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Carmelo Mesa Lago

Carmelo Mesa Lago

Profesor Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburgh

Economía cubana

Economía cubana en tiempos de crisis. Perspectivas económicas para 2023

por Carmelo Mesa Lago 13 enero 2023
escrito por Carmelo Mesa Lago

Para 2023, la CEPAL (2022a) proyecta un crecimiento del PIB cubano de 1,8%, menor al 2% de 2022 e inferior a la tasa de crecimiento proyectada para veintiséis países de América Latina y el Caribe; solo en cinco  de ellos el crecimiento fue menor que el de Cuba. En su informe económico ante la ANPP, el 12  de diciembre de 2022, el ministro Gil (2022c) estimó que el PIB crecerá 3% en 2023; esto es 1,2 puntos porcentuales mayor a la proyección de la CEPAL.

Hasta que no salga el Anuario Estadístico de 2023 (las estadísticas macroeconómicas y del sector externo en el otoño), no es posible evaluar la confiabilidad del pronóstico oficial para 2022 y mucho menos para 2023. En esta sección se identifican factores positivos y adversos para una potencial recuperación económica en 2023.

Factores positivos

Las conversaciones entre los gobiernos de Biden y Maduro, aupadas por el restablecimiento del diálogo de este último con la oposición, han resultado en un relajamiento temporal de las sanciones sobre la exportación de petróleo venezolano a los EE.UU., interrumpidas por Trump desde 2019. Además, el Departamento del Tesoro de los EE.UU.  otorgó una licencia a la compañía Chevron por seis meses para que resuma la producción de petróleo en Venezuela;  sus utilidades  se asignarán l al pago de la deuda venezolana con Chevron, ascendente a US$4.200 millones (no pueden ir a PDVSA).

Se estima que estas medidas podrían incrementar gradualmente la producción del crudo venezolano a 1,5 millones de barriles diarios (Wilner y Delgado, 2022). Ellas facilitarían cierta recuperación económica en ese país,  lo que haría más fácil el suministro de petróleo a Cuba y su potencial incremento,  y contribuiría a aminorar la crisis energética y los apagones en la Isla.

Dos cautelas: primero, si Venezuela reanuda el suministro de petróleo a EE.UU., esto limitaría su capacidad de proveer el crudo a Cuba. Segundo, Maduro ha exigido que se eliminen todas las sanciones impuestas por Trump antes de iniciar las conversaciones, a la par que el gobierno de Biden ha dicho que las sanciones permanecerán.

La licencia a Chevron puede ser suspendida en cualquier momento por la administración estadounidense. Por otra parte, si las actuales conversaciones sobre migración cubana hacia los EE.UU.  resultaran exitosas,  podría abrirse un camino, aunque difícil, para que otras sanciones impuestas por Trump a Cuba fuesen suspendidas por Biden. De manera que estos dos factores positivos dependerán en gran medida de cómo actúen los gobiernos de Venezuela y Cuba.

Las exportaciones de servicios, principalmente médicos (primer ingreso en divisas de Cuba) cayeron 49% en 2018-2021 y esto fue la causa de que, por primera vez en el siglo XXI, el país tuviera un déficit en la balanza comercial de bienes y servicios. Si las conversaciones entre EE.UU. y Venezuela tienen éxito y mejorara la economía venezolana, el gobierno de Maduro probablemente aumentaría la compra de servicios médicos que ha caído por la crisis del país bolivariano, pero con los limitantes antes señalados.

En 2022, México firmó un acuerdo con Cuba para la contratación de 500 médicos; basado en un convenio previo  de 2020, el gobierno mexicano pagaría US$6,2 millones por tales servicios para combatir la epidemia de Covid-19 («Llegan los primeros médicos…», 2022). La elección de Lula en Brasil levantó esperanzas de que restablecería la compra de  servicios médicos cubanos que fueron eliminados bajo Bolsonaro, dicho programa pagaba 85% de los ingresos al gobierno, 10% a  los médicos y 5% a la Organización Panamericana de la Salud (ver factores adversos).

Economía cubana

El presidente López Obrador informó sobre la contratación de 500 médicos provenientes de la isla caribeña bajo el supuesto de que en México hay una carencia en el personal de salud (Foto: Reuters/Daniele Mascolo)

Las remesas externas (segundo ingreso en divisas), que tuvieron su punto más bajo en 2021 con US$1.084 millones, habían crecido y se proyectaba que llegarían a US$2.000 millones en 2022 debido a los envíos por plataformas digitales independientes. Un incremento de viajes a Cuba permitiría un mayor número de mulas que llevan remesas.

Salvo que ocurra un fuerte rebrote de Covid-19 en el mundo, es de esperar que el turismo extranjero (tercer ingreso en divisas) continúe creciendo en Cuba. Es muy probable que a fines de 2022 hayan visitado  la Isla un total de 1,6 millones de turistas, lo  que aumentaría el ingreso bruto de la industria a US$1.800 millones. Si en 2023 el número de turistas crece a 2,7 millones, el ingreso bruto ascendería a unos US$3.000 millones (o US$1.200 millones de ingreso neto).

Una de las medidas propuestas por el gobierno para aumentar el ingreso neto del turismo, es reemplazar parte de las importaciones para dicha industria por un aumento de la producción interna (MEP, 2022). No obstante, lo último requeriría reformas en el sector agropecuario y manufacturero más drásticas que las contempladas por el gobierno, y que son discutidas más adelante.

En anticipación al probable incremento del turismo, se está desarrollando una actividad constructiva en la Habana Vieja encaminada a la reparación de hoteles, restaurantes y otros negocios frecuentados por los visitantes. Si las conversaciones sobre migración fueran exitosas, quizás Biden flexibilice las restricciones impuestas a los viajes a Cuba.

Para  tomar ventaja de los altos precios del azúcar y el níquel en el mercado mundial, el gobierno cubano tendría que invertir más en estos sectores. Respecto al níquel, se firmó en octubre de 2022 un acuerdo con la compañía canadiense Sherritt International (principal extractora) a fin de que en el plazo de cinco años, la empresa mixta de Moa, en Holguín, priorice los pagos de dividendos en forma de cobalto terminado a cada socio y la parte correspondiente a Cuba se asigne a Sherritt para el pago de la deuda pendiente de US$260 millones.

El presidente de la corporación canadiense, Leon Binedell, ha declarado que si se reembolsara totalmente la deuda, expandirá «agresivamente» el negocio, o sea, invertirá para incrementar la producción («El gobierno cubano pacta con Sherritt…», 2022).

A fines de 2021 se eliminó el requisito de  participación cubana mayoritaria en los negocios de turismo, biotecnología y comercio mayorista (Rodríguez, 2022a). Otra medida permite la inversión extranjera en empresas privadas micro, pequeñas y medianas  (MPYMES). Estos son pasos importantes pero es temprano para evaluar sus resultados.1 

En septiembre de 2021, el gobierno autorizó la creación de (MPYMES), una medida reclamada por mucho tiempo. Un año después, solo habían sido aprobadas 5.061 de estas empresas: 20% micro, 56% pequeñas y 24% medianas (Pérez-Villanueva, 2022). Gil (2022c) ha dicho que el sector no estatal, incluidas las MPYMES, es el más perjudicado por la crisis porque no puede beneficiarse de los subsidios fiscales a las empresas estatales. Es esencial facilitar la creación de estas empresas y darles el apoyo necesario en términos de recursos, entrenamiento, etc., a fin de que jueguen un papel importante como ocurre en otras economías socialistas como China y Vietnam.

En 2022 el gobierno aprobó setenta y cinco medidas para avanzar en la recuperación de la economía. Varias de ellas son metas generales que han estado en planes anteriores y carecen de políticas concretas, por ejemplo: incrementar los ingresos en divisas «implementando las acciones que sean necesarias», ejecutar un programa para la disminución gradual del déficit presupuestario y alcanzar el equilibrio financiero interno, incorporar los resultados de la ciencia y promover la innovación.

Otras medidas son importantes y concretas pero no están aún en vigor: establecer un marco regulatorio para la inversión extranjera con el sector privado; avanzar en la constitución de empresas mixtas estatales-privadas; crear mercados mayoristas y minoristas para inversionistas extranjeros (MEP, 2022; Pérez Villanueva, 2022). Entre ellas  está la de «incentivar especialmente el surgimiento de MPYMES estatales orientadas a la exportación», lo cual podría haberse hecho por MPYMES privadas. Algunas medidas se analizarán en el resto de esta sección. Es imposible juzgarlas hasta que se hayan implementado y pueda hacerse una evaluación de su desempeño e impacto en la economía.

Después de varios años en que el gobierno impuso límites estrictos a los viajeros que trajesen alimentos, medicinas y otros bienes de consumo, penalizando el excedente con fuertes impuestos la crisis y fuerte escasez le obligó a levantar parcialmente esas restricciones, de forma que la población puede importar ciertos bienes y no se cobrará arancel a los viajeros por alimentos, medicinas y artículos de aseo personal (también plantas eléctricas por un período).

Sin embargo, esta decisión fue precedida por un debate en el que importantes autoridades, como el ministro de economía y planificación Alejandro Gil, expresaron su oposición a la importación con carácter comercial porque generaría una demanda de divisas que saldría al extranjero sin ningún efecto en la industria nacional (citado por Viera, 2022).

Como compromiso, se acepta la importación por personas naturales siempre que no tenga carácter comercial. Este último se definirá por su valor, peso y diversidad y no por sus cantidades físicas; no obstante, se incrementa el límite de importación por envíos (de 10 a 20 kg.), se reduce el valor del kg. de importación (de US$20 a US$10), y se aumenta la importación exenta de pago (de 1,6 a 3 kg.) para los artículos que se les aplique el valor-peso. El pago del impuesto de aduanas se reduce de 100% a 30%, y se incrementa la importación de determinados artículos, como celulares, computadoras, tablets y neumáticos (MEP, 2022). Estas regulaciones son complejas y crean incertidumbre sobre el carácter de la importación y que el gobierno pueda penalizar la que considere de fin comercial.

Economía cubana

se acepta la importación por personas naturales siempre que no tenga carácter comercial. (Foto: Cubanet)

Factores adversos

Por más de un decenio, incluyendo 2020-2021 (y también en muchos casos  2022 cuando hay cifras), virtualmente todos los indicadores económicos se deterioraron y en la mayoría estaban por debajo de 1989: el crecimiento del PIB promedio anual, la formación de capital bruto, la inflación, la liquidez monetaria, el índice de producción industrial, las tasas promedio anuales de los sectores agropecuario, azucarero y pescado-mariscos; la producción física agropecuaria y manufacturera, la producción de petróleo y gas natural.

Asimismo, la generación de electricidad (que provoca apagones), la extracción de níquel, el intercambio comercial de bienes, el balance comercial de bienes y servicios (hasta generar el primer déficit en el siglo XXI), la relación comercial con Venezuela y China (también en algunos aspectos con Rusia), las exportaciones de servicios profesionales, las remesas externas recibidas, el número de turistas y el ingreso bruto por turismo (las remesas y el turismo crecieron en 2022), la IED, y el pago de la deuda externa.

Todo esto demuestra que la magnitud de la crisis en curso es similar o muy próxima a la de los peores años de la severa crisis de los noventa, o sea, que esta es, en el mejor de los casos, la segunda peor crisis  de Cuba desde la Gran Depresión.

El ex ministro de economía y planificación de Cuba, Rodríguez (2022b), predijo en 2022 que hasta 2024-2025 no se recuperaría el nivel del PIB de 2019 (que ya era muy bajo) —o sea, una pérdida de entre seis y siete años de crecimiento—, pero esto fue antes que se informara que el PIB creció 2% en 2022. Asumiendo que se cumple la proyección de un crecimiento de 3% en 2023, según Gil (2022c), la economía en este año estaría ocho puntos porcentuales por debajo del PIB de 2019.

Téngase en cuenta que el PIB en 2019 se encontraba en un nivel muy bajo, pues en 2009-2018 solo creció —según la ONEI— a un promedio anual de 2% frente a una meta de 5% a 6%, o sea, alrededor de un tercio. A continuación se analizan los factores adversos.

