Dicen que los hombres no lloran y quizás fue eso lo que impidió que Orlando Samuel llorara en la conferencia de prensa cuando se refería a las pocas posibilidades del equipo de voleibol cubano para la presente Liga Mundial. Debe ser muy duro para él, ver cómo año tras año se desangra la selección nacional mientras pierde a uno o más jugadores con los que trabajó y formó durante varios años.
A estas alturas es inconcebible que hayamos realizado transformaciones en la economía y otras esferas que hace apenas unos años eran impensables y con el deporte seamos tan lentos. No es la primera vez que hablo de la necesidad de que el cambio de mentalidad llegue al deporte cubano (lo hice antes aquí y aquí) y cada día que pasa nos está costando.
En nuestra televisión aparecen cantantes que viven fuera de Cuba, actores emigrados desde hace tiempo en los Estados Unidos vienen a Cuba a filmar películas y otros que viven en Cuba aparecen luego de muchos años “perdidos” contándonos de sus éxitos con televisoras de otros países, sin embargo con el deporte es diferente. El cubano que no viva en Cuba, no puede formar parte de nuestras selecciones nacionales, aún cuando se muestren deseosos de hacerlo y los que viven en Cuba no pueden participar en otras ligas.
Cada vez que hablo de esto me dicen: “es que el deporte es diferente…” pero lo que nadie me acaba de explicar es qué es lo que lo hace diferente. ¿Que van a ganar mucho dinero? Bueno los reguetoneros ganan muchísimo dinero y no dejan de salir en la televisión con sus gruesas cadenas de oro y su “música”. ¿Qué fueron formados por la Revolución y ahora los vamos a poner en manos de un capitalista? Bueno pero la inmensa mayoría de los artistas se formaron en nuestras escuelas de arte y no tienen las mismas limitaciones (ni las pido, que quede claro).
Si el deporte es diferente entonces hagamos las cosas diferentes. Hace unos años convocamos a todo el pueblo a participar en la decisión sobre el rumbo económico del país. Creo que desde hace tiempo se impone hacer lo mismo con el deporte. Promovamos el debate sin temor, que todo el mundo tenga la oportunidad de decir lo que piensa y lo que quiere. Tengo un amigo que se hizo de una cuenta de correo internacional y la principal motivación fue la de poder participar en los concursos de deportes de la televisión. Los espacios existen, las personas interesadas también, solo falta la convocatoria.
En honor a la verdad, no sería honesto si no reconociera que en los últimos meses se han dado pasos importantes. Primero se anunció la participación de Cuba en la Serie Mundial de Boxeo, ayer nos enteramos que en una conferencia de prensa se anunció que Cuba participaría en la Serie del Caribe y hoy amanecimos con la noticia –por la prensa nacional- de que Michel Enríquez jugará con los Piratas de Campeche, un equipo de la liga profesional mexicana. No podemos decir que no avanzamos pero sí que no vamos a la velocidad necesaria.
Sobre la conferencia de prensa donde se habló de la participación de Cuba en la Serie del Caribe, bueno qué decir, una vez nos quedamos sin ver lo que sucedió, tenemos que conformarnos con el escueto resumen de un periodista. Realmente pensé que TeleSur cambiaría nuestra forma de hacer periodismo pero hasta ahora no he visto muchos avances.
Cientos de miles de emigrados cubanos viajan cada año a Cuba de visita, a ninguno de ellos se les pregunta si simpatiza o no con nuestro sistema. Quien tenga deudas pendientes con nuestra justicia si viene o no. Es política del estado cubano la normalización de las relaciones entre todos los cubanos sin importar dónde vivan, o como piensan, entonces ¿por qué dejar a algunos fuera, por qué no darles la oportunidad de aportar a su país?
Es cierto que muchos deportistas abandonaron las selecciones nacionales de sus respectivos deportes en medio de una competencia, con ellos habría que ser más cuidadosos pues si una vez se olvidaron del pueblo que los apoyaba por cumplir con una aspiración personal, entonces qué pudiera impedir que lo vuelvan hacer, esta vez por una jugosa tajada, pero bueno ni siquiera a ellos les negaría la posibilidad de optar por representarnos nuevamente.
Orlando Samuel no llora porque llorar no es cosa de hombre –eso dicen- pero quizás él más que nadie tenga motivos para hacerlo. Si Cuba pudiera participar en la liga mundial de Voleibol con todos los que son, creo que a los demás solo les quedaría luchar por el segundo lugar, pero no es así, todavía no es así, aunque espero que alguna vez lo sea.
Abramos nuestra mente y nuestros brazos, en esta Cuba que estamos construyendo entre todos, tenemos que tener darle espacio a los médicos, profesores, investigadores, deportistas, artistas…a todos los que un día decidieron emigrar y que ahora desean regresar y echar raíces con los suyos. Es cierto que algunos de ellos se han aliado a las peores causas y a las peores personas pero son una minoría, debemos preocuparnos por la mayoría, los que a pesar de la distancia y quizás alguna discrepancia en algunos temas siempre han mantenido una actitud respetuosa respecto a su país.
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