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Harold Iglesias Manresa

Harold Iglesias Manresa

Futbol beisbol

Fútbol vs. Béisbol en Cuba: cuando el gol puede más que el jonrón

por Harold Iglesias Manresa 1 junio 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

Algunos creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte. No estoy de acuerdo. El fútbol es mucho, mucho más que eso

Bill Shankly

El balón rueda. No importa si ocurre en las áreas o canchas de la Ciudad Deportiva, el Saborit en Playa, los terrenos de Punta Brava, Zulueta o cualquier otro rincón de la geografía cubana. En cambio, la pelota blanca con costuras rojas se ha adormecido, y es que desde hace buen tiempo en Cuba, el gol le ha ganado el pulso al jonrón.

Cuando se comparan ambas disciplinas a nivel global, cabe reconocer que el béisbol no compite con el bien llamado más universal de los deportes. Por ejemplo la FIFA, entidad rectora del fútbol, cuenta con 211 países asociados de manera oficial; en tanto la Confederación Mundial que agrupa al Béisbol y el Softbol cuenta con 190 naciones en las cuales se practica alguna de las dos modalidades.

Futbol beisbol

(Foto: Irene Pérez)

Pero vayamos al terreno, que es donde los tacos rechinan, el césped se levanta, se protagoniza la danza de las gambetas y el son de bate y redonda. En esa puja intentemos dilucidar las causas que han incidido en que esa serpiente de diez cabezas llamada balompié haya engullido a un fenómeno de identidad nacional como la pelota, sobre todo en lo que a nivel de gusto y práctica se refiere entre las nuevas generaciones, entiéndase los menores de 40 años.

Primer asalto de un combate desigual

A mi juicio, la primera variable se asocia con la calidad desde la perspectiva del rendimiento de nuestras selecciones. Cuando digo calidad, no me refiero solo a la de los practicantes de cada uno de esos deportes en Cuba, donde la pelota continúa por encima del fútbol desde las categorías infantiles, amén de que más allá del avance a semifinales en el V Clásico Mundial de Béisbol, nuestras novenas desde hace buen tiempo no nos regalan notorias alegrías.

Pongamos ejemplos puntuales: solo asistimos, por invitación, a la Copa Mundial de la FIFA de 1938, aunque en las eliminatorias de CONCACAF para las ediciones de 1978 y 2006 se rindieron buenos performances con otros destellos generacionales, como aquel once antillano que casi le ganó a México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, y que ya había lucido la camiseta en un Mundial Sub-20 del más universal.

A ello se suma que el fútbol tampoco ha escapado al fenómeno de la emigración y los mejores galones de la Tricolor, durante generaciones, han decidido probarse a otro nivel y romper su vínculo con la Asociación Cubana de Fútbol.

Futbol beisbol

(Foto: Hola News)

Otro indicador de la calidad se asocia a las actuales transmisiones de ambos deportes en el canal Tele Rebelde. En los inicios del boom futbolero, se destinaban espacios como Gol 360, Gol Latino, los principales certámenes ligueros europeos, además de la Champions y la Europa League, que ofrecían partidos, documentales y otros materiales con elevada calidad.

En una pelea desigual se encontraban la pelota juvenil, Sub-23, las Series Nacionales y cualquier otro torneo beisbolero con participación cubana. Similar suerte corrían los circuitos ligueros profesionales del Caribe o Asia, y los partidos de la Major League Baseball no eran televisados.

Aunque se logró derribar ese muro levantado sobre pilotes políticos más que deportivos después del III Clásico Mundial en 2013, cuando el béisbol salió del programa oficial de las citas olímpicas de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, se excluyeron por no poco tiempo desafíos de franquicias en las que militasen o tuviesen protagonismo jugadores formados en Cuba.

Bajo marcados fenómenos de globalización en el deporte y ante el avance de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, era previsible que ese andamiaje en torno al fútbol irrumpiese en la Isla, con la idolatría de los niños a la imagen de Messi, Cristiano Ronaldo, Mbappé, Benzema, Haaland y otros, por encima de Luis Robert Moirán, Yordan Álvarez, Randy Arrozarena, Jorge Soler, Yuliesky Gourriel, o hasta Shohei Ohtani o Mike Trout, además de la apropiación de la mayor tajada del pastel comunicacional, mediático, de redes sociales y merchandising del fútbol, sin descuidar el fenómeno de los videojuegos e incluso, la cinematografía.

Futbol beisbol

(Foto: Irene Pérez)

En este contexto, podría hacerse una encuesta entre los niños para determinar quiénes se decantan por el FIFA 2023 sobre el MLB 2023, y la balanza se inclinaría indiscutiblemente a favor del primero.

Si se agrega que como fenómeno social en muchos países, el fútbol se convierte en una especie de religión capaz de paralizar incluso las actividades cotidianas, la brecha se acrecienta pese a que hubo momentos en los que algún partido de béisbol, ya fuere de play-off en clásicos domésticos o en la arena internacional, causaba un efecto similar en millones de cubanos.

Corría la versión mundialista de México 1986 cuando comenzaron a transmitirse partidos en Cuba. Paradójicamente, sería Estados Unidos 1994 la primera edición de la Copa Mundial de la FIFA que tendríamos el privilegio de degustar completamente.

Entonces la pelota gozaba de efervescencia, encarnadas las pasiones en Linares, Kindelán, Pacheco, Germán y Víctor Mesa, Arrojo, el Duque, Ajete, Osvaldo Fernández y compañía. A esto se suman los topes de Millington con los Senadores de San Juan o los Sultanes de Monterrey como vitrinas de calidad.

Aquella era la época dorada de un béisbol que, si bien no confrontaba a nivel de selecciones con los mejores exponentes profesionales de las restantes potencias, campeaba por su respeto en cuanto escenario se presentase. Sin embargo, esa hegemonía beisbolera cubana yace adormecida desde los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, último torneo de rigor del cual emergimos campeones.

Para sellar este round recalemos en los ejemplos más recientes y connotados de ambas disciplinas: la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022 y el V Clásico Mundial de Béisbol. Según la FIFA, la final del Mundial de Catar entre Argentina y Francia fue vista en todo el mundo por 1.500 millones de personas, un 35 % más que la de Rusia 2018; en tanto, el desafío definitorio entre Japón y Estados Unidos registró 6.5 millones de televidentes solo en territorio estadounidense durante la transmisión combinada entre FS1 y Fox Deportes. Aunque representó un aumento de audiencia de un 69 % respecto a la final precedente, la diferencia respecto al fútbol es abismal.

Round dos: El demonio de la precariedad

Hay una cuestión que también incide y está ligada a la infraestructura: resulta mucho más sencillo montar un partido de fútbol que uno de pelota. Para lo primero basta con dos equipos de niños, un balón y en el peor de los casos dos vallas, palos o piedras que delimiten las porterías.

En el béisbol, además del bate y la pelota, se necesitan guantes y por las características, otro tipo de uniforme o dotación. En medio de la profunda crisis económica que vive Cuba en el deporte, el béisbol no escapa de ese agujero negro.

Nuestra industria deportiva es incapaz de producir implementos para satisfacer las necesidades de quienes practican pelota o cualquier otra disciplina en las diferentes categorías; y además, sustenta sus escasas producciones en materias primas mayormente importadas.

Futbol beisbol

(Foto: AFP)

Si de cara a la Liga Élite y la Serie Nacional ha habido desabastecimiento con uniformes, bates y pelotas incluso con la firma Teammate, encargada de cubrir las necesidades de dichos certámenes, ¿qué pudiéramos esperar para otros similares de menor envergadura?

Es cierto que como país atravesamos por uno de los momentos más difíciles, pero una posible válvula de escape de cara al futuro pudiera ser el patrocinio de los equipos provinciales de pelota a los diferentes niveles, por parte de los principales actores económicos territoriales.

Podría pensarse además en descentralizar la gestión de los estadios de las autoridades deportivas provinciales y ponerlos en manos de modelos de gestión no estatal, buscando hacer del consumo beisbolero un verdadero espectáculo y así rescatar el sentido de pertenencia casi desaparecido.

A ello podría agregarse la creación de pequeños clubes que tributen a academias de talentos, capaces de abarcar todo o buena parte del proceso de formación de un pelotero hasta su edad juvenil.

La Federación Cubana de Béisbol, como organismo rector de la pelota, no desarrolla acciones a nivel estratégico en función de rescatar nuestro pasatiempo nacional. Limitaciones aparte, padece un ostracismo similar al de buena parte de las instituciones que mueven los hilos del país, independientemente de que la lid de Pequeñas Ligas pudiera considerarse una suerte de OASIS dentro de esa inercia.

