La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
Autor

Domingo Amuchastegui

Domingo Amuchastegui

Economista, historiador y analista

De Stolypin a Shenzhen

La ruta equivocada: De Shenzhen a Stolypin

por Domingo Amuchastegui 23 marzo 2023
escrito por Domingo Amuchastegui

En materia de reforma económica, el Gobierno cubano ha decidido tomar —una vez más— la ruta equivocada. En esta ocasión consiste en cometer el craso error representado de optar por los servicios del Instituto de Economía Stolypin, fundado en Rusia en el 2016, para asesorarse en materia de diseñar la configuración de un sector privado para la economía cubana.

¿Qué nos puede ofrecer la experiencia rusa en cuestiones de reforma económica? Siguiendo el diseño propuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la reforma económica en Rusia muy pronto se transformó en el asalto a mano armada de la economía soviética, su casi total privatización y la aparición de grandes magnates, conocidos hoy como «oligarcas», protagonistas del singular proceso de acumulación originaria del capitalismo en Rusia.

¿Qué puede aconsejar el Instituto Stolypin para Cuba? Transformar el dominante sector estatal mediante su descomposición en empresas privadas, dominadas por los dirigentes políticos y burócratas que las administraban en el pasado y que ahora buscarán transformarlas en negocios particulares. Así ellos se convertirían —cual cuatreros del siglo XXI y obedientes discípulos de quienes dirigen el Instituto Stolypin— en nuevos oligarcas caribeños que querrán el maridaje indiscriminado y fácil con el capital extranjero.

¿Qué más pueden ofrecer estos nuevos asesores rusos? Si en el pasado soviético Nikolai Baibakov, presidente del GOSPLAN, tuteló por quince años el mejor funcionamiento de la subsidiada economía estatal cubana, ahora la dirigencia cubana parece poner todas sus esperanzas en el patrocinio de otros del tipo Boris Titov y compañía para que traigan una nueva etapa de subsidios como lo fue en el pasado soviético.

Será una manera de continuar siendo tutelados, mostrando así una indigencia de imaginación y creatividad en materia de rediseño integral del modelo cubano.

Sin embargo, desde inicios de los 90 y comienzos de este siglo, la mayor parte de la dirigencia cubana parecía más inclinada a inspirarse en las experiencias de China y Vietnam en materia de reforma económica. Los viajes de los funcionarios al Gigante Asiático producían en estos un enorme impacto. Esa experiencia, simbolizada por la zona económica de Shenzhen, los impactaba notablemente.

De Stolypin a Shenzhen

Zona económica de Shenzhen. (Foto: Masayuki Terazawa)

En menor escala, el modelo vietnamita, conocido como Doi Moi, ofrecía pautas a seguir no menos estimulantes. La clave no estaba en los medios específicos, sino en el razonamiento estratégico —más allá de cualquier particularidad— de que, llegado a sus niveles extremos de crisis, ambos países habían concluido que sus respectivos modelos económicos tenían que ser rediseñados integralmente.

Especialmente importantes fueron los viajes de altos dirigentes cubanos de la vieja generación y la generación intermedia, desde Ramiro Valdés hasta Felipe Pérez Roque. Este último a su regreso comentaría jocosamente: «Tengo que darme una buena ducha que me quite de arriba toda la influencia china antes de ir a ver a Fidel».

Raúl Castro no se quedó atrás. Profundamente impactado, regresó hablando maravillas, a tal punto que extendió una invitación a uno de los principales asesores económicos del gobierno chino, quien visitaría Cuba para compartir experiencias con autoridades y especialistas cubanos. Todo parecía marchar en una dirección acertada.

Pero —y se trata de un enorme pero— Fidel se mostró absolutamente renuente a sumarse a semejante opción. Siempre argumentó de mil maneras distntas las diferencias entre Cuba y China. Mostró su repudio hacia lo que él caracterizaba como el «rumbo capitalista de los apóstatas chinos» y su cabeza más visible Deng Xiaoping.

Cuando se planteaba la reestructuración del sistema de agricultura con las UBPC, todos los economistas cubanos insistían en entregar en propiedad las tierras a las nuevas cooperativas. China y Vietnam ratificaban lo atinado de semejante paso. Fidel se negó y las UBPC siguen hoy navegando como apéndices del aparato estatal y el mecanismo de Acopio.

Para él, desde temprano en los 90, si de fórmulas capitalistas se trataba lo correcto era tomar las mejores experiencias del capitalismo auténtico, original, y no de copias turbias como la china. Lee Iacocca, Peter Carlson, representantes de los Rockefeller y muchos otros magnates industriales norteamericanos, podían ser fuentes más apropiadas de las cuales aprender.

Expertos de la Fundación Rockefeller viajaban a Cuba e impartían conferencias, así como Iacocca visitó La Habana (1994) y se reunió con Fidel.  Todo esto tenía lugar cuando, como nunca antes, China extendía a Cuba niveles de cooperación económica inéditos, considerando además que la isla era el mercado más importante para sus inversiones y comercio en el Caribe insular.

De Stolypin a Shenzhen

Lee Iacocca (Imagen: Motoryracing)

De esta manera indirecta, los dirigentes chinos procuraban estimular las tendencias en Cuba a favor de una remodelación integral de su sistema económico, pero todo resultó inútil. Medios políticos y académicos en China mostraban su frustración con el caso cubano y una década más tarde los nexos económicos bilaterales comenzaron a declinar. El embullo pro-chino se desvanecía. A pesar del reciente viaje del presidente Miguel Díaz-Canel a ese país para inyectarle nueva vida a las relaciones, la opción rusa parece ponerle fin a semejante tendencia.

Stolypin en la historia rusa tiene en su haber un modesto impulse al capitalismo moderno que se abría paso en Rusia, pero por encima de todo se le recuerda como la bestia represiva más sanguinaria de los tiempos zaristas. Lenin se habrá revolcado en su mausoleo al enterarse de la noticia en La Habana.

Pero dejando a un lado los escrúpulos históricos, tenemos que preguntarnos: ¿es el Instituto Stolypin un dechado de virtudes económicas y éxitos notables en materia de desarrollo económico en la Rusia de hoy? Categóricamente no. El marxismo nos enseña que un principio fundamental es que el criterio valorativo de la verdad es la práctica. Y la práctica económica nos muestra hoy que «la ruta de Shenzhen» (China) o el Doi Moi (Vietnam) y no la de Stolypin, son las experiencias más exitosas. Una vez más, la dirigencia cubana opta por la ruta equivocada.

23 marzo 2023 19 comentarios 1,2K vistas
5 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Rusia Ucrania

Rusia y Ucrania: raíces y escenarios de un conflicto atizado por la OTAN

por Domingo Amuchastegui 24 febrero 2023
escrito por Domingo Amuchastegui

El conflicto entre Rusia y Ucrania estremece hoy más que nunca al mundo. Hablamos de un escenario peligroso y complejo, factores trágicamente atizados por la sostenida injerencia de los Estados Unidos y sus acólitos. Corresponsales de guerra, periodistas acreditados, noticiarios, testigos ciudadanos de ambas naciones, entre otros tantos voceros, sobresaturan jornada tras jornadas los espacios informativos con datos y crónicas más alarmantes cada vez. Parecería como si una monumental debacle mundial estuviera a punto de desatarse.

Para entender los procesos de esta contingencia bélica, urge remontarnos a los orígenes de ambas regiones.

Raíces

Históricamente hablando, coexisten elementos que ayudan a comprender mejor la formación y expansión de la identidad, la cultura, la lengua y los múltiples nexos psicosociales del mundo eslavo y de Rusia como su núcleo protagónico, desde su formación inicial en torno al siglo IX.

Su corazón nace en Novgorod y Kiev, lo que conocemos como El Rus. La primacía de este último enclave de urbanización, poder, expansión y unificación, se desplazaría siglos más tarde hacia la región y ciudad de Moscú. Desde Alexander Nevski hasta la conocida novela Taras Bulba, se conforma la Rusia moderna.

Entre los siglos XIII y XVI, el Imperio Mongol (la temida Horda Dorada) se enseñoreó en su control sobre las tierras rusas. Durante este período no se habían conformado aun Ucrania, Bielorrusia y otros estados que hoy reconoceríamos en los mapas.
Solo con la derrota de La Horda a manos de los príncipes rusos, cesarían las amenazas e invasiones desde el este. Culminó así la unificación de Rusia y es a partir de este momento ‒como en todos los imperios durante esas centurias‒ que se inicia la expansión por Asia Central, Siberia y las costas e islas del Extremo Oriente, en dirección al Mar Negro.

Desde el siglo XVIII en adelante, las monarquías y poderes imperiales de Europa Occidental atacaron e invadieron el espacio geoestratégico ruso en repetidas oportunidades. Batallaron los Caballeros Teutónicos y la alianza polaco-lituana, prosiguiendo con Federico El Grande hasta Napoleón Bonaparte, suecos, lituanos y fineses, hasta arribar a la gran coalición de Gran Bretaña-Francia-Imperio Otomano que pugnó, inútilmente, por despojar a Rusia de Crimea, un espacio de suma importancia para su economía: el acceso al Mar Negro con puertos que no se congelan. Acontecerían después los devastadores episodios de ambas guerras mundiales, una vez más desde el occidente europeo.

Estas son algunas razones de peso para que la Rusia zarista del pasado, la U.R.S.S. de su tiempo y la Rusia de hoy, confluyendo en una sola nación, desconfíe de los desplazamientos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El bloque militar, desde los años noventas del siglo pasado, ha venido «reclutando» miembros del finado campo socialista hasta colocarse ante las puertas de Ucrania.

