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Restaurado el acceso a medios digitales

por Redacción 19 enero 2020
escrito por Redacción

Ayer informamos sobre las dificultades para acceder a varios medios digitales desde Cuba. Nos complace en informar que según reportes de nuestros lectores y colegas el acceso se ha restaurado, aunque falta por confirmar si se trata de todos los medios y en toda la isla.

Esto ocurrió días después de que un funcionario publicara un listado que incluía a tales medios y los calificara de “plataformas para la restauración del capitalismo en Cuba”. En la mañana del sábado 19 de enero varias de estas plataformas amanecieron sin que fuera posible el acceso desde Nauta.

Seguimos sin detalles sobre el hecho. Sobre lo ocurrido hay varias posibilidades, un error técnico sin ningún componente político, el exceso de entusiasmo de algún funcionario que creyó podría silenciar a medios digitales sin repercusión, o la configuración de un mecanismo que permita negar el acceso a estos medios en momentos clave con solo apretar un botón.

No sería la primera vez que se configura un switch en Cuba para cortar comunicaciones cuando las autoridades consideren necesario. Queda fresca en nuestra memoria la protesta estudiantil ocurrida en la Universidad de Oriente contra la administración del centro en el año 2007, cuando todas las vías de comunicación entre los estudiantes en Santiago de Cuba y los de otras universidades en el país fueron cortadas, incluyendo teléfonos e Internet.

Las hipótesis y especulaciones de lo que ocurrió ayer sábado hasta este momento abundan y serían fácilmente aclaradas si el Ministerio de Comunicaciones se pronunciara. Lamentablemente, la explicación más sencilla es imposible, ya sea porque no hay costumbre institucional de hacerlo o porque se lidia con funcionarios cuya soberbia no les permite rendir cuentas al pueblo en un país que se reconoce como socialista.

Este hecho comprueba la vulnerabilidad de los medios digitales en Cuba. Como sea, estamos complacidos de que aparentemente se haya restaurado el acceso  y seguiremos informando a medida que recibamos más noticias. A nombre del equipo de LJC ( y como dijera alguien): seguimos en combate.

19 enero 2020 8 comentarios 796 vistas
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queremos

La Cuba que queremos

por Redacción 3 enero 2020
escrito por Redacción

Por Álvaro Francisco Pixá (Lic. en Derecho) e Ismael Tamayo (Lic. en Filosofía)

Hace varios días fue publicado por la Viceministra Primera de la Educación Superior, Martha del Carmen Mesa Valenciano un texto donde expone sus criterios de lo que debe ser un profesor universitario.

También circulan en las redes sociales y diferentes publicaciones, artículos que dan respuesta a la Viceministra, que, en su variedad de tonos, argumentos y estilos, demuestran la indignación generada en la ciudadanía y el gremio de los profesores universitarios ante la desacertada, limitada y autoritaria visión de la funcionaria. En ellos es evidente la preocupación de que tal documento sea la base de la política a seguir en las instancias del sector universitario.

Somos egresados de las carreras Filosofía Marxista y de Derecho de la Universidad de Oriente (UO), y estudiamos en dicha institución en los cursos comprendidos entre el 2011 y 2016, lapso en el que también realizaban en esta universidad sus labores administrativas y educativas la mencionada funcionaria Mesa Valenciano y el profesor Rene Fidel González García.

Como estudiantes y presidentes de la FEU de nuestras facultades, tuvimos la oportunidad de trabajar directamente con la actual Viceministra, otrora Rectora de la UO, y conocemos en alguna medida sus métodos de trabajo y actitud ante cuestiones pretendidamente “ideológicas”.

Al profesor René Fidel lo conocimos en el año 2011. Impartía la asignatura Historia de Estado y el Derecho y era el Profesor Principal del primer año de Derecho. Todo amor al magisterio y ternura intelectual, su presencia aglomeraba diariamente decenas de muchachos de toda la universidad en “el muro” de la Facultad antes y después de culminar sus clases.

Intachable como profesor y republicano confeso, a no pocos nos enseñó con su actitud diaria, su honestidad y respeto a las ideas de los otros, como su compañero y maestro Fernando Martínez Heredia, a sentir orgullo de ser comunista. Formaba valores dentro y fuera del aula.

Buscado por generaciones de dirigentes de la FEU de la Facultad de Derecho, y de la Universidad, a los que acompañó por su trayectoria anterior como dirigente estudiantil, era también miembro del Comité del Partido de la Universidad y un prestigioso integrante de la UNEAC en Santiago de Cuba, cuyos libros sobre ciudadanía y conferencias públicas, eran seguidos.

Si ahora escribimos es porque nos constan los nefastos resultados que tendrá la implementación de las ideas escritas por la actual Viceministra: René Fidel ya no es profesor de la Universidad.

A espaldas de sus estudiantes, de su núcleo del partido, de su sindicato, esa misma funcionaria que ahora se pronuncia regodeándose en su enorme poder, solicitó y obtuvo del Ministro de Educación Superior el despojo de la condición de Profesor Titular, y la de profesor, de nuestro maestro.

No reparó en medios para ello. Incluso, cuando la Decana de Derecho se negó a acceder a sus pretensiones después de meses de presiones la removió de su cargo.

Cuando fracasó su intento de cuestionar el carácter revolucionario de los artículos de nuestro profesor ante el abierto respaldo del claustro y el núcleo del PCC, indicó entonces a quienes ocupaban el cargo de Presidente de la FEU y de Secretario de la UJC en la Universidad, leyeran y dieran a firmar a cerca de ocho Presidentes de Brigadas de la FEU y Secretarios de Comité de Base de la UJC reunidos bajo el fantasma de la subversión, una “declaración de repudio” al profesor y sus artículos de intelectual revolucionario redactada  por ella misma y el nuevo Decano.

Cuando no pudo evitar que algunos de esos mismos estudiantes rechazaran de inmediato el contenido de la “declaración” por difamatoria y falsaria, dio entonces instrucciones para mentirles ya sin límites diciéndoles que el profesor era un agente de la CIA, un mercenario que recibía dinero por sus publicaciones, y ni así consiguió que firmasen todos el documento que luego el Ministro habrá recibido como evidencia de la pérdida de prestigio del docente y cuyo contenido, sólo se conoció porque el propio René Fidel, exigió se hiciera pública ante la organización partidista y el claustro de la Facultad.

