La Joven Cuba
opinión política cubana
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Ciudadanía

Análisis de procesos sociopolíticos que contribuyen al poder popular en el desarrollo de una república inclusiva y una ciudadanía activa

2017

Resoluciones para el 2017

por Consejo Editorial 1 enero 2017
escrito por Consejo Editorial

Después de un año en que se comprimió nuestra economía y nos dejó Fidel. Un 2016 que nos privó de Leonard Cohen, Prince, George Michael, David Bowie y otros artistas. Que nos dejó a Donald Trump por cuatro años más confirmando la teoría de que un mundo peor también es posible… Queremos compartir con nuestros lectores estos deseos para el 2017. Deseamos lo mejor para cada uno de ustedes, sus familias y nuestro país… aquí la lista:

  • Que Donald Trump vaya a pelarse a la Habana Vieja como hizo Ban Ki Moon.
  • Que la Ley de Prensa recupere el ímpetu que tuvo inicialmente y luego perdió por culpa del bloqueo y el cambio climático.
  • Que el invierno acabe de llegar en Juego de Tronos.
  • Que las sesiones de la Asamblea Nacional se transmitan en vivo para que el pueblo vea a sus representantes directamente en acción.
  • Que alguien le diga en la cara a Marco Rubio que él es cubano de arroz con frijoles no cubano de Cuba, y deje tranquilos a los que vivimos aquí.
  • Si la Asamblea Nacional tiene la capacidad en diciembre de aprobar nuevas propuestas en semanas, este debe ser el año en que se apruebe un Código de Familia que ya empieza a ser adolescente.
  • Que aparezca el petróleo cubano en el Golfo antes que regresen las bicicletas.
  • Que le manden un correo a Hillary Clinton con el final de la novela a ver si nos enteramos todos.
  • Que el periódico Granma cambie de imagen y semejanza, alguien les explique que el miedo a perder las esencias no pueden ser freno para cambiar lo que debe ser cambiado.
  • Que un hacker ruso le formatee la computadora a los jodedores de la OFAC que persiguen las finanzas cubanas.
  • Que Ricardo Ronquillo dirija un medio de prensa en Cuba, preferentemente Prensa Latina, Bohemia y otros que necesitan regresar a su antigua gloria.
  • Que la película Santa y Andrés sea exhibida en función especial en el cine Yara. El pueblo que despidió a Fidel hace unas semanas es el mismo que entra a los cines y si realmente hay algo mal con el filme podemos confiar en la sabiduría popular, todo lo demás es paternalismo y viejos métodos.
  • Que alguien nos explique cómo Angela Merkel puede gobernar tanto tiempo en Alemania sin críticas y que un presidente latinoamericano no llegue al segundo mandato sin acusaciones relativas a la permanencia en el cargo.
  • Que Amaury Pérez no busque más y encuentre una persona especial que lo quiera.
  • Que nos expliquen por qué algunos hablan de falta de talento deportivo en Cuba y en cuanto un atleta emigra, antes de bajarse del avión elogian sus condiciones y le desean lo mejor en ese otro lugar al que se dirige. Que nos expliquen las propiedad mágicas de las aerolíneas.
  • Que Estados Unidos sea “great again” como prometió Trump, que de seguro en ese tiempo mítico no había un bloqueo a Cuba.
  • Que reemplacemos a todo aquel que no logró cambiar la mentalidad cuando convocó Raúl, bastante tiempo han tenido.
  • Que La Joven Cuba tenga un nuevo diseño y una web profesional lo antes posible. Que sigamos escribiendo y creciendo sin deberle nada a nadie más que nuestra conciencia.. y a quien no le guste, puede depositar su opinión en nuestro buzón de quejas y sugerencias:taza

Un saludo a todos

1 enero 2017 64 comentarios 409 vistas
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CNB vs deporte nacional

por Consejo Editorial 20 diciembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Más de 300 peloteros cubanos, en su gran mayoría muy jóvenes, están varados en República Dominicana o en otros países, viviendo la realidad de lo un día le “pintaron” como un camino fácil al profesionalismo. Unos trabajarán en otra cosa y se alejarán del deporte o dejarán pasar sus mejores años antes de acceder a un contrato. Otros serán cuasi explotados por los traficantes que le sacaron del país en el momento de firmar. Ejemplos sobran.

