—El derribo del aerostato chino es el comienzo de una escalada contra Cuba de imprevisibles consecuencias, quizás más graves que las que pudieron derivarse de la Crisis de Octubre de 1962.
—¿Crees que con el pretexto de seguir el rumbo de los ciclones los yanquis comiencen a enviar zepelines a la Isla?
—No creo que se atrevan. En los Días de la Defensa son muchos los que se la pasan mirando a los celajes. Mi reflexión parte del hecho de que el más reciente conflicto entre Estados Unidos y China acontece en momentos en que nos preparamos para realizar las elecciones más democráticas del planeta.
—No sé qué tiene que ver una cosa con la otra, mas espero que tu cohete impacte esta vez en la diana.
—¿Te queda claro, en primer lugar, que «la democracia cubana, genuina, auténtica —no importada— tiene apellido: socialista»?
—Es sintomático que solo se mencione el apellido del padre. El de la madre como que se ha ido diluyendo.
—Recuerda que «nuestro modelo se inspiró y construyó con el concepto de verdadera democracia, de democracia genuina, y no en el de democracia hipócrita, exclusiva para los sectores privilegiados, que tienen los países capitalistas».
—El que poseen Brasil, Venezuela, México…
—Países que hacen lo suyo a pesar de la «fragmentación de las fuerzas políticas de la nación, con un fin supremo: disputar el poder». Cuánto más no hubieran logrado de existir el unipartidismo.
—Asesoría no les falta.
—«La fiesta electoral que está comenzando es parte inseparable de esa verdad que quizá no hemos sabido contar con todos sus méritos».
—Es muy difícil hacer el cuento. No todos los pueblos tienen la madurez para darse cuenta de que hay seres superiores que encarnan en sí mismos la inteligencia para hacer realidad los sueños de las generaciones pasadas, las presentes y las que están por venir.
—«Cuba cree en la fuerza que la unidad de millones de ciudadanos en torno a un solo Partido les aporta a sus necesidades y demandas como sociedad».
—Cree en la fuerza, sí.
—Nuestra democracia «es perfectible, no perfecta. Hasta en eso se nos parece más que todos los modelos que quieren vendernos».
—¿Querer vendernos ese modelo es la razón de que Venezuela ya no nos mande tanto petróleo?
—No seas inmaduro. Trato de explicarte que nuestro sistema electoral «fue concebido, justamente, para superar las limitaciones que tienen los modelos tradicionales para favorecer el acceso del pueblo al poder». En las boletas de otros países, por ejemplo, no existe la casilla de votar por todos. Está demostrado científicamente que eso ahorra tiempo. Las décimas de segundo que se utilizan para llenar esa casilla son minutos que se traducen en emplear el tiempo en cosas más productivas.
—Como tratar de comprar un pomo de aceite, ejercicio tan resbaloso como el de hacerme creer que elegiré a los que hace rato están elegidos.
—Los compañeros de las comisiones de candidatura saben lo que significa el tiempo tuyo en una cola, la posibilidad de que esta vez sí te toque tu pomo. Imagina que en los 168 municipios del país se plasmen en las boletas las 4600 propuestas únicas de precandidatos. Tocaría a 27 candidatos en cada una. No estamos preparados para semejante embrollo.
—Podrían quedar fuera aquellos que no viven en el barrio, ni en el municipio, ni en la provincia, que solo se les ve la cara días antes del sufragio.
—«No se presentaron propuestas inamovibles». Hubo comisiones de candidaturas que decidieron no continuar el proceso de tres de los candidatos.
—Solo tres entre 4600, calidad de selección si las hay. Leí que «no todos los candidatos fueron aprobados por unanimidad». Otra hazaña.
—Sin contar que en los municipios Vertientes y Carlos Manuel de Céspedes hubo dos que no obtuvieron más del cincuenta por ciento de lo establecido.
—Vertiente de nuestras elecciones de la que hubiera estado orgulloso el Padre de la Patria.
—Y dilo. «Por un instante los candidatos a diputados del Parlamento dejan de ser las personas que encarnan determinada responsabilidad, y nos los encontramos de frente, entre nosotros».
—¿Y no es acaso su principal responsabilidad estar «de frente, entre nosotros»?
—El encuentro con el pueblo es un «diálogo abierto, como le gusta a los cubanos». En él brotan «palabras de emoción, pasión y sabiduría pedagógica por sus candidatos».
—Hablando de sabiduría pedagógica: ¿a qué tanta perorata? No me has dicho qué tienen que ver los Led Zeppelin y una posible Crisis de Marzo con esas escaleras al cielo que intentamos fundir desde hace tantos años.
—Que son muchos globos volando a la vez.
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