La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
Autor

Alina Bárbara López Hernández

Alina Bárbara López Hernández

Profesora, ensayista e historiadora. Doctora en Ciencias Filosóficas

Juventud revolucionaria vs filosofía de la parálisis

por Alina Bárbara López Hernández 18 diciembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

La generación del treinta no lo fue solamente por la diferencia cronológica con sus predecesores. Lo que la convirtió en una generación fue su carácter transgresor, pues, como afirmara con acierto Joel James Figarola era un grupo en proceso de fractura generacional con quienes habían detentado “el monopolio político del mambisado” y sus principios rectores: caudillismo y dependencia: “al desembridarse de la guía de los viejos caudillos, rechazar la instrumentación por la cual esta se realizaba y romper con la ascendencia mágica de unos y otros sobre la política cubana, los hombres del 25 están cometiendo el acto de toma de conciencia, reafirmación propia y definición de posibilidades y deberes más importantes en toda nuestra historia republicana”.[1]

Mucho tuvieron que batallar para rechazar la “ascendencia mágica” de aquellos hombres que, en verdad, fueron los líderes de una revolución independentista, pero que ya, tras años de desgaste, habían envejecido, y con ellos una retórica discursiva inoperante que condujo al país a un callejón sin salida.

La juventud debía romper con el control absoluto del grupo de poder que dirigía la política en Cuba, pero para ello debía despedazar también su discurso monopolizador de la verdad. Lo primero fue lograr medios de expresión propios, que reflejaran sus aspiraciones, promovieran el debate en torno a sus inquietudes —culturales y cívicas— y gestaran aptitudes de pluralidad y contrastación de ideas como vías para encauzar las transformaciones que necesitaba Cuba. Actitudes como la Protesta de los Trece, grupos como el Minorista, publicaciones como Venezuela Libre —después América Libre—, Social, Avance, Política, entre otras, serían las encargadas. Sobre la necesidad de transparencia informativa se pronunciaba en 1928 Revista de Avance: “La conciencia de un pueblo no puede madurar si se le tiene de continuo sujeta a una tutela, ni mejorará su salud porque se le prescriban dietas de información. Tenemos que cultivar nuestra facultad de discriminar, y para ello es menester que se nos permita acceder al mayor volumen posible de elementos de juicio —justos o errados, bien o mal intencionados”.[2]

La segunda barrera a destruir para definirse como generación sería la filosofía epocal. La generación del treinta se había formado bajo la influencia teórica e ideológica del Positivismo, corriente filosófica que desempeñó en nuestro continente una función progresista, dada su confianza en el desarrollo de las ciencias, la cultura y la sociedad; el énfasis en el papel de la educación; y su apego a las concepciones del liberalismo. Sin embargo, había un elemento que la tornaba conservadora; era su concepción del desarrollo, que estuvo signada por la casi reverencial admisión de una especie de fatal e inexorable destino humano hacia el progreso, que hacía innecesaria la ruptura violenta del orden. En momentos de crisis económica, cada vez mayor dependencia al capital norteamericano, y gran corrupción política, el Positivismo había agotado sus propuestas.

No obstante, como veremos, la ruptura no estaría libre de errores. El rechazo a los viejos políticos y a su visión positivista de la sociedad cubana se llevó a extremos, con la manifestación entre los nuevos intelectuales de una respuesta filosófica marcada por el pesimismo y el apoliticismo. Esta emergió, más que como una corriente, cual un conjunto de tendencias y posiciones que tuvieron como característica común el espiritualismo o irracionalismo. Sus propuestas se basaban en la búsqueda de la espiritualidad; en ideas románticas sobre las culturas autóctonas del continente americano; en rescatar la sensibilidad, el misticismo, la belleza y la emotividad. Fue loable su interés en recuperar al hombre como centro de las inquietudes filosóficas, su humanismo, y los aportes que realizaron a la teoría de los valores y a la axiología en general. A estas concepciones se debió el rescate del pensamiento martiano y su verdadera difusión en Cuba.

La Revista de Occidente, dirigida por el filósofo español José Ortega y Gasset, fue responsable de la difusión en Cuba de esas ideas, en gran parte provenientes de Alemania. Particularmente, la influencia de la obra de Hermann Keyserling (Livonia, 1880–Austria, 1946), fue notoria en esta etapa. Ese filósofo y ensayista fue una de las personalidades más distinguidas de la cultura europea de su época. Se interesó en las ciencias naturales y efectuó un periplo alrededor del mundo en 1911, del que resultó su obra más célebre, Diario de viaje de un filósofo (1925), que describía sus visitas por Asia, América y Europa del Sur, y establecía comparaciones entre pueblos, culturas y filosofías. El pensador alemán se había convertido en un crítico del materialismo occidental, al que oponía como disyuntiva más atractiva la búsqueda de la perfección interior, tan propia de las filosofías orientales. El artículo “Hermann Keyserling, universitario”, publicado en Revista de Avance planteaba:

[…] No debemos esperar la reforma de los factores externos. El mal, la decadencia, está en nosotros mismos. La lucha debe entablarse contra nosotros mismos […] La revolución debe operarse en cada uno de nosotros; no en cada grupo, en cada clase […] La perfección interior se traduce mejor en individualidades que en multitudes.

[…] Nosotros no somos agnósticos. Necesitamos un nuevo mito, nuevas creencias. Nuestra fe no se limita a simples afanes científicos. Buscamos algo más hondo, más vital […]  Necesitamos nuevas concepciones religiosas y éticas […] debemos tender a la perfección interior de cada uno de nosotros. Despertemos nuestro yo interior.[3]

El desencanto por la república de generales y doctores, al combinarse con la idea de que lo “lo explicativo va predominando sobre lo agitador”, y de que el progreso debía entenderse como cosa  “hacia dentro” y no como el despliegue de las fuerzas externas —según afirmara Medardo Vitier en una reseña—[4], se convertía de este modo en una filosofía de la parálisis. Ciertamente, no existe nada tan conservador, tan sutilmente desmovilizador para las sociedades en crisis, necesitadas de cambios estructurales y de transformaciones profundas; que la apelación a un cambio de mentalidades, al rescate de valores o a la defensa de mitos y conceptos. Esto sería invertir el axioma materialista de que las personas piensan de acuerdo a como viven, y sugerir que transmutar las formas de pensamiento es suficiente para una evolución de la vida material de las sociedades.

