Del liderazgo a la mitificación, un análisis a partir de la figura de Fidel Castro

Tomada de Polygon

El pasado 13 de agosto Fidel Castro hubiera cumplido 97 años. Es habitual que, en homenaje a la fecha, las instituciones cubanas organicen actividades que recuerden el legado de su vida y obra, así como una amplia cobertura mediática por las vías tradicionales y las plataformas digitales.

En paralelo, numerosos influencers cubanos que producen y reproducen el discurso opositor también evocan el acontecimiento, reaccionando en tono de crítica o sátira a las acciones programadas por las instituciones o medios estatales cubanos.

La controversial figura del líder de la Revolución cubana sigue siendo uno de los principales ejes de polarización existente en la Isla y fuera de ella, y sobre la cual es sumamente difícil encontrar criterios o análisis que pongan en la balanza sus aciertos y desaciertos como político.

Cultura política, extremismo y polarización

En términos teóricos, la cultura política se concibe como englobadora de acciones, sentimientos, patrones de conducta compartidos y creencias que estructuran y otorgan sentido a los conjuntos de principios, normas y sistemas de ideas que regulan la conducta política de un individuo, un grupo o una sociedad dentro de un proceso político.

De acuerdo con la investigadora Mary Luz Sandoval Robayo, la cultura política está dotada de una dimensión afectiva, en correspondencia con los grados de estimación que tengan lugar entre los individuos o grupos que integran la sociedad, y una dimensión sociológica, al ser producto de extensos y complejos procesos de socialización por medio de los cuales se transmiten valores, creencias, mitos, actitudes y normas de comportamiento que asumen la ciudadanía.

En este sentido, la cultura política incluye aspectos inherentes a la cuestión política, como el grado de confianza en las instituciones públicas y gubernamentales, los niveles de participación política de los ciudadanos, las demandas al sistema político; así como otras, más enfocadas en la cultura y con incidencia en la política, como las pautas de cooperación, los roles y posiciones que asumen hombres y mujeres y los niveles de confianza interpersonal.

Tomada de El Comercio

Según la académica cubana Annelys Alfonso Concepción, los grupos sociales que se identifican con la cultura política de la clase dominante reproducen sus códigos y patrones, mientras los que se oponen, también buscan la manera de legitimar la suya.

Por otro lado, Sandoval destaca que los hechos históricos que producen rupturas en las costumbres de las sociedades —como crisis económicas, desastres naturales o revoluciones sociales—, pueden traer aparejada la aparición de posturas o bien conservadoras o bien innovadoras, y podrían propiciar la aparición de formas extremas en lo político y cultural.

Cada nación está dotada de una cultura política particular atendiendo a su carácter histórico concreto, y en el caso de Cuba, esta se caracteriza por un pensamiento político heredado de los procesos de socialización, que emergió y evolucionó desde el surgimiento de la identidad cubana. Desde la historiografía más apegada al poder estatal, ese pensamiento político encontró a sus figuras cumbres en José Martí y Fidel Castro.

La figura del líder histórico en la cultura política

El concepto de liderazgo se aplica a diversas instancias de la actividad humana, pero desde hace muchos años es objeto de los estudios centrales de la teoría sociopolítica desde diversos enfoques de análisis, con génesis en el surgimiento de la sociedad de masas, la aparición de los partidos políticos y la lucha por la posesión o el ejercicio del poder.

El politólogo francés Jean Blondel afirma que la esencia visible de la política, para la mayor parte de los ciudadanos, descansa en que ella se circunscribe al recuerdo que dejan los líderes en los ellos, hayan sido o no sus seguidores ideológicos o de acción.

De este modo, aunque no se desestima el rol de las instituciones del Estado y los procedimientos jurídicos que cada nación establece para regular la vida social, la actuación de los líderes políticos es trascendental, porque juegan un papel en el desarrollo de los hechos históricos condicionados por su personalidad, los roles y las tareas que desempeñan, los valores que demuestran y defienden, así como el entorno donde sus actos tienen lugar.

