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Ciudadanía

Análisis de procesos sociopolíticos que contribuyen al poder popular en el desarrollo de una república inclusiva y una ciudadanía activa

Cepas - municipios de Matanzas

Cepas de Covid-19 en municipios de Matanzas

por La Redacción 8 abril 2021
escrito por La Redacción

El pasado lunes, 5 de abril, con el título «¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?», publicamos un llamado a las autoridades sanitarias a que aclararan los hechos que estaban teniendo lugar en algunos municipios y poblados del centro-sur de esa provincia.

A partir de numerosas denuncias en las redes sociales y mediante familiares y amigos de miembros del equipo que residen en los municipios de Jagüey Grande y Jovellanos, así como a través de familiares de algunos de los fallecidos, fue posible confirmar que en las últimas semanas habían muerto personas cuya sintomatología básicamente se manifestaba como la de una neumonía de rápido desarrollo, ante la cual las pruebas de PCR ofrecen resultados negativos.

Como dijimos hace tres días, «no tenemos los elementos ni las facultades para afirmar que se trata de una cepa diferente y más agresiva de Covid-19 o de una nueva enfermedad respiratoria, pero la situación requiere atención inmediata».

Ante las denuncias en redes sociales y tras la publicación del texto en La Joven Cuba, las autoridades sanitarias continuaban negando que sucediera algo fuera de lo normal y que se estuvieran realizando investigaciones en el área.

¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?

Sin embargo, en la tarde de ayer, 7 de abril, el Gobierno Provincial de Matanzas publicó en su página de Facebook los resultados de un estudio poblacional, encabezado por la Dra. Guadalupe Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK Cuba, que reveló la existencia de cinco variantes de SARS-CoV-2 y seis patrones mutacionales circulantes en Cuba.

En el caso de la provincia de Matanzas, confirmó la presencia de las cepas o variantes del SARS-CoV-2 conocidas como la sudafricana, la de California, Estados Unidos y la de Wuhan, según explicó el director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Fernando Acevo Figueroa al Consejo de Defensa.

Especificó que en los municipios de Jagüey Grande, Colón y Jovellanos existe presencia de la variante sudafricana; mientras, la de California está registrada en Cárdenas.

La publicación concluye afirmando: «La circulación actual de estas últimas cepas provocan como particularidades mayor nivel de contagio, más letalidad y diseminación. También ocasionan mayor agresividad al organismo. En la provincia aumenta la cantidad de personas en estado grave, críticos, así como los fallecidos. Matanzas reporta en los últimos días como promedio cien casos».

Es un paso importante que las autoridades sanitarias y políticas hayan reconocido la existencia de estas cepas en esas zonas. No obstante, existen interrogantes que requieren ser esclarecidas:

  • ¿Puede detectarse el contagio con esas cepas mediante pruebas de PCR? De ser negativa la respuesta, ¿cómo podrían diagnosticarse?
  • ¿El tratamiento aplicado a los pacientes contagiados con estas variantes es el mismo que se usa con el resto de los positivos a la Covid-19?
  • ¿Existen en Cuba los medicamentos para tratar a esos pacientes?
  • ¿Nuestros candidatos vacunales son efectivos contra estas cepas?
  • ¿Qué medidas se tomarán para evitar que se dispersen por todo el territorio nacional?
  • Ahora que las cepas han sido identificadas, ¿podría comprobarse que los fallecidos por la neumonía letal y cuyos PCR eran negativos estaban contagiados con alguna de ellas? Si fueran positivos esos estudios, ¿se incorporarían a las cifras de muertes por Covid-19?

Esperamos que este tema sea tratado con la transparencia que requiere y que se realicen las acciones pertinentes para controlar la situación en esos municipios y evitar que se expanda a otras zonas del país.

8 abril 2021 19 comentarios 1090 vistas
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Fiscalía y la protección de derechos en Cuba. Lecciones de una farsa.

por Alina Bárbara López Hernández 7 abril 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

La queja

La Constitución del 2019 proclama a Cuba un Estado Socialista de Derecho en el que los ciudadanos tienen garantizada la protección. Eso no es lo que sucede en realidad.

El día 1ro de enero de 2021 publiqué en LJC el artículo «El caballo de Troya de la burocracia». En él manifestaba, entre otras ideas, que «La pérdida del sentido de propiedad es la muerte anunciada de un modelo socialista en el que la burocracia se convierte, de hecho, en la administradora de los medios de producción que deberían ser sociales».

El caballo de Troya de la burocracia

Denunciaba asimismo que «una parte sustancial del patrimonio económico nacional está sustraído al control popular y se encuentra bajo la égida del Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA), empresa adscrita al Ministerio de las FAR».

Ese texto sería comentado positivamente por la publicación argentina Política Obrera, de tendencia trotskista. Cuestión de perspectiva evidentemente, pues a Carlos Luque, columnista del sitio Cubadebate y del periódico Granma le desagradó sobremanera.

En lugar de escribir un artículo exponiendo su inconformidad, como había hecho en ocasiones anteriores, publicó una nota ofensiva en su perfil de Facebook el día 2 de enero. Dicha publicación fue comentada y compartida por varias personas, una de ellas, la diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) Mariela Castro Espín.

Fiscalía - queja

Mis análisis pueden ser objetados, como los de cualquiera. Pero otra cosa son las acusaciones y ofensas personales. La libre expresión de ideas y la participación en los debates políticos son derechos ciudadanos; en un intelectual son, además, deberes cívicos impostergables.

Es necesario naturalizar esa participación, limitada por décadas. Nadie debe ser atacado y ofendido por tal razón. En mi caso no podría objetarse siquiera que escribo desde otro país, o que lo hago «fuera de las instituciones». Atenida a ello, me asesoré jurídicamente y presenté, el 18 de enero, la siguiente queja y petición a la Fiscalía Provincial de Matanzas.

Fiscalía - queja (1) Fiscalía - queja (2)

La queja y petición fue entregada personalmente y solicité un acuse de recibo. No me tomé una foto a las puertas de la Fiscalía. No publiqué el contenido de la queja en ningún sitio digital. No quise que la instancia encargada de velar por la legalidad sintiera «presión» alguna de mi parte.

El 19 de marzo venció el plazo legal para responder. No recibí contestación.

