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Pertti Pesonen

Pertti Pesonen

Director de documentales en la televisión pública de Finlandia. Ha realizado decenas de trabajos sobre América Latina.

Ucrania

Guerra en Ucrania: mentiras rusas y realidad ucraniana

por Pertti Pesonen 31 marzo 2022
escrito por Pertti Pesonen

Afirma un viejo dicho que en una guerra la primera víctima es la verdad. La guerra en Ucrania —o sea, el ataque de Rusia a Ucrania—  ha sido un festival de mentiras sin precedentes. La campaña de desinformación rusa empezó con fuerza cuando fue anexada Crimea en 2014. Tal hecho se presentó como «decisión independiente de Crimea», sin mencionar que las tropas rusas invadieron primero ese territorio.

Posteriormente se intensificó cuando Rusia invadió las provincias del Donbass: Luhansk y Donetsk, en el este de Ucrania. Esta irrupción fue presentada como «levantamiento popular de la población rusa contra el terror y genocidio de los nazis ucranianos». Ni una gotita de verdad en eso tampoco. No ha habido nazis ucranianos cometiendo genocidio.

La televisión rusa ha presentado las «atrocidades» cometidas por los nazis ucranianos. En las redes sociales se han mofado de estos testimonios, curiosamente se ha detectado la misma mujer sufriendo varias cosas en diferentes lugares. La víctima profesional se llama Galina Pyšnjak; en otra ocasión se llama Julia Tšumakova. Un ejemplo más de la propaganda rusa.

Por otra parte, Rusia nunca ha reconocido la presencia de sus soldados en la guerra allí, donde han muerto unas 14 000 personas entre 2014-2021. La mayoría de ellas eran civiles y soldados ucranianos que defendían su territorio de la invasión.

El este de Ucrania es mayoritariamente ruso-parlante. Pero eso no significa que no sean ucranianos. Ucrania se independizó de Rusia en 1991, cuando la Unión Soviética se disolvió. En un referéndum de independencia, en ese mismo año, el 92,3 % de los ucranianos votó a favor de la misma; incluso en Crimea, Donbass y Luhansk. El presidente ruso de entonces, Boris Yeltsin, aceptó el resultado y reconoció la independencia. Es un mandamiento legal que existe y debería haber sido una garantía.

Y así fue. Hasta que llegó Vladimir Putin.

Ucrania
Ucrania
Ucrania

Putin y su obsesión ucraniana

Ucrania siempre ha sido una obsesión para Putin. En su mundo imaginario, Ucrania ni siquiera era un estado. Los ideólogos nacionalistas de Putin hablan de Novarossiya, «Nueva Rusia», que quiere decir, Ucrania estrechamente conectada a Rusia.

El bombardeo de mentiras se intensificó cuando Rusia atacó con bombas, misiles y artillería a Ucrania el 24 de febrero 2022. Previo a la invasión, Putin aseguró que no tenía intención de agredir el vecino país. Al final se justificó con el pretexto de que había que liberar a los ucranianos sumisos de la tiranía del gobierno nazi.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyi, es judío. Su lengua materna es el ruso. Su abuelo hizo el servicio militar en el ejército de Unión Soviética, donde alcanzó el rango de coronel. Su bisabuelo y tres de sus hermanos murieron en el holocausto de los nazis alemanes.

En cuanto a los nazis, todos los países europeos tienen grupúsculos pequeños de nazis al margen de la sociedad. Incluso en Ucrania existe un batallón voluntario llamado Azov, cuyo líder ha expresado públicamente comentarios de elogio al fascismo. Tiene entre sus filas a unos mil voluntarios. El batallón Azov nació en Mariupol, donde lucharon contra los rusos que intentaron invadir la ciudad entre 2014 y 2018.

En el ejército ucraniano sirven 200 000 soldados. En la política, los activistas del batallón Azov u otro grupo afín no han tenido ningún respaldo popular. De hecho, nunca han llegado al parlamento.

El batallón Azov se ha sumado ahora al ejército ucraniano y está en Mariupol defendiendo la ciudad contra la invasión y el brutal bombardeo de Rusia. La urbe, de 400 000 habitantes, cuya población es mayoritariamente ruso-parlante, ha quedado prácticamente destruida. En esta circunstancia, los mismos ucranianos ruso-parlantes están muriendo por miles como consecuencia de los bombardeos. Los que pueden huyen de la ciudad.

