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Jorge Fernández Era

Jorge Fernández Era

Periodista, editor y humorista

Trina

La cosa que trina

por Jorge Fernández Era 4 abril 2021
escrito por Jorge Fernández Era

—¡Trina, cuántas colas de no verte!

—No me digas nada, amiga, desde hace una semana tengo a los dos niños con sarna.

—¿Y qué tratamiento les has puesto?

—¿Tratamiento? De que he tratado, he tratado, y el doctor que los atendió también los trató con desvelo, no me quejo, pero la permetrina no la hay ni en emelecé. Me eché diez megas de datos bajando el documento con las prioridades del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, ese que tiene seis ejes estratégicos íntimamente relacionados y sistémicamente diseñados, y que hoy de forma rimbombante se ha transformado en la campaña “Con paso 2030”. En ninguna de sus articulaciones está la producción de esa medicina.

—Me hubieras buscado, tú sabes que yo las consigo todas…

—¡Entonces tienes permetrina!

—No exageres, mijita, no diseñé el Plan ese ni estoy segura de tener un solo eje sano, pero te hubiera dicho que un buen sustituto de la permetrina es la aspirina ligada con alcohol. Las machucas, y con el combustible haces una pastica que se la aplicas en todo el cuerpo a las fieras antes de acostarse: remedio santo.

—Ni aspirina me queda, qué voy a tener alcohol…

—Yo menos… Hay gente que deja de un día para otro un pedazo de corteza de sauce blanco con un poco de ácido sulfúrico, el resultado sustituye de lo mejor a la aspirina. La remolacha que hay ahora en el agro es muy buena para destilar alcohol, pero lleva más tiempo.

—¡Esos angelitos no pueden esperar, se arrancan las tiras del pellejo de tanto rascarse!

—Ácido sulfúrico puedo regalarte un poquito, todavía me queda de cuando la botadura de mierda por los tragantes del ciclón del 2008. El sauce blanco es raro encontrarlo en el Trópico, pero hay gente que se dedica a traerlo desde zonas templadas del hemisferio boreal, puedo averiguarte.

—Gracias, pero el tiempo apremia y no puedo…

―Espérate, mira quién está allí: Emilito. Fue compañero mío en la secundaria. Si ese no tiene, es porque hay crisis de permetrina en el mercado mundial. ¡Emilitooo…! Ya viene.

—Qué bolá.

—Ay, mijo, ¿tendrás por casualidad permetrina?

―¿Pa piojos o pa sarna?

―¿No sirve igual?

―Claro, pero un profesional necesita saber, depende del bicho su efectividad polivalente y nítida selectividad en su acción insecticida. Debido a su liposolubilidad, penetra rápido hacia su sitio de acción…

―Y muy despacio en las farmacias. ¿Tienes o no tienes?

—No, pero puedo resolverte dos de los ingredientes. Estoy tirando el phenoxybenzyl a cincuenta baros el pomo chiquito de mayonesa, y el dichlorovinyl a treinta y cinco. El dimethylcyclopropanecarboxylate sí está en falta.

—¿Y no puede sustituirse con otra cosa?

—Es que según la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) lo que le da a la permetrina la masa molar de 391,28 g/mol es el dimethylcyclo… bueno: eso. Cáeme en dos días, tengo un contacto en la fábrica de baterías de combinadas cañeras que me lo resuelve. Nos vemos.

—Viste qué hombre…

—Y ni me lo presentaste… Dame la dirección, no está mal tenerlo en la mira… Ya estoy más tranquila.

―Qué sería de este país sin doctores y sin innovación, ¿eh?

4 abril 2021 10 comentarios 3,6K vistas
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Respuesta rápida

por Jorge Fernández Era 21 marzo 2021
escrito por Jorge Fernández Era

Qué respuesta darle, periodista. No quiera ver usted cómo era esto cuando empezó la pandemia. Los coleros marcaban cinco o seis días antes. No solo sabían cuándo iban a venir los productos desde la empresa mayorista, sino hasta la procedencia del barco, día, hora y nombre de la brigada que iba a descargarlo en el puerto.

