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Cuba

El debate sobre los salarios y la inserción internacional de Cuba (Segunda parte)

por Consejo Editorial 19 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

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Por: Guillermo L. Andrés Alpízar

Estimados Roberto y Harold:

En su trabajo “¿Regalar profesionales bien formados?” el otro gran tema que trataron fue el de la política salarial. Es evidente que al mencionar las maquilas, el salario adquiere la mayor importancia, pero su análisis no ha de limitarse solamente a estas.

Para seguir avanzando es necesario hacer una diferenciación, entre el salario concebido para la empresa estatal y el que resulta de las asociaciones con capital extranjero. Por ahora nos concentraremos en el primer caso, reconociendo de antemano que es un tema imposible de agotar en estas breves líneas.

El salario que emana de los resultados productivos de las empresas propiedad del Estado, durante mucho tiempo se estructuró sobre la lógica de minimizar los pagos al trabajador, concentrando la riqueza creada en manos del Estado y redistribuyendo a través de vías indirectas. Hasta hace muy poco se encontraba como promedio prácticamente estancado en una cifra cercana a los 20 dólares mensuales.

Es evidente que dicho monto no refleja la capacidad real que se tiene para adquirir y disfrutar de ciertos servicios esenciales como la educación o la salud –garantizados  gratuitamente y base de los avances sociales de los que se enorgullece el país-, pero sí restringe la capacidad de consumo de bienes materiales a niveles por debajo de los necesarios para mantener un nivel de vida adecuado a los estándares de nuestra época.

Tal desfase entre necesidades de consumo e ingresos salariales genera incentivos negativos en el comportamiento de los trabajadores, entre cuyas consecuencias encontramos la desmotivación, la baja productividad o la emigración. Como se ha evidenciado, bajo ciertas circunstancias falta de estímulos suficientes provoca el derroche del recurso más importante para la economía: los seres humanos dispuestos a trabajar.

Es por eso que rescato una idea trascendental de su trabajo cuando plantean que “El dinero que puede estar ingresando el Estado por concepto de no pagar salarios más justos a sus Recursos Humanos, por otro lado lo está perdiendo, al no poder disponer más de esa fuerza de trabajo por la cual invirtió gran cantidad de recursos”.

Desde la perspectiva de la emigación -entendiendo que en las salidas del país predominan las razones económicas- los invito a pensar no solo en términos de cantidades, sino del talento único de cada persona que se va del país: en las manos de un artista puede estar la gran obra maestra del futuro; de un deportista el récord olímpico imbatible o de un científico la patente que generará sustanciales ganancias para la firma que realice la innovación. Así de grandes pueden ser las pérdidas incurridas por este concepto.

Es importante señalar que tratando de revertir la situación prevaleciente, se han adoptado decisiones para permitir un incremento de los salarios acorde a la mejoría en los indicadores de productividad, lo cual parece que está dando algún resultado. Así se produjo en 2014 un aumento del salario medio en más del 20%, llegando en 2015 a los 583 pesos.

A pesar de esto, aún no se han tomado medidas para que una parte de los beneficios de dicho incremento de la productividad empresarial se transfiera vía salario hacia sectores estratégicos presupuestados, como la Educación o la Ciencia.

Por otra parte, más allá de que en el debate cotidiano puede plantearse que el salario sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades de los trabajadores, su evolución se vuelve un problema esencial en el desarrollo de la nación, dado que resulta incapaz generar una demanda agregada que le de cierta fortaleza endógena al crecimiento económico.

A estas alturas, puede plantearse que el costo de tener una inflación relativamente controlada a partir de salarios prácticamente congelados en un mercado con fuertes restricciones de la oferta de bienes y servicios, ha sido el estancamiento del consumo por amplios sectores de la población, y con este del tan añorado crecimiento, que pasa entonces a depender de otros factores como la inversión extranjera y el comercio exterior.

No obstante, se debe reconocer que el sistema productivo cubano es incapaz de conseguir en el corto plazo el pago de sueldos que compitan en igualdad de condiciones con el que se ofrece en los países desarrollados o inclusive en economías emergentes.

Sin embargo, un incremento racional y sostenido de los mismos, basado en un análisis objetivo de la situación, puede lograr resultados extraordinarios en retener nuestra fuerza de trabajo, así como incentivar importantes avances en el ámbito productivo. En tal sentido, no soslayemos el amor de los cubanos por su tierra, ni el peso de las expectativas sobre la mejoría de las condiciones de vida en el futuro.