El impacto de las sanciones de los EE.UU. sobre la economía de Cuba en 2014-2020 (especialmente en el período de Trump), ha sido evaluado por un reciente estudio econométrico. Este demuestra que, por un lado, el endurecimiento de las sanciones reduce el crecimiento del PIB cubano; pero por el otro,  las remesas y el turismo mejoran significativamente el consumo de las familias, así como el empleo y las ventas del sector privado, «sin que se aprecie un resultado significativo en los indicadores de la economía estatal».

Ocurre un efecto de desplazamiento a favor del sector privado, y las ganancias de las remesas y el turismo no parecen ir a manos del Estado. Dichos resultados no deben tomarse como  justificación para no hacer cambios y seguir culpando al embargo de la mayoría de los problemas económicos (Vidal, 2022).

El aumento de la exportación de servicios médicos confronta el problema de la denuncia en la ONU de la trata de personas en las misiones médicas cubanas. Lula anunció en noviembre que, a partir del 1ro. de enero, restablecería el programa Mais Médicos en Brasil, pero sin contratar nuevos médicos cubanos; dijo que lo hará con aquellos que se quedaron en Brasil después de la suspensión del programa por Bolsonaro, así como con profesionales brasileños cuyo número aumentó en los últimos años («Lula reanudará…», 2022). Además, debe tenerse en cuenta que la economía carioca sufre un deterioro, contrario a la época de bonanza que disfrutó Lula en su período presidencial anterior.

Economía cubana

México podría contratar más galenos, pero enfrenta oposición del gremio médico interno y el valor que paga a Cuba es muy pequeño. Otros países en que la izquierda ha ganado las elecciones: enfrentan una severa crisis económica (Argentina), carecen de una mayoría en el congreso y tienen prioridades mucho mayores (Chile), han perdido el poder (Perú) o confrontan serios problemas políticos (Colombia, los ataques mortíferos de las guerrillas); por lo cual es difícil que puedan comprar de manera substancial tales servicios cubanos. En su visita a Argelia en 2022, Díaz-Canel no consiguió que dicho país contratara más médicos.

Por otra parte, aunque no existen estadísticas, información anecdótica indica un número substancial y creciente de médicos que emigraron en 2022; es probable que continúe dicho éxodo en 2023 (al menos que la situación económica mejore). De comprobarse esto, la disponibilidad de médicos para su exportación mermaría o, si las autoridades deciden aun así exportarlos, se reduciría notablemente el acceso de la población de la isla a los servicios de salud.

La unificación monetaria se hizo en un momento económicamente muy difícil y no se aplicó de  forma adecuada; por ejemplo, la tasa de cambio del CUP, primero se fijó en 24 por un dólar estadounidense a pesar de que los economistas la consideraron muy baja; al dispararse el cambio en el mercado informal se aumentó a 110 CUP por un dólar, pero aun así, el cambio en el mercado informal la supera plenamente. Es aconsejable establecer un cambio flotante o mucho más realista y ajustable periódicamente.

Además, se fijó un período de transición de un año para que las empresas con pérdidas (31% en 2021 y 24% en 2022) continuaran recibiendo subsidios estatales con el fin de que no cerrasen y evitar un aumento del desempleo declarado. Al parecer, los subsidios continuaban en 2022 porque Gil (2023c) admitió que la solución de los problemas no podía ser el cierre de empresas estatales, aun si tenían pérdidas. Deben eliminarse los subsidios y establecerse una asistencia temporal al desempleo, a fin de lograr los resultados beneficiosos de la unificación.

El primer ministro Manuel Marrero ha reconocido que Cuba necesita urgentemente inversión extranjera, pero señaló las barreras que existen contra la misma y declaró: «Tenemos que eliminar toda la burocracia innecesaria y generar nuevas oportunidades que sean atractivas para los negocios extranjeros» (citado por Frank y Acosta, 2022).

Se han  anunciado un par de medidas  para atraer la inversión extranjera, pero son insuficientes vistos los serios obstáculos que Cuba enfrenta: elevado endeudamiento  y  default en el pago de la deuda externa reestructurada, que ha resultado en la calificación de «país de alto riesgo»;  falta de convertibilidad internacional del CUP y  fijación de una tasa de cambio muy baja frente al dólar y otras divisas;  impedimento para que los socios extranjeros puedan regularmente expatriar sus utilidades.

También en restricción de la inversión extranjera a ciertas áreas prioritarias y  mantenimiento del Estado con la mayor cantidad de acciones, salvo en unos pocos sectores; obligación a los negocios extranjeros de contratar, ascender/despedir y pagar el salario del personal mediante una agencia estatal (Pérez-López, 2015; Rodríguez 2022a). Todo ello demanda  urgentemente una nueva ley de inversiones, con un marco regulatorio que no desestimule sino que atraiga el capital foráneo con las debidas garantías.

El hecho de que China otorgara a Cuba en noviembre de 2022 una suma no revelada de donaciones (si hubiesen sido substanciales se habrían publicado), y de una sola vez en lugar de garantizarlas por varios años; unido a la advertencia de Xi  sobre no malgastar los recursos como condición para seguir ampliando la cooperación con Cuba, es una clara indicación de que China quiere comprobar que La Habana haga las reformas necesarias para evitar invertir en un barril sin fondo.

Hubiese sido mucho mejor que China condonara la deuda pendiente, pospuesta a 2027, y/o eliminase los intereses que está cobrando; o que restaurara las exportaciones de insumos para la producción farmacéutica cubana2 en vez de darle medicinas por una vez; o que invirtiese en la agricultura o en la industria manufacturera, incluyendo el azúcar. Téngase en cuenta que China es el principal inversor en muchos países de América Latina, incluso en algunos que tenían o tienen gobiernos conservadores.

El intercambio comercial con Rusia ha mejorado y este país ha subido a quinto socio comercial de Cuba, pero la primera consideración es que ello resulta en un déficit contra Rusia de 99% del intercambio total, y la segunda, que  su salto  entre los socios comerciales es ilusorio, debido a la drástica caída en el intercambio comercial con el resto de los países. Rusia ha pospuesto hasta 2027 el pago de la deuda de US$3.000 millones que Cuba incumplió, pero cargando intereses (podría haber condonado o reducido dicha deuda, lo que hubiera sido más favorable para la Isla).

En su visita a Moscú, Díaz-Canel no consiguió nuevos créditos de Rusia. La guerra con Ucrania ha debilitado fuertemente la economía rusa y reducido del 60% al 3,5% la proporción de rusos en el total de turistas viajando a Cuba. Se pronostica por los organismos financieros y expertos que la economía rusa cayó 4%, tanto en el segundo como en el tercer trimestre de 2022, eso es técnicamente una recesión, que continuará o empeorará en 2023 por lo que es virtualmente imposible que pueda ayudar substancialmente a Cuba  a salir de  su severa crisis económica. Solo podrá  hacer envíos esporádicos de petróleo y  de algunos alimentos.

El intercambio comercial con la Unión Europea, que había mermado en 2020 y 2021 —excepto en España (ONEI, 2022)—, debido a los persistentes déficits, empeoró por la reacción europea a la detención de más de mil manifestantes cubanos en julio de 2021, y se agravó dado el apoyo de Cuba a Rusia en la guerra  con Ucrania. Esto significa que el intercambio comercial probablemente caerá más en 2022 y en 2023; no es factible que ocurran inversiones europeas, salvo quizás de España.

Para que las negociaciones en curso con los EE.UU. den fruto, Cuba tendría que tomar una actitud más flexible y, contrario a lo que hizo bajo la apertura con Obama (Mesa-Lago, 2020), ceder en aspectos que no atenten a la soberanía nacional; de lo contrario podría perderse una segunda oportunidad. Los republicanos controlan la Cámara de Representantes, y en el Senado los demócratas tienen una mayoría de un voto, a más de que influyentes senadores conservadores demócratas se opondrían a una normalización de relaciones entre los dos países.3 

Una actitud intransigente  cubana daría municiones a los partidarios de la línea dura en el congreso y cerraría el camino. Una negociación exitosa demanda que ambas partes cedan un poco, que no tomen la posición de todo o nada o un juego cero-suma.4 Biden acaba de pedir a Cuba que libere a los presos por las protestas, hacer esto sería un gesto de apertura positivo, inteligente y sensible.

¿Qué hacer?

Las medidas tomadas por el gobierno de Díaz-Canel son en su mayoría positivas pero insuficientes para sacar a Cuba de la severa crisis económica que sufre y promover un desarrollo económico sostenible en el futuro. En su informe al V Pleno del Comité Central, a inicios de diciembre, el ministro Gil (2022a) admitió: «aunque hay una ligera recuperación de la actividad económica… aún las medidas no alcanzan el impacto necesario».

En agosto de 2022, la revista Temas pidió a siete destacados economistas, todos residentes en Cuba, que identificaran los principales desafíos/reformas requeridos para enfrentar la crisis, con la siguiente puntuación: 3 controlar/reducir la hiperinflación actual; 3 aumentar la producción nacional, en particular los alimentos; 3 renegociar la deuda externa; 2 poner fin a la planificación central; y uno cada uno: eliminar el monopolio estatal del comercio exterior, aumentar la inversión extranjera, poner fin a las restricciones al sector privado, abolir los monopolios y oligopolios estatales y aumentar la competencia, recuperar el poder adquisitivo del salario, restaurar la producción eléctrica y reducir la emigración («¿Cuáles son los principales nudos…», 2022).5 

Por su parte, el ex ministro de economía y planificación José Luis Rodríguez (2022a:16) señaló las prioridades siguientes: renegociación flexible de la deuda externa (y de la pública), plan urgente antiinflacionario, cambios en las empresas estatales (especialmente en su rentabilidad), priorización en la inversión extranjera en alimentos y energética, y «mayor discusión de la situación económica del país con los actores económicos y con la población para lograr un consenso de apoyo indispensable a las medidas que permitan rectificar deficiencias y errores…».

Lo anterior es un menú de acciones por tomar en la dirección correcta, pero carentes de coherencia sistemática y que requieren una estrategia concreta. Muchos economistas académicos cubanos consideran que el país debería seguir el modelo Sino-Vietnamita de «socialismo de mercado», adaptándolo a sus peculiaridades, pero  ello ha sido rechazado por las máximas autoridades del país.

En un libro que recién he concluido, basado en un centenar de indicadores estadísticos y más de 300 fuentes bibliográficas, comparo el desempeño económico y social de dicho modelo con el cubano de planificación central con algunas reformas modestas y hasta ahora ineficaces. El resultado de la evaluación es que no solo China y Vietnam han superado ampliamente a Cuba en su desempeño económico, sino que lo han hecho también en la mayoría de los indicadores sociales. Lo último es aún más sorprendente porque al tiempo de la revolución, los dos países asiáticos estaban muy por debajo de la nación caribeña desde el punto de vista social (Mesa-Lago, 2022).

Por muchos años he recomendado que Cuba siguiese dicho modelo —y este nuevo libro ratifica mis recomendaciones —, como una vía adecuada a fin de salir de la crisis actual y colocar al país en el camino del desarrollo económico-social para bien de su pueblo.6 Por ello exhorto a un diálogo nacional abierto, respetuoso y democrático,7 para que la población discuta el cambio al modelo de socialismo de mercado u otro modelo económico mixto pero democrático como el de los estados de bienestar en los países escandinavos.

***

1: Se reportan dos compañías, una brasilera y otra mexicana, que están en proceso de invertir en las empresas privadas cubanas.

2: Se estima que Cuba necesita US$500 millones anuales para la compra de materias primas  con el fin de producir medicamentos, y otros US$500 para comprar los que no se producen en el país.

3: Sin embargo, el Estado de Florida se ha vuelto fuertemente republicano (apoya a De Santis o a Trump) y los demócratas saben que está perdido  para las elecciones de 2024, por ello el cabildeo para mantener el status quo se ha debilitado.

4: En la «teoría de juegos», cuando la ganancia de una parte resulta en una pérdida igual de la parte contraria, o sea, no hay ganancia neta, que de hecho es lo que ocurre usualmente.

5: Nova (2022) plantea que la agricultura demanda cambios estructurales urgentes e importantes y ofrece una serie de recomendaciones concretas incluyendo el reconocimiento de la existencia real y objetiva del mercado.

6: Un capítulo del libro analiza las razones de por qué, a pesar del éxito económico-social del socialismo de mercado, Cuba no ha seguido este modelo.

7: Ver las propuestas de Bye (2022).