No puede negarse que tenían una inventiva tremenda, porque concibieron unos monogramas de los CDR para espantar a quienes sospecharan que hacían algo diferente de cumplir con la vigilancia revolucionaria. Una vez tuve la suerte de ser la segunda en la cola, pero no quise discutir con aquella señora que me miró atravesado para asegurarme que con ella venían cuarenta y tres personas.

Cuando comenzó la lucha contra los coleros, los compañeros del municipio me propusieron ser doble agente a partir de mi conocimiento de las causas objetivas y subjetivas que influían en el desenvolvimiento de esta larga fila que, cual ostentoso collar, le da la vuelta a la manzana. El pago era magnífico, no crea, les importaba poco si me tomaba o vendía el medio termo de café que me propusieron.

Respuesta

Coleros profesionales (Ilustración: Martirena/Vanguardia)

Lo rechacé, pues no comulgo con la combatividad, soy flojita en eso, puedo ver un buldócer de Comunales acabando con una esquina y en vez de llamarle la atención al conductor, quedarme en éxtasis por si el susodicho logra descubrir un pozo con alguna paletada.

Lo mío es marcar y dorarme, me queda todavía medio pomo de bronceador de los últimos que sacaron en la tienda. Descubrí un día que no vale la pena preguntar qué producto vino y cuál se retrasó, porque al final cualquier cosa que sacan está perdida y va a hacer falta hoy, mañana y siempre.

Aplaudo lo de permitir solamente la compra a los que viven en el municipio. Es verdad que tuve que zumbarme otra cola en la oficina del carnet de identidad para actualizar el mío, ya vencido, y que hube de lidiar con coleros que no conocía, pero aquello fue solo un traspié de la existencia que hay que asumir con el espíritu de Mariana.

También es cierto que por culpa de esa disposición perdí en la cola a mi mejor amiga, una muchacha de Cascajal que, gracias a las zancadillas de la inexistencia venía dos veces a la semana en la guagua de Santa Clara que coge por la Central, arribaba después del mediodía a La Habana, marcaba, se pasaba la madrugada conversando conmigo en las afueras de la tienda, compraba por la mañana, y a las dos y media de la tarde del otro día viraba en esa misma ruta, cansada y feliz, de vuelta a su terruño, donde la esperaba en su morada otra cola de gente que adquiría a sobreprecio lo que ella revendía.

Respuesta - listero

Colero listero (Ilustración: Cabrera/Vanguardia)

Han hecho bien en aumentar las fuerzas del orden, porque tres policías no dan abasto para controlar las trifulcas donde hasta los agentes de la PNR cogen lo suyo. A más de uno le han robado el spray de gas pimienta, dicen que le da un sabor muy rico a la comida. Ahora son como veinte y tienen todos los medios técnicos a su alcance, como esa aplicación que te escanea el carnet e impide volver a hacer la cola sin soltar nada a cambio.

Siempre habrá quien critique el uso excesivo de la fuerza, como el del otro día en que sacaron hígado de pollo y tuvieron que intervenir las BTR de Tropas Especiales, pero la población debe concientizar que en tiempos como estos las colas son la plasmación estratégica de la Guerra de Todo el Pueblo.

¿Qué si estoy contenta? Claro que lo estoy. Con estas últimas medidas la organización es tremenda, son siete horas a lo sumo lo que uno está en las afueras de los establecimientos para adquirir un producto. No imagina lo feliz que me hacen estos cuatro paqueticos de refresco Piñata que me llevo a casa para alegrar a mis nietos y mucho más a mi hija, quien se quita de la cabeza por quince días lo de la merienda de los chamas. Este kilogramo sabor melón es un mentís a los que intentan desacreditar el esfuerzo que hace el Estado por echar palante la economía. Ya las colas son prósperas y sostenibles, y por algo se empieza, ¿no?