¿Qué debe hacer Cuba ante esta realidad? ¿Les debe dar la oportunidad de regresar a los que lo deseen, integrarse a nuestra Serie Nacional y contratarse desde aquí? Se puede debatir sobre el tema, pero la realidad es que lo que desean los seguidores del deporte nacional es una cosa y lo que hacen los decisores es otra. El deporte lo debe dirigir una gloria deportiva, no un político. Las decisiones se deben tomar sin prejuicios o rencores y eso es lo que está sucediendo ahora. Permitirles regresar es mostrarles las bondades de nuestro proyecto revolucionario, negarle esa posibilidad no beneficia a nadie.

Hasta aquí he hablado de los que están fuera. De los que salieron legal o ilegalmente de nuestro país para jugar cumplir el sueño de todo pelotero en el mundo que es jugar en Grandes Ligas, veamos otro caso.

En la primera parte de la actual Serie Nacional el lanzador villaclareño Yosvany Pérez, lanzando actualmente por Matanzas, tuvo excelentes resultados, ubicándose de líder en algunos departamentos hasta que le llega la oportunidad de un contrato en el exterior y hacia allá salió legalmente. Luego de cumplir esa parte del contrato, Yosvany está de regreso en Cuba y aunque arde en deseos de incorporarse a los Cocodrilos, no puede hacerlo porque según dijo ayer en una entrevista, la Comisión Nacional de Beisbol (CNB) no se lo permite.

No se trata de un joven sino de un lanzador de más de 40 años que ya en el ocaso de su carrera no puede desaprovechar una oportunidad como esa por lo que significa en lo personal y en lo económico. ¿Es justo no permitirle salir o luego no permitirle incorporarse a nuestra Serie Nacional? ¿Está desarrollando tan bien la labor de contratación en el exterior la CNB como para tomar una decisión como esta?

En Cuba el beisbol es pasión, aún con todas las cosas que se hacen para evitarlo. Las decisiones no se pueden tomar a la ligera porque tienen gran repercusión en el pueblo y por lo tanto se le debe escuchar. Los medios anticubanos se encargan todos los días de exaltar la labor de los peloteros que están fuera y demeritar la calidad de nuestra serie nacional y esto no es casual. La idea es crear entre los cubanos la sensación de derrota, de perdedores y si hemos resistido 60 años la hostilidad del país más poderoso del mundo es porque no lo somos.

¿Quién me escucha, quién nos lee? ¿Cómo la CNB se retroalimenta de lo que piensa la gente? Si al menos se sentaran en las gradas y no en los asientos VIP de los estadios lo supieran. ¿Permitirán reincorporarse a Yosvany Pérez a su equipo, llamarán a los jóvenes que están fuera de Cuba? Escuchen al pueblo que ese no se equivoca, se trata del futuro de nuestro deporte nacional.

20 diciembre 2016 22 comentarios 611 vistas
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munequitos

¿Y los muñequitos?

por Consejo Editorial 7 diciembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Una vez un amigo me dijo medio en broma y medio en serio que él pensaba que el enemigo tenía infiltrados dentro de la Televisión Cubana. Infiltrados, infiltrados, lo que es infiltrados -como diría Cruz y Raya- no sé, pero es evidente que las decisiones que se toman hacen bastante daño.

Hace un tiempo hablaba de la saturación de partidos de fútbol y de ignorar olímpicamente lo que sucede en Grandes Ligas, donde está el mejor beisbol del mundo, solo porque juegan cubanos. Si alguien me lo quiere explicar, se lo agradecería, quizás sea yo muy bruto para entender por qué los artistas que un día se “fueron” ahora salen en 23 y M y hacen conciertos por toda Cuba.

Está muy bien el tratamiento a los artistas, aclaro, lo que no entiendo qué es lo que hace que un deportista sea más peligroso ideológicamente que un artista.

Esa preocupación la he expresado varias veces, pero como la televisión cubana no hay tarde que no me enoje, ahora sí acabaron. Hasta hace una semana los niños podían despertarse en la mañana y tomarse la leche viendo muñequitos. Todo el que tenga hijos pequeños sabe que levantar a un niño de la cama por la mañana es casi tan difícil como acostarlo por la noche, pero si le decimos: “dale que empezaron los muñequitos” el proceso es más sencillo.