La influencia de esas tesis se descubre en intelectuales progresistas como Waldo Frank, ensayista norteamericano y amigo del pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui, que lo recomendara a la intelectualidad de la Isla durante la visita del primero, a fines de 1929. El norteamericano impartió tres conferencias en la Institución Hispano Cubana de Cultura; entretanto, los avancistas fueron excelentes anfitriones, le dedicaron un almuerzo y publicaron en su revista el mensaje a la juventud cubana:

Aceptad vuestra entera generación como un punto de transición, como una crisis de prueba, como un estado embrionario. […] Vivid hondamente, secreta, voluntariosa, astuta, nutriciamente, como ha de vivir el embrión. Conoceos a vosotros mismos, cultivaos, haceos mejores: preservad la semilla de la acción heroica, que está en vosotros. No la dejéis perecer porque no haya llegado aún su hora de alzarse al sol. Si persistís en vuestra vida embrionaria durante otra generación, Cuba nacerá por vosotros […]. Y, sobre todo, no exijáis resultados. Los resultados están en el mañana. Vosotros sois el hoy […].[5]

Algunos aceptaron esta propuesta. En cambio, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente Brau, Gabriel Barceló, Raúl Roa, Antonio Guiteras, Juan Marinello, y otros intelectuales revolucionarios decidieron ser el hoy y no el mañana de su tiempo. Porque para convertirse en una generación no se puede esperar al futuro.

[1]Joel James Figarola: Cuba 1900-1928. La República dividida contra sí misma, Arte y Literatura, La Habana, 1976, p. 265.

[2]  “Directrices”, Revista de Avance, no. 24, 15 de julio de 1928, p. 171.

[3] Jorge Núñez Valdivia: “Hermann Keyserling, universitario”, Revista de Avance, no. 13, 15 de octubre de 1927, pp. 12-13 y 25.

[4] Medardo Vitier: “El mundo que nace [de] El conde de Keyserling”, Revista de Avance, no. 19, 15 de febrero de 1927, pp. 57-58.

[5] “A la juventud cubana”, Revista de Avance, no. 42, enero de 1930, pp. 5-6.

18 diciembre 2019 21 comentarios 404 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
relativity

Our theory of relativity

por Alina Bárbara López Hernández 14 diciembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

The United Nations was founded in 1945 as part of the system of organizations and treaties that emerged after the Second World War. In that same year, and spanning part of the next, the trials of Nazi war criminals were held in the German city of Nuremberg.

Although the crimes against the Jewish population were known, their magnitude could only be demonstrated after the war. The material evidence obtained at the terrible extermination camps, in addition to the testimonies of survivors, allowed the world to describe those events then and forever as a holocaust.

In the statements by the accused and their attorneys at the international court which carried out the proceedings, the argument was presented once and again —in an attempt to justify what happened— that they acted in strict compliance of German Law.

Indeed, between 1933 and 1939, Adolf Hitler’s government had passed extensive anti-Hebrew legislation made up by more than 400 government decrees and regulations that wove a discriminatory network from the municipal to the national level.

No aberrant decision was made without its corresponding legal protection. Separate zones of residence, the obligation to identify themselves with the Star of David, the confiscation of property, the prohibition of marrying non-Hebrews, the removals from the faculties of universities and schools, the exclusion from the civil service at all levels, the mandatory sterilization, the transfer to concentration camps…

The argument of having obeyed the Law as a justification for the crimes was not accepted by the international court at Nuremberg. It contended that no particular legislation could infringe on the inherent human rights of people, which were considered to be universal.

As a result of these debates, on December 10, 1948, exactly 71 years ago, at the third UN General Assembly, the Universal Declaration of Human Rights (UDHR) was approved.

Cuba was a founding member of the UN Human Rights Commission and a signatory state of the UDHR. The negotiations corresponded to the administration of Ramón Grau, who subscribed the document.

The UDHR is a historical landmark. It was written by representatives of all regions of the world, with diverse legal and cultural backgrounds. The text is inspired by the 1789 Declaration of the Rights of Man and of the Citizen. It is proclaimed as a common, universal ideal, for which all peoples and nations should strive, so that both individuals and institutions may promote it by means of teaching, education and respect. They are fundamental rights, with such a universal nature that they must be protected worldwide.

It was approved with no votes against at the UN General Assembly. Only eight countries abstained: South Africa, which by then was beginning to apply the segregationist policy of apartheid; Saudi Arabia, where slavery was legal; and the countries that were starting to form the socialist bloc: Belarus, Poland, Czechoslovakia, Ukraine, the Soviet Union and Yugoslavia.[1]

This being a widely known historical event, it was decidedly poorly explained on a recent special program in Cuban television. It was broadcast last November 7, on the occasion of the voting on the Resolution against the US blockade of Cuba, and presenter Humberto López, who, incidentally, graduated from Law school, stated that ‘human rights are a cultural construction’. The communicator argued that they don’t mean the same in China or other countries, as they do in Cuba.

This profoundly relativistic attitude has deep roots in anthropological science, specifically in the points of view of the American school of historical ethnology, or historical particularism, whose leading figure was Franz Boas (1858-1942).

This also happened in other sciences, like Philosophy, Sociology and History, for example. After the crumbling of real socialism, that perspective was reinforced as part of the postmodern wave. It would transmit to science an agnostic attitude and would deny traditional sources.

For Social Anthropology, however, historical particularism was positive. Boas, rejecting the ethnocentricity of previous anthropological schools of thought, denied the existence of world levels in cultural development. He believed that, in order to reconstruct the history of humanity, one had to begin by separately studying the history of each people. In his opinion, each culture was the unique result of a set of factors and exclusive conditions which could only be understood on the basis of their own rules.

