Educación: nuevo contenido

(Foto: Canal Caribe)

De todas las instituciones de un país son quizás las de educación las más propensas a favorecer la propagación del virus. Esto se debe sobre todo a la naturaleza de sus actividades –siempre gregarias– y a las características de sus integrantes –niños y jóvenes con mayores necesidades de socialización y menor percepción del riesgo que los adultos.

Por esa razón la mayoría de los gobiernos, ante el incremento de casos de Covid-19, como una de las primeras medidas suspendieron las actividades educativas de forma presencial e implementaron alternativas –algunas más funcionales que otras– para la continuidad del proceso docente.

No obstante, la pandemia ha sido una de las mejores fuentes de aprendizaje: ha dado lecciones de forma contundente. Quizás la más importante, esa que va a examen, es la de demostrar la profunda desigualdad de la sociedad en todas sus aristas, entre ellas, la del acceso a la educación. Esta no es una revelación, ya lo sabíamos, en términos educativos podría decirse que es una ejercitación, una clase práctica.

Tenemos en el continente varias realidades: estudiantes recibiendo clases online, por radio o televisión. Otros contratando servicios privados de educación a distancia. Algunos que ya no son más estudiantes, pues la escuela era la única frontera que los separaba del trabajo.

Ante este mosaico, ¿cuál es la opción menos desfavorable –porque favorable no hay ninguna– para salir de la crisis educativa global y a qué estrategia se ha adscrito Cuba?

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Educación en Latinoamérica

Diversos expertos en pedagogía y ciencias de la educación en América Latina han propuesto descomprimir las tareas y materias del sistema educativo para centrarse en el bienestar de los niños y jóvenes y lograr una instrucción elemental.

También sugieren promover automáticamente a todos los estudiantes a los grados superiores. Los motivos son comprensibles, ya que muchos de los sistemas educativos de la región se caracterizan por su desigualdad en cuanto a las posibilidades de acceso y calidad de la educación. La promoción automática al próximo nivel escolar, según la opinión de estos expertos, reduciría la brecha entre clases sociales opuestas en este contexto.

Si bien ni esta ni ninguna medida pondría jamás en el mismo plano de posibilidades a todos los estudiantes, al menos evitaría el enfrentamiento a exámenes en los cuales, es sabido, algunos tendrían una amplia ventaja al haber podido acceder a las formas más interactivas del proceso docente, como lo son las clases a distancia usando las redes y softwares que permiten que el profesor intercambie y evalúe en una cuasi realidad presencial.

Por otra parte, los estudiantes de áreas rurales, cuyo acceso a la educación no pocas veces consiste en audio-clases transmitidas por radio, no obtendrían siquiera la mitad del conocimiento en un mundo donde la información cada vez es más visual e interactiva. Promocionar a todos al próximo nivel pareciera ser una solución destinada a homologar a cualquier tipo de alumno y mantener sólo las desventajas de raíz, sin agregar nuevas por causa de la pandemia.

No obstante, la promoción masiva a ultranza también tendría consecuencias negativas a mediano y largo plazo en niveles como los primeros años de la educación primaria y algunas carreras universitarias cuyos contenidos por su naturaleza ya son numerosos, se estudian a contra reloj y son imprescindibles para la adquisición de nuevos saberes.

Son los niños los más sensibles a sufrir daños irreparables en su formación. En Bolivia, por ejemplo, se han dado casos de infantes de zona rurales que no aprendieron a leer ni a escribir durante este período debido al poco o inexistente acceso a internet. Aun así, fueron promocionados al nivel siguiente, o sea, empezarán el próximo curso escolar a estudiar nuevos contenidos que no podrán leer.

La educación durante la pandemia se ha convertido en un desafío en Bolivia por las carencias y contrastes del modelo a distancia (Gabriel Romano / EFE)

Según Claudia Uribe, directora de Educación para América Latina de la UNESCO, el continente se enfrenta a una catástrofe generacional.  

Estrategias para reducir la desigualdad en el acceso a la educación

La contraparte de esta estrategia del promocionismo es reiniciar completamente el curso escolar. Así se «hace desaparecer» lo ocurrido en momentos de aislamiento y cuarentena y cuando la situación epidemiológica lo permita, comenzar de cero.