Bueno pues ahora por la mañana nuestra televisión, concretamente Multivisión, no pone muñequitos sino un documental que luego repite por la tarde, en el mismo horario donde antes también ponían muñequitos.

¿En qué se basaron para tomar una decisión de ese tipo? Eso no lo sabe nadie, pero ahora el niño que quiera ver muñequitos que se conforme con el manga japonés que ponen por el Canal Educativo 2. ¿Resultados? Pues malestar para la familia y más negocio para los que distribuyen el cargue pues ahora hay que acudir a ellos para copiar los muñequitos que la televisión nos nos quiere poner.

7 diciembre 2016 52 comentarios 723 vistas
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el pueblo

Nos queda el pueblo

por Consejo Editorial 6 diciembre 2016
escrito por Consejo Editorial

El pueblo hacía tiempo que Cuba no se movilizaba de la manera en que lo hizo para despedir a Fidel. Estos días han tenido todo el valor que les ha dado la espontaneidad. Eso que habíamos perdido y que ya casi ni recordábamos. No significa que no hubo organización, pero por un lado lo inesperado del suceso, el respeto decente, el sentido común, y pienso que especialmente una mentalidad sabia de algunas autoridades políticas, supieron disponer las cosas para que ese valor lo dominara todo.

Sin embargo durante el paso de los días un temor se mantenía dentro de mí y al hablar con los amigos supe que era compartido. El temor de que pasado el primer momento, las muestras de dolor y de apoyo popular a la causa fidelista fueran secuestradas.

Agarradas por los elementos menos auténticos dentro de las estructuras políticas creadas por la Revolución y convertidos en pura propaganda. Que mancillaran ese amor con torpes intentos de ¨consignismo¨ simplista, de eventos ridículos y forzados, de querer ser más papistas que el Papa.

Algo de eso hubo, pero cualquier intento fue arropado por el pueblo. El amor del pueblo fue tan grande que superó con creces cualquier ¨organización¨. Porque el pueblo superó a las Organizaciones.

Si hubo disciplina; si hubo, no como dicen nuestros enemigos, una seguridad mínima ante las multitudes, fue por la dignidad del pueblo. Los que pensaron que este era un pueblo con un dolor disminuido por que no se lamentaba a gritos, porque la gente no se tiraba sobre el cortejo cuando se detenía, porque no intentaban tocar la caja funeraria, habría que recordarles que la educación y la formación cívica, incluso aquella que echamos de menos en el día a día pero que aflora cuando debe porque está ahí, es la que hace que una masa gigante actúe de esa forma.

Otros pueblos han tenido un proceso diferente y surge entonces el chiste burlón, para quién lo conoce, del funeral de los ricos y el de los pobres.

Fue la cultura de conducirnos en acto colectivo que aprendimos con la Revolución la que nos ha hecho así.

El civismo que no hubo en Miami, lo hubo en Cuba con creces.

Sin embargo no deja uno de pensar que Fidel era sobre todas las cosas un agitador político y que practicó esa agitación incluso con su muerte. Esta movilización ha sacado nuevamente ese fervor dormido en los cubanos. Esa pasión orgullosa ante los que son huérfanos de pasión.

Nos elevó por encima del temor al ridículo, por encima de lo cool, por encima de la Espiral del Silencio.

Estos días serán recordados por eso. Cualquier otro momento de menor valía será olvidado. Uno de eso momentos probablemente sea el deslucido acto de Santiago. Aunque no por los santiagueros que fueron con todo el brillo de ese pueblo y se congregaron en una masa heterogénea y fervorosa.

Puede intuirse que el acto de La Habana fuera de un carácter internacional, por donde pasaron con su palabra varios líderes y mandatarios. Donde los cubanos tuvimos la oportunidad de escuchar a Alexis Tsipras hablarnos de la búsqueda del socialismo y de cuánto habían aprendido los griegos de los cubanos. De un namibio gigante cuya emoción en las palabras superó la barrera del idioma. Del orador iraní, que hablando en una lengua tan lejana logró incluso conectarse con el público. Muy especialmente, la única mujer, presidenta del Parlamento de Vietnam, que nos recordó tantas cosas en ese gesto purísimo que fue levantar su brazo con el puño apretado, sonriente.

Lo que unos olvidan y ridiculizan es mantenido vivo y limpio por otros.

