Hay un tema recurrente en estos días, en que casi no he tenido tiempo de escribir algo en serio para La Joven Cuba, el tema de la leche. Parafraseando a Marx, un fantasma recorre el mundo de La Joven Cuba, ese fantasma es un vaso de leche.
Es costumbre por parte de mis habituales contendientes, referirse a este servidor como un bolchevique furibundo, incapaz de hilvanar un pensamiento crítico hacia la realidad cubana, y nada más alejado de la verdad. Yo en lo personal soy muy crítico de algunas, o corrigiendo, de casi todas nuestras debilidades. Lo que pasa es, como ya he dicho otras veces, que la única condición que puse al unirme al equipo de La Joven Cuba, es que nunca bajaría bandera de la Revolución Cubana en Internet. Mis críticas en este blog serán siempre dirigidas hacia las políticas yanquis, y a quienes desde afuera, o desde adentro, las apoyan, ya que estas son la principal causa de los sufrimientos de mi pueblo.
Si otros no desean ver el sol que está delante de sus narices y prefieren taparlo con un dedo, allá ellos. Cuba no merece de sus hijos otra cosa que trabajo, y amor, y en mi opinión quienes directa o indirectamente se alinean con el pensamiento yanqui con respecto a Cuba, no cumplen con estos dos preceptos. Lo que en realidad hacen es sumarse a una política de agresiones e infamias con la que la mayoría del pueblo de Cuba ha tenido que lidiar durante más de 50 años.
A pesar de la retórica contrarrevolucionaria, y las fábulas al estilo de las que se narran en algunos blogs defensores de esta corriente, en esta isla nadie se toma el trabajo de estar persiguiendo a la gente por hablar cascarita de caña, y mucho menos por criticar. Si así fuera, y Cuba fuera el infierno en la tierra que algunos pintan, iríamos presos la mayoría de los militantes del PCC, que somos los primeros críticos con las cosas malas que pasan en Cuba. Porque pasan, lo que en Cuba no solo hacemos cosas malas, y no siempre se mete el delicado pie (la pata en buen cubano).
He leído recientemente un debate que sostuvo el amigo Josep Calvet con uno de estos iluminados, que escribe, y parece que administra el Blog “El Pequeño Hermano” (Pequeño Hermano, pero pincha para el Big Brother), un tal Ernesto al que sus aláteres aclaman por su valentía a la hora de enfrentar la tiranía Castro – Comunista, y que modela a lo Ricky Martin en las fotografías que de sí mismo expone en su Web. Leí del muchacho, un post donde relata que un supuesto agente del G-2 le aseveró que se le dejaría salir de Cuba si dejaba de escribir, y otras bajezas sin nombres de los cuerpos de la Seguridad del Estado de la República de Cuba. Nuestro ecobio Joseph, como Tarzán en medio de la selva (el terreno estaba colmado de nativos caníbales, casi todos de la selva cercana a los Everglades, deseosos de comer carne de ñángaras), le suelta la pedrada y le pregunta en tono muy diplomático que si él podía referir nombres, pruebas testificales y testimonios acerca de esas barbaridades.