These theses equally promoted a trend that took the fundamental propositions of particularism to their extreme. This was called Cultural Relativism. The two statements at its core are: ‘All cultural systems are inherently equal in value’ and ‘any cultural model is inherently as deserving of respect as the others’.

The advocates of the relativistic trend state that all criteria for the evaluation of a culture are relative, since they originate in the members of other cultures. There are no values or customs which are bad or good, better or worse, inferior or superior, only different. Such a stance, though it rejects ethnocentricity and cultural imperialism, has caused damage in the assessment of topics related to the universal rights of human beings.

If one assumes a relativistic stance, it would be impossible to criticize cultural practices such as female genital mutilation, which causes thousands of deaths and health complications every year; or selective infanticide, among other cultural traditions which infringe human rights, such as the right to life, reproductive freedom, etc.

When applied to political practice, this perspective would justify decisions that breach rights, such as the one restricting freedom of movement, just to mention a controversial example in Cuba-US relations. The North would not be able to criticize Cuba for preventing selected individuals from travelling abroad, while the island would be unable to complain that the US government forbids its citizens from freely travelling there as tourists.

If we continue down this path, we would prove that the debate between the universal character of human rights and the relativistic stance does not resist serious analysis, although we must equally stress that no nation can invoke the UDHR to intervene in another’s affairs using their non-observance of it as a pretext. However, international bodies have the function of accompanying and insisting on the observance of these principles, in any culture and in any system.

[1] Ukraine and Belarus had seats at the UN at the time as a result of initial negotiations, even though they were part of the USSR.

(Translated from the original)

14 diciembre 2019 1 comentario 392 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Nuestra teoría de la relatividad

por Alina Bárbara López Hernández 10 diciembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

En 1945, como parte del sistema de organizaciones y tratados que emergió tras la Segunda Guerra Mundial, se fundó la Organización de Naciones Unidas. En ese mismo año, y durante el siguiente, se celebraron en la ciudad alemana de Núremberg los juicios a los criminales de guerra nazis.

Aunque eran conocidos los vejámenes a la población judía, solo al concluir la conflagración se pudo demostrar la magnitud de los mismos. Las evidencias materiales ocupadas en los terribles campos de exterminio, sumadas a los testimonios de los sobrevivientes, permitieron calificarlo como se ha hecho desde entonces: un holocausto.

En las declaraciones de los acusados y sus abogados ante el tribunal internacional que juzgó los hechos, fue sustentado una y otra vez —en el intento de justificarse—, el argumento de que actuaron bajo el acatamiento estricto de la legalidad germana.

Efectivamente, entre 1933 y 1939 el gobierno de Adolfo Hitler había aprobado una extensa legislación anti hebrea conformada por más de cuatrocientos decretos-leyes y normativas que se tejían como una red desde los niveles municipales hasta la nación.

Ninguna decisión aberrante quedó sin su correspondiente amparo legal. Zonas separadas para residir, obligación de identificarse con el símbolo de la estrella de David, confiscación de bienes, prohibición de matrimonios con personas no hebreas, expulsión de los claustros de las universidades y escuelas, exclusión del funcionariado a todos los niveles, esterilización forzosa, envío a campos de concentración…

La tesis de la obediencia a la ley como justificante de los crímenes no fue aceptada por el tribunal internacional de Núremberg. Este argumentó que ninguna legislación particular podía violentar los derechos humanos inherentes a las personas, que tenían carácter universal.

Como resultado de estos debates, el 10 de diciembre de 1948, hace exactamente setenta y un años, en la tercera Asamblea General de las Naciones Unidas, fue aprobada la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).

Cuba fue fundadora de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y signataria de la DUDH. Las negociaciones habían correspondido al gobierno de Ramón Grau, que firmó el documento.

La DUDH marca un hito en la historia. Fue elaborada por representantes de todas las regiones del mundo, con diversos antecedentes jurídicos y culturales. Su texto se inspira en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789. Se proclama como un ideal común, universal, por el que todos los pueblos y naciones debían esforzarse a fin de que, tanto individuos como instituciones, lo promovieran mediante la enseñanza, la educación y el respeto. Son derechos fundamentales, con un nivel tal de universalidad que deben protegerse en el mundo entero.

En la Asamblea General de la ONU fue aprobada sin votos en contra. Solo ocho países se abstuvieron: Sudáfrica, que por entonces comenzaba a aplicar la política segregacionista del Apartheid; Arabia Saudita, donde era legal la esclavitud; y los países que iniciaban la conformación del campo socialista: Bielorrusia, Polonia, Checoslovaquia, Ucrania, la URSS y Yugoslavia.[1]

Conocida sobremanera esta página de la historia, ella fue evidentemente mal explicada en un reciente programa especial de la televisión cubana. Trasmitido el 7 de noviembre pasado, con motivo de la votación de la Resolución contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, el conductor Humberto López, graduado en Derecho por demás, manifestó que “Los derechos humanos son una construcción cultural”. El comunicador arguyó que no es lo mismo en China u otros países, que en Cuba.

Esa actitud, profundamente relativista, hunde sus raíces en la ciencia antropológica y, con énfasis, en los puntos de vista de la Escuela norteamericana de etnología histórica o del Particularismo histórico, cuyo líder fue Franz Boas (1858-1942).

Pasó también a otras ciencias, como la Filosofía, la Sociología y la Historia, por ejemplo. Tras el derrumbe del socialismo real, esa perspectiva fue reforzada como parte de la oleada postmoderna. Legaría a la ciencia una actitud agnóstica y negaría las fuentes tradicionales.

Para la Antropología Social, el Particularismo histórico, no obstante, fue positivo. Boas, rebatiendo al etnocentrismo de las escuelas antropológicas anteriores, negó la existencia de niveles mundiales en el desarrollo cultural. Entendía que para reconstruir la historia de la humanidad había que empezar a estudiar la historia de cada pueblo por separado. En su opinión, cada cultura era el resultado único de un conjunto de factores y condiciones exclusivas que solo podían entenderse en base a sus propias normas.

