Las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje a las comunicaciones realizado por el gobierno de los Estados Unidos ha disparado las alertas sobre el tema y no porque no se conocía el asunto sino porque hasta ahora se suponía que los espiados eran los “enemigos”, es decir los países pobres, los gobiernos progresistas o aquellos que están en la competencia como Rusia o China.
Siempre ha sido así, los problemas no son tales hasta que no afectan a los ricos, cuando esto sucede es que se comienza a hablar de ellos y a actuar para impedirlos. No importa que haya violencia en una ciudad, que se trafique con drogas y mujeres o que se pongan bombas en lugares públicos, hasta que no se vean afectados los intereses de las “fuerzas vivas”, no pasará nada.
En una ocasión Fidel dijo que Cuba era el país más espiado del mundo y esto no es para nada una exageración, el hecho de tener de vecinos a los dueños de mundo –al menos eso se creen- ha contribuido a ello y no hablo de lo sucedido después del primero de enero de 1959 sino desde mucho antes, concretamente desde el gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-1948).
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial y con el comienzo de la Guerra Fría –que contra Cuba no ha finalizado- el Buró Federal de Investigaciones (FBI) desplegó en Cuba una amplia red de agentes destinados a espiar especialmente a los comunistas pero que abarcaban todas las áreas de la vida nacional pues estaban al tanto de todo lo que sucedía en lo político, económico, social y militar.
Según cuenta el historiador Humberto Vázquez en su libro “El gobierno de la Cubanidad”-se los recomiendo- los llamados G-Men no solo interceptaban las conversaciones telefónicas y controlaban los movimientos de los principales líderes políticos sino que empleaban el soborno y la corrupción para poner a funcionarios públicos a su servicio.
Las revelaciones de Snowden no son nada nuevo entonces para Cuba, desde hace mucho tiempo hemos sido víctimas del espionaje y de todo tipo de métodos de guerra sucia, desde transmisiones ilegales hacia nuestro territorio hasta el terrorismo. Veo las noticias y sonrío pensando si acaso tendrá que hundirse en el mar Manhattan para que los ricos se den cuenta de que lo del Cambio Climático es real y que también los puede afectar a ellos.
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