Como plantean José R. Arellano Sánchez y Margarita Santoyo Rodríguez, son los líderes políticos los responsables de decidir qué hacer y cómo actuar ante los problemas y, por otra parte, son los pueblos los que crean, consciente o inconscientemente, estos mecanismos para detonar acciones sociales colectivas y promover cambios.

Tomada de: Degree of Thought

El investigador español Santiago Delgado Fernández complementa lo anterior cuando manifiesta que el liderazgo político implica una serie de habilidades técnicas, cognitivas e interpersonales, una relación de superioridad y una focalización de las expectativas del grupo o sociedad que se lidera para lograr credibilidad y popularidad.

Por lo tanto, el líder político puede llegar a encarnar los valores de enviado divino, como símbolo mesiánico de salvación de la sociedad terrenal, por lo cual es respetado, exaltado y alabado por sus seguidores.

A la teoría sobre este fenómeno ha contribuido la socióloga Blanca Deusdad, quien destaca que, desde el punto de vista discursivo, los líderes políticos se centran en el elemento emotivo, aunque alerta que sus palabras pueden, o bien apaciguar a las multitudes que los siguen, o bien conducir a la catarsis colectiva. A la vez, indica que «al líder político se le considera un líder apto y se lo acepta como representante», pues es aceptado y en él se deposita toda la confianza, por lo que sus seguidores «tienen una fe ciega en este, como un elemento de lucha para conseguir mejoras políticas, culturales y sociales».

El líder histórico como imagen mítica

Dentro de la teoría del liderazgo los autores contemporáneos plantean que el líder debe desarrollar un pensamiento crítico sólido, racional y objetivo, que le ayude a tomar decisiones acertadas, justas y equilibradas, a tono con los indicadores de la legalidad y la ética. Se impone que esta persona gestione sus emociones inteligentemente, en aras de que su legado trascienda, una vez que otro ocupe la posición de liderazgo.

Sin embargo, en torno al líder —sea o no político— suelen construirse relatos unificadores vinculados a su fuerza, su esperanza, sus temores, sus decisiones o sus relaciones con los otros que, por medio de los significados construidos, crean una imagen mítica de ese sujeto, a través de narrativas trascendentes del discurso oral y otorgadores de sentido a su existencia.

Tomada de BBC

Desde el punto de vista del semiólogo estructuralista francés Roland Barthes, a este líder se asocia un conjunto de significados que se concretan en un concepto con múltiples significantes. Estos permiten interpretar la imagen mítica del líder, en consonancia con las experiencias, las identidades, las ideologías y los imaginarios sociales de los lectores/usuarios/receptores/públicos/subordinados/seguidores.

Es así como los valores y las motivaciones que se asocian a un líder por medio de los relatos que se construyen en torno a su imagen, propician que los hechos que ha protagonizado sean creídos como verdaderos, y transmitidos de una generación a otra con emotividad, a tono con el concepto aristotélico de verosimilitud.

De acuerdo con la investigadora ecuatoriana Caroline Ávila, en el contexto político «el mito siempre pertenecerá a un grupo en particular, para ello debe hacer referencia a la memoria colectiva de ese grupo». Por ello, el mito tiene como figura central a un representante de un colectivo que encarna sus valores, ideas, y doctrinas desde las referencias de la memoria colectiva.

En el caso cubano, la memoria colectiva de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI, está fuertemente marcada por el liderazgo de Fidel Castro como imagen mítica, el cual, para una parte de los cubanos, aporta significado al simbolismo del héroe salvador, de la lucha y de la revolución que garantizaría justicia social, educación, salud, vivienda y bienestar para todos, y para otros, su imagen está rodeada de un simbolismo del tirano que perpetuó un sistema antidemocrático en la Isla y es el principal responsable de los problemas que han aquejado a los cubanos.

Tomada de El Mundo

Fidel Castro fue una de las figuras políticas más importante de su época. Su largo tiempo de mandato, sus alianzas internacionales, así como su retórica discursiva lo convirtieron en un paradigma del bien o el mal, para muchos mandatarios, partidos y otras organizaciones políticas —principalmente latinoamericanas—, en dependencia de su orientación ideológica.

