Conozco una familia árabe que se vio obligada a separarse mientras huían de los horrores de la guerra. La embarcación en la que intentaban cruzar el Mediterráneo se hundió. Hace más de tres semanas que se desconoce el paradero de la madre y dos de sus hijos. Con la ayuda de la Cruz Roja y de ciudadanos voluntarios se piensa que estén vivos en Turquía; mientras el padre, con su hijo más pequeño, se encuentran en uno de los centro de refugiados en la ciudad de Berlín, con la esperanza de que algún día vuelvan a reencontrarse.
El representante de la Cruz Roja explicaba las acciones que estaban realizando para poder darle acogida a miles de refugiados pero apenas lo escuchaba; mi mirada no se podía apartar de aquel niño. Mienta más lo miraba más le encontraba parecido a mi hijo. Por cuenta de esa distracción no podré darle muchos detalles y cifras del terrible drama humano que se está viviendo hoy en Europa. Pero la historia de este niño, que para los noticieros y políticos representa un número, puede ser la historia de miles de familias, incluso más trágica aún.
Mientras los políticos se ponen de acuerdo, cientos de ciudadanos de forma voluntaria se organizan para ayudar a estas personas. Uno de ellos, que conocía de la presencia de un grupo de jóvenes cubanos en Berlín, nos invitó a visitar uno de estos centro de acogida de refugiados para que pudiéramos palpar esta realidad de cerca.
A pesar de los esfuerzo de muchos por tratar de garantizarles una estancia más llevadera las situación es muy dramática. Por mucho que quisiera explicársela jamás lograría trasmitir la impresión que me causó la visita a este centro. Por lo que comparto con nuestros los lectores algunas de las fotos que tomé del recorrido que realizamos.
El protagonista de este post, accedió hacerse un Selfie
Vecinos cercanos visitan el centro de refugiados para jugar con los niños.
Familia siria en uno de los centros de concentración de refugiados en Berlín
La población berlinesa donó bicicletas para los niños refugiados.
Se construyó para que sirviera como una base del servicio de inteligencia de la Alemania Democrática. Después fue comprado por una compañía de telecomunicaciones que tenía los edificios abandonados. El gobierno Alemán la Confiscó y ahora sirve como refugio para los emigrantes que llegan en masas a Europa.
Uno de los problemas que están enfrentando los refugiados es la falta de información y orientación. La falta de traductores dificulta la comunicación con las autoridades.
Muchos de los refugiados se encuentran en un limbo legal, porque la mayoría de ellos no provienen de países en conflictos, solo huyen de la pobreza y la miseria. Para el gobierno alemán son simples emigrantes ilegales que serán devueltos a sus respectivos países.
La Cruz Roja utiliza varios métodos para tratar de unificar las familias que son divididas por la emigración. Publicar las fotos de las personas que está buscando a su familia es uno de esos métodos, no es un método muy efectivo pero se han logrado reencontrar algunas familias.
El comedor del centro de refugiados. Tiene buenas condiciones higiénicas sanitarias.
Se contrató a una empresa que se encarga de gestionar los alimentos de los refugiados. Reciben tres alimentos al día y para los niños tienen dietas diferenciadas
Uno de los problemas futuro para estos emigrantes va ser definir su estatus legal en los países que decidan acogerlos. Hay países que tienen políticas más flexibles que otros.
Algo digno de reconocer fue como se movilizó el pueblo alemán para ayudar a los refugiados. Lo hicieron mucho más rápido que los gobiernos. En este cuarto se recopilan juguetes para los niños refugiados.
Se reciben muchas donaciones por parte de la familias alemanas.
Los refugiados tratan de emplear el tiempo realizando actividades con su familia.
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