Me pareció que ayer decía lo mismo

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«Circula en redes sociales un panfleto pomposamente titulado “Manifiesto contra el silencio, por la justicia”». Así comienza Michel Torres Corona su emisión de ayer del programa Con Filo, un nada ostentoso y rimbombante espacio televisivo que muestra, «con todos sus matices, las noticias, los hechos, las matrices de opinión que circulan en los medios y en las redes sobre la realidad cubana», además de «rasgar la costura de la manipulación mediática» y adentrarse «en la arista filosa de los acontecimientos».

«En él se declara —continúa el conductor del programa— que ante los sucesos del 11 de julio el Estado cubano desató una violencia política y jurídica desproporcionada y metódica frente a los episodios puntuales y espontáneos de violencia que cometieron algunos ciudadanos». Aquí comienza a hacer agua su pretendida objetividad, pues cita a conveniencia el párrafo del manifiesto que alega literalmente que «el Estado responde con una violencia política y jurídica desproporcionada y metódica que rebasa con mucho los episodios puntuales y espontáneos de violencia cometidos durante el estallido por algunos ciudadanos».

Quien sugiere después una «asimetría» del texto, no vacila en sustituir la frase «que rebasa con mucho» por «frente a». No la cojamos con él: preparar un programa con premura pudiera justificar semejante desliz involuntario.

El flamante director de la Editorial Nuevo Milenio jura y perjura en cada programa que a él y a sus adláteres no los guía el odio ni la venganza, pero no pone mientes en calificar —directamente o por asociación— a quienes firmamos el manifiesto como contrarrevolucionarios y amigos de exterroristas «y de personajes vinculados con la guerra cultural contra Cuba, con la OEA y su impresentable Almagro», y hasta como «personajes fascistas de baja catadura moral».

Habla de «mezquindad» de nuestros argumentos quien no cita uno solo de ellos. Aduce que deseamos «pasarle la mano» a «personas que fueron halladas culpables en un procedimiento legal y con todas las garantías procesales».

Deben ser los mismos procedimientos y garantías procesales que fusilaron a tres jóvenes cubanos en el año 2003 por intentar desviar una lancha hacia Estados Unidos, mientras conmutaba las penas de muerte a los salvadoreños Otto René Rodríguez y Raúl Ernesto Cruz, el primero por colocar una bomba en el vestíbulo del hotel Meliá Cohíba y el segundo por igual acción en el hotel Copacabana que costó la vida al joven italiano Fabio di Celmo. A ambos terroristas se les impuso finalmente una sanción de treinta años de prisión, la misma, menuda casualidad, de dos de los jóvenes implicados en los hechos del 11 de julio pasado.

Pero tal «simetría» no interesa a Con Filo, está muy bien que sean equiparables las sanciones de dos asesinos con las de —lo dice Michel, que se leyó los expedientes— «autores de hechos vandálicos y culpables de delitos graves de daños, lesiones, desórdenes públicos, desacato, sabotaje, robo con fuerza, instigación a delinquir y en algunos casos amenaza a la seguridad del Estado».

Mucho menos esperemos que Torres explique el costurón de la manipulación mediática que implica callar las razones por las que no ha sido juzgado el policía que perpetró el hecho más grave de aquellas jornadas del pasado año: la muerte por un disparo en la espalda del también joven Diubis Laurencio Tejada, ni a dónde fueron a parar las promesas de Miguel Díaz Canel —el presidente que llamó al combate y dictaminó que «la calle es de los revolucionarios»— de que se investigarían los excesos de las fuerzas del orden y se les daría la adecuada respuesta legal.

Como el programa de marras no tiene permiso —porque coraje le sobra, claro que sí— para leer el documento, establece un paralelo entre el manifiesto de los «doctos firmantes» y la «campaña de descrédito y satanización con que se ataca a nuestro sistema de impartición de justicia», como si las excesivas, ejemplarizantes y punitivas sentencias que denunciamos en nuestro «panfleto» no bastaran por sí mismas para desacreditar al sistema jurídico al que, sin independencia de poderes, responden nuestros jueces y fiscales.

El joven graduado de la Facultad de Derecho llama «regalarle la impunidad» al hecho de que se solicite una amnistía para los jóvenes encarcelados por participar en manifestaciones pacíficas —por favor, alguien que le preste los videos al compañero Canel para que se los pase a su vez a los entusiastas influencers que con él se reunieron— a las que se sumaron, con «reclamos legítimos», «revolucionarios confundidos» —frases olvidadas muy pronto por el primer secretario del Partido—, como si tenerlos en prisión por ocho meses no fuera una condena «apegada a derecho por los delitos cometidos» e hiciera falta convertirlos —con esas condenas injustificadas de más de diez años, y en algunos casos superiores a los veinte— en ciudadanos que perderán su juventud tras las rejas y se trastocarán, nadie lo dude, en enemigos acérrimos de la sociedad que presume de reeducarlos.

