¿Conocen un país sin periódicos?, donde los periodistas miden tanto las palabras, las publicaciones, que dejan de cumplir parte de su función social. Un país donde existe un único telediario que repite una y otra vez las mismas noticias, y cuando toma la de otro casi siempre proyecta sólo la imagen, tapando las líneas de noticias y mostrando su opinión de un problema y no la de todas las partes.
Los medios de comunicación masiva son clones enfocados más en lo internacional que en lo propio, las carencias se maquillan con necesidad de esfuerzo y compromiso con el modelo social. En el país del que hablo la población no sabe si el vecino es un asesino en serie o un pedófilo porque esa información no se publica.
Es cierto que quizá este tipo de fenómeno sucede menos que en otros lugares, pero sucede, y a menos que la policía toque la puerta para investigar no se sabe con quién convive, ni cuántos asesinatos hay diariamente, violaciones, suicidios, persecuciones en curso, corrupción de las altas esferas, disyuntivas entre el gobierno y la población…pero sí sabe cuándo ocurre una desgracia de asesinatos múltiples, enfrentamientos entre políticos, o armas de fuego en una escuela…del “enemigo”. No sabe de sí, pero sí sabe qué se espera que vote en un referéndum.
El Estado es el dueño de todos estos medios de comunicación, o podríamos llamarlos: de repetición.
Alguien pensará: “¿cómo que no hay periódicos? Si yo los leo diariamente”, a lo que podría responderse haciendo uso de la propia información que brindan los de alcance nacional en su portada: “Órgano oficial del Partido (obviaremos cuál, para mantener el anonimato del país)”, “El diario de la juventud (cuidado, aquí “juventud” no se refiere a toda)” y así sucesivamente…
Todos como propiedad de una institución u organización política, obviamente no hablarán mal de ella… como ellos mismos ilustran, no son periódicos.
Podrían pensar que la televisión es más liberal, pero es que también se subordina a quien por lógica no debería, no es al ministerio de cultura, o al de comunicaciones, no es siquiera independiente, se subordina al propio Partido, estamos hablando de un país unipartidista.
Sí, también es un país fuertemente bloqueado por una potencia mundial, y no lo digo quitándole importancia, es más bien un ensañamiento histórico de Goliat contra un David que se crece ante las adversidades. Hace décadas podría justificarse esta forma de hacer “prensa” con evitar sus ataques, sobreponerse a las mentiras, luchar “contra el terrorismo mediático”, pero los tiempos cambian.
¿Propaganda?
Sí, bastante, quizá hasta demasiada en función de intereses políticos, de no olvidar la historia, de abrir los ojos contra una amenaza –no por ello menos real—, pero llena la programación y se vuelve tan reiterativa como aburrida. El Bloqueo y todo lo que rodea –que no es poco—, es de los temas que predeciblemente encontrará en cualquier noticia, ya sea como causa, o como factor determinante.
¿Y qué decir del mundo? El mundo está mal, cuando vemos en una noticia que reprimen una manifestación en un país desarrollado… ¿habrá motivos o posibilidad en ese lugar de adivinanza para manifestarse contra alguna medida del gobierno? …eso nunca se pregunta y mucho menos se ve. La tergiversación de fechas internacionales, como el 1ro de mayo, en ese país la propaganda no solo invita, casi que ordena ir a las plazas a “marchar” para defender el sistema social, la Patria, y cuanta coletilla esté de moda, pero nunca para exigir una subida del salario, ni mejores condiciones laborales, como en el resto del mundo.
El acceso a Internet fue un anhelo que parecía inalcanzable, en parte para poder mantener un monopolio informativo. Muy controlado al principio y solo disponible para instituciones privilegiadas, turistas y algún que otro intelectual… ahora aparece desbocado a la población y, sin entrar en el tema del precio –que no todos pueden permitirse—, aun es subvalorado por quienes tienen como única preocupación comunicarse con familiares y amigos, no conocer cómo anda el mundo, quizá esta apatía se creó de tanto escuchar lo mismo en esos medios por años.
Sería ideal vivir dentro del noticiero, donde los problemas se resuelven o no existen, donde nadie queda desamparado y la mayor justificación o preocupación –casi la única— es el Bloqueo.
¿Quiere conocer la realidad del país sin maquillaje ni pretextos? No lea el periódico, vaya al espectáculo de algún humorista reconocido. Luego se preguntan muchos, ¿por qué la juventud no ve el noticiero?
Hay argumentos de sobra para caracterizar este país, y todos los buenos –que no son pocos y sí muy importantes— ya se encargan estos panfletos de repetición de no permitir que a nadie se le olvide. Entonces, somos los que preferimos los medios independientes los que ahondamos en lo que casi no se menciona, pero sí está en el día a día de la población.
Quizá por eso algún personaje importante, de los que salen en la televisión, continúa repitiendo consignas con décadas de uso, quizá porque sólo ve el noticiero; deberíamos invitarlo a leer algún sitio hecho desde la juventud, que incluso la lleve en su nombre junto con el del país y creo que aprendería mucho.
Discúlpenme si los he despistado con estos argumentos, quizá nadie sepa de qué estoy hablando, quizá ni siquiera exista y es producto de una adivinanza sin respuesta. De todas formas, ¿se imaginan un país así?
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