Crónica de una farsa

  • 22 de marzo:

Me comuniqué con el 45271708, línea única de la Fiscalía General de la República. Pregunté si existía demora en el proceso de tramitación dada la situación de pandemia. Se me informó que no. Expliqué que no había tenido respuesta en el plazo establecido y la persona que atendía se extrañó. Preguntó mi nombre y apellidos, la fecha de entrega y pidió que continuara en línea.

Después de varios minutos me dijo que era inusual lo que ocurría, que mi nombre aparecía en el registro de entrada, pero no hallaban el expediente con la queja y su tramitación. Solicitó que la enviara nuevamente al correo electrónico atencionalciudadano@fpmz.frg.gob.cu y que me llamarían.

Varias horas después llamé de nuevo. Se me informó que ya podían explicar lo ocurrido con mi queja. La misma había sido derivada por Fiscalía al Ministerio del Interior en fecha 29 de enero. La fiscal a cargo me expresó que seguramente el Departamento de atención a la ciudadanía del MININT se comunicaría conmigo.

Interpelación sobre la democracia

Le recordé a mi interlocutora que la queja había sido dirigida a Fiscalía y que, aun si hubieran tenido que realizar algún tipo de indagación con otra instancia como parte del trámite de la misma, era Fiscalía quien estaba obligada a responder.

Le cité el artículo 24, inciso 3, de la Protección de los Derechos Ciudadanos que reza: «De estimarse que el asunto planteado es improcedente o carece de fundamento suficiente, la respuesta que se brinde por el fiscal al promovente, deberá ser argumentada y por escrito o dejar constancia cuando la respuesta sea verbal». La fiscal concordó amablemente conmigo y garantizó que me llamarían.

  • 23 de marzo

Llamé en horas de la tarde. Se me dijo que el fiscal de guardia estaba atendiendo a otro caso y que me llamaría al terminar. No lo hizo.

  • 24 de marzo

Llamé y se me prometió que la jefa del Departamento, nombrada Yoandra, me llamaría en un rato para responderme. No lo hizo.

  • 25 de marzo

Llamé y la secretaria del departamento me explicó que Yoandra se encontraba en un Consejo de Dirección, pero que me llamaría. No lo hizo.

  • 26 de marzo

Solicité hablar con la jefa del Departamento. Finalmente se puso al teléfono y me comunicó que la queja «se estaba investigando». A mi requerimiento de que el plazo para responder había concluido, explicó que, excepcionalmente, se puede otorgar por un superior «una prórroga para investigaciones».

Pregunté qué ley establecía esa posibilidad y me dijo que era «una decisión interna de Fiscalía». A mi indagación por el plazo de duración de esa prórroga me informó que no estaba establecido. Inquirí: «¿Podría durar años?», y me confirmó: «El tiempo que sea necesario».

Dieciocho meses

Le pedí que me diera por escrito esa respuesta como la ley mandataba. Explicó que ante la situación de la covid debíamos mantener el distanciamiento social para evitar contagios, de ahí que no pudiera hacerlo. Le agradecí que cuidara nuestra salud, pero le recordé que para eso existían otras vías, como el correo electrónico, o permitir que yo grabara su respuesta, de modo que existiera una constancia verbal. Me dijo que ellos sí habían grabado y les quedaba constancia, que con eso era suficiente. Le manifesté que la ley la obligaba a darme esa respuesta a mí, que era la «promovente». No respondió. Fin de la conversación.

Esa es la instancia que se dice protectora de los derechos ciudadanos y veladora de que se cumpla la Constitución de la República. Al parecer no solo el Partido Comunista está por encima de la sociedad y del Estado. Fiscalía lo acompaña allá arriba.

Lecciones que me deja este caso

  • La Constitución cubana del 2019 es letra muerta en muchas de sus partes, especialmente en las referidas a los derechos ciudadanos.
  • Es un verdadero absurdo legal y una violación a la ética del gremio que Fiscalía, en lugar de resguardar a una ciudadana que pide su protección, derive la queja a una instancia cuya función es esencialmente represiva.
  • Si la instancia que debe garantizar la protección de los derechos ciudadanos en Cuba actúa de este modo, las personas los exigirán por otras vías. Ya lo hacen. Es un torrente indetenible y las opciones son: encauzarlo u obstaculizarlo. Las consecuencias de lo segundo serán fatales.
  • La Ley en Cuba no protege los fundamentos del sistema socialista, cuya esencia debiera ser el control ciudadano sobre la propiedad pública. De resguardarlo realmente, Carlos Luque, Mariela Castro y el resto de los que comentaron o compartieron las ofensas a mi persona, tendrían que ser requeridos. En el artículo que les disgustó, yo exigía el control real de la propiedad estatal por parte de la ciudadanía. ¿Eso es contrarrevolucionario para ellos?
  • ¿Puede una persona que es parte de la burocracia histórica y que disfruta de privilegios como miembro del grupo de poder −y no es solo el caso de Mariela Castro, hay otros como ella en la ANPP−, ser al mismo tiempo legisladora en un parlamento que se titula socialista? ¿Cuánto pueden determinar sus intereses familiares y personales frente a los intereses sociales?
  • No deberá apelarse más al concepto de Estado Socialista de Derecho, es una burla a la ciudadanía y un desafío a la realidad.
  • La necesidad de distanciamiento social se está utilizando como justificación para no cumplir la ley en un país en que se acaba de celebrar una caravana contra el bloqueo en la Capital y un recibimiento masivo en la provincia de Granma al equipo ganador de la serie nacional de béisbol. En un país donde cada día se cita a interrogatorios a opositores o se les conduce por la fuerza.
  • Si yo me manifestara mañana a las puertas de la Fiscalía de Matanzas exigiendo una respuesta ¿quién estaría violando la ley? El día que decida hacerlo les aseguro que me tendrán que conducir por la fuerza. ¿Eso es lo que quieren?

El futuro inmediato de Cuba requiere un diálogo nacional. Con ese fin deben propiciarse espacios, sean virtuales o físicos, para debatir e intercambiar ideas sobre la base del respeto mutuo y la observancia de la dignidad humana como valor supremo en el ejercicio de derechos constitucionalmente reconocidos.

Los científicos sociales estamos restringidos −por falta de espacios, por ofensas y amenazas− de actuar en un terreno para el que nuestra profesión nos prepara y que nuestra amada Cuba necesita. Niurys Silva, joven graduada de la carrera de Filosofía, publicaba ayer en su muro de Facebook el alegato «La culpa no puede ser de la vaca», donde cuestionaba: «¿por qué seguir negando a nuestros cientistas sociales su papel en la construcción de la nación?».