Ucrania

Destrucción causada por los bombardeos rusos en zonas residenciales en las afueras de Kiev, capital de Ucrania. (Foto: Ivar Heinmaa)

En marzo, un bombardeo destruyó el hospital de maternidad en Mariupol. Existen fotos y videos de este hecho. Los fotógrafos de AP estuvieron presentes y sus fotos han sido un testimonio escalofriante. Jevgeny Maloletka y Mstyslav Tsernov publicaron fotos en las que se observan mujeres embarazadas llevadas en el derbi del bombardeo. Una de ellas murió un par de días después. Esa acción armada resultó en una condena internacional contra Rusia.

Ante esto, ¿qué dijo Sergei Lavrov, ministro de asuntos exteriores de Rusia? Pues que el bombardeo al hospital nunca ocurrió. Que fue una escenificación hecha por los nazis ucranianos. Que ellos mismos bombardearon y las madres embarazadas fueron actrices. O a lo mejor fue una guarnición de soldados nazis.

Un reportero ruso muy conocido, Aleksandr Nevzorov, afirmó que da más credibilidad a los fotógrafos que estuvieron presentes en los bombardeos que a su propio Ministerio de exteriores. El reportero está ahora amenazado con una condena de quince años por haber «insultado el honor del ejército ruso».

Un ministro mentiroso

Sergei Lavrov es un caso especial. Tuvo su momento de gloria en Estambul, el 10 de marzo, en una reunión de Rusia y Ucrania, cuando se intentaron establecer los primeros contactos para detener la guerra. Lavrov explicó que «Rusia no va atacar ningún otro país vecino después de Ucrania». Luego se corrigió al afirmar que Rusia no había atacado ni siguiera a Ucrania. Sin un parpadeo.

Asimismo ha dicho que Rusia fue a Ucrania para impedir la guerra. Es como quemar una casa para impedir que se incendie. Una lógica que deja boquiabierto a cualquiera.

En los círculos diplomáticos europeos rueda un chiste sobre Lavrov: ¿cómo se sabe que el ministro de asuntos exteriores de Rusia miente?  Y la respuesta: sus labios se mueven.

El trabajo de blanqueo de los hechos de Putin le ha sido muy lucrativo. Hace unos años, la hija de Lavrov compró una casa de lujo en Londres por un precio de más de cuatro millones de euros. Pagó en efectivo.

Ucrania

(Foto: Ivar Heinmaa)

Democracia en Ucrania, dictadura en Rusia

La gran diferencia entre Rusia y Ucrania es que una es una democracia y la otra, una dictadura. En Rusia, el modus operandi del estado es una dictadura personificada bajo la égida de Putin. En Ucrania existe una democracia, donde la ciudadanía decide en elecciones quién gobernará.

Una democracia es algo que Putin teme y odia. Teme el contagio democrático, que el pueblo de Rusia también quiera elegir a sus líderes. Y odia, porque existe el peligro de que el bienestar y desarrollo de la sociedad ucraniana pueda ser atractivo a los rusos.

¿Guerra u «operación especial»?

La propaganda rusa ha encontrado un campo fértil en América Latina. El gran culpable es Rusia Today, canal de televisión y brazo propagandístico del Kremlin. Su servicio en español  llega a cientos de millones en el mundo hispano-parlante. Y es pura propaganda del gobierno ruso.

Cuando Rusia bombardea un hospital de maternidad, esa noticia no se encuentra en RT. Cuando Rusia bombardea arbitrariamente civiles en Mariupol, Jarkov, etc., eso tampoco se dice. Y claro, en Rusia Today no se habla de la guerra sino de la «operación especial», como ordenan el Kremlin y su inquilino Putin.

En las noticias de RT se hace referencia a los nazis del gobierno ucraniano sin ningún pudor o verificación de datos. Nazismo o fascismo son términos históricos. Se refieren sobre todo a Adolf Hitler y la Alemania de los años en que este subió al poder. La doctrina de Hitler era el «Lebensraum», «espacio vital» en español.

Volviendo a la actualidad, el fascismo imaginario de Ucrania es la pieza clave en la retórica de Vladimir Putin; pero Rusia bajo su mando ha sido un estado expansivo. Por eso habla de Novarossiya como su territorio natural. En 2008 invadió una parte de Georgia y ahora tiene en su diana a Ucrania. ¿«Lebensraum» ruso?

De hecho, cuando discuten sobre el fascismo, Rusia debería dar un vistazo a su espejo. En 2008 se estrenó la película rusa: Rossija 88. Tales números eran un eufemismo. El ocho representa la octava letra del alfabeto, es decir, la hache. Y en la tradición neonazi, HH significa Heil Hitler. En aquel tiempo hubo mucha violencia contra las minorías étnicas del referido país, cometida por los cabeza rapadas rusos: los skinheads. Solo en 2008 mataron a ciento veinte personas por crímenes de odio.