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Referencias bibliográficas

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Economía cubana en tiempos de crisis. Causas del problema (Parte 1)
Economía cubana en tiempos de crisis. Indicadores de su magnitud (Parte 2)
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Economía

Economía cubana en tiempos de crisis. La reacción ciudadana

por Carmelo Mesa Lago 10 enero 2023
escrito por Carmelo Mesa Lago

La magnitud de la crisis, demostrada en el artículo anterior, describe una situación que se aproxima cada vez más a la de los peores años de los 90, si no se ha llegado ya a los mismos: un Segundo Período Especial. Ha habido tres reacciones de la ciudadanía respecto a la crisis y el deterioro económico-social: las protestas públicas, el éxodo masivo y la abstención electoral.

Protestas

La única protesta anterior al 2020 fue el Maleconazo, ocurrido en La Habana en 1994. El 27 de noviembre de 2020, jóvenes y artistas protestaron frente al Ministerio de Cultura demandando libertad de expresión y un diálogo con el gobierno, que inicialmente pareció acceder pero luego desperdició esa oportunidad tan necesaria.

El 11 de julio de 2021 hubo protestas masivas en más de cincuenta ciudades y poblados de Cuba. En octubre de 2022 también se suscitaron protestas,  con menos manifestantes pero por varios días. Se reporta que 1.771 personas fueron detenidas, 963 de ellas serían condenadas a prisión o  pendientes a juicio entre el 11 de julio de 2021 y el 1 de diciembre 2022 (Justicia 11J, 2022).

Un factor nuevo que ha contribuido a dichas protestas es Internet y las redes sociales, que no existían en 1994 y ahora están ampliamente difundidas entre la población. Los videos tomados en las protestas de 2021 en San Antonio de los Baños, Palma Soriano, Alquízar, Matanzas y La Habana, muestran gran número de  manifestantes con celulares en sus manos. En la primera ciudad mencionada, un hombre exhorta a los que protestan a que difundan los videos a otras provincias, lo que ocurre con gran rapidez.

Éxodo masivo

El gobierno cubano, cada vez que ha enfrentado una grave situación económica, ha permitido la emigración masiva de los ciudadanos como una válvula de escape. En el éxodo del puerto de Camarioca, entre el 28 de septiembre y el 15 de noviembre de 1965, hubo un total de 5.000 emigrados (Pérez, 1986). En el éxodo del Mariel, entre el 15 de abril y el 31 de octubre de 1980, el gobierno autorizó a que 1.700 embarcaciones vinieran desde los EE.UU. a fin de sacar a familiares y amigos (además las autoridades de la Isla  incluyeron a criminales y enfermos mentales en las embarcaciones) para un total de 125.000 emigrados.

En el «éxodo de los balseros» de 1994, las autoridades permitieron fabricar balsas y embarcaciones rudimentarias a unos 35.000 cubanos que emigraron de esa forma (Mesa-Lago, 1995). Un total de 165.000 emigrantes de los tres éxodos fue admitido en los EE.UU. La resolución presidencial de Clinton, llamada «pies secos y pies mojados», aceptó que los cubanos que lograsen tocar tierra (pies secos), entrasen en los EE.UU.; si no tocaban tierra (pies mojados), eran deportados. Al final de su administración, el presidente Obama abolió dicha resolución.

Trump reforzó las restricciones a  inmigrantes cubanos. En  2022 aumentó notablemente el arribo de estos a los EE.UU., tanto por tierra1 como por mar, a pesar de que la guardia costera ha deportado a Cuba parte de los capturados. Se estima que a fines de 2022, los inmigrantes sobrepasarían la cifra de 250.000 en todo el año, ello significa un 51% mayor que la suma de los tres éxodos anteriores (Pumar, 2022; U.S. Customs and Border Protection, 2022 ).

Abstención electoral 

En las elecciones municipales del 27 de noviembre de 2022, un número inusitado de personas se abstuvo de votar. Estas elecciones son las primeras desde la crisis económica actual y  las protestas. Según el Consejo Nacional Electoral, votó el 68,58% de los ciudadanos registrados, o sea, 31,42% no  lo hizo; lo cual  refuerza la tendencia hacia el  abstencionismo si se compara con las cifras de elecciones más recientes: las de 2017 (89,0%), el referendo constitucional de 2019 (90,15%) y el referendo del Código de las familias en 2021 (74,1%, con una abstención de 25,9%, más 5,7% de votos anulados o en blanco).

Además, el 5,67% de las boletas de la elección de 2022 fue anulada y el 5,22% dejadas en blanco, para un total de 42,31% frente al 57,69% que votó, no dejó su boleta en blanco y no se anuló su voto. El cierre de los colegios se pospuso una hora a petición de los consejos electorales («Abstención y los votos anulados…», 2022; Balseiro, 2022; Sherwood, 2022).

La proporción de no votantes en las elecciones de 2022 fue tres veces superior a las de 2019. Una interpretación de estos resultados es que han sido debidos a «inconformidad, apatía o descontento» (El Toque, 2022b). El presidente Díaz-Canel ya había advertido, en septiembre de 2021, que en las elecciones del Código de las familias podía producirse un «voto de castigo» contra el gobierno debido a la crisis económica (citado por Vicent, 2022).

***

1: De acuerdo con Frank (2022a), 100.000 cubanos cruzaron la frontera entre México y los EE.UU. en 2022; información actualizada incrementa el número a 225.000.

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Referencias bibliográficas

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Economía cubana en tiempos de crisis. Indicadores de su magnitud

por Carmelo Mesa Lago 5 enero 2023
escrito por Carmelo Mesa Lago

Las más recientes estadísticas oficiales disponibles de Cuba son las del Anuario Estadístico de 2021 (ONEI, 2022); las cifras macroeconómicas y del sector externo de 2022 no se colgarán en Internet hasta octubre o noviembre de 2023, aunque se dispone de ciertas cifras  ofrecidas por autoridades o expertos cubanos. Para 2023 solo existen algunas metas y proyecciones. Las fuentes de las estadísticas en este ensayo, a menos que se especifique, son los referidos anuarios estadísticos de la ONEI.

Indicadores macroeconómicos

El producto interno bruto (PIB) a precios constantes, que estaba virtualmente estancado desde 2016,1 disminuyó en 0,2% en 2019 y cayó en 10,9% en 2020; el promedio anual del período 2019-2021 fue de -3.3% (Gráfico 1). La caída de 10,9% en 2020 es la mayor después de -14,9% en 1993, el peor año de la crisis de los 90, llamada el Período Especial (Marrero, 2021).

Según la CEPAL (2021a), el descenso cubano de 2020 fue el más fuerte después del venezolano (-30%) y superior al promedio regional de -6,8%. Para 2021, el gobierno cubano fijó una meta de 6%; primero dio un crecimiento de 2% y después lo redujo a 1,3%, mientras que la CEPAL (2021b) estimó 0,5%. La meta oficial para 2022 era de 4%; el Ministerio de Economía y Planificación (MEP, 2022) estimó un aumento del 10,3% en el primer trimestre y de 1,7% en el segundo trimestre, pero la cifra anual fue de 2%, y algunos la juzgan optimista o predicen una caída (Frank, 2022d).2 

Economía cubana

(Fuente: Elaboración del autor basada en ONEI, 2010, 2016, 2022.)

La formación bruta de capital, a precios constantes, declinó de 25% del PIB en 1989 a 16,5% en 2020 y 16,3% en 2021;3 la meta oficial de la formación bruta de capital para mantener un crecimiento adecuado se ha fijado en 25%, pero no se ha alcanzado desde 1989. La inversión a precios constantes declinó -1% en 2019 y -5,9% en 2020 (Cuba Standard, 2022). El déficit fiscal en 2021 fue de 17,7% del PIB, el mayor desde los años 90, pero descendió a 12% en 2021, aunque está afectado por la inflación.

Hay varias cifras sobre la inflación en 2021: el gobierno dio inicialmente una inflación de 60% para el comercio minorista, pero Murillo (2021) afirma que «ese 60% no pega con lo que la gente está viviendo [con] precios siete, diez veces más grandes». Por otra parte, el deflactor del PIB es de 401% (ONEI, 2022, cuadro 5.6). Un experto  estima la inflación entre 270% y 470% (Luis, 2021) y un informe británico la calcula en 740% (EIR, 2022), las tres últimas mayores que la de los años 90s.

Según Gil (2023c), entre enero y octubre de 2022 la inflación «ronda el 29%», una reducción substancial aunque el ministro afirma que no han funcionado las medidas tomadas para «detener el crecimiento desmedido e irracional de los precios». La liquidez monetaria en manos de la población (M-2) superaba al valor del PIB en 2019 y en 2020 creció a 120,4% del PIB, algo que no ocurría desde los años 90; según Murillo, el Estado tiene que recoger un 92% del excedente por medio de ventas, pero solo recoge 67% y eso alimenta la inflación (citado por Figueredo y otros, 2021); el año 2021 está distorsionado por la inflación.

Con dicho excedente medido en pesos nacionales (CUP)4 virtualmente no hay nada que comprar, para ello se necesitan dólares siempre que estén depositados en bancos que emiten una tarjeta magnética para comprar en las tiendas en divisas, o se tengan euros u otra moneda dura; la gran mayoría de los cubanos no tiene acceso a dichas divisas.

En 10 de junio de 2021, el gobierno prohibió el depósito en dólares en los bancos, dando un plazo de once días para hacerlo con los dólares atesorados por la población (Mesa-Lago, 2021b). El valor del dólar en el mercado informal se ha depreciado: en 2021 el oficial de 24 a 100; en 2022 el gobierno aumentó el cambio de 24 a 110 y en el mercado informal subió a 175 el 8 de diciembre (El Toque, 2022a).

Producción física

El índice de producción industrial, que se recuperó parcialmente entre  2013 y 2018, disminuyó a 54,8% en 2021, 45,2% menor al nivel de 1989 (Gráfico 2). En 1989-2021, la elaboración de productos alimenticios menguó a la mitad, la industria azucarera cayó en 89%, la producción textil en 96% y los fertilizantes en 98%.

Economía cubana

(Fuente: Elaboración propia basado en CCE, 1991; ONEI 1995 a 2022)

Las tasas del PIB por clase de actividad económica (agropecuaria, azúcar y pesca) en 2016-2021 se muestran en el Cuadro 1: la tasa promedio anual de crecimiento del  sector agropecuario descendió en -7,7%, la del sector azucarero en – 9,1% y la de  pesca y mariscos en -5,4%.

Años Sector agropecuario Sector azucarero Sector pesca y mariscos
2016 0,5 -19,4 -1,6
2017 -1,5 19.7 0,3
2018 2,6 -43,7 3,8
2019 -10,9 31,5 -11,7
2020 -23,5 -11,0 -3,5
2021 -13,3 -31,8 -8,3
Promedio – 7,7 -9,1 -5,4

Cuadro 1: Tasas anuales y promedio del PIB en los sectores agropecuario, azucarero y pesquero, 2016-2021 (en porcentajes). (Fuente: Elaboración del autor basado en ONEI, 2019 y 2022)

De un total de trece productos claves agropecuarios y pescados/mariscos en 2021, ocho estaban bajo el nivel de 1989 y todos eran inferiores a cimas de producción previas (Cuadro 2). En 2022 no se cumplió el plan de producción de alimentos, como arroz, frijoles, viandas, carne y huevos (Gil, 2022c).

En 2021-2022, la zafra azucarera fue  de apenas 474.000 toneladas (comparada con alrededor de 8 millones en los años 80), la más baja en la historia (Álvarez Quiñones, 2022). De esa suma, 600.000 toneladas deben ir al consumo interno y 400.000 han de ser exportadas a China, por lo que Cuba tuvo que importar azúcar de Brasil para cumplir con China y cubrir el consumo nacional.

La meta para la zafra de 2022-2023 es de 455.200 toneladas, 4% menor a la anterior debido al cierre de ingenios, escasez de petróleo y falta de insumos y personal, por lo cual se dedicará únicamente al consumo (Frank, 2022c); se planean exportaciones de solo 90.000 toneladas, de modo que tampoco se cumpliría la obligación con China (Gil, 2022b).

