Viendo las noticias, me entero que las Naciones Unidas decidieron dedicar el día 15 de septiembre a incentivar la instauración de la democracia. Una buena noticia, pero lo que realmente me llamó la atención, fue el comentario de un conocido periodista del noticiero. Cada vez que se habla en los medios públicos de nuestro país, no puede faltar el comentario crítico sobre la democracia en los Estados Unidos, con énfasis en la manera que utilizan para escoger el presidente. Este es un tema que se comenta y critica tantas veces, que es casi un tema de estudio en los diferentes niveles de enseñanza.
No lo niego, no comparto la idea, de que sean representantes los que tengan el derecho supremo en lugar de los ciudadanos. Sin intención de ser irrespetuoso, considero que es una burla nombrarse demócrata e impedir que sea el pueblo con su voto directo, quien elija al que va a dirigir el destino del país, por un plazo determinado de tiempo. Para no ser injusto con las restantes democracias que se supone existen en países occidentales, estas no son menos vilipendiadas cuando los “expertos cubanos en democracia” comentan sobre ellas en los medios de comunicación. No puedo describir la manera en que usualmente se discute sobre democracia aquí.
El pluripartidismo no recibe nunca elogios, de hecho, yo no lo apoyo tampoco.
Ah!, pero si estamos ante un examen y queremos obtener las mejores calificaciones, no podemos olvidar describir nuestro modelo de democracia como el único verdadero, non plus ultra e insuperable ejemplo de democracia, que cuenta además con el apoyo de todo el pueblo.
Propongo revisar la historia reciente, para verificar si es justo o no, coincidir con esa valoración respecto a la democracia en Cuba. Me viene a la mente una fecha; el 24 de febrero de 2008. Como pueden recordar, ese día sesionó la Asamblea Nacional del Poder Popular, para elegir de entre sus diputados al Presidente del Consejo de Estado y de Ministros y al Primer Vicepresidente, tal y como lo establecía la Constitución en aquellos días. En realidad debían haber elegido otros cargos, pero a solicitud de quien fue elegido como Presidente, se limitaron a elegir sólo al Primer Vicepresidente.
¿Qué tuvo de particular ese día, o más bien esa elección? Ha sido la única vez que se nos ha dado a conocer, que se presentó más de una persona como candidato a un mismo cargo, y por consiguiente, los votantes apoyaron a los candidatos de forma diferente, es cierto que, nunca se publicó cuantos candidatos hubo, ni la cantidad de votos obtenidos pero no podemos negar que el solo hecho, de que al menos de forma pública algo similar ocurriera, ya era un avance, hasta entonces y desde entonces, para los cargos más importantes, sólo se presenta un solo candidato, que siempre obtiene los votos necesarios.
Hasta ahora, ese día puede verse como uno normal o casi, pero si recordamos las palabras del Presidente, al referirse a la manera en que se eligió al otro cargo, se desvanece toda idea de que nos regimos por métodos democráticos de elección, pues fue elegida -y nuestros Diputados lo aceptaron-, la persona que menos votos recibió, por el simple hecho de que el voto de un diputado, valió más que el del resto.
Aunque en Cuba se critica fuertemente al sistema electoral de EEUU, lo hemos copiado.
Decir que el partido no postula a los candidatos, es más que una mentira, es una burla. ¿Quién elige a las comisiones de candidatura? No se hacen por oposición y voto popular. ¿Quién elige a los dirigentes de las organizaciones sociales y de masas? No es el pueblo. ¿Quién elige a los máximos dirigentes del partido en las provincias como Diputados? La lista pudiera extenderse, pero como dijo el Che, no vale la pena emborronar cuartillas.
Un hecho si considero cierto, no se necesitan cambios trascendentales, sólo perfeccionar lo que tenemos, y no olvidar lo que hace años dijo Raúl, “la técnica vale lo que el hombre que la maneja”. Ellos, quienes nos dirigen y representan son la técnica, nosotros, el pueblo, somos los hombres. Demostremos entonces que valemos mucho más, y aprendamos a manejar la técnica, en lugar de dejarnos manejar por ésta, esa es la verdadera democracia. Lo demás es vivir del cuento.
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