Con un cartel alzado en brazos sobre su cabeza, en el cual se leía la indignada pregunta de «¿Dónde está la Ley de Bienestar Animal?», se presentó junto a una veintena de ciudadanos, la activista y comunicadora Beatriz Batista el pasado 19 de febrero ante las puertas del Ministerio de Agricultura.
La joven comunicadora y directora de la revista animalista El Refugio vio como una vez más salía del calendario legislativo la aprobación de la normativa que lleva años siendo uno de los más visibles y articulados reclamos de parte de la sociedad civil cubana. Después de que en noviembre de 2020 se aplazara para este febrero la discusión en el Consejo de Estado de esa ley, todo indicaba que nuevamente se dejaría pasar sin dar explicaciones convincentes.
Protestaban motivados también por el reciente crimen cometido contra un perrito nombrado Pasito, víctima de la horrible práctica del sparring –termino procedente del boxeo que en este caso remite a animales empleados en el entrenamiento de perros que son usados para pelear– y que después de usado, fue lanzado a la basura dentro de un saco y con la boca amordazada.
Pese a los contratiempos, maltratos y excesos que sufrieron, el diálogo fluyó. La presencia de los activistas en el Ministerio de Agricultura, el intercambio sostenido con altos funcionarios de esa institución y la promesa por parte de estos de que antes del 28 de febrero habría Ley de Bienestar Animal, marca un momento importante en la historia de la sociedad civil cubana, dado que gracias a la presión ciudadana, se impidió la dilación injustificada de un tema que aúna muchas voluntades en Cuba.
1. ¿Además de la morosidad en la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, sobre qué otros temas relacionados deseaban intercambiar con las autoridades del Ministerio? ¿Cómo valorarías la reunión sostenida?
El objetivo fundamental que motivó que fuéramos allá fue la concreción de una fecha para la aprobación de la ley de bienestar animal. También llevamos varios temas que son del interés del colectivo animalista: lo relacionado a las campañas de esterilización, creación de refugios, penalización del maltrato, cambio del programa de Zoonosis en todas las provincias, que Aniplant se convierta en una asociación funcional con capacidad para todos los miembros. También se habló acerca del sacrificio de animales como parte de ceremonias religiosas.
Fue un diálogo realmente muy amplio y si todo lo que allí hablamos se lleva a la práctica, se avanzaría muchísimo en el camino del bienestar animal. La reunión con los funcionarios del Ministerio de Agricultura fue buena. Hubo mucho respeto entre ambas partes.
2. ¿Qué opinión le merece el decreto-ley que debe aprobarse, según les fue prometido, antes de este 28 de febrero?
No he visto un documento oficial con el decreto-ley, pero me deja tranquila el hecho de que cuando planteábamos en esa reunión un tema, la respuesta siempre fue que eso ya estaba contenido en la normativa. Desde ese punto de vista, será positivo. Aunque hay que tener en cuenta que una cosa es lo que se habla en una reunión puntual y otra distinta es lo que pueda decir la ley.
3. Desde un inicio se ha enfocado la aprobación de esta ley como la solución a los maltratos y la desprotección que sufren los animales. Pero pienso, por ejemplo, en las peleas de perros que están prohibidas por constituir una manifestación de juego ilícito y, sin embargo, se realizan y en ciertos sectores y lugares gozan de popularidad. ¿Consideras que la aprobación de la normativa acabará con esta situación? ¿Qué se debe hacer para desterrar de un sector de la población estas expresiones a la que muchos consideran incluso deportes?
Considero que con la aprobación de la Ley de Bienestar Animal sí debe mejorar la situación actual de desprotección. Los funcionarios del ministerio con quienes nos reunimos dejaron claro que todos los juegos ilícitos en los que estuvieran involucrados animales iban a ser penados por la ley, no solo con multas sino también con sanciones de privación de libertad.
Para desterrar de un sector de la población estas prácticas, que incluso han sido y son consideradas por algunos como un deporte, debe hacerse una labor educativa seria y constante. Tiene que quedar muy claro que el deporte no es tortura. Hay que trabajar en las escuelas con los niños y adolescentes en ese sentido, pues no puede considerarse como una tradición o como un deporte algo que termina muchas veces en el asesinato de animales.
4. La gran causa del movimiento animalista cubano en los últimos años ha sido la lucha por la aprobación de la Ley de Bienestar Animal. Una vez logrado esto, ¿qué sigue? ¿Cuál es la próxima cruzada de los animalistas cubanos?
Definitivamente la próxima cruzada del movimiento animalista cubano es velar por el cumplimiento de esta ley, trabajar porque algo que hemos añorado durante tanto tiempo no termine siendo letra muerta y que las autoridades lo asuman con la seriedad que lleva cualquier ley.
Siempre supe que la lucha porque se aprobara finalmente una normativa de bienestar animal en Cuba iba a suponer una lucha ardua, pero también he estado muy consciente de que la verdadera lucha comienza ahora, cuando debemos velar por que se cumpla lo legislado.
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