Si la Fiscalía de la República continúa negando esa posibilidad, estará abriendo todavía más las puertas a la violencia y la arbitrariedad. Hago un llamado a los fiscales cubanos, también parte del pueblo, a que reflexionen sobre el costo que esa actitud tiene para el presente de la Isla. Los derechos de la ciudadanía deben ser protegidos para que este pueda llegar a ser un país donde nadie se coloque por encima de la ley, mucho menos los que deben velar por su cumplimiento.  

Para contactar con la autora: alinabarbara65@gmail.com

7 abril 2021 45 comentarios 2107 vistas
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Ciudadanos

La generación de los ciudadanos ad portas

por René Fidel González García 6 abril 2021
escrito por René Fidel González García

«Mi voluntad, mi Constitución», fue el eslogan de la campaña oficial para lograr la aprobación de la Constitución de 2019. Algo más de catorce meses después de ser votada, el actual gobierno cubano aplazó por un año la redacción, aprobación y puesta en vigor de una Ley de defensa de los derechos ciudadanos. Con tal decisión, violaba el plazo al que le mandataba el propio texto constitucional en una de sus disposiciones.

No es posible defender y restablecer hoy en los tribunales cubanos un derecho constitucional conculcado, lograr que el espíritu y la letra de la Constitución tengan aplicación directa. La voluntad expresada por la mayoría de los ciudadanos cubanos políticamente activos, esa tozuda esperanza de poner con el Estado de Derecho límites a esa otra pandemia más prolongada y tenaz que entre nosotros ha sido históricamente el ejercicio arbitrario del poder y la impunidad, ha sido otra vez pospuesta, pero no vencida.

Ahí, dentro de la mayoría silenciosa, abnegada y noble que somos como pueblo,  nacida del último proceso constitucional realizado, se encuentra la generación de los ciudadanos. Ella descubre, y no importa cuan torpemente, cada día, en cada experiencia, en cada línea y palabra escrita o dicha, en la indignación, en la alarma del peligro de no ver la ambición y la falsedad, en el desengaño y también en la alegría; que su auténtico desafío será, sobre todo, hacer los aprendizajes necesarios para evitar se reproduzca en ella misma, otra vez, el vicio del poder y la soberbia contra el otro. 

Dieciocho meses

Ese complejo acto de reconocimiento generacional es esencialmente un diálogo con el futuro, pero su programa político mínimo es una patria constitucional. Desde el 2019 hasta hoy ha aprendido:

 ¿Es legítimo privar o limitar en el ejercicio del derecho a la educación a los ciudadanos, o de cualquier otro derecho, sin  ser decidido por un tribunal con apego al debido proceso y mediante resolución firme? No. 

¿Es válido condicionar los derechos de los ciudadanos, el acceso y uso de garantías constitucionales y el cumplimiento de las leyes a sus creencias y preferencias politicas? No. 

¿Es decente y noble castigar administrativamente a los ciudadanos a no encontrarse por muchos años con sus padres, abuelos, cónyuges e hijos por el incumplimiento de un contrato laboral? No. 

¿Es digno dejar sin trabajo a una persona por ejercer sus derechos, o sus libertades constitucionales? No. 

¿Es altruista y justificable impedir a los ciudadanos salir o regresar a su país como retaliación por sus opiniones y formas de pensar o expresarse sobre la realidad de su país? No.

 ¿Es cordial, afín a los valores constitucionales de igualdad, justicia, solidaridad y democracia promover el odio y la polarización, activar y jerarquizar en las relaciones y la comunicación pública la intolerancia al otro, su exclusión y la marginación de su criterio y participación política o social como ciudadano? No. 

¿Es transparente y correcto que las decisiones de las instituciones que afectan a los ciudadanos no sean públicas y carezcan al ser informadas de una motivación y argumentación explícita, clara y razonable? No.

Nota de clase de un profesor sin aula*

 ¿Es admisible y coherente con un Estado de Derecho la existencia de normas jurídicas inconstitucionales, secretas o inaccesibles a los ciudadanos y sus representantes legales, e inapelables? No. 

¿Aplazar la entrada en vigor de un modelo de Estado de Derecho es un paso en dirección a su eficacia plena y su conversión en una matriz de valores y de la cultura política democrática de los ciudadanos? No. 

¿Es decoroso o profesional, usar entrevistas, interrogatorios y detenciones, como formas de humillar, acosar, intimidar, vilipendiar, aislar o amenazar a los ciudadanos, sus familiares, compañeros, amigos y vecinos? No.

 ¿Es legal y éticamente ostensible, inducir procesos penales o administrativos, no otorgar o suspender licencias para el ejercicio de actividades económicas, cancelar contratos y suspender servicios públicos, ejercer presiones para excluir de las formas organizativas o asociativas de la sociedad civil, o perturbar la participación en ellas de los ciudadanos por motivo de sus opiniones, creencias y preferencias de cualquier tipo? No. 

¿Un modelo de privilegios de función para los integrantes de las élites política y administrativa es necesario para la existencia y eficacia de un sistema que se proponga expandir la igualdad, la equidad, y lograr optimizar la distribución de la riqueza para los ciudadanos? No.

 ¿Es admirable, honesto y legal que funcionarios, agentes de la autoridad e instituciones −abierta o encubiertamente−, filtren, divulguen, saquen de contexto, o alteren maliciosamente datos concernientes a la vida privada de las personas, sus parejas e hijos, sus familiares y amigos para devaluar la participación y prestigio social de los ciudadanos? No. 

¿Es admisible y deseable que funcionarios administrativos, públicos y políticos − lo que es corrupción política− conspiren y actúen concertadamente para archivar y encubrir denuncias y delitos, y obstruir, limitar y desactivar el cumplimiento de la Ley, las funciones de las instituciones, los ejercicios de derechos ciudadanos y las garantías constitucionales? No. 

Para articular la ciudadanía por el Estado de Derecho en Cuba

¿Es virtuoso que funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones mientan a los ciudadanos? No.

 ¿Es inadecuado, impropio y contrario a la ley que los ciudadanos interpelen, exijan explicaciones o requieran a los funcionarios públicos el cumplimiento de sus obligaciones? No.

¿La defensa de un orden constitucional puede legitimar la arbitrariedad como forma de ejercicio del poder, la violación de la propia Constitución y los derechos y libertades que ella consagra? No. 