Los bajos salarios actuales, aunque laceren la economía familiar en términos de consumo, poseen la singular virtud de resultar en extremo atractivos para los inversionistas extranjeros. Esta realidad puede ser el punto de partida para una concepción distinta de la inserción internacional de Cuba a partir de amplio conjunto de opciones disponibles. Sobre ese tema volveré mañana.

Un saludo afectuoso,

Guillermo

Tomado de: https://andreseconomics.wordpress.com/2016/02/18/el-debate-sobre-los-salarios-y-la-insercion-internacional-de-cuba-segunda-parte/

19 febrero 2016 143 comentarios 429 vistas
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Conferencias de La Joven Cuba en Estados Unidos

por Consejo Editorial 17 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

En los próximos días un miembro de nuestro blog visitará Estados Unidos en un viaje académico para participar en debates e impartir conferencias en varias universidades. Harold Cárdenas Lema dictará una conferencia sobre la experiencia particular de nuestro blog (con ánimo de diálogo y debate multidireccional) en la Universidad de Columbia en New York y la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en la ciudad de Miami. En esta última también participará en el espacio Último Jueves que se realiza mensualmente al sur de la Florida.

No es el primer miembro de LJC en participar en un espacio así pero esta visita ocurre en un momento importante de las relaciones entre nuestros países que consideramos importante apoyar. La presencia de LJC será entonces para mostrar la existencia de una blogosfera diversa en Cuba con capacidad analítica y desmentir ciertas miradas caricaturescas y extremas que simplifican un archipiélago con virtudes y defectos. Siendo consecuentes entonces al mensaje democrático y de soberanía que nos legó Antonio Guiteras, haremos todo lo posible por apoyar una relación del mayor respeto posible entre ambas naciones y acelerar el fin del bloqueo que se aplica a nuestro país.

Es imposible sentir empatía por un pueblo que no se conoce, hay que llevar allá entonces nuestra voz porque el bloqueo se termina en territorio estadounidense y no en la isla. Los mayores beneficiarios con el fin de esta política obsoleta son los jóvenes del país y no es en ellos en los que se piensa por lo general. Estos temas y otros vinculados a una blogosfera nacional rica en contenido y que forma parte del espacio público, se debatirán en estos espacios. A continuación compartimos la convocatoria de las 3 actividades que están planificadas hasta el momento.

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Poster Universidad de Columbia

harold_cardenas_fiu

Poster Universidad Internacional de la Florida

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Poster Último Jueves Miami

17 febrero 2016 56 comentarios 350 vistas
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El debate sobre los salarios y la inserción internacional de Cuba (Primera parte)

por Consejo Editorial 17 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

 

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Por: Guillermo L. Andrés Alpízar

Estimados Roberto y Harold:

Con su interesante trabajo “¿Regalar profesionales bien formados?” han iniciado otro capítulo de un antiguo, pero esencial debate en torno a la política salarial cubana y a las formas de inserción de nuestro país en la economía mundial.

Les confieso, que si bien coincido plenamente con varios de sus planteamientos, hay otros que merecen un análisis más detallado. Por la complejidad e interés del tema, les escribo en tres partes.

En primer lugar la noticia de la intención de instalar maquilas en Cuba para desarrollar software con destino a los mercados de los países de América del Norte no es muy bien recibida por ustedes. Sin embargo, ¿se han puesto a pensar si negar el paso a las maquilas hubiera sido la opinión dominante en las economías asiáticas que iniciaron procesos de alto crecimiento, incluida China, apoyándose en ellas?

La maquila per se, no es mala. Con las adecuadas regulaciones, sirve para insertarse en cadenas productivas. Lo que resulta perjudicial para la economía es quedarse estancada como economía maquiladora, sin escalar en la intensidad tecnológica de los bienes y servicios que produce. La política industrial para incrementar paulatinamente el valor agregado es la clave para gestionar el éxito o el fracaso de ese proceso.

El caso concreto que nos ocupa, se refiere a oportunidades de negocio que permitirían colocar nuestra fuerza de trabajo calificada en un sector que aportaría como beneficio el salario pagado a los trabajadores, generando una exportación de servicios que contribuiría a paliar las negativas consecuencias de una balanza comercial de bienes deficitaria.

Adicionalmente, nuestros productores de software tendrían la posibilidad de llevar adelante procesos de aprendizaje, adquisición de know how, con sus consecuentes efectos favorables en el incremento de la productividad. La experiencia que se puede adquirir en el conocimiento de la dinámica internacional de una industria tan compleja también tendría un valor extraordinario con vistas a negocios futuros.