La respuesta es digna de figurar como un ejemplo del poco respeto que la verdad adquiere para estos iluminados de la llamada por ellos “ciberresistencia”, cuando deberían denominarse a sí mismos “ciberfabuladores”. El caballero respondió en esencia, que no era necesario presentar prueba alguna, que simplemente con su palabra era suficiente. Entonces comprendí que lo malo se pega, y que las enseñanzas del Expresidente Profeta del Chispa de Tren, aquel al que Dios venía a hablarle en sueños y le orientaba que atacara con misiles Crucero a 60 o más oscuros rincones del Mundo, y que hablaba de armas de destrucción masiva, que después nadie encontró, ha generado la percepción de que se puede decir cualquier barbaridad sin evidencia alguna, y están los lectores en este caso, en la obligación de dar por sentado que quien escribe es el Gran Arquitecto del Universo (para mí que Bush se confundió, y no le vio los Tarritos al Diablo en sus visiones)
Lo que la función de la contra en la blogosfera es el desprestigio de la Revolución Cubana, y aunque sé que esto sucede, no lo comulgo, así que lo enfrento. Sé que algunos en el bando contrario sienten lo que dicen por amor al arte; y sé que hay otros que cobran por eso. No lo digo yo. Lo dice Obama que este año aprobó 3 millones y medio a través de la USAID, para la ayuda a los blogueros contrarrevolucionarios. Después entregó dos millones más, para pagarle a Hackers en Cuba que se dediquen a descuarijingarnos las redes nacionales. Yo me pregunto, ¿Es que el presidente de algún país tiene ese derecho, por muy presidente de Yumilandia que sea? Yo estoy seguro que no; sin embargo algunos participantes en este blog defienden ese sacrosanto derecho de los presidentes yanquis. Un cubano digno, no se cuestiona la soberanía nacional, así sea la del ciberespacio.
Ahora, entrando en la materia que más me interesa, vayamos al asunto de “La leche”. Cuando yo tenía 15 años, el litro de leche no subsidiada en Cuba costaba 80 centavos, y el litro de yogourt costaba un peso. Es decir, el vaso de leche en las cafeterías costaba 20 centavos y el de yogourt 25 centavos. Yo, en los recesos de las clases aquí en la UMCC, corría disparado para la cafetería y me tomaba un litro de leche, porque en esa época entrenaba para mis competencias, y generalmente, ese litro de leche iba acompañado de dos o tres sandwiches de jamón y queso que en ese entonces valían 1.60 pesos. Cuba tenía miles de vaquerías con ordeño mecanizado regadas por todo el país, y además de eso, todos los niños hasta 15 años recibían la leche subsidiada a 20 centavos el litro.
Cuba cambiaba una tonelada de pienso para el ganado, y una tonelada de leche en polvo, por una tonelada de levadura de torula, un subproducto de la industria azucarera que en la RDA usaban para su cría intensiva de ganado. Fue la época en que Ubre Blanca, la vaca cubana, implantó el récord Guiness de producción de leche, que ninguna vaca ha logrado romper hasta el día. Es la misma etapa de la Revolución en que cada nueve días, se daba en la carnicería 1 libra de carne de res por persona y los niños recibían una libra de carne adicional todas a 20 centavos la libra, ¿O ya se olvidaron de eso?
Yo viví todo mi infancia y mi primera juventud al lado de una bodega. En la madrugada sentía cuando el carro de la leche ponía en la esquina las cestas con los litros de leche de vidrio, porque armaban tremenda bulla y me despertaban. Y ahí permanecían hasta que los bodegueros abrían a las 8.00 am. Y no se perdía un solo litro de leche. A veces alguien se tomaba un litro y dejaba los veinte centavos dentro de la botella. Pero llegó el período especial, y nos quedamos sin socios comerciales, como es el derecho de cualquier país. Los yanquis nos espantaron las Leyes Torricelly y Helms Burton por el lomo, y arreciaron el bloqueo. Recuerdo que en el año 1994 me compré un anuario mundial ESPASA CALPE, y en el referente de Internet decía acerca de Cuba:
No posee servidores disponibles, porque el Departamento del Tesoro, no ha otorgado a la ICAAN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), la licencia correspondiente a una solicitud cubana para operar. El gobierno cubano ha propuesto emplear el nombre de dominio *.cu
Y ustedes entenderán que con esos truenos no hay quien duerma. Y los suministros subsidiados no podían aguantar esa presión. La cuota de leche fue reducida hasta las edades de 7 años, como se redujeron las cuotas de aceite, carnes, azúcar y granos subsidiados. Fue en aquel entonces que salió a la palestra un producto alimenticio desconocido por los cubanos de entonces, y al que los nuevos criollos le dan en la misma costura, el Yogourt de Soya. Es una de las meriendas favoritas de mi hijo. Porque los niños grandes dejaron de recibir leche, pero el gobierno cubano realizó una inversión a nivel de todas las provincias, y compró las primeras “vacas mecánicas”, que en aquel momento adquirimos en Brasil.