¿Están exentos de responder por violaciones de la Constitución, las leyes y los derechos ciudadanos los gobernantes, sus ministros, funcionarios, autoridades, agentes de la autoridad y los ciudadanos? No.

¿La búsqueda, en el pasado o ahora, del reconocimiento y la participación en el poder político en una sociedad trata de hacer a otros ciudadanos lo que consideras (y lo es realmente) deplorable, injusto y ominoso? No. 

¿Se puede aspirar a la democracia y a socializar valores y prácticas ciudadanas usando −y reproduciendo− el odio y la invención del enemigo como código de reconocimiento del otro; intrumentalizando la prepotencia y la intolerancia, la vulgaridad y el irrespeto; asumiendo la superioridad de las experiencias, creencias, ideas y argumentos propios sobre los del resto de los ciudadanos? No. 

¿Se puede intentar ofrecer un modelo de sociedad que reconozca la alteridad, pluralidad y autonomía personal como condiciones imprescindibles para procesos e interacciones auténticamente políticas si se hace de la soberbia un recurso personal de relacionamiento, si se transforma el consenso en una exigencia moral de posicionamiento, el disenso real o asumido en una causal de exclusión, y si se rechazan el diálogo y la negociación de las diferencias, la comunicación, el conocimiento, la valorización del otro, de sus ideas y sus metas? No.    

Eso hace la generación de los ciudadanos por el futuro, aprender lo que no está bien. No hay que subestimarlo. Toda rebelión empieza por saber esto.

6 abril 2021 20 comentarios 1531 vistas
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Enfermedad

¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?

por La Redacción 5 abril 2021
escrito por La Redacción

Durante las últimas semanas, han circulado en las redes sociales denuncias sobre la existencia de una supuesta nueva enfermedad respiratoria. El centro de la misma, de acuerdo a tales cometarios, se localiza fundamentalmente en los municipios matanceros de Jagüey Grande, Jovellanos y en los poblados de Torriente y Agramonte, aunque también se mencionó su aparición en Palmira, Cienfuegos.

La mayor parte de las publicaciones coinciden en describir los casos como aquejados de una neumonía de rápido desarrollo, con pruebas de PCR negativas, que termina en la muerte del paciente, muchos de ellos en edades relativamente jóvenes.

Las autoridades epidemiológicas, tanto de la provincia como a nivel nacional, han desmentido en reiteradas ocasiones que se trate de una nueva enfermedad o de una cepa hasta ahora desconocida de Covid-19. También niegan que se esté investigando en el área. Pese a ello, las denuncias continúan apareciendo.

Frente a una situación tan preocupante, y para asegurarnos de que no se tratara de una campaña de desinformación y fake news, La Joven Cuba constató la veracidad de varios de los casos publicados en redes sociales. Mediante familiares y amigos de miembros del equipo que residen en los municipios de Jagüey Grande y Jovellanos, así como a través de familiares de las personas fallecidas, hemos podido conocer los pormenores de algunos de los sucesos.

Fue posible confirmar que, ciertamente, en las últimas semanas han fallecido personas aquejadas de una neumonía de rápido desarrollo, ante la cual las pruebas de PCR ofrecen resultados negativos.

No tenemos los elementos ni las facultades para afirmar que se trata de una cepa diferente y más agresiva de Covid-19 o de una nueva enfermedad respiratoria, pero la situación requiere atención inmediata para dilucidar qué está ocurriendo en estos sitios del centro-sur de Matanzas.

Un tema tan importante no debe politizarse, pues las enfermedades no hacen esos distingos. Los mensajes apocalípticos sin base alguna, que generen pánico, son tan nocivos como los triunfalismos que disminuyen la percepción de riesgo. No deben producirse, ni unos ni otros.

Solicitamos a las autoridades competentes que aclaren los hechos e informen a la ciudadanía. Como hemos afirmado, este llamado lo hacemos después de comprobar la veracidad de varios casos. Esperamos que sea escuchado y consideramos que es urgente una investigación que exponga los resultados a la opinión pública cubana.

5 abril 2021 25 comentarios 1989 vistas
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Trina

La cosa que trina

por Jorge Fernández Era 4 abril 2021
escrito por Jorge Fernández Era

—¡Trina, cuántas colas de no verte!

—No me digas nada, amiga, desde hace una semana tengo a los dos niños con sarna.

—¿Y qué tratamiento les has puesto?

—¿Tratamiento? De que he tratado, he tratado, y el doctor que los atendió también los trató con desvelo, no me quejo, pero la permetrina no la hay ni en emelecé. Me eché diez megas de datos bajando el documento con las prioridades del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, ese que tiene seis ejes estratégicos íntimamente relacionados y sistémicamente diseñados, y que hoy de forma rimbombante se ha transformado en la campaña “Con paso 2030”. En ninguna de sus articulaciones está la producción de esa medicina.

—Me hubieras buscado, tú sabes que yo las consigo todas…

—¡Entonces tienes permetrina!

—No exageres, mijita, no diseñé el Plan ese ni estoy segura de tener un solo eje sano, pero te hubiera dicho que un buen sustituto de la permetrina es la aspirina ligada con alcohol. Las machucas, y con el combustible haces una pastica que se la aplicas en todo el cuerpo a las fieras antes de acostarse: remedio santo.

—Ni aspirina me queda, qué voy a tener alcohol…

—Yo menos… Hay gente que deja de un día para otro un pedazo de corteza de sauce blanco con un poco de ácido sulfúrico, el resultado sustituye de lo mejor a la aspirina. La remolacha que hay ahora en el agro es muy buena para destilar alcohol, pero lleva más tiempo.

—¡Esos angelitos no pueden esperar, se arrancan las tiras del pellejo de tanto rascarse!

—Ácido sulfúrico puedo regalarte un poquito, todavía me queda de cuando la botadura de mierda por los tragantes del ciclón del 2008. El sauce blanco es raro encontrarlo en el Trópico, pero hay gente que se dedica a traerlo desde zonas templadas del hemisferio boreal, puedo averiguarte.

—Gracias, pero el tiempo apremia y no puedo…

―Espérate, mira quién está allí: Emilito. Fue compañero mío en la secundaria. Si ese no tiene, es porque hay crisis de permetrina en el mercado mundial. ¡Emilitooo…! Ya viene.

—Qué bolá.

—Ay, mijo, ¿tendrás por casualidad permetrina?

―¿Pa piojos o pa sarna?

―¿No sirve igual?

