Un programa especial sobre la guerra mediática contra Cuba, en la emisión del NTV de este jueves, tuvo a El Toque como temática central, y a sus colaboradores que se vieron obligados a renunciar por presiones de la Seguridad del Estado, como protagonistas.
El material volvió a caracterizar al citado medio como uno de los promotores de la inflación monetaria y la inducción de un estado de malestar en la ciudadanía, dejando a un lado buena parte de las condiciones objetivas que repercuten en la crisis económica.
Asimismo, utilizaron videos grabados durante interrogatorios a periodistas y que fueron publicados sin el consentimiento de estos, según aseguraron varios de ellos en redes sociales, pese a que el material afirmaba lo contrario.
El espacio empleó como excusa descalificadora la supuesta omisión intencional del bloqueo a Cuba en los análisis de El Toque y de otros medios como elemento común que los une. No obstante, dicho sitio ha dedicado varios textos a explicar los fundamentos legales de las medidas unilaterales coercitivas contra Cuba, su impacto en la economía y cómo mitigar sus efectos. También, en muchísimas ocasiones, lo ha hecho La Joven Cuba.
Que a través de medios en teoría públicos se exponga a ciudadanos sin derecho a réplica —incluso fue bloqueada la posibilidad de colocar comentarios en el material YouTube—, es un acto sumamente condenable que se ha convertido en norma. A su vez, que la UPEC, asociación gremial que debería proteger el ejercicio del periodismo en Cuba, participe en asesinatos de reputación a jóvenes periodistas y los califique de mercenarios cuando no se ha abierto contra ellos proceso penal alguno que demuestre la veracidad de ese calificativo, es totalmente execrable.
Si bien son innegables los millones de dólares empleados por el gobierno estadounidense para el cambio de régimen en Cuba —declarados por las propias autoridades de ese país—, ello no justifica el vejamen y la violación de derechos ciudadanos que implica el linchamiento en un medio nacional. Quien cometa un delito deberá ser juzgado por un tribunal, no expuesto en televisión con fragmentos mutilados de declaraciones obtenidas bajo presión.
El periodismo, como dijo el pedagogo y periodista Julio García Luis, «no es un circo para exhibirse, ni un tribunal para juzgar, ni un solar, ni un puesto para ineptos o vacilantes, sino un instrumento de información, una herramienta para pensar, para crear, para ayudar al ser humano en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta».
La Joven Cuba condena estos linchamientos, así como su inclusión en la lista de medios que sirven a la agenda política de la derecha cubanoamericana y el gobierno estadounidense; igualmente, ratifica su adhesión a una línea editorial comprometida con la construcción de un país soberano, democrático e inclusivo, donde primen la justicia social y el Estado de Derecho.
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