La pregunta en este caso para adoptar una política concreta sería ¿Qué opciones de empleo tenemos actualmente para los graduados de ciencias informáticas? Si es posible ubicar nuestros especialistas en actividades más productivas que “maquila” de software, pues renunciemos a ese negocio, pero si la opción es colocarlos en actividades donde estarán sub-empleados, pues bienvenida sea la oferta.

Valdría la pena reflexionar sobre las opciones que tiene el país para desarrollar por si solo toda una industria productora de software, absolutamente independiente de cualquier alianza empresarial, que sea competitiva en el mercado mundial. Esto no parece viable, al menos en el corto plazo.

Es por ello que a priori no podemos desconsiderar el incremento de las capacidades de producción de software domésticas a partir de una asociación con el capital extranjero. Esto implicaría, no obstante, una estrategia de largo plazo para “captar” paulatinamente un mayor nivel de las ganancias que se generen a lo largo de la cadena de valor, tal como muestran algunas experiencias exitosas en este ámbito.

Como ven, no se trata de “ponérselo difícil a los que quieren construir sus maquilas en Cuba” sino valorar hasta qué punto esto pudiera ser parte de nuestra estrategia de desarrollo, tomando en cuenta las ventajas y desventajas de una inserción internacional que puede empezar maquilando, con retribuciones modestas, y terminar aportando grandes beneficios para el país.

Mañana sigo comentando.

Afectuosamente,

Guillermo

17 febrero 2016 12 comentarios 325 vistas
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El regalo de Kirill

por Consejo Editorial 16 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

kirill_cubaCada visita de un Papa a Cuba significa un día feriado o algún que otro regalo. Además del prestigio y la significación diplomática del encuentro entre el Patriarca de Moscú y el Papa de Roma, en esta ocasión recibimos un regalo inesperado.

Por vez primera quizás en la historia de nuestra prensa, se reconoce en la portada del diario más importante en Cuba, la existencia de campos de concentración en la Unión Soviética estalinista. Por alguna razón desconocida, este hecho que es reconocido por toda la comunidad académica del país e incluso se publica en nuestros libros, nunca se refiere en la prensa. El regalo en esta ocasión vino de la mano de Kirill. Fue reconocer los crímenes del estalinismo, que quizás no nos haga mejores pero sí un poco más consecuentes con el sentido común. ¡Un aplauso al Granma! Cuando se hable de avances de la prensa en Cuba, ya tenemos un ejemplo concreto.

brom_kirill¿Qué regalo nos traerá el próximo líder religioso? A continuación, compartimos el link y una imagen reveladora del hecho.

16 febrero 2016 80 comentarios 500 vistas
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La derrota

por Consejo Editorial 15 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

derrotaPor: René Fidel González García

Hay que creer lo que se piensa, y  sostener lo que se cree.

cualesquiera que sean nuestras fuerzas, está prohibido abdicar.

Romain Rolland

Muchos de mis coterráneos, incluso algunos que estaban en Venezuela durante la auténtica paliza electoral recibida por el gobierno venezolano y su estructura partidista, reaccionaron estupefactos y sorprendidos, desorientados y fundamentalmente pesimistas, sobre el destino de la Revolución que iniciara Hugo Chávez Frías en la década de los 90 del siglo pasado.

No me detendré en un análisis de las causas de ese resultado electoral. Entender que las revoluciones pueden ser derrotadas es siempre un dato crucial. Ello es pertinente, incluso, a aquellas victoriosas y que han logrado mantenerse en el poder durante mucho tiempo. La derrota de una experiencia revolucionaria no es nunca, aunque dolorosa y terrible, absoluta. La suma de sus errores, de las adversidades y desafíos que enfrente, y la capacidad de sus enemigos para aplastarlas o destruirlas taimada o violentamente – la mayor parte de las veces de la segunda forma – puede explicar, de muchas maneras, su derrota pero no su fracaso.

Que los protagonistas de una Revolución en el poder no conciban la derrota como una posibilidad y que no se preparen para resistir y continuar la lucha en esa circunstancia, puede deberse a varias razones: a la ingenuidad de los individuos dentro de ella; al oportunismo político que prolifera en los nichos de la lealtad exigida y obsecuente; o de que, finalmente, han dejado de ser ellos mismos revolucionarios.