Hubiera preferido, pero es mucho pedir para un programa que defiende «la verdad», que se obviaran esas intervenciones leídas desde un telepromter por un doctor en Ciencias Jurídicas de la Universidad de Oriente y por el presidente de la Junta Directiva Provincial de la Unión de Juristas de Cuba en La Habana.

Hubiera sido un buen momento para el debate político televisivo —condenado a cadena perpetua en nuestros medios de difusión masiva— que apareciera Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular, y cuestionara a Michel con «todos los matices» y con los mismos elementos con que defendió ante la prensa internacional, en julio de 2021, el derecho constitucional a la manifestación, el mismo «derecho a tener derechos» que cita nuestro documento, en cuyo contenido no se menciona ni una vez —como insinúa el filoso Torres— la «terrible dictadura» que gobierna nuestro país.

Reviso pues la fecha de la prensa y repaso la historia. El sistema judicial imperante durante la terrible dictadura de Fulgencio Batista condenó a quince años —y liberó dos años después mediante amnistía— a Fidel Castro por organizar un ataque armado a un cuartel militar que arrojó la cifra de decenas de muertos de ambos bandos. Uno de los autores más leídos en prisión por el futuro Comandante, el filósofo y sociólogo argentino José Ingenieros, escribió: «Cada generación abre las alas donde las ha cerrado la anterior, para volar más lejos, siempre más».

Condenas como las que pone en entredicho el manifiesto que tuve el honor y el deber de firmar únicamente no cierra las alas a una generación que está dejándonos solos a quienes nacimos con la Revolución y creímos en ella, sino que se las corta con macabro filo. Estamos a tiempo todavía de acogerlos, libres y sin amputaciones, en nuestro nido.

* Este texto se publicó originalmente en el perfil de Facebook de su autor.

12 COMENTARIOS

  1. Usted nos tiene acostumbrados a escritos que llaman a la reflexión desde el humor y lo sigo. Hoy, nos convoca a reflexionar de manera muy seria e igualmente lo sigo. Lo felicito y saludo.

  2. Buenos días, saludos y respetos estimados Jorge Era, promotores del manifiesto, editores, firmantes y foristas, Evidentemente letrafilosa cita a conveniencia el citado párrafo al igual que los autores del manifiesto, dígame que diferencia para emplearlo a su beneficio personal o grupal hay entre ambos, y por favor no me hable de moral y principios y su relatividad.
    Igualmente el filoso se equivoca a priori en sin conocerlos, calificarlos así, explícita o implícitamente, es el derecho del despotricante a tener su criterio, como el de los firmantes a adherirse al manifiesto y firmarlo, no debe molestar o poner bravo porque alguien de carambola lo agreda, no siempre Usted puede ser sujeto, de vez en cuando tiene que ser OBJETO le aconsejo con mi escaso humor que diga –CALMA PEPE- como la historieta de padrón.
    Pero bien hablando de derechos, comparaciones pasadas, del alarido y sus secuelas en nuestra sociedad le reitero mi posición:
    Los apoyo en esencia incondicionalmente en lo referido al derecho a tener derecho, al derecho a manifestarse, Y a muchos otros derechos que no se garantizan en cuba o se garantizan a medias.
    Con relación al uso desmedido de la violencia, quisiera saber cuántas personas mas perdieron la vida ese día, al parecer uno, que importa mucho PARA MI, y para sus familiares, conocidos y allegados y cubanos en general, porque la perdida de cada ser humano con independencia de su raza, credo, color de la piel, filiación política, orientación religiosa, estatus económico social, etc. me disminuye como persona, como expresara en su momento el escritor.
    Me gustaría saber si hubo otros fallecidos, quienes los ultimaron, cuantos fueron baleados, agredidos con gases, cuantos perdieron la vista parcial o totalmente por balas de goma o carros lanza aguas.
    A cuantos asesinaron extrajudicialmente, cuantos fueron lesionados, cuantos fueron desaparecidos e igualmente hoy lo están, si hubo masacres colectivas con posterioridad o ese día o ese día, etc., sin importar a que bando pertenecían o si estaba manifestándose políticamente o estaban siendo violentos con los ciudadanos que allí estábamos o con los bienes particulares de los que se apropiaron o dañaron, a cuantos ascendió el número de personas que espontáneamente notaron que les faltaban los celulares, las billeteras, etc., etc. en esos episodios PUNTUALES Y ESPONTANEOS, con el fin de no comparar con otra época o país, sino situarme en la cuba de hoy
    No me importan las averías de los bienes estatales ni las golpizas a las fuerzas políticas represivas del régimen, solo quiero volver a recrear aquella tarde del domingo 11, con el apoyo de algún participante, no de una antena de repetición o satélite humano, o de algún chupa tinta y/o cavatina, mi vivencia mientras estaba en la esquina de toyo-diez de octubre y luyano, para volver a visualizar mentalmente ese episodio de buenos y pacíficos cubanos clamando por sus derechos y unido a ellos y aprovechándose del evento, a un grupo de vulgares delincuentes, que pese a lo que hicieron ese día, resultaron en el acto nombrados inmaculados defensores de los derechos humanos, y la libertad de expresión, eso solo pasa en Cuba.
    En qué república, cuando se cometen excesos en las manifestaciones, los implicados —sean ciudadanos o agentes estatales— son procesados de modo proporcional, los primeros siempre arbitrariamente, los segundos protegidos por los gobiernos o instituciones. Necesito ejemplos fehacientes, no casos aislados y mediáticamente publicitados, historial negativo en este aspecto sobra..
    Hay que condenar toda la violencia y la arbitrariedad en nuestro país, no hay violencia o arbitrariedad buena o mala., acompañar a las víctimas NO es solo un deber humanista de intelectuales y artistas, o será porque estos son más visibilizados mediáticamente, o son los preferidos en realidad, antes que los ciudadanos en general, o que estos solo tienen el deber, pero NO la obligación como debiera tener todo cubano, ya bastante intoxicado de cuanta media verdad, mentiras, manipulación, odio, seudo intelectuales y artistoides abundan a ambos lados del espectro político actual.
    Es imprescindible la excarcelación de nuestros compatriotas, pero solo de aquellos que defendieron su derecho a expresarse, a disfrutar de las libertades y garantías que debió observar el estado/partido/gobierno, a los otros a cumplir por sus delitos, o como me dijo recientemente un extremista, provocador y vividor económico de las diferencias y diferentes puntos de vista en la sociedad cubana: mejor los amnistían, y los sueltan para la calle y les dan un tratamiento acorde al título y prestigio que ya les dieron desde el 11 de julio Y SACARLES LASCAS MEDIATICAMENTE, ESO BASTA
    Pase usted un buen día y gracias de antemano a la joven cuba.