Aún así, la serpiente de diez cabezas nombrada fútbol continúa ganando adeptos en Cuba y engullendo al béisbol como fenómeno sociocultural de la nación. De la llama que prendió el V Clásico Mundial de Béisbol y el rendimiento del Team Asere entre la población cubana, apenas se sostiene un halo de luz. La pelota no escapa al fenómeno de desprendimiento social o desentendimiento que manifiestan las nuevas generaciones respecto a elementos de identidad, halados con fuerza por la globalización de la industria del balompié.

Me gustaría pensar que en un futuro no lejano esa realidad podrá revertirse, y se verá en cualquier rincón de Cuba a niños armando pitenes de pelota, en lugar de correr tras una esférica blanquinegra. Pero a veces peco de ser muy optimista.

1 junio 2023 4 comentarios 783 vistas
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Acuerdo MLB

Acuerdo entre MLB y FCB: ¿batazo extraviado entre dos?

por Harold Iglesias Manresa 19 mayo 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

Los números rara vez mienten. Menos si se trata de pelota y el acuerdo entre la Major League Baseball (MLB), con el consentimiento de la Asociación de Jugadores de la MLB (MLBPA) y la Federación Cubana de Béisbol (FCB). De haberse sostenido en el tiempo, actualmente contuviese la creciente hemorragia de jugadores antillanos que, por mecanismos legales o no, han partido en busca de calzar sus spikes en el mejor béisbol del mundo.  

Hablo de una media de entre 100 y 120 peloteros por año, que según datos del periodista e investigador Francys Romero, no solo pertenecen a la categoría élite. De acuerdo con Romero, una veintena iniciaron la temporada 2023 en el roster de 40 de alguno de los equipos de Grandes Ligas, como parte de los más de 180 que figuran en alguna organización perteneciente a franquicias de la MLB, cifra que hoy supera los 30 y algunos de ellos asumen liderazgos dentro de dicho circuito.  

Sucede que el pacto rubricado el 19 de diciembre de 2018, sobre el cual ambas instancias habían trabajado con mucho tino y diplomacia por más de tres años, fue anulado de un plumazo por el expresidente estadounidense Donald Trump el 9 de abril del año siguiente.

Acuerdo MLB

La clínica impartida por jugadores en activo y la presencia de las principales autoridades de la MLB en Cuba en 2015, fue parte del proceso de acercamiento y construcción del acuerdo beisbolero firmado luego en diciembre de 2018. Foto: Cortesía del Autor.

En una misiva dirigida a la MLB, el entonces mandatario esgrimió que el hecho de que un club X pagara a la FCB el 25 % correspondiente a la tasa de liberación de jugadores, equivalía al financiamiento del gobierno cubano, y por tanto, violaba la Ley Comercial de los Estados Unidos.

La carta de la Casa Blanca fue publicada en su momento en la cuenta de la red social Twitter del periodista de ESPN Jeff Passan, y explicaba sobre la aplicación de una licencia general a las actividades de la MLB según el Reglamento de Control de Activos de Cuba (CACR), así como las orientaciones dictadas por el Departamento de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro al respecto:

«El CACR administrado por la OFAC prohíbe a todas las personas sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos comerciar con bienes en los que Cuba o un ciudadano cubano tengan intereses, salvo que estén autorizados o exentos.

La Sección 515.571 (e) del CACR autoriza las transacciones relacionadas con el Patrocinio o contratación de un nacional cubano para trabajar en los Estados Unidos en un estado de no emigrante o en virtud de otra autorización de viaje por parte del gobierno de los EE. UU. o contratación de un nacional cubano.

A la luz de los hechos que se nos presentaron recientemente, y luego de consultar con el Departamento de Estado de los EE. UU., La OFAC determinó que los pagos de las Grandes Ligas a la Federación Cubana de Béisbol no están autorizados por la sección 515.571 (e) del CACR, porque un pago a La Federación Cubana de Béisbol es un pago al gobierno cubano.

Además, ninguna otra licencia general en el CACR autoriza estos pagos. Asimismo, los pagos de la MLB a la Federación Cubana de Béisbol están prohibidos a menos que estén específicamente autorizados por la OFAC. Si MLB desea hacer estos pagos, puede solicitar una licencia específica de la OFAC».

Por su parte, la FCB es una asociación no gubernamental autónoma, inscrita ante el Ministerio de Justicia, adscrita al Comité Olímpico Cubano y miembro de varios organismos internacionales ligados el béisbol. Por estas razones, goza de independencia y prerrogativas para el ejercicio de sus funciones.

Cabe señalar que la “tasa de liberación de jugadores” previamente mencionada, sería similar a la contenida en los acuerdos de protocolo de MLB con las ligas profesionales de Japón (NPB), Corea del Sur (KBO) y Taipéi de China (CPBL), e independiente al contrato que lograse cualquier pelotero. Sin embargo, las relaciones sostenidas por nuestro béisbol con el estadounidense trascienden las fronteras de lo deportivo y encallan recurrentemente en los arrecifes de la política.

Poco duró el brillo en los ojos de quienes aunaron sus esfuerzos para materializar un convenio que rompería las politizadas cadenas que, desde una y otra administración, pesaban sobre el estrechamiento de lazos mediante un fenómeno como la pelota, que marca la cultura e identidad de ambas naciones.

También duró poco para los primeros 34 peloteros menores de 25 años y con al menos seis Series Nacionales de experiencia, que como parte de lo pactado serían elegibles para alguna de las 30 franquicias de la Gran Carpa interesadas en su talento y servicios.

Cual castillo de naipes, se derrumbaron todas las acciones que con precisión se habían tomado, sobre las que se expresarían las máximas autoridades beisboleras cubanas y estadounidenses:

«Durante años, las Grandes Ligas de Béisbol han estado buscando poner fin a la trata de jugadores de béisbol de Cuba por parte de organizaciones criminales al crear una alternativa segura y legal para que esos jugadores firmen con Clubes de las Grandes Ligas. Creemos que este acuerdo logra ese objetivo y permitirá que la próxima generación de jugadores cubanos persiga su sueño sin tener que enfrentar muchas de las dificultades experimentadas por jugadores actuales y ex jugadores cubanos que han jugado en las Grandes Ligas de Béisbol».

Rob Manfred, Comisionado de la MLB

«Establecer un proceso legal y seguro para ingresar a nuestro sistema es el paso más importante que podemos dar para poner fin a la explotación y el peligro para los jugadores cubanos que buscan una carrera en las Grandes Ligas de Béisbol».

Tony Clark, Director Ejecutivo de la MLBPA

«Esta es una victoria de la pelota cubana, de su calidad, de la entrega y valía de sus peloteros. Es también un reconocimiento a hombres como Omar Linares, y muchos otros peloteros estrellas que han prestigiado nuestras Series Nacionales…»

Higinio Vélez, entonces presidente de la FCB

Acuerdo MLB FCB Béisbol

Jugadores de la talla del lanzador de los Dodgers, Klayton Kershaw, manifestaron su respeto por la pelota cubana y el deseo de ver brillar el talento de nuestros beisbolistas en la Gran Carpa. Foto: Cortesía del Autor.

Bien parados en el cajón de bateo

En no pocas ocasiones he escuchado decir que si queremos saber cómo marcha Cuba, debemos analizar cómo va su pelota.

Hoy, con una economía en extremo deprimida y con el fenómeno de la substistencia lastrando las agendas cotidianas, es comprensible que muchos peloteros ansíen probarse en escenarios beisboleros  más lucrativos.

Al declive en cuanto a nivel cualitativo de las Series Nacionales, se suman otras realidades asociadas a la infraestructura y al esquema de la competición, como problemas con el hospedaje, alimentación y traslado de las novenas, carteleras de cinco juegos en línea con programas de dobles desafíos a siete innings –esto implica desgaste excesivo y subterfugios para establecer rotaciones en un área medular y debilitada como el pitcheo, en aras de mantener su estabilidad en todas las selecciones-, entre otros aspectos.

Tras aprobarse la nueva política de remuneración, el salario básico de un pelotero de  series nacionales  es de 3.725 pesos,  equivalente a 31 dólares estadounidenses según la nueva tasa de cambio oficial implementada por el Estado cubano y en vigor desde el 4 de agosto de 2022.

En contraste, la relación de los cinco jugadores cubanos mejor pagados en la MLB es la siguiente:

  • José Abreu / Astros de Houston (19.500.000 US$).
  • Yasmani Grandal / Medias Blancas de Chicago (18.250.000 US$).
  • Yoan Moncada / Medias Blancas de Chicago (17.800.000 US$).
  • Raisel Iglesias / Bravos de Atlanta (16.000.000 US$).
  • Jorge Soler / Marlins de Miami (15.000.000 US$).