¿Qué pérdida de prestigio social sería esta que tenía que ser mantenida en secreto?  ¿Acaso es lo mismo difamar y atentar impunemente contra el prestigio de una persona desde el poder que tomar en consideración hechos que así lo ameriten? Con vergüenza recordamos perfectamente que cuando incluso sus nuevos alumnos, a los que apenas les había impartido unos pocos turnos de clases, preguntaron con insistencia por él después de su salida, la respuesta cobarde y falaz que Luis Alberto Pérez Lody, el nuevo Decano y otro funcionario docente dieron, fue que se encontraba fuera de Cuba en viaje de trabajo.

Estos no son los métodos de la Revolución, los que nos enseñaron nuestros profesores, pero sí los que empleó e impuso esta funcionaria. Entonces ese es su prestigio social entre nosotros. ¿Soñará ella con ser Ministra y privar de la condición de profesor a todos los que enseñan en Cuba en pensar como hacía y aún hace René Fidel?; ¿con hacer desaparecer en el país, como lo hizo a base de cuestionamientos y objeciones con el Foro Social Universitario: Juventud y Revolución, cualquier espacio de reflexión profunda que reúna a los jóvenes universitarios?; ¿acaso con desatar el oportunismo y el arribismo para exhibir la limpieza de sangre ideológica de nuestros profesores? ¿con repetir la bestialidad de la parametrización?

Fuimos pacientes mientras nuestro profesor nos daba a todos una clase más de civismo activando sus derechos como ciudadano aunque recibiese el silencio como la única respuesta de las instituciones y los funcionarios que violan nuestra legalidad al no responderle.

Le respetamos y apoyamos, testimonio de ello son nuestras fotos rodeándolo con sus compañeros del claustro en presentaciones de libros y otras actividades en la que ha participado. Pero ya basta, tenemos que hacer más.

Algo muy cierto escribió el Profesor René Fidel a Silvio Rodríguez en su blog Segunda Cita, lo más grave es que estamos siendo defraudados. Por proteger los actos ilegales de esta funcionaria y del Ministro de Educación Superior, oportunamente denunciados por nuestro profesor, están violando todo en lo que creemos. ¿Acaso las leyes son nada más para ser cumplidas por nosotros los ciudadanos? ¿Qué ha cambiado en la Revolución que se pueden producir abusos de poder y atropellos impunemente? ¿Cómo es posible una vez que se haya puesto en marcha la maquinaria judicial, detenerla y dejar desprotegido un ciudadano?

No tiene, ni tendrá alguna vez justificación, que la Fiscal General de la República, e incluso el Presidente de nuestro país, violen los plazos de respuesta del Derecho a queja y petición que le concede a nuestro profesor y a todos los ciudadanos la Constitución.

Esto no es una patraña del enemigo, nos consta y es desgraciadamente público para todo el país.

Queremos que René Fidel vuelva a nuestra Universidad, a nuestra Facultad de Derecho, que formalmente se le devuelva su condición de profesor que no ha hecho más que honrar, necesitamos a los hombres cultos y de bien que, como él, confirman sus credos con la virtud martiana de la consecuencia, pero queremos también que se respete el Estado de Derecho. Esto es para nosotros, lo único revolucionario y decente. Es la Cuba que queremos.

(Tomado del original)

3 enero 2020 6 comentarios 1k vistas
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2020

Resoluciones para 2020

por Redacción 31 diciembre 2019
escrito por Redacción

Despedimos el año enumerando nuestros deseos para el 2020. El 2019 fue intenso, con numerosos sucesos nacionales e internacionales de todo tipo. Sin embargo, por alguna razón las vidas de los cubanos parecen más paralizadas que nunca, esperando una prosperidad que no llega y como dice una canción de Buena Fe, entre bloqueos y mala administración. Pero veamos qué pasó y qué vendrá.

En el 2019 la unificación monetaria no llegó. La escasez de combustible y los productos de primera necesidad arreciaron más que en años anteriores, pero más allá de las nuevas tiendas recaudadoras de dólares (que pronto se desabastecieron) no vimos un plan innovador o profundo para la economía. Quizás la única sorpresa gubernamental fue la selección del primer ministro, inesperada pero aún no sabemos si acertada.

Las sanciones de Estados Unidos aumentaron exponencialmente. El presidente estadounidense más corrupto desde Nixon sólo parece interesarse por ganar votos de la derecha radical cubana en la Florida para su reelección, y su equipo de gobierno, también el más inepto y escaso de talento en décadas, ha dado rienda suelta y empoderado a los sujetos con ideas más extremistas respecto a Cuba. Así, podemos esperar sanciones cada vez mayores mientras se acerca la elección del 2020. No fue un año fácil y el que viene lo será menos.

En Cuba el Ministerio de Cultura siguió siendo el paquete semanal y funcionó normalmente, excepto para LJC porque el compañero de la Seguridad del Estado que los atiende les dijo que no podían distribuir la revista por esa vía, ¡pero sin rencores eh! Este año se estrenó la película sobre los Cinco, casi provoca infartos dentro y fuera de la isla por razones distintas, pero se estrenó y es una historia que merecía contarse. La novela cubana no mejoró un ápice y tuvimos la triste noticia del fallecimiento de Alicia Alonso. Algo más que no podemos perdonarle al 2019 es la última temporada de Juego de Tronos, ¡qué mierda fue eso! Ha sido un año terrible para la cultura.

Ahora vamos a tomarnos un minuto para reconocer el estado de la música latina en 2019, porque este fue el año de Ozuna. El cantante de trap y regueton ganó 11 Premios Billboard después de romper el récord de nominaciones con 23, en una gala donde J Balvin and Nicky Jam ganaron 13 premios cada uno, Bad Bunny 12 y Daddy Yankee 8.

Pero vamos a regodearnos un poco más en el modelo de conducta de los niños de hoy, Ozuna fue arrestado en 2017 por agredir a unos agentes de inmigración (realmente no sabemos si culparlo por esto), en 2018 golpeó con el micrófono a un guardia de seguridad por estar en el escenario (luego se disculpó en Facebook, debe haberlo obligado su publicista) y en 2019 fue víctima de extorsión por un video sexual suyo de cuando era menor de edad.