Precisamente este territorio (Ukrainía en sus orígenes) era identificado por un término que indicaba en lengua rusa tierras fronterizas o zonas distantes hacia el oeste. Es a partir del siglo XIX que emerge una cierta corriente de identidad propia ‒como parte de las corrientes paneslavistas de la época‒ en oposición a la opresión zarista. Cristalizaría como Estado, aun con fronteras cambiantes durante años, en los inicios del Poder Soviético, luego de 1917.

Los primeros gobiernos de Kiev, durante los años noventas, resistieron las tentaciones y ofertas para sumarse a la OTAN. Con ello se pretendía alterar el espacio inmediato de Rusia en sus fronteras occidentales, compuestas hoy desde las repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia), Polonia, Bulgaria, Rumanía y Moldavia y varios países del Cáucaso. Baste decir que todas estas naciones son miembros de la OTAN, hostiles a Rusia y con gobiernos neoconservadores y hasta fascistoides, caracterizados así por diversos observadores internacionales.

No es ocioso recordar que la Alemania de Merkel había dado garantías a Gorbachov ‒cuando ya se hacía inminente el colapso de la URSS‒ de que la OTAN no avanzaría hacia estos espacios en la vecindad geoestratégica de Rusia.

Gorbachov

Mijaíl Gorbachov (Foto: David Longstreath/AP)

A su vez, Ucrania vivió después de 1991 un proceso muy similar a otras antiguas repúblicas soviéticas. Se reconoce que las viejas estructuras del Partido y el gobierno de la época soviética pasaron a dominar la escena política, «echando mano» a sus recursos humanos (algunos transformados en grandes magnates u oligarcas) para perpetuarse en el poder.

De manera similar ocurrió en Ucrania, hasta mediados de la primera década del presente siglo, con los presidentes Leonid Kuchma y Viktor Yanukóvich, enfrentados a una marejada de protestas. Confluían generaciones de jóvenes descontentos de muy diversas filiaciones: desde profascistas seguidores de Stepan Bandera (el mayor y más sanguinario colaborador de los ocupantes nazis), hasta los nuevos grupos socialdemócratas, socialcristianos, comunistas, entre otros.

Esto se conjugaba muy activamente con un intenso proceso de entrenamiento, asesoría y financiamiento en el terreno, por parte de las grandes potencias europeas. Desde el occidente y de manera especial, actuaban los Estados Unidos (en coordinación con el Departamento de Estado, la USAID y otras instituciones públicas y privadas) que aportaron durante ese período más de 65 millones de dólares, de acuerdo a medios de prensa de Europa Occidental.

El primer gobierno ucraniano, presidido por Víktor Yanukóvich, sería puesto en jaque bajo los efectos de las más diversas dinámicas de confrontación y cambios. Todo culminaría con la renovación del proceso político y electoral. A dicho proceso se le nombró como La revolución naranja, por el color que identificaba a los opositores.

De ahí emergió como ganador la figura de Víktor Yuschenko, quien inicia los tanteos de un desplazamiento total hacia Occidente. Dio los primeros pasos para asociarse con la Unión Europea, coqueteando con la iniciativa de sumarse a la OTAN. A ello daría continuidad el siguiente mandatario, Petro Poroshenko, derrotado en urnas por el actual presidente Volodymyr Zelenski, en medio de un flujo y reflujo de partidos, bloques y alianzas de gran inestabilidad.

A Poroshenko le correspondió enfrentar las tendencias separatistas del oriente del país (en la zona del Donbás), como reacción a sus inclinaciones prooccidentales/OTAN y de ruptura con el Patriarcado Cristiano de Moscú y reforzar el papel de las iglesias y su crecientes nexos con el Papado.

¿Y por qué el oriente del país? Por una diversidad de factores de identidad, lengua, nexos económicos y demográficos, de profundo sentido de pertenencia, que hacen proclive a esta región a enlazarse con Rusia desde los tiempos de la emperatriz Catalina de Rusia.

Precisamente, para no olvidar el peso de la lengua rusa y sus muy diversas connotaciones, una breve anécdota que clarifica aun más esta situación. La conocida encuestadora Gallup realizó una pesquisa en Ucrania. Con anterioridad preguntaba a los entrevistados en cuál idioma preferían contestar: a elegir entre el ruso o el ucraniano. El 83% contestó que preferían el ruso y no el subproducto lingüístico ucraniano.

Todo ello y mucho más desembocó en los tristemente conocidos episodios bélicos en la zona del Donbás entre 2013 y 2014. Culminaría en la autodeterminación de las repúblicas de Lugansk y Donetsk y su ulterior separación del gobierno de Kiev, refrendado en los Acuerdos de Minsk (2013-2014).

Al final de la breve contienda participarían en la firma Rusia, Ucrania y la Organización de la Seguridad y Cooperación Europea (OSCE), respaldados por una declaración de apoyo de Francia, Alemania y Rusia. Pero estos acuerdos continúan pendientes para su materialización, hasta que no se produzca un desenlace efectivamente concertado para la puesta en práctica.

Solución rusa

(Foto: Monarquías.com)

Durante semejante conflicto, Rusia decidió apoyar a los separatistas de Lugansk y Donetsk y avanzar sobre Crimea (con piezas claves como los puertos y bases de Sebastopol), incorporados unilateralmente por Ucrania en los años cincuentas, bajo la égida del también ucraniano Nikita Jruschov.

Desde 2014 y apoyados en esa coyuntura, Estados Unidos y la Unión Europea aplican sanciones múltiples a Rusia e impulsan ‒como nunca antes‒ la captación de Ucrania para las filas de la OTAN, con el beneplácito de su presidente/actor Volodymir Zelenski. Paralelo a esto, los despliegues de fuerzas y medios militares de la OTAN en Ucrania y los estados vecinos, se incrementan a diario a un ritmo acelerado.

Mantienen al planeta en un estado de alerta, semejante a la otrora famosa Crisis de Octubre. Washington lleva meses anunciando la invasión rusa de Ucrania para así justificar sus propias acciones agresivas. El nudo gordiano, el meollo del conflicto descansa en un tema crucial: ¿se sumará Ucrania a la OTAN?

Ante semejante contingencia, ¿es dable que Rusia se preocupe y despliegue medidas defensivas, tanto militares como político-diplomáticas? La dirigencia rusa ha precisado y reiterado que la incorporación de Ucrania a la OTAN es una amenaza directa a su seguridad nacional y a la de su espacio geoestratégico.

¿Se necesita una zona de neutralidad, una suerte de buffer zone que separe a los potenciales contendientes?

¿Exageran los rusos?

¿Están jugando a la guerra o su postura defensiva se justifica per se?

¿Cuáles argumentos se aceptarían para colocar a la OTAN a las puertas de Moscú?

La OTAN ya ha avanzado en demasía en los últimos treinta años y no es posible explicar ante el mundo por qué un bloque militar de tal envergadura ‒único a escala global, que sobrevivió injustificadamente al fin de la primera guerra fría, tras el colapso de la U.R.S.S. Esa misma OTAN que hoy asedia las fronteras de Rusia…

Rusia-Ucrania

(Imagen: Redacción de SoyDe…)

Escenarios

Los politólogos, en especial los norteamericanos, son muy dados a la «construcción» de disímiles escenarios, especulando en cuáles posibles direcciones puede derivar el conflicto actual. Expongamos algunos de ellos:

El conflicto desemboca en una confrontación, limitada o generalizada, con el empleo de medios nucleares. Esta tesis resulta altamente improbable, debido a sus devastadoras consecuencias para ambas partes. Hasta hoy ha prevalecido la más plena conciencia de que una conflagración semejante implicaría la Destrucción Mutua Asegurada (DAM o MAD en inglés).

Tendencia a apaciguarse y negociar un arreglo. Mucho más probable (más próximo al desenlace de 2013-2014), pues Europa se abre paso a un estado de conciencia contrario a forzar la expansión de la OTAN, con promotores de semejante rumbo como Francia y Alemania, que impulsan hoy activamente un desenlace negociado. A esto se suman duelos verbales y posibles negociaciones en el ámbito de la ONU.

No puede obviarse que ambos países son piezas claves dentro de la OTAN. El propio Zelenski ahora parece estar moderándose y llamó en días recientes a no crear pánico entre la población, agregando que no consideraba ahora la situación más tensa que antes. La gente en el exterior cree que hay una guerra. Este no es el caso.

En dirección similar se ha pronunciado el presidente de Croacia, Zuran Milanovic, criticando el proyecto norteamericano de incorporación de Ucrania a la OTAN y con ello el de desestabilizar la situación geopolítica de la región. Ordenó el retiro de las tropas croatas de Polonia y acusó al propio primer ministro, Andrezy Peenkovich de ser un agente de Ucrania. Milanovic apuntó a un ángulo válido cuando afirmó que esto no tiene que ver con Ucrania o Rusia, sino con las dinámicas de la política interna de EE. UU.

No puede pasarse por alto que la administración de Biden busca contrarrestar los efectos de descrédito como consecuencia de su desastroso manejo en la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán, mientras que Trump y sus acólitos procuran capitalizar los beneficios de semejante desastre en la nación afgana, luego de veinte años de consecutivos fracasos.