Su capacidad de liderazgo se puso a prueba en numerosos momentos de la historia cubana, como la Campaña de Alfabetización; el enfrentamiento a la invasión por Playa Girón; la Crisis de Octubre; la dirección estratégico-militar de las tropas cubanas en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola; la lucha por el retorno a Cuba del niño Elián González; la creación de alianzas en Latinoamérica, alternativas a las organizaciones hegemónicas hasta el momento; el impulso al desarrollo de la biotecnología en un momento de crisis económica en la Isla, entre otros.

A los logros políticos se le sumaron otras narrativas míticas: desde la imagen de la paloma que se posaba en su hombro mientras emitía el discurso tras su entrada a La Habana en 1959, hasta la sobrevivencia a múltiples intentos de atentados, lo cual coadyuvó a construir una imagen sobrehumana del individuo y líder político.

Tomada de El País

Sin embargo, Fidel Castro también encontró rechazo en muchos sectores de dentro y fuera de Cuba, por su política de enfrentamiento a la oligarquía cubana vinculada al gobierno de Estados Unidos e intereses financieros con empresas de ese país, así como las limitaciones y prohibiciones impuestas a quienes pensaban distinto, su renuencia a celebrar elecciones o su negativa a realizar reformas en la economía nacional luego de la desintegración del campo socialista.

Asimismo, su liderazgo prolongado lo convirtió, para el imaginario de determinadas comunidades políticas, en el principal responsable de múltiples acontecimientos negativos que tuvieron lugar en la Cuba de 1959, que provocaron fracturas en el consenso social y heridas no sanadas. Un ejemplo es el acoso y condena por parte de organizaciones del Estado a los homosexuales en los primeros años de la Revolución, o los actos violentos organizados contra quienes pretendían migrar en los años 80.

Por tales razones, Fidel Castro es una imagen mítica cuyo concepto está cargado de contradicciones y, en consecuencia, genera polarización. A nivel discursivo, esta imagen mítica proyectada por el gobierno cubano, es exaltada al extremo de deshumanizarlo, sin hablar de sus errores. Por otro lado, parte importante de la oposición lo demoniza al extremo de presentarlo como villano o caudillo, sin reconocer sus aciertos.   

Incidentes del aniversario 97 del nacimiento de Fidel Castro

En las honras fúnebres que tuvieron lugar el 3 de diciembre de 2016 tras su muerte, acontecida el 25 de noviembre, se dio lectura a la última voluntad del líder político, donde disponía que, una vez desaparecido físicamente, su nombre o imagen no fueran nunca usadas para nombrar instituciones o lugares públicos, ni se erigieran monumentos, estatuas o bustos en su memoria.

Tomada de Onda Cero

En correspondencia, la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del 27 de diciembre de ese año, aprobó la Ley Sobre el Uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que prohíbe el culto a la personalidad del líder político. «Como expresión de la voluntad y le ética política que siempre acompañó a Fidel, se prohíbe emplear su nombre para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico», versa el documento.

Asimismo, se impide usar la imagen de Fidel Castro como «marca u otro signo distintivo, nombre de dominio o diseños, con fines comerciales o publicitarios», a la vez que se evitará «el uso de la figura del líder de la Revolución en el tráfico mercantil, o con fines de publicidad comercial», aunque no se limita el «uso, en actos públicos, de la iconografía e imágenes acumuladas en la trayectoria revolucionaria del Comandante en Jefe y se mantendrán fotos en centros de trabajo o de estudio, unidades militares e instituciones».

Estatua de Fidel Castro en Moscú inaugurada en 2022 / Tomada de RT

En homenaje al 97 aniversario de su nacimiento, además de los habituales mensajes de los dirigentes políticos cubanos y extranjeros en honor a la fecha, durante la semana previa al 13 de agosto se organizaron presentaciones de libros, exposiciones de fotografías y eventos que fueron cubiertos por los medios de comunicación nacionales.

A la vez, instituciones cubanas como el Centro de Estudios Fidel Castro y sedes diplomáticas de la Isla en el exterior celebraron el aniversario como un cumpleaños habitual, similar a como se hacía cuando Fidel vivía.