Qué distinto fue el acto en Santiago. Uno hace un esfuerzo para tratar de buscar explicación, y entonces se dice a si mismo que era un acto evidentemente nacional, con los dirigentes políticos de las organizaciones cubanas…Precisamente.

Es entonces que ese momento gris toma cierta utilidad. Porque debemos fijarnos bien en él, analizarlo bien, reflexionar como revolucionarios, y se convierte entonces en la más reciente lección del complejo proceso de la Revolución.

Uno tras otro pasaron los dirigentes de las organizaciones políticas y de masas, como se les dice de un tirón. Uno tras otros fueron los discursos vacíos, leídos siempre, repetitivos, previsibles ya. Una tras otras las obesas figuras y el pueblo indiferente.

Porque el pueblo siente las cosas.

El acto nos recordó los tiempos torpes de la Batalla de Ideas, concepto secuestrado, minimizado, dejado atrás. Rescatado con conciencia por algunos hoy en su verdadero sentido. Con las homogéneas banderitas, recurso visual de aquel tiempo pensado para los canales extranjeros, que quitaban el audio de los ¨vivas¨ y los aplausos en sus noticieros cuando hablaban de Elián González. Astutas banderitas antes, recurso simplista hoy.

El pueblo siente la demagogia aunque no conozca la palabra.

Qué pena, me decía un amigo, que pena con Lula, que pena con Dilma, que vinieron de tan lejos. Cuántas veces habrán encendido ellos a las multitudes, como tiene que hacerlo Maduro, como tiene que hacerlo Evo, porque ahí si hay que mostrar carisma, ahí si hay que llegar al corazón de las masas para llegar a las urnas. No basta con hacer propaganda, hay que hacer política.

Como no basta con decir aquí ¨amor¨, ¨libertad¨, ¨revolución¨, hay que hacer sentir amor, hacer sentir libertad y hacer sentir la Revolución.

El pueblo sabe mucho.

Esa noche en Santiago el pueblo se aplaudió a sí mismo.

Fidel ya no está, nos queda el pueblo.

6 diciembre 2016 68 comentarios 579 vistas
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odio

La fiesta del odio

por Consejo Editorial 2 diciembre 2016
escrito por Consejo Editorial

El odio es mal consejero. En agosto de 1762 los ingleses ocuparon La Habana, después de una feroz resistencia por parte de los defensores de la ciudad, encabezados por el Capitán de Navío Don Luis Vicente Velasco, Comandante de la Armada Real Española. Los propios ingleses reconocieron el valor de su adversario y luego del combate lo llevaron mortalmente herido al campamento español para que sus médicos le salvaran la vida.

Solo los cobardes festejan la muerte del adversario, sobre todo si esta es una muerte natural. Los que fracasaron una y otra vez tratando de asesinar a Fidel, ahora salían a las calles de Miami como si fueran vencedores. Desde que estudiaba en la Universidad trataron de asesinarlo y no pudieron. No pudo el FBI, ni la CIA. Tampoco pudo la mafia italiana y mucho menos los terroristas que con sangre cubana en las manos festejaban su muerte.

Dirigir un país en Revolución, teniendo como adversario -a noventa millas- al país más poderoso del mundo no es tarea fácil, mucho menos cuando todos –a excepción de México- se plegaron a las órdenes de los Estados Unidos y rompieron relaciones con Cuba. Como máximo dirigente del país, ciertamente Fidel pudo haber cometido errores, pero sus intenciones eran dignificar al ser humano, dar salud y educación a los que antes no podían ni soñar con ello. No fue Fidel quien se propuso causar “hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana.”, los que promueven eso están en los Estados Unidos.

Los emigrantes económicos que se festejaban, culpaban a Fidel, pero no se atreven a reclamarle a los congresistas que piden fortalecer cada día más el bloqueo o lo que es lo mismo aumentar el sufrimiento de los cubanos. Culpan a Fidel de las muertes en el Estrecho de la Florida, pero no osan levantar el dedo acusador contra el verdadero culpable que es el gobierno de los Estados Unidos y su política migratoria. Si de verdad quisieran ayudar al pueblo cubano no lo obligarían a arriesgar su vida en una lancha o en una selva centroamericana y en su lugar les dieran visa a todos los que la solicitaran.

