La situación inhabitable de Mairiobis Zamora Hechevarría y su numerosa familia, publicada en este espacio el pasado sábado, recibió una respuesta positiva por parte del Estado y de la sociedad civil.
A continuación ofrecemos un seguimiento del asunto:
- Al día siguiente de la publicación de su queja, la visitaron dos trabajadoras sociales para informarle que se le entregaría un cheque por haber sido considerada su familia como núcleo vulnerable.
- El martes 23 de febrero la visitó un periodista del semanario provincial Girón, que amablemente conversó con ella, tomó algunas fotos y constató la veracidad de lo planteado. También le comunicó que el presidente Miguel Díaz Canel había indicado la atención a su caso.
- El mismo día 23, en horas de la tarde, Mairiobis se presentó en la Dirección de Trabajo y Seguridad Social, donde le fue entregado un cheque por valor de 4463 pesos. Además, se le prometió un fogón para que deje de cocinar con leña y unos colchones para sus niños. La Resolución 47, dictada por la ministra de ese organismo, favorece el apoyo monetario a familias vulnerables en dependencia del número de miembros que la compongan.
Numerosas personas, residentes dentro y fuera de Cuba, así como organizaciones religiosas, quisieron brindar su ayuda. Como resultado, recibieron hasta hoy más de 10 000 pesos, un envío de alimentos, leche en polvo y diversas donaciones de ropa para Mairiobis y los niños. Otras donaciones se esperan en los próximos días.
Hacia todos los que se han preocupado y los que han ayudado de alguna forma, va el agradecimiento de esa familia.
(Foto: Nester Núñez)
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En la línea de lo inhabitable
A nuestra sección llega el reclamo de la ciudadana Sofía Vallejo, quien escribe preocupada por el estado de deterioro e insalubridad de la casona cita en el número 757, en la calle Línea, entre Paseo y 2. La mansión de ocho dormitorios, devenida ciudadela en los años sesenta, sirve de vivienda según la remitente a 18 núcleos familiares.
El estado constructivo del inmueble es deplorable en sentido general, pero destaca el caso de la anciana Ángela. Esta señora de edad avanzada ha recurrido en varias ocasiones a las oficinas de la Dirección Municipal de la Vivienda y a Planificación Física, ambos en el municipio Plaza, para quejarse y pedir ayuda.
El cuarto de Ángela (Foto: Hilberto Nistal)
El cuarto de Ángela, quien desde hace algún tiempo ha tenido que mudarse con su hijo, sufre de una terrible filtración de agua proveniente del piso de arriba y el techo sobre su cama amenaza con caerse. No ha recibido respuesta alguna a sus múltiples pedidos de ayuda, pero aún cuando su caso requiere atención de las autoridades por tratarse de una persona de la tercera edad, el resto de los cuartos tienen una situación más o menos similar.
Por si todo esto fuera poco, la fosa de la vivienda vierte desde hace mucho tiempo su contenido putrefacto a la calle Línea, paradójicamente a solo unos metros de la oficina de Planificación Física Municipal. «¡Pronto tendremos una nueva epidemia llamada cólera!», concluye su correo la preocupada remitente.
Aguas albañales hacia la calle Línea (Foto: Hilberto Nistal)
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Armando Celada nos escribe con una justa solicitud, pues entiende que la prohibición del ejercicio por cuenta propia a las actividades profesionales, científicas y técnicas constituye un obstáculo para los tiempos actuales, pues necesitamos de toda posibilidad de aporte al progreso y bienestar de nuestra nación.
Especifica su reclamo en un sector que otras veces ha tenido presencia en La Joven Cuba. Para él, «la legalización de las actividades de Arquitectura e Ingeniería para ejercer de forma independiente no constituye un antagonismo con las Empresas estatales existentes. No pretendemos suplantarlas. El objetivo es buscar un equilibrio donde coexistan las empresas estatales y todas las posibles formas de gestión, generando más allá del fin competitivo, un resultado palpable en la ciudad».
Como propuesta formula la descentralización de la arquitectura, atendiendo no solo a los grandes proyectos, sino también a la de pequeña escala que compone la ciudad. Igualmente señala que se podrían encontrar soluciones emprendedoras como aprobar asociaciones de profesionales de pequeña escala o de profesionales consultores que apoyen el actual proceso inversionista.
«Entiéndase que este reclamo más que de los profesionales surge de la propia sociedad, que a fin de cuentas, es quien nos necesita», concluye el ciudadano.
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Cartas a La Joven Cuba, a diferencia de otras secciones de igual índole existentes en la prensa cubana, no tramita las situaciones aquí expuestas con las instancias pertinentes, solo ofreceremos el espacio para hacerlas públicas.
Para comunicarse con la sección, nuestros lectores pueden escribir al correo electrónico: cartasalajovencuba@gmail.com
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