Productos

1989 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Tubérculos 681 1.565 1.515 1.445 1.452 1.580 1.671 1.743 1.843 1.828 1.801 1.702 1.269 1.250
Plátanos 291 670 735 835 885 658 836 890 1.016 1.015 961 1.036 859 860
Hortalizas 610 2.540 2.141 2.200 2.112 2.406 2.499 2.424 2.285 2.483 2.454 2.183 1.698 1.713
Arroz 536 564 454 566 644 673 585 418 514 404 461 426 266 227a
Maíz 471 327 324 354 360 426 429 363 404 373 346 276 257 238a
Frijoles 14 111 80 133 127 129 135 117 136 132 162 128 66 57
Cítricos 825 418 345 264 204 167 97 115 119 98 71 70 43 37 a
Otras frutas 219 748 762 817 964 925 884 943 944 926 861 1094 863 770
Tabaco hoja 42d 25 20 20 19 24 19 24 19 31 30 28 26 22a
Leche de vaca 924 600 630 600 604 589 588 495 613 536 577 512 453 374a
Huevos b 2,523 2.427 2.430 2.620 2.512 2.656 2.572 2.321 2.419 2.535 2.778 2.528 2.356 2.158a
Ganado vacunoc 4.919 3.893 3.992 4.059 4.084 4.092 4.134 4.045 4.014 3.866 3.808 3.817 3.752 3.657a
Pescado/marisco 192e 65 55 49 48 51 56 57 52 52 51 45 46

40a

Cuadro 2: Producción agropecuaria-pesquera en Cuba, 1989, 2009 a 2021 (miles toneladas métricas). (Fuente: Elaboración del autor basado en CEE, 1991, ONEI, 2010 a 2022; Mesa-Lago, 2000 para cifras anteriores a 1989)

Nota: La cima de producción marcada en negrita.  a Nivel en 2021 por debajo del nivel de 1989. b Miles de millones. c Miles de cabezas, la cima fue de 6,8 millones en 1967. d La cima fue de 55.000 toneladas en 1981.  e La cima fue de 244.000 toneladas en 1986.

De un total de once productos manufacturados clave en 2020-2021, cuatro estaban bajo el nivel de 1989 y los niveles de todos eran inferiores a las cimas de producción previas (Cuadro 3). La extracción de petróleo mermó en 23% entre 2010 y 2020, y la de gas natural declinó en 47%  durante la etapa 2015-2021. El enorme  incendio en la planta de almacenamiento de combustible en Matanzas en 2022 destruyó 40% del principal tanque de almacenamiento, dañó el único puerto para súper-tanqueros y quemó 75,000 m2 de gas, una pérdida de US$10.000 millones; lo cual aumentó la dependencia cubana  a la energía importada (60% de sus necesidades, antes era 50%).

Las importaciones venezolanas de combustible, que alcanzaron una cima de 115.000 barriles diarios en 2015, mermaron a 56.610 barriles en el primer semestre de 20225 (Rodríguez, 2022b), mientras que el precio del petróleo se disparó a una cima de US$110 por barril en marzo de 2022 (Statista, 2022).

La generación de electricidad disminuyó en 16,4% en 2016-2021, lo cual obligó a contratar cinco plantas flotantes turcas, ancladas en las bahías de La Habana, Mariel y Santiago para aumentar la capacidad de generación eléctrica. Además, averías y paralizaciones de las principales plantas generadoras (Rodríguez, 2022b) provocaron que la producción de energía eléctrica en 2022 fuese de solo 2.420 GWh, 86% inferior a la de 2021 y 12% del plan de 20.168 GWH (Gil, 2022a). Estos factores han suscitado el retorno de los «apagones» eléctricos de siete a dieciocho horas diarias (Frank, 2022b), como ocurrió en la crisis de los 90.

La planta termoeléctrica más moderna, en Cienfuegos, que consiste en un grupo de aparatos generadores coordinados con apenas cuatro años de operación, trabaja a menos de la mitad de su capacidad instalada, y para llegar al 50% se han enviado  sus motores a Alemania para recibir mantenimiento; también se necesitan piezas de repuesto en otras plantas, pero aun en el escenario más favorable, la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional será limitada y paulatina (Martínez Molina, 2022). Según estimados de Piñón (2022), el costo de reconstruir la capacidad de generación de electricidad costará US$1.748 millones.

Productos 1989 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Petróleo 718 2.905 3.003 2.731 3.025 3.012 2.998 2.897 2.905 2.822 2.619 2.522 2,462 2,372 2.320
Gas natural a 34 1.218 1.161 1.155 1.072 1.019 1.034 1.066 1.200 1.245 1.185 1.051 970 951 895 652
Níquel 47 73 70 70 70 72 68 55 52 54 53 53 52 49 50
Azúcar 8.121 1.193 1.445 1.388 1.164 1.242 1.454 1.568 1.633 1.924 1.501 1.581 1.233 1,211 1.110f
Acero 314 262 274 266 277 282 277 267 258 221 205 210 188 126 66 42f
Cemento 3.579 1.805 1.707 1,626 1.631 1.731 1.824 1.659 1.579 1.517 1.493 1.430 1.590 1.335 1.015 817f
Electricidad b 15,4 17,6 17,7 17,7 17,4 17,8 18,4 19,1 19,4 20,3 20,4 20,6 20,8 20,7 19,0 17,9
Textiles c 220 24 29 28 25 25 28 34 45 55 55 39 17 24 30 16f
Fertilizantes 898 22 40 9 22 39 30 21 32 44 57 72 43 34 2 8f
Puros d 308 412 386 375 376 392 392 411 423 412 426 417 280 435 376 332
Medicamentos e 78 397 607 639 770 712 713 868 1.338 1.435 1.219 1.240 1.192 1.244

Cuadro 3: Producción minera y manufacturera en Cuba, 1989 y 2007-2021 (miles de toneladas métricas). (Fuente: Elaboración del autor basada en CCE, 1991; ONEI, 2008, 2012, 2017, 2022)

NOTA: Las cifras en negrita indican la cima en la producción. a Millones de metros cúbicos.  b Miles de giga vatios horas. c Millones de metros cuadrados. d Millones de unidades. e Miles de millones de pesos. f Nivel de producción inferior al de 1989

Entre 1989 y 2020-2021 la producción manufacturera declinó como sigue: la de fertilizantes -99%, la de acero -87%, la de azúcar cruda y la de textiles -86%, y la de cemento -77%. La producción de níquel  alcanzó su cima en 2007 y había mermado 32% en 2020 (no se han publicado las cifras de 2021). Las producciones de electricidad, puros y medicamentos también crecieron hasta una cúspide y después declinaron respectivamente en 14%, 22% y 17%. ONEI (2022) interrumpió las cifras de producción de medicamentos en 2019 (ese año, la exportación de dichos productos cayó en 35%) y dejó de publicarlos en 2021, lo cual probablemente implica descensos mayores. Las mermas en azúcar y níquel impidieron tomar ventaja de las considerables alzas de sus precios en el mercado mundial.

Un punto importante es que la producción agropecuaria y manufacturera cayó virtualmente en todos los productos al menos desde 2016 (en alrededor de la mitad desde 1989 o antes de 2016), por lo que esto no puede achacarse al endurecimiento del embargo ni a Covid-19, se ha debido a factores estructurales, principalmente el ineficiente sistema económico.

Comercio exterior 

El valor de las exportaciones en 2021  fue 67% menor que en 1989 y 63% inferior a 2013,  por su parte, las importaciones eran 5% más que en 1989 pero 43% menores que en 2013; por ello, el déficit en la balanza comercial de bienes creció 218% entre 1989 y 2021. Debido al declive de la producción agropecuaria, la proporción de las importaciones de alimentos creció de 17% de la importación total en 2018 a 23% en 2021, un evidente aumento de la dependencia alimentaria externa (Nova, 2022). Lo anterior ratifica la afirmación que hice al enunciar las causas de la crisis, de que Cuba ha sido incapaz de financiar sus importaciones de bienes con sus propias exportaciones.

El intercambio comercial de bienes con Venezuela se contrajo en 84% entre 2012 y 2021 (de US$8.563  a US$1.349 millones): las exportaciones cubanas menguaron 96%, mientras  las importaciones de Venezuela (mayormente petróleo) mermaron 80%. En todo el período ocurrió un déficit en el comercio con  esa nación, porque las exportaciones de la Isla fueron un fragmento mínimo de las importaciones venezolanas (Spadoni, 2022; ONEI, 2013 y 2022).

Economía cubana

El intercambio comercial de bienes con Venezuela se contrajo en 84% entre 2012 y 2021. (Foto: Notimex)

Por su parte, el intercambio comercial de bienes con Rusia aumentó 14% entre 2019 y 2021 (con una caída en 2020), pero arrojó un déficit desfavorable para la Isla (las importaciones de Rusia fueron 99,2% del intercambio total y las exportaciones de Cuba solo el 0,8%). Entre 2016 y 2021 Rusia ascendió del decimocuarto6 al quinto socio comercial de Cuba, pero principalmente por la caída en el intercambio comercial de Cuba con otros países (ONEI, 2022).  

El Cuadro 4 es una estimación del balance del comercio de bienes y servicios de Cuba en 2007-2021, basado en estadísticas de ONEI procedentes de varios cuadros; en dos casos, las cifras del saldo de bienes y servicios no concuerdan (aunque es una suma pequeña) lo que se debe al uso de diversas fuentes.

Nótese que en 2021 todas las cifras se incrementan de manera notable, por causa de la gran inflación mundial en ese año. El cuadro muestra que hubo un saldo negativo de bienes en todo el período, mientras que ocurrió un excedente del saldo positivo de servicios, que no solo compensó el déficit de bienes sino que lo excedió, pero con una tendencia decreciente a partir de 2014 (caída a un quinto entre 2014 y 2020).

En 2021, el antiguo excedente se convirtió en un déficit substancial (54.176 millones de pesos equivalentes a US$2.257 millones al cambio oficial), por vez primera en todo el período. Esto se debió a la caída en la compra de servicios profesionales cubanos, y asimismo respecto a los ingresos por el turismo y las remesas. El referido déficit explica por qué Cuba tuvo que suspender el pago de la deuda externa a fines de 2020 y las dificultades para pagar a acreedores, suministradores y  bancos.

Economía cubana

Cuadro 4: Balance de bienes y servicios en Cuba, 2007 a 2021 (millones de pesos a precios corrientes). (Fuente: Elaboración propia basada en ONEI, 2008 a 2022)

Exportaciones de servicios cubanos

Este rubro constituye el primer ingreso en divisas del país y ONEI publicó por primera vez las estadísticas en el Anuario de 2018. El total, en miles de millones de US dólares, fue como sigue: 11.355 en 2018; 9.867 en 2019; 6.880 en 2020 y 5.845 en 2021. Puede verse que disminuyeron  49% en el período, lo que concuerda con el déficit ya explicado en el balance comercial de bienes y servicios (Cuadro 4).

Del total de servicios, se desglosan dos componentes: servicios de salud y educación (ellos representan 77% del total en 2021); la combinación de ambos decreció  32% en el período. El autor ha hecho cálculos que indican una caída en la venta de estos servicios profesionales en un 43% entre 2013 y 2020 (Mesa-Lago y Vidal, 2019, actualizado con ONEI, 2020 a 2022). La causa fue el recorte en la compra de servicios por Venezuela, así como la salida de médicos de Bolivia, Brasil, Ecuador y El Salvador por cambios en sus gobiernos.

Remesas externas

Las remesas externas en efectivo (segundo ingreso en divisas), alcanzaron su cima en 2019, pero decrecieron  37% en 2020 y un 54% adicional en 2021, para una caída combinada de 71% (Gráfico 3). Las causas de tal descenso fueron: la pandemia, que redujo los vuelos y viajes de mulas que llevaban dinero a familiares, o para su venta en el mercado informal; las sanciones de Trump ya explicadas, y la crisis económica de 2020 que mermó el poder adquisitivo de los remitentes, especialmente cubano-americanos.

Las medidas de Biden para restablecer los vuelos, con el consiguiente regreso de las mulas, así como permitir envíos de remesas por plataformas digitales (lo cual parece haber aumentado la independencia de los remitentes respecto a Fincimex), ha resultado en un incremento de las remesas: para 2022 se habían recibido US$1.200 millones, 11% más que en todo 2021, y se proyecta que el total será de US$2.000 millones, aun así por debajo del nivel de 2020 (Morales, 2022a).