Si a eso se le suma que la búsqueda de válvulas de escape o éxodo no solo se encuentran en la Gran Carpa, el agujero negro se agudiza. En lo que va de Serie Nacional cuentan casi una treintena los peloteros que por diversas vías han recalado en certámenes ligueros del Caribe, Asia, o Europa.

A ello puede agregarse la salida de otros talentos desde las categorías sub-15 en adelante, cuyo objetivo es enrumbarse al amparo de alguna organización de Grandes Ligas.

Desde la institucionalidad de la FCB se demonizó durante mucho tiempo a todo pelotero que intentase abandonar el país para  continuar su carrera en busca de la MLB. Igualmente, todo pelotero cubano que se insertase en ese béisbol, caía en el saco del robo de talentos practicado por el “monstruo norteño”.

La otra orilla exigía a cualquier pelotero nacido o formado en Cuba tener residencia en un tercer país para ser elegible por alguna franquicia de la Gran Carpa.

Es oportuno reconocer que en los últimos tiempos, la FCB ha flexibilizado su prisma, en especial con aquellos peloteros que por una razón u otra han manifestado su intención de volver a incursionar en nuestro clásico doméstico, tras construir méritos en  otro torneo de clubes, o hacia el epílogo de sus carreras deportivas.

Mientras, recientemente y a poco más de 90 millas, la Asociación de Peloteros Cubanos Profesionales radicalizó sus posturas y ejerció presiones para conformar, de cara al V Clásico Mundial de Béisbol, un elenco integrado por jugadores que rompieron sus nexos con la FCB y militan en organizaciones de la MLB.

Acuerdo MLB FCB Béisbol

El lanzador Yariel Rodríguez rompió su acuerdo con el equipo Dragones de Chunichi de la NPB y abandonó la selección cubana en EE.UU. tras su participación en el V Clásico Mundial de Béisbol. Foto: Radio Guáimaro.

Se trata de una postura igual de excluyente y desconocedora del derecho que tienen los jugadores vinculados al ente rector de la pelota cubana de empuñar el madero por su país, fundamentalmente si su talento y rendimientos les preceden.

Tras el plumazo de Trump, el acuerdo entre la MLB y la FCB no deja de ser más que un deja vù que estuvo en vigor poco menos de dos semanas, una vez iniciada la temporada 2019 de las Grandes Ligas.

Continúa entonces la pelota atada con el fuerte nudo de la política y las presiones, similar al clásico batazo entre dos que ninguno de los jardineros pide para fildear en bien del equipo. Pero, ¿el batazo seguirá rodando hasta tocar la cerca y convertirse en un extrabase? ¿Podrá retomarse el acuerdo, de ser preciso a nivel gubernamental, bajo dinámicas de diálogo constructivo?

A estas interrogantes se suman otras, así como el deseo una novena cubana realmente unificada en algún Clásico Mundial; pero es necesario desprenderse de los nudos que han frisado el plano de lo asfixiante y que hoy, décadas después, perduran.

Acuerdo MLB FCB Béisbol

Yohan Moncada, fue seleccionado como el antesalista del todos estrellas del V Clásico Mundial de Béisbol. Foto:  mlb.com

Como pincelada histórica, me gustaría recordar que la presencia de peloteros estadounidenses en el béisbol cubano inició con fuerza a principios de la República, pues entre 1904 y 1905 comenzaron las conocidas Series Americanas, que se celebraban al finalizar las temporadas de Grandes Ligas, y donde uno o varios equipos de la Gran Carpa realizaban juegos de exhibición en Cuba, así como también parte de los llamados spring trainig.

Además, los Cuban Sugar Kings estuvieron a punto de insertarse como equipo en las Grandes Ligas tras pertenecer a Ligas Menores, específicamente a la Liga Internacional de la Florida (categoría Triple A), entre 1954 y 1960, cuyo lema era precisamente “Un paso más y llegamos”.

¿Cuántos pasos más se necesitarán esta vez? Me gustaría pensar que no tantos.

19 mayo 2023 14 comentarios 1,8K vistas
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Deporte cubano

Deporte Cubano: Encrucijada entre estructura y éxito

por Harold Iglesias Manresa 3 mayo 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

“Dayana, vamos a apuntar a nuestros hijos en pelota. Tienen tremendo embullo tras ver al equipo Cuba llegar a las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol”, comentó Rocío… Sus hijos, Damián y Alejandro, tienen seis años y asisten a la escuela José Luis Arruñada, otrora pre-EIDE (Escuelas de Iniciación Deportivas), enclavada en el barrio de Nuevo Vedado, municipio Plaza de la Revolución.

“¿Pelota? ¡Tú estás loca, Rocío! El niño de Yilian está en segundo y lo apuntaron en el área especial del Ciénaga. Antes de jugar el primer partido con el equipo, ya se habían gastado más de 100 dólares en el traje, los tacos y el guante. Me disculpas, pero ahora mismo mi esposo y yo no podemos permitirnos eso.

¿Sabes cuántas cosas podríamos hacer con esos 100 USD? Además, Damián ahora tiene tremenda furia con la pelota, pero dentro de un mes será el fútbol, con la final de la Liga Española y la Champions a todo esplendor, y su padre persiguiendo las transmisiones de los partidos…”

Indudablemente, el factor económico, la crisis que vive la nación y el flujo migratorio han impactado en la preservación de la estructura deportiva cubana, incidiendo en los contratos de talentos fichados desde edades tempranas.

Los pilotes conceptuales de Deporte, derecho de todo el pueblo promulgados por Fidel e impulsados por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) con expresión a todos los niveles desde la base, constituyen hoy un espejismo. En esto repercuten otras variables internas que han desencadenado que lo que nos convirtió en potencias deportivas a nivel mundial en las décadas del 80 y el 90 del pasado siglo, en la actualidad sean un dejavú en la bitácora de los recuerdos.

Grietas en el dique de la pirámide de formación

En aquel periodo, las escuelas primarias denominadas pre-Escuelas de Iniciación Deportivas (EIDE) eran propicias para que miles de niños conjugaran la vida estudiantil con la iniciación en el deporte. Sólo en La Habana, pueden mencionarse las José Luis Arruñada y Manuel Valdés Rodríguez en Plaza de la Revolución, la Celso Stakemann en Boyeros y la Ciudad Libertad en Marianao, aunque estaban presentes en todos los municipios. Así es como recuerdo mis albores en el judo y el tenis de mesa luego, y como yo, otros tantos Damianes y Alejandros.

Un poderoso sistema de práctica deportiva existía en aquella etapa, estructurado sobre criterios reales de masificación. Entre ellos, los juegos murales o competencias inter-escuelas; las citas municipales donde se concentraba la calidad en correspondencia con los practicantes bajo cierto rigor y constancia en los llamados Combinados Deportivos y la escalada -en dependencia de los resultados y las virtudes individuales y colectivas- al equipo municipal para encarar las lides provinciales.

De este modo, para llegar a incursionar en unos Juegos Escolares, o simplemente ocupar el podio en una competencia provincial de cualquier deporte, se trataba de un verdadero “fuego cruzado”.

Paralelamente, los técnicos de las categorías infantiles se movían en ese entramado competitivo como verdaderos “scouts”, en busca de los ejemplares con mayor talento visible. Por ello, los procesos de captación eran más precisos, tenían una muestra o cantera de la cual escoger mucho más significativa, y su ciclo de vida era más fluido.

Deporte

(Foto: Jit)

Incluso, quienes en los primeros años de su vida deportiva no explotaban todo su talento por desarrollo tardío o cualquier otra cuestión, tenían la posibilidad de continuar vinculados a los Combinados Deportivos o a las academias provinciales, como parte de su ciclo formativo.

En tal sentido, justamente eran las EIDE y las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) los pilares de esta estructura a nivel escolar y juvenil, como antesalas de lo que serían las preselecciones nacionales juveniles y de mayores.

Esa avalancha deportiva no era exclusiva de La Habana o los otros polos citadinos, pues en las zonas montañosas o lugares de difícil acceso existían los denominados Juegos de Montaña. Se trataba de una suerte de miniolimpiadas, que junto a otras competiciones similares, eran vitrina para visualizar, captar el talento, estimular la práctica deportiva y seguir los procesos de crecimiento.

Aunque los años 80 fueron considerados de bonanza en casi toda la vida social, incluyendo el deporte, la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) y la crisis del Período Especial provocaron el serio resquebrajamiento de la famosa pirámide deportiva desde sus cimientos.