―Claro, pero un profesional necesita saber, depende del bicho su efectividad polivalente y nítida selectividad en su acción insecticida. Debido a su liposolubilidad, penetra rápido hacia su sitio de acción…

―Y muy despacio en las farmacias. ¿Tienes o no tienes?

—No, pero puedo resolverte dos de los ingredientes. Estoy tirando el phenoxybenzyl a cincuenta baros el pomo chiquito de mayonesa, y el dichlorovinyl a treinta y cinco. El dimethylcyclopropanecarboxylate sí está en falta.

—¿Y no puede sustituirse con otra cosa?

—Es que según la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) lo que le da a la permetrina la masa molar de 391,28 g/mol es el dimethylcyclo… bueno: eso. Cáeme en dos días, tengo un contacto en la fábrica de baterías de combinadas cañeras que me lo resuelve. Nos vemos.

—Viste qué hombre…

—Y ni me lo presentaste… Dame la dirección, no está mal tenerlo en la mira… Ya estoy más tranquila.

―Qué sería de este país sin doctores y sin innovación, ¿eh?

4 abril 2021 10 comentarios 1367 vistas
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Patria como deseo

por José Otoniel Vázquez Monnar 1 abril 2021
escrito por José Otoniel Vázquez Monnar

El hombre nuevo

En una clase de Psicopatología, efectuada en un hospital psiquiátrico docente, organizamos una presentación de caso. Un joven hospitalizado y clínicamente estable aceptó ser entrevistado por los estudiantes.  El paciente había encontrado refugio en un delirio político como solución a la angustia que le provocaban sus síntomas y experiencias psíquicas poco comunes.

En medio de la entrevista, no pudo evitar sostenerse una vez más en su delirio y gritó determinado: «¡Viva la Revolución!». Todos los estudiantes, a pesar de que observaban un acto docente, respondieron serios y sin dudar: «¡Viva!».  Al percibir la respuesta pronunció dos consignas más, que fueron respondidas automáticamente con igual determinación.  Mi colega y yo retomamos el ejercicio didáctico lo mejor que pudimos, calmamos la situación y agradecimos al joven por haber colaborado.

Luego de acompañar al paciente a la sala, invitamos a los alumnos a hablar de lo ocurrido. Mi colega no paraba de reír. Los estudiantes y yo estábamos divididos entre el asombro y la risa.

No debemos confundir psicosis con locura. El paciente se había servido del delirio, era un asunto que se explica a partir de la psicosis. Del lado de la respuesta −¡de los vivas!−, el asunto fue otro; y solo se explica a partir de la locura.

Patria 1

(Foto: Reuters)

El beneficio de la ignorancia

Lo humano nace del desamparo. En comparación con el animal, que generalmente garantiza su independencia en algunas horas o días, el ser humano solo es independiente en apariencia. Mientras que el animal se siente en la naturaleza, parafraseando a Bataille, «como el agua en el agua»; el ser humano solo cree poder encontrar garantías en el otro; en algo extranjero a sí mismo: en la madre, en el lenguaje, en lo social. Sin las garantías biológicas del animal y en su condición de ser social, lo más íntimo del sujeto humano es éxtimo, como diría Lacan.

Este empuje hacia otra cosa que sí mismo, es el deseo. A diferencia de la necesidad, la naturaleza del deseo es precisamente nunca poder ser satisfecho. Nos empuja al reconocimiento de los demás, a buscar refugio en el arte, en la religión, en el amor, en los ideales. Es gracias a esta imposibilidad de certeza de un programa biológico, de respuesta definitiva, que creamos y que buscamos formas nuevas de vivir juntos.

Por el contrario, cuando se pretende asumir o imponer respuestas definitivas, los efectos psicológicos y sociales suelen ser funestos. Desde los rejuegos neuróticos en los que nos involucramos, hasta la afiliación extrema o la alienación a una ideología, a una secta, o a una religión; el fanatismo y la radicalización son un velo denso donde, siendo más fieles a un imaginario, negamos maniáticamente que somos seres desamparados. Le damos la espalda al deseo.

Aun así, las contingencias de la vida nos devuelven necesariamente a ese lugar que queremos evitar. No solo a usted y a mí, a pesar de la aparente eficacia del autoengaño, también a la vecina que se enfermó, al que vive en la pobreza; también a los reyes. Ni los Papas, ni los dictadores, ni los agentes de la Seguridad del Estado, ni los policías son invulnerables. Aunque queramos ignorarlo, no hay quien escape al sin sentido de la muerte, la enfermedad y el sexo.

La Castro/ación

Dos días después de la muerte de Fidel Castro, el filósofo Slavoj Zizeck publicó un pequeño texto dedicado a Cuba: The Left’s Fidelity to Castro-ation. Jugando con el término psicoanalítico castración, el autor introduce una pregunta sobre el futuro de los cubanos. Se alarma de que seamos presa del imaginario de la izquierda occidental y reconoce las contradicciones en que quedamos atrapados después de esa pérdida. No obstante, trata y finaliza el artículo repitiendo el mismo malentendido que critica: el de leer el asunto cubano solo a partir del 59; el de ver lo cubano solo desde el sueño de la izquierda internacional.

Patria 2

(Foto: Michael Christopher Brown)

Fidel Castro ocupaba el lugar de la imago paterna. Salir de Batista, dictador que traicionó el ideal republicano martiano, e identificarse al reivindicador fue fácil para el imaginario del pueblo. Son pocos los que se resisten a la idea de un salvador que condensa esperanzas y alivia de incertidumbres futuras. El anhelo de una sociedad próspera socialmente, la narrativa del hombre nuevo y del bien común, ayudaron a establecer la nueva perspectiva social.

Más allá de los excesos políticos que el gobierno revolucionario justificaba, la imago paterna del líder de la Revolución facilitó cierto aglutinamiento, identidad de grupo, ilusión de poder compartido. No hay caudillismo sin el enamoramiento de las masas. Este efecto de cohesión y enamoramiento hacia Fidel Castro fue fracturado tras su muerte en 2016.    

Los presidentes que vinieron luego no pudieron provocar el mismo resultado, aunque hayan tratado de servirse de la imagen paterna. Lo que ha quedado es aferrarse a la fantasía del gobierno irreprensible, sin manchas e inmortal. Funcionarios y adeptos se agarran a la idea de que una ideología de manual puede definirlo todo.