Hemos dedicado este párrafo a mencionar artistas con nombres de pandilla escolar, así de grave está la cosa. Hoy los niños conocen mejor a Ozuna que a los mártires nacionales, el futuro está asegurado.

No vamos a seguir hablando del 2019, mejor concentrarse en el 2020. Por eso y como siempre hacemos, queremos compartir con los lectores nuestros deseos pendientes y nuevos para el año que empieza. Feliz fin de año y cosas buenas  por venir para cada uno de ustedes, sus familias y nuestro país… aquí la lista:

  • Un nuevo presidente para Estados Unidos. Exacto, y no es violación de la soberanía de nadie porque los países que sufren una influencia extrema de otras naciones deberían tener cuanto menos derecho a opinar. Así que como no se puede votar desde la isla, ¡burundanga pa Trump!
  • Que las sesiones de la Asamblea Nacional se transmitan en vivo para que el pueblo vea a sus representantes de forma directa, sin demorar la transmisión o editar el material antes que aparezca en la Mesa Redonda.
  • En 2017 deseábamos que el invierno llegara ya a Juego de Tronos, ¡cuánta inocencia! Esta vez queremos que aparezca una serie a su altura, ¿quizás la que están preparando del Señor de los Anillos?
  • En años anteriores pedimos que Ricardo Ronquillo “dirija un medio de prensa”. Seguimos pidiendo lo mismo porque la UPEC controla la prensa cubana igual que nosotros controlamos la NASA… o pregúntenle al PCC.
  • Que llegue el socialismo próspero y sostenible que estamos esperando… y si demora que aclaremos con nombre y apellido quiénes son los obstáculos internos, porque los externos están más claros.
  • Que reemplacemos a todo aquel que no logró cambiar la mentalidad cuando convocó Raúl hace casi una década, bastante tiempo han tenido.
  • Que esta lista de resoluciones empiece a cumplirse y no se repita el próximo año, al menos las partes que más importan.
  • Que esta lista tenga 8 puntos y no 7, porque en la charada el 7 significa… ustedes saben.
31 diciembre 2019 21 comentarios 646 vistas
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Navidad

Navidad a la cubana

por Redacción 25 diciembre 2019
escrito por Redacción

En el año 335 el papa Julio I sugirió que el nacimiento de Jesús fuera celebrado ese día, nadie tenía idea de la fecha real. Desde entonces más de 2 billones de personas en más de 160 países celebran la Navidad. Los cubanos, creyentes o no, también tienen razones para celebrar.

Para empezar, en esta fecha de 1725  nació Esteban Salas, sacerdote y compositor de música religiosa. Según Alejo Carpentier, Salas es el compositor cubano de música clásica más antiguo del que se hayan rescatado obras. Si necesitamos otra razón para celebrar el día, en 1926 nació Enrique Jorrín, el creador del chachachá. Casi podríamos decir que La Engañadora es una canción de Navidad.

Si esto no le convence de celebrar este día, porque no es usted una persona religiosa y no piensa gastar en regalos por una festividad impulsada por tiendas de países desarrollados, páselo con su familia. El regalo de Juan Pablo II a todos los cubanos en 1998 fue  el 25 de diciembre como día feriado… y después de un año de coyuntura, bien que lo merecemos. Feliz Navidad o 25 de Diciembre, como quieran llamarle, pero páselo bien con los suyos. Ya nos veremos con nuevos textos y nuevos autores en el 2020.

25 diciembre 2019 5 comentarios 645 vistas
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reacciones

Cinco reacciones a una Declaración

por Redacción 2 octubre 2019
escrito por Redacción

Bueno, me doy cuenta de que algunos artículos de René Fidel los leí y creo que incluso publiqué (así que debo estar en llamas, menos mal que no soy catedrático)… (Silvio Rodríguez, Segunda Cita)

 

Esto confirma las acusaciones del profesor y el enquistamiento de las autoridades. Quienes ven en la incondicionalidad una virtud en lugar de la muerte de las revoluciones, no han estudiado historia ni están a la altura de ella. ¿Mandarlo a una biblioteca? ¿En serio? Como a los intelectuales depurados en los 70? Provoca vergüenza ajena este intento de sofocar un reclamo ciudadano, pero no funcionará y habrá René para rato. El tiempo juzgará como hizo con el Quinquenio Gris (Harold Cárdenas Lema, Facebook)

 

Esto, lejos de mostrar evidencia de causas suficientes para la retirada de la categoría docente y la sanción a plazas de menor nivel, no es más que lo dicho siempre: cuando el derecho a debatir o disentir de manera profesional es limitado por un estado, caemos en un monopolio ilegítimo de la censura.

El marxismo señala que el desarrollo y la superación de los estadios precedentes sólo eran posibles cuando el sistema entraba en contradicciones insuperables. Así ocurre ahora. La democracia, término tan mal estudiado en Cuba, no concluye en el voto ciudadano. Tampoco en la prensa nacional. Qué lástima por la universidad de Oriente aunque no le queda de otra a su consejo directivo que seguir los postulados del MES.

Mella debe estar revolviéndose cuando ve fracasada la libertad de cátedra, la autonomía universitaria y el derecho a la opinión sincera. (Leduan Ramírez, Facebook)

 

Declaración de la Universidad de Oriente sobre la invalidación docente del doctor René Fidel González García, provoca que decenas de revolucionarios, luchadores antimperialistas y patriotas cubanos y latinoamericanos, se interesen por los artículos publicados por René Fidel en La Joven Cuba, Rebelión, entre otros sitios (…) 

Ahora los artículos de René Fidel, por los que la Universidad de Oriente le invalidara su condición de profesor, están circulando en la blogosfera y las redes sociales entre académicos, profesores, e intelectuales de formaciones ideológicas diversas. Probablemente, se está produciendo con mayor fuerza que nunca el movimiento de pensamiento crítico y debate que los represores ideológicos de René Fidel quisieron evitar al expulsarlo de su claustro y proponerle una plaza de acomodador de libros en una biblioteca, más o menos como le hicieron a Ambrosio Fornet hace unos 40 años durante el denominado Quinquenio Gris.

