En un escenario internacional, dominado por las imágenes y los espacios digitales, se difuminan las fronteras entre información y entretenimiento. Esto ha propiciado una tendencia creciente a enfoques sensacionalistas y superficiales que signan el tratamiento del contenido político.
El presente texto aborda el fenómeno de la espectacularización de la política. En este se exponen algunos fundamentos teóricos, las estrategias que sustentan este concepto y cómo se evidencian en espacios digitales que emiten contenidos relacionados con la política cubana.
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El concepto de politaiment o política pop define una tendencia dentro de la comunicación política, consistente en tratar la información, los eventos, las apariciones, la gestión y todo lo que envuelve a la política como infoentretenimiento.
Gran parte de las tesis dominantes que se han formulado para explicar este fenómeno de la política como espectáculo en las sociedades contemporáneas, toma como referentes los juicios que aparecen magistralmente esbozados en la obra seminal del pensador, cineasta y estratega francés Guy Debord La Sociedad del Espectáculo. Escrita en 1967, explica la lógica del poder en el capitalismo, que invade las esferas de la cotidianidad a través de la cultura del espectáculo como forma de dominación ideológica.
Considerado uno de los premonitores del Mayo de 68, Debord plantea que en las sociedades modernas la vida se presenta como una acumulación de espectáculos, en el sentido de que todo lo vivido se transforma en representación. Aunque el contexto en que se publica esa obra difiere un tanto del actual, las palabras de Debord encuentran eco en nuestros días: vivimos en la sociedad de las imágenes.
En la contemporaneidad la presencia de internet y un mercado cultural diverso han impuesto evidenciado y legitimado contravalores que responden a una lógica donde priman la banalidad, el mercantilismo, la instantaneidad, la fama efímera, el voyeurismo y una construcción de la realidad cada vez más centrada en el «yo» como protagonista. El ideal de las sociedades armónicas se fundamenta entonces en suprimir atisbos de luchas o contradicciones y centrarse en la búsqueda de la plenitud y la hermosura.
¿Qué ocurre en este contexto con la política?
Guy Debord ya alertaba sobre el carácter ideológico por excelencia del espectáculo, porque constituye una negación de la realidad de quienes a él se exponen.
Por tanto, en ocasiones los escenarios políticos se centran en la construcción de narrativas banales, frívolas y naturalizadas en aras de ocupar territorios simbólicos desérticos de los ciudadanos que se exponen a ellas.
Los politólogos argentinos Mario Riorda y Marcela Farrén contribuyen también a la comprensión de este fenómeno cuando asumen el concepto de homogeneización. Se expresa en la existencia de un mensaje cada vez más despolitizado, con escasa creatividad léxica y cargado de un pragmatismo extremo en busca de estilos más personalistas, donde se diluyen las fronteras entre la información, el entretenimiento y la privacidad.
Como epicentro, el ciudadano ‒dueño y accionario de los derechos civiles para participar en una esfera pública diversa‒, donde se forma la opinión pública y necesita de medios concretos para transmitir información e influir en quienes la reciben. Sin embargo, la simplificación mediante el espectáculo de la complejidad que atañe la política, impide que los ciudadanos puedan configurar opiniones fundamentadas y parciales, y en determinados momentos toman sus decisiones políticas guiados por pulsiones emocionales.
El caso cubano en la espectacularización de la política en espacios digitales
Motivados por la irrupción de las nuevas tecnologías infocomunicativas, los espacios digitales se presentan como potenciadores de procesos de hibridación. Se difuminan las fronteras entre quienes producen y consumen los contenidos; entre lo público y lo privado; entre lo informativo y lo opinativo y, a su vez, entre lo puramente noticioso y lo que se puede considerar entretenimiento.
De este modo, muchos acontecimientos vinculados a la política, que hallan eco en la red de redes, suelen generar altas dosis de espectacularización, que en ocasiones tienen efectos decisivos en el escenario político.
Una estrategia en la que se fundamenta la espectacularización de la política consiste, principalmente, en la incorporación de aspectos de la vida privada de los políticos en los contenidos generados en los contextos digitales, dando lugar a una personalización de los mismos.
Esos rasgos inherentes a la intimidad se valen de novedosas narrativas y estéticas en busca de mostrar su lado humano y despertar emociones en las audiencias, que bien pueden ser positivas o negativas, en dependencia de factores como la intencionalidad de los emisores, los escenarios ideológicos y las experiencias de vida de cada individuo expuesto a ese contenido.
Investigaciones de los académicos españoles Andréu Casero Ripollés, Sara Ortells y Gloria Rosique, avalan que las audiencias actuales confieren mayor importancia y credibilidad a los programas de infosátira, infoentretenimiento y magazines políticos, que a los espacios informativos tradicionales o convencionales.
El escenario digital, que incluye el tema de la política cubana contemporánea en sus agendas, se caracteriza por la revelación de datos intimistas de los políticos, a través de dos estrategias diferenciadas: la revelación mediática y la autopresentación íntima.
La primera se fundamenta en la selección de detalles de la vida de los actores políticos para revelarlos públicamente, sin que estos puedan controlar lo que se va a decir. Un ejemplo concreto de esta práctica ocurrió cuando, a finales del pasado mes de octubre, María Victoria Gil, expresentadora de la televisión cubana ‒quien reside en Santa Cruz de Tenerife y es hermana de Alejandro Gil, actual ministro de Economía y Planificación de Cuba‒, concedió una polémica entrevista al canal de Youtube El Mundo de Darwin, de Darwin Santana.
