía cubana.
El poder es elástico. Quienes hoy lo detentan, mañana no necesariamente lo harán. Desde el 2018, ha existido una tripartición de poderes à la cubaine. Por un lado, el sector político-partidista lo encabeza Miguel Díaz-Canel como presidente de la República y primer secretario del PCC. El sector militar aún lo conserva la vieja guardia, los de la Sierra; y el sector económico estaba liderado por el general López-Calleja y su equipo, entre los cuales se puede destacar a Manuel Marrero. La ausencia de una de las figuras de este triunvirato hará necesario un rebalance de poderes.
Si hubiese un beneficiario del poder que detentaba el finado, podría ser por lógica el actual Primer Ministro. Manuel Marrero, en su anterior rol de ministro de Turismo, controlaba el principal sector económico de la nación. Elevado a administrador del Estado cubano tras la aprobación de la nueva Constitución, está al tanto de las finanzas del gobierno como ningún otro dirigente, al tiempo que cuenta con la anuencia de Raúl Castro y el estamento militar.
Esta noticia ocurre precisamente cuando los números no pueden estar más rojos. Los países de la región pelean por cada centavo de la escasa inversión extranjera disponible, el turismo es prácticamente inexistente y la emigración se agudiza. Según algunos datos, desde octubre del 2021 más del 1% de la población cubana ha llegado a los Estados Unidos. Con una población económicamente activa en decrecimiento, el país va en picada. Como consecuencia, la dependencia de Cuba a la deuda exterior se vuelve más agónica. No solo para los nacidos, sino para los que están por nacer.
Como observador, es interesante lo que sucederá con GAESA. ¿Será despedazada o veremos a otro tecnócrata heredar la silla ejecutiva? Como patriota, poca importancia tiene. El futuro de Cuba no lo va a rescatar un conglomerado estatal con estados de cuentas ocultos al ciudadano, ni dirigentes en oficinas donde la rendición de cuentas sigue siendo un mito.
* Este texto en su párrafo 4 mencionaba incorrectamente que el Primer Ministro Manuel Marrero fue oficial en activo de las Fuerzas Armadas, fue corregido a petición del autor.
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