(Foto: Reuters)

La actual situación económica tiende a empeorar y con ello se refuerza el segundo escenario:

a. El pánico al que alude Zelenski agrava el deterioro económico de Ucrania desde hace dos años y mantiene alejada a la inversión extranjera.

b. Las operaciones comerciales e inversiones de la UE en Rusia (y en especial las de Alemania y Francia), comprenden operaciones enormes.

c. Un porcentaje muy elevado de la seguridad energética de Europa Occidental (justo ahora que comienzan a desmantelar las plantas de energía atómica en Alemania), depende de los suministros de gas y petróleo de Rusia. ¿Arriesgar todo esto por las maniobras de Washington de forzar la entrada de Ucrania en la OTAN? No parece que le beneficie e interese a los principales actores económicos de Europa Occidental y a los rumbos que deban impulsar o no en contra de Rusia.

El gobierno de Zelenski, asumiendo el eventual apoyo de Estados Unidos de manera indirecta o directa, decide avanzar militarmente sobre los separatistas de Lugansk y Donetzk (los que contarían seguro con un apoyo, directo o indirecto de Rusia) a fin de recuperar dichos territorios. Se origina un conflicto local limitado, cuyo desgaste obligaría a las partes a regresar a los esquemas de negociación definidos en los Acuerdos de Minsk, como punto de partida con vistas a un arreglo más abarcador y viable. Este escenario cuenta con muchas probabilidades, pero cede terreno a la esfera político-diplomática que propugnan Francia y Alemania, ahora con la incorporación de la ONU como marco negociador auxiliar.

Ucrania

(Foto: Ivar Heinmaa)

Un incremento en escala hacia un conflicto local generalizado, que involucre a las fuerzas y militares convencionales de Kiev y Moscú. Eventualmente pudiera incluir también fuerzas convencionales limitadas de la OTAN (países miembros fronterizos con Ucrania), configurándose un conflicto con muchas similitudes al de la desintegración de Yugoslavia en los noventas del siglo pasado y en algunos aspectos a aquellos que se desarrollaron en las repúblicas del Cáucaso por la misma década. Este sería el escenario probable en caso de que fracasaran los procesos de negociación y mediación.

Viraje interno en Ucrania. Los servicios de Inteligencia británicos han denunciado que Moscú alienta una suerte de giro político interno en Kiev. Parecen descubrir el agua tibia. No puede omitirse que en Ucrania la oposición a Zelenski en número y fuerza es todavía apreciable (no solo de partidarios prorrusos), incrementado esto por el rechazo creciente a un conflicto militar y el deterioro económico en ascenso.

¿Cómo se refleja esto en el seno de las fuerzas armadas ucranianas? Se manejan múltiples especulaciones, rumores, pues los militares ucranianos saben que sucumbirán en caso de manifestarse el quinto escenario.

Todo podría repercutir negativamente para Zelenski. Incluso, la combinación de los elementos daría lugar a choques políticos de envergadura, precipitando la caída del presidente ucraniano. Representa a su vez un vuelco político que rechazaría la opción de sumarse a la OTAN y de avanzar hacia nuevos desenlaces pactados.

No tendremos que esperar mucho para reconocer cuál de estos escenarios prevalecerá, o una combinación de ellos. Estados Unidos vive un año de elecciones de medio término, donde se define el control del Congreso. Biden está en una situación política en extremo precaria, que lo obliga a tratar de salir lo mejor parado posible de este conflicto. Pero mejor para él no jugar a la ruleta rusa…

24 febrero 2023 55 comentarios 1,3K vistas
1 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
2023

Mirando a Cuba en el 2023

por Domingo Amuchastegui 23 enero 2023
escrito por Domingo Amuchastegui

¿Qué puede esperarse para el año 2023 cuando examinamos la situación de Cuba? Al abordar este tema los dirigentes cubanos echan mano, una y otra vez, al término «compleja situación», que ni remotamente alcanza a calificar bien las características y proporciones de la monumental crisis por la que atraviesa la Isla desde hace décadas.

Dicha crisis es resultado de un modelo económico probadamente inoperante, agudizado por más de sesenta años de guerra económica de EE.UU., el derrumbe de su principal sustento externo, la Unión Soviética, y de sus aliados europeos. A ellos se unen, más recientemente, las desastrosas consecuencias de la pandemia de Covid-19, el impacto del huracán Ian, y hechos muy costosos como la epidemia de dengue, la explosión en el habanero Hotel Saratoga y el gran incendio de los enormes tanques de petróleo sitos en la Base de Supertanqueros de la bahía de Matanzas.

Pasemos detallada revista a los elementos de la «compleja situación»:

Sector interno

1. Agricultura, ganadería e industria azucarera —en otros tiempos Cuba era conocida como «la azucarera del mundo»— han tocado fondo; sobre todo esta última, al tener los niveles más bajos de su historia, lo que compromete no sólo el consumo interno, sino también sus compromisos internacionales, en especial el mercado chino. Frase gráfica de un analista cubano: «Nos tomó 400 años crear la industria azucarera y solo dos años destruirla».

La agricultura y la ganadería son componentes decisivos para la alimentación de las población, y sus bajísimos niveles actuales tienen un triple efecto: a. Deteriora los niveles de salud de las personas; b. Impulsa la inflación desbocada, con sus consecuencias directas sobre salarios y pensiones; c. Anula los potenciales que pudieran desempeñar un papel crucial en aumentar las exportaciones productivas. El gobierno se obstina en mantener el control, la injerencia burocrática y obstáculos de todo tipo sobre campesinos, arrendatarios (grupo importante de productores que el gobierno viene frenando desde hace años) y cooperativistas.

2. Industria del níquel (más su componente de cobalto) continúa estancada en sus niveles más bajos, sin que las prometidas inversiones de Sherritt se hayan materializado e impulsado una modernización y ampliación capaces de incrementar sus niveles de producción y exportación.

2023

3. Agricultura no azucarera. La producción de tubérculos, granos y vegetales, desde arroz hasta papas, boniatos, ajos, cebollas y otros, alcanza sus cifras más bajas, con repercusión desastrosa en la escasez, inflación y niveles de nutricionales de la población. Frase de un conocido economista cubano: «Mi reino por un boniato».

4. Ganadería y pesca. No es ocioso recordar las inversiones multimillonarias que se hicieron en los años sesenta del siglo pasado. Ahora se propone un proyecto de ley para el fomento de la ganadería, cuando hay que admitir que no existe carne que ofrecer al consumidor, ni roja ni blanca. La carne de cerdo —indispensable en la dieta en otros tiempos— cae a sus niveles más bajos, y los precios son exorbitantes (de 45 pesos la libra pocos años atrás, a 450-500 pesos en la actualidad, cuando aparece).

¿Y el pescado en la Mayor de Las Antillas, rodeada de agua por todas partes? Desde hace cuarenta años se esfumó de la dieta del cubano y es casi un lujo. Sin embargo, medio siglo atrás la pesca representaba la segunda fuente de ingresos del país y se contaba con una importante flota que abastecía una red de pescaderías en toda La Habana. Ahora se aprueba una ley que anuncia el fomento de la pesca y la supresión de las mil restricciones que pesan sobre la pesca de particulares y cooperativas. Frase popular: «Es como descubrir el agua tibia».

5. Sector energético. Dependiente casi por completo de tecnologías que datan de las primeras décadas de colaboración con la Unión Soviética, y sin haber podido lograr hasta ahora ninguna modernización o renovación capital de las tecnologías in situ; su vulnerabilidad se materializó en los días del huracán Ian, cuando la totalidad del sistema electro-energético nacional (SEN) prácticamente colapsó.

Rusia sigue sin responder favorablemente a los muchos requerimientos de la Isla en esta esfera, en tanto que —de manera inexplicable—, las autoridades cubanas desestiman ofertas de importantes firmas occidentales, como Siemens y TOTAL. La producción petrolera continúa disminuyendo —cubre menos del 50% de las necesidades del país— y los proyectos de prospección por parte de empresas extranjeras brillan por su ausencia, debido en especial a los altos costos y complejidades de la prospección en aguas profundas de Cuba.

Mientras, las fuentes renovables —en particular la solar—, que fueron siempre desestimadas por el gobierno cubano, solo ahora comienzan a aportar algunas soluciones alternativas, pero todavía sin representar siquiera el 10% de las necesidades y siendo aún muy lento su desarrollo. Frase popular de otros tiempos: «Que prendan el mechón…», lo que indicaba una solución remedial; sin embargo, hoy no hay apenas luz brillante para alimentar el mechón.

2023

Hoy no hay apenas luz brillante para alimentar el mechón. (Foto: Directorio Cubano)

6. Sector privado (oficialmente llamado «no-estatal»). Ha tenido un crecimiento desde su aprobación oficial hace poco más de dos años —aunque venía estableciéndose con múltiples altibajos desde la década de los noventa, bajo la fórmula de «cuentapropistas». Hoy suman ya unas seis mil actividades como micro, pequeñas y medianas (MPYMES), que abarcan un grupo diverso de actividades productivas y de servicios, y generan miles de empleos.

Navegan todavía en medio de restricciones y limitaciones burocráticas —sobre todo relacionadas con el acceso y facilidades en materia de financiamientos estatales y de comercio exterior. No pocas continúan prohibidas, como el ejercicio de profesiones y servicios médicos, asistencia jurídica y otros; pero es la actividad financiera la más notable, aunque en la práctica esta se fortalece y hace visible en compras de viviendas y otros medios básicos, en emprendimientos como paladares (restoranes), B&Bs y préstamos diversos.