Estas tesis fomentaron igualmente una corriente que llevó a su extremo los postulados fundamentales del Particularismo, ella se denominó Relativismo Cultural. Las dos afirmaciones que conforman su núcleo son: «Todos los sistemas culturales son intrínsecamente iguales en valor» y «toda pauta cultural es intrínsecamente tan digna de respeto como las demás».

Los defensores de la corriente relativista, aseveran que todos los criterios para evaluar a una cultura son relativos, pues parten de los miembros de otras culturas. No existen valores o costumbres malas ni buenas, mejores o peores, inferiores o superiores, sino diferentes. Tales posiciones, aunque rechazan al etnocentrismo y al imperialismo cultural, han hecho daño en la evaluación de lo relativo a los derechos universales de los seres humanos.

Al asumir una postura relativista no podrían ser criticadas prácticas culturales como la mutilación genital femenina, que ocasiona miles de muertes y complicaciones de salud todos los años; o el infanticidio selectivo, entre otras tradiciones culturales que dañan derechos humanos, como el derecho a la vida, a la libertad reproductiva, etc.

Llevada a las prácticas políticas, esta perspectiva justificaría decisiones violatorias, como la que coarta la libertad de movimiento, por citar un elemento controversial en la relación entre Cuba y Estados Unidos. El Norte no podría criticar a Cuba por la parametración de personas impedidas de viajar fuera del país; mientras, la Isla tampoco podría objetar que el gobierno norteamericano imposibilite a sus ciudadanos viajar libremente a hacer turismo.

Si seguimos por ese camino, se demostraría que el contrapunteo entre el carácter universal de los derechos humanos y la posición relativista no resiste un análisis serio. Aunque hay que acentuar igualmente que ninguna nación puede invocar la DUDH para intervenir en otra so pretexto de su no cumplimiento. Sin embargo, los organismos internacionales tienen la función de acompañar e insistir en la observancia de esos principios: en cualquier cultura, en cualquier sistema.

[1] Ucrania y Bielorrusia tenían asientos por aquella época en la ONU, resultado de las negociaciones iniciales, aun cuando eran parte de la URSS.

10 diciembre 2019 32 comentarios 726 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
protect

To punish and to protect

por Alina Bárbara López Hernández 7 diciembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

…Those who really live

cannot help being a citizen and a partisan.

Indifference and apathy are parasitism, perversion, not life.

 That’s why I hate the indifferent.

Antonio Gramsci

In the second month of 2019, we the Cubans who live on the island gave ourselves a new National Charter. In the plebiscite, a significant majority voted in favor of the Constitution. Whether this was by loyalty or inertia, by conviction or indifference, by idealism or tedium —and there was a bit of all of that—, is beside the point.

The truly important result was the adoption of a legal contract which is of mandatory observance by everyone, but which also protects the stated rights of everyone; even the rights of those who didn’t vote, or of those who voted against it.

No exceptions. Respect for the Law and legal protection also extend to the sector called the opposition. Our government has been trying to update the economy for several years. I’ve always said that Cuba equally needs an update in its politics. To that I may add that these changes should have to include the relations with and the treatment given to the opposition.

On December 20, 2010, journalist Fernando Ravsberg —at the time the BBC Mundo correspondent in Havana— published a cable revealed by WikiLeaks. The Head of the Interests Section back then, Jonathan Ferrar, described the members of the Cuban dissidence as: ‘self-oriented, with no social influence and excessively concerned with money’.[1] This criticism is proof of the financing channels from the US government to at least part of the Cuban opposition.

Is it legal for Cuba to try to protect itself from an opposition financed from abroad?

In order to answer that question, let’s use a thought experiment. Let’s imagine that the Cuban embassy in the US starts receiving American citizens disgruntled at the prevailing system in that country —for example, some of the sympathizers with socialism who have proliferated there lately—, handing them sums of money and supporting a campaign to promote actions against their government. What would be the response of the US administration?

Some would argue that our neighbors up north allow opposition as a fundamental part of political culture. That’s true. However, this is not the case when that opposition is financed by a foreign nation. The impeachment process being carried out against President Donald Trump is based on the alleged offense of using a foreign power —Ukraine— to tip in his favor a rivalry with the Democratic Party, with an eye on the 2020 elections. And attempts are still being made to confirm whether Russia indirectly meddled in the 2016 elections to support Trump.

When the anti-neoliberal outburst in Ecuador and the internal confrontations in Bolivia happened, they tried to find ties to Cuba as the instigator of actions in those nations. This means that any country will always protect itself from being a hostage of decisions emanating from another.

In the case of Cuba —with all the more reason— the traditional hostility of American administrations, boosted by the current President, grants absolute validity to a legislation which penalizes those who agree to receive financing from the US in order to oppose the government.

The question has been answered: yes, it is legal for Cuba to try to protect itself from an opposition financed from abroad. Therefore, there’s no way to explain the shameful approach used by the Cuban intelligence machinery, which would rather try to seek proof of common offenses and not to denounce —and present the corresponding evidence, of course— the true crime: taking money from a foreign nation in order to subvert the political order. The process being carried out against José Daniel Ferrer has lost itself in inexplicable intricacies to try to prosecute him as a common criminal. Why follow that course of action?

Nevertheless, be it in a process for common offenses or otherwise, all Cuban citizens should be protected by the Law. There must be a court order issued for arrest, access to an attorney and contact with the family should be allowed, and the possibility should even exist —unless the offender is a terrorist or a dangerous murderer— for a person to remain free during the judicial process.

The inadequate handling of this case is worrying. Not only because it breaches the legislation, but also because strategic considerations are being ignored. Can’t our government understand the need to project an image of legitimacy both domestically and internationally?