Entre los países que han adoptado esta vía se encuentra Kenia. Allí se han suspendido completamente todo tipo de actividades docentes y se reiniciarán los programas de estudio cuando sea posible la vuelta a las aulas. Tiene el mismo fin que la promoción automática: reducir la brecha en el acceso a la educación acentuada por la pandemia.

Esta parece ser una medida contraproducente que no reducirá brecha alguna, sino que logrará que las desigualdades se amplíen como nunca antes. El apagón educacional deja sin cobertura a todos los estudiantes por igual, pero queda la autogestión educativa, la contratación de profesores particulares y los cursos online para aquellos que puedan costeárselos.

De igual forma, se crea una brecha con respecto a los estudiantes en desventaja económica y geográfica, a quienes la suspensión del proceso docente afectará no sólo desde el punto de vista de la instrucción, sino desde el formativo –hay que tener en cuenta que la formación y no solo la instrucción es uno de los objetivos fundamentales de la escuela.

Expertos de la OMS y la UNICEF alertan que las consecuencias a corto, mediano y largo plazo serán desastrosas y se traducirán en el incremento exponencial de embarazos en edades tempranas, violencia doméstica, aumento del trabajo infantil y una irreparable asimetría entre las clases sociales opuestas en la competencia por carreras y puestos de trabajo.   

 La educación durante la pandemia en Cuba

En la Isla los estudiantes de cualquier estrato social van a los mismos centros educativos, sufren las mismas fallas y gozan los mismos aciertos de un sistema educacional inclusivo, universal y gratuito, pero envejecido y desfasado. Las brechas en la educación cubana tienen que ver con las ventajas y desventajas económicas y la estructura del núcleo familiar.

La educación cubana y sus retos

En Cuba ni promocionismo, ni reinicio. El país no se ha adscrito a ninguna de estas estrategias, sino que ha reacomodado los programas de estudio y los currículos para impartir los contenidos esenciales y examinar a los estudiantes para pasarlos al próximo nivel.

Muchos opinan que esta es otra forma de promocionismo, escondida tras unos exámenes permisivos y simbólicos. Quizás tales opiniones se deban a la tradición de promocionar a troche y moche para cumplir objetivos políticos y estadísticos, y así estar dentro de los estándares educacionales del mundo y en las primeras posiciones dentro de los países en vías de desarrollo.

Otras opiniones, por el contrario, se refieren a que es injusto examinar a estudiantes que no han tenido una formación competa o eficiente, expuestos a los devaneos de la cuarentena y a la intermitencia escolar.

La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que las decisiones en cuanto a la aplicación de evaluaciones no afectarán a los estudiantes. Dijo que se dedicarían varias semanas a impartir de forma presencial los contenidos esenciales para el cumplimiento de los objetivos de cada grado. Destacó que en Cuba no se repetirá el curso escolar, incluso si los estudiantes, por lógicos problemas de calendario y acumulación de contenidos en la etapa de cuarentena, no logran vencerlos.

En cualquier caso, aseguró que se respetarán las vacaciones de verano y se continuará en septiembre hasta que realmente haya la certeza de que los estudiantes dominan los contenidos, siguiendo los procesos didácticos vigentes: presentación del contenido, sistematización, profundización y consolidación.

A pesar de que siempre es un problema para los especialistas y pedagogos reajustar los programas, el sistema nacional de educación a fuerza de costumbre –históricas campañas económicas y agrícolas, eventos políticos masivos y huracanes–, está facultado para adaptar el currículo y llevarlo a casi cualquier realidad. En marzo de 2020, cuando se suspendió la presencialidad, ya se había impartido más del setenta por ciento de las clases, lo cual es un atenuante porque el contenido a examinar no será masivo.

Las clases y el éxito de la educación

Según expertos de la UNESCO, las clases televisivas son una excelente opción para sustituir la presencialidad. Esta ha sido la variante escogida por las autoridades del Ministerio de Educación por ser la que puede aplicarse masivamente.

Educación y autoritarismo

Señalan los mismos expertos que las clases televisadas sólo son funcionales si van acompañadas de material impreso, tutorías por teléfono o algún otro tipo de seguimiento a los alumnos. Plantean que el modelo ideal es el híbrido, en el que se combinan las clases televisadas, los recursos online y los contenidos impresos.

