En aproximadamente una semana Frank Mercadal será padre por primera vez. Llegó a Canadá en el 2013 y ahora vive en la fría ciudad de Edmonton, donde la temperatura máxima promedio en marzo es de 2.2 grados Celsius. En Alberta, donde vive Frank, hay más de 300 casos positivos al coronavirus y hasta ahora una persona fallecida.
La vida está a punto de cambiarle y él lo sabe. No solo porque pronto llegará un bebé, sino porque ahora debe cuidar de 4 personas en medio de una situación que nos pone a todos a prueba.
En mi casa vivimos mi esposa y yo. Ahora está mi suegra que llegó de Cuba para el nacimiento de nuestro hijo.
Frank y su esposa aún no deciden cómo nombrar al pequeño, quizás Liam, Owen o Ethan, aunque prefieren escoger un nombre sencillo de pronunciar para sus familiares en Cuba.
Su esposa trabaja en casa desde hace más de una semana. Como grupo de riesgo, la empresa decidió enviarla a su hogar. Muchos líderes mundiales también trabajan desde casa por estos días. El Primer Ministro (PM) de Canadá, Justin Trudeau se auto-aisló por 14 días después de que su esposa diera positivo al Covid-19. Frank ha estado aislado desde el pasado miércoles, aunque ha tenido que salir del hogar en busca de lo necesario.
Ahora tengo comida y provisiones para 15 días. La semana antepasada fue la última vez que salí a hacer las compras. Tuve que despertarme temprano pues informaron que abastecerían de papel higiénico el supermercado al que acostumbro ir.
La línea de personas debió sumar más de 50 para que uno de los empleados tuviera que repetir 3 veces la misma información: al inicio, en el medio y al final de la fila.
Las personas son muy educadas. El canadiense no se molesta porque alguien se adelante en la cola si lo hace por descuido, comenta Frank recordando su experiencia al hacer compras. Yo llego a la casa y lavo todo meticulosamente. No me importa que me digan exagerado.
Frank teme por su familia en Cuba. Su padre tiene 79 años, su madre y sus hermanas también son mayores. El menor de sus hermanos, se describe un poco como la oveja negra de la familia.
El otro día tuve una pequeña discusión con mi padre por el teléfono. Me dijo que las condiciones estaban preparadas en Cuba porque contaban con 2400 camas en los hospitales. Tuve que contestarle que, si Canadá con un sistema de salud pública mejor y más equipos no se siente listo para enfrentar este virus, Cuba tampoco lo está. Una de las cosas que más valoro de Canadá es el nivel de información que brindan a las personas.
El gobierno canadiense aprobó un presupuesto de 1,100 millones para enfrentar el coronavirus. En el plan se incluye la ayuda a los sistemas de salud de las provincias y territorios, financiamiento para investigaciones y apoyo a las comunidades indígenas. También el estado proveerá $27 billones en sustento directo a trabajadores y negocios que están afectados con la paralización y otros $55 billones en liquidez para la economía.
Frank está asustado, pero confía en que todo saldrá bien porque han tomado las precauciones posibles. Más le preocupa lo que pueda pasar en Cuba.
Mi padre ha enfermado con catarros muchas veces en los últimos años. Yo sé que si se enferma no lo rebasará. Mi mayor temor es que pase algo y no poder ir a verlos. Ahora estoy aquí y tengo que velar por mi hijo, dice con un tono de desesperación y tristeza.
Frank tenía tos cuando conversamos, supongo que es difícil pasar el invierno en medio de tanta nieve, así que le doy el beneficio de la duda. Canadá ha tomado las medidas necesarias y es un ejemplo de lo que puede lograr un país del primer mundo por sus ciudadanos.
No hay mucho que pueda hacer por mi familia en Cuba en este momento. No creo que el dinero resuelva el problema. Estoy buscando compañías en los Estados Unidos que entreguen paquetes con comida y medicamentos. No sé de qué otra forma puedo serles útil.
El pasado 16 de marzo, Canadá cerró sus fronteras a los que no ciudadanos o residentes permanentes del país. Solo 4 aeropuertos en todo el territorio reciben vuelos provenientes del extranjero. Frank cree que ha sido la mejor decisión ante la pandemia.
Es preferible pecar por exagerado que por ingenuo, dice Frank recordando una frase que leyó en Internet.
La historia de Frank es la historia de muchas familias cubanas. En tiempos de coronavirus la distancia se hace más grande y los miedos aumentan. Pero solo saldremos de esta si la exageración se convierte en prevención y todo cuidado es insuficiente. En aproximadamente una semana llegará su primer bebé, en un momento donde la humanidad enfrenta una crisis global, quizás la mayor de toda una generación.
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