In a considerably hostile relationship with the US; in a regional environment that has changed lately, for Latin America is no longer a zone of peace and some governments of a new political perspective have undone important economic agreements and strategic alliances; in a financial crisis and an evident economic recession which definitely isn’t just a thing of the present juncture; it is crucial for Cuba to have a rapprochement with the European Union.

Certain controversies were starting to subside with the Old World bloc over the issue of Human Rights. The decision of defining ourselves in the Constitution as a State under the Rule of Socialist Law was well received. Geopolitically speaking, Europe is far from being a negligible ally today. It has not only condemned the blockade against Cuba, but has also shown clear signs of rapprochement, and it encourages its member nations to invest in the island at a time when it becomes imperative to find faithful commercial and financial partners willing to assume the risk of dealing with the fluctuations of our beleaguered economy.

In an act that fails to recognize these sound reasons, some images were made public which are counterproductive given the charge of mediocrity and derision they contain. It would have been so conclusive if they had managed to record the instances when Ferrer received American money or at least made reference to doing so! That table video? Please…

Because the economy is not the only thing that has regressed. What’s happening to our intelligence services? Regarded by many as being among the best in the world, they look like inexperienced greenhorns playing a dangerous game in the present context, where the social networks display photos and videos of their actions.

Posted at the doors of certain houses to obstruct the free movement of people who are not the subject of any legal process —which has been done not only to intimidate members of the opposition, but also to stop them from attending places where tensions can be generated, as it happened with SNET—, or coming out of homes where they have gone to ‘talk’; they are photographed, the plates of their motorcycles or cars are revealed, and sometimes even their names, surnames, aliases and positions in the intelligence apparatus. If the founders of the old G-2 came back to life, I think the embarrassment would drive them to suicide.

In a previous article, I made reference to the existence among the citizenry of a ‘critical mass of people who disagree with the bureaucratic model of socialism we have, but also disagree with the hegemonic and aggressive policy of Donald Trump’s Government. These are people who equally reject the pro-American opposition and the abusive and unconstitutional reactions of the Ministry of the Interior and the Police against that opposition.’

It would be good to have a wise reflection on whether government tactics when dealing with the opposition could be generating sympathies that they were having trouble earning with their political proposals.

In my opinion, if the Law isn’t applied equally for all people, the Constitution of 2019 will be on its way to becoming what they say the one of 1940 became: ‘dead letter’. So that there may be a Rule of Socialist Law, we must put a stop to para-judicial abuses: arbitrary arrests for a few hours and without an order from a judge, denial of the possibility to travel abroad to people who are not the subject of a legal process, unwarranted beatings to members of the opposition who protest peacefully, even though this is a right granted by the Constitution.

Instead of having the agents posing for the camera, they should work undercover, with professionalism. Their goal would be to uncover the conspiracy by the opposition and its financing in order to subvert the political order. And I insist on the obtainment of evidence, for we have normalized the tendency of attaching the label of mercenary and dissident to anyone who openly voices their criticism, and this is not a ‘cry wolf’ situation.

According to Prensa Latina, the Cuban Foreign Minister denounced on November 26 ‘that the American Embassy in Cuba, and particularly [Mara] Tekach, has focused in the last few months on the failed purpose of recruiting mercenaries, and promoting division and confusion among the Cuban population.’

If the purpose of recruiting mercenaries failed, that proves that not all Cubans are willing to conspire against the government under the auspices of the US. However, the inadequate and unlawful treatment given internally to the opposition in Cuba also generates ‘division’ and ‘confusion’. It’s time to meditate; this is not a question of force, but a question of legality. The Law to punish and the law to protect. And to protect everyone. Even the opposition.

[1] http://wwwbbc.com/mundo/noticias/2010/12/101219_wikileaks_cuba_disidentes_estados_unidos_pea.shtml

(Translated from the original)

7 diciembre 2019 0 comentario 324 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Castigar y proteger

por Alina Bárbara López Hernández 4 diciembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

…Quien verdaderamente vive,

no puede dejar de ser ciudadano y partisano.

La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida.

 Por eso odio a los indiferentes

Antonio Gramsci

En el segundo mes de 2019 los cubanos que vivimos en la Isla nos dimos nueva Ley de Leyes. Una mayoría significativa votó en el plebiscito a favor de la Constitución. Si fue por lealtad o inercia, por convicción o indiferencia, por idealismo o tedio —que de todo hubo—, ello no es lo determinante.

La consecuencia verdaderamente importante fue la aprobación de un tratado legal que obliga a todos a cumplirlo; pero que también protege los derechos declarados de todos. Aun de los que no votaron; o de los que votaron en contra.

Aquí no valen excepciones, el respeto a la ley y la protección legal incluyen igualmente al sector denominado oposición. Nuestro gobierno intenta una actualización de la economía desde hace varios años. He dicho siempre que en Cuba se impone del mismo modo una actualización de la política. A ello agrego que tales cambios deberán incluir las relaciones y el tratamiento que se da a la oposición.

El 20 de diciembre de 2010, el periodista Fernando Ravsberg, por entonces corresponsal de BBC Mundo en La Habana, daba a conocer un cable revelado por WikiLeaks. El Jefe de la Oficina de Intereses en aquella fecha, Jonathan Ferrar, calificaba a miembros de la disidencia isleña como: “personalistas, sin arraigo social y excesivamente preocupados por el dinero”.[1] Esta crítica evidencia los canales de financiamiento desde el gobierno norteamericano al menos a una parte de los opositores en Cuba.

¿Es legal que Cuba intente protegerse de una oposición financiada desde otro país?

Para responder esta pregunta tomemos una hipótesis de partida. Imaginemos que la embajada cubana en Estados Unidos comience a recibir ciudadanos norteamericanos descontentos con el sistema de ese país —por ejemplo, a algunos de los simpatizantes socialistas que han proliferado allá en los últimos tiempos—; les entregue sumas de dinero y apoye una campaña para promoverlos en acciones contra su gobierno. ¿Cuál sería la actitud de la administración norteamericana?