Y que la gente piense, aunque discrepe entre sí, ya es una gran victoria del doctor en Ciencias Jurídicas cubano, más allá de que el gobierno le de una respuesta a sus reclamaciones, o no, o respete la letra constitucional o no. (Giordan Rodríguez Milanés, Facebook)

 

Me gusta mucho una frase de Memorias del subdesarrollo que dice así: “Yo he visto demasiado para ser inocente, ellos tienen demasiada oscuridad en la cabeza para ser culpables”. La reciente respuesta de la UO a René Fidel deja mucho que pensar. Por supuesto que una universidad tiene derecho a quitarle la categoría a un profesor que incurra en conductas dañinas. Pero que estas personas consideren los artículos de René Fidel como una conducta dañina e irresponsable solo habla de su falta de capacidad para la tolerancia y el enfrentamiento civilizado de las ideas.

El estalinismo tiene un nombre errado, habría que llamarle autoritarismo mediocrático, porque una de sus principales características es el empoderamiento de tremenda cantidad de gente bruta. Estoy convencido de que solo personas mediocres pueden creer que una ideología se defiende guardándola con celo en un lugar alto, a salvo de toda duda, crítica o cuestionamiento.

Cuando una persona ha leído y ha bebido de las más variadas fuentes de la historia universal, o al menos ha sido educada en el respeto y la claridad mental, ve las diferencias del pensamiento como algo natural y necesario, y sabe que una idea se defiende en el debate, en el discurso, no apartando al que te cuestiona.

La declaración de paso ofende a Rebelión y Sin Permiso, medios que subsisten como valladares de la izquierda internacional. ¿Por qué el claustro de la UO no rebatió a René Fidel en esas mismas tribunas, si su pensamiento era tan contradictorio y confuso? ¿Acaso las consideran tan sucias?

Durante muchos años, hemos vivido en la imposición de un pensamiento único, reforzado por una mentalidad de colmena que abarca a toda la institucionalidad. Es cierto que no siempre las diferencias y choques llegan a situaciones como la de René Fidel. Pero esta respuesta muestra que no podemos conformarnos con pedir un poco más de tolerancia o el ataque a ciertos intolerantes. Debemos forzar un nuevo paradigma de sociedad abierta a la diversidad de pensamiento, que promueva el pensamiento libre e independiente, sin que nos detenga la existencia del conflicto con los EE.UU. (Yassel Padron Kunakbaeva, Facebook)

2 octubre 2019 18 comentarios 673 vistas
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telegram

LJC ya está en Telegram

por Redacción 19 septiembre 2019
escrito por Redacción

Telegram es una aplicación que te permite además de chatear (como WhatsApp o Messenger) compartir todo tipo de archivos multimediales facilitándote ahorrar datos.

En materia de conexión a Internet desde Cuba esta app resulta un respiro y se ha convertido en la preferida de muchos. Puedes suscribirte a diversos canales en dependencia de tus intereses particulares: música, ciencia, artes, economía, noticias entre otros. Recibirás las notificaciones y tendrás la posibilidad de escoger de qué enterarte y cómo.

A través de las “vistas rápidas” puedes abrir la información que te llega sin necesidad de cargar el enlace a la página, lo que te permite además del bajo consumo de megas ahorrar tiempo.

Asimismo, gracias a los bots, puedes hacer búsquedas en Google, twittear, descargar audios y videos dentro de la app.

Todas estas ventajas hicieron que, los que estamos detrás de LJC, hayamos decidido abrir nuestro propio canal en Telegram (t.me/lajovencuba). Suscríbete y podrás acceder de manera rápida, eficaz y directa a nuestros contenidos sin necesidad de salir de la aplicación.

19 septiembre 2019 7 comentarios 523 vistas
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La Cuba

La Cuba que queremos

por Redacción 30 agosto 2019
escrito por Redacción

Por: Álvaro Francisco Pixá (Lic. en Derecho) e Ismael Tamayo (Lic. en Filosofía)

Hace varios días fue publicado por la Viceministra Primera de la Educación Superior, Martha del Carmen Mesa Valenciano un texto donde expone sus criterios de lo que debe ser un profesor universitario.

También circulan en las redes sociales y diferentes publicaciones, artículos que dan respuesta a la Viceministra, que, en su variedad de tonos, argumentos y estilos, demuestran la indignación generada en la ciudadanía y el gremio de los profesores universitarios ante la desacertada, limitada y autoritaria visión de la funcionaria. En ellos es evidente la preocupación de que tal documento sea la base de la política a seguir en las instancias del sector universitario.

Somos egresados de las carreras Filosofía Marxista y de Derecho de la Universidad de Oriente (UO), y estudiamos en dicha institución en los cursos comprendidos entre el 2011 y 2016, lapso en el que también realizaban en esta universidad sus labores administrativas y educativas la mencionada funcionaria Mesa Valenciano y el profesor Rene Fidel González García.

Como estudiantes y presidentes de la FEU de nuestras facultades, tuvimos la oportunidad de trabajar directamente con la actual Viceministra, otrora Rectora de la UO, y conocemos en alguna medida sus métodos de trabajo y actitud ante cuestiones pretendidamente “ideológicas”.

Al profesor René Fidel lo conocimos en el año 2011. Impartía la asignatura Historia de Estado y el Derecho y era el Profesor Principal del primer año de Derecho. Todo amor al magisterio y ternura intelectual, su presencia aglomeraba diariamente decenas de muchachos de toda la universidad en “el muro” de la Facultad antes y después de culminar sus clases.

Intachable como profesor y republicano confeso, a no pocos nos enseñó con su actitud diaria, su honestidad y respeto a las ideas de los otros, como su compañero y maestro Fernando Martínez Heredia, a sentir orgullo de ser comunista. Formaba valores dentro y fuera del aula.

Buscado por generaciones de dirigentes de la FEU de la Facultad de Derecho, y de la Universidad, a los que acompañó por su trayectoria anterior como dirigente estudiantil, era también miembro del Comité del Partido de la Universidad y un prestigioso integrante de la UNEAC en Santiago de Cuba, cuyos libros sobre ciudadanía y conferencias públicas, eran seguidos.

Si ahora escribimos es porque nos constan los nefastos resultados que tendrá la implementación de las ideas escritas por la actual Viceministra: René Fidel ya no es profesor de la Universidad.

A espaldas de sus estudiantes, de su núcleo del partido, de su sindicato, esa misma funcionaria que ahora se pronuncia regodeándose en su enorme poder, solicitó y obtuvo del Ministro de Educación Superior el despojo de la condición de Profesor Titular, y la de profesor, de nuestro maestro.