Economía cubana

(Fuente: Elaboración del autor basada en Morales, 2020, 2022a)

Turismo

Este era la tercera fuente de divisas hasta 2019. El Cuadro 5 muestra que el número de turistas se expandió diecisiete veces entre 1989 y 2018. La apertura bajo Obama impulsó el número de visitantes en 2015 (Mesa-Lago, 2020) y dicho boom continuó con Trump en 2016-2019, pero mermó 75% en 2020 y otro 67% en 2021 (un total combinado de -92% en 1918-2021) de manera que en 2021 era solo 31% superior a 1989 (ONEI, 2021). Las causas de este declive han sido varias, entre ellas la pandemia, las medidas de Trump y la baja calidad de los servicios (Mesa-Lago y Svejnar, 2020).

La distribución de los turistas por nación emisora en 2017-2020 fue aproximadamente: Canadá, cubanos en el exterior, EE.UU., Francia, Alemania, Italia y España. Sin embargo, Rusia que ocupaba el décimo lugar en 2017, ascendió al primero  en 2021 y llegó a constituir el 41% del total, principalmente por el descenso en los otros países emisores.

Había grandes esperanzas de que aumentase el turismo ruso, pero la guerra en Ucrania provocó una disminución de su participación a 3,5% en 2022. La meta  de turistas a que se aspiraba en 2022 era de 2,5 millones, pero a fines de noviembre solo habían arribado 1.377.191, y se ha reconocido que no se logrará dicha  cifra (MINTUR, 2022; Perelló, 2022).

La cima del ingreso bruto por turismo fue de US$3.186 millones en 2017, pero descendió un 87%, a US$404 millones, en 2021. En 2019 se informó que por cada dólar de ingreso generado por el turismo, se requerían 60 centavos de importaciones (Gil, 2019), o sea,  el ingreso neto era solo  40% del ingreso bruto. En 2018 el ingreso fue de US$1.081 millones (alrededor del 1% del PIB), similar al valor combinado de las exportaciones de níquel y azúcar en ese año. Si se asume que el número de turistas en 2022 será de 1,6 millones y que gastarán un promedio similar a 2021, el ingreso bruto sería de US$1.816 millones y el neto de US$726 millones.

El número de habitaciones hoteleras casi se duplicó en 2007-2021, pero la tasa de ocupación cayó de 61% a 12% en el período; sin embargo, se planean para 2023 diez hoteles con 3.147 nuevas habitaciones (Gil, 2022c). Lo anterior cuestiona la inversión de 24% del total en turismo en 2022 (principalmente en construcción de hoteles), cuando hay sectores como la agricultura y la energética, esenciales para el bienestar del pueblo, que demandan grandes inversiones (Rodríguez, 2022b).

Indicadores 1989 2007 2008 2010 2012 2014 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Visitantes (miles) 270 2.152 2.348 2.532 2.841 3.006 4.036 4.654 4.712 4.276 1.085 356
Ingreso bruto (millones US$)a 168 2.236 2.347 2.218 2,613 2.367 2.907 3.186 2.703 2.596 1.137 404
Habitaciones (miles) 21.4 47.3 49.1 65.0 65.3 66.1 67.0 73.5 84.2 91.7 75.7 81.3
Tasa de ocupación (%) 60,9 60,1 57,1 58,2 58,6 61,5 56,9 49,5 48,2 23,1 12,7
Promedio de gasto por turista US$ 622 1.039 999 876 920 787 720 684 573 607 1.047 1.134

Cuadro 5: Indicadores del Turismo Internacional, 1989 y 2007-2021. (Fuente: Elaboración del autor basado en 1989 de CCE, 1991; 2007 a 2021 de ONEI, 2008, 2019, 2022)

a Sin substraer el valor de las importaciones para el sector; el ingreso neto (substrayendo dichas importaciones) se estimó en 2018 como 40% del ingreso bruto, basado en la cifra oficial de 60% de importaciones para el turismo.

Inversión Extranjera Directa (IED)

A pesar de su importancia, la ONEI no publica una serie estadística de la IED que muestre su monto y contribución a la economía, un vacío notable que no ayuda a los inversores extranjeros. Solo se informa de manera esporádica por las autoridades sobre los nuevos negocios  creados, pero las cifras se refieren a cosas diversas y no son siempre comparables. Así, pueden ser en general (el total en la Isla) o en la Zona de Desarrollo Económico del Mariel (ZDEM) en particular. También hay tres conceptos con diferentes grados de realismo: intenciones de inversión, compromisos firmados en negociación e inversión materializada (la última es la más realista).

La meta oficial de una IED anual de US$2.500 millones para lograr un crecimiento del PIB de 5% nunca se ha cumplido. Para el período 2014-2017, el autor estimó que la inversión materializada promedió anualmente US$500 millones, o sea, un quinto de la meta (Mesa-Lago y Svejnar, 2020). Se cree que la IED sufrió fuertemente debido al recrudecimiento del embargo y la implementación por Trump del Título III ya explicado, pero no hay estadísticas.

Un nuevo estimado de la IED (no está claro cuál de los tres conceptos referidos) en 2014-2021, muestra un aumento hasta 2018 y después un declive, para un promedio anual de US$680 millones o 27% de la meta (EIU, 2022; Spadoni, 2022). Entre 2020 y 2021 se aprobaron  cuarenta y siete nuevos negocios, pero solo se habían constituido veinticinco (Rodríguez, 2022b).7 

En una visita a la ZDEM en julio de 2022, Raúl Castro y otros funcionarios anunciaron que de sesenta y dos negocios aprobados entre 2013 y 2022, cincuenta y seis estaban operando con US$3.000 millones comprometidos pero solo US$1.000 millones materializados, o sea, un promedio anual de US$100 en el período («Cuba has approved…», 2022). En agosto de 2022 se aprobaron medidas para estimular la IED: capital extranjero en las microempresas, en comercio al por mayor (parcial o totalmente de propiedad foránea) y en el comercio minorista.

Economía cubana

Zona Especial de Desarrollo Mariel.

En la visita de Díaz-Canel a China en noviembre de 2022, aquel firmó doce acuerdos con Xi Jinping, pero ninguno es de financiamiento de inversión. Dos de los acuerdos son políticos: consultas entre los ministerios de relaciones exteriores de ambos países, y coordinación entre sus partidos comunistas. Tres acuerdos son económicos pero sin concretar en qué consisten: cooperación para la implementación de la Iniciativa China de la Franja y la Ruta de la Seda; fortalecimiento de la cooperación económica y comercial; y cooperación entre el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba y su homólogo chino.

Por último, hay siete «donativos» pero no se dice su cuantía: uno es en efectivo de emergencia y otro es el envío de medicamentos, insumos médicos y alimentos (en ese orden). Los restantes cinco son para proyectos de poca monta, tales como: materias primas para uniformes escolares y ropa de trabajo; sistema de telepresencia en la nube de Biocubafarma; utensilios de cocina; sistema de identidad nacional de personas naturales y supervisión de redes inalámbricas; y laboratorio forense de datos (Martínez, 2022). El hecho que no se haya revelado el monto total de estos donativos sugiere que la suma no es  substancial.

Deuda externa y reservas internacionales 

La ONEI no publica la deuda externa total de Cuba, solo la «deuda corriente» («activa» o negociada) que aumentó 69% entre 2008 y 2019 — último año publicado—, de US$11.600 millones a US$19.618 millones, a pesar de una condonación de 81% de la deuda (Spadoni, 2022; Cuadro 6). Del total, US$10.000 millones es la deuda renegociada, y además hay $1.462 millones de deuda bancaria y US$7.402 millones adeudados a proveedores, los dos principales son empresas chinas y españolas (primer y tercer socios comerciales de Cuba).

China era el principal suministrador de insumos para la industria farmacéutica  insular y suspendió esas exportaciones, lo que provocó la caída ya explicada de la producción y exportación de medicamentos cubanos. Esto repercute adversamente en la población.

Países acreedores Deuda total Deuda condonada % Deuda remanente %
Deuda reestructurada
Rusia 30.000b 27.000 90.0 3.000 10.0
Club de París a 11.084 8.484 76.5 2.600 23.5
China 6.000 2.830 47.2 3.170 52.8
Japón 1.750 1.400 80.0 350 20.0
México 500 350 70.0 150 30.0
Sub-total 49.334 40.064 81.2 9.270c 18.8
Deuda pendiente
Venezuela 11.367 11.367 100.0
Argentina 8.000 8.000 100.0
Brasil 1.150 1.150 100.0
Subtotal 20.517 20.517 100.0
TOTAL 69.851 29.787 42.6

Cuadro 6: Estimados gruesos de la Deuda Externa Total de Cuba, 2019-2020 (millones U.S. dólares). (Fuente: Elaboración del autor basada en Frank, 2013, 2015; Rapoza, 2019; Mesa-Lago y Svejnar, 2020; Morales, 2022b; Spadoni, 2022.)

a Catorce países. b Dependiendo de la tasa de cambio que se use, el rango va de US$ 25.000 a US$ 35.000 millones, se ha usado el punto medio. c Esta suma es muy similar a la cifra de la deuda negociada de US$10.754 millones publicada por ONEI para 2019; la diferencia puede surgir de una sobreestimación de la deuda condonada, o de deudas reestructuradas de las que se carece de información.

En 2015 Cuba firmó un acuerdo con catorce de los veinte miembros del Club de París para reestructurar la deuda acumulada de US$11.100 millones, y se le condonó el 76.5%. El resto,  US$2.611 millones, debe pagarse en dieciocho años (hasta 2033), con una tasa de interés creciente (los catorce países han renegociado su deuda con Cuba de forma bilateral).

La Isla hizo los pagos en 2016-2018, pero falló en el de US$80 millones en octubre de 2019, por lo que incurrió en una sanción de 9% de interés sobre el saldo. El gobierno cubano solicitó postergar los pagos en 2021 para reiniciarlos en 2022, pero solo logró posponer los pagos de 2020. También incumplió el pago de la deuda renegociada con Rusia y China y ambos  difirieron su pago hasta 2027, pero cargando intereses (Rodríguez, 2022b). China redujo sus exportaciones totales a Cuba en 58% en 2015-2021, mientras que Rusia suspendió cincuenta proyectos de inversión; además, la guerra en Ucrania ha reducido la capacidad rusa para ayudar a Cuba.8

Economía cubana

La deuda con Venezuela, similar a la tenida con el Club de París, no se está cobrando por el gobierno de Maduro. La contraída con Argentina se originó  a partir de dos préstamos, en 1973 y 1985, por un total de US$2.400 millones y se estima que, considerando intereses y sanciones, el total debe ser  US$8.000, y los gobiernos de izquierda no han exigido su pago. La deuda original con Brasil era de US$682 millones, sin embargo, ha crecido con los intereses; en 2018 Cuba no  efectuó el pago de US$17 millones y solicitó una restructuración, pero el gobierno de derecha de Bolsonaro la rechazó. Se supone que Lula estará en mejor disposición. Según se informa,  el incumplimiento de pagos se ha recrudecido en 2021 y 2022 (Rodríguez, 2022b).

Las reservas internacionales, aunque no se publican, deben estar a muy bajo nivel o virtualmente exhaustas debido a la crisis económica. Por ello prácticamente no hay recursos para enfrentar el aumento de los costos de importación, y esta escasez limita el espacio de las políticas fiscales. Por último, Cuba carece de un prestamista de último recurso que pudiese ayudarla financieramente en la unificación, al no pertenecer al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y al Banco Inter-Americano de Desarrollo.

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1: Nótese también que el promedio anual de crecimiento del PIB en 2009-2018 (bajo Raúl Castro), fue de 2,1%, lo que dejó una economía maltrecha a Díaz-Canel.

2: La CEPAL (2022b) ha reproducido el estimado oficial de Cuba de 2% de crecimiento en 2022; esta cifra coloca a la isla en el tercer lugar inferior entre 33 países de América Latina y el Caribe y también por debajo del promedio regional de 3,7%.

3: A precios corrientes las cifras respectivas fueron de 9,9% en 2020 y 23,8% en 2021, la última refleja el impacto inflacionario.

4: Antes de la unificación monetaria en enero de 2021 había dos monedas: el CUP y el CUC (“peso convertible”, pero que no se tranzaba en el mercado internacional); un CUC equivalía a 24 CUP y era similar al dólar estadounidense. La unificación eliminó el CUC y devaluó el CUP en 2.300% (Vidal, 2021).