Algunos fundamentarán que en el Norte la oposición es admitida como parte consustancial de la cultura política; cierto, sin embargo, no es así cuando se trata de una oposición financiada por otro país. El juicio político que se le sigue hoy al presidente Donald Trump, parte del supuesto delito de utilizar una potencia extranjera, Ucrania, para inclinar a su favor la rivalidad partidista con el Partido Demócrata de cara a las elecciones 2020. Y todavía se intenta comprobar si Rusia intervino indirectamente apoyando a Trump en las elecciones del 2016.

Cuando ocurrieron el estallido anti-neoliberal en Ecuador y los enfrentamientos internos en Bolivia, se pretendió vincular a Cuba como instigadora de acciones en esas naciones. Esto quiere decir que cualquier país se protege siempre de ser rehén de las decisiones emanadas en otros.

En el caso de la Isla, con mayor razón, la hostilidad tradicional de las administraciones norteamericanas, potenciadas por el actual presidente, le confiere absoluta validez a una legislación que penalice a quienes se presten a recibir financiamiento de EE.UU. para oponerse al gobierno.

Ha quedado respondida la interrogante: sí, es legal que Cuba intente protegerse de una oposición financiada desde el exterior. Resulta inexplicable entonces la actitud vergonzante del aparato de inteligencia cubano, que prefiere recabar pruebas de delitos comunes y no denunciar —y presentar las pruebas correspondientes, por supuesto—, el verdadero delito: aceptar dinero de una nación extranjera para subvertir el orden político. El proceso que se sigue contra José Daniel Ferrer se ha perdido en inexplicables vericuetos para intentar encausarlo como preso común. ¿Por qué se actúa de esa forma?

Mas, ya sea en un proceso por delitos comunes o de otra índole, todos los ciudadanos cubanos deberán estar protegidos por la ley. Debe existir una orden judicial para el arresto, se debe permitir acceso a un abogado y contactos con la familia e incluso, si no es un terrorista o un asesino peligroso, toda persona puede responder al proceso en libertad.

El inadecuado tratamiento de este caso resulta preocupante. No solo porque con ello se incumple la legislación, sino también porque se ignoran razones de naturaleza estratégica. ¿No se percata nuestro gobierno de la necesidad de procurar una correcta imagen al interior y al exterior?

En una relación sumamente hostil con EE.UU.; en un entorno regional que ha variado en los últimos tiempos, pues América Latina ya no es zona de paz y algunos gobiernos de nuevo signo político han deshecho importantes convenios económicos y alianzas estratégicas; en una crisis financiera y un evidente retroceso económico que no tiene nada de coyuntural; es crucial para Cuba un acercamiento con la Unión Europea.

Empezaban a apaciguarse ciertas controversias con el bloque del Viejo Continente por el tema de los Derechos Humanos. La decisión de definirnos en la Constitución como un Estado Socialista de Derecho fue bien acogida. Europa es hoy, geopolíticamente hablando, un aliado nada desdeñable. No solo ha condenado al bloqueo contra Cuba, sino que ha mostrado indicios claros de acercamiento e incita a sus países miembros a invertir en la Isla en tiempos en que es impostergable encontrar socios comerciales y financieros fieles, que se arriesguen a sortear las oscilaciones de nuestra economía.

Desconociendo estas razones de peso, se dieron a conocer imágenes que son contraproducentes por la carga de mediocridad y de burla que contienen. ¡Qué contundencia si se hubiera logrado grabar los momentos en que Ferrer recibió dinero norteamericano, o en que al menos se refiriera a este asunto! Qué mesa ni qué mesa…

Porque no es solo la economía lo que ha retrocedido. ¿Qué ocurre con nuestros órganos de inteligencia? Tenidos por muchos entre los mejores del mundo, parecen jovencitos inexpertos en un juego peligroso por lo que supone esta época, en que las redes sociales visibilizan, a través de fotos y videos, su actuación.

Apostados a las puertas de determinadas viviendas para impedir el libre movimiento de personas que no están sujetas a proceso legal alguno —lo que se ha hecho no solo para intimidar a opositores, sino para evitar que se asista a lugares donde se pueden generar tensiones, como ocurrió con SNET— o saliendo de hogares donde han ido a “conversar”; son retratados, las chapas de sus motos o autos reveladas y, a veces, incluso los nombres, apellidos, seudónimos y cargos en el aparato de inteligencia. Si los fundadores del antiguo G-2 resucitan, creo que se suicidan de la vergüenza.

En un artículo anterior me refería a la existencia entre la ciudadanía de “una masa crítica que no está de acuerdo con el socialismo de modelo burocrático que tenemos, pero tampoco con la política hegemónica y agresiva del gobierno de Donald Trump. Que rechaza por igual al tipo de oposición pro-norteamericana y a las reacciones de abuso, anticonstitucionales del Minint y la Policía contra dicha oposición”.

Sería bueno reflexionar con prudencia si las tácticas gubernamentales en el tratamiento a la oposición no están generando una simpatía hacia ella que hasta ahora le costaba ganar con sus propuestas políticas.

Si la ley no se aplica por igual a todas las personas, en mi opinión, la Constitución del 2019 va en camino a ser lo que se dice que fue la del 40: “de letra muerta”. Para que seamos un Estado Socialista de Derecho deben cesar los atropellos para-judiciales: detenciones arbitrarias por pocas horas y sin orden de un juez, impedimento para viajar fuera del país a personas que no están sujetas a proceso legal, golpizas desmedidas a opositores que se manifiestan pacíficamente, incluso cuando ese es un derecho que otorga nuestra Constitución.

En lugar de que los agentes estén posando para la cámara, deberían trabajar encubiertos, con profesionalidad. Su fin sería descubrir la conspiración opositora y su financiamiento para subvertir el orden político. E insisto en la obtención de pruebas, pues aquí se ha arraigado la tendencia a acusar de mercenarismo y oposición a cualquiera que explicite críticas abiertamente, y este no es el cuento de “Viene el lobo”.