No reparó en medios para ello. Incluso, cuando la Decana de Derecho se negó a acceder a sus pretensiones después de meses de presiones la removió de su cargo.

Cuando fracasó su intento de cuestionar el carácter revolucionario de los artículos de nuestro profesor ante el abierto respaldo del claustro y el núcleo del PCC, indicó entonces a quienes ocupaban el cargo de Presidente de la FEU y de Secretario de la UJC en la Universidad, leyeran y dieran a firmar a cerca de ocho Presidentes de Brigadas de la FEU y Secretarios de Comité de Base de la UJC reunidos bajo el fantasma de la subversión, una “declaración de repudio” al profesor y sus artículos de intelectual revolucionario redactada  por ella misma y el nuevo Decano.

Cuando no pudo evitar que algunos de esos mismos estudiantes rechazaran de inmediato el contenido de la “declaración” por difamatoria y falsaria, dio entonces instrucciones para mentirles ya sin límites diciéndoles que el profesor era un agente de la CIA, un mercenario que recibía dinero por sus publicaciones, y ni así consiguió que firmasen todos el documento que luego el Ministro habrá recibido como evidencia de la pérdida de prestigio del docente y cuyo contenido, sólo se conoció porque el propio René Fidel, exigió se hiciera pública ante la organización partidista y el claustro de la Facultad.

¿Qué pérdida de prestigio social sería esta que tenía que ser mantenida en secreto?  ¿Acaso es lo mismo difamar y atentar impunemente contra el prestigio de una persona desde el poder que tomar en consideración hechos que así lo ameriten? Con vergüenza recordamos perfectamente que cuando incluso sus nuevos alumnos, a los que apenas les había impartido unos pocos turnos de clases, preguntaron con insistencia por él después de su salida, la respuesta cobarde y falaz que Luis Alberto Pérez Lody, el nuevo Decano y otro funcionario docente dieron, fue que se encontraba fuera de Cuba en viaje de trabajo.

Estos no son los métodos de la Revolución, los que nos enseñaron nuestros profesores, pero sí los que empleó e impuso esta funcionaria. Entonces ese es su prestigio social entre nosotros. ¿Soñará ella con ser Ministra y privar de la condición de profesor a todos los que enseñan en Cuba en pensar como hacía y aún hace René Fidel?; ¿con hacer desaparecer en el país, como lo hizo a base de cuestionamientos y objeciones con el Foro Social Universitario: Juventud y Revolución, cualquier espacio de reflexión profunda que reúna a los jóvenes universitarios?; ¿acaso con desatar el oportunismo y el arribismo para exhibir la limpieza de sangre ideológica de nuestros profesores? ¿con repetir la bestialidad de la parametrización?

Fuimos pacientes mientras nuestro profesor nos daba a todos una clase más de civismo activando sus derechos como ciudadano aunque recibiese el silencio como la única respuesta de las instituciones y los funcionarios que violan nuestra legalidad al no responderle.

Le respetamos y apoyamos, testimonio de ello son nuestras fotos rodeándolo con sus compañeros del claustro en presentaciones de libros y otras actividades en la que ha participado. Pero ya basta, tenemos que hacer más.

Algo muy cierto escribió el Profesor René Fidel a Silvio Rodríguez en su blog Segunda Cita, lo más grave es que estamos siendo defraudados. Por proteger los actos ilegales de esta funcionaria y del Ministro de Educación Superior, oportunamente denunciados por nuestro profesor, están violando todo en lo que creemos. ¿Acaso las leyes son nada más para ser cumplidas por nosotros los ciudadanos? ¿Qué ha cambiado en la Revolución que se pueden producir abusos de poder y atropellos impunemente? ¿Cómo es posible una vez que se haya puesto en marcha la maquinaria judicial, detenerla y dejar desprotegido un ciudadano?

No tiene, ni tendrá alguna vez justificación, que la Fiscal General de la República, e incluso el Presidente de nuestro país, violen los plazos de respuesta del Derecho a queja y petición que le concede a nuestro profesor y a todos los ciudadanos la Constitución.

Esto no es una patraña del enemigo, nos consta y es desgraciadamente público para todo el país.

Queremos que René Fidel vuelva a nuestra Universidad, a nuestra Facultad de Derecho, que formalmente se le devuelva su condición de profesor que no ha hecho más que honrar, necesitamos a los hombres cultos y de bien que, como él, confirman sus credos con la virtud martiana de la consecuencia, pero queremos también que se respete el Estado de Derecho. Esto es para nosotros, lo único revolucionario y decente. Es la Cuba que queremos.

30 agosto 2019 84 comentarios 1k vistas
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colaboramos

No estamos de acuerdo en todo, pero colaboramos

por Redacción 9 agosto 2019
escrito por Redacción

Los pasados días 24 y 25 de junio, parte del equipo de LJC estuvo en un evento en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba (CCRD-C), sito en la ciudad de Cárdenas. Quedamos muy impresionados por la labor de la institución en la comunidad y solicitamos una entrevista con su directora.

RGM.Ya tienen mi nombre: Rita María García Morris. Me llamo igual que mi mamá, pero todo el mundo me dice Ritica. Nací en Santiago de Cuba. Mi papá era pastor de un pueblecito, hoy el actual central Urbano Noris. Soy hija de la UMAP. Fui concebida en los campos aledaños al campamento donde él estaba en Camagüey. Estuvo prácticamente tres años y nunca  terminó. Decidió desertar, y se fue.

Vivíamos en Santiago. Él era pastor de la iglesia Bautista. Por diferencias con la iglesia decide salir hacia Matanzas, y ya acá estaban sus antiguos profesores del Seminario. Entonces comenzamos nuestro bregar en la zona occidental. Como pastor ahora de la iglesia presbiteriana, con tres hijos pequeños y mi mamá, que ha sido la persona que nos ha mantenido unidos como familia.

Fue en 1980 cuando llegamos a Cárdenas. La iglesia de aquí es de sostenimiento propio, tiene suficientes medios para hacer el llamado de un pastor.  Para mí, Cárdenas era una ciudad cosmopolita, grande, diferente de todos los lugares donde habíamos estado.