Los flujos de capital hacia esas actividades se originan mayormente en remesas, canalizadas mediante mecanismos informales pues suponen volúmenes considerables de efectivo. Este sector tiene un crecimiento muy limitado, concentrándose mayormente en La Habana, Santiago y Holguín.

Sector externo

1. Las obligaciones de Cuba hacia su pesada deuda externa con los países del Club de París se ha aplazado una vez más, pero a fines de este año deberá renegociarse un nuevo acuerdo, a lo que la Isla ha prometido iniciar el pago de sus diversas obligaciones. Con China y Rusia están presentes voluminosas deudas. En el caso de la primera, se han producido soluciones benignas de parte del gobierno chino luego de la visita del presidente Díaz-Canel en noviembre del pasado año. Con Rusia se desconoce que se hayan logrado arreglos similares.

Entretanto, las autoridades cubanas insisten de manera obtusa en negarse a incorporar, si no total al menos parcialmente al Banco Mundial y, eventualmente, al FMI. Cuba no puede, ni debe, continuar siendo un paria en el mundo de las finanzas internacionales, tratando de sobrevivir a espaldas de tales organismos.

Articular una relación de trabajo con el Banco Mundial —sin ser miembro del FMI—, es perfectamente posible como primer paso. Luego se valorarían los pros y contras de una membresía al FMI. La asociación con el Banco Mundial aportaría a la Isla una credibilidad que hoy no posee, siendo un importante incentivo para el potencial flujo de inversión extranjera (IE).

2023

2. Los volúmenes de importación (con un elevado por ciento en productos alimenticios, dado el agudo déficit en la producción del sector interno) y de exportación —principalmente de azúcar y níquel+cobalto—, se encuentran en sus niveles más bajos. Producciones que se mantienen estables, como tabaco y ron, continúan siendo fuentes de ingresos en moneda fuerte provenientes de mercados estables, que bordean casi un millar de millones de dólares. Un componente cada vez más importante que se viene sumando, ha sido el de la exportación de bio-farmacéuticos a mercados tercermundistas.

3. En materia de remesas de familiares en el extranjero —principalmente de EE.UU.— cualquier aproximación a las posibles cifras son pura especulación, dados los canales informales por los cuales fluye buena parte de las mismas. Las especulaciones en fuentes extranjeras manejan una cifra  que ronda por los 3 mil millones.

4. Industria turística. Los efectos de la pandemia redujeron a cero los ingresos por esta vía —caracterizada por el gobierno como su principal fuente de moneda fuerte y que llegó a bordear los cinco millones de visitantes hacia 2018, para colocarse en segundo lugar de los países del Caribe— y recién ha comenzado una muy lenta recuperación.

El plan para 2022 era de 2.5 millones, pero quedó muy por debajo (alrededor del millón 600 mil), en este resultado influyeron, de manera pronunciada, la reducción casi a cero de cruceros, las restricciones por parte de EE.UU. y las que frenan un potencial flujo masivo de turistas norteamericanos (que según estimados pudiera llegar en una fase inicial a más de tres millones).             

La guerra en que Rusia está comprometida ha restado un 20% del potencial turístico para el pasado año. En 2022 dicha industria realizó importantes inversiones en el sector hotelero, culminando varios hoteles en La Habana y otros centros turísticos. Por otro lado, decenas de aerolíneas (incluidas varias importantes de EE.UU.) han restablecido o iniciado regulares vuelos a Cuba. Seguimos sin estudios realistas respecto la correlación costo/beneficio en un sector que es sumamente dependiente de una pesada logística para sus operaciones, dadas las escasas ofertas que los mercados locales tienen que ofrecer.

5. Exportación de servicios médicos y productos bio-farmacéuticos. Continúa siendo un pilar importante del sector externo (imposible aportar cifras confiables pues el gobierno no las hace públicas) a países tercermundistas, en particular a países del Medio Oriente, África y América Latina. Si —como ha anunciado el presidente brasileño Lula—, Brasil reanuda su popular programa de Mais Medicos y retomara los niveles de cooperación en este campo con Cuba, ello introduciría un incremento significativo en esta área.

El hecho de que México contratara por primera vez dichos servicios el pasado año, así como la adquisición de cuatro millones de vacunas (Soberana 2), ha creado un importante y valioso precedente.

2023

6. Un discreto componente de alivio son las muchas donaciones y proyectos gratuitos de colaboración provenientes de algunos países europeos (Alemania, Italia y España entre los  más destacados), del mundo árabe, principalmente de parte de algunas de las monarquías mejor posicionadas en los mercados internacionales, como Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, cuyos aportes en mejorar la situación de hospitales y alcantarillados ha sido notable. Japón también ha continuado haciendo algunos aportes útiles al transporte y la sanidad pública.

7. Inversión Extranjera. Este renglón sigue siendo el talón de Aquiles de cualquier reordenamiento económico efectivo. Por años, las llamadas «carteras de oportunidades» que ofrece el gobierno cubano a potenciales inversionistas pasan, sin penas ni gloria, a las gavetas y mejores deseos de atraer significativos proyectos de IE.

Las autoridades cubanas se resisten a remodelar el marco legal, financiero y operacional y sus insuficientes variaciones posteriores para atraer grandes inversiones, limitándose a proyectos de medianas industrias de escaso impacto financiero y/o tecnológico, como sí fueron en su tiempo los proyectos con Sherritt, Pernod y otros.

Lo que en su momento apareció como potenciales acuerdos con Siemens y Total, quedaron en el camino sin una explicación satisfactoria de parte de las autoridades cubanas. Mientras, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel languidece, con un perfil muy por debajo de las expectativas que animaron su fundación.

Nada relevante aparece en el horizonte de la IE para Cuba en este año. Los grandes proyectos con los cuales China y Rusia se comprometieron en su momento —desde la minería del níquel en San Felipe (provincia de Camagüey), el ferrocarril central y la prospección petrolera—, siguen engavetados, mientras ambos países realizan ambiciosos proyectos en naciones del Caribe y América Latina, lo que genera no pocos resentimientos y recelos entre autoridades cubanas.

No debe olvidarse el razonamiento debidamente fundamentado del economista Juan Triana hace años ante altos oficiales del Ministerio del Interior (MININT). Permítaseme parafrasear su enfoque: Si Cuba se propone un crecimiento anual del 5% de su PIB, resulta indispensable atraer una IE no menor de 2.5 a 3 mil millones por año. Semejante razonamiento no ha perdido un ápice de vigencia.

Tensiones y conflictos

1. Cuba alcanza sus más altos niveles de pobreza, carencias extremas y una inflación descontrolada y galopante que convierte salarios y pensiones en casi nada. Es hoy una sociedad de sobrevivencia miserable, carente de alternativas tangibles, donde una de las joyas de su corona del pasado, el sistema de salud, se desmorona estrepitosamente.

2. Uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad, el capital humano, sucumbe en medio de una mediocridad no menos extrema (con muy pocas excepciones) y una carencia total de alicientes. Resultado: en poco menos de un año, más de 240 000 cubanos —jóvenes en su mayoría—, han abandonado el país rumbo a EE.UU. Dígase lo que se diga, es un indicador inequívoco de la bancarrota definitiva del modelo y su «nuevo rumbo» (el Ordenamiento), cuyas secuelas son poco menos que imaginables.

3. El nivel de tensión social actual alcanza su más peligroso punto, y el fantasma del 11 de Julio del 2021 gravita en muchos estudios y propuestas. Los apagones que siguieron a Ian presagiaban algo parecido. Y un panorama así no es el más atractivo para la IE.

4. La corrupción y los privilegios desbordan hoy los patrones de conducta en los más altos niveles de la dirigencia del país, desde la gasolina, la comida, la electricidad, automóviles y otros que se hacen efectivos a familiares y amigotes. Incluye además el acceso a divisas, cuentas bancarias en el extranjero y vacaciones fuera de Cuba. Frase popular de hoy: «Fidel cuando viajaba, nunca se hizo acompañar de su esposa; tampoco lo hicieron Osvaldo Dorticós y Raúl Roa García, presidente y canciller respectivamente».

2023

Díaz-Canel se hace acompañar de su esposa en su extensa gira del pasado año. En la imagen, visita el mausoleo de Mustafa Kemal Atatür, Lis Cuesta viste de rojo. (Foto: Cubadebate)

Hoy Díaz-Canel se hace acompañar de su esposa en su extensa gira del pasado año, lo que supone un gasto adicional que no puede justificarse de manera alguna. Estas tendencias de privilegios exagerados y corrupción, ya se habían informado por la alta dirección de Seguridad del Estado a comienzos de los años noventa del siglo pasado. ¿Se hizo algo para frenarlas? Nada absolutamente.

5. Semejante nivel de crisis plantea además otra cuestión. Las muy contadas acciones de la administración Biden respecto a una posible aminoración de la enorme carga de acciones hostiles que pesan contra Cuba, ha servido a no pocos especialistas para considerar una vez más varios escenarios en una eventual normalización de relaciones con EE.UU. Se equivocan. Los tiempos de Kennedy (justo antes de su asesinato), Carter u Obama han quedado atrás definitivamente.

Lo que parece prevalecer hoy en los círculos de poder en Washington, tanto demócratas como republicanos, es que (ya que visualizan como nunca antes la hipotesis del colapso del gobierno cubano a corto plazo) nada debe hacerse que pueda representar un alivio a las tensiones y desafíos que enfrenta la dirigencia insular de hoy a fin de precipitar, finalmente, su tan deseado colapso por más por sesenta y tres años.