5: En octubre de  de 2022 se reportó una exportación de 57.000 barriles, cifra similar al promedio (Piñón, 2022).

6: En 2016 el intercambio comercial de Cuba con los EE.UU. fue mayor que el intercambio con Rusia.

7: En 2022 solo hubo seis intenciones de inversión, de las que apenas cinco proyectos se encuentran en fase de negociación (Gil, 2022c).

8: Rusia ha enviado a Cuba alimentos y ayuda humanitaria, el último en 2021; en una conversación telefónica entre Díaz-Canel y Putin en enero de 2022, Putin prometió reforzar la cooperación estratégica con Cuba, pero las promesas en el pasado de inversión rusa han tomado mucho en materializarse. Además, las fuerzas armadas cubanas dependen fuertemente del envejecido equipo soviético y del mantenimiento y apoyo técnico de Rusia, pero la guerra en Ucrania ha demostrado la baja calidad de estos, a la par que ha debilitado a Rusia (Frank, 2022a).

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Referencias bibliográficas

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5 enero 2023 14 comentarios 1k vistas
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Economía de Cuba

La economía de Cuba en tiempos de crisis. Causas del problema

por Carmelo Mesa Lago 3 enero 2023
escrito por Carmelo Mesa Lago

El autor es el único responsable de este artículo, pero agradece los útiles comentarios/sugerencias de Alejandro de la Fuente, Jorge Duany, Javier Figueroa, Jorge Pérez-López y Vergard Bye, así como de los editores de La Joven Cuba, Alina Bárbara López y José Manuel González Rubines.

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Cuba enfrenta la peor crisis económica desde el Período Especial (particularmente de la peor etapa, 1991-1993) y la situación se asemeja a la de esos años terribles. Esta serie de artículos analiza las causas de la crisis, mide su magnitud con estadísticas económicas, en especial del período 2020-2022, describe brevemente la reacción ciudadana a la misma, ofrece algunas perspectivas para 2023, y da pautas para las reformas necesarias.

1. Las causas de la crisis

Es común que los dos extremos ideológicos señalen una sola causa de la crisis cubana actual: el polo de la derecha culpa al régimen comunista, y el de la izquierda acusa al «bloqueo» de los EE.UU. En la realidad, ambas visiones son simplistas, parciales y sesgadas; en mi opinión, no hay una sola causa de la crisis, sino múltiples y concatenadas que resumo a continuación:

1) El ineficiente sistema económico de planificación centralizada y vasto predominio de la propiedad estatal sobre el mercado y la propiedad no estatal, que ha fracasado en todo el mundo incluyendo a Cuba.

En su década de gobierno (2008-2018), Raúl Castro intentó reformas estructurales orientadas hacia el mercado, pero muy lentas, plagadas de obstáculos, desincentivos,  y vaivenes, por lo que no tuvieron efectos tangibles en la economía. Los líderes cubanos han descartado seguir los lineamientos del modelo de «socialismo de mercado» que ha tenido notable éxito económico-social en China y Vietnam, alegando diferencias de dichos países con Cuba (Mesa-Lago, 2022). El presidente Miguel Díaz-Canel apoya el continuismo, aunque ha impulsado reformas que se analizan aquí, entre ellas, la unificación monetaria y cambiaria y la legalización de las MPYMES.1

Economía de Cuba

El presidente Miguel Díaz-Canel apoya el continuismo, aunque ha impulsado reformas. (Foto: Jorge Luis Baños/IPS)

2) La grave crisis económica y humanitaria de Venezuela que le ha obligado a reducir substancialmente sus lazos económicos con Cuba: la compra de servicios profesionales de salud (el primer ingreso en divisas de la Isla), el suministro de petróleo con términos favorables (que cubre  alrededor de la mitad de las necesidades cubanas) y la inversión directa.

Dicha relación alcanzó su cúspide en 2012-2013 con US$16.017 millones, y disminuyó a la mitad en 2018; en relación al PIB de Cuba, se contrajo de un 22% a un 8%. Los tres componentes de la relación se redujeron: la exportación de profesionales en 24%, el envío de petróleo en 62%, y la inversión de US$8.000 millones se esfumó (Mesa-Lago y Vidal, 2019).

Tal descenso ha continuado en 2019-2022. Por ejemplo, el intercambio comercial de bienes (importaciones más exportaciones) entre Cuba y Venezuela se contrajo en 69% entre 2015 y 2021, las exportaciones cubanas cayeron en 92% y las importaciones venezolanas en 55%; mientras que el déficit contra Venezuela (exportaciones menos importaciones) fue de US$1.356 millones en 2015 y US$1.142 millones en 2021.

Venezuela ha descendido de primer socio comercial de Cuba (28% del intercambio total) al segundo, con solo 12,9% del intercambio total (ONEI, 2016, 2022); no hay series estadísticas sobre la compra de servicios profesionales cubanos por Venezuela y el suministro de petróleo venezolano (ver más adelante), pero continúa paralizada la inversión venezolana.

3) La incapacidad de la economía cubana de financiar sus importaciones de bienes con sus propias exportaciones debido a la caída en la producción interna.

Se demostrará la drástica reducción de la producción agropecuaria y manufacturera insular, y cómo esta contrajo las exportaciones, lo cual generó un déficit en la balanza comercial con sus principales socios comerciales. Por ejemplo, la relación económica con China alcanzó un cénit en 2015 y 2016, cuando este país se convirtió en su primer socio comercial (y superó así a Venezuela); su intercambio  representó 17% y 20% respectivamente, pero disminuyó en 46% entre 2015 y 2021 a 13% del intercambio comercial.2 

La razón fue un déficit contra China en la balanza comercial de bienes —las exportaciones cubanas son muy inferiores a las importaciones  del país asiático—, que ascendió a una cúspide de US$2.000 millones en 2015, por lo cual China redujo sus exportaciones a Cuba en 58% entre 2015 y 2021 (ONEI, 2016, 2022).

En la visita oficial de Díaz-Canel a China en noviembre de 2022, donde se firmaron doce acuerdos (ver sección 2), aquel recordó la advertencia de Xi Jinping a la necesidad de la parte cubana de cumplir con sus obligaciones: «ahora tiene que cumplirse bien el compromiso nuestro, de cómo hacemos bien las cosas, de cómo aprovechamos las oportunidades, cómo somos eficientes, cómo no malgastamos los recursos, y cómo logramos que las inversiones tengan un adecuado rendimiento, y cómo cada vez somos más serios y más efectivos también en los proyectos que propongamos, para seguir ampliando la cooperación». 

4) Las fuertes sanciones impuestas por Donald Trump, que revirtieron el proceso de acercamiento del presidente Barack Obama y reforzaron el embargo o «bloqueo»:3 la aplicación del Título III de la ley del embargo, que había sido suspendida cada seis meses por los anteriores presidentes (incluyendo a Trump), y que permite demandar a las compañías extranjeras que han «traficado» con bienes confiscados por el gobierno cubano; la reducción drástica de vuelos a Cuba, que menguó el turismo; la imposición de un límite a las remesas y la prohibición a la Western Union de enviar dichas remesas a la agencia cubana Fincimex, administrada por los militares; el endurecimiento de las sanciones a los bancos internacionales que hacen transacciones con Cuba, y la reinstalación de dicho país entre los que patrocinan el terrorismo.

Economía de Cuba

Las fuertes sanciones impuestas por Donald Trump revirtieron el proceso de acercamiento del presidente Barack Obama y reforzaron el embargo o «bloqueo». (Foto: Eric Thayer / The New York Times)

Dichas medidas congelaron la inversión extranjera y provocaron la salida de algunas empresas internacionales. Joseph Biden ha flexibilizado el envío de remesas y los vuelos a Cuba y está teniendo conversaciones sobre la emigración, pero las otras sanciones perduran. Nótese que la política de acercamiento de Obama con la Isla —la cual apoyé—, resultó en numerosas concesiones del primero, sin que Cuba cediese un ápice a cambio; por el contrario, la dirigencia cubana continuó criticando al gobierno estadounidense por el mantenimiento del embargo, que Obama no podía eliminar pues los republicanos tenían mayoría en ambas cámaras (Mesa-Lago, 2020).

5) La pandemia de Covid-19, que afectó severamente el turismo internacional y también redujo el viaje de mulas que antes llevaban remesas, alimentos y otros bienes de consumo para familiares o para su venta informal en Cuba. La combinación de las medidas trumpistas y la Covid-19 provocó la salida de compañías españolas como Bankia y tres hoteles de Meliá. La estimación de la media de exceso de mortalidad por la OMS (2021), muestra que la media de Cuba fue superior a la de once países latinoamericanos, una indicación de que no manejó bien la pandemia.

6) La implantación, al inicio de 2021, de la «Tarea Ordenamiento» (unificación monetaria y cambiaria) que, aunque a largo plazo debería dar resultados positivos, a corto plazo ha agravado muchos de los problemas anteriores, como un enorme incremento de la inflación, presión para el cierre de empresas no rentables (que generaría un aumento del desempleo declarado), escalada en espiral del precio de los bienes y fuerte escasez de alimentos y medicinas (Mesa-Lago, 2021).

7) La invasión de Ucrania por Rusia y la extensión inesperada de la guerra, que han disparado el precio de alimentos como el trigo, y del petróleo (Rodríguez, 2022a, 2022b); ambos perjudican a Cuba, la cual recientemente ha apoyado a Rusia,4 contribuyendo a un mayor aislamiento con la Unión Europea y posiblemente dañando las conversaciones en curso con la administración de Biden.

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1: Otro problema es el oligopolio de GAESA que controla vastos sectores de la economía, con mínima transparencia, lo cual impide cualquier competencia con el resto del sector estatal y no estatal.

2: Aún así, en 2021 China volvió a ser el primer socio comercial de Cuba debido a la fuerte contracción del intercambio comercial total.

3: El gobierno cubano estima que el embargo/bloqueo causó pérdidas por US$147.853 millones en seis décadas (Rodríguez, 2022a). He estado contra el embargo desde 1970, pero he demostrado ciertos efectos compensatorios (ver Mesa-Lago, 2022).

4: Cuba se abstuvo el 2 de marzo en la votación de la ONU que condenó la invasión de Ucrania por Rusia, pero durante la visita de Díaz-Canel a Moscú en noviembre de 2022, donde se entrevistó con Putin, apoyó la guerra y culpó a los EE.UU. de ser el causante.

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Referencias bibliográficas

3 enero 2023 24 comentarios 1k vistas
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unificacion monetaria

La unificación monetaria y cambiaria en Cuba: normas, efectos, obstáculos y perspectivas

por Carmelo Mesa Lago 6 febrero 2021
escrito por Carmelo Mesa Lago

Obstáculos a la unificación

El proceso de unificación se enfrenta a cuatro graves obstáculos. El primero, su diseño, la suspensión o posposición de elementos claves en la unificación monetaria y cambiaria: continuación de subsidios a las empresas con pérdidas al menos por un año; determinación central de precios e imposición de topes a la mayoría de precios mayoristas y minoristas, lo cual mantiene las distorsiones e impide que el mercado envíe señales adecuadas a los productores; establecimiento del cambio fijo y postergación del cambio móvil hasta que existan las condiciones necesarias; crecimiento del desempleo oculto porque las empresas con pérdidas no cerrarán al menos por un año (el desempleo declarado “no es una opción”); expansión insuficiente del sector no estatal para absorber el excedente de mano de obra estatal porque, a pesar de algunas medidas positivas, no se ha promulgado la ley de empresas que lo legalice y ofrezca garantías, ni se le permite exportar e importar directamente; ausencia de reformas profundas paralelas a la unificación, fundamentales para eliminar las distorsiones estructurales, como la transformación de la agricultura; incremento en 24 veces de los precios de las importaciones, pero su limitación a 12 veces en los precios nacionales; postergación del mercado paralelo oficial o permitido del dólar; retraso en la eliminación de gratuidades y reemplazo del subsidio a las empresas por el subsidio a las personas vulnerables; y rechazo como no factible de la mejor opción para controlar la inflación, que es el incremento de la producción.