La masa de niños practicantes de deportes disminuyó por distintas causas: la desaparición de las denominadas pre-EIDE; el cierre o la disminución pronunciada del quehacer de los combinados deportivos; la migración de los profesionales del deporte hacia otras latitudes o hacia actividades que garantizasen el mantenimiento de sus familias como el turismo o el trabajo por cuenta propia.

Deporte cubano

(Foto: Cubadebate)

A lo anterior se sumó otra realidad: la encrucijada de los padres entre poner algo a diario en sus platos, y la posibilidad de dar a sus hijos una actividad deportiva como espacio lúdico y de formación de carácter y espíritu.

Dicho proceso de desmoronamiento se fue acentuando, pues a la desaparición de las pre-EIDE se sumó la de las ESPA de carácter provincial y nacional, la de las preselecciones nacionales juveniles -con excepción del boxeo-, o como mecanismo de bálsamo, su fusión con las de mayores. En algunos casos, la decisión devino en aceleración del desarrollo atlético, deterioro del trabajo individual y personalizado, y el salto a equipos nacionales con muchas lagunas por cubrir.

Deporte

(Foto: Radio Rebelde)

Por otro lado, la matrícula de las EIDE se contrajo o se redujo a aquellos territorios con mayor tradición y poderío en algunas disciplinas, como los casos del softbol en Granma, el voly de playa en Ciego de Ávila, la vela en Matanzas, La Habana y Cienfuegos, el tiro con arco en Sancti Spíritus, y el clavado durante muchos años en la propia Atenas de Cuba.

Por si eso no bastara, se detuvieron casi de golpe la Industria Deportiva nacional y las importaciones de equipamiento e infraestructura. A la vez se deterioraron las instalaciones y desaparecieron los escenarios de confrontación en estas categorías deportivas que fomentaba Cuba con países del área como las experiencias con equipos de béisbol, los intercambios de saberes en deportes de combate y atletismo, y los llamados Convivio de baloncesto, con infantiles y juveniles de Puerto Rico.

La economía tampoco cabe en la azucarera

Las bases sobre las que se edificó el sistema deportivo cubano, fundamentado en un derecho que prioriza la masividad, distan de la filosofía mercantil que mueve el mundo del músculo en nuestros días, considerada uno de los nichos de mayor crecimiento e irrupción en los distintos mercados, incluso los bursátiles.

En este sentido, se impone pensar que una economía en extremo deprimida, cuya crisis se ha acentuado en el último lustro, debería pensar en desarrollar una industria deportiva sobre criterios de clubes y mercantilización, ya sea bajo dinámicas contractuales o de patrocinios para quienes descuellen desde edades tempranas por su talento.

No resulta despreciable el hecho de que los gustos y las mentes de nuestros niños han sido penetrados por un fenómeno global denominado planeta fútbol, ya sea por concepto de transmisión en los espacios deportivos de la televisión cubana, la invasión y uso desmedido de las redes sociales y los videojuegos, o el consumo de ese deporte como entretenimiento de primer nivel.

En el mejor de los casos, nuestras series nacionales de béisbol, los torneos sub-23 y otros certámenes domésticos de calidad notoriamente inferior están por debajo de la transmisión televisiva del balompié.

Deporte cuba

(Foto: Granma)

Aquí abro un paréntesis, pues bien pudieran dedicarse espacios a otros deportes en los que Cuba goza de mayor prestigio o poderío como el atletismo, la lucha, el judo, el boxeo, el taekwondo o el voleibol, en aras de motivar a los pequeños y plantar cara al furor desatado por el bien llamado más universal de los deportes.

Es cierto que en medio de una profunda crisis, cualquier actividad que se salga del plano de las rutinas cotidianas del cubano y que implique gastos extras habrá que pensársela mucho, y en el mejor de los casos, replanteársela en un futuro cercano.

En una azucarera donde apenas hay azúcar en estos momentos, será en extremo complejo hallar políticas acertadas de reconstrucción, inversiones o suturas a una estructura inoperante y deteriorada para lograr ese batazo que de nuevo nos coloque en planos estelares; y así no ahogar el sueño semifinalista en un Clásico Mundial de Béisbol, una Liga Mundial de Voleibol o una cita del orbe de atletismo bajo el velo gris de no haber escalado por primera vez al podio de premiaciones.

Desde lo personal, añoro mi época de niño y deportista en ciernes, en la cual el mataperreo, el judoguis, los pitenes y salir en la guagua Girón raqueta en mano a competir en cualquier escenario generaba una felicidad y adrenalina incomparables.

En el contén del barrio continuarán esperando no pocos Damianes y Alejandros, mientras para sus padres y para las instituciones a nivel de país, el deporte seguirá lejos de ser una prioridad.

3 mayo 2023 1 comentario 1,2K vistas
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Atletismo

Atletismo cubano: Poder y tradición diseminados

por Harold Iglesias Manresa 25 abril 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

“Por más fuertes que sean mis piernas,
es mi mente la que me convierte en campeón”.
Usain Bolt

Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Finales de triple salto, 400 con vallas e impulsión de la bala masculino; además del disco y la vuelta al óvalo femeninas. En todas ellas, el seguimiento y orgullos estuvieron latentes, porque se respiró, tras los rendimientos de los protagonistas, sangre de atletismo cubano.

Mundial de Eugene Oregón 2022, el atletismo nacional, por primera vez en la historia de estas lides al aire libre, se marchó sin medallas. Hablamos de 18 ediciones desde Helsinki 1983 y de un país que ocupa el octavo puesto del medallero histórico (22-14-14).

Y me refiero a los atletas que compitieron al amparo de nuestra Federación, pues el triplista cubano Pedro Pablo Pichardo, una de las figuras más prominentes de esa disciplina a nivel mundial, asistió al evento como parte de la delegación portuguesa, al igual que lo hiciera en la capital nipona donde registró 17.98 metros. En Oregón repitió la dosis dorada, ahora con 17.95 metros.

Atletismo cubano pichardo

(Foto: Renacença)

Saltó la alarma, pues en uno de los deportes con mayor poderío y tradición en la historia no pudimos agenciarnos preseas. Tras el pálido performance acarreamos un proceso de deterioro en el cual confluyen diversas variables y que es reflejo del resquebrajamiento social manifiesto a todos los niveles.

Haciendo un breve recorrido por el nuevo milenio hallamos cómo figuras descollantes desvinculadas de la federación doméstica, han brillado luego representando otras banderas. Y lo que resulta más alarmante, en aquellas modalidades en las que se puede hablar de una escuela sólida, como las áreas de saltos, y las vallas.

Son los casos de los triplistas Pedro Pablo Pichardo, Yordan Díaz, Andy Díaz, Alexis Copello, Yamilé Aldama, y Yarianna Martínez; los vallistas Yasmany Copello, Orlando Ortega, Omar Cisneros y Roger Iribarne; y los saltadores de longitud Yoan Lino Martínez, Lester Lescay; y más recientemente la estelar discóbola Yaimé Pérez. Por solo mencionar algunos de mayor notoriedad.

Yaimé Pérez

Yaimé Pérez en Campeonato Mundial de Atletismo 2022. Foto: REUTERS/Kai Pfaffenbach

Para acercarnos aún más a la dolorosa situación, recalamos en el listado anual de mejores marcas de la World Athletics en el pasado año 2022 y hallamos que cuatro de los cinco registros cimeros en el triple varonil fueron acuñados por exponentes nacidos y esculpidos bajo los saberes de nuestra escuela. Lamentablemente, solo Lázaro Martínez (17.50 metros-5to) acuñó el registro por la Mayor de las Antillas.

Pedro Pablo Pichardo, as olímpico y mundial regente, se nacionalizó portugués, Jordan Alejandro Díaz (17.87) compite al amparo de la Real Federación Española de Atletismo, nación de la cual es el actual recordista tanto al aire libre como en pista cubierta; y Andy Díaz (17.70) lo hace bajo auspicio de la Federación italiana.

Atletismo Díaz

(Foto: Sport)

El talento del campo y pista desperdigado por disímiles latitudes continúa como un fenómeno in crescendo y, para ser precisos, otras disciplinas individuales dentro del movimiento deportivo cubano, y en las cuales el éxodo en otros tiempos era casi inverosímil, se han ido sumando al flujo migratorio, reflejo de ese que, como país, vivimos en todos los sectores sociales.

Para preservarlo en la Isla, se necesita la conjugación de muchas variables, algunas de las cuales intentaremos dilucidar a continuación.

¿Secuencia de salto o carrera de contención?

La única forma de soportar de manera efectiva un proceso de formación plagado de avatares, comienza por reconocer que los atletas cubanos destilan talento. Eso es indiscutible.