Anótese esto, detrás de la nueva política migratoria anunciada por el presidente norteamericano hay otro objetivo no declarado: con el cierre definitivo del fácil acceso de los cubanos por México o por balsa, la intención manifiesta de Biden y sus asesores es transformar el escapismo (la pira como opción más deseada) de muchos cubanos, en una fuerza que se agregue al potencial explosivo de una población ansiosa por emigrar y que ya no podrá hacerlo (pues muy pocos pueden contar con patrocinadores).

6. A la dirigencia cubana actual toca enfrentar estos conflictos y tensiones. Podrán tomar o desestimar la gran lección de chinos y vietnamitas, que llegados a un punto de crisis imposible de sortear con los viejos modelos, asumieron la noción del viraje total, integral, que hoy representan con éxito (más allá de las particularidades de cada cual).

No hacerlo acerca, como nunca antes, la experiencia cubana a su total bancarrota. Es esta la principal responsabilidad del gobierno cubano, dejando a un lado curitas de mercuro-cromo o chapisteos puntuales. Si no lo hacen, la historia no los absolverá…

23 enero 2023 12 comentarios 1,8K vistas
2 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Elecciones

Seis notas sobre las elecciones de medio término en los Estados Unidos

por Domingo Amuchastegui 2 diciembre 2022
escrito por Domingo Amuchastegui

1. Estas eleccionesestuvieron precedidas de un consenso muy extendido, entre fuentes de todos los colores y matices, respecto a que se produciría una avalancha favorable a los republicanos (GOP) como resultado de los problemas económicos y reveses en ese campo que ha experimentado el equipo Biden. La gran sorpresa fue que no se produjo tal avalancha, según unánimes criterios debido a:

Por una parte, los temas económicos no dominaron las tendencias de los electores. Un peso mayor se le reconoce a temas como aborto, inmigración y pésimas cualidades de no pocos candidatos republicanos (unos treinta) que no resultaron electos; pero la causa predominante para muchos analistas fue la presencia e injerencia recurrente de la figura y discursos de Donald Trump, explicación que hoy esgrimen no pocos republicanos con motivo de la precandidatura lanzada por el expresidente en días posteriores a los resultados electorales.

Entre tanto, el magnate sigue arguyendo que este revés se debió mayormente al papel desempeñado por aquellos que se le oponen. Al mismo tiempo, con motivo de dicho anuncio, presentó un discurso programático (digno de cuidadoso estudio), que en esencia asegura que, en caso de ganar, virará este país de cabeza respecto a su funcionamiento político actual. La conmoción que produjo dentro de la maquinaria política del GOP y en Wall Street ha sido enorme, y debe ser analizada en cuanto a lo que finalmente hagan en contra o a favor del controvertido personaje.

Trump argumentó, además, en contra de quienes lo culpan, que solo veintidós candidatos de los casi 250 que él expresamente apoyó fueron derrotados (lo cual es cierto), quedando pendiente el caso de los que se disputan una senaduría en Georgia (a definirse en diciembre, lo que podría ampliar la ventaja demócrata o acercar el empate entre estos y los republicanos en el Senado). Actualmente, algunas encuestas sugieren que Trump ha perdido una decena de puntos, en tanto el gobernador DeSantis ha aumentado algunos; Trump se mantiene muy cerca del 50% y DeSantis todavía no alcanza el 30%).

2. Contrariamente a lo esperado, el GOP alcanzó una apretada mayoría en la Cámara y no logró la mayoría en el Senado (cosa que todo el mundo esperaba). Tales resultados reducen la capacidad del GOP para organizar una parálisis total del funcionamiento de Biden en sus dos últimos años. 

Elecciones

3. Los demócratas ganaron en varios Estados que se consideraban victoria segura para los republicanos, como Massachussets, Pensylvania, Nevada, Arizona y otros.

4. El más sonado triunfo de los republicanos fue en la Florida, donde arrasaron, y con ello DeSantis consigue un mayor realce como posible contendiente fuerte si decide oponerse a Trump, aunque la diferencia en puntaje a favor del segundo continúa siendo mayoritaria.

5. No obstante, según mi interpretación de las tendencias actuales,Trump permanece en estos momentos como la figura rectora del GOP que mejor interpreta la polarización ultraderechista en amplísimos sectores de la sociedad norteamericana. Su personalidad y promesas conquistan más a los mismos, además de ser una figura más atrayente que DeSantis y Biden.

Su plataforma MAGA (Make America Great Again) ejerce una gran influencia, que ni siquiera han podido erosionar hasta ahora los grandes medios de comunicación. ¿Se mantendrá así para el 2024? Me inclino a pensar que sí, pues ni Biden ni nadie dentro del Partido Demócrata aparecen como fuertes oponentes de Trump. Biden, con su figura mediocre, apagada, un discurso nada atractivo, apagones mentales y otros defectos a dos años de distancia hasta el 2024 ̶no ofrece muchas posibilidades como candidato ganador.

6. ¿Qué puede representar todo esto para Cuba? El peor de los escenarios sin dudas, desde la Florida hasta Washington. No considero que la presencia de Chris Dodd y otros de corte similar en el actual equipo de Biden, puedan de ninguna manera propiciar o favorecer una reevaluación de la política hacia la Isla. Y si Trump gana, es bastante obvio lo que podemos esperar… ¡Amén!

2 diciembre 2022 20 comentarios 982 vistas
1 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Lula

Gana Lula… ¿qué puede esperar Cuba?

por Domingo Amuchastegui 8 noviembre 2022
escrito por Domingo Amuchastegui

Lula vuelve a la presidencia de Brasil por tercera vez, pero lo hace en una situación más difícil que en sus primeros dos mandatos (2003-2011) pues el candidato derrotado,  Jair Bolsonaro, ha logrado asegurarse un porcentaje de votos muy cercano al del vencedor, así como una representación parlamentaria de sus partidarios que planteará serias dificultades al desempeño presidencial de Lula.

Y no puede olvidarse que Bolsonaro ha sido particularmente hostil hacia Cuba durante su gobierno. Puso fin a todas las vías de colaboración, en particular al programa de asistencia médica conocido como Mais Médicos, y redujo el comercio a sus niveles más bajos.

Los años de la presidencia de Lula, y luego de Dilma Rousseff (2011-2016), representaron períodos de elevada colaboración y comercio con la Isla. ¿Volveremos a esos tiempos? Veamos cuáles son las posibilidades actuales y qué puede esperar Cuba.

Petróleo. Altamente improbable, pues el gigante PETROBRAS condujo dos períodos de prospección petrolera en el espacio marítimo cubano, uno a comienzos de siglo, en aguas poco profundas de las cercanías de Cayo Coco, al norte de la provincia Ciego de Ávila, con una inversión aproximada de quince millones y sin resultados. Luego, en 2008, acometió una nueva búsqueda en la costa norte de Mayabeque, esta vez en aguas profundas.

Para el 2011, el gobierno de Lula comunicaba a las autoridades cubanas el fin de sus operaciones infructuosas. Debe tenerse en cuenta que, según el US Geological Survey, Cuba cuenta en sus aguas profundas con un estimado de 5000 millones de barriles, pero la profundidad y estructura geológica clasifican las operaciones como altamente complejas y costosas.

Comercio. Podrá tener lugar un nuevo ascenso. El comercio entre ambos países creció desde 42.5 millones en 1995, hasta 209 en el 2020. Su período de apogeo ocurrió en tiempos de los gobiernos de Lula y Rousseff, cuando ascendió de 277 millones a casi 600, siguiendo siempre un patrón similar en la balanza comercial y de pagos que se mostraba abrumadoramente favorable a Brasil.

Por ejemplo, las exportaciones brasileñas a la Isla en 2013 alcanzaron los  528 millones; en tanto, sus importaciones desde Cuba llegaron solo a los 97 millones, mayormente consistentes en tabaco, ron y vacunas. Para el 2021, esos mismos renglones llegaban a 180 y 16 respectivamente. Hoy día, la oferta cubana podría incrementarse considerablemente, además de tabaco y ron, con exportaciones de productos biofarmacéuticos, que han ganado prestigio y mercado en estos años.

Servicios. Es probable un nuevo ascenso en esta esfera. El caso reciente de México puede favorecer semejante posibilidad. En este renglón, representado por los servicios médicos cubanos (auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud de acuerdo con Brasil y Cuba) hubo un proyecto en el 2013 para contratar 15 000 médicos que atenderían 2000 de las 56 000 municipalidades con una población de 29 millones carentes de atención médica.

En su etapa inicial, 8 332 médicos fueron ubicados con el beneplácito del lobby de alcaldes agrupados en la FNP y el Consejo de Autoridades Municipales de Salud (CONASEMS). Destituida Dilma Rousseff en el 2016, asumió la presidencia Michel Temer, quien trató de anular dicho programa. Las protestas de las municipalidades llovieron y Temer se retractó. Con el triunfo de Bolsonaro, este acometió entre sus primeras acciones la de poner fin al programa Mais Médicos y retirar a todo el personal cubano, sin considerar sus consecuencias sociales.

Lula

(Foto: André Ávila/Agência RBS – iStock/Getty Images)

El reto actual sería que Cuba cuente con disponibilidad suficiente de profesionales de la salud como para exportar sus servicios y garantizar asimismo la atención a la población de la Isla, pues existen evidencias de que muchos médicos han emigrado como parte del éxodo masivo de los últimos años.