21 marzo 2021 34 comentarios 4,4K vistas
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Teléfono de oficina

Oficina de Intereses

por Jorge Fernández Era 7 marzo 2021
escrito por Jorge Fernández Era

—Buenos días. ¿Es el Ministerio del Interior?

—El mismo. ¿Qué desea?

—Necesito hablar con la Oficina de Intereses.

—Se equivocó de número, sin contar que esa oficina ya no existe. Ya le dije que está al habla con el Minint.

—Me explico: leí la Gaceta Oficial 20 del 24 de febrero, en la que el Consejo de Ministros declara las zonas y vías de interés para la seguridad y el orden interior en La Habana. En ella se explica que los procedimientos y regulaciones para informar o solicitar la aprobación de las actividades en dichas zonas por las personas naturales quedan comprendidos en la Resolución 13 del ministro del Interior, y que solo ustedes pueden autorizar las actividades productivas y de servicios, políticas, culturales, deportivas, recreativas y religiosas que incidan en la vía o áreas públicas afectadas. Como la cosa viene por zonas y vías de “interés”, imaginé que el departamento que atiende eso se nombra Oficina de Intereses.

—Reincide en el error, ciudadano, mas estoy de buenas… A ver, ¿qué se trae?

—El asunto es que el miércoles de la semana próxima es el cumpleaños de mi abuelito. Son 80, figúrese, y queremos celebrárselo por todo lo alto.

—¿Y qué incidencia en la vía pública tiene el cumpleaños en día tan atravesado de su atravesado pariente?

—Na, que el viejo fue bongosero del Liceo de Carraguao y sus socios de toda la vida quieren sorprenderlo con una descarguita, vaya, y no hay otro lugar que el portal de la casa para reunirlos y hacerle un bembé.

—Se entiende. ¿De qué calle hablamos?

—La casa y su respectivo portal están en la esquina de Tulipán y Ayestarán.

—Dos vías declaradas de interés para la seguridad y el orden interior.

—Razón doble para solicitar el permiso…

—Ahí está el detalle: necesita cuatro, uno de fiesta y otro de religión para una calle, igual para la otra.

—¡No hay que exagerar!

—¿Cómo dijo?

—Que hay que cooperar…

—Lo mejor que puede hacer. Le repito: dos permisos para la calle Tulipán y otros dos para Ayestarán. Tulipán la controla Plaza y Ayestarán el Cerro, ¿entendido? Tendrá que recoger las autorizaciones en dos oficinas diferentes. Levántese más temprano, no se reprima.

—Está bien… ¿Y qué datos necesitan para el permiso?

—¿Su abuelo está integrado?

—Claro. Pertenece a la Asociación de Combatientes y a los CDR. Y tiene sembradas calabazas en el patio.

—¿Cuánta gente asistirá al convite?

—¿A qué?

—Al fetecún.

—Bueno… mi mamá, mi hermano, yo, mi abuelo y otros tres tembas que están vivos.

—¿Tienen pagada la cotización del año?

—Creo que sí.

—Creo no. Por creer o no creer estamos como estamos.

—Ponga que sí entonces, la pagaré hoy mismo.

—¿Sabe que no puede ofertar en esa actividad recreativo-religiosa nada de dudosa procedencia?

—Ta bien, no se come ni se toma, le cantaremos y ya… Pero por favor, denme esos cuatro permisos, 80 años no se cumplen todos los días.

—Se los gestionaré, no se preocupe. Dígame nombre y apellidos completos de su abuelo.

—Isidro…

—¡¿Isidro?!