Ahora ya no sería posible rodar una película crítica como Rossija 88, pero hace trece años todavía lo era.

Sobrevivió al holocausto para morir en un bombardeo ruso

Boris Romatshenko fue uno de los  quinientos civiles muertos en el bombardeo ruso de Jarkov. Con 96 años, era sobreviviente de cuatro campos de concentración nazis en la Segunda Guerra Mundial. El último fue Buchenwald. Después de la guerra estuvo en el ejército ruso por cinco años. Luego trabajó para descubrir a los nazis alemanes huidos tras la guerra. Últimamente no había salido de su casa en meses, por el temor de contagiarse con Covid-19.

No se puede imaginar una ironía más cruel: Rusia asegura que lucha contra los nazis, y ahora mató a un antifascista y sobreviviente de los campos de concentración en su propia casa.

***

* Este texto y las imágenes que lo acompañan son una colaboración especial para La Joven Cuba. Ivar Heinmaa es un fotógrafo y camarógrafo de guerra estonio que se encuentra en Ucrania.

31 marzo 2022 113 comentarios 2,7K vistas
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Dora María Téllez

Dora María Téllez: el ícono de la revolución sandinista encarcelada en Nicaragua

por Pertti Pesonen 7 febrero 2022
escrito por Pertti Pesonen

La noticia llegó desde Managua el jueves 3 de febrero. Era desalentadora. La legendaria heroína de la revolución sandinista, Dora María Téllez, fue condenada a quince años de cárcel. Su supuesto delito fue «conspiración y menoscabo a la integridad nacional».

En verdad el juicio era una farsa y un montaje —un ejemplo más de la brutalidad de la pareja presidencial de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo. Dora María es una de los tantos nicaragüenses que no aceptan su dictadura. Y la solución de Ortega ha sido enterrarlos vivos en una cárcel managüense: el Cipote.

El juicio fue llevado a cabo dentro del mismo recinto, sin presencia de sus familiares, amigos ni observadores. Muy probablemente porque no querían permitir que el mundo viese el deterioro de su estado de salud.

Las «pruebas» fueron, entre otras, las capturas de pantalla de su página de Facebook. Es muy fácil verificar, es una página abierta: allí Dora María denunciaba los presos políticos, y las encarcelaciones arbitrarias que ocurren en Nicaragua. El último comentario fue hecho el 13 de junio —en él revelaba la existencia de una cantidad de presos políticos que, según su cálculo, eran en aquel momento 130. Un par de días después el número era 131: Dora María Téllez fue conducida también al Cipote.

Lleva detenida ya más de siete meses. Según las filtraciones desde la prisión, ha sido torturada y mantenida en una celda sin luz las 24 horas del día.

La condena de Téllez es un episodio en la cadena de juicios políticos contra cuarenta y siete opositores nicaragüenses que Ortega encarceló en junio para acabar con toda competencia en las elecciones presidenciales de noviembre de 2021.

Otro condenado el mismo día que Téllez fue el líder estudiantil Lesther Alemán. Su condena es pura venganza de Ortega. En 2018, en los intentos de diálogo entre estudiantes y la pareja presidencial, Lesther Alemán acusó al presidente de los 350 asesinatos en las manifestaciones de 2018. El diálogo —y las acusaciones— fueron transmitidas en tv nicaragüense. Ortega, y sobre todo su esposa, se sintieron molestos.  Y ahora vino la venganza: quince años por «conspiración».

Dora María Téllez (2)

El autor (izq.) y Dora María Téllez (Foto: Kimmo Lehtonen)

Yo he tenido el honor de hablar con Dora María Téllez en varias ocasiones por mi trabajo periodístico. La primera vez fue en 2007, cuando Ortega volvió al palacio presidencial, después de haber hecho un pacto con el notorio criminal y anterior presidente nicaragüense Arnoldo Alemán. Con esa alianza, Ortega, cuya base electoral nunca había superado el 35% de los votos, garantizaba conseguir la presidencia.

Dora María me dijo que sentía una vergüenza tremenda al ver a su antiguo compañero sandinista haciendo un pacto con el presidente más corrupto de Nicaragua. Según los cálculos independientes, Alemán robó unos 140 millones de dólares de dinero del estado, incluso de ayuda internacional que vino al país después del huracán Mitch en 1998. Para Dora María eso demostraba que Ortega no tenía ningún problema o pudor en pactar con los más corruptos.