Se produce de manera recursiva una sola versión, una sola verdad fija, eterna, ahistórica y binaria de la realidad cubana. Se representa un estado de imagen irreprochable. ¿Por qué una canción, el performance de un artista, la imagen de Martí con sus dos patrias, una publicación aguda de profesores en una revista, o una joven de veintidós años, se convierten ipso facto en contenidos altamente peligrosos? Porque el estado gobierna desde el semblante, desde la fidelidad a esa apariencia. No se sostiene en la relación entre las instituciones, la ley, la experiencia real del pueblo y la participación ciudadana; sino en la exigencia de asegurar una imagen.

Pasando por la Zafra de los diez millones hasta el reordenamiento monetario, el discurso oficial dice algo y la realidad del barrio, la mesa de muchas familias, dice otra. La separación entre el discurso oficial y la realidad del pueblo es enorme. Definitivamente dicho discurso está castrado.

Patria 3

La luz que alumbra y el brillo que ciega

Uno de los atolladeros a los que ha sido expuesta la subjetividad social cubana, es la reducción de los símbolos de la patria a fetiches. El estado no toma en cuenta la saturación propia de todo proceso propagandístico. Los chistes y la manera jovial del cubano siempre han ayudado para deshacerse del desbordamiento y la saciedad de la propaganda. Pero peor que el hastío es el hecho de que lo que deberían ser símbolos, metáforas de cubanía, se transforman en objetos que solo remiten a una idea reducida de lo nacional.

Podría decirse que fetichizar la patria es querer sostener el patriotismo en la idolatría, en una fe perversa. La perversión radica precisamente en que el fetiche niega toda dialéctica subjetiva y social y fija una única manera de tener placer. Lo que nos hace preguntarnos si la única manera de ser-en-sociedad en Cuba, es dentro de un socialismo fetichista.

Otro efecto de este tipo de parafilia política es el de la homogeneización del pueblo. Al negar su diversidad, la representación de pueblo se reduce a Uno. El filólogo judío Víctor Klemperer, en su libro LTI, La lengua del Tercer Reich, hace notar cómo ese término era usado en el naciente estado nacional socialista: «Pueblo» se emplea tantas veces al hablar y escribir como la sal en la comida; a todo se le agrega una pizca de pueblo (…).  Tengo la impresión de que en Cuba la noción de pueblo es simplemente un pretexto, a partir del cual se impide que el propio pueblo hable de sí mismo.

El fetiche tiene un brillo que ciega, pero la palabra es una luz que alumbra. A la idolatría del totalitarismo, se contrapone el volver a tener confianza en la palabra escrita de lo jurídico y en la palabra hablada del pueblo real. Es la palabra la que sostiene el dialogo, el lazo social, la diversidad de las narrativas de lo cubano, de la poesía, y es en el dialogo que se abriría el camino a la patria como misterio.

El fetiche esta por fuera del amor y denigra la palabra. Es por esto que el Estado no dialoga. No solo por su carácter totalitario, sino porque no tiene acceso a la palabra; solo a reliquias ideológicas; solo a consignas. Ve un enemigo en la poesía, en el arte, en la producción de pensamiento. No es que los funcionarios del Estado no quieran dialogar, es que les resulta imposible. Porque allí donde debería haber escucha, preguntas, misterio, han puesto un ídolo ideológico. Como diría Umberto Eco en El nombre de la rosa (…) «El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda… Ojalá estemos a tiempo de todavía dudar».

«Sin patria, pero sin amo», escribió Martí, que prefirió el desamparo a la servidumbre. Es lo que han preferido algunos cubanos dentro y fuera de Cuba que son pueblo, artistas-pueblo, campesinos-pueblo, obreros-pueblo, intelectuales-pueblo, profesores sin aula-pueblo. Poco importa la estadística, poco importa la ilusión de minoría o mayoría. Un solo cubano es también pueblo. Otros, al contrario de Martí, prefieren la servidumbre al desamparo, optan por alienarse en consignas en vez de saborear la dimensión de la poesía; ellos también son pueblo.

Lo más íntimo en nosotros es disidente. El deseo en sí mismo desobedece, es inconformidad, nunca es unánime, no se adapta ni se conforma, busca otra cosa. Ante la imposición de la patria como idolatría y fetiche, póngase la patria como enigma y deseo, como palabra individual y de diálogo, como desobediencia y búsqueda. Hagamos de Cuba patria de lo individual y lo comunitario, un lazo inclusivo, una república, sin destierros, sin consignas automáticas.

1 abril 2021 18 comentarios 2045 vistas
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Nuestro candidato vacunal

Nuestro candidato vacunal Bos Taurus I culminó la última fase de ensayo clínico

por Magdalena Zaldívar Madero 28 marzo 2021
escrito por Magdalena Zaldívar Madero

Miembros del Consejo de Estado y de Ministros, del Buró Político del Partido y de la Asamblea Nacional, acompañados por la oficialidad de mayor graduación de nuestros cuerpos armados, se presentaron junto a sus familiares más cercanos y algunos parientes muy queridos, como voluntarios para cada una de las fases investigativas del candidato vacunal Bos Taurus I, contra el mortal virus. Este hecho es un ejemplo del espíritu de sacrificio de aquellos sobre cuyos hombros hemos depositado la carga de conducir nuestro proyecto de país.

Hasta ahora solo se explora la vía de administración oral del fármaco, guarnecido con papas y vegetales a discreción, y acompañado de dosis generosas del producto de la fermentación alcohólica del zumo de la uva, preferiblemente importado de España o Francia.

La eficacia de este fármaco, durante su última fase experimental, fue probada en voluntarios a quienes se dividió en dos grupos: al primero se le administró una dosis diaria de quinientos gramos per cápita durante seis décadas, tiempo durante el cual se siguió atentamente el efecto producido en los sujetos y sus descendientes; al segundo, conformado por miembro de organizaciones de masas, se le administró un placebo y se ha intentado mantener una estadística de su efecto en los sobrevivientes.

Nuestros especialistas también trabajan simultáneamente en otros candidatos vacunales. Aunque lo hacen con toda calma, exhiben nuestra fortaleza científica y ofrecen la esperanza de que el pueblo llano será inmunizado contra este flagelo de la humanidad cualquier día de estos.

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Este texto pertenece a nuestra columna dominical de sátira política.