Mis hermanos y yo nos sorprendimos de esta gran ciudad. Y era difícil la vida para tres hijos de un pastor. Fue una época de crisis porque esta era una ciudad permeada por criterios fuertes respecto a cómo relacionarse con hijos de un pastor y el tratamiento a la iglesia.

Venimos de una  familia donde la participación ciudadana en la escuela, dentro de los CDR, donde el sueño de un gran país, de una gran Revolución, estaba presente. Y nos tocó, más que participar, luchar para que nos dejaran participar. Fui una adolescente muy rebelde porque quería hacer y no podía, y porque tenía una familia de pastores y por el otro lado se me abría un mundo desconocido en una ciudad grande donde podías hacer cualquier cosa.

A veces no se me permitía por la casa y otras veces no se me permitía dentro de la escuela, del preuniversitario. Algunos profesores me recuerdan y me escriben, y rememoran cómo era que pedía tanto participar, estar. Quizá eso venga de mi padre, un hombre de la clandestinidad, un  hombre deseoso de hacer cambios.

Pedí una carrera para la Unión Soviética porque quería demostrar y hacer cosas, primero como mujer, y segundo, para ser partícipe de todo lo grande que se esperaba de este país. Pero no fui.

Mi padre dijo: “el que no trabaja no come”. Me decidí a ir a buscar trabajo fuera de la ciudad. De las cosas que te ponen en el camino: pido una botella,  y era el director de la fundición de Jovellanos. Me dice que tenía dos cursos de obrero calificado. Se pagaba bien. En aquel momento los obreros ganábamos muy bien. Y me propone  trabajar en una fresadora, o hacer un curso en una  grúa. Decirme grúa fue que se me abrieran los cielos.

Estuve laborando mucho tiempo en la fundición.  Lo recuerdo tan gratamente, que si hoy existiera de nuevo la posibilidad, pediría un año de gracia para formar jóvenes en ese sentido. Pero sueño con hacer cosas mejores.

En una ocasión, en  una empresa en Cárdenas, el director —que hoy es mi amigo—, me dijo que no contrataba mujeres. Fui al Partido, reclamé que no me dejaban trabajar, que yo estaba graduada. Al mediodía me dieron respuesta y empecé. Era la fábrica Horacio Rodríguez, perteneciente a la industria sideromecánica. Siempre fue algo raro ver a una mujer, de dos o tres que habíamos, manejando las grúas. Me enseñó mucho todo aquello.

Estoy muy agradecida a la municipalización. Me hubiese gustado ser ingeniera agrónoma, pero no vino en mi momento. Me hice licenciada en Humanidades. Ahora terminé una Maestría en Dirección Empresarial.

De mi padre aprendí a amar la familia, la Patria, a trabajar, a querer a aquellos que no tienen voz, que a veces está callada y necesita ser escuchada.

LJC. El CCRD-C se inauguró en medio de la crisis del derrumbe del campo socialista. ¿Qué se propusieron en aquel momento y qué han logrado hasta hoy?

 RGM. El Centro comienza a trabajar en el 1991. Fue siempre el sueño de Raimundo García Franco, aquel pastor que estuvo en la UMAP. Él pensaba que tenía que haber un lugar donde se trabajara por la reconciliación y los derechos. Que en la medida en que el tiempo transitara y cambiara la situación, pudiéramos trabajar en diferentes temas. Por supuesto, ese momento fue crucial, se atravesaba en el país por un período de grandes necesidades, sobre todo económicas.

Se comienza a trabajar primero desde los predios de la iglesia. Arrancamos buscando donaciones para traer a Cuba. Teníamos un vínculo ya con la obra misionera de Berlín, con Pan para el mundo, con otras iglesias, sobre todo de Europa, y empezaron a llegar grandes donaciones: medicamentos, insumos, camillas, sillones, riñones artificiales, para hospitales. Comenzaron a llegar y a distribuirse desde aquí. Todo lo que pudiera hacer falta en hogares de ancianos, en educación.

Se  tuvo en cuenta también la gran inquietud medioambiental del momento. Se empezó a enfocar el tema del medio ambiente. Con un proyecto financiado por una organización española se trajeron bio-digestores e implementos para recolección de basura.

Hubo un gran proyecto que se llamó Mariposas, motivado por el resurgimiento de la prostitución en Cuba. Nos relacionamos con esas mujeres. Formamos un equipo donde también estaba la FMC, la Fiscalía, la PNR. Pero sobre todo, para estudiar, no para reprimir; para saber cuál era el detonante de aquello. Había que ocuparse del tema de la salud de esas personas. No había entonces un trasfondo de cuidado de salud pública como ahora.

No nos dábamos cuenta de que ya estábamos abordando los temas de violencia de género y familia; de la división de la familia cubana, y de la niñez, porque nos encontramos casos donde eran niñas las que se prostituían. Igualmente teníamos en cuenta la problemática de la tercera edad.

Se fue incorporando el tema de la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos. Todo cuanto era posible se abarcaba, ya que las problemáticas eran diversas y complejas. Ha sido un trabajo duro. Somos una institución con sede en Cárdenas, pero su alcance es nacional.

LJC. En nuestro blog fue publicada la historia de una organización feminista llamada Magín que surgió más o menos en la misma época del CCRD-C; sin embargo, y a pesar de todos sus esfuerzos por legalizarse, nunca lograron ser inscritas en el Registro de Asociaciones y fueron obligadas a desactivarse.

Sabemos que el Centro tiene reconocimiento legal, y teniendo en cuenta la apertura que ofrece la nueva Constitución hacia un Estado Socialista de Derecho y de que la propia Constitución admite la libertad de asociación. Entonces su experiencia puede servir de modelo a futuras asociaciones de la sociedad civil cubana; por eso nos gustaría compartirla.

 RGM. Fue un largo camino. Habíamos comenzado a trabajar alrededor de diez personas y todo con personal de la iglesia local. Fuimos modelando la misión y la visión de la institución, cómo dirigirla. Teníamosque institucionalizarla aun sin que tuviera personalidad jurídica. Organizamos una asamblea, una junta directiva, para que ella nombrara un director o directora y un vicedirector o vicedirectora. Se crearon estatutos.

Pasó mucha gente buena por aquí. El profesor Julio Fernández Bulté y Aurelio Alonso fueron miembros de la junta. Eran personas inteligentes, capaces de avizorar el futuro. También teníamos pastores, gente que tenía que ver con el trabajo del Centro, porque es una institución religiosa, así está inscrita.