En vísperas de las elecciones del 2006, la constitución nicaragüense prohibió la reelección. Pero Ortega ya había maniobrado para quitar la traba legal. Colocó sus fieles jueces en el Tribunal Constitucional y esa instancia declaró que la prohibición de reelección va contra los derechos de un ciudadano, porque impide su propia voluntad para presentarse como candidato. En la conversación con Dora María Téllez, ella ironizó al decir que hasta allí se había llegado: el propio tribunal declara que la constitución es inconstitucional.

Cabe mencionar que luego Ortega se convirtió en todavía mucho más corrupto que Alemán. Recibió miles de millones de dólares de «ayuda fraternal» del presidente Hugo Chávez, y de estos flujos de dinero nunca se ha presentado ninguna auditoría, la transparencia ha sido nula. Lo único que se conoce es que Ortega se ha convertido en el dueño del país, en tanto sus hijos son propietarios de prácticamente todos los canales televisivos de Nicaragua.

Los encuentros con Dora María fueron siempre muy agradables. Ella es una persona muy sensata, nunca tenía prisa, ni frente a la cámara ni en las charlas informales antes o, sobre todo, después de las entrevistas.

No se daba importancia especial por su pasado, a pesar de ser la famosa «comandante 2», que junto a Edén Pastora y Hugo Torres dirigió la toma del Palacio Nacional de Managua en 1978. Luego dirigió sola la conquista de la ciudad de León, primera en caer en manos de las tropas sandinistas durante la ofensiva final contra la dictadura de Anastasio Somoza. Fue vicepresidenta del Consejo de Estado, ministra de Salud. Luego se distanció de Daniel Ortega y fue una de las fundadoras del Movimiento de la Renovación Sandinista.

El gran factor en el distanciamiento fue su observación de que bajo el mando de Ortega, el frente se estaba convirtiendo cada vez más en orteguista, ya no tanto en sandinista. Era Ortega, y todo el resto sumiso a su voluntad.

En 2011 estuve otra vez charlando con Dora María. Faltaban tres días para las elecciones, a las que Ortega se presentó una vez más. Ella dijo que la única cosa que se sabía por seguro era que Daniel Ortega no iba a perder. De cualquier manera, con fraude si hacía falta. Y no solo que vencería, también estaba convencida de que lo haría con una mayoría absoluta para poder cambiar la constitución a su medida.

Y —sorpresa— todo ocurrió justamente como Dora María pronosticó.

Dora María Téllez (3)

(Foto: Kimmo Lehtonen)

Asimismo, fue muy clara en afirmar que nada de eso hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de Hugo Chávez. En los años de la bonanza petrolera, Chávez regaló unos 500 millones de dólares anuales a la pareja presidencial de Nicaragua. El dinero fue utilizado para comprar votos, regalar cerdos y zinc a los campesinos. También para que los hijos del presidente adquirieran los canales televisivos y otras propiedades. Ahora la familia Ortega es dueña del 40% del producto interno bruto del país. Y el efecto colateral fue una corrupción espectacular.

Dora María Téllez escribió una carta a Chávez en la que le decía que su dinero estaba causando una corrupción escalofriante en Nicaragua. Chávez nunca respondió.

En 2011, después de la victoria anunciada por Dora María, Ortega dio su —hasta ahora—última conferencia de prensa. Yo logré preguntarle por qué ya se hablaba de su próxima reelección, apenas tres días después las elecciones. ¿Así que ya propusieron militantes sandinistas fieles a Ortega?

Ortega se cabreó por la pregunta. Su mujer, Rosario, más. Me quitaron el micro y la conferencia de prensa terminó. Nunca más han vuelto a hablar a la prensa internacional en conferencia.

Fui otra vez a conversar con Dora María. Ella dijo, lacónicamente, que la única cosa segura era que Daniel Ortega quería ser reelegido una y otra vez, sin límite.

Han pasado diez años de esta respuesta. Ortega ha sido reelegido ya dos veces después del 2011. En las últimas elecciones toda la oposición estaba silenciada, decenas en la cárcel. La toma de posesión fue una ceremonia penosa. Solo participaron los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz Canel, y el presidente saliente de Honduras. El resto de América Latina boicoteaba y no ha reconocido las elecciones. EE.UU. y Europa impusieron nuevas sanciones.

Y el icono de la revolución sandinista, Dora María Téllez, se está pudriendo en una cárcel, siendo torturada y privada de la posibilidad de ver a sus familiares y amigos.

7 febrero 2022 35 comentarios 3,3K vistas
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