¿Hasta dónde habrá influido la campaña mediática desatada por los medios de “comunicación” en la decisión del jurado? Con tales evidencias ¿no será este caso resultado de una situación política concreta?
El abogado de Fernando se hace una pregunta que para mí es fundamental y encierra la esencia de este caso. ¿Si el FBI conocía de antemano la existencia de esta red de espionaje y el trabajo que estaban realizando, esperó a que el gobierno cubano le entregara las evidencia para detenerlos y enjuiciarlos? Evidencia que revelaba la planificación de atentados contra la aviación civil. Información que habían recolectado la Red Avispa y que el gobierno cubano entregó al FBI para evitar que tales crímenes se cometieran.
Fragmentos del diario de René González sobre lo sucedido en el transcurso del juicio que se desarrollara en Miami:
El abogado compara la situación de este país respecto al terrorismo con lo que sucede en Cuba, proponiendo al jurado que imagine el sur de la Florida como objeto de dichas actividades y recordándoles también que algunas de nuestras informaciones iban a parar al gobierno de los Estados Unidos, poniendo como ejemplo los barcos del Río Miami y nuestras discusiones acerca de la opción de notificar al FBI. Explicando al panel que no se adentrará en los documentos ya discutidos como evidencia -después de todo Joaquín no es Heck Miller- nuestro amigo hace un resumen rápido de algunas discusiones relativas a las actividades terroristas aparecidas en la evidencia:
Grupo paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana, PUND, Alpha 66 y el CID (Cuba Independiente y Democrática: organización fundada en 1983 por Hubert Matos (Según diversas fuentes, está patrocinada por la CIA). Planteó como estrategia fundamental el derrocamiento del gobierno revolucionario cubano mediante un golpe militar.); todos tramando todavía acciones violentas contra instalaciones turísticas, plantas de energías o centrales azucareros. Nuestras investigaciones alrededor de Posada Carriles; planes de Erneido Oliva, Rafael del Pino y Orestes Lorenzo para atentar contra Fidel en un viaje a Nuera York y otras lindezas por el estilo. El abogado las menciona identificando cada operación investigativa por su nombre sin adentrarse en los documentos y ofreciendo solo un sumario de dichas actividades.
El intercambio de informaci6n con el FBI es el próximo asunto y tras recordar al panel cómo en la evidencia se muestran algunos ejemplos de intercambios indirectos la atención se dirige a las notas diplomáticas: Octubre de 1992 y el tiroteo a un hotel. Abril del 93 y el ataque a un barco mercante. Mayo de ese año y un campo de entrenamiento de Alpha 66. Una conferencia del mismo grupo en octubre de ese año donde amenaza a todo el que vaya a Cuba o gaste dinero allá. Un sujeto arrestado en Cuba con explosivos. Actividades violentas del PUND y otras notas por el estilo.
Comunicaciones directas entre Cuba y el FBI en relación con estas aventuras. Nuestro país responde a la solicitud de las autoridades norteamericanas preparando el informe de sesenta páginas (Se refiere so1o a una parte de la copiosa documentación que las autoridades cubanas entregaron al FBI sobre las acciones de los grupos terroristas anticubanos) que es entregado a los agentes del FBI que viajan a la isla en junio del año 98. El paquete es amplio y abarcador, proveyendo información no solo sobre los actos contra Cuba sino también de sus vínculos con Miami. El FBI promete dar seguimiento a la información, parte de la cual de todos modos han estado leyendo de los disquetes copiados en los registros subrepticios a los acusados, quienes por toda respuesta son detenidos en septiembre de 1998:
“EI por qué de que se haya decidido detenerlos es algo que cada uno debe suponer” -apunta Joaquín.
“Ellos lo han sabido por años, ¿Por qué no los detuvieron? Porque no es ninguna amenaza para ellos”. El gobierno americano sabe que las fuentes de información que nutren los reportes de Cuba son de quienes están monitoreando esas actividades desde aquí, y aunque el propio Hernández Caballero no presenció ninguna información en que sus superiores mostraran frustración, este sentimiento no sería de extrañar, pues esto equivale a morder la mano que te está alimentando: “Dame información -dice Joaquín- y cuando los hombres que están brindando esa información son arrestados eso crea un nivel de frustración allá , y eso es lo que está sucediendo aquí”.
A continuación el abogado aborda la discusión de la ley tal y como será dada al panel por la Jueza una vez que terminen los argumentos, explicando al jurado que una vez instruidos se darán cuenta de que no se puede analizar este caso sin ponerse en el lugar y en la disposición mental con que actuaron los acusados. El gobierno debe demostrar más allá de toda duda razonable que los acusados actuaron voluntariamente y con el intento específico de hacer algo que prohíbe la ley. Si existe una duda razonable respecto a si el defendido actuó de buena fe, creyendo estar exento de la ley, entonces el defendido no violó intencionalmente un deber.
“El gobierno tiene la responsabilidad de probar más allá de la duda razonable que los defendidos actuaron con el intento específico de violar la ley. Si ellos fallan en esto, ustedes deben retornar un veredicto de no culpa”.