Alguna vez un antiguo militante de la izquierda española, advirtiéndome de las complejidades de la crítica dentro de una Revolución, me diría que las revoluciones necesitaban a los revolucionarios hasta el día antes del triunfo. Lo que luego siguió fue una conversación realmente amarga. Recuerdo haberle espetado, de una forma que ahora entiendo fue muy poca generosa, que él no había vivido nunca en una Revolución.

Yo era muy joven en aquella época, y él era un hombre que entraba ya en la apacible madurez de un catedrático exitoso y serio. Pocos días más tarde me confesaría que se había sentido muy mal después de aquella conversación, para inmediatamente decirme, de una manera perturbadora por su intensidad y aspereza, que siguiera mí camino en la Revolución. Lo hice. Y desde hace mucho sé – junto a otros tantos – que ese andar maratónico del que hablara Pablo de la Torriente Brau, no ha sido nunca, no es, ni será, apacible para nadie, por el contrario.

Quizás por eso, hace unos días, explicando a una amiga muy preocupada por encontrar en una coyuntura la relación existente entre los propósitos y los desafíos, cité casi textualmente a Gilles Deleuze: la única oportunidad de los hombres está en el devenir revolucionario, es lo único que puede exorcizar la vergüenza o responder a lo intolerable.

De inmediato, casi sin venir al caso, recordé una novela histórica de Howard Fast.  En ella, el galo Crixus, le dice a Espartaco: ¨Yo una vez fui libre¨, para que éste, nacido esclavo de acuerdo a algunas versiones, le preguntase con asombro: ¨ ¿libre?¨. Le comenté a mi interlocutora que la búsqueda, siempre angustiosa, del significado de aquella palabra, había sido en los siguientes años el hilo conductor de la rebelión anti esclavista más importante que enfrentase Roma en toda su historia, y que era posible que Espartaco, que sobreviviera a Crixus por un tiempo, comprendiera, viendo a la rebelión sucumbir en una última y desesperada batalla, que el auténtico legado de aquella gesta se resumía en la frase pronunciada por el galo.

Fue entonces que entendí, en sus últimas consecuencias, el drama íntimo de aquel amigo cuando me pidió que siguiera el camino. No sé cuáles serán los próximos acontecimientos en Venezuela, los rumbos, victorias y los reveses que aún la esperan a su Revolución.  Lo que sí sé es que allá o aquí, en cualquier parte, los que sigan exorcizando la vergüenza respondiendo con sus actos a lo intolerable de la injusticia, venga de donde venga, no importa cuántas veces sean derrotados, seguirán siendo libres. Dejarlo de ser, dentro una Revolución, es la única manera en que ésta fracase.

Para contactar al autor: renefidel1973@gmail.com

15 febrero 2016 125 comentarios 769 vistas
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San Valentín “a la cubana”

por Consejo Editorial 14 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

31d891b9-5f14-4fed-8ccb-1610dd95d6e5Queremos desearle a todos nuestros lectores un buen día de San Valentín y que lo pasen con sus seres más queridos. Desearles también que ojalá no estén trabajando un domingo sino leyendo este post en sus casas (los que puedan) y aprovechen para hacer lo que se les antoje en el Día del Amor. Ojalá todos tengan una pareja con quien pasarlo pero como dijera Woody Allen: “el sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores…”. ¡Que tengan muchas experiencias este 14 de Febrero!

14 febrero 2016 17 comentarios 424 vistas
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Un saco de azúcar con derechos humanos

por Consejo Editorial 13 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

cuba_amanecerPor: Ariel Montenegro

Hoy se va. Cuelga los guantes que nunca se puso, pero con los que durante años miró de reojo sin saber si entrar o no al cuadrilátero enrejado que es intentar labrarse un futuro en Cuba.

Habían crecido pequeños dolores entre nosotros, juicios. Los dolores no son más que lejanías y por eso habíamos dejado de vernos. Supongo que es como si ya hace tiempo no estuviera.

Lo bueno es que cuando regrese, será como si nunca se hubiera ido.

Ahí va otra de las buenas. Brillante, aguda, apasionada. Con unos espejuelos que eran como las ventanillas de los aviones (del otro lado, infinito). Para mí nunca ha estado buena, pero lo está.

Para mí, es la confirmación de un vacío que ya tenía. La inevitabilidad de un hueco que nunca me preocupé en llenar porque de todas maneras, ya habría tiempo.

Para otros, será otra joven que no presta su vientre al crecimiento poblacional, que no presta sus brazos y su cerebro al crecimiento económico. Para alguien será una que prefiere irse y vivir mejor que quedarse y luchar por su país.