Por otro lado, para nadie es secreto que el llamado deporte Rey se sustenta en dinámicas de Clubes, bajo patrocinio de estos, y en buena parte de los casos, si se trata de un atleta con muchas potencialidades o carrera descollante desde sus albores; también con la inyección que representa la suscripción de un contrato con alguna marca deportiva de alto calibre.

En Cuba, las famélicas agendas competitivas incluyen exclusivamente los Juegos Escolares y Juveniles; el campeonato nacional o Copa Cuba; los memoriales Barrientos, Aurelio Janet, Rafael Fortún; y las llamadas pruebas de confrontación de los miembros de la preselección nacional, las cuales generalmente dan cierre a los prolongados macro-ciclos preparatorios y son la antesala de la tan deseada gira de verano, o las competencias fundamentales del año en cuestión.

Atletismo

(Foto: DeporCuba)

Sobre el tema patrocinio, en las actuales circunstancias por las que atraviesa nuestra economía, pudiera pensarse es inviable, pero no puede desestimarse que actuaría como mecanismo acertado para canalizar los costes de deportistas con talento de cara a lides puntuales.

Además, sería una forma de descentralizar de manera parcial la gestión de los atletas, la cual recae sobre una federación que exclusivamente, y no en la totalidad de los eventos, puede permitirse potenciar a las primeras figuras.

Muy ligado a lo anterior se ubica lo concerniente a la atención a los deportistas y su eje motivacional.

En un contexto país en suma complejo, donde prácticamente hay que hacer magia para alimentarse, transportarse y cubrir otras necesidades básicas, urge aliviar a los atletas de dichas presiones cotidianas, que por ende enfrentan sus familias y todos los cubanos.

D

(Foto: DeporCuba)

Esas tensiones atentan contra un óptimo aprovechamiento de las sesiones de entrenamiento y ejes de concentración de la atención, lo cual expresan luego en escenarios competitivos reales y de rigor.

Al panorama descrito hasta ahora, agregaría la falta de seriedad y transparencia relacionada con los pagos acordados, correspondientes a los premios en metálico obtenidos por cada atleta, y la posibilidad de potenciar, en los eventos que lo ameriten y en aquellas áreas que han aupado a Cuba a lo largo de la historia, a segundas y terceras figuras.

Radiografía profunda

Más allá de poseer una infraestructura que diste de la óptima para desarrollar el talento de un determinado atleta, debemos revisar nuestros sistemas de entrenamiento.

Hablamos de progresión sobre bases de roce competitivo a lo largo de una temporada o lapso de tiempo. El mundo compite y planifica puntualmente, al tiempo que sobresatura menos las cargas de entrenamiento y potencian el trabajo aerobio y otra tipología de ejercicios… Y esas son apenas algunas cuestiones que luego tributan al poder frisar o hacer los mejores registros en el momento o pico justo.

Atletismo

(Foto: Diario Marca)

Ante la imposibilidad de poder movernos sobre estos postulados, nuestros atletas se esculpen bajo diseños de periodos preparatorios y están exigidos a intentar dar lo mejor de sí en una competición puntual. De ahí que en muchas ocasiones realicen sus mejores tiempos y marcas fuera de la justa fundamental.

Toca, en aras de elevar indicadores de éxito, adaptarnos a los criterios contemporáneos, incorporar nuevos saberes y ser en extremo rigurosos con las características que posean cada área, prueba y atleta.

En este prisma defiendo el criterio de aglutinar y no despreciar el talento, sumado a la posibilidad de adaptar la política contractual al fenómeno de clubes. No pocos se interesarían por nuestros atletas, y pongo los ejemplos latentes del velocista Reynier Mena y el vallista corto Roger Iribarne con el Benfica portugués, ambos con mejoría en sus cronos con apenas un año de trabajo.

Atletismo

(Foto: Atle.ch)

Apremia derrumbar el muro de acompañamiento y cerco perenne que le han construido a nuestros deportistas y atemperarnos a dinámicas de clubes, agentes, contratación… Saber incorporar de forma precisa tales ejes de comportamiento no implicaría vender el alma al diablo, pero ciertas lógicas del mercantilismo contemporáneo no se pueden evadir.

Dicha filosofía aplicaría para todo aquel que quisiese representar a Cuba en los máximos entornos atléticos, como válvula para dejar de lamentar la hemorragia de talento. Tampoco puede desconocerse que justamente son el campo y pista de las disciplinas donde mayor expresión halla el fenómeno de nacionalización de atletas a nivel global, fundamentalmente en los eventos de fondo.

Detrás de todas estas jugadas debe existir confianza y una columna de dirección certera. Si prima un ambiente de inconformidad o descontento en la matriz de nuestro Deporte Rey, toca revisarlo, ser quirúrgicos y concientizar la urgencia de un cambio, sea desde un fisioterapeuta o entrenador que no actúa a tono con las competencias profesionales que se le exigen; como de un jefe de área, o alto directivo.

Mover los hilos de una esfera determinada pasa también por esa revisión exhaustiva, y la capacidad para darnos cuenta de la urgencia del cambio.

Cuán gratificante sería vitorear a Pichardo, Yordan Díaz, Reynier Mena, Roger Iribarne, Yasmany Copello, Orlando Ortega!… Y tener de este lado los saberes de Yossen Cuesta, Iván Pedroso, Santiago Antúnez, Ubaldo Duany, Justo Navarro.

Atletismo Pedroso

(Foto: PlayOff)

Cubanos somos todos, y el sentido de pertenencia de disímiles maneras, está en nuestras mentes, corazones, y en ser capaces de obrar bien, a tono con la realidad de los tiempos…

25 abril 2023 8 comentarios 1,3K vistas
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Morenas voleibol cubano

Voleibol Cubano: Nostalgia por nuestros años felices

por Harold Iglesias Manresa 19 abril 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

“No es la voluntad de ganar lo que importa, todo el mundo la tiene. Es la voluntad de prepararse para ganar lo que importa”.
Paul Bryant

¡Balón que sube! ¡Diago, Javier González, Leandro Macías… balón que baja Despaigne, Dennis, Osvaldo Hernández, Marshall, Raydel Poey, Osmany Juantorena, Yoandy Leal, Wilfredo León…! ¡Chiquitica por el centro de Yhosvany, Robertlandy…!

Coliseo de la Ciudad Deportiva abarrotado. El vitorear de “Cuba sí se puede” es ensordecedor. Partido rompecorazones de una edición X de la Liga Mundial de Voleibol, en una época en que nos codeábamos de tú por tú con la élite de la malla alta, entiéndase Rusia, Brasil, Holanda. Únicamente Italia se antojaba nuestra bestia negra.

Las espectaculares Morenas del Caribe parecían una píldora amarga para cualquier otro elenco net por medio. Mireya, Regla, Raiza, Magaly, Lily, Regla Bell, Idalmis, Yumilka, Zoila y compañía… de la mano de Eugenio George, Ñico Perdomo y Luis Felipe Calderón eran de manera inobjetable uno de los equipos a derrotar en las altas competiciones.

Basta recordar su inigualable cadena de tres oros olímpicos entre Barcelona 1992 y Sídney 2000; aderezado con el bronce de Atenas 2004, en lo que pudiera considerarse el epílogo de una verdadera dinastía.

Voleibol morenas

(Foto: Scott Barbour/ALLSPORT)

Hoy, estas líneas van de nostalgia por esos, nuestros años felices, cuando la realidad del voly cubano dista mucho de ser la de entonces, amén de que varias de las principales figuras de nuestras actuales selecciones nacionales, por sus virtudes, se desempeñan en los principales escenarios ligueros del planeta.

El ejemplo más latente lo hallamos en las semifinales de la actual campaña de la Serie A italiana, considerada por años el principal certamen de su tipo entre hombres, y en el cual, de los tres conjuntos inmersos, cuentan con sangre antillana en sus nóminas: el actual campeón, Lube Civitanova, el Alianza Milano, y el Piacenza. Este último tiene en sus filas al astro central Robertlandy Simón, al nacionalizado brasileño Yoandy Leal y a Roamy Alonso. Por su parte, Osniel Mergarejo y Klistan Lawrence se incluyen en el Milano; en tanto el actual monarca de la Lube Civitanova, cuenta con los servicios de Marlon Yant.

Ataque en penetración a los referentes

Lo cierto es que tenemos a punto de desbordarse el cofre de las nostalgias y ahogadas las alegrías, al menos en la modalidad de voleibol de sala, más allá de rendimientos o premios individuales de nuestros legionarios en disímiles clubes.

