El equipo Cuba de beisbol alcanzó el tercer lugar en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá. Podremos pensar que no ganamos porque se han ido 83 peloteros recientemente, como publicó Jimmy hace unos días. ¿Sabe Ud. que hace cuatro años, en Guadalajara, alcanzamos el mismo lugar? ¿Sabe Ud. que en aquel equipo teníamos ocho peloteros que se han ido a jugar profesional, uno que se retiró (Pestano) y otro que se dio vacaciones en medio del combate (Yuliesky)?
Pero, ¡qué bueno que Yuliesky se dio vacaciones y Yander se quedó! Yuli nunca jugó un campeonato internacional como lo hizo Rudy ahora y Yander está por ver. Se perdió porque así es el beisbol, de la misma forma que le sacamos el juego del refrigerador a Puerto Rico, los estadounidenses lo hicieron con nosotros. ¿Alguien me puede decir que manifiestamente Cuba lució inferior a EU y Canadá, equipo con los que perdió? Eso no lo puede decir nadie.
Los que critican tanto a los árbitros cubanos, ¿qué me pueden decir del arbitraje?
Para seguir con Jimmy, ¿no vi a los estelares de Dominicana, ni Puerto Rico, ni… con sus equipos? Entonces para qué la campaña de que los que se fueron jueguen por Cuba, si esos tienen que jugar dónde y cuándo le digan sus dueños.
Vieron cuántos cubanos alentando a nuestro equipo con La Bandera de la Estrella Solitaria. ¿Cuántos cubanos van con banderas de nuestro país a alentar a Pito, a Castillo, a Chapman? Ninguno, porque ellos no representan a nadie, representan a los que le dieron millones de dólares por su propiedad.
Entonces, ¿debemos traer una vez cada cuatro años (si acaso los dejan, en el Clásico) a los que nunca juegan para nosotros, en detrimento de los que sí están aquí, viajando miles de kilómetros en ómnibus para que su pueblo disfrute con ellos? He estado en otros países donde los niños que juegan beisbol no dicen que quieren ser del equipo de su país, su sueño es ser un Grandes Ligas. ¿Eso es lo que queremos?
Después que escribí estos renglones leí un artículo en el Nuevo Herald titulado “La enfermedad de la pelota cubana” que difiere al 100 % de lo que digo. ¡qué tranquilidad! Porque si coincido con el Herald ya me estaría revisando.
Si se nos fueron el 50 % de los médicos y hoy todo el mundo quiere a los médicos cubanos por sus conocimientos, pero sobre todo, por su solidaridad, por su sencillez, por su disposición a sacrificarse. Pero estos médicos cubanos (ahí están a los que atienden a los hijos y nietos de todos nosotros) son los alumnos de los tres mil que prefirieron estar donde era su deber y no, donde ganaban más dinero.
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