Hubo que luchar por adaptar el paladar cubano al yogourt de soya, pero se logró. Casi todos los fines de semanas, voy a comprar el mencionado producto en una cafetería frente al Hospital Provincial, en mi barrio de Versalles, y las personas los compran en solicitudes múltiples. Yo siempre compro cuatro bolsas a tres pesos cada una. El yogourt de soya subsidiado vale a peso la bolsa de un litro.
Las vacas lecheras, muchas de ellas descendientes del padrote Holstein Rosafé Signet comprado en Canadá por una cifra millonaria, al quedarse sin el pienso que se adquirían en el campo socialista dejaron de producir la leche en las cantidades que se garantizaban anteriormente. Las vaquerías con ordeño mecánico fueron cerrando al fallar los suministros de piezas de repuesto. La producción de carne de todo tipo también se resintió. Sin embargo, nuestro Ministerio de la Agricultura, y sobre todo las FAR, ya desde el inicio del Período Especial, emprendieron un camino de rescate de la llamada vaca criolla, que no era tan alta productora de leche y carne, pero come hasta el tan llevado y traído marabú. Se comenzó a introducir el King Grass y otras variedades de pastos. Se introdujeron los búfalos de agua y de pantano, y se sentaron las bases del resurgir de la producción lechera en nuestro país.
Muchos participantes en el blog hacen referencias al discurso de Raúl en Camagüey y su mención a la posibilidad de que cada cubano pueda tener cuando lo desee un vaso de leche, como si hablaran de un fracaso evidente, cosa que en realidad no ha pasado, y que ya muestra los primeros frutos. En los pueblos de campo ya no falta la leche, porque el productor la lleva directamente a la bodega a la cual suministra. En capitales importantes de provincia, como Matanzas, como ya he mencionado, el yogourt de soya ha sido sustituido por leche, y en las cafeterías de la ciudad se vende leche a granel directamente traídas de las lecherías de la periferia de la ciudad. Si alguien tiene duda, que contacte a cualquier Versallero (nativo del barrio matancero de Versalles), y que averigüe si es verdad o mentira que en la carnicería de Silvia, la que está al lado de Maternidad, se vende la leche a granel.
Para sus análisis de la situación actual de Cuba muchos toman como referencia a la capital, una ciudad de casi tres millones de habitantes, donde todo se hace más difícil, olvidando que Cuba no es solo la Habana. Precisamente una de las tendencias actuales del reordenamiento económico, es que cada territorio produzca sus propios insumos esenciales. El programa de la Agricultura Suburbana está basado en este principio. Es como si Raúl hubiese trasladado la idea estratégica de la territorialidad de la Guerra de todo el Pueblo al terreno económico. Pongo un ejemplo. Este año la provincia de Matanzas rompió su récord histórico de producción de papas. En otros años, los matanceros veíamos como los camiones y las rastras de papa, viajaban hacia la Habana. Casi la totalidad de nuestra producción del tubérculo era destinada a cubrir las necesidades de la Capital. Sin embargo en el 2010, aunque la cosecha terminó en junio, todavía hoy se están surtiendo los agromercados de este producto, que se conserva en los grandes frigoríficos conque cuenta nuestra ciudad. La papa de la Habana se obtuvo principalmente en las empresas y cooperativas de la Habana. Algo similar ocurre con la leche.