El segundo obstáculo es político. Los retrasos mencionados pueden deberse a la oposición de los dirigentes más ortodoxos o “duros” de la vieja guardia (José Ramón Machado Ventura, de 90 años, segundo secretario del Partido y ex primer vicepresidente, y Ramiro Valdés, de 89 años, vicepresidente del Consejo de Estado). Cuando Raúl Castro reemplazó a su hermano en 2007, carecía del control total sobre las decisiones políticas y tuvo que compartir el poder con los “duros”. Esto fue una razón del fracaso de sus reformas estructurales, obstruidas por restricciones, desincentivos, altos impuestos y otras “trabas”. Miguel Díaz-Canel ha proclamado el “continuismo” junto con la necesidad de “destrabar” la economía. Obviamente, Díaz-Canel tiene menos poder que Raúl, que tenía el apoyo de las fuerzas armadas y la mayoría del PCC. Es posible que la posposición por casi una década de la unificación monetaria se deba a esta oposición (y a la resistencia de los beneficiarios del sistema de planificación central, incluyendo a las empresas “perdedoras” con la unificación). El período de transición de un año que pospone el cierre de empresas estatales y la terminación de los subsidios estatales pudiera haber sido una condición impuesta a la unificación por los ortodoxos.

El tercer obstáculo es la peor crisis económica desde la década de 1990. El PIB, que había disminuido un 0,2% en 2019 (en vez del 0,5% positivo estimado por la CEPAL), cayó un 11% en 2020, más que los pronósticos iniciales (del -8% al -10%). El promedio anual del período 2016-2020 fue del -1,3% y con un crecimiento adecuado tomará al menos tres años recuperar el quinquenio perdido (véase la Figura 10). Frente a este pobre desempeño, Cuba necesita una tasa de crecimiento sostenida del PIB del 6% al 7% anual. La caída del 11% en 2020 es mayor que la del -3% en 1990 y del -10,7% en 1991, el primer y segundo año de la crisis de los 90. Gil (2020b) proyecta un crecimiento de entre el 6% y el 7% en 2021, algo difícil (Triana, 220), y habrá que esperar a fines de este año para comprobarlo.

El déficit fiscal en 2021 aumentará al 23,3%, el mayor desde los años 90. La liquidez monetaria en manos de la población superaba al valor del PIB en 2019. El índice de producción industrial, que se recuperó parcialmente desde 2013, descendió en 2019 y estaba 39 puntos porcentuales por debajo de 1989. Entre 22 productos claves en agricultura, ganadería, pesca/mariscos, minería y manufactura en 2019, 19 descendieron respecto a 2018, 10 estaban bajo el nivel de 1989 y 11 eran inferiores a cimas de producción previas. El valor de las exportaciones en 2019 era un 62% menor que en 1989, mientras las importaciones eran un 22% mayor y el déficit en la balanza comercial de bienes creció un 187%. En 2020 hubo una caída del 30% en las exportaciones y del 40% en las importaciones, y disminuyó algo el déficit en la balanza de bienes. El excedente en la balanza de bienes y servicios menguó de 3.719 millones en 2014 a US$994 millones en 2019. Es un 73% menos, debido a que el valor de los servicios profesionales (primer ingreso en divisas) pasó del 13,8% al 7,2% del PIB entre 2012 y 2019 (mayormente por la crisis de Venezuela y el recorte de su compra de servicios a Cuba, así como por la salida de médicos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador). Las remesas del exterior (segundo ingreso en divisas) en 2020 estaban un 35% por debajo de 2019. El ingreso bruto por turismo (tercero en divisas) en 2020 cayó un 80% respecto a 2017 (la proyección oficial en 2021 es menos del 68% respecto a 2017) y la ocupación de camas hoteleras era sólo un 48% en 2019 (debido a la pandemia y las sanciones de Trump).

Cuba no pagó su deuda renegociada con el Club de París en octubre de 2019 y este le ha impuesto una sanción del 9% sobre su saldo. También incumplió el pago de la deuda renegociada con Rusia, que suspendió sus proyectos de inversiones (Triana, 2020). La inversión extranjera directa virtualmente se paralizó debido al recrudecimiento del embargo y la implementación del Título III de la Ley Helms-Burton (que autoriza reclamaciones judiciales contra compañías extranjeras que han “traficado” con propiedades confiscadas por el gobierno cubano). La tasa de participación laboral mermó del 76,1% al 65,2% entre 2011 y 2019. El salario real era el 47% del valor de 1989 mientras que la pensión real era del 64%, y la asistencia social disminuyó entre 2005 y 2019 de 5,3 a 1,5 beneficiarios por 1.000 habitantes y del 2,3% al 0,4% del PIB (Figuras 1, 2 y 3; Mesa-Lago y Svejnar, 2020; Gil, 2020b; Bolaños, 2020; y Frank, 2020).

El cuarto obstáculo es que Cuba no tiene un ahorro interno sustancial y que su formación bruta de capital pasó del 25% del PIB al 12% entre 1989 y 2018 (Figura 1). Sus reservas internacionales, aunque no se publican, deben estar a muy bajo nivel o virtualmente exhaustas debido a la crisis económica. Esto significa que no hay recursos para afrontar el aumento de los costes de importación, los subsidios, etc., y limita el espacio de las políticas fiscales. Por último, carece de un prestamista de último recurso que pudiese ayudarla financieramente en la unificación, al no pertenecer al FMI, ni al Banco Mundial, ni al BID (“Redacción OnCuba”, 2016; y Cuba Standard, 2020).

¿Por qué ahora?

En septiembre de 2020 un artículo de la Agencia Reuters anunció que el fin de la doble moneda ocurriría antes del fin del año, probablemente el 1 de octubre. Esto provocó una avalancha de cubanos buscando cambiar sus CUC por CUP, con seria escasez de CUP en las casas de cambio oficiales CADECA (Tribuna de La Habana, 9/IX/2020). El anuncio fue desmentido por el BCC como “no verídico” y su presidenta declaró que cuando se tomase la decisión se anunciaría al pueblo. La principal agencia de noticias oficial recorrió los bancos de La Habana y reportó largas colas de cambistas, un colapso de los servicios, cajeros vacíos y falta de personal (Cubadebate, 14/IX/ 2020). En una Mesa Redonda televisada, Marino Murillo y Alejandro Gil dieron información detallada sobre la unificación, llamada “Ordenamiento Monetario”. Según Murillo (2020), la unificación y la modificación de la tasa de cambio ocurrirían simultáneamente antes de fin de 2020, en un primero de mes, porque las empresas estatales deben cerrar sus estados financieros al final de cada mes, pero esto no ocurrió. El 10 de diciembre, Díaz-Canel (2020b), flanqueado por Raúl Castro que se mantuvo en silencio, anunció la unificación y advirtió que “no constituye por sí misma la solución mágica a todos los problemas de nuestra economía”. Estos antecedentes plantean tres interrogantes: ¿por qué ahora la unificación en medio de la crisis económica más grave desde los años 90?, ¿por qué no se hizo cuando Cuba gozaba una situación mejor? y ¿cuáles han sido las causas de su postergación?

El momento ideal para hacer la unificación y reducir, o al menos controlar mejor sus efectos adversos, hubiese sido entre 2012 y 2016, cuando la situación económica era más boyante. La relación con Venezuela estaba en máximos y equivalía al 22% del PIB cubano; la venta de servicios profesionales sobrepasó los US$8.000 millones anuales (el primer ingreso en divisas), las remesas externas fueron de US$3.445 millones anuales[1] (el segundo), el proceso de normalización con EEUU bajo la presidencia de Obama indujo un aumento considerable del turismo estadounidense y el ingreso bruto del turismo fue de US$3.185 millones (el tercero). En 2015 el PIB creció un 4,4%, el mejor desempeño desde 2007. Hubo una deflación del -2,9% y Cuba conducía exitosamente la negociación con el Club de París, que le condonó 42.000 millones en deuda y extendió el pago restante hasta 2033 (Figuras 1 y 2). Pérez (2019) identificó el período entre 2014 y 2017 como el “mejor contexto”.

Una disyuntiva recurrente en el debate académico sobre la unificación fue la urgencia de hacerla sin tener listas las condiciones previas. La posición más convincente fue que estas podrían no darse y que la unificación facilitaría otras medidas (Pérez, 2020; y Pérez Villanueva, 2020b). Monreal (2019a) especuló con que la dirigencia demoró su inicio porque priorizó los efectos político-sociales: “Si predominase la percepción de un elevado costo social y un potencial impacto de erosión política, sencillamente no habrá devaluación…, por mucho que los economistas insistamos en su [necesidad]”. En este escenario, “los duros” hubieran presionado para demorarla. Es posible, además, que el gobierno cubano –como el resto del mundo– esperara que Hilary Clinton ganara en 2016, garantizando la continuidad de las políticas de apertura de Obama y la bonanza económica en Cuba, lo que podría aliviar el shock derivado de la unificación. Frente a la razón de Monreal, la espera ha agravado los costes político-sociales, mientras que la esperanza de la victoria de Clinton no explica por qué se desaprovechó tamaña oportunidad anterior. Murillo da pistas de por qué comenzó la unificación en diciembre: “La unificación no va a resolver todos los problemas de la economía que… tiene problemas estructurales en los que habrá que continuar trabajando… Tenemos un entorno en el que es muy difícil que la economía funcione de manera natural, tanto por dicho entorno como por las deformaciones estructurales… No es posible avanzar en temas más profundos en el modelo económico si no se ordena monetariamente el país… creemos que no podemos seguir esperando” (Falcón et al., 2020a). Sin embargo, esa razón era válida en el período previo.

Perspectivas

El gobierno cubano ha iniciado la necesaria unificación monetaria y cambiaria, pero ha pospuesto varios de elementos clave al menos por un año. Esto postergará sus efectos positivos a largo plazo, pero no impedirá impactos a corto, como la inflación. Queda por ver si el incremento de los salarios, pensiones y prestaciones sociales compensará la subida de precios, pero en caso contrario se agravarán las tensiones sociales. Afrontar este difícil proceso en medio de la peor crisis desde la de los años 90, lo hace aún más traumático. Por último, existe la posibilidad de que después del año de transición se mantengan los subsidios fiscales a las ineficientes empresas estatales que sufren pérdidas.

Los dirigentes cubanos apuestan a que Biden regrese a las políticas de Obama, lo que les daría un respiro esencial para la unificación. De hecho, dijo que lo haría en un discurso en Florida, que probablemente le costó la elección en ese estado, por el voto de los exiliados cubanos y venezolanos, seducidos por Trump. El nuevo presidente podría, por resolución presidencial, restaurar varias de las medidas de Obama revertidas por Trump. Además, consiguió empatar los votos en el Senado al ganar el Partido Demócrata la elección decisiva de dos senadores en Georgia (la vicepresidenta tiene el derecho de votar en favor de los Demócratas, dándoles la mayoría). El tema cubano es poco prioritario en la agenda de Biden, con múltiples problemas severos y urgentes, como la pandemia, la recesión, el cambio climático, la extensión del acuerdo nuclear con Rusia, la renegociación del tratado nuclear con Irán, el creciente poder económico y político mundial de China, la necesidad de restaurar sus lazos con la UE y la reversión de las políticas sociales de Trump. Biden también se enfrentará a la férrea oposición de los trumpistas-Republicanos, y del senador Demócrata cubano-americano Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Además, el gobierno cubano debería hacer las concesiones que le negó a Obama, para que las medidas de Biden sean aceptables políticamente en el Congreso.

El VIII Congreso del PCC debió celebrarse en abril de 2020, pero se pospuso, en parte, por la pandemia y por la crisis económica. Es probable que los dirigentes del gobierno y del partido quisiesen esperar al resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses antes de emprender las políticas económicas más difíciles del proceso de unificación. La convocatoria para el VIII Congreso, del 16 al 19 de abril de 2021 es parca y poco concreta en sus objetivos, recalca las metas repetidas en la última década: evaluación de la implementación de los Lineamientos (VI Congreso, 2011) y actualización de la conceptualización del modelo económico (VII Congreso, 2016), así como sus resultados; aumento de la producción de alimentos, respuesta de la industria a la demanda interna, ahorro de recursos, incremento de las exportaciones, sustitución de importaciones y participación de la inversión directa extranjera. Este Documento de Trabajo ha demostrado con estadísticas oficiales que ninguna de esas metas se ha cumplido. La Convocatoria reitera que la empresa estatal juega “el papel principal” en la economía, aunque “los vínculos entre el sector no estatal y el no estatal… han de seguir desarrollándose” pero de “forma complementaria” sin el dinamismo que tiene en China y Vietnam[2]. Por último, la convocatoria afirma que en el VIII Congreso se presentarán “definiciones precisas y concretas” (Comité Central del PCC, 2020). Es factible que las decisiones fundamentales sobre el modo de implementar la unificación, así como las reformas fundamentales paralelas, no se conocerán hasta que se publiquen los acuerdos del Congreso.