28 marzo 2021 31 comentarios 2043 vistas
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Desterrada

Desterrada

por José Manuel González Rubines 25 marzo 2021
escrito por José Manuel González Rubines

Hace hoy una semana, a Karla María Pérez González la convirtieron en una desterrada. Si bien en Cuba esa categoría no inicia con ella, la tiene por su víctima más renombrada en los últimos tiempos. En su caso no fue suficiente con que le atribuyeran los calificativos usuales –mercenaria, apátrida, gusana y cualquier otro de los que alimentan esa jerga siempre a mano– y prefirieron dejarla fuera de su país sin que mediaran resoluciones, cargos o procesos legales.

La joven cienfueguera de veintidós años había comenzado su camino al destierro cuando fue expulsada de la Universidad Central «Martha Abreu» de Las Villas por publicar en el blog de una organización opositora al gobierno. Debido a eso, hace cuatro años, se fue a Costa Rica a cursar la carrera de Periodismo. Antes del 18 de marzo pasado, −fecha en que quedara en un limbo migratorio en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Panamá, que la llevara a solicitar asilo en el país del que venía−, Karla era, para la mayoría de los cubanos, una desconocida.

Ese mismo día, y en los sucesivos, la prohibición de su entrada a la Isla, consiguió crear lo que los voceros oficiales han catalogado de «show mediático». Pero, ¿quién lo armó?, ¿qué intereses pueden existir detrás del mismo?

La palabra show es un préstamo del inglés y significa espectáculo. El término mediático remite a la idea de que ese acto no tiene lugar en los escenarios de un cabaret, sino en los medios de comunicación.

Desterrada

Karla María Pérez González en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, Panamá. (Foto tomada del perfil de Facebook de KMPG)

Los voceros oficiales culparon a los medios extranjeros e independientes –¡novedad!– de hiperbolizar con fines políticos un hecho puntual que tuvo a una ciudadana cubana como protagonista. Sin embargo, la parte acusatoria no ha explicado aún las razones y medios legales para sancionar a una persona sobre quien no pesaba cargo alguno, a quien no le había sido notificada la prohibición de entrada al país y que, incluso, poseía su pasaporte debidamente prorrogado por las autoridades migratorias de la Isla y la reservación en un hotel donde pasaría la cuarentena –ambas cosas indican que además de desterrada, fue también estafada.

Las razonas esgrimidas por la directora general de Prensa, Comunicación e Imagen del Minrex, para el destierro son, en esencia, que la «intención de reinstalar a Karla en el país cumplía propósitos subversivos», dado que ella es un «instrumento y no es la primera vez que es utilizada para este tipo de manejos y acciones fuera de la ley y desestabilizadoras contra Cuba».

Sin embargo, hasta la fecha no consta en el expediente de la muchacha cargo alguno por el que haya sido procesada, como ya se dijo. Por tanto, es válido concluir que el castigo en este caso ha sido impuesto no por un delito consumado, sino por la posibilidad de que se consumara. «Prevenir es mejor que lamentar», parece haber sido la máxima seguida.    

Como cualquier país, Cuba regula la entrada por sus fronteras, pero privar a un ciudadano cubano de la posibilidad de regresar a su patria no es facultad de un funcionario, sino que debe hacerse mediante un proceso judicial, como está establecido en el artículo 94 e) de la Constitución de la República[1], cuyo resultado sea notificado de manera oficial, no mediante una declaración televisiva o una directa de Facebook. La ley no es patrimonio de la burocracia del que se pueda disponer a capricho, pero ese análisis jurídico ya ha sido hecho brillantemente antes[2].

El show

En torno al tema ciertamente se montó un espectáculo, pero lo curioso es que, contrario a lo que se afirma, no fueron los medios extranjeros ni los independientes los que concibieron la coreografía.

La primera condición para que se produzca uno de estos escándalos que se han tornado tan comunes, es la existencia de un hecho explosivo que lo detone. ¿Quién prohibió a una muchacha casi desconocida la entrada a Cuba después de haberle aprobado todos los permisos necesarios para viajar? Ahí está la génesis. Después vienen las oscuras declaraciones de funcionarios –con manipulaciones para enredar la madeja y un discurso que solo tocó el tema central de forma tangencial ante la imposibilidad de explicar lo inexplicable– y, finalmente, la llegada al estrellato definitivo: el momento en que los medios oficiales se involucran. Pero, ¿por qué?

En política todo debe verse en una relación costo/beneficio. ¿Qué se ganaba desterrando a esta muchacha, recién graduada, con una historia de expulsión de la Educación Superior cubana que ya casi nadie recordaba, y sin liderazgo demostrado? Si era parte de las «estrategias de golpe blando», como se dijo en un inicio, blando entonces es el sistema que deba su estabilidad a que una joven sin antecedentes entre al país. Si se tenían noticias de que pensaba atentar de alguna manera contra el Estado cubano una vez dentro, pues existe un Código Penal y los suficientes tribunales para juzgarla.

Como no creo factibles ninguna de esas posibilidades, se me ocurren cuatro explicaciones –podrían perfectamente ser diez o quince, pues resulta imposible saber qué se esconde bajo la manga de cualquiera de los que moran en las alturas del poder– a una actuación que, además de arbitraria, se me antoja rara por desmesurada y cuyo costo político a primera vista parece tan negativo, pero que se inscribe en una serie de hechos de índole similar. 

La primera explicación es la más obvia: se actuó de esa manera por torpeza, crueldad o bravuconería –o todas juntas. Podría ser la decisión errada de un alto funcionario que no se rectificó para no demostrar titubeos o la de algún representante de un sector del poder, de cuyas fracturas no conocemos nada, que opta por la línea dura del estalinismo. Podría explicarse de este modo tamaña chapucería, mantenida para no demostrar fisuras.

La segunda va al otro extremo, al de la teoría de la conspiración, y se inscribe en una tesis que señalé en otro artículo aquí publicado el mismo día que sucedieron los hechos: puede ser un golpe contra el sistema y lo que le resta de credibilidad, gestado desde dentro del sistema mismo.

«Yo soy cubano»

Existen indicios de que algo así pueda estar sucediendo, dado que se han comenzado a dinamitar las bases simbólicas que sustentaron por años el discurso político de la Revolución: la preocupación por el bienestar de los ciudadanos –Estado paternal que atiende la salud, la seguridad social, que escucha las quejas y peticiones de sus hijos–; el respeto por la historia y los veteranos; el consenso –real o aparente–; el uso de la violencia por parte de cuerpos militares uniformados –resalto el término uniformados– para reprimir sin temor al escarnio público. Si este fuera el caso, no lo sabríamos hasta dentro de unos años, cuando algunos de los actores implicados lo confiesen satisfechos.