Sin embargo, en el espacio de las redes sociales digitales fueron difundidos mensajes que, si bien se construyeron con la intención de homenajear el nombre de Fidel Castro, hallaron respuestas por parte de los adeptos al gobierno y de la oposición.

Uno de los ejemplos más viralizados en estos espacios fue la iniciativa de la unidad comercial El Billarista, perteneciente a las Tiendas Caribe de Villa Clara, donde varias personas reproducían con sus cuerpos el nombre de Fidel a través de poses recogidas en una sola fotografía. El hecho fue calificado de ridículo por la oposición. También algunos de sus representantes residentes fuera de Cuba utilizaron la fotografía para desacreditar la figura del líder político.

Tomada de Tiendas Caribe Villa Clara

De la misma forma, un video grabado por trabajadores de una unidad comercial también de la Cadena de Tiendas Caribe, donde leen mensajes sobre el significado y el legado de la figura de Fidel, fue objeto de burlas en redes sociales, y motivo de memes del influencer Abejas Memes, en su espacio de Facebook.  

Además, el pasado 14 de agosto la cuenta de Facebook de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas anunciaba la propuesta de nombrar a Fidel Castro como el quinto descubridor de Cuba. Ante las reacciones de los ciudadanos, la publicación fue eliminada de la página. Usuarios en redes sociales —de diversas orientaciones ideológicas— denunciaron el hecho y se preguntaron si, además de violar la legislación vigente, las oficinas de los conservadores tienen potestad para tomar decisiones relacionadas con la aprobación de los descubridores de la Isla y otros simbolismos de carácter exclusivamente nacional. Días después, la Academia de la Historia de Cuba publicó un comunicado calificando la acción de «superficial, anacrónica y contraproducente», lo cual pudiera significar la ausencia de un consenso, incluso dentro de las instituciones cubanas, sobre cómo manejar la figura del líder histórico.

Por su parte, el influencer cubano residente en Estados Unidos conocido como Ultrack, en su cuenta de Facebook Ultrack Cuba, dedicó un espacio a desmontar una entrevista realizada a una trabajadora del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, que expresaba el significado de la figura de Fidel para su vida y la de sus familiares. Con un discurso irónico, Ultrack cuestionó cada planteamiento de la entrevistada, y promovió un discurso contrario a lo expuesto por ella, apelando a las necesidades y carencias actuales del pueblo cubano.

***

Sin dudas, la desaparición física de Fidel fue un parteaguas en la historia de Cuba más reciente, que desató mayores afecciones y desafecciones a su figura, obra y legado. En este sentido, entran en juego manifestaciones de subculturas políticas contrapuestas, con una raíz cultural común, que crean relaciones de tensión entre lo tradicional y lo transformativo.

Esta contraposición da lugar al surgimiento de conflictos en torno a la imagen del líder político, que tienen al extremismo como centro, generador de violencias verbales en los espacios digitales, asociados, de un lado, a la imposición de la fe ciega y, de otro, a la generación de desconfianza e incertidumbre, sobre la base de las situaciones objetivas por las que atraviesa el pueblo cubano.

Si bien el liderazgo político puede ser un catalizador de importantes cambios en una sociedad, centrar un sistema social en la figura de un líder nunca será una estrategia sostenible que propicie a largo plazo el desarrollo democrático en un país. Por otra parte, mitificar a cualquier figura siempre imposibilitará analizar qué elementos de su pensamiento deben ser aprovechados y cuáles han sido superados por las circunstancias o el paso del tiempo. Por un otro, toda figura política terminará su mandato en algún momento, y las estructuras del Estado deberán ser capaces de seguir garantizando la gobernanza con servidores públicos que respondan a las siempre cambiantes necesidades del contexto en el cual se desenvuelven.