La ventaja en la Isla para aplicar este modelo es que los estudiantes cuentan con el material impreso: libros de texto, cuadernos de ejercicios y complementarios. También se cuenta con la gran experiencia que existe en cuanto a las clases televisadas, que incluso en un momento llegaron –erróneamente– a relegar a un segundo plano a las tradicionales.

Las debilidades radican en el acceso a los recursos online. Estos existen y tienen buena calidad –ahí está la plataforma Cubaeduca, por ejemplo–, pero no debe desestimarse el obstáculo del alto costo del internet. Aunque esta plataforma se encuentra en el dominio nacional .cu, lo cual abarata la conectividad, el precio de las terminales electrónicas como teléfonos o tabletas –ahora en MLC– no puede ser pagado por todos.

No obstante, para suplir esta falta de acceso de miles de estudiantes a los recursos online, las iniciativas comunitarias, grupales y personales han sido una buena solución: compartir los materiales descargados y usar la telefonía fija como forma de seguimiento al proceso de enseñanza/aprendizaje. El modelo híbrido ha demostrado su funcionalidad en muchas naciones, pero no depende solamente de estrategias didácticas y medios de difusión.

La efectividad de la educación depende del triángulo Hogar/Escuela/Sociedad. Eliminada la variable sociedad por razones obvias y minimizada la escuela a las clases a distancia, es el papel de la familia el definitorio si tenemos en cuenta que los tutores de los alumnos comienzan a desempeñarse como profesores, evidentemente, sin formación para esta tarea que no es simple.

La dimensión digital

Muchos padres cubanos sobre todo de alumnos de los primeros años de primaria han manifestado que no están preparados para asumir el proceso de enseñanza. Las posibilidades de la educación a distancia varían entonces de hogar a hogar y dependen de variables como la estructura familiar y las condiciones inmobiliarias. Ninguna de estas pueden ser objeto de alarde nacional, son quizás de las más afectadas en la Isla.

El estado habitacional en el país presenta condiciones críticas con más de 45 mil familias en albergues, para un total de 130 mil personas, 44 mil solo en La Habana. El número de familias desestructuradas también es alto, así como el estrés y las tensiones de índole económicos acentuados por la pandemia. En estos entornos, incluso en condiciones normales, es más difícil para un niño o un joven vencer los contenidos o sentirse motivados hacia estos. En el período de aislamiento social sus desventajas crecen exponencialmente.

Es por eso que si bien las estrategias del Ministerio de Educación han ido encaminadas hacia la homologación de las posibilidades para todos, no se han tenido en cuenta las variables mencionadas y por las cuales también existe una especie de brecha entre estudiantes. Pero esto tampoco es contenido nuevo, es una ejercitación, una clase práctica, la aplicación en el terreno extremo de la pandemia de lo que ha caracterizado a la educación cubana en las últimas décadas.

Si bien existe una igualdad constitucional, asumida e impresa en el ideario nacional, la realidad demuestra que las posibilidades de éxito de los estudiantes –y por ello su futuro– no dependen del sistema educativo solamente, sino de toda la superestructura económico-social que lo rodea. Esa estructura es cada día más diversa en una sociedad que apenas se está preparando para asumir sus diferencias: he ahí el nuevo contenido que tendrán que aprender las instituciones educativas.