Proyectos de colaboración. No se pueden descartar del todo, aunque ello supondrá un elevado compromiso por parte del nuevo gobierno de Lula. El mayor proyecto de colaboración del presente siglo en Cuba no correspondió ni a China ni a Rusia. Fue el ejecutado por el Banco de Desarrollo Económico Social (BANDES) de Brasil para la creación en el puerto del Mariel de una zona de Desarrollo conocida como Zona Económica de Desarrollo de Mariel (ZEDM), centro hoy de algunas importantes operaciones para la economía insular. El área que hoy pudiera interesar más a Brasil en algún proyecto similar, aunque de menor envergadura, podrá ser en la esfera de los biofarmacéuticos.

Reanimación del Foro de Sao Paulo. Improbable. Este foro de coordinación y concertación entre un amplio abanico de fuerzas de izquierda y centro-izquierda, creado en 1990 por iniciativa del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, tuvo cierta relevancia por poco más de una década y fue visto como un peligro por las fuerzas de derecha continentales y por EE.UU. Hace años que no se convoca ni ejerce influencia de alguna importancia.

Habido el ascenso de las corrientes de la izquierda rosada, no parece que las mismas se interesen en su reanimación. Tampoco es probable que Lula se empeñe en resucitarlo, dados sus costos políticos en una actualidad tan modificada y de escaso interés en un foro beligerante y poco funcional en estos días.

Las relaciones entre Brasil y Cuba con la nueva presidencia de Lula entrarán en una nueva fase, caracterizada por ascensos en diversas esferas. Podrán traer aparejado un determinado costo político y conflictos que Lula decidirá asumir, o no; o hacerlo en medida más limitada. Veremos.

8 noviembre 2022 14 comentarios 1,7K vistas
1 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Cuba dijo Si

Cuba dijo Sí… ¡no exactamente!

por Domingo Amuchastegui 13 octubre 2022
escrito por Domingo Amuchastegui

El anuncio proclamado por todos los medios oficiales en Cuba el lunes 26 de septiembre, trataba de destacar lo más posible la imagen de un rotundo SÍ a la consulta electoral del nuevo Código de Familia tras largos meses de preparación. Para ello presentaban dos cifras claves: un 67.87% votó SÍ (a favor) y un 33% NO (en contra). Con solo un 67.87% a favor parecía exagerado afirmar que Cuba había dicho SÍ.

Sería legítimo afirmar que una mayoría se había mostrado a favor, pero con el 33% en contra. Resultaba evidente la presencia de un rechazo por parte del tercio de los electores, cifra nada desdeñable.

Más importante aún era el hecho —soslayado por todos los medios oficiales— que de un electorado compuesto por 8 444 467, habían ejercido su derecho al voto 6 251 786, o lo que es lo mismo: el 74.01%. Esto significaba que casi el 26% se había abstenido de votar. ¿Cómo debía interpretarse este elevado porciento de abstención, sino como una importante tendencia en favor del rechazo o —como se decía en tiempos anteriores a1959— voto negativo?

Si estas son las cifras oficiales publicadas, un simple ejercicio de aritmética nos ofrece algo muy diferente al exitazo que nos quieren vender los medios gubernamentales. Sumemos el 33% de los votos en contra con el 25% de la abstención y ¿qué resultado nos ofrece? Ni más ni menos que el 58% del electorado cubano votó de forma negativa, entiéndase: EN CONTRA.

Y se pudiera agregar algo más: En este último año, 180 000 cubanos con derecho al voto abandonaron la Isla en dirección, en abrumadora mayoría, hacia EE.UU. ¿Cómo debe interpretarse esta última cifra? ¿Cómo votos a favor del SÍ o a favor del NO? Pudiéramos especular un poco más y preguntarnos: Si el gobierno cubano hubiera otorgado el derecho a votar a sus emigrados que conserven la ciudadanía —como hacen muchos otros países—, ¿cómo se habrían comportado los números?

Cuba dijo Si

No obstante, la cifra del 67.87% de los que emitieron su voto por SÍ no debe ser por ello subestimada; es una cifra importante para medir la legitimidad del proyecto propuesto, pero está muy lejos de servir como basamento para los titulares triunfalistas de: «Cuba dijo Sí»…

Los tiempos en que el gobierno cubano exhibía votaciones favorables por encima del 97% a sus diferentes proyectos han ido quedando atrás de manera irreversible. El último episodio —la votación en favor o en contra de la nueva Constitución— del 24 de febrero del 2019, mostró un 9% en contra y un 4% de abstención. Más importante aún fueron las elecciones generales de 2018, donde el voto en contra sobrepasó el 10% y la abstención estuvo por encima del 25%.

Entre esos ejercicios electorales y el de ahora por el Código de las Familias han mediado acontecimientos que agravaron sensiblemente la crisis del modelo económico a niveles nunca vistos con anterioridad. Algunos de esos acontecimientos son: el sostenido fracaso para promover una fase de rediseño integral y eventual recuperación, la multiplicación de las agresiones y sanciones de parte de EE.UU., el factor coyuntural representado por la pandemia y sus secuelas, y sumados todos ellos se llega al gran estallido social del pasado 11 de Julio  de 2021.

El gobierno continúa describiendo este escenario como «una situación compleja», caracterización que queda muy lejos de un retrato exacto de la realidad y su reflejo en los patrones de votación advertidos en el ejercicio del pasado 25 de septiembre. No es casual advertir cómo, en medio de tan tremenda crisis, se malgastaran meses y meses en la preparación de un Código de las Familias que bien podía esperar por un futuro más estable, luego de ser enfrentados y superados debidamente los desafíos reinantes.

Esta vez, al menos, el presidente Díaz-Canel tuvo que admitir públicamente que dada esa «situación compleja» era posible que muchos cubanos depositaran «un voto de castigo», aunque confiaba en una votación mayoritaria, que insistió en su carácter de referendo. Así ocurrió, pero en una medida que sobrepasó con creces la magnitud de ese «voto de castigo». Ciertamente, puede afirmarse que Cuba no dijo Sí; sólo una parte de ella lo hizo, en tanto una ligera mayoría lo hizo en contra (sumados los votos en contra y la abstención).

Ganó el Sí. Se ha hecho justicia. Aprobar el #CódigoDeLasFamilias es hacer justicia. Es saldar una deuda con varias generaciones de cubanas y cubanos, cuyos proyectos de familia llevan años esperando por esta Ley. A partir de hoy seremos una nación mejor. #ElAmorYaEsLey ❤️🇨🇺 pic.twitter.com/O5o0Hi2cm1

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) September 26, 2022

Por delante le queda al gobierno prepararse para las elecciones generales del 2024. Si la tendencia observada en los ejercicios electorales precedentes, y en este del 25 de septiembre, se mantiene y refuerza, el gobierno cubano se verá en una situación particularmente imprevisible y de elevadísimo costo en términos de credibilidad y legitimidad; una situación de consecuencias incalculables.

Por menos que esto muchos gobiernos en diversas latitudes pierden el derecho a continuar gobernando. Llegado ese caso, esperemos a ver qué hace la dirección del país ante una situación que ya desde los años noventa un miembro del Buró Político por aquellos años — Jorge Lezcano Pérez—, caracterizó como de tener «que gobernar en minoría». Dos años le quedan para superar la situación actual y recuperar legitimidad y respaldo. Será obra de un milagro.

13 octubre 2022 32 comentarios 2,K vistas
4 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Corto y mediano plazo

A corto y mediano plazo, ¿qué esperar en Cuba?

por Domingo Amuchastegui 15 septiembre 2022
escrito por Domingo Amuchastegui

A corto plazo, ¿qué podemos esperar en Cuba? Examinemos los más importantes factores.

  1. ¿Posible adopción de una remodelación integral del sistema económico imperante, tanto de su sector interno como externo? Muy lejos todavía de ello.
  2. ¿Posible apertura a la Inversión Extranjera (IE) en gran escala? Por cuentagotas y a escala mínima, con la excepción de las promesas pendientes de Sherritt y Pernod Ricard, además de la marcada desconfianza actual hacia el mercado cubano y su situación de crisis. Los niveles de colaboración económica con China, la UE y Rusia están completamente estancados y en retroceso.
  3. Proximidad de los cuantiosos pagos y obligaciones que Cuba tiene comprometidos con el Club de París, que, en caso de ser honrados, verán sus capacidades de importación-exportación sensiblemente reducidas.
  4. Por sectores:
  • ¿Posible recuperación de la industria azucarera? Ninguna. Frase genial de un analista cubano: «Tomó cuatrocientos años para fundar la industria azucarera en Cuba y tomó menos de cuatro años para liquidarla».
  • ¿Posible recuperación de la industria turística? En una sociedad agobiada por carencias extremas e inusuales tensiones sociales, donde los centros turísticos son hoy una suerte de ghettosfuera de contexto, sus potenciales atractivos se tornan en algo muy poco atrayente.
  • Exportaciones de níquel + cobalto y las exportaciones de ron, siguen a la espera de las prometidas inversiones de parte de Sherrit y Pernod Ricard, con su correspondiente estancamiento.
  • ¿Exportaciones pesqueras? Continúan en su nivel más bajo. Paradoja: Una isla en la que nadie come pescado hace décadas.
  • Este cuadro de componentes de signo negativo, se agrava en extremo —más allá de cualquier imaginación— cuando se le contextualiza en el  marco de la situación del sistema electro-energético nacional (SEN), que bordea actualmente un colapso irreversible, a menos que se ejecuten medidas que transformen totalmente, y a corto plazo, la infraestructura y los niveles tecnológicos del SEN.