7 marzo 2021 14 comentarios 3,4K vistas
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impropia

Por cuenta impropia

por Jorge Fernández Era 13 febrero 2021
escrito por Jorge Fernández Era

Como parte de la política de perfeccionamiento del trabajo por cuenta impropia, y a tenor de las dudas planteadas sobre cuáles son las dos mil actividades que se permitirán en lo adelante, los Ministerios de Economía y Planificación, Trabajo y Seguridad Social, y Finanzas y Precios han dado a conocer los siete primeros oficios —antes pecados capitales— que podrán ejercer los trabajadores privados para aportar al concepto de que la economía cubana es una sola:

1. Coleros. Es este el rubro económico que más ha crecido en los dos últimos años, y como tal merece el lugar ganado a (puro) golpe de levantadera a las cuatro, empujones y cañonas. En un marco de absoluta legalidad y transparencia, estos individuos recibirán por parte de las administraciones de las tiendas, tal y como se hacía antes, la información concerniente a fecha, hora y lugar en que serán surtidos los productos. Previa identificación, recogerán de parte de los agentes del orden al menos la mitad de los turnos. Con vista a no dejar desamparados a aquellos que pierden su tiempo combatiéndolos, se permitirá por igual la existencia de batallones anticoleros que, en un clima de sana confraternidad proletaria, harán más entretenidas las horas de espera.

2. Edificadores de críticas constructivas. Como requisito indispensable para ejercer esta actividad, los interesados tendrán que exponer ante un panel de expertos sus conocimientos sobre el bloqueo yanqui a la Isla, dejando clara la posición en contra de su existencia y recrudecimiento. Para hacer un señalamiento constructivo, se necesitará además hacer constar la procedencia lícita de los materiales ideológicos con que se cuenta para ello.

3. Diseñadores de memes. Por un elemental sentido de justicia, los realizadores de memes para las redes sociales podrán cobrar no solo por su realización, sino por el asesoramiento al periodista Lázaro Manuel Alonso en pos de la originalidad de los mensajes gráficos que utiliza en sus programas y que solo a él le resultan graciosos. Igualmente, con el objetivo de organizar su dispersada y caótica existencia, se creará una sección especial para el control de los memes dedicados al abogado Humberto López.

4. Compositores de canciones ad hoc. Viejo reclamo de cierto sector artístico. Permitirá reunir en un disco duro, previa remuneración y con tal de que no se radien ni televisen más, las canciones dedicadas al combate de la pandemia. Igualmente, será creada una base de datos sobre efemérides históricas y fechas de nacimiento de personalidades vivas, de manera que se logre que el compañero Serrano lea las noticias luctuosas con música de fondo previamente (des)compuesta.

5. Realizadores de mítines. Serán divididos en dos categorías: espontáneos y no espontáneos. Los espontáneos podrán presentar con días de antelación sus necesidades de recursos a las empresas de audio, escenografía y confección de pulóveres y banderas creadas al efecto. Para mítines que conlleven gritos, improperios y juegos de pin pon fuera, el NTV realizará un trabajo previo de ablandamiento de imagen y revelación del pasado que nos espera.

6. Propinadores de manotazos. Para la realización de esta actividad no será requisito indispensable poseer conocimientos de artes marciales ni nivel cultural específico. Solo serán permitidos manotazos propinados de izquierda a derecha; lo contrario será considerado una actitud propia de los que se montan (o son montados) en el ómnibus del enemigo. Cada ministerio creará su propio departamento para estos fines, salvo aquellos en que sus directivos sean autorizados a ejercer la doble contratación.

7. Ordenadores económicos. Los implicados en esta actividad utilizarán el mecanismo de la subasta para imponer precios cada vez más altos a los productos y servicios, buscando luego a quién echarle la culpa cuando los afectados protesten. Para reclamaciones por el monto en dólares, libras esterlinas, euros, yenes, etc., de productos que solo se expenden en dichas monedas, serán habilitadas oficinas en Estados Unidos, Gran Bretaña, Comunidad Europea, Japón y países respectivos adonde los ciudadanos podrán acudir libre y democráticamente. Solo queda aplazado, para su posterior análisis, el precio que se tendrá que pagar por el futuro próspero y sostenible que nos espera.

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Con este excelente texto, La Joven Cuba inaugura una nueva sección sabatina de sátira política.

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13 febrero 2021 25 comentarios 6,9K vistas
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