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6 comentarios

Manuel Figueredo 10 mayo 2021 - 8:52 AM
Buen trabajo.
Revenge 10 mayo 2021 - 8:52 AM
La equitatividad de acceso y oportunidades a la educacion en Cuba bajo la pandemia, que parece ser el punto de contencion del articulo, solo se lograria transformando el pais de la noche a la mañana, lo cual no es realista ni esta dentro de las competencias del MINED. Yo veo que se esta tratando de crear varias vias de acceso a los contenidos, y en mi opinion es mucho mas de lo que se esta haciendo en buena parte del mundo; donde la implementacion de las clases online queda basicamente a cargo de la escuela como centro, no de un ministerio como institucion. En paises con mas 'igualdad' en terminos de conectividad existe la paradoja de que padres que comen y c*g*n Netflix, y tienen wifi ilimitada en toda la casa, se quejan de que debido a la precariedad economica no pueden costear los libros de texto y el material escolar que normalmente suministra la escuela,los cuales debe complementar la educacion hogareña. Otra problematica la tienen aquellos paises emergentes donde la alimentacion de los niños depende en alto grado de los programas estatales de alimentacion en las escuelas, y se han han producido reclamos de que los fondos de este programa sean distribuidos a las familias en forma de pension regular mientras no se reanuden las clases preenciales. A nosotros, que movemos cielo y tierra para mandar a los muchachos a la escuela con su lunchera mas o menos llena de lo que haya -sin preguntar adonde van los 'cuantiosos recursos que el Estado cubano destima cada año al almuerzo escolar'- nos pareceria una exigencia desmesurada, pero la realidad es que ya sea por negligencia parental o por una situacion objetiva de precariedad, en el mundo hay muchos niños solo comen lo que le sirven en las escuelas. Al final lo mismo en el primer mundo que en el tercero, que en un pais como Cuba, donde supuestamente se ha trabajado para erradicar las diferencias esenciales, hay carencias, desafios e insatisfacciones. Particularmente en Cuba no es el momento de hacer magia, y de momento se trata de que tanto las familias (incluyendo los hermanos mayores y abuelos convivientes) como las instituciones se encuentren en un punto intermedio; pues ni uno ni otro pueden ni tienen por que resolver el problema unilateralmente. Esperar resultados normales de un proceso que se desarrolla en condiciones bien anormales -aun sin considerar la estrangulacion economica y de bienestar que usted bien describe- es irrealista.
Eva 10 mayo 2021 - 4:00 PM
Mientras este país tenga el gobierno que tiene no habrá esperanzas de ningún tipo para las familias cubanas las del montón las de baja gama las que no han tenido ni tendrán oportunidades de vivir con bienestar a costa de su trabajo Las familias cubanas cada vez están más desprotegidas por el estado militar abusivo y demagogo cubano La alfabetización en 1960 pasó a ser la adoctrinacion para sembrar miedo y llenar a los niños de consignas hacernos trabajar en escuelas en el campo en edad infantil lo. Isla era explotación y ningún padre era capaz de verlo como fue La calidad de la instrucción que era buena buenísima y donde el prestigioso maestro era respetado y venerado por las familias se perdió Los maestros emergentes que eran personas a veces con menos de 18 s as ños y si sabían nada de nada En fin hay tela por donde cortar y ahora está pandemia para hacer visible el subdesarrollo en que nos encontramos y el desamparo de los estudiantes en todos los niveles . Graduados universitarios con un desastroso dominio de la lengua española que da vergüenza.Eso por no agregar que “la educación“ es invisible No se practica ya ni el buenos días a los maestros , no hay respeto al otro, no hay enseñanza de filosofía para la vida etc etc etc Si yo fuera joven con hijos estaría buscando irme de aquí a donde sea ! En estos momentos y hace muchísimos años Cuba no es ejemplo para nadie en nada
Hermes Tru 10 mayo 2021 - 5:11 PM
Creo que los niños tienen que asistir a la escuela.
MARLENE AZOR HERNÁNDEZ 11 mayo 2021 - 5:06 AM
El sistema de enseñanza cubano gradúa en masa, analfabetos funcionales. La prueba, todo el buró político, el Comité Central, el gobierno y sus ministros, la policía política y la policía nacional, junto a los tribunales de injusticia cubanos. La administración pública y la administración de justicia no funcionan en Cuba, debido a la política de cuadros del partido: mientras más brutos mejor, así bajan de manera más fácil y automática la cerviz frente a los disparates del gobierno el partido y los órganos represivos. Las sesiones del Parlamento muestran a los analfabetos funcionales perdiendo el tiempo y los recursos. Los operadores del derecho en Cuba traicionan sus profesiones y a la ciudadanía con tal de asegurar sus puestos. Estos dependen de la genuflexión a los disparates arbitrarios del PCC. Cuando digo que el sistema está podrido no es una metáfora.
Madres cubanas: honra y suplicio - CódigoAbierto360° | CódigoAbierto360° 13 mayo 2021 - 12:42 PM
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