En los años 80 del siglo XX, que los recuerdo porque los viví intensamente en todos los órdenes, el gobierno revolucionario lograba una distribución de alimentos que abarcaba no solo las redes de distribución de la canasta básica, sino la red de gastronomía, las escuelas, los hospitales, las entonces pocas instalaciones turísticas, en fin que en Cuba se comía tanto que el Ministerio de Salud comenzó una campaña contra la obesidad y el sedentarismo, porque el sobrepeso comenzó a convertirse en un problema de salud en Cuba. En estos momentos, de acuerdo al programa Hablemos de Salud, de nuevo se está dando una tendencia general al sobrepeso en la población cubana, señal de que estamos dejando atrás aquellos tiempos en que llegamos a padecer de polineuritis por falta de alimentos del complejo vitamínico B.
Sobre todo se nota un crecimiento en la talla y la complexión física en las nuevas generaciones de cubanos. Mis estudiantes son muchachas y muchachos más altos y más fuertes que la generación que entró en la Universidad durante la primera mitad de la década del 2000 al 2010, y que eran los niños del Período Especial. Mi hijo tiene casi mi estatura con solo 12 años y posee un físico que ya quisieran muchos hombres. Cuando escalamos la loma del Pan llegó en el pelotón de vanguardia con tres de mis estudiantes etíopes, que como se sabe son los seres humanos de más largo aliento en el planeta. Al niño nunca le faltó la leche, ni subsidiada, ni la que venden los particulares a 5 pesos el litro, ni la leche en polvo de la Shoping, de la que cuesta a 5.00 CUC el paquete, porque para eso trabajo sin descanso, que es la vía correcta para garantizar el bienestar de la familia. Como yo, miles de cubanos, se esfuerzan enormemente y se sacrifican para garantizar una alimentación decorosa a sus hijos, sin tener que vender su alma al diablo, como les encanta asegurar algunos enemigos de la Revolución propensos a extender a una población de 11 millones y pico de habitantes los defectos de algunos seres de nuestra nacionalidad.
Como el picadillo de soya actúa favorablemente sobre las funciones cerebrales, estamos permanentemente hallando soluciones a nuestros problemas, y en estos momentos, como nunca antes, creo que nos estamos acercando a la creación de un modelo económico, que basándose en nuestras particularidades e idiosincrasia, permita al fin que el pueblo de Cuba sea no solo independiente y soberano, sino que entre de lleno en la senda del desarrollo económico. Ya en el post de días pasados sobre la energía hablé de la zona petrolera puesta en licitación en aguas territoriales cubanos. Y he estado leyendo en las orientaciones que se están transmitiendo a los militantes del partido, con respecto a la discusión de los documentos del próximo Congreso, que la militancia, conjuntamente con el pueblo opinen, por ejemplo, sobre las vías más convenientes para eliminar la doble moneda. En fin, como dijo Galileo “Y sin embargo, se mueve”.
La respuesta a las principales carencias nuestras en estos momentos, tienen un solo nombre, bloqueo económico, les guste o no les guste esta afirmación a algunos adversarios de la Revolución Cubana. A pesar de nuestras deficiencias, la economía cubana no deja de crecer desde el año 1994. Si uno recuerda el año 1993 y compara la situación actual se podrá ver que el cambio es muy grande, y el bienestar de nuestra población ha ido aumentando paulatinamente.
¿Que tenemos que mejorar? Estoy de acuerdo, y yo quisiera que la economía mejorara muchísimo más, porque en definitiva, yo también soy hijo de Dios. Pero me doy cuenta, que los amos del mundo, no nos quieren dejar crecer económicamente en paz. Lo ideal es que dejaran de hacerse la idea errónea de que algún día nos van a poder dominar y manejarnos como a muchos países, incluyendo a algunos la vieja y culta Europa, a quienes chantajean y presionan a su antojo, porque eso es imposible; y se dispusieran a comerciar como buenos vecinos con nosotros; pero la naturaleza imperialista de los EEUU, no admite relaciones respetuosas, sino relaciones de subordinación. Yo prefiero pasarle la lengua al piso, o comer cañandonga como los mambises, como de hecho lo volvimos a hacer en los años 1990, que admitir que este país sea una neocolonia yanqui nuevamente. Millones de compatriotas, de eso estoy seguro, piensan como yo.
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