Por Tatu
Algunos nos preguntan por qué si el objetivo de este blog es hablar sobre la realidad cubana, escribimos post referidos a problemas existentes en otros países. La razón es muy sencilla no se puede analizar con objetividad el proceso revolucionario cubano sin tener en cuenta el contexto histórico en que se desarrolló y para ello no podemos obviar lo que ocurre con nuestro vecino del norte.
No se trata de ver que hace mal el otro para justificar lo que pueda estar haciendo mal yo, como nos han dicho en ocasiones, sino de desenmascarar a los que mienten y difaman contra Cuba.
Uno de los temas más utilizados para desacreditar a la Revolución es el de la libertad de expresión, y a la supuesta falta de objetividad del periódico Granma. El 6 de agosto se publicó en el periódico El Nuevo Herald un artículo que es una obra maestra de la falta de ética periodística y de profesionalidad.
La noticia en cuestión habla del comienzo en Cuba del juicio a “Tres cubanos residentes en Estados Unidos, que fueron interceptados por autoridades cubanas en el 2001 y esperan juicio desde entonces, acusados de desembarcar ilegalmente por la zona central del país para realizar acciones violentas contra la revolución, fueron finalmente llevados ante los tribunales el viernes.” Los infiltrados traían fusiles AK-47, pistolas y municiones, equipos de visión nocturna y explosivos y entres sus misiones estaba la voladura del Cabaret Tropicana .
Agrega el Herald que “Las autoridades cubanas mostraron poco después del arresto las imágenes del arsenal incautado, así como de Suris hablando supuestamente con prominentes dirigentes cubano-estadounidenses anticastristas de La Florida quienes les daban “luz verde” para los bombazos sin importar que los blancos fueran civiles”
Recuerdo que cuando comenzó el juicio contra los Cinco en Miami, el Herald no dudó en llamarlos “espías”, después se supo que un grupo de periodistas de ese y otros medios recibían dinero del gobierno de los Estados Unidos, para que prepararan a la opinión pública en contra de los cinco jóvenes cubanos.
En este caso sin embargo el tratamiento es diferente, primero les llaman “infiltrados”, sí es cierto que se infiltraron pero lo hicieron para cumplir misiones de terrorismo por el cual recibieron dinero, por lo tanto son TERRORISTAS ¿Por qué no les llama terroristas el Herald?
Más adelante se refiere el periódico a la conversación grabada y publicada donde “prominentes dirigentes cubano-estadounidenses anticastristas de La Florida” ¿No era más fácil llamarle por su nombre a Santiago Álvarez Fernández Magriñat? ¿A qué le temía el Herald si esa conversación se hizo pública y todos saben que fue él?
Quizás eso tenga que ver con que Santiago Álvarez es uno de los patrocina y financia a las Damas de Blanco, Martha Beatriz Roque, Vladimiro Roca, Antúnez y otros “prominentes dirigentes de la disidencia”.
Este manejo de la información es una muestra más de la política de doble rasero que se quiere aplicar a Cuba, ¿Cuándo El Nuevo Herald o El País han escrito algo positivo sobre la Revolución cubana? ¿Por qué llamarles “anticastristas” a conocidos terroristas?
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