El próximo tema es el espinoso asunto de la llevada y traída regulación 28 CFR 73.01 que tanto diera que hablar durante la preparación de las instrucciones, relativas a la excepción del requisito de registración como agente extranjero en caso de que el acusado esté en este país conduciéndose en relación con asuntos internos del suyo. El abogado dedica un tiempo a describir la situación de Campa en los Estados Unidos como sustituto temporal de Medina para explicar al jurado que dada esta situación, su defendido no estaba obligado a registrarse como agente extranjero, teoría que nosotros siempre hemos mirado con escepticismo.
“Nosotros no estamos aquí para decidir si Cuba es un buen país o no, o si estamos de acuerdo con su forma de gobierno o no. Estamos aquí para decidir si bajo nuestro sistema de justicia, el que apreciamos y que es nuestro, con el que hemos crecido,… si el gobierno puede pedirles que condenen a estos hombres con el tipo de evidencia que han sido capaces de reunir”.
“De nuevo hablaré de Femando González. Sobre si el gobierno puede probar que no sólo estaba reportando acerca de los botes del Río Miami o los campamentos de F 4, sino también actuando con la mentalidad criminal que requiere la ley, y lo que la evidencia muestra es todo lo contrario. Fernando González estaba actuando de buena fe; no estaba tratando de herir a nadie aquí. No estaba tratando de subvertir nuestro sistema de gobierno sino tratando de salvar a su propio país…”.
Tanta evidencia superflua acerca de la falsa identidad que se reconoció desde el primer día -dice Joaquín- solo puede apuntar a predisponer al jurado contra Femando, haciéndolo aparecer como alguien malo porque adoptó la identidad de alguien fallecido. Se puede argüir otra vez sobre la necesidad de identidades falsas, pero su uso no implica una voluntad de ofender a esas personas o dañar su memoria y está claro que se está lidiando con personas respecto a las cuales hay que adoptar medidas de precaución. Solo por alquilar un cuarto al testigo Percy Francisco Alvarado, una persona sufrió un ataque a su casa. Uno tiene que guardar sus identidades con este elemento tal y como hiciera el agente que supuestamente vendiera los armamentos a Frómeta.
Ni siquiera el agente Berlingeri en su recuento del arresto pudo referir que la conducta de Fernando fuera negativa o irrespetuosa. El propietario de la casa que este habilitara en Carolina se refirió al defendido como una persona decente. Se trata de una persona que ama a su familia y a su patria tal y como se ve en los propios documentos: “Yo estoy haciendo esto para que nuestras familias en Cuba puedan dormir mejor de noche”. -lee Joaquín de un documento- Estas son sus propias palabras.
A estas alturas, Méndez ha ido acumulando cuidadosamente, a medida que las iba utilizando, las fotografías de destrucción y muerte en los hoteles, a la derecha del jurado y las del elemento de la mafia anticubana a la izquierda, formando de a poco dos grupos separados por unos metros. Ahora invita al jurado a comparar la calidad de los acusados con el haz de fotografías a la izquierda donde se confunden caras patibularias, uniformes de camuflajes y armamento, mientras en medio de ambos grupos de fotografías coloca el tan manoseado esquema de la Red Avispa utilizado por la fiscal a: “Yo someto a ustedes, lo que se yergue entre alguna de la gente de esta comunidad, algunos de estos extremistas, lo que se yergue entre ellos y esa bomba que explotan en Cuba y en los hoteles, que han matado al menos a un turista italiano, que la mejor garantía de que ese tipo de cosas y acciones pueden ser prevenidas son estos hombres y nadie está tratando de usurpar la autoridad del gobierno de los Estados Unidos o del FBI o de alguien más. Todo el mundo está trabajando hacia el mismo objetivo; pero el FBI y algunas de esas otras agencias tienen un pez más grande que freír, aparentemente. No es tan importante para algunos de esos oficiales de la ley el poner fin a esto como lo es para las personas que son realmente las víctimas.
“Tal vez algún día habrá un tiempo en que no tendremos personas que están llenas de odio, que están llenas de ira, que no respetan la ley. Espero que habrá un día en que no tengamos personas así en nuestras comunidades, en nuestras escuelas, en nuestras tiendas o manejando en nuestras calles, pero hasta que ese día venga, hasta que aprendamos a vivir con respeto mutuo y con entendimiento, con tolerancia hacia otras personas y otros países, necesitamos tener el ojo sobre ciertas personas. Mientras más personas puedan mantener un ojo en Frómeta mejor. En lugar de tener treinta y cinco agentes persiguiendo a Rubén Campa tengamos uno observando a Frómeta (…)”
Joaquín recuerda al panel su responsabilidad, el hecho de que han tenido que renunciar a sus vidas para cumplir con el deber de impartir justicia, los esfuerzos que tomó el integrarlos en un jurado para buscar una docena que solamente juzgara por la evidencia. Les recuerda que sólo ellos y quienes han presenciado el juicio durante seis meses saben lo que realmente ha pasado en la sala y que ellos no tienen que explicar sus decisiones a nadie, que esta es una decisión enteramente de ellos y que tiene que ser tomada sin considerar presiones, simpatías o prejuicios; recordándoles también que es una decisión que requiere mucho coraje.
Hasta aquí fragmentos del texto integro del diario de René González. Creo que se ha perdido por completo el sentido de la justicia porque a pesar de todas estos hechos estos cinco jóvenes cubanos se encuentran cumpliendo sanciones realmente injustas. Si contará con los recursos suficientes lo destinaría para que este diario se convirtiera en el guión de una buena película sobre el sistema judicial norteamericano.
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