Fueron muchos años solicitando la personalidad jurídica, veinte para ser precisos; de trabajar, de demostrar a través del accionar con la propia iglesia cubana con su unidad, su despertar, con temas tan polémicos.

Sí les puedo decir que, quizá por el trabajo que se venía haciendo, tuvimos el apoyo de la Oficina para los asuntos religiosos del Comité Central del PCC, y también del Ministerio de Justicia. El Centro pudo lograr su objetivo, poco a poco logró acceder a cuentas bancarias en divisas y en moneda nacional. Adquirió las propiedades en las que hoy radicamos, se le compró el terreno al Poder Popular y se fue preparando la instalación.

A lo largo de veinte años fueron presentadas diversas versiones de estatutos, y sostuvimos conversaciones con el Ministerio de Justicia. No fue fácil, pero creo que el Centro mostró una labor continua, colaborativa –donde el Consejo de Iglesias de Cuba y el Centro Martin Luther King Junior tuvieron gran influencia—. Fue el trabajo de muchas personas, con mucho acompañamiento institucional.

Hubo que superar momentos tensos. Se nos pidió cambiar el nombre, por ejemplo, ser Centro de Reflexión y Diálogo. Eso nunca se aceptó, lo que demoró el proceso. Los estatutos también fueron un factor ralentizador.

A pesar de la demora no nos detuvimos, el Centro se fue convirtiendo en un lugar grande. Se fue ampliando a la vista de las autoridades.

También hemos estado presentes en muchas de las situaciones que se han dado en el país. El director anterior fue uno de los que más fuertemente apoyó el regreso del niño Elián. Se han apoyado causas en cada momento. Eso no quiere decir que no haya aspectos con los que no estemos de acuerdo. Sobre todo el tema de los derechos. Asuntos que han llegado con la Constitución.

LJC. Como usted ha explicado, el Centro desarrolla un trabajo que se despliega en varios sectores de la vida social y cultural. En este nuevo escenario, con la Constitución de 2019, cuáles son sus principales líneas de acción.

 RGM. El cambio de Constitución no ha hecho que el Centro cambie su camino; más bien en el Centro esperábamos mucho más de la Constitución. No quiere decir que esta no sea mejor que la anterior.

El trabajo ha crecido y es casi imposible llevar todo lo que se hace con la cantidad de personal actual, que es poco.

Trabajar por los derechos, con los derechos, es fundamental. Soy del criterio que derechos es todo: por el medio ambiente; contra la violencia de género; en favor de los afro-descendientes, de la comunidad LGBT, de los residentes en comunidades rurales donde nadie sabe cómo se vive, y donde se ven casos que yo nunca pensé que existieran; apoyar a los emprendedores, es derecho; intentar cambiar algunas leyes para que tu municipio sea mejor; porque los líderes tengan que cambiar, es derecho.

Y si alguna herramienta tenemos hoy es precisamente la comunicación. Lo otro es la reconciliación. Estamos en un momento donde ir a todos, construir entre todos, el país lo necesita para crecer, para que las cosas cambien, cambien en positivo, para mejorar. No soy amiga de las grandes campañas, me gusta trabajar desde abajo.

LJC. Vemos al Centro con una amplia labor, y que en ocasiones pisa terrenos polémicos, con posturas políticamente complicadas. ¿Cómo logra seguir el Centro y mantener su imagen a pesar de eso?

 RGM. El Centro camina porque no es él nada más. Tiene sus relaciones con las autoridades del país, los gobiernos municipales, provinciales, el gobierno nacional. Tiene muchas sinergias. Aquí cabe el trabajo con todos, siempre que sea un trabajo para bien y que mejore el estatus del ser que hoy vive en Cuba. Tenemos sinergia con la FMC; con los Ministerios de Salud, Educación y Agricultura; con las universidades, en fin, con el Estado cubano.

La base del respeto a la ley, a lo establecido, al relacionamiento directo, a la transparencia, ha ayudado también.  No estamos de acuerdo en todo. Hemos tenido nuestras diferencias con el gobierno, pero colaboramos. La historia del Centro ha servido para que otros estén a punto de obtener su personalidad jurídica.

Pienso que es algo de paciencia. No le pido a nadie que la tenga, pero ese trabajo, es lo que da a la meta. No es una  carrera, es el día a día, y han sido muchos años de no desesperarse. Lo más importante es la tenacidad, la conversación con la autoridad —no es bueno dar la espalda a la autoridad—. Conversar, llegar a entendimientos comunes, y no hablo de claudicar. El Centro aboga porque las nuevas instituciones y proyectos estén legales y trabajar sobre la legalidad. Y por último, la unidad. Si el centro hubiese trabajado solo, no estaría aquí.

LJC. Hace poco hablaba del apoyo del Consejo de Iglesias. Estamos viviendo algo excepcional, y es la división de la iglesia. Aparece la Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba. ¿Qué opinión le merece esto?

 RGM. Yo y el Centro somos hijos del ecumenismo cubano. Para mí, es un acto de valentía: Asociarse era un secreto a voces. Porque hay iglesias que nunca fueron miembros del Consejo, y porque hay iglesias que decidieron separarse del Consejo y aun así aparecen en su manifiesto.

Personalmente no creo que la división ayude a nadie, con todo el respeto que merece la Alianza. Creo que se debió conversar, que debimos estar atentos, oír cuáles eran sus pedidos y que debieron llegar a consensos, porque dividir la iglesia es dividir la Patria, es dividir a Cuba, independientemente de lo que cada cual predique,  cada cual pida, cada cual se haga eco en sus acciones.

Si tuviera que tomar partido, lo haría por el Consejo de Iglesias de Cuba. No por ser el Consejo, sino porque están otros hermanos de fe. El Consejo no es perfecto, pero las divisiones tampoco.

De hecho, no nos hemos pronunciado, pero el CCRD-Cuba se lanza como espacio de diálogo y reconciliación donde la Alianza y el Consejo pudieran venir a conversar y reunirse, porque creo que el momento no es para divisiones, sino para escucharse. De alguna manera, sin estar en todo de acuerdo, si viene de la iglesia, el centro es Jesús, es la unidad, es la fe, es la solidaridad. Por eso se debe conversar. Creo que el Consejo debe escuchar.

