(Polémica a raíz del artículo ¿Dónde están los textos del Che?)
Del reciente artículo de Mario Valdés Navia hay que ponderar su llamado siempre necesario y oportuno a regresar al Ché, a su pensamiento, no como un dogma del que se extraen citas, sino por ser la continuidad lúcida y crítica de un pensamiento sobre el Socialismo que hoy debe reconectado con la cultura política nacional en toda su utilidad y hondura.
Más allá de lo impreciso que pueda ser en relación a recientes publicaciones de su obra más conocida, acierta en señalar la existencia de una parte de su pensamiento que puede ser aún muy útil y que aún permanece inédito en Cuba, probablemente disperso y aún por sistematizar. Algo similar deberá pasar, pasará sin dudas, con el pensamiento político de Fidel Castro, la mayoría inédito y disperso, clave para rescatar para ese debate crítico de los sueños que es y debe ser el Socialismo si quiere ser verdadero.
En materia historiográfica la recuperación del pensamiento revolucionario producido en Cuba en los últimos cincuenta años es un auténtico desafío aún por encarar en toda su dimensión. Anoto que el propio Ché reaccionó muy molesto cuando se enteró que las placas de algunas obras de Trosky que iban a ser editadas habían sido rotas, pero aún, para poner un ejemplo más, siguen inéditos la mayoría de los diarios de los compañeros de la guerrilla internacionalista que lidereó el Che en Bolivia. Tenemos muchas deudas con el Ché.
(Texto relacionado: El Che no conviene)
(Texto relacionado: La pregunta debiera ser otra)
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