Ejercitar públicamente el derecho a la opinión implica de manera automática aceptar el hecho de caer bajo la lupa del escrutinio. Es ya casi un hábito para La Joven Cuba, adaptada a la vigilancia constante, que cualquier falta desate un aguacero de críticas, constructivas algunas y calumniosas otras. Irónicamente, a LJC se le aplica la lupa que mencionaba Galeano haciendo referencia al proyecto socialista cubano: magnifican errores y minimizan aciertos.
En días pasados, en uno de nuestros artículos incurrimos en un error, algo que aunque es común en cualquier medio de comunicación –por ejemplo, Granma debió corregir un texto esta semana–, no es frecuente en nosotros dado el celo con el que trabajamos. Por esa equivocación ofrecimos públicamente disculpas, tanto el autor del texto en cuestión como el equipo de LJC, costumbre poco habitual en medios cubanos. También en fecha reciente, han despertado comentarios negativos en diferentes espacios sobre algunos debates ocurridos en nuestro grupo público de Telegram, LJC-Grupo de debate.
Aunque se ha descontextualizado el contenido de muchos de esos comentarios y otros se han exagerado, reconocemos que en algún momento ha fallado la moderación en ese foro de Telegram. Se tomarán las medidas pertinentes para regular el espacio, con el fin de que sea reflejo genuino del espíritu moderado, reflexivo y serio que hemos intentado imprimirle a nuestro trabajo.
Además, ofrecemos disculpas a quienes se han sentido ofendidos por dichos comentarios, marcados muchos de ellos por la ligereza. Descalificar personas o instituciones es una práctica que merece nuestra total desaprobación. La dinámica que seguimos es la de promover la confluencia de ideas y posturas, siempre que estas tiendan a buscar el mejoramiento de nuestro país.
Dicho esto, consideramos importante señalar algunos ejemplos de la manipulación a la que antes hicimos referencia. Cuando en uno de los comentarios, un forista –recordemos que es un grupo público- señaló a Cuba como una dictadura, nuestro editor lo contradijo y argumentó que tales discursos sólo provocan más radicalización. Esto fue sacado de contexto, exagerado y utilizado como una prueba en su contra. Es evidente que se trata de una campaña de descrédito –basada en la desinformación y motivada por objetivos turbios- cuando intercambios informales entre foristas se le intentan atribuir a LJC, aunque la mayoría del equipo ni siquiera es parte de ese grupo.
El uso de fragmentos de nuestro foro como herramienta descalificadora, puestos a disposición de un público que en su mayoría no está familiarizado con ese espacio, es un acto burdo de manipulación. Que se utilice un medio digital como Cubadebate para legitimar este tipo de altercados, es muestra de cuánto ha degenerado el debate público no sólo en redes sociales sino en los medios a disposición del Estado y el Partido en el país.
La adjetivación, lamentablemente, es cosa común en marcos cerrados. LJC también tiene en su poder capturas de pantalla donde quienes hoy nos denuncian en redes sociales y medios partidistas, denigran a intelectuales, artistas y diplomáticos cubanos con calificativos muy bajos. Sin embargo, nos negamos a circular esas conversaciones privadas. La espiral de las descalificaciones no lleva a nada bueno y deseamos romperla.
En los últimos cuatro años, la administración Trump ha apoyado emprendimientos digitales de origen cubano con escasos o inexistentes estándares periodísticos y a numerosos activistas en redes sociales que utilizan la descalificación y la desinformación entre sus métodos. LJC también ha sido víctima de este sector reaccionario, con repetidas amenazas a su editor.
Grupos en Cuba, impotentes ante esa marea digital y limitados en sus medios para afectar seriamente a sus atacantes foráneos bien pertrechados, han imitado algunas de estas prácticas y la han emprendido –como ahora con LJC– contra proyectos nacionales que sí se encuentran bajo su radio de acción. Es un nefasto ciclo de bullying digital en el que medios pagados por una potencia global -Estados Unidos- presionan a un país pequeño –Cuba-, y algunos funcionarios de este han decidido hacer lo mismo con los medios que le estorban, muchas veces incurriendo en la injusticia y la falta total de ética.
Regresando a nuestro espacio en Telegram, la mayoría de los foristas allí asumen términos y giros coloquiales para comunicarse entre ellos, algo que puede ser utilizado –y fabricado– contra LJC. Es responsabilidad nuestra acompañar entonces a los foristas, promoviendo una cultura que permita debatir con argumentos y no con injurias. En cierta ocasión la anterior primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, Susely Morfa, manifestó que había que utilizar las mismas armas que el enemigo en la batalla ideológica. Era ese tipo de armas las que se estaban usando en nuestro grupo de Telegram, algo que no se repetirá, pues LJC no coincide con tales actitudes.
Agradecemos a nuestros críticos por su ejercicio. Con él, señalan deficiencias que pasamos por alto, ayudan a seguir mejorando nuestros servicios y ampliando nuestra audiencia. Reiteramos que se tomarán las medidas necesarias para que una situación de este tipo no vuelva a suceder, inspirados en la idea guevariana de “trabajar por nuestro perfeccionamiento interno como una obsesión casi, como una impulsión constante; cada día analizar, analizar honestamente qué hemos hecho, corregir nuestros errores y volver a empezar el día siguiente”.
Nuestro Telegram en seis meses tiene 900+ seguidores en su canal oficial y 200+ en su espacio de debate, es relativamente joven pero se le exige un nivel de moderación al nivel de otros medios con mayores recursos materiales. Cambiaremos lo que sea necesario y buscaremos los medios para estar a la altura. También seguiremos ejerciendo la crítica como el ejercicio del criterio que es, para intentar “desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella”. A continuación, adelantamos algunas reglas que implementaremos en nuestro foro de debate de Telegram, donde la opinión de los foristas no debe ser atribuida a nuestro proyecto, pero agradeceremos la colaboración de todos en señalar cualquier violación ética.
Reglas para debatir en el foro público de Telegram LJC-Grupo de debate:
- Los debates en el grupo estarán enfocados en los temas políticos, sociales, económicos y culturales que son objeto de atención de La Joven Cuba y otros que sean interés de los miembros, siempre que no se alejen de esas categorías.
- Los foristas deberán respetar ante todo la diversidad de criterios, aun cuando estos difieran de la opinión propia. La ubicación en el espectro político, la filiación o no a cualquier tendencia, no puede ser motivo para atacar una opinión.
- El foro no será lugar para descalificar personas, instituciones o medios. El ejercicio de la crítica debe estar regulado por la ética y el respeto.
- No debe editorializarse en el foro. La exhibición exclusiva de preferencias políticas sin participar en los debates que tengan lugar y los contenidos compartidos, no será permitida.
- Los administradores del grupo velarán por el cumplimiento de estas reglas de convivencia. A ellos podrá dirigirse quien desee comentar o reportar algo referido a La Joven Cuba y sus espacios.
Puede acceder a nuestro canal de Telegram en el siguiente link: https://t.me/lajovencuba
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