Otra de las explicaciones posibles es que tales determinaciones se tomen pensando, honestamente, en que redundan en bien de la nación; no obstante, confieso que me resulta complejo entender la lógica que se mueve detrás de esta posibilidad. No es falso, y no lo ha sido nunca, el escenario hostil en el que se encuentra inmersa Cuba, que no solo padece el bloqueo/embargo, sino también agresiones de tipo político; pero esta sería una débil justificación en un caso como el que nos ocupa.

Si tomáramos a un clásico de la política, que desde la lejanía del Renacimiento italiano aún dicta cátedra, se entendería una actitud como esa; sin embargo, para ello primero debemos despojarnos de todo el ideario ético y espiritual heredado de nuestro Martí. Dice Nicolás Maquiavelo que «en las deliberaciones en que está en juego la salvación de la patria, no se debe guardar ninguna consideración a lo justo o lo injusto, lo piadoso o lo cruel, lo laudable o lo vergonzoso, sino que, dejando de lado cualquier otro respeto, se ha de seguir aquel camino que salve la vida de la patria y mantenga su libertad».

La última de las posibilidades que identifico es también maquiavélica. Para explicarla debemos remitirnos a hechos del pasado reciente. ¿Qué hubiera sucedido si en lugar de dejar esperando hasta la madrugada a los artistas e intelectuales que se congregaron frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre –por no hablar de cordones policiales, arrestos domiciliarios o uso de gas pimienta–, el presidente de la República hubiera ido personalmente a escuchar qué tenían que decir, cuáles eran sus inquietudes?

No sería nada nuevo, pues todavía están frescas las imágenes de Fidel aplacando, sin arma alguna, a quienes se manifestaban de forma violenta durante el Maleconazo, en agosto de 1994. Seguramente el escenario de cultura e intelectualidad sería menos peligroso para la integridad física del actual jefe de Estado.

A pesar de ello, desde ese 27 de noviembre y hasta hoy se ha optado por algo diferente y sumamente peligroso. El Estado/Gobierno se ha encerrado en una atalaya desde la que vigila y castiga. Siendo David en las relaciones internacionales, se yergue cual Goliat bravucón en el trato con su ciudadanía.

La envergadura de este otro 27 de noviembre

Siguiendo esta lógica se llega a la conclusión de que la medida tomada contra Karla –así como las detenciones arbitrarias, las expulsiones de centros de trabajo, los actos de repudio, los linchamientos mediáticos, etc.– tiene sus miras mucho más lejos. Ella fue solo una oportunidad bien aprovechada para hacer una demostración de fuerza a una sociedad civil cada vez más presente y articulada. No era suficiente con regular a un grupo la salida del país, sino que ahora también se puede prohibir la entrada a quienes están fuera. Es una espada de Damocles que pende sobre cualquiera que salga de la Isla.

Dignidad desterrada

Se ha intentado poner en práctica –y el caso de Karla Pérez es ilustrativo al respecto–, la máxima de Maquiavelo de que «(…) la ofensa que se hace a un hombre debe ser tal que le inhabilite para hacerlo temer su venganza». Solo que, para ello, en el camino también se ha ofendido e inhabilitado una Constitución en cuya discusión y aprobación participamos muchos.

Aun cuando tiene evidentes sombras y contradicciones, debe ser el deseo de que Cuba se constituya en Estado Socialista de Derecho lo que prime en las políticas públicas de nuestro gobierno. Quizás ahora, más holgado de tiempo después de haber discutido su tesis doctoral, el presidente Miguel Díaz Canel pueda ocuparse de estos asuntos que competen al Estado que dirige.

Intentar impedir desde el poder la exigencia de derechos constitucionales y humanos por parte de la ciudadanía es un método que ha demostrado ser fallido. El efecto de este deseo de estrangular la sociedad civil generalmente redunda en una articulación y radicalización que crea enemigos donde antes había posturas reformistas. Léase con cuidado la historia de Cuba y se encontrarán muchos ejemplos de eso.

Todos tenemos derecho a volver a casa

La acumulación de errores políticos, independientemente de las causas que los provoquen, es nefasta para cualquier gobierno pues mina la base de credibilidad y ata su accionar. Cualquier gota puede ser la que colme el vaso. Con estas decisiones que se han sucedido una tras otra, no necesita la CIA tener espías aquí, ni la NED destinar un solo dólar a la subversión. Flaco favor le hacen a Cuba, a los ciudadanos y al propio gobierno que representan.

En medio de este campo de batalla donde cualquiera puede resultar una víctima, no debe olvidarse –a veces la política diluye esa realidad– que hay personas que cargan a cuesta como una cruz muy pesada los resultados de esos errores que rara vez se rectifican y por los que nunca se pide perdón.

Sin ánimos de parecer inocente ante las muchas implicaciones que tiene asumirse como sujeto político, no puede desconocerse que la desterrada no fue solo una opositora al gobierno, sino una muchacha que no pudo abrazar a sus padres que la esperaban después de cuatro años; quien sufrió un acto de repudio no fue solo una activista, sino una madre que difícilmente logró calmar a sus hijos ante la turba que les gritaba las peores ofensas; el médico que no pudo regresar no es un desertor, es una persona que quizás tenga familia y que optó por una camino diferente y no por ello, menos legítimo.

La confrontación es una apuesta peligrosa. Transitar dejando víctimas y dignidades humanas laceradas es más efectivo que cualquier campaña mediática para desvirtuar un proyecto que pretenda ser humanista. No bastan las buenas intenciones declaradas desde el discurso si no se acompañan además de prácticas que dignifiquen al ciudadano como soberano y razón de ser de un Estado. Es difícil mantener la fe cuando el medio es tan hostil. Una nación fracturada carece de las fuerzas para enfrentar los peligros que la acechan desde fuera y se recompone con lentitud y trabajo esmerado. No parece ser halagüeño el horizonte, pero como diría Heredia en su desgarrador Himno, «elevemos los ojos al cielo, y a los años que están por venir».

***

[1] Artículo 94. Toda persona, como garantía a su seguridad jurídica, disfruta de un debido proceso tanto en el ámbito judicial como en el administrativo y, en consecuencia, goza de los derechos siguientes: e) no ser privada de sus derechos sino por resolución fundada de autoridad competente o sentencia firme de tribunal.

[2] Comparto los links a los análisis realizados por Julio César Guanche, Harold Bertot y Eloy Viera.

25 marzo 2021 43 comentarios 3269 vistas
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