Los resultados reales de la unificación monetaria y cambiaria se conocerán de forma gradual, a corto, medio y largo plazo. En los primeros meses de 2021 posiblemente habrá indicaciones de: (a) si en el mercado negro la tasa de cambio fija de 24 sigue depreciándose (superando 43 a fines de diciembre); (b) si frente a eso, el gobierno da señales de que devaluará más el CUP, aumentando la tasa de cambio fija o permitiendo una tasa de mercado paralelo; (c) si el gobierno emprende (no basta que anuncie) algunas reformas estructurales paralelas esenciales, como la promulgación de la Ley de Empresas, la reforma profunda de la agricultura, la eliminación de trabas al sector no estatal, etc.; y (d) si el aumento del salario y pensiones se queda por debajo del crecimiento de los precios.

A mediados de 2021 o comienzos del otoño, el gobierno sabrá: (a) si han crecido las exportaciones de bienes y servicios en volumen (no sólo en precios internacionales) y se han reducido las importaciones con una mejoría en la balanza; (b) si hay un retorno del turismo extranjero y un incremento en las remesas externas que ayudarán en la unificación; y (c) si hay señales positivas del gobierno Biden aliviando las medidas de Trump. Un tercer grupo de efectos no se podrá evaluar hasta comienzos de 2022, después del año de transición, algo sobre lo que falta información, pues todos los ministros han guardado silencio: (a) si el gobierno deja de pagar subsidios a las empresas estatales que continúan con pérdidas; (b) si hay despidos de los trabajadores en las empresas cerradas, sin que el gobierno siga pagándoles todo o parte de sus salarios, por lo que el desempleo declarado crecerá más allá del actual 1,6%; y (c) si hay una expansión sustancial del sector no estatal, especialmente del cuentapropismo, y si este está absorbiendo el desempleo generado en el sector estatal.

Hago votos por que el proceso de unificación avance sin más cortapisas para bien del país y de su pueblo.

[1] Las cifras son estimaciones gruesas pues no hay series estadísticas verificables.

[2] En el VII Congreso se afirmó que la gestión por formas de propiedad no estatal no implica “la privatización o enajenación” de aquellas.

Tomado de: Real Instituto Elcano (con autorización del autor)

6 febrero 2021 16 comentarios 4k vistas
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unificación

¿Es este el mejor momento para la unificación?

por Carmelo Mesa Lago 22 diciembre 2020
escrito por Carmelo Mesa Lago

Por una década, las autoridades y académicos economistas cubanos han estado debatiendo sobre la unificación monetaria y cambiaria. Incluso hace varios años se publicó en la Gaceta Oficial, las reglas generales para el llamado «Día Cero» en que comenzaría ese proceso, y el expresidente Raúl Castro prometió que acaecería en 2018.

El pasado septiembre, un artículo de la Agencia de Noticias Reuters anunció que el fin de la doble moneda ocurriría antes de terminar el año 2020, probablemente el 1ro de octubre, lo cual provocó una avalancha de cubanos que trataron de cambiar sus CUC por CUP, lo que creó una seria escasez de CUP en las casas de cambio oficiales, llamadas CADECA.

El anuncio fue desmentido por el Banco Central de Cuba como «no verídico» y la ministra-presidente de esa institución declaró que cuando se tomara la decisión, se anunciaría al pueblo. El medio oficial con más alcance de la Isla hizo un recorrido por los bancos de La Habana y reportó que había largas colas de cambistas, un colapso de los servicios, cajeros vacíos y falta de personal.

Una Mesa Redonda transmitida por la TV, con la participación de Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, y Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, dieron información detallada sobre la unificación, llamada «Ordenamiento Monetario». Según Murillo, la unificación monetaria y la modificación de la tasa de cambio ocurrirían simultáneamente antes de que terminara 2020 y sería un primero de mes porque las empresas estatales deben cerrar sus estados financieros.

Aunque esto no ocurrió, el 10 de diciembre se decretó la unificación. Estos antecedentes plantean interrogantes: ¿por qué después de diez años se hace ahora la unificación en medio de la crisis económica más grave desde el decenio de los 90?, ¿por qué no se hizo antes cuando Cuba gozaba una situación mejor?, ¿cuáles han sido las causas de la postergación de esta medida?

El momento ideal para hacer la unificación y reducir, o al menos controlar mejor sus efectos adversos, hubiese sido entre los años 2012 y 2016, cuando la situación económica de la Isla era mucho más boyante (Mesa-Lago y Svejnar, 2020):

  • La relación económica con Venezuela estaba en su cima, equivalente al 22% del PIB cubano.
  • La venta de servicios profesionales sobrepasó los 8 mil millones de dólares –el primer ingreso en divisas–.
  • Las remesas externas fueron de 3 mil 445 millones –el segundo ingreso en divisas–.
  • El proceso de normalización con los EE.UU bajo la presidencia de Barack Obama resultó en un aumento considerable del turismo estadounidense y el ingreso bruto de turismo fue de 3 mil 185 millones de dólares –el tercer ingreso en divisas–.
  • En 2015, el PIB creció 4.4%, su mejor desempeño desde 2007.
  • Hubo una deflación de -2.9% y Cuba estaba conduciendo de manera exitosa sus negociaciones con el Club de París, que eventualmente le condonó 42 mil 000 millones en deuda y extendió el pago de la deuda restante hasta 2033.

Por lo contrario, el fin del año 2020 demostró que Cuba estaba sufriendo su peor crisis desde el decenio de los noventa.

  • El PIB que había disminuido 0.2% en 2019 –en vez del estimado de la CEPAL de 0.5% positivo–, cayó 11% en 2020, más que los pronósticos de entre -8% y -10% que habían hecho la CEPAL, The Economist Research Unit y otros expertos. El promedio anual del PIB en el período 2016-2020 fue de -1.3% y tomará dos años —asumiendo un crecimiento adecuado— para recuperar el quinquenio perdido.
  • El déficit fiscal en 2021 aumentará a 23.3%, el mayor desde el decenio de los 90, debido al incremento de salarios, pensiones y prestaciones de asistencia social, así como de los subsidios de precios y a las empresas estatales con pérdidas.
  • La liquidez monetaria en manos de la población (M-2) superaba al valor del PIB en 2019 y la cima alcanzada en 1993, el peor año de la crisis de los 90, y será mayor en 2021.
  • El índice de producción industrial que se había recuperado parcialmente desde 2013, descendió en 2019 y estaba 39 puntos porcentuales por debajo del nivel de 1989.
  • De entre 22 productos claves en la agricultura, la ganadería, la pesca/mariscos, la minería y la manufactura en 2019, 19 de ellos descendieron en su producción respecto a 2018, diez estaban bajo el nivel de 1989 y once eran inferiores a cimas de producción previas.
  • El valor de las exportaciones en 2019 era 62% menor que en 1989, mientras que el valor de las importaciones era 22% mayor y el déficit en la balanza comercial de bienes creció 187%. En 2020 hubo una caída de 30% en las exportaciones y 40% en las importaciones, con lo cual disminuyó el déficit en la balanza de bienes.
  • El excedente en la balanza global disminuyó de 3 mil 719 millones en 2014 a solo 994 millones en 2019 –73% menos– debido a que el valor de los servicios profesionales –primer ingreso en divisas– mermó de 13.8% al 7.2% del PIB entre 2012 y 2019 –mayormente por la crisis en Venezuela y el recorte de sus compras de servicios a Cuba, así como la salida de médicos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador–.
  • Las remesas del exterior (segundo ingreso en divisas) en 2020 estaban 35% por debajo de 2019.
  • El ingreso bruto por turismo (tercero en divisas) en 2020 cayó 80% respecto a 2017 (la proyección oficial en 2021 es una merma de 68% respecto a 2017) y la ocupación de camas hoteleras era sólo 48% en 2019 (debido a la pandemia y las sanciones trumpistas).
  • Cuba no pagó su deuda renegociada con el Club de París en octubre de 2019 y este le ha impuesto una sanción de 9% sobre el saldo de dicha deuda.
  • La inversión extranjera directa virtualmente se paralizó debido al recrudecimiento del embargo de EEUU y la implementación por Trump del Título III de la ley Helms Burton, que autoriza reclamaciones judiciales contra compañías extranjeras que han «traficado» con propiedades confiscadas por el gobierno cubano.
  • La tasa de participación laboral mermó de 76.1% a 65.2% entre 2011 y 2019, una indicación de un desempleo oculto del 11%.
  • El salario real –ajustado a la inflación oficial– era el 53% del valor de 1989, mientras que la pensión real era el 38%, y la asistencia social disminuyó entre 2005 y 2019 de 5.3 a 1.5 beneficiarios por mil habitantes y de 2.3% a 0.4% del PIB (Gil, 2020; ONEI, 2020; Mesa-Lago y Svejnar, 2020; Mesa-Lago, 2021).

Es probable que la falta de unidad en la dirigencia contribuyera a posponer la decisión. Además, el gobierno cubano —como el resto del mundo— esperaba que Hillary Clinton ganase la presidencia en 2016, garantizando la continuidad de las políticas de apertura de Obama y la bonanza económica en Cuba, lo que podría evitar el shock derivado de la unificación. Pero esa oportunidad dorada se desaprovechó.

Murillo explicó por qué se inició el proceso el pasado diciembre: «La unificación no va a resolver todos los problemas de la economía que tiene problemas estructurales en los que habrá que continuar trabajando. Tenemos un entorno en el que es muy difícil que la economía funcione de manera natural, tanto por dicho entorno como por las deformaciones estructurales. No es posible avanzar en temas más profundos en el modelo económico si no se ordena monetariamente el país. Creemos que no podemos seguir esperando».

Sin embargo, salvo algunas medidas positivas pero insuficientes, Cuba todavía no ha llevado a cabo las reformas profundas necesarias para eliminar las «deformaciones estructurales», algo que hay que hacer paralelo a la unificación.

Los dirigentes cubanos ahora están apostando que, con la elección de Joseph Biden como presidente de EEUU, este regrese a las políticas de Obama. De hecho, Biden dijo que lo haría en un discurso que pronunció en Florida y que probablemente le costó perder la elección en ese estado, por el voto contrario de los exiliados cubanos y venezolanos seducidos por las acciones y promesas de Trump. El nuevo presidente podría, por resolución presidencial, restaurar varias de las medidas de Obama que fueron revertidas por Trump, pero necesita una mayoría en el Senado para avanzar más y eso no se sabrá hasta el 5 de enero cuando se haga la elección de dos senadores clave en el estado de Georgia.

Además, el tema cubano tiene muy baja prioridad en la agenda del nuevo presidente que confronta problemas severos y urgentes como la pandemia, la recesión, el cambio climático y la reversión de las políticas derechistas de Trump. Biden también enfrentará la férrea oposición de los Trumpistas-Republicanos, así como del senador demócrata cubano-americano Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Por último, el gobierno cubano tendría que hacer algunas concesiones a las que se negó bajo Obama, para que las potenciales medidas de Biden sean aceptables políticamente en el Congreso.

Referencias

Gil, Alejandro (2020b), “Economía cubana cae 11% este año, Informe al Sexto Período Ordinario de la Sesiones de la ANPP”, Cubadebate, La Habana, 17 diciembre.

Mesa-Lago, Carmelo (2021), La Unificación Monetaria y Cambiaria en Cuba: Normas, Efectos, Obstáculos y Perspectivas, Madrid, Documento de Trabajo, Instituto Elcano de Estudios Internacionales, enero.

Mesa-Lago, Carmelo y Jan Svejnar, The Cuban Economic Crisis: Its Causes and Possible Policies for a Transition, Miami, Vaclav Havel Program for Human Rights and Diplomacy, Florida International University, octubre.

Oficina Nacional de Estadísticas e Información—ONEI (2020), Anuario Estadístico de 2019, Edición de 2020, La Habana, consultado el 20 de diciembre.

22 diciembre 2020 36 comentarios 2k vistas
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