El voleibol, después del béisbol, se erige como la disciplina que más ha padecido en nuestro país el fenómeno de la migración. Hablamos de más de 150 jugadores entre ambos sexos y que tuvo como punto de salida aquel diciembre de 2001 cuando Ángel Dennis, Ihosvany Hernández, José Luis Hernández, Yasser Romero, Leonel Marshall y Ramón Gato, decidieron no regresar luego de coronarse en la Copa de Campeones de 2001, y estar inmersos en una concentración en Bélgica.

Las causas reales de aquella estampida múltiple se erigen sobre diversos criterios de inconformidad esgrimidos por esos y otros voleibolistas respecto a condiciones e infraestructura de entrenamiento; pagos de premios en metálico retrasados o en discordancia con lo realmente merecido y acordado con la Federación Cubana de la disciplina; unido a la imposibilidad de seguir contratándose como jugadores profesionales en diferentes certámenes en el exterior.

Respecto a estas cuestiones, el avezado director técnico Gilberto Herrera, entrenador de aquella selección, ofreció consideraciones al igual que los entonces miembros del combinado insular, el central Ihosvany Hernández y el pasador Raúl “el mago” Diago.

Afloran entonces no pocas incongruencias sobre las cuáles volver la mirada:

1 – ¿Por qué se truncó un proceso de inserción en los principales torneos ligueros a finales de la década de los 90 del pasado siglo —entiéndase Italia para los hombres y Rusia en el caso de las féminas—, si estos constituían y siguen siendo, los principales entornos de desarrollo individual y adquisición de experiencia y visión de jugadores y técnicos?

2- ¿Era necesario esperar hasta 2013 para establecer una política de contratación de atletas en el exterior de manera institucional?

3- ¿No existía la posibilidad real, a tono con el discurso promulgado por la máxima dirección del país, de premiar a estos jugadores con un porcentaje mayor de lo ganado con el esfuerzo de su trabajo y tomando en cuenta sus necesidades reales?

El pictograma encontrado entre discurso y toma de decisiones se repite una vez más, independientemente de lo influyente que pudo haber sido en el desenlace posterior el séptimo escaño alcanzado bajo los cinco aros en Sídney 2000 por nuestro elenco varonil.

Voleibol cuba

(Foto: Falso9Sports)

Hablamos de una armada ubicada tercera del ranking mundial al momento de la competición, y campeona de la Liga Mundial de 1998, además de segunda en las versiones de 1997 y 1999.

La determinación de truncar los contratos se amparó en el hecho de que los miembros del plantel, luego de jugar un volumen considerable de partidos en ese escenario, con alto grado de protagonismo en sus respectivos clubes, argumentaron cargas físicas acumulativas excesivas; lo cual incidió en su posterior rendimiento en los Taraflex australianos. Las mismas que cargaron a cuestas los jugadores más descollantes de Serbia y Montenegro, Rusia, Italia, Argentina y Holanda y Brasil, ocupantes de las primeras posiciones. Una pincelada: el partido que le daba a Cuba el pase a semifinales, se perdió 3-2 ante los rusos, a la postre subtitulares.

Visiones

En no pocas tribunas he reiterado que, en la totalidad de los deportes colectivos, los jugadores adquieren el grueso de su preparación individual en sus respectivos torneos ligueros, siguiendo criterios contemporáneos de mercantilización y deporte como espectáculo, así como también soportando la gestión contractual en agentes individuales en la mayoría de los casos.

Hay un nivel de maestría tal en el entorno más excelso del voly y del resto de estas disciplinas, que no se requieren prolongados periodos de preparación o adquisición de dinámicas de team-work.

Ello, lejos de contribuir al engranaje de un equipo, puede convertirse en un enemigo. Se trata de una cuestión que demanda un análisis, pues más de dos décadas después de Sydney, tenemos el mismo hándicap.

Voleibol Morenas

30 Sep 2000: Regla Torres (left) and Mireya Luis of Cuba celebrate (Foto: Scott Barbour/ALLSPORT)

Aunque ya nos hemos desprendido en alguna medida de esos arquetipos, aún pretendemos moldear selecciones competitivas en las canchas-laboratorio de la Escuela Nacional de Voleibol, en muchas ocasiones frenando el ciclo evolutivo de atletas con talento que pudieran ser contratados en ligas de diferente nivel.

Por si esto no bastara, cabe reconocer que nuestros campeonatos nacionales, o las denominadas Ligas Élite, no ofrecen una vitrina de confrontación de calidad para la cantera de voleibolistas de la que se dispone, igualmente deprimida con relación a otras épocas y con un volumen de partidos insuficientes en sus calendarios.

Distamos de aquellos tiempos de bonanza en los que buena parte de nuestro roce se sustentaba en confrontar con los exigentes equipos de los países miembros del Campo Socialista o Europa del Este, como las Espartaqueadas de los Ejércitos Amigos, y los Juegos de Buena Voluntad, entre otros…

En aras de mitigar varios de estos fenómenos, urge seguir y actualizar, de ser preciso, la política de remuneración vigente implementada para nuestros deportistas, lo cual indiscutiblemente tributaría a mejoras económicas para los protagonistas, y a su vez a la infraestructura de desarrollo de la disciplina.

Cambios de este tipo significarían un “torniquete” a la hemorragia de jugadores que continúa produciéndose. Igualmente resulta imprescindible apresurar desde la Federación doméstica el proceso de reinserción de jugadores interesados en defender los colores de nuestra bandera en la arena internacional. Robertlandy Simón y Michael Sánchez, constituyen dos de los primeros ejemplos en tal sentido.

Voleibol cubano

(Foto: Lube Civitanova)

Otra cuestión insoslayable es el hecho de atemperar los saberes de los cuerpos de dirección a los criterios que rigen la disciplina en la contemporaneidad, tanto en el apartado masculino como en el femenil, de los representativos sub-19, sub-21 y de mayores.

El voly mundial se ha revolucionado, y solo sobreviven en la élite equipos cuyo accionar es compacto, y las diferencias entre los distintos indicadores de juego no es notable. Prueba fehaciente de tal afirmación la hallamos en la última derrota mundialista 3-1 sufrida por nuestro conjunto varonil ante Japón, un elenco nipón sin solidez descollante en algún indicador de juego en específico.

Allí, en los mondoflex de Polonia y Eslovenia el pasado año, recalamos en la posición 14 entre 24 naciones en concurso, con una única victoria y tres deslices.

Si bien Cuba vive una especie de resurrección en su voleibol, fundamentalmente en el sector masculino, con una docena de jugadores fraguados por nuestra escuela militando en la Serie A italiana en la campaña que llega a su epílogo; también nos falta para vanagloriarnos nuevamente de pertenecer a la élite mundial.

Una mirada a los actuales rankings del orbe en las distintas categorías arroja lo siguiente:

Sala Masculino 

  • Senior: (lugar 12-229.75 ptos).
  • Sub 21: (lugar 20-18 ptos)
  • Sub 19: (lugar 33-11 ptos)

Sala femenino

  • Senior: (lugar 28-131.59 ptos)
  • Sub 21: (lugar 19-22 ptos)
  • Sub 19: (lugar 59-0ptos)

Es válido señalar que para elaborar estos rankings en las modalidades de sala y playa por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), se toman en cuenta tanto la participación como los rendimientos en competiciones punteables.

Cuba, como consecuencia de la profunda crisis económica en la que se encuentra inmersa, tiene que recurrir a subterfugios de diversa índole para poder asegurar su inscripción en alguno de estos certámenes, pues el presupuesto del que dispone la Federación de Voleibol y el INDER son insuficientes para solventar la ruta crítica competitiva a los diferentes niveles.

(Foto: Cubadebate)

En no pocos casos, declina de participar, tras analizar posibles rendimientos y en consonancia con la magnitud del certamen, en caso de que este, como sucede en nuestra región de Norte, Centroamérica y el Caribe (Norceca), no requiera de clasificación previa.

Viajo en el tiempo a la Ciudad Deportiva, rememoro transmisiones olímpicas, retumba el eco ensordecedor de la afición y las emotivas narraciones del colega René Navarro de nuestras espectaculares Morenas del Caribe y el choque de otros equipos contra la ¡muralla color chocolate! Sumido en ese sentimiento de retrospectiva nostálgica pasa el tiempo y yo, como millones de cubanos, me aferro a aquellos años felices.

19 abril 2023 15 comentarios 1,4K vistas
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Boxeo

Boxeo femenino en Cuba: knockout tardío a sesgos y prejuicios

por Harold Iglesias Manresa 4 abril 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libre en sus capacidades y personalidad.

Indira Gandhi (1917-1984)

***

Sonó el Gong el pasado 5 de diciembre de 2022, uno definitivo para la oficialización de la práctica del boxeo femenino en Cuba, y por el cual se había estado luchando en distintos escenarios y entre las máximas instituciones del país.