    • Vergüenza de programa.
      Desprenden veneno y desbordan en maldad.
      Desconocedores de la dignidad prefieren adular a quien les esclaviza.

  3. Jorge
    No enciendo la Tv porque debo cuidarme de acidez e indignación pero sin verla y por tu escrito asumo lo que esos pobres serviles diablos habrán dicho
    No hay más contrarrevolucionarios en Cuba que los que desgobiernan el país en nombre de una revolución
    Su sello es la mentira , la manipulación , la represión , y la corrupción
    Esos voceros no se dónde van a meterse el día que triunfe el decoro y la dignidad de los cubanos decentes

  4. Gracias Jorge Fernández Era, lo mismo en lo cómico como en la seriedad has dado una clase magistral del derecho, que asiste a los Cubanos , en su lucha contra las injusticias y la corrupción del sistema Judicial.
    El derecho no se mendiga, se arranca.

  5. La desmesura de las sanciones es directamente proporcional a la inseguridad de quien las impone. Algún día, si tienen suerte, los alabarderos de la injusticia se sentirán avergonzados de lo que hoy hacen,pero ya será tarde. Gracias, amigo Jorge.

  6. Tanto alboroto por unos delincuentes vandalos y muy peligrosos sujetos que si vivieran al lado de algunos foristas se mudarian al instante para tenerlos lo mas lejos posible no se dan cuenta que aprovecharon una protesta pacifica y legitima para vandalizar

  7. Cada cierto tiempo la gente en Cuba pierde el miedo y pone en peligro el futuro de la Revolución. Fusilamientos, largas condenas de carcel, intimidaciones, reinstauran el miedo perdido. Es un metodo muy efectivo que nos enseño Fidel para que la poblacion recuerde que son subditos y no ciudadanos.

  8. mi apoyo incondicional a ese manifiesto que es una herramienta para la sanación y la justicia en Cuba los argumentos que expone el artículo son de un rigor extraordinario el debate intelectual que promueve La joven Cuba es una invitación a construir un clímax demicrstico en nuestro país acostumbrado a la confrontacion y el linchamiento mediático que representa ese espacio televisivo que muchos en cuba repudian.

  9. Felicitaciones Era, excelente texto, que comenté también en Fb. También en aquella dictadura sangrienta de Batista, Fidel reclamó que los intelectuales no debían estar presos y los liberaron….¿qué podemos decir hoy?. Elogió a los jueces que actuaron bien, hoy no encontramos elogios para quienes constituyen un bloque unido contra la ciudadanía. ¿qué podemos decir hoy?…..Todos los presos por el 11J deberían ser liberados incondicionalmente, solo por el derecho a manifestación que irresponsablemente no se ha regulado y el insólito llamado al combate del presidente de la república.

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Jorge Fernández Era
Jorge Fernández Era
Periodista, editor y humorista

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