En la más reciente Feria del Libro de la Habana se vendió; muy bien, según las opiniones de algunos, un libro de la Editorial Arca de Papel de Perú. La portada grita en letras inmensas “100 razones para ser machista y no avergonzarse por ello”.
Asegura su contratapa que ser machista no es una opción sino una cuestión de supervivencia. Su contenido devolvería la dignidad arrebatada por las mujeres. Según promulga, muestra cómo ser fiel a su naturaleza humana.
Lleno de patrones para “hacerse hombre” según los mandatos del patriarcado. Una guía misógina, discriminatoria, violenta de cómo ser machista. Es una ofensa a la FMC, a las mujeres cubanas, al CENESEX e incluso a los hombres.
Desde el 2017 circulan denuncias en Internet sobre este libro
Los hombres, los varoncitos, los nenes, los fuertes, los machitos, los más guapos, los que tienen que demostrar indiferencia, los que no pueden llorar en público, los que tienen que asumir el rol de proveedor de una familia, los que no pueden tener miedo nunca, los que tienen que ser serios, no vaya a ser que los confundan. Los que les aterra la idea de ver hermoso a otro hombre, los que tienen que tener un genital de gran tamaño para sentirse pleno: HOMBRE con mayúsculas.
El concepto de masculinidad es una construcción del patriarcado que también sufren los hombres.
El libro de la Editorial peruana es repudiado en diversos países desde hace varios años por su contenido ofensivo. Ayer fue retirado enseguida de nuestra Feria por las llamadas a la Cámara Cubana del Libro y varios posteos en la página del Instituto Nacional del mismo. Se movieron rápido ante los reclamos; sin embargo el cuestionamiento en esta batalla pírrica no es cuán rápido reaccionan las instituciones.
La discusión está en saber cómo llegó ese libro a nuestra Feria y lo que generó. Más allá de encontrar un culpable físico me interesa el mensaje que nos está dejando nuestra sociedad.
Una vez más una esencia patriarcal, misógino y machista encuentra la forma de manifestarse.
Aquellos que compran el libro son los mismos que abogan no ser homofóbicos, pero que harían huelga de hambre para que personas del mismo sexo no puedan tener iguales derechos jurídicos que un matrimonio heterosexual. Son aquellos que miran con recelo las cifras de abortos voluntarios, esperando una oreja que quiera escuchar para decir que por culpa de las mujeres está en riesgo la tasa de natalidad.
Empezamos un 2019 caótico. Pareciera que el tornado que arrasó con varios lugares de La Habana y el meteorito en Pinar del río, no fueran más que un reflejo de la actividad de la Isla. Cuba se sacude en el que a mi criterio, es el proceso más inusual de los últimos 30 años. Poner en movimiento bases arcaicas de la Constitución de la República creó sismos en el pueblo.
Una parte de los residentes sintió moverse el piso en el que cómodamente estuvieron sentados toda la vida. Muchos vieron amenazados sus privilegios. Se comenzó a destapar de golpe toda la misoginia que tenían guardada para poder convivir en sociedad. Sus miedos pesaron más incluso que otros puntos de la Constitución que también estaban en discusión.
No son los tornados los que van devastar nuestros cimientos, es la falta de cuestionamiento como sociedad de lo que somos.
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