Por José Julián
Antes de comenzar mi nuevo artículo quisiera, como muchos de nosotros ya lo ha hecho, desnudar de apodos mi nombre y lanzarme al ruedo con toda la entereza y responsabilidad que acarrea “dar la cara”. Me enorgullezco de llamarme Gabriel, resulta para mí un nombre mágico y muy especial. Torres Rodríguez son mis apellidos y tengo 21 años, estudio en el 3er año de la Licenciatura en Periodismo y creo que este espacio nos ha hecho mejores a todos. Estoy muy orgulloso de pertenecer al team de La Joven Cuba.
Ahora sí viene lo bueno. Nuestro país a pesar de ser vilipendiado constantemente se precia de ser en el Mundo, uno de los países con más alto desarrollo social y humano. No obstante la crisis económica-financiera, los efectos del bloqueo impuesto por los Estados Unidos de América y nuestros problemas internos esta Isla tiene prácticamente cumplidas las metas del milenio propuestas por la Organización de las Naciones Unidas para el año 2015.
Esta isla indómita ya tiene vencidos tres de los ocho ODM: lograr la educación primaria universal, reducir la mortalidad infantil y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer lo que habla muy bien acerca de la efectividad de las gestiones gubernamentales que buscan propiciarle a los isleños –como nos llama Jorge Oliver- bienestar, salud y comodidad.
Se encuentran casi cumplidos otros tres Objetivos entre los que se incluyen la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, mejorar la salud materna y combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Así como garantizar la sostenibilidad ambiental y propiciar el desarrollo de alianzas globales son metas con grandes potencialidades a cumplirse antes de la fecha fijada.
Durante el 20 y el 22 del pasado septiembre el canciller cubano Bruno Rodríguez en la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), que pasó revista al cumplimiento de los ODM puso de manifiesto el interés de la isla en cumplir con estos. Y no quisiera adentrarme en un soliloquio pero muchos de estos resultados han sido posible gracias a la adopción de un sistema social que abandona el individualismo y propicia la integración del hombre en la sociedad, un sistema en el que el hombre, como especie y resultado de la evolución social, como sujeto y no como objeto del desarrollo, es el centro de la dinámica social. Propiciar la equidad y la justicia social, la total integración de las personas a la vida, como deber y derecho humano, al disfrute de una vida plena y feliz son los objetivos del estado cubano.
Muchos y loables ejemplos ponen de manifiesto los resultados cubanos en este impulso al desarrollo: según la Oficina Nacional de Estadísticas al cierre del año 2008 en las universidades del país se sentaban 172 mujeres contra 100 hombres; las mujeres representan el 43,2 % de los diputados a la Asamblea Nacional del poder Popular; todos los seropositivos cubanos (enfermos de VIH/SIDA) tienen asegurado el tratamiento médico gratuito con antirretrovirales, además la tasa de enfermos en Cuba es una de las más bajas del mundo; la ONU ha reconocido muchas veces el esfuerzo de la Isla en cuanto a la sostenibilidad ambiental; miles de médicos, maestros, especialistas de diferentes ramas de la ciencia le han dado la vuelta al mundo para compartir lo poco que tenemos –tal es el concepto de solidaridad que defendemos.
Según un reciente informe de la ONU en este mundo padecen hambre 1020 millones de personas. Quizás sea esta la meta más difícil de cumplir en el planeta y en Cuba, pero la seguridad alimentaria es un objetivo de seguridad nacional y no es ni será una amenaza para el archipiélago. La reestructuración del modelo económico actual vislumbra acciones para prevenir este mal en la sociedad cubana.
La realidad mundial es otra. Muchos gobiernos del mundo no tienen la voluntad política ni la fuerza moral para resolver estos problemas. Desde septiembre de 2000 –fecha en que se celebró la Cumbre del Milenio y se aprobaron las metas- hasta hoy, muchos gobiernos no han cumplido con sus compromisos y la brecha entre pobreza y riqueza continúa aumentando. Mientras muchas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han analizado que los Objetivos del Milenio no son lo suficientemente ambiciosos, también se comienzan a oír voces que prevén que dichas metas -a este ritmo- no serán alcanzadas en el 2015 ni en cien años.
Por estos días se celebra en la ONU la condena al bloqueo estadounidense impuesto a la Isla. En el más reciente informe del estado cubano a la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de los perjuicios provocados por este “capricho Americano” a las diferentes ramas de la sociedad cubana en el año que transcurrió se puede apreciar la influencia de esta medida contra el bienestar y la felicidad de los cubanos.
Dejemos la ironía. No obstante estar Cuba asediada económicamente, de poseer una agobiante y asfixiante burocracia, presenta indicadores sociales comparables con países desarrollados. Muchos de estos países no presentan el avance cubano en el cumplimiento de estas metas.
Yo creo que un poco de realismo y objetividad respecto al tema Cuba en el entorno mediático mundial no sea tan difícil. La ceguera, según Saramago, es un mal que padecemos muchos humanos: hay quienes no ven nada y otros ven lo que quieren ver, no?
Saludos de José Julián…
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