Durante el diálogo, la entrevistada ofreció detalles de la vida íntima de su hermano y de otras personalidades de la cultura cubana, vinculadas al escenario político tanto de adentro como fuera de la isla.
Las declaraciones fueron replicadas, tanto por adeptos como por detractores del gobierno en la Isla, en varios espacios digitales y comentadas en espacios de YouTube, como Hola! Ota-Ola, y en las redes sociales de la propia María Victoria Gil.
Por su parte, la autopresentación íntima la realiza el mismo político al compartir algún elemento de su vida privada. Recientemente, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel envió una felicitación por el Día del Amor y la Amistad a través de su cuenta en Twitter, donde cita un texto de José Martí, que acompañó de una foto en la que aparece besando a su esposa.
Ambas estrategias tienen el propósito de humanizar a los políticos para lograr vínculos de proximidad con los ciudadanos y a su vez contribuir a la construcción de una imagen de aquellos. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo: o bien reduce la desafección de los ciudadanos hacia los políticos, o bien se logra el efecto contrario.
En el caso cubano destaca la presencia en el escenario digital de medios de comunicación que se oponen al gobierno, y vinculan temas de farándula con contenidos de noticias sobre política. Ellos no necesariamente responden a estándares de relevancia, pero en ocasiones exponen detalles íntimos no solo de las figuras del escenario político, sino también de algunos de sus familiares, vinculándolos en su mayoría al mundo de la farándula y el entretenimiento.
Ejemplo claro de ello es el canal de Youtube Alain Paparazzi, donde se mezcla contenido de entretenimiento ‒generalmente polémicas que conciernen a artistas cubanos‒, con noticias y criterios de corte político, asociadas a un activismo opositor. Desde la misma identidad del canal se descarta cualquier pretensión de asumirse como un espacio serio de análisis político al autodenominarse con un término empleado para describir a un «Fotógrafo de prensa que se dedica a hacer fotografías a los famosos sin su permiso», vinculado a la llamada «prensa rosa».
Esto hace que en su portada puedan convivir artículos con titulares como «Imaray Ulloa, Señorita Dayana y Heydy González: Sus looks de invitada en la boda de Eduardo Antonio», cuyo contenido es el de una clásica crónica social, con otro como «Se acabaron los guapos en Yateras», un texto de opinión sobre el papel del Grupo Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (GAESA, S.A.) en la economía cubana.
La estrategia de juntar la política con el espectáculo también ha sido empleada, de forma más reciente, por partidarios del gobierno cubano. Si bien el rechazo por la llamada «prensa rosa» ha sido una máxima que ha signado al periodismo afiliado al Estado cubano, en los últimos años han surgido espacios que combinan los medios tradicionales y las redes sociales con otras formas lúdicas del espectáculo político para promover una agenda en defensa al sistema cubano, en estrecho vínculo con organizaciones estatales.
Ejemplo de esto son los proyectos «El Necio» o «Con Filo», que se reconocen como proyectos mediáticos para el análisis de los sucesos políticos de la realidad cubana. Por lo general mantienen una línea altamente confrontativa con la oposición y una agenda de marcada propaganda a favor del gobierno cubano. Unidos a su activismo en redes y la participación en medios estatales, promueven espacios recreativos a los que le llaman «peñas» con elementos recreativos como música bailable o bebidas alcohólicas a precios subsidiados. Esto se asume como estrategia para ampliar sus públicos en un espacio recreativo en el que introducen el relato político-ideológico.
Por otro lado, el portal digital Cubadebate ha incluido secciones como «Desde las redes», en la que reproduce contenido tomado desde estos espacios digitales, con un enfoque más informal y sin una intervención directa o comentario crítico por parte del medio. En ocasiones, su contenido ha traído cuestionamientos al abordar problemáticas complejas como la censura o las protestas ciudadanas, desde la superficialidad de un post en Facebook, pero que se legitima al publicarse en un medio estatal.
El discurso político no escapa del régimen de la representación, y el escenario de la política contemporánea internacional se encamina cada vez más a la autopresentación íntima, bajo la responsabilidad del propio político.
En consecuencia, ello abre el camino para que su vida y la de otros resulte expuesta a través de la revelación mediática, pues la curiosidad y la necesidad de revelar otros detalles que aporten o no al ejercicio de la democracia, encuentran eco en determinados espacios digitales. La lucha por las audiencias se convierte en un terreno peliagudo en el que cada espacio mediatizado —ya sea un proyecto tradicional, un portal digital o un influencer— prueban diversas estrategias que buscan amplificar el relato más allá de sus públicos cautivos.
Sin embargo, con la puesta en práctica de la espectacularización de la política, en cualquiera de sus variantes, se corre el riesgo de perder credibilidad al asumir prácticas sensacionalistas y de predominio de las emociones. Además, puede llevar a sustituir valores políticos por morales, lo que potencia una ciudadanía cuya toma de decisiones y apoyos a los espectros políticos estará cada vez más alejada de decisiones racionales y motivada por el relato más atractivo.
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