Dicen que los malos triunfan cuando los buenos no hacen nada y en términos electorales, sería algo así como: la derecha triunfa cuando la izquierda no sale a votar. Las recientes elecciones en Colombia y las pasadas en Venezuela demuestran que si bien los movimientos progresistas se extienden por la región, la derecha no se ha rendido y ha recurrido a sus dos armas secretas para sobrevivir.
La primera arma secreta sería su poder de mímesis, demostrado magistralmente por Henrique Capriles en Venezuela. La campaña electoral de Capriles fue un ejemplo de cómo proyectar una imagen y mostrar un discurso totalmente ajeno a las verdaderas intenciones de un candidato. Poco le faltó a Capriles para autodenominarse Chavista pues entre otras cosas prometió mantener y fortalecer las misiones sociales. La verdadera cara de la derecha venezolana es la que mostró durante el golpe de estado en Venezuela en el 2002 o su actual apoyo a la violencia y la guerra económica.
Si bien Capriles confundió a una parte importante del electorado con su falso discurso, meses después las elecciones municipales demostraron que el pueblo apoya en su mayoría al chavismo. Por cierto no es la primera vez que un candidato hace alarde de camuflaje político en América Latina, los ecuatorianos recuerdan muy bien al farsante Lucio Gutiérrez.
La segunda arma es el hastío. Toda acción de la derecha va dirigido a convencer al pueblo de que el proyecto de la izquierda es inviable, que ellos sí tienen la solución para sus problemas y que se preocupan por ellos, para esto acuden a la mímesis. La guerra económica, la manipulación de las informaciones, la desacreditación de los líderes de la izquierda, nada será suficiente pues si algo caracteriza a la derecha es su falta de ética en el campo de la política.
En Colombia el debate no es entre la izquierda y la derecha sino entre la paz y la guerra y los resultados demuestran que no importan los matices ideológicos si se aplican bien las armas. Es difícil entender como en un país con más de 50 años de guerras, puede tener ventaja el candidato que se opone a la paz y que para colmo en los últimos días ha estado envuelto en un escándalo por estar vinculado a las escuchas ilegales. Cuesta creerlo pero es la realidad, la compleja realidad.
Los resultados de las elecciones muestran que más de la mitad de la población en Colombia no apoya ninguna de las propuestas realizadas. ¿No se plantea por lo teóricos burgueses que el multipartidismo garantiza que toda la sociedad se vea reflejada según su tendencia ideológica? Sin dudas, el resultado histórico de las elecciones en América Latina demuestra que ningún Partido tradicional ha contado con el apoyo de sus ciudadanos. El Partido de la abstención es el gran ganador.
A diferencia de la izquierda que cae en el hastío, que no se percata de las razones que tiene para defender su proyecto social, la derecha sí es disciplinada y sale a votar, aprobando entonces los altos porcientos abstención en las elecciones. Solo un pueblo informado y consciente puede enfrentar a una derecha sin escrúpulos, que no se detiene ante nada para obtener sus objetivos.
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