Finalmente, y después de muchos años, se le propinó un knockout a sesgos y prejuicios, para que una de las disciplinas pioneras desde los Juegos Olímpicos de la Antigüedad viese la luz sin incertidumbres ni guantes ocultos. Hablamos además del deporte mayor aportador de preseas para Cuba en el contexto olímpico (41oros, 19 platas y 18 bronces), de ahí su envergadura.

Desde mucho antes, el debate en torno al pugilismo femenino había alcanzado primeros planos en el ring institucional cubano; ya fuere entre las máximas autoridades de la nación, la Comisión de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y la Federación de Mujeres Cubanas.

Siempre había recibido un veredicto desfavorable, pese a que, en la generalidad de dichos entornos y discursos, la apuesta por la igualdad de género y el llamado empoderamiento de la mujer cubana sonaban y hasta simulaban ser jabs de contundencia.

Lo cierto es que, aun con esa vitrina de ideas en favor de eliminar todo tipo de sesgo de género, y del intento por sacudirnos de rezagos o estereotipos eminentemente machistas —heredados de los procesos de colonización y entronizados de forma muy acentuada en el panorama Latinoamericano—; seguíamos sucumbiendo a barreras más cercanas a pensamientos retrógrados que a cuestiones de índole física o científica.

De hecho, al ser anunciada la oficialización por el vicepresidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), Ariel Saínz, este remarcó que luego de analizar y comprobar durante más de una década en torneos internacionales, que el daño ocasionado a atletas practicantes de esta disciplina es mínimo, se decidió respaldar una decisión por la cual se venía pujando hacía mucho.

Boxeo

Idamelys Moreno, boxeadora cubana. (Foto: Hansel Leyva / Playoff Magazine)

Gancho al panorama

A nivel global, para que las féminas pudieran derribar con sus puños la barrera de género que circundaba la oficialización del boxeo a todos los niveles tuvo que pasar más de una centuria. En los Juegos Olímpicos de San Luis 1904 las chicas cruzaron guantes en calidad de exhibición. Sin embargo, no fue hasta la edición de Londres 2012, que pudieron combatir de manera oficial.

Antes, en marzo del 1996, la entonces Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) acabó con la prohibición para la práctica de esta disciplina entre mujeres, implantada en Reino Unido en el lejano 1880.

Justamente en esa nación, y mucho antes —hacia 1722—, se habían producido los primeros combates de los que se tiene constancia, con Elizabeth Wilkinson, en calidad de figura descollante.

Lo anterior demuestra que la reticencia a la apertura del pugilismo femenil y las ataduras no fueron exclusivas del caso Cuba; aunque —como casi siempre nos ha sucedido en esa y otras cuestiones desde 1996 hasta 2022— cruzamos la línea de sentencia con 26 años de retraso.

Muestra fehaciente de ello y predecesoras del pugilismo femenil en materia de incorporación oficial tardía, son la lucha y la halterofilia, especialidades que recibieron el visto bueno en el ámbito doméstico de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias 2006; igualmente con años de atraso respecto a la luz verde concedida por el Comité Olímpico Internacional (COI).

En el caso de la lucha, recuerdo a Lisset Echevarría, Catherine Videaux, Cándida de Armas, Jacqueline Stornell y otras chicas que bajo la filosofía beisbolera de bola y corredor fueron enrocadas del judo a la lucha; lo mismo que sucediera con las halteristas pioneras, provenientes en su mayoría del área de lanzamientos del atletismo en aquellos albores.

Siendo precisos, la lucha y el levantamiento de pesas femeninos irrumpieron bajo los cinco aros en las versiones de Atenas 2004 y Sydney 2000, respectivamente; en tanto las primeras lides mundiales tuvieron lugar en Noruega y Estados Unidos, por ese orden. En ambos casos corría el año 1987.

Una mirada al último ciclo olímpico coronado con los Juegos de Tokio 2021 arroja que la Mayor de las Antillas cedió terreno notoriamente: en los Centrocaribe de Barranquilla 2018, la lucha, con seis divisiones en concurso, alcanzó idéntico botín de dos medallas de oro, y otras tantas de plata y bronce.

Mientras, las pesistas de ocho categorías en disputa, solo pudieron hacerse de un título, dos subcampeonatos y un bronce. En el boxeo la no participación nos privó de pugnar por cinco juegos de preseas.

Los Panamericanos de Lima 2019 dejaron un saldo todavía menos halagüeño, en correspondencia con estándares de calidad superiores: guantes de chicas sin incursionar; las halteristas no marcaron la cruz en el casillero de las preseas entre siete divisiones; y las luchadoras se despidieron con (0-1-3).

El colofón en la capital nipona, como era de esperarse, no fue otro que el de no poder colgarse al cuello metal alguno en las disciplinas anteriormente citadas.

Moraleja: el llegar tarde al baile, sumado a otras cuestiones relacionadas con el resquebrajamiento de nuestro movimiento deportivo, nos pasaron y creo seguirán pasando factura.

¿Contra las cuerdas?

La radiografía a los principales eventos multideportivos del ciclo precedente reafirma que la inserción en la élite de estos deportes en los cuales incursionamos oficialmente tarde nos ha costado, máxime cuando los expertos coinciden en que la formación de un deportista de alto rendimiento, siguiendo un ciclo de desarrollo natural, tarda cerca de una década.

Al respecto, el profesor Alcides Segarra, considerado el padre fundador de la escuela cubana de Boxeo, indicó en una entrevista en abril de 2021: “Nuestras mujeres también deberían ir a los Juegos de Tokio. El boxeo femenino se practica en el mundo entero, no sé por qué en Cuba aún no se oficializa. Hemos perdido tiempo, medallas y la satisfacción de enseñarlas a pelear. Espero llegar a verlas sobre el ring”.

A estos criterios se suman los de especialistas de la salud, quienes confirman que al igual que otras disciplinas de combate, el boxeo posee técnicas que pudieran calificarse de agresivas, pero que existe un equipo médico que evalúa desde los periodos de preparación hasta las posibles secuelas tras una competición. A lo que añaden que el sistema nervioso del hombre y la mujer no difieren.

Esgrimiendo detalles sobre su práctica, las máximas autoridades de la Federación doméstica aseguraron que la preselección nacional se conformará con dos atletas en cada una de las seis divisiones olímpicas (50,54,57,60,66 y 75 kilogramos), en tanto cuando comience el curso 2023-2024 se incluirán en las matrículas de las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) en la categoría de 15-16 años.

Tocará otra vez montarse en patines para integrar una selección competitiva de cara a los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023 (del 23 de junio al 8 de julio próximos), y más aún si en definitiva la pretensión de que algunas comparezcan al Campeonato Mundial femenino, previsto del 1 al 14 de mayo en Uzbekistán, se materializa.

Esta imperiosa necesidad de moldear un equipo en cuestión de meses, pudiera conllevar a no seguir los criterios más certeros de composición; y la llegada con un acentuado déficit de puesta en forma y aval con relación a las oponentes de turno de nuestras muchachas.

Las reticencias que padeció el boxeo femenino hasta su aprobación son calco de las que azotan a otros fenómenos de la Cuba de hoy, o de hace mucho tiempo incluso: el cerco, inmovilismo, negación al diálogo constructivo, y la incapacidad para plantarle cara o asestarles un swing a posturas denotativas de arquetipos sociales rígidos.

El sueño de muchas chicas, durante años estuvo circunscrito al cruce de guantes o sesiones de sparrings en el Combinado Rafael Trejo de La Habana Vieja, u otros escenarios en una suerte de semiclandestinaje.

Más de un cuarto de siglo costó alzar el brazo en señal de victoria para ellas y muchas otras en lo adelante. Más contraproducente aún si tomamos en cuenta las características y temperamento de la mujer cubana, y el historial de protagonismo grabado por ellas en nuestro movimiento deportivo.

Con fuerza hace mella en nuestras mentes la interrogante de ¿cuánto tardaremos en estar a la par de las potencias en el boxeo femenino? La respuesta exacta no la tenemos, como tampoco respecto a muchas otras preguntas que derivan del pictograma país existente en Cuba. Lo que sí es cierto es que quedan por derribar muchas paredes si un mejor modelo de nación queremos fraguar a futuro.

Y no les quepa la menor duda de que el aporte y empuje de la mujer cubana en cada uno de los múltiples rounds que nos quedan por pelear será determinante, como también el romper de una vez con la dicotomía que impera entre discurso, y acción o toma de decisiones.