El ministro de relaciones exteriores de Cuba denunció el 26 de noviembre, según Prensa Latina, “que la embajada norteamericana en Cuba, y particularmente [Mara] Tekach se concentró en los últimos meses en el fallido propósito de reclutar mercenarios, promover la división y la confusión entre la población de la isla”.

Si el propósito de reclutar mercenarios fue fallido, eso demuestra que no todos los cubanos están dispuestos a conspirar contra el gobierno bajo el ala de los EE.UU. No obstante, el tratamiento inadecuado y violatorio de la legislación que internamente se da a la oposición en Cuba, también crea “división” y “confusión”. Es hora de meditar, esto no es una cuestión de fuerza sino de legalidad. La Ley para castigar y la ley para proteger. A todos. También a la oposición.

[1] http://wwwbbc.com/mundo/noticias/2010/12/101219_wikileaks_cuba_disidentes_estados_unidos_pea.shtml

4 diciembre 2019 85 comentarios 741 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Nuestra época y la de Pablo

por Alina Bárbara López Hernández 28 noviembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

“¿Qué es la época de Pablo para los cubanos de hoy?”, preguntaba Fernando Martínez Heredia en un ensayo.[1] Es cierto que también afirmaba: “La historia no vuelve nunca de cualquier manera, la memoria histórica nunca es inocente”.[2] Pero a la memoria histórica hay que entrenarla, pues desde los mecanismos del poder, que incluyen a la historia oficial, a veces se escoge lo que es preferible rememorar.

En ese ejercicio de recuperación, especie de adiestramiento para evitar el alzheimer de Clío –la musa de la historia—, ninguna fuente es tan útil como los epistolarios. Elías Entralgo los denominaba “literatura de soliloquio y confesión” y consideraba que revelan, mejor que otros documentos, el carácter y la personalidad de una figura, pues a través de las cartas se podía lograr un “desahogo del ánimo”. Aseveraba que con su lectura “no solo podemos reconstruir el itinerario espiritual de la personalidad (…) sino también la topografía cultural y moral de la época”.[3]

Cartas cruzadas es la recopilación de la correspondencia, activa y pasiva, de Pablo de la Torriente Brau que se generó entre abril de 1935 y agosto de 1936.[4] Este fue su segundo exilio neoyorquino y coincide con el declinar de la Revolución del Treinta en Cuba. El joven revolucionario, comunista por convicción, aunque no por militancia, vive el drama del desarraigo cultural, el clima hostil, la pobreza, el alejamiento de la familia y los amigos y… lo peor, el convencimiento de que había que empezar desde cero a impulsar la lucha por la liberación.

Debemos este libro a Víctor Casaus, director del Centro Pablo, que compiló las misivas, prologó el texto, elaboró las notas que ayudan a los lectores a identificar figuras, publicaciones y hechos; y lo principal, dio una estructura peculiar a su propuesta al presentarla como un espacio donde se entrecruzan existencias. Su pretensión fue que se acercara en lo posible a la vida, donde “mueren y nacen gentes, hay alegrías y tristezas y combates y miserias y esperanzas, como en una novela, o mejor, como en la vida misma que estas cartas en su diálogo evocan”.[5]

Martínez Heredia valoró el conjunto de cartas reunidas por Casaus como una “formidable colección”.[6] Sin dudas es así. Con su lectura emerge ante nosotros una época verdaderamente difícil para un revolucionario, o al menos para uno que se mantenía fiel a la idea de que la revolución era necesaria. Que para él no era la que había derrotado a Machado sin demoler estructuras semicoloniales, y tampoco la que encabezaba el Partido Comunista, con una estrategia desacertada y una ideología dogmática que presentaban como la única vía posible. Fue aquel un período de desconcierto, pues el campo de los conflictos y las distancias de Pablo con el Partido Comunista se fue ahondando, no así su convencimiento de que era impostergable una transformación radical de la sociedad.

Un intercambio epistolar es significativo en el conjunto. Se trata de las misivas cruzadas entre Pablo y su mejor amigo, Raúl Roa, en diciembre de 1935. Ambos eran simpatizantes de la línea del Partido Comunista, aunque sin ser miembros, no obstante, sus cartas permiten ilustrar uno de aquellos momentos en que el camino partidista se hacía confuso. A Pablo le preocupaban algunos acercamientos del Partido hacia sectores políticos no revolucionarios y los argumentos débiles que manejaba para hacerlo. “Porque yo creo que la dialéctica también tiene moral”, escribió. “Para nosotros la dialéctica debe ser una espada flexible: flexible, pero de acero. Y siempre una espada”.[7]

Por ello funda en el exilio otra estructura para la lucha, la Organización Revolucionaria Cubana Antimperialista (ORCA), de izquierda, clandestina e insurreccionalista. No logran sostenerla y ese intento fallido define su destino: se va a España a contrapelo de las opiniones de Roa y otros compañeros. De allá no regresará.

Pero nadie muere totalmente si fue tan coherente como Pablo. Su voz resonante, su sentido del humor, su fuerza inquebrantable, su espíritu invencible y su desafío a contrarrevolucionarios, seudorrevolucionarios y oportunistas, son traídos de vuelta por esas cartas cruzadas, que, como bien alega su compilador: “están atravesadas por el viento magnífico, áspero y luminoso de la revolución, porque los hombres que hablan en ellas estaban buscando, en tiempos muy difíciles, el camino para llevarla adelante, en medio de «la torrentera» de la historia de que habla Roa”.[8]

Ese tiempo difícil nos acerca a Pablo, pues nuestra época también tiene sus propias torrenteras, y las experiencias de alguien que supo ser consecuente en circunstancias adversas es hoy un testimonio invaluable. Recomiendo entonces la lectura de este libro, que narra el fracaso de una revolución y transmite el aliento necesario para empezar otra.

[1] Fernando Martínez Heredia: “Pablo y su época”, La revolución cubana del 30. Ensayos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007.

[2] Ibídem, p. 1995.