Todo esto se ve agravado luego del desastre que significó la explosión de los supertanqueros en el puerto de Matanzas. Cuba no dispone hoy, ni remotamente, de un proyecto de negociación con algún país o empresas —como sí lo fue en su momento el fracasado acuerdo con Siemens AG algunos años atrás— que supongan una acometida transformadora a corto o mediano plazo.

Corto y mediano plazo

La situación del CEN se ve agravada luego del desastre que significó la explosión de los supertanqueros en el puerto de Matanzas. (Foto: Cubadebate en Facebook)

  • A lo anterior, se suma una notable sangría de capital humano —mayormente compuesto por jóvenes—, que emigra legal e ilegalmente hacia EE.UU y otras naciones., en lo que es ya la mayor oleada migratoria de los últimos sesenta y tres años, estimada hoy en 180 000 personas por causa de las extremas carencias, ausencia de horizontes y alicientes a que viene sometida la sociedad cubana, en particular durante las últimas tres décadas.

Algunos indicadores positivos son:

—Exportaciones de servicios médicos y productos biofarmacéuticos marcan la excepción solitaria de algún ascenso en el campo de las exportaciones, con sus cifras oficialmente ocultas hasta hoy.

—Recuperación paulatina en los niveles de ingresos por concepto de remesas de la emigración en ascenso, pero sus cifras aproximadas se mantienen en idéntico mutismo oficial.

—Ascenso del sector de las MPYMES, seriamente comprometido por las restricciones estatales que todavía pesan sobre el mismo (libre interacción con el sector externo, ausencia de financiamientos efectivos, de exenciones fiscales y perjudicado por sobrecargas fiscales), a pesar de ser hoy la principal fuerza generadora de empleos.

A mediano plazo

  • Lo más relevante e inmediato del panorama político sería el fallecimiento de Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura, pilares del empecinamiento en mantener el inoperante sistema; y con ello esperar un abordaje más reformador e integral de la remodelación del sistema por parte de dirigentes que se verán así liberados de semejante freno.
  • Estos dirigentes —liberados así de esos poderes tutelares y frenos— deberán despojarse del legado intimidatorio del argumento paralizante esgrimido por Fidel Castro durante sus últimas dos décadas de existencia: «Si aflojamos, lo perdemos todo». Lo contrario es lo que debe prevalecer, y eso lo saben perfectamente muchos de los dirigentes actuales, desde el propio Díaz-Canel hasta Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación. La noción de que si «aflojamos, ganamos», es la que debe abrirse paso. El ejercicio del poder en términos de «ordeno y mando» debe superarse definitivamente.
  • El ascenso de las tensiones sociales y los esquemas represivos a los que se ha recurrido desde el 11-J, propician una atmósfera de inseguridad e inestabilidad que debe convocar a los altos mandos de las FAR y del MININT —desaparecido Raúl Castro— a presionar en favor de cambios más abarcadores que conduzcan a un alivio de dichas tensiones. No puede pasarse por alto que durante décadas estas instituciones armadas no fueron educadas ni orientadas en reprimir a lo interno.
  • El hipotético contexto post Raúl Castro resultaría muchísimo más complejo debido a la ausencia de sustentos internacionales significativos —como pudieran ser China o Rusia en escalas superiores y pasadas experiencias.

En tanto el conflicto permanente con EE.UU. no debe mejorar o atenuarse, sino por el contrario, entraría en una nueva fase de tensiones y choques con las victorias electorales que, de seguro, llevarán de nuevo al Partido Republicano a ganar el Congreso (noviembre de 2022) y, eventualmente, la presidencia en 2024 (con o sin Trump como candidato, pero continuando este en su papel de hacedor de ganadores o kingmaker al seno de dicho partido).

Corto y mediano plazo

(Foto: CNN)

  • Al mismo tiempo, la coyuntura económica mundial, saturada de inflación y creciente tendencia a la recesión, tampoco favorecerá las operaciones y posibilidades del sector externo cubano, lo que continuará limitando sus capacidades importadoras.
  • Un termómetro importante de la situación a mediano plazo, lo constituirán las elecciones en Cuba, a celebrarse en 2024. No debe olvidarse que en el 2018, si se suman los votos negativos y abstenciones, más del 30% por ciento del electorado mostraba su rechazo a los candidatos oficiales. En las actuales circunstancias, ¿debe esperarse un aumento o disminución del respaldo a los candidatos oficiales únicos?

La respuesta es elemental: los niveles de votos negativos y abstención (¡una forma efectiva de votar en contra!) deberán aumentar considerablemente, con el riesgo de colocar a los candidatos oficiales en una situación de minoría, frente a lo cual habrá que preguntarse cómo reaccionará el gobierno.

¿Echará mano a alguna operación fraudulenta, de «magia» con los números? ¡Recurso riesgoso en extremo en las actuales circunstancias! ¿Reconocerá su derrota y pedirá —tras autocrítica de su gestión— un voto de confianza a la población mediante referéndum? Escenarios probables no muy distantes de la crisis actual. Razón por demás para acelerar la remodelación integral del modelo que aminore el impacto negativo sobre las elecciones del 2024.

Sin dudas, la dirigencia cubana entrará en una fase decisiva para su futuro repleto de interrogantes, desafíos y peligros; sortear un campo minado con los ojos cerrados, a menos que abran los ojos y las entendederas…

15 septiembre 2022 30 comentarios 2,9K vistas
9 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Poco

Poco, tarde y enredado

por Domingo Amuchastegui 3 agosto 2022
escrito por Domingo Amuchastegui

En el 9no período de sesiones de la Asamblea Nacional de Cuba, celebrado a finales de julio, se anunciaron numerosas medidas con la intención de influir en algo sobre el modelo económico imperante. El presidente Díaz-Canel, en una intervención del 21 de julio ante la Comisión de Asuntos Económicos, precisó: «Todo lo que vayamos a hacer, será siempre salvando el socialismo, no vendiendo ni privatizando el país; podemos tener ahora privaciones y carencias, pero tenemos dignidad humana y seguridad para vivir, así como conquistas sociales que permiten un acceso gratuito a la Salud y la Educación, para todos, sin distinciones». Con permiso de Díaz-Canel, algunas precisiones se imponen:

Empiezo por comentarle que todo el lenguaje empleado —como se ha venido haciendo desde el VII Congreso— resulta en extremo enredado, difícil de comprender hasta por especialistas; una suerte de neolengua cantinflesca de la que se dificulta aprehender el núcleo central de cada frase o medida y, para colmo, saturada de triunfalismo. No es solo mi criterio, sino el de no pocos economistas y sociólogos. Me limito a citar el juicio responsable de un conocido sociólogo y economista, Carlos García Pleyán, quien ha subrayado: «Es sorprendente y preocupante el nivel de abstracción o la falta de concreción» presente en la mayoría de los documentos presentados.

Si por socialismo entendemos el inoperante modelo de estatización absolutista  y de monopólica gestión económica, de escaso parentesco con las ideas de Karl Marx y mucha imitación de las aberrantes fórmulas del estalinismo, agotado ya hace décadas, podemos decir con certeza que ese modelo no merece ser salvado. Las privaciones y carencias han alcanzado un nivel en extremo crítico —como nunca antes—, y eso incluye a los simbólicos servicios de salud y educación, buenos ejemplos del pasado distante.

Nadie sugiere vender ni privatizar el país, aunque sí introducir una remodelación integral del presente modelo y sus chapisteos de hace apenas un año. Se trata de una remodelación multi-estructural, con amplios espacios para los sectores de propiedad privada, inversión extranjera, mixta y estatal; mas no para las calendas griegas, la urgencia se transforma en imperativo a muy corto plazo dada la caótica situación existente.

No creo que chinos y vietnamitas hayan vendido ni privatizado sus países. El socialismo de mercado en una sociedad multi-estructural, es un recurso válido y exitoso en estos tiempos sin apadrinamientos tutelares a lo soviético y en pleno apogeo de la globalización.

En este punto, vale traer a colación lo que no pocos economistas cubanos en la Isla gustan citar pues le reconocen más audiencia y credibilidad: Silvio Rodríguez, el cantor por excelencia de la Revolución cubana, quien ha sido preciso al destacar: «Mi opinión personal es que las experiencias de China y Vietnam son lo mejor hasta ahora: gobiernos socialistas, dirigiendo economías capitalistas. No estoy de hablando de calcar, sino de interpretar. Para mí es obvio que Cuba necesita revolucionar la Revolución».

Poco

Para mí es obvio que Cuba necesita revolucionar la Revolución. (Foto: Twitter @elpce)

¿Son las 75 medidas anunciadas la remodelación integral que al país urge? ¡Muy lejos de ello! Es cierto que se anuncian avances en materia de flexibilización de la importación por personas naturales con carácter no comercial (a lo que el Estado estuvo opuesto por más de tres décadas). Así habrá de fluir la pacotilla de no pocos bienes de consumo con más libertad y costos menores para familiares y amigos en Miami y otras latitudes de la emigración cubana, que en menos de un año agrega ya 160 000 personas más.

Otro ángulo no menos positivo, es la formación de un nuevo mercado para la compraventa de divisas, lo que deberá ampliar en medida considerable el sector y actividades vinculados a este proceso, que amplía los niveles de dolarización (aunque ello se niegue por los medios oficiales) tanto para cubanos como para visitantes. Todavía no se han anunciado los tipos de cambio, pero ya ha llegado a su fin el arbitrario e insostenible recurso oficial de 24×1, en tanto en los mercados informales el cambio ha oscilado en 120×1.