4 abril 2023 13 comentarios 1,1K vistas
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Cuba Clásico Mundial de Béisbol

V Clásico Mundial de Béisbol: Cuba choca contra un muro

por Harold Iglesias Manresa 20 marzo 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

Luego de que el equipo Cuba de béisbol chocara con un muro de calidad de nombre Estados Unidos y se despidiera del V Clásico Mundial con desliz semifinalista de 14-2, han quedado claras un par de cosas:

La primera, nuestra pelota tiene el listón de calidad muy por debajo del de los mejores elencos presentes en el certamen. La segunda, para poder mostrar una versión verdaderamente competitiva, necesitamos de los esfuerzos de todos, o la mayoría de los jugadores que se desempeñan en la MLB, y me refiero a aquellos que se hallan en los rosters principales de 40 efectivos de sus respectivas franquicias.

El desafío

Dicho esto, toca ser objetivos. El duelo entre estadounidenses y cubanos era dispar desde el comienzo, y el marcador final así lo reflejó. No pudieron sortear a una «armada» norteña rebosante de estrellas, que no solo dominan todos los fundamentos del béisbol, sino que también carecieron de fisuras, honrando su condición y también los millones que perciben en la Gran Carpa.

Cuba Estados Unidos

De 14 a 2 fue la victoria del equipo estadounidense sobre Cuba. Foto: AS USA

Ese primer inning en el que únicamente fabricaron una anotación con bases llenas y sin outs fue el presagio de lo que sucedería a continuación. En contraposición, los anfitriones castigaron al pitcheo antillano con 14 inatrapables, de los cuales ocho fueron extrabases, incluidos cuatro jonrones.

Así facturaron anotaciones en todos los actos, exceptuando el séptimo, y fustigaron a cuanto serpentinero se subió a la lomita por Cuba, que de conjunto propinaron además siete boletos, tres pelotazos y dos wild-pitch.

Con esas falencias desde el montículo, y una batería que pese a disparar 12 hits, produjo solo tres de ellos en 12 oportunidades con corredores en posición anotadora. Del lado opuesto Adam Wainwright —con su segunda sonrisa de la lid—, y Miles Mikolas se encargarían de mantener la calma y apagar toda amenaza cubana.

La Ruta del #TeamAsere

La andadura del Equipo Cuba en este V Clásico Mundial de Béisbol venía marcada desde antes del Play Ball inicial por lastres de diversa índole. Resalta la finalmente materializada opción de conformar un Cuba unificado con jugadores de Series Nacionales y otros profesionales de distintas Ligas y la MLB, eso sí, cubanos todos. Los focos y unas diez atmósferas de presión vistieron a cada uno de nuestros efectivos, así como también al cuerpo de dirección.

Si sumamos el hecho de que nuestro debut en Taichung, sería ante Holanda, bestia negra de Cuba en tres ocasiones previas del Clásico desde la edición de 2013—a lo que se sumaban otras dos derrotas sufridas en la última edición de las Copas Mundiales (Panamá 2011)—, muchos no dudaron en vaticinar la derrota como desenlace.

Cuba Holanda Clásico

La selección cubana cayó ante Países Bajos en su debut. Foto: Diario AS

La huella indeleble del fracaso volvió a tatuarse en cuerpos y en particular en las mentes de nuestra novena, que ahora sucumbió 2-4 ante los Tulipanes, duelo en el que afloraron los desatinos de antaño: poca productividad con hombres en circulación, solo tres hits (dobles), salieron de sus maderos ante seis lanzadores rivales sin tamaña notoriedad.
En cambio, los Tulipanes facturaron tres de cuatro anotaciones con dos outs y pegaron igual cantidad de indiscutibles en nueve comparecencias al home con hombres en posición anotadora.

Recibida esa estocada inicial en el Clásico, la armada de Johnson enfrentaría, con más incertidumbres que certezas, a Italia, en un desafío en el que la tanda de los bambinos castigó de manera quirúrgica al pitcheo de relevo antillano para imponerse 6-3 en diez episodios.

El fantasma de los bates fríos seguía acechando a nuestro line-up, que, si bien conectó ocho indiscutibles, no pisó el plato transalpino hasta el séptimo inning. Mientras, estos facturaron cuatro decisivas rayas en el décimo, a costa de Raidel Martínez y Onelkis García.

Teniendo dos reveses en el morral, la andadura insular en el Clásico semejaba otra muerte anunciada en el plano deportivo; pero no. Con la unidad como premisa, esa que tanto nos urge en todos los ámbitos, una dosis extra de cubanía ycorazón, el #TeamAsere vivió una resurrección; una deseada sin importar mares ni océanos, y con la premisa fundamental de que el equipo de pelota le estaba devolviendo a Cuba algo de luz, y esa sensación de victoria ahogada en sombrías realidades.

Cuba Clásico mundial

(Foto: Kenta Harada)

Así cargaron en sus bates los deseos de los de aquí y los de allá, y como una familia salieron a la grama para cabalgar con contundencia 13-4 sobre Panamá —aupados por 21 indiscutibles, la mayor cifra antillana en estas lides—; y 7-1 sobre los anfitriones de Taipei de China —inescrutable faena del staff de serpentineros que silenciaron a los asiáticos hasta el final del noveno acto.

Dos triunfos medulares que, si bien no borraron todas las adversidades que circundan a nuestra pelota y deporte en general, devolvieron la ilusión y la sonrisa a muchos, con ese espíritu único y capacidad inherente de nadar a contracorriente.

Desde el box, los lanzadores mostraron una imagen hermética, con los saberes esculpidos en los terrenos domésticos, y pulidos con maña luego en otros circuitos de mayor rigor.

Los bateadores se sacudieron de toda presión y ceñidos a criterios de calidad hicieron sonar sus maderos, para catapultarnos del naufragio al éxtasis de cuartos de final.

Nada más y nada menos que de primeros de grupo, en una turbulencia de quíntuple empate, algo totalmente inédito tanto en Clásicos como en otros certámenes de las bolas y los strikes, y gracias al mejor coeficiente (0.139) de carreras permitidas sobre outs sacados a la defensa; toleraron 15 anotaciones y sacaron un total de 102 outs. Ese índice fue superior al de Italia con 0.157 (17 anotaciones permitidas y 108 outs); Países Bajos con 0.186 (19 carreras y 102 outs); Panamá con 0.200 (21 carreras y 105 outs); y los anfitriones 0.295 (31permitidas y 105 outs).

“A Miami se llega por Tokio”. Con esa máxima e inyectados con las mieles del éxito se presentaron en el Tokio Dome para enfrentar, por esos caprichos del destino beisbolero a Australia, un oponente al cual desde 1993 hemos doblegado en 16 de 17 duelos. El matiz de este no difirió del de muchos otros: con los Kangaroos respirándonos en el cuello y venciendo in extremis, ahora 4-3, duelo matizado por efectividad a “la hora de los mameyes”.

Cuba Clásico mundial de Béisbol

Cuba superó a Australia en cuartos de final (Foto: Getty Images)

Moralejas

Una vez ahogada la ilusión y culminado el sueño de muchos, hay varias enseñanzas de la andadura de Cuba por este V Clásico Mundial:

Nuestra pelota debe reinventarse desde la base, ceñida a los criterios que rigen el béisbol actual, con inversiones tanto en infraestructura como en capital humano. Eso de alguna manera disminuiría la brecha entre las categorías inferiores y las Series Nacionales, tampoco exentas de lagunas de fundamentos y de diversa índole.

Cuba continúa dando peloteros de calidad a raudales, pero eso no significa que nuestra pelota posea cualitativamente el nivel para pujar en un escenario como el clásico, al menos no hasta que la composición de su elenco sea verdaderamente convocando a aquellos que con mayor nivel cuentan.

La selección de la Isla sigue estando lastrada por la política y otros arquetipos que todavía priman en la Federación Cubana de Beisbol como institución rectora. Tampoco se puede menospreciar el escenario actual que imponen las autoridades del Gobierno estadounidense, específicamente la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, y el cual impide que los jugadores antillanos que descuellen por su talento, puedan aspirar a crecer en la Gran Carpa por cauces naturales.

Sabemos lo sumamente difícil que ha sido deslindar nuestra pelota de la política, como también lo saludable que sería. Baste recordar el intento de acuerdo truncado entre la MLB y la FCB.

Por ahora toca seguir el desenlace de este V Clásico. Cuba llegó hasta donde pudo, con lo que disponía, más allá de maniobras que desde el cuerpo de dirección pudieron hacerse en algunos momentos puntuales de los partidos.

Detrás de la ilusión y la esperanza devueltas por este #TeamAsere semifinalista, hay muchas otras cuestiones que urgen, para poder hablar verdaderamente de la reinserción de la pelota cubana en la élite.

20 marzo 2023 26 comentarios 1,8K vistas
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