[3] Elías Entralgo: “La paradoja histórica de Luz y Caballero”, prólogo al Epistolario de José de la Luz y Caballero, Editorial de la Universidad de La Habana, 1945, p. XXII.

[4] Pablo de la Torriente Brau: Cartas cruzadas, Ediciones La memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, (segunda edición), 2012.

[5] Víctor Casaus: “Prólogo”, Op. Cit., p. 27.

[6] Op. cit., p. 187

[7] Citada por Fernando Martínez Heredia en: Op. cit, pp.183-184.

[8] Víctor Casaus: “Prólogo”, Op. Cit., p. 27.

28 noviembre 2019 19 comentarios 366 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
abandono

Antídoto para el abandono

por Alina Bárbara López Hernández 21 noviembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Esto es un antídoto para el abandono. Yo, que no soy poeta, espantada de todo quise refugiarme, por un día al menos, en la poesía. Confié en que, quizá, algunos de los premiados en el concurso Milanés, convocado anualmente en noviembre por la filial matancera de la UNEAC, seguirían los pasos del jovencito Juan Marinello, que a inicios de los años veinte del siglo pasado, todavía con ecos modernistas, ensimismado y ascético, proclamaba: Oh grata soledad dulce y querida/ que en el retiro amable y escondido/ das nuevos sueños a la triste vida.

Pretendía olvidar por unas horas la realidad. Sustraerme de guerras, golpes de Estado y errores políticos. Evadir los ojos vaciados de los estudiantes chilenos. Olvidar que una mascota, cuando muere, puede romperte el corazón. Insensibilizarme ante los animales maltratados. Omitir los hoteles de lujo que nunca visitaré o las tiendas atestadas que solo puedo mirar. No pensar en continuidades vacías y consignas huecas.

Dar la espalda a los que consideran progresismo o guanajera al pensar diferente, al sopesar opiniones, al no aceptarlo todo sin  ningún tipo de cuestionamiento.

Vana intención. La poesía me recibió armada para el combate. Belicosa y provocadora. “Yo no soy almohada para descansar” —me dijo—, “a esta altura del juego ya no es posible estar fuera del juego”. Y se mostró, en forma de poemario, de la mano del holguinero Moisés Mayán.

Mentalidad de enjambre es su título, publicado bajo el sello de Ediciones Matanzas. Una prosa poética que me devolvió la energía, el atrevimiento y la osadía. Aquí comparto una muestra con los lectores de LJC.

Gigantografía

Asistimos a la marcha vestidos de blanco. Vestidos de rojo. Vestidos de azul. Las mujeres, con flores en el cabello (mariposa/margarita/marpacífico). Los hombres, esparciendo consignas a la geométrica sombra de las pancartas. Los niños, con sus banderitas de papel donde no falta el blanco, el rojo, y el azul. Desde la gigantografía, la insondable mirada del Héroe Nacional. Vestido de negro. De luto, dicen, por la Patria.

La Gran Colmena

Tu país puede ser la Gran Colmena. Tu familia puede ser la Gran Colmena. La fábrica, la escuela, el edificio pueden ser la Gran Colmena. Pero es posible que la Gran Colmena esté donde debió estar tu cerebro. Por eso el abejeo en los oídos cada mañana. Ese gusto dulzón en la rugosa superficie de la lengua. Los enjambres prefieren espacios abovedados. Espacios vacíos. Tu cráneo es el sitio perfecto.

El zángano y el caimán

Soy el zángano de la colmena. Pienso que puedo vivir de la poesía. Voto por el reconocimiento del oficio de poeta. El más productivo de los oficios. En el ápice de la pirámide laboral. Mi trabajo consiste en golpear teclas como si activara puntos de presión en la espalda del país. Duele mi espalda, me ha dicho el país cuando despierta. ¿Cuándo despierta? Creo que hoy tampoco iré a trabajar, repite el país y vuelve a enfundarse en el saco de su historia.

Los estadistas hablan de un letargo en la economía nacional, del estancamiento del producto interno bruto. Parece un caimán dormido. Dormido es el adjetivo exacto. Soy el zángano de la colmena, y sé que no es saludable contradecir al país.

Los nombres y los hijos

Quería que nuestro primer hijo se llamara País, pero los registradores se negaron a inscribirlo. “No tenemos País en la relación de nombres admitidos”, explicaban en tono burocrático. Quería que nuestra primera hija se llamara Patria, pero los registradores aullaron: “¿En qué país se ha visto una niña llamada Patria?”.

Entonces bauticé a mis hijos con nombres comunes. Jorge o Luis. Ana o María. Jorge Luis y Ana María. Como otros jóvenes de su generación, terminaron marchándose del país. Jorge Luis regresa cada Navidad. Ana María no quiere saber más de su patria.

Crítica de arte

Toda obra de arte demanda su censura. Alguna nota prohibitiva. La coerción de los círculos de poder. De los cenáculos religiosos. Los comentarios tóxicos de ciertos camaradas, La obra de arte que no padece ningún tipo de censura pasa inobjetablemente al olvido. Sin penas ni glorias. Con más penas que glorias. Por esa razón algunos políticos planifican la censura. Es decir, planifican la trascendencia. La formación del canon. Restricciones que avivan la curiosidad del Gran Público. La censura, lo sabemos, es solo crítica de arte.

Termina el encuentro. Visitamos a José Jacinto Milanés. Su estatua se yergue a un lado de la catedral de Matanzas. Rosas rojas para él. Dicen que estaba loco, pero transcendió. Leemos algunos de sus poemas. Uno de ellos provoca aplausos atronadores.

Se trata de las estrofas finales de la composición con que respondió al vate mexicano Ignacio Rodríguez Galván, que le invitara en versos a marcharse de la Isla en busca de una atmósfera más libre y propicia:

Hijo de Cuba soy: a ella me liga

un destino potente, incontrastable:

con ella voy: forzoso es que la siga

por una senda horrible o agradable.

 

Con ella voy sin rémora ni traba,

ya muerda el yugo o la venganza vibