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Yunior García Aguilera

Yunior García Aguilera

Dramaturgo. Fundador de Trébol Teatro

embargo

Y sin embargo… el bloqueo

por Yunior García Aguilera 23 junio 2020
escrito por Yunior García Aguilera

Tal vez este post moleste a los extremos ideológicos en Cuba. Probablemente muchos, aunque coincidan, no se atrevan a compartirlo. A lo mejor no reciba ningún “like” y sí algunos comentarios en contra. Pero se trata de una verdad personal, que si la prudencia me obligara a callarla, yo me sentiría como un cobarde.

Soy padre y no quiero emigrar. Soy además, un cubano crónico. Más allá de las preocupaciones por la pandemia, hay otra enfermedad nacional que me desvela: el conformismo. Despertar y saber que en la casa falta de todo, desde el plato fuerte hasta un mísero jabón, saber que adquirirlo ya no solo depende del dinero, sino de la suerte y las infinitas colas, ponen a prueba mi, hasta ahora, saludable sentido del humor.

Honestamente no tengo demasiada fe en la gestión de ciertos ministerios. La política sigue intentando meterse “a la cañona” en una azucarera cada vez más angosta. Se desoye y criminaliza a casi todo economista sensato que ofrece soluciones. La piedra de Sísifo sigue rodando cuesta abajo, cuando parecía que se avanzaba, aunque fuera un metro.

Pero no solo quiero hablar de la ineficiencia de algunos “graduados” en la escuela “Ñico López”, sino también de esa otra piedra que llevamos en el zapato: el bloqueo. El gobierno cubano necesita excusas, y Washington, en ese sentido, sigue siendo su principal socio comercial.

He visto en redes como muchos cubanos niegan la existencia del bloqueo. Pero, a pesar de que el tema es tan reiterativo que aburre, y a pesar de que algunos de los productos que hemos adquirido en tiendas del Estado lleven la etiqueta “Made in USA”, la realidad es que el embargo comercial y financiero existe… y crece.

Y esta política no solo afecta a los 700 000 militantes del PCC, sino sobretodo al cubano sencillo, a los cuentapropistas, a los propios emigrados, a todo el mundo. No es simple retórica afirmar que es inhumano. Hay que decir también que es ineficaz. Trump podría molestarse con los negacionistas, porque él mismo ha puesto mucho empeño en fortalecerlo. Cada semana el presidente norteño envía a Cuba toneladas de pretextos, cientos de barriles de excusas.

Hay un sector de línea dura en la nomenclatura que parece sentirse muy a gusto con el bloqueo. Varios de sus tanques pensantes mostraron extremada preocupación con las políticas de Obama hacia la Isla y expusieron el enorme peligro que veían en la posible “normalización de relaciones” entre ambos países. Y es comprensible.

El diferendo ha sido el plato fuerte del discurso político desde 1959. Los estrategas cubanos han acumulado una enorme experiencia durante todas estas décadas. Cuba se convirtió, durante años, en paladín del movimiento internacional antimperialista.

Hoy, reconozcámoslo, hemos perdido protagonismo en esas luchas. El diferendo solo es de interés para unas minorías que se aprovechan del conflicto. Y el saldo general, para la mayoría de nosotros, ha sido negativo.

El bloqueo ofrece excusas para los fracasos e ineficiencias internas, refuerza la solidaridad internacional y proporciona victorias diplomáticas. En fin… ¿de qué hablarían nuestros políticos si mañana no existiera el bloqueo?

Por otra parte, el “estado de sitio” es usado para justificar la represión y la censura, así como la falta de transparencia en muchas operaciones comerciales y en el funcionamiento de determinadas empresas estatales. ¿Cuántos años más deben transcurrir para que algunos entiendan el fracaso de esas políticas agresivas?

El gobierno cubano no parece demasiado interesado en buscar una solución al conflicto. Siempre y cuando aparezca un nuevo aliado y tengamos en la ONU otra “aplastante victoria”, el embargo puede seguir ahí, como el dinosaurio de un cuento muy corto, que para la mayoría de nosotros, representa una larga y agotadora realidad.

Tal vez debería ser la oposición en Cuba quien tenga la iniciativa de ponerle fin a este sinsentido. Muchos de ellos tienen la posibilidad real de acercarse al Congreso norteamericano y alzar su voz contra una política fracasada e injerencista. Sería una oportunidad concreta de hacer algo que beneficie a los cubanos aquí y ahora, de lograr un resultado que refuerce su visibilidad hacia el interior de la Isla y de ganar un prestigio que legitime su derecho a participar en la política interna.

Francamente, no quiero heredarle a mi hijo un país donde un clan de “cuadros” que viven en casas con piscinas, pasean en carro y jamás se han metido en una cola, le exijan sacrificios que ellos mismos no son capaces de asumir. Ya vimos como nuestros galenos, quienes tuvieron el coraje de meterse en el epicentro de la pandemia, fueron recibidos en el aeropuerto con protocolos de distancia. Ningún ministro estuvo en la escalerilla del avión, aunque sí enviaron a otros a entregarles flores.

Tampoco quiero que mi hijo repita esa conformista frase de “esto ni lo tumba ni lo arregla nadie”. Basta ya de perpetuar un cinismo que recicla hipocresías. Sobre estos temas que afectan a todos los cubanos, ya es hora de que algunos ATERRICEN. Y de que otros… ALCEMOS EL VUELO.

23 junio 2020 29 comentarios 860 vistas
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granma

Martí y la catequesis del Granma

por Yunior García Aguilera 13 junio 2020
escrito por Yunior García Aguilera

Ernesto Estévez Rams vuelve a motivarme a escribirle, luego de su polémica “silla voladora“. Esta vez, el Granma publica una visión particular del autor sobre la frase martiana “con todos y para el bien de todos”.

Es un derecho legítimo de Estévez Rams exponer públicamente sus opiniones. Si hubiese un decreto que le reprimiera esa libertad, yo me opondría decididamente. También es un derecho de Granma sostener su línea editorial, aunque a algunos nos parezca cada vez más fosilizada y ajena a la diversidad que caracteriza la expresión del pensamiento en la Cuba de hoy.

En mi opinión, el texto de Rams abunda en contrasentidos. Expone al inicio una visión martiana que luego intenta reducir y ajustar a su propia postura ideológica. El autor trilla la obra del Apóstol y escoge, para formular su tesis, solo la parte que le resulta cómoda.

El singular liberalismo republicano de Martí, lo hizo echar su suerte con los pobres de la tierra. Y en sus críticas a la idea socialista casi siempre mostró su empatía con políticas que atendieran las demandas de los más humildes. Pero NUNCA ignoró los peligros del funcionarismo autocrático.

En su artículo, Estévez pretende dividirnos en tres castas: los iluminados que trabajan “para el bien de todos”; los adeptos a “vilezas” que deben ser excluidos; y los que debemos hacernos a un lado para no “estorbar” a los primeros.

¿En qué casta ubica Rams a los monopolios de la Cuba actual, a la “ocupación privilegiada y pingüe” de ciertos funcionarios, a los que aspiran a reducirnos a “siervos silenciosos del Estado”?

Afortunadamente, a nuestro Martí no hay que traducirlo desde el hebreo, el arameo o el griego. Su obra no está encriptada en un lenguaje hermético que nos haga depender de eruditos o iluminados evangelizadores. TODOS tenemos la posibilidad de acercarnos a sus textos y llegar a conclusiones propias.

Por suerte, nadie ha sido designado por poderes celestiales para decidir quienes caben o no en ese “con todos” que definió el Apóstol. Y tampoco nadie, ni Rams ni el Granma, logran convencernos de desistir en nuestro derecho de expresar lo que entendemos como “el bien de todos”.

La República que soñó Martí, también fue imaginada contemplando una puesta de Sol. Y a esa NOCHE oscura, pero profunda, compleja y diversa, también le llamó Patria.

13 junio 2020 16 comentarios 491 vistas
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lecciones

Diez lecciones de las redes sociales en Cuba

por Yunior García Aguilera 26 mayo 2020
escrito por Yunior García Aguilera

A continuación las lecciones que nos ha enseñado las redes sociales en Cuba:

  1. No discutimos solo sobre pelota.
  2. Nuestro sistema educativo tiene una enorme deuda con la ortografía.
  3. Sabemos ser solidarios sin que nos lo orienten desde “arriba”.
  4. Se desarrolla en Cuba una sociedad civil independiente de las organizaciones de masas y de los grupos opositores tradicionales.
  5. Al fin apareció “el momento y el lugar” para hablar de ciertas cosas.
  6. Aquí nadie te puede decir: “habla bajito”.
  7. Somos más diversos y menos unánimes de lo que decía el Granma.
  8. No somos el ombligo del mundo… pero tampoco “lo otro”.
  9. Estamos suspensos en temas como política y economía… pero igual opinamos.
  10. Mantener este derecho es caro, carísimo, pero seguimos luchando.
26 mayo 2020 15 comentarios 584 vistas
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