No fue Fidel quien engañó a los cubanos y sacó del país a más de 14 000 niños exponiéndolos a malos tratos y hasta abuso de menores. Los que lo hicieron vivieron y viven en los Estados Unidos y jamás los que festejaron en Miami le fueron a reclamar algo. Muchos de los que festejaron, se hicieron universitarios gracias a esta revolución y a Fidel. Marcharon y cantaron junto a los que un día fueron los explotadores de sus padres y abuelos.

Hacia Miami viajaron muchos de los asesinos y torturadores de Batista y vivieron sin ser molestados. Los terroristas que asesinaron a más de 3000 cubanos y dejaron más de 5000 lesionados, vivieron y viven tranquilamente allá, y muchos de ellos estuvieron en los macabros festejos. Esos asesinos no querían traer a Cuba un gobierno que garantizara los derechos fundamentales al pueblo sino retornarlo al status quo de antes de 1959 cuando los Estados Unidos poseían las principales riquezas del país y ponían y quitaban a los presidentes según sus intereses. No fueron pocos los presidentes que consultaban sus decisiones con la embajada de los Estados Unidos.

No fue Fidel quien convirtió en la década de los sesenta y setenta a Miami como una de las ciudades más peligrosas del mundo, donde cualquier voz que promoviera un acercamiento con la isla era silenciada con bombas. Los asesinos del joven emigrado cubano Carlos Muñiz Varela andan libremente sin ser molestados jamás. Como mismo viven los responsables de la muerte de 101 niños cubanos por el dengue introducido en Cuba. No fueron todos. La jauría que festejaba la muerte estaba compuesta por unos pocos si tenemos en cuenta el tamaño de la comunidad cubana en los Estados Unidos.

La mayoría de los cubanos residentes en el exterior mantuvieron una posición digna y de respeto al dolor del pueblo cubano.

Decía Frei Betto que el poder no corrompe a las personas, sino que saca lo que hay realmente dentro de ellos. Durante años los que antes fueron terroristas nos estuvieron tratando de convencer de que ahora eran luchadores pacíficos por los derechos humanos. Los ojos inyectados de sangre que han mostrado por estos días muestran su verdadera naturaleza.

Si fuera religioso pediría a Dios que nunca permita que gobiernen en Cuba los salvajes que salieron a festejar la muerte de un ser humano. Como revolucionario y comunista, no me limitaré a pedirlo, sino que lucharé toda la vida para impedirlo.

(Para leer más de Osmany Sánchez Roque)

2 diciembre 2016 70 comentarios 578 vistas
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palabras

Palabras por Fidel

por Consejo Editorial 29 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

                     Gracias Fidel: Así rezaba una pequeña placa que, con tonos blanco y negro que simbolizaban los colores de la bandera del “26 de Julio”, se pegaba en las puertas de entrada de las casas en los primeros años de La Revolución.

Y había razones para ponerlas porque Fidel, al frente la Revolución, lo primero que hizo fue tomar una serie de medidas que beneficiaban material y espiritualmente al pueblo: Reforma Agraria, que acabó con el latifundio y dio la tierra a los campesino; Reforma Urbana, que hizo dueño de las casa a los que la vivían, subsidiando a los dueños; Campaña de Alfabetización, que eliminó el analfabetismo en la Isla, creación de un sistema gratuito de becas para los estudiantes… En ese sentido fue un verdadero redentor: dio de comer al hambriento, de beber al sediento y abrigo al desvalido

Fue un hombre de vasta cultura, incluyendo la científica-técnica, a pesar de que por su formación académica era un hombre de letras. Esa cultura estimuló e hizo mayor su espiritualidad, lo que hizo y dio a su pensamiento un motivo de fuerza más para vivir y enfrentar resueltamente los desafíos que tenía Cuba ante sí.

No podía faltar en sus evocaciones El Apóstol, del cuál fue un ferviente estudioso y discípulo profundo. Quizás por eso, como una casualidad dialéctica de la propia vida, en feliz coincidencia con los versos martianos, cultivó la esperanza “en julio como en enero”.

Todo esto le dio la capacidad de luchar, que fue siempre su palabra de orden, para salir siempre adelante ante las dificultades. Para el no había nada imposible, por lo que la idea del socialismo sostenible, que ahora se esgrime, no puede ser una simple consigna.

