Luis Ángel Rondón Álvarez
Poco, o muy poco, conoce la población cubana sobre golf. Mucho tiene que ver en esto, su escasa práctica en la isla, su fugaz presencia en los medios de comunicación y el hecho de haber sido considerado durante largo tiempo como un deporte burgués.
Cierto es que tampoco yo era la excepción. Mis conocimientos sobre la interesante disciplina se reducían a lo visto un par de veces en la película The Greatest Game Ever Played, donde se cuenta la historia del joven y pobre caddie Francis Ouimet que quiebra la hegemonía británica en el US Open de 1913.
No fue hasta presenciar las acciones del evento “Havanna Cigars Cup Varadero”, celebrado del 19 al 21 de febrero en el Varadero Golf Club -único campo en Cuba a la altura de los estándares internacionales-, que adquirí una visión más acertada del deporte.
En el evento participaron 22 golfistas europeos, fundamentalmente suizos y austríacos de diversas profesiones, que disfrutaban de sus vacaciones en el archipiélago. Tal vez por esa particularidad más que competitiva la copa fue amistosa e informal.
Tanto fue así que en el transcurso de la jornada de práctica y las dos de torneo, tras escuchar atentamente las instrucciones y enseñanzas del tour leader visitante Leo Wilhelm, pude, incluso, lanzarme al campo y completar algunos hoyos con las limitaciones normales de quien toma los palos por vez primera.
No obstante hubo ganadores, porque llevarse como premios los Cohíbas hechos con el tabaco de las mejores vegas de Pinar del Río y el afamado ron Añejo Especial Habana Club, siempre incentiva al triunfo.
De tal manera, la señora Andrea Fischer se proclamó la ganadora absoluta de la copa, en tanto Barbara Nöckl y Eduard Fischer, eran agasajados en los apartados femenino y masculino, respectivamente. Otros galardonados fueron Wolfgang Schurm y Hans Karl Moser.
Durante la justa percibí que el golf demanda de mucha concentración, inteligencia y observación, donde el atleta sagaz puede prever la variación de la bola según la dirección o intensidad del viento, el tipo de superficie o las ondulaciones del terreno. Que aunque tiene normas de conductas, quizás contempladas como de ‘etiqueta’, no está reñido ni con la euforia del golfista por un buen golpe o la emoción del espectador, pues los obstáculos naturales del campo y la dificultad de algunos de los 18 hoyos hacen interesante la disputa por completar el recorrido en el menor número de toques.
También me quedó claro que pese a continuar siendo una disciplina elitista y lucrativa, es capaz de conquistar la atención de cualquier habitante de este deportivo país, diversificar el producto turístico cubano y generar importantes ingresos para la economía.
Así lo corroboran las declaraciones del Dr. Richard Fischer, presidente del club austríaco Montfort Rankweil y ganador del Day on the green o Día en el campo, organizado por el hotel Meliá Las Américas, un día después de concluidas las acciones de la ‘Havanna Cigars Cup Varadero’:
“Cuba es un destino muy interesante y se está abriendo a este tipo de turismo. Creo que tiene potencialidades excepcionales para desarrollar la industria del golf porque además de contar con buenas áreas, dispone de atractivos turísticos que las acompañan. Sus hermosas playas de arena blanca, el paisaje, el clima excepcional durante todo el año y otras opciones recreativas le garantizan opciones únicas.”
Esta disciplina cuenta en todo el mundo con alrededor de 61 millón de golfistas, siendo Estados Unidos con cerca de 27 millones el de mayor cantidad y Canadá con unos 6 millones, el de mayor per cápita de jugadores por habitantes. Generalmente quienes lo practican son personas con sólidas entradas económicas que sumado al disfrute del juego demandan una serie de cualidades adicionales las cuales pueden satisfacerse en la isla.
Potencialidades por las cuales la firma Meliá en Varadero, desde hace muchos años, concibe al golf de una manera bien diferenciada a través de canales de comunicación exclusivos que le han permitido a la compañía ofrecer el programa más completo de Cuba y el Caribe para los golfistas, según expresó a la Joven Cuba, Reynaldo León Díaz, especialista de golf en el hotel Meliá Las Américas.
El también encargado de la compañía Meliá Hotel International, mientras degustaba un espumoso café expreso, agregó que “Meliá ofrece al campo de golf más del 50% del total de su negocio. Durante el año realizamos los torneos especiales ‘Meliá Cuba’ y ‘Meliá Las Américas’ y apoyamos otros como el certamen Gran Cuba, organizado por el grupo empresarial Palmares y el de la Hispanidad, a cargo de la embajada española.
“Además tenemos cinco hoteles que son ideales para vacaciones de golf, que indistintamente incluyen en sus paquetes la posibilidad de jugar de manera limitada o ilimitada rondas de 18 hoyos. En el invierno invitamos a profesionales canadienses que ofrecen clases a los clientes alojados y juegan con ellos, y durante el año hacemos semanalmente el Day on the green, donde los huéspedes desarrollan varias habilidades y los ganadores son premiados durante un almuerzo en un área exterior del hotel”.
Pese a estas positivas experiencias el golf constituye todavía un segmento virgen en el archipiélago, pues solo existen dos campos para su práctica, uno en la Habana de solo 9 hoyos y el de Varadero.
Y aun cuando ofrece programas tentadores para los visitantes, debe potenciar su infraestructura nacional para poder competir con destinos turísticos como República Dominicana, con más de 32 campos y el área de Cancún con cerca de 16.
No obstante, Reynaldo León Díaz asegura que el Ministerio de Turismo no está de espalda al asunto y es bien conocedor de la importancia del golf para las demandas de este sector tan vital en la economía:
“Con la cantidad de turistas americanos que se esperan nos visiten en los próximos años estamos como hotel en un entorno privilegiado pero se está pensando en grande y existe un gran proyecto para la construcción de alrededor de 16 nuevos campos que permitirán potenciar el golf a lo largo de toda la isla para convertir a Cuba, quizás dentro de 5 años, en uno de los destinos más importantes para la práctica de este deporte en el Caribe. Actualmente es bastante inminente la construcción del primero en las proximidades de Varadero, cuyo nombre será The Carbonera Golf & Country Club.”
Por lo pronto, y hasta que se concreten las proyecciones vaticinadas, el golf mantiene su romance con Varadero. Allí es donde inexpertos como yo pueden deslumbrarse con la disciplina, y visitantes como el propio Leo Wilhelm, acostumbrados a jugar en los mejores campos del orbe sin ser profesionales, hablar del Vardero Golf Club como uno de sus campos preferidos, al que habrá que “hacerle un hueco” en las agendas de las giras turísticas de los próximos años.