¡Tanto que se ha gastado el país en ti…! Le dirá alguien. Y engrosará la enorme lista de gente que se va cada año entre los gritos de buena suerte y los enjuiciamientos entre dientes de traidora (al menos, y gracias al tiempo, ha cambiado el orden de los factores).

Y tal vez haya cada vez menos gente que le vean mal que migre, pero sigue habiendo muchos que no lo ven bien. ¿Qué va a pasar con este país si los jóvenes profesionales se siguen largando?

Desde cierto punto de vista, llevan razón. Cuba depende, ya se sabe, de la exportación de servicios, de gente como ella. Muchos se van: llegan a Venezuela y terminan en Estados Unidos, se montan en una balsa y terminan en un McDonald’s, se buscan una beca y terminan con un contrato, se van a ver a su madre y terminan con marido.

A algunos no les importan esas historias. Les importa el magro crecimiento del PIB y hablan de mi amiga como si fuera un bien de exportación.

Es la otra cara de nuestra moneda. Si bien la otra cara del dólar son las universidades inaccesibles para los desposeídos y los hospitales en los que te mueres sin seguro, la del CUC es que lo único que se ha producido en pos del bien común, el bien superior, y el bienestar humano es gente preparada. No alimentos ni tecnologías de alto valor agregado, sino gente.

Y yo entiendo a veces. Si el petróleo venezolano, o el acero chino, o los teléfonos coreanos se montaran solos en los barcos y se fueran a Estados Unidos o Europa la economía de esos países se tambaleara.

Pero mi amiga no es un saco de azúcar (que dejó de producirse porque no daba negocio). La economía cubana tiene un problema ético que se convierte en riesgo impredecible: su principal producto de exportación tiene conciencia propia, libre albedrío y derechos; y ya se sabe que la gente suele tirar más de esas cosas que de la conciencia colectiva, las normas y los deberes.

Incluso si mi amiga entiende la situación, lo que algunos ven fríamente como sus años laboralmente activos para producir, ella lo ve como su juventud para vivir.

Yo la voy a extrañar. Muchísimo. Voy a extrañar su abrazo lleno de costillas y su parpadear nervioso cuando discute de política. Me quedo echándola de menos, viendo cómo se van otros e intentando salir adelante en un país cuya pequeña economía solo debe crecer un dos por ciento en 2016.

Tomado de: Western Congrí

13 febrero 2016 36 comentarios 375 vistas
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Ser gay en Cuba

por Consejo Editorial 12 febrero 2016
escrito por Consejo Editorial

La revista de blogs Magazine Cuba publica este editorial en su último número y lo compartimos con ustedes. ¿Cuánto hemos logrado en la lucha contra la homofobia? Un tema polémico, necesario y que pone relieve la madurez social (o no) de nuestro país.

Por: Francisco Rodríguez Cruz

Hace unos días yo ironizaba en Facebook para escándalo de mucha gente sobre cómo nuestros machos remachos llevan ahora con mucho orgullo no pocas modas que los gais presumen de haber lanzado a la palestra pública, desde los estampados de flores o el color rosa, hasta la sexy barba masculina.

Esa tendencia mundial también presente en Cuba de considerar lo gay, lo homosexual en sentido general, como una vida de alegrías y diversión, del buen gusto y el consumo, es por supuesto otro estereotipo que nos quiere imponer el mercado para asimilarnos y vender más a costilla nuestra.

Pero lo cierto es que luego de una historia oscura de discriminación que duró décadas y cuyos rezagos aún subsisten con relativa fuerza, hoy en nuestro país existe una mayor aceptación social de la diversidad sexual, aunque no consigamos todavía garantizar ante la ley importantes derechos humanos que lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex no pueden disfrutar en pie de igualdad como las personas heterosexuales.

El reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo —llámese o no matrimonio—, la adopción y la reproducción asistida, la igualdad de oportunidades educativas y laborales, la penalización de la homofobia y la transfobia, entre otros múltiples reclamos de la comunidad LGBTI, resultan, sin dudas, asuntos mucho menos simpáticos y aceptables para el poder heterosexual dominante que vestir ropa floreada o arreglarse la barba.

Ser gay en Cuba, por tanto, no es una fiesta: por largo tiempo será todavía tremenda bronca.

Tomado de: Magazine Cuba

Descargar el más reciente número de la revista:

Magazine_Cuba_4

12 febrero 2016 116 comentarios 1,4K vistas
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