Para dar continuidad al Socialismo y evitar lo sucedido en la URSS y en el campo socialista europeo, este último tiene que ser creativo y nuevo, Si esto no sucediese, no se cumplirían sus palabras del concepto de Revolución de “cambiar todo lo que tenga que ser cambiado”. Ante un enemigo tan poderoso, no podemos permitirnos ese lujo. Debemos estar dispuestos constantemente a debatir y emitir nuestras opiniones con valentía e impedir con esto que la burocracia se apodere del discurso político.

Una compañera y colega nuestra, geóloga, que trabajó en nuestro Instituto, Lilavatti Díaz de Villalvilla y Carbó, hoy jubilada, tuvo el honor en su adolescencia de decir las palabras a nombre de todos los alfabetizadores en la Plaza de la Revolución, el 22 de diciembre de 1961, cuando el pueblo de Cuba, junto a Fidel, celebró el triunfo de esta Campaña. En aquella ocasión Lila concluyó sus palabras diciendo: ¡Fidel !, ¡ Fidel ! ¡Dinos que otra cosa tenemos que hacer!

Fidel, como partió de México hacia Cuba un 25 de noviembre de 1956, para ser “libre o mártir”, por coincidencia también partió un 25 de noviembre de 2016 hacia la inmortalidad; pero antes de partir nos dejó dicho con el concepto de Revolución, que cosa es lo que tenemos que hacer. ¡Qué así sea!.

29 noviembre 2016 50 comentarios 605 vistas
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milicianos

Milicianos

por Consejo Editorial 18 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Los medios cubanos deben transformarse, actualizarse, eso es una verdad tan grande como una casa. No siempre las limitaciones son materiales, aunque cuando se cuenta con nueva tecnología y con talento joven se pueden hacer cosas tan buenas como el seguimiento al paso del huracán Matthew por el oriente del país.

Hace apenas unos días se dio una muestra de lo que se puede hacer diferente cuando los locutores del noticiero aparecieron vestidos de milicianos. A mí me gustó la idea y a los que le preguntado también, porque definitivamente la idea fue buena y hay que reconocerlo, aunque algunos no lo hagan.

De los medios “de siempre” no me sorprende. Su misión es criticar cualquier cosa que se haga en Cuba. Lo que de verdad no me gustó fue la reacción de algunos en Facebook, que se supone que no debían hacerlo. Algunos piden cambios, pero luego no están de acuerdo, o peor, están negados a aceptarlos.

Es cierto que cada cual tiene el derecho a estar o no de acuerdo con que los locutores salgan vestidos de milicianos y si me hubiesen dado sus razones quizás hasta me convencieran, pero no se trata del contenido sino de la forma en este caso. Un simple comentario irónico y burlón y luego sentarse a esperar los “Me gusta” que de seguro llegarán porque ese tipo de comentarios los convierten en Cool.

Los milicianos que pelearon y murieron en Girón -algunos de ellos siendo apenas unos niños- merecen un homenaje perenne. En lugar de criticar la iniciativa de la televisión deberíamos pensar qué hacemos nosotros para recordarlos.

18 noviembre 2016 85 comentarios 868 vistas
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tiendas

Casos y cosas de las tiendas cubanas

por Consejo Editorial 10 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Algunos amigos en Facebook pensaron que era una broma mía, pero no era así. Quizás en otras provincias sí, pero en Matanzas es imposible comprar un radio en las tiendas. No sé cuáles serán los criterios seguidos por los compradores pero al parecer piensan que las personas no necesitan radios. El sábado pasado me encontré con otros cinco que los estaban buscando así que al parecer los radios sí son demandados por la población.

Mucha campaña en la televisión sobre el cuidado de la higiene para evitar enfermedades pero los bactericidas para las manos vienen en dosis pequeñas y muy caros. Este es solo un ejemplo.

No es solo que algunos productos estén caros -un amigo me dice que no es que estén caros, es que mi salario es bajo- sino que no aparecen los más demandados y por otra parte se venden algunos que pasarán años y años y no se venderá una sola unidad. Les dejo un ejemplo:

No hay radios pero se pueden comprar estos muy útiles discos de 3 y media.

No hay radios pero se pueden comprar estos muy útiles disquetes de 3 y media.

10 noviembre 2016 46 comentarios 874 vistas
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