—¡Trina, cuántas colas de no verte!
—No me digas nada, amiga, desde hace una semana tengo a los dos niños con sarna.
—¿Y qué tratamiento les has puesto?
—¿Tratamiento? De que he tratado, he tratado, y el doctor que los atendió también los trató con desvelo, no me quejo, pero la permetrina no la hay ni en emelecé. Me eché diez megas de datos bajando el documento con las prioridades del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, ese que tiene seis ejes estratégicos íntimamente relacionados y sistémicamente diseñados, y que hoy de forma rimbombante se ha transformado en la campaña “Con paso 2030”. En ninguna de sus articulaciones está la producción de esa medicina.
—Me hubieras buscado, tú sabes que yo las consigo todas…
—¡Entonces tienes permetrina!
—No exageres, mijita, no diseñé el Plan ese ni estoy segura de tener un solo eje sano, pero te hubiera dicho que un buen sustituto de la permetrina es la aspirina ligada con alcohol. Las machucas, y con el combustible haces una pastica que se la aplicas en todo el cuerpo a las fieras antes de acostarse: remedio santo.
—Ni aspirina me queda, qué voy a tener alcohol…
—Yo menos… Hay gente que deja de un día para otro un pedazo de corteza de sauce blanco con un poco de ácido sulfúrico, el resultado sustituye de lo mejor a la aspirina. La remolacha que hay ahora en el agro es muy buena para destilar alcohol, pero lleva más tiempo.
—¡Esos angelitos no pueden esperar, se arrancan las tiras del pellejo de tanto rascarse!
—Ácido sulfúrico puedo regalarte un poquito, todavía me queda de cuando la botadura de mierda por los tragantes del ciclón del 2008. El sauce blanco es raro encontrarlo en el Trópico, pero hay gente que se dedica a traerlo desde zonas templadas del hemisferio boreal, puedo averiguarte.
—Gracias, pero el tiempo apremia y no puedo…
―Espérate, mira quién está allí: Emilito. Fue compañero mío en la secundaria. Si ese no tiene, es porque hay crisis de permetrina en el mercado mundial. ¡Emilitooo…! Ya viene.
—Qué bolá.
—Ay, mijo, ¿tendrás por casualidad permetrina?
―¿Pa piojos o pa sarna?
―¿No sirve igual?
―Claro, pero un profesional necesita saber, depende del bicho su efectividad polivalente y nítida selectividad en su acción insecticida. Debido a su liposolubilidad, penetra rápido hacia su sitio de acción…
―Y muy despacio en las farmacias. ¿Tienes o no tienes?
—No, pero puedo resolverte dos de los ingredientes. Estoy tirando el phenoxybenzyl a cincuenta baros el pomo chiquito de mayonesa, y el dichlorovinyl a treinta y cinco. El dimethylcyclopropanecarboxylate sí está en falta.
—¿Y no puede sustituirse con otra cosa?
—Es que según la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) lo que le da a la permetrina la masa molar de 391,28 g/mol es el dimethylcyclo… bueno: eso. Cáeme en dos días, tengo un contacto en la fábrica de baterías de combinadas cañeras que me lo resuelve. Nos vemos.
—Viste qué hombre…
—Y ni me lo presentaste… Dame la dirección, no está mal tenerlo en la mira… Ya estoy más tranquila.
―Qué sería de este país sin doctores y sin innovación, ¿eh?
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