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10 comentarios

Taran 24 agosto 2023 - 8:22 AM
Creo un artículo de LJC que pretende ser mas o menos serio se demerita sobremanera citando en el mismo texto a varios investigadores y tambien a creadores de memes e influencers de mal gusto.
La Joven Cuba 24 agosto 2023 - 9:01 AM
Estimado Tarán, un observatorio analiza la información disponible. La figura de Fidel Castro provoca reacciones polarizadas en las diferentes comunidades políticas cubanas. Los investigadores se citan para sustentar la reflexión teórica sobre el análisis, en cuanto a los memeros e influencers, ese contenido es compartido por una parte de los cubanos, se cita solo como fiabilidad de la fuente, no porque se suscriba o apoye el mensaje. Tenga un saludo y gracias por leernos.
Manuel Figueredo 24 agosto 2023 - 10:23 AM
El señor Taran como siempre defendiendo sus intereses. No está mal si consideramos su formación ideológica y que todos sabemos por quién está dirigida. Suerte que tuvo el pelado que al menos lo saludaran y le dieran las gracias por leer a LJC. Debe de darse por contento que su comentario fue puesto en circulación, desgraciadamente otros no tenemos el mismo trato. Gracias por leerme, espero que Sí.
La Joven Cuba 24 agosto 2023 - 1:41 PM
Mucas gracias por leernos a usted también, nos regocija tener lectores de diversas ideologías, es la Cuba que quiséramos para el futuro
Yoelito 24 agosto 2023 - 1:46 PM
La verdad es que este año el gobierno cubano se superó en ridiculez, empezando por equiparar "cumpleaños" con "aniversario del nacimiento". Y el problema más serio es que la autodenominada "continuidad" es una desviación cada vez más acusada y una destrucción cada vez más patente del legado de Fidel, al punto de que ya las viejas frases suenan huecas y vacías de contenido, y están recurriendo a la mitificación para tapar la InFidelidad.
haha75 IVI 24 agosto 2023 - 5:03 PM
El paso de cualquier líder político de cualquier país a la condición de "mito" depende mucho de circunstancias ajenas a su persona, que le imprimen e impulsan a un papel que realmente le convertirá en mito; así ha ocurrido con muchos líderes a lo largo de la Historia y corresponde a los historiadores analizar qué debe atribuirse a la parte blanca o negra del personaje, pero ello no destruirá su condición mítica en este caso.
Jose Ramon 24 agosto 2023 - 5:36 PM
Esto es ofensivo: Su capacidad de liderazgo se puso a prueba en numerosos momentos de la historia cubana, como la Campaña de Alfabetización; el enfrentamiento a la invasión por Playa Girón; la Crisis de Octubre; la dirección estratégico-militar de las tropas cubanas en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola; la lucha por el retorno a Cuba del niño Elián González; la creación de alianzas en Latinoamérica, alternativas a las organizaciones hegemónicas hasta el momento; el impulso al desarrollo de la biotecnología en un momento de crisis económica en la Isla, entre otros.
Gilberto E Hidalgo Velazquez 24 agosto 2023 - 7:19 PM
Es triste cuando un líder resulta desmitificado aún en vida, mucho más si se trata de un político que alcanza la más alta magistratura de una nación. Las nuevas generaciones leerán los textos de historiadores y analistas de su obra. Los que hemos coincidido con el mito en alguna etapa de su vida somos testigos de sus aciertos y errores. En el caso de Fidel Castro podemos analizar cómo en una nota a Celis Sánchez le expone que cuando terminara la lucha insurreccional comenzaría "su propia guerra" contra los americanos. A esa guerra sumó o arrastró a toda la población de la Isla, que estuvo al borde del holocausto durante la Crisis de Octubre. Posteriormente, el líder reconoció que en Cuito Cuanavale Cuba había arriesgado incluso su propia existencia como nación. Bastan estos dos ejemplos para apreciar un rasgo de su personalidad. Cuba no es la Francia napoleónica ni la Macedonia de Alejandro, sin embargo su pueblo corrió riesgos indebidos e innecesarios.
Taran 25 agosto 2023 - 6:32 AM
Perdon, dudo mucho que su guerra fuera contra los americanos, quizas contra el imperialismo
Mendaro Gregory 25 agosto 2023 - 8:29 PM
PREGUNTO PARA APRENDER ¿Todo lo que en este artículo es señalado como capacidad de liderazgo de Fidel Castro, compensa –mínimamente al menos– el hecho de ser el “líder” que siempre será recordado porque desarticuló la industria azucarera de Cuba? Mendaro Gregory proyecto.editorialsocial@gmail.com

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