No menos importante es el propósito —tantas veces anunciado desde hace décadas— de identificar todas las posibilidades para incrementar los ingresos en divisas e impulsar las producciones nacionales, industriales y agro-pecuarias y procurar el equilibrio financiero del sector presupuestado. Optimismo rampante para un país que muy poco hace para ingresar divisas, superar los déficits presupuestarios que se acumulan, con más de 500 industrias en franca bancarrota por décadas y el grueso de las restantes —como destaca en un trabajo bien documentado el economista José Luis Rodríguez—, clasificadas  como «sin avance»  o «avance bajo» desde hace décadas.

Brillan por su ausencia políticas y medidas que liberen a una agricultura completamente estancada por las políticas y mecanismos estatales que sigue imponiendo el Estado a los diversos sectores agrícolas (privado, UBPC, cooperativas), por medio de los mecanismos monopolistas que se siguen aplicando por intermedio del nefasto mecanismo de Acopio. Esto sigue erosionando directamente a cuatro de los pilares más apremiantes de la crisis en su situación actual: desayuno, almuerzo, comida y precios (inflación desbocada).

¿Cuántas medidas se promulgaron hace años para liberar las UBPC y dónde fueron a parar? A un fracaso estrepitoso, oficialmente reconocido. ¿Y dónde ha ido a parar la «racionalización» de la industria azucarera del 2002? Al peor desempeño en su historia.

Poco

¿Y dónde ha ido a parar la «racionalización» de la industria azucarera del 2002? Al peor desempeño en su historia. (Foto: Oscar Alfonso Sosa)

Otros aspectos clave, cuya ausencia o tratamiento completamente superficial son inexplicables en estas medidas, son los siguientes:

Deuda Externa: el tema es tratado como algo marginal y poco importante, pese a que Cuba logró a mediados de la década pasada la negociación más exitosa que ningún otro país en la etapa (gracias a las expectativas que despertó la coyuntura fallida de la normalización de relaciones con EE.UU.). Pero, como apunta con su buen tino, el economista Juan Triana: «Lamentablemente fue mal aprovechado, y hemos vuelto a caer en una situación insostenible. La deuda eleva el riesgo país, daña las finanzas y enturbia el ambiente de negocios, eleva el costo financiero de cualquier operación mercantil».

Son múltiples los casos de pésima gestión y falta de profesionalismo que ha desembocado en materia de financiamientos, inversiones y proyectos. Se pregunta Triana en este orden de cosas: «Alguien ha sido sancionado por eso, por contribuir a que Cuba pierda miles de millones para su desarrollo? O nos ponemos a tono con el mundo o nos quedamos fuera de él».

Inversión extranjera: se continúa anunciando la cartera de oportunidades desde hace una década, con proyectos evaluados en 3000 o 5000 millones de dólares. El caso que le hacen las grandes empresas, capaces de aportar capital y tecnologías, brilla por su ausencia; a excepción de algunos sectores como: ron, tabaco, níquel y turismo ¿Cuántos se han logrado instrumentar o poner en práctica? Se cuentan hasta ahora poco más de 285 proyectos establecidos, casi todos con empresas extranjeras pequeñas o medianas, excepto algunos que se localizan en la ZDEM (Mariel), en la que operan cuarenta y nueve proyectos y veintinueve reinversiones.

La ZEDM es un proyecto que apenas logra despegar hasta hoy. Ejemplo elocuente es que en el primer semestre del 2022 únicamente se concretaron nueve negocios por veinte millones. Entre 2020 y 2021, solo cuarenta y siete negocios fueron aprobados, pero exclusivamente veinticinco de ellos se han establecido. Todas estas cifras son de una indigencia enorme, con escasa gravitación sobre el desarrollo del país.

El proyecto de dar luz verde a la inversión extranjera en asociación con las MPYMES viene —como es habitual— acompañado de muy diversas restricciones, incluyendo la prerrogativa del Estado de determinar cuáles son las prioridades que le interesan y cuáles no, lo que —una vez más— amarra las manos de las MPYMES en su articulación efectiva con el sector externo. El ministro de Inversión Extranjera y Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, promete nuevamente actualizar la legislación vigente (Ley de Inversión Extranjera del 2014) a «fin de eliminar obstáculos» que limitan el acceso a la inversión extranjera, noción con la que vienen especulando desde hace ocho años sin efectos positivos hasta el momento. El propio Malmierca debió reconocer el pasado diciembre que los resultados deseados «no han sido alcanzados».

La crisis energética por la que atraviesa el país fue objeto de algunas observaciones e ideas de menor importancia (que las personas compren equipos de energía solar, que ni el Estado mismo tiene suficientes para cubrir sus necesidades, o el uso más generalizado de biocombustibles). No hubo un debate medular que indicara el camino. Plantea con razón el economista Triana: «¿Acaso para crecer no hace falta tener un sector energético sólido, moderno, eficiente y estable? Entonces cómo se resuelve la ecuación pollo versus kilowatt/hora?». Conclusión elemental: simple y llanamente, sin semejante sistema, la totalidad del funcionamiento económico y social se estanca, se degrada, paraliza y tiende a colapsar.

El sistema electro-energético nacional (SEN) de Cuba continúa descansando —desde hace más de cinco décadas— en veinte termoeléctricas (y apenas un 5% aportado por otras fuentes). Sin temor a equivocarnos, se puede afirmar que todas ellas, que eran un montón de cacharros de viejas tecnologías ya en el momento de su instalación por la Unión Soviética, hoy están degradadas en extremo.

Poco

Se puede afirmar que todas las termoeléctricas, que eran un montón de cacharros de viejas tecnologías ya en el momento de su instalación por la Unión Soviética, hoy están degradadas en extremo. (Foto: Néster Núñez)

Incluso las menos viejas, como Felton, Guiteras y Cienfuegos (tras su remodelación capital aportada por el chavismo), ya se han sumado a este desastroso estado. Excelente juicio al respecto proporciona el experto en la materia y conocedor directo del sistema cubano, Jorge Piñón, al razonar lo siguiente:

«When you keep running the equipment past its capital maintenance scheduled it falls into a downward spiral with no short-term solution» y advierte: «The announced scheduled blackouts are not insolidarity but rather a necessity to avoid a possible total collapse of the system». («Cuando el equipo sigue funcionando más allá de su mantenimiento capital programado, cae en una espiral descendente sin solución a corto plazo» y advierte: «Los apagones programados anunciados no son en solidaridad, sino una necesidad para evitar un posible colapso total del sistema»).

Es cierto también que Cuba ha acudido a Rusia en repetidas ocasiones en los últimos veinte años en búsqueda de las tan necesitadas modernizaciones capitales y nuevas plantas, encontrando solo promesas incumplidas hasta hoy; es verdad que el chavismo prometió villas y castillosen este terreno y apenas cumplió con la reparación de la termoeléctrica de Cienfuegos; y que los chinos han hecho —hasta ahora—, mutis por el foro en tan sensible tema.

No menos importante es destacar que en julio del 2016, Cuba firmó un memorándum de entendimiento con la firma alemana Siemens AG. De acuerdo a este documento, Siemens —en coordinación con las autoridades cubanas—, acometería el desarrollo de proyectos y provisiones de servicios en la generación de energía, transmisión y distribución; proyectos de energía renovable y automatización, además de aportar tecnologías para el suministro de energía y «futuras plantas de energía en Cuba».

Parecería sensacional, pero las autoridades de la Isla no han explicado hasta hoy por qué no se instrumentó semejante acuerdo. Lo mismo —si bien en menor medida— ha ocurrido con firmas británicas y españolas (parques eólicos con 100% de propiedad extranjera). Y, nuevamente, todo se diluyó en el tiempo por la pésima gestión empresarial a la que aludía Triana.

En abril del 2018 se anunciaba un posible acuerdo con la empresa francesa Total S.A. con vistas a re-gasificar (LNG) su SEN por semejante movida hacia el rediseño de una nueva política energética. El especialista Piñón congratulaba a los cubanos por semejante iniciativa. Cuatro años más tarde, ni un solo paso en esta dirección se había dado por Cuba, ni tampoco una explicación coherente. Y así llegamos al presente, donde presenciamos el cuasi colapso del SEN insular. Así se paga ahora este pésimo desempeño en materia de negociación y captación de IE, de capital y tecnologías.

Con estos antecedentes, la conclusión más atinada es la que el reconocido economista Humberto Pérez —asesor económico de Raúl Castro en otros tiempos, miembro del Buró Político y presidente de la Junta Central de Planificación entre 1970 y 1986—extendió en carta personal a Alejandro Gil Fernández, actual ministro de Economía y Planificación:

«Sólo te auguro, sin demasiado riesgo de fallar en este vaticinio, y deseando fallar, que veremos pasar el tiempo con un “cuartico que se mantendrá igualito” en lo fundamental, que nos llevará a valorar a estas 75 medidas actuales como un acumulado más de medidas insuficientes que nos conducen a un gran esfuerzo burocrático, pero que lo hoy aprobado, aunque puede renovar por el momento algunas esperanzas, no ha sido más que “más de lo mismo”, con la consiguiente pérdida sucesiva de cuotas de la confianza política que aún mantiene el gobierno entre la población». 

3 agosto 2022 22 comentarios 2,5K vistas
7 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
  • 1
  • 2
  • 3

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...