Estamos en una Cuba diferente, y no solo las evangélicas, otras tantas pueden decidir unirse. La unidad es lo primero, y hay de parte y parte. Lo bueno es que hay voces diferentes, amén de todo el trasfondo que pudiera tener, y además, me parece que está muy bien organizado. Pero sí creo que el Consejo es la institución que por años ha unido y ha llevado la voz de la unidad de la iglesia cubana y lo que tiene que hacer es revisarse para seguir siendo líder, porque si algo tienen que hacer las instituciones, es mirarse, cambiar y crecer.

LJC. Sí, ese ejemplo de la iglesia puede servir para otras instituciones, no solo religiosas sino políticas.

 RGM. Yo fui delegada dos años. No lo fui más. No porque no quisiera, sino porque llevar una voz cantante, fuerte, que pidiera respuesta a lo que está sucediendo en mi municipio y esto no causó la mejor impresión. Es necesario pedir claridad sobre dónde están los presupuestos, pedir cuentas, pedir justificaciones, el por qué de los cambios y de las decisiones arbitrarias. Y la Asamblea tiene que ser pública, difundida en la radio local, en los medios.

LJC. Llama la atención que el Centro convoque a un encuentro de intelectuales y académicos en un momento en que en el país no parece haber una apuesta por ese sector como actor de llevar a Cuba adelante, donde se sigue apostando por la figura del cuadro y el modelo de obediencia. ¿Por qué auspician ustedes la creación de esta red yqué esperan de ella?

 RGM. El centro venía haciendo estos encuentros desde hace tres años un poco más a puertas cerradas, con encuentros más desde lo jurídico, para discutir y aprender. Creemos que el cambio en Cuba viene no desde los intelectuales solos, sino que hay que incluir a aquellos líderes que tienen voz, que lideran procesos de cambios, no solo de gobierno, sino cambios necesarios. Es increíble que hayamos estado sin conocer las leyes de los Consejos Populares, donde el delegado podía proponer cambios sustanciales, y no se usaba.

Y esta red es para sumar más a todos aquellos que de alguna manera trabajen no solo el activismo, sino el poder empoderar, el querer cambiar, el querer proponer. ¿Por qué no invitar también a decisores? Nos escuchamos, dialogamos. El Centro propuso muchos cambios al Proyecto de Constitución y nos sentimos reflejados en muchos ellos.

Creo que es un buen momento para unir, conocer. Si ahora mismo nos preguntamos cuánto conocemos de leyes veremos la pertinencia de un curso sobre los fundamentos del estado de derecho y sobre derechos humanos. Por eso es importante reunirnos. Y para convocar a un mayor público debemos ir organizando a grupos de personas que conozcan. Creo que se está en un momento donde se pudieran presentar cambios.

LJC.¿Cuáles son sus expectativas sobre la red?

 RGM. La mayor expectativa es que funcione, que no quede aquí. Que todos los que estamos ahora y los que quedamos ayer en invitar nos veamos en diciembre, con resultados. Fue muy bueno que alguien destacara en el encuentro que no somos los únicos en trabajar estas cuestiones, como los que han tratado en las sesiones de la red.

LJC. Recientemente se anunció por parte de sus creadores, el cierre del proyecto Cuba Posible. Cuéntenos un poco sobre su relación con el mismo.

 RGM. El Centro, cuando Leinier y Roberto salieron de Espacio Laical, le planteó que por qué no hacíamos algo juntos. Ellos son personas muy preparadas del campo eclesial, pero con muchos estudios sociales, jurídicos,  y comenzamos a hacerlo, y realmente Cuba Posible creció rápido. Y al crecer tan rápido, nos dimos cuenta que necesitaba también libertad para hacer, para hablar, y caemos en el campo de que al tener nosotros personalidad jurídica debemos respetar ciertos preceptos y estatutos, el objeto social, y se decidió que ellos se desplegaran solos para que pudieran hacer su trabajo.

Para mí es una pena que hayan tenido que cerrar. Solamente ellos sabrán las razones reales de haber tenido que salir del espectro del debate cubano. Hicieron un trabajo muy valioso, yo conservo todos los cuadernos que publicaron. Pero ahí es a donde voy, creo que un proyecto cubano, en Cuba, que crea que puede trabajar sin alianzas, no va a sobrevivir.

LJC. Cuando mencionábamos la Alianza, hay un tema importante que es la llamada Teología de la Prosperidad, especialmente en iglesias evangélicas. Existe preocupación nacional e internacional con estas nuevas iglesias. ¿Qué piensa de esa Teología de la Prosperidad, que la iglesia ofrezca al acercarse a Dios un camino de emprendimiento?

 RGM. Si fuera un camino del emprendimiento y del trabajo, yo estaría más de acuerdo con la Teología de la Prosperidad; pero el ser bueno para que Dios nos dé prosperidad nunca lo voy a entender. Creo que la idea de la prosperidad es un método que están utilizando muchas iglesias, con todo el respeto que se merecen, para hacer creer al ser humano que su vida va a mejorar a partir de su creencia, más bien, a partir de estar dentro de esa iglesia. No estoy de acuerdo.

Siempre he creído que Dios es un Dios de oportunidades, de trabajo, es un Dios de creación; pero no un Dios de si crees en mí, vas a estar bien. Dios tiene respuestas, sí, tal vez, o no, para mí como creyente.

No estoy de acuerdo con esa famosa Teología de la Prosperidad. Soy un poco más conservadora con la cuestión de la alabanza. A mí las estridencias me desmotivan totalmente. Para nada sigo al pie de la letra todo lo que dice La Biblia. Soy una mujer de fe que cree en un Cristo viviente. En un Cristo de trabajo, unidad. Creo en la iglesia y en la fe.

Creo en la familia siempre que sea una buena familia, cualquier tipo de familia. Creo que la iglesia es más que lo que literalmente dice La Biblia. Entonces sí creo en una comunidad de fe colaborativa, respetuosa, trabajadora, de alianzas, cambiante, de acuerdo a los tiempos. El hombre fue creado por Dios, pero el centro del ser humano es el propio ser humano.

LJC. Gracias por su tiempo Rita, nos vemos en diciembre.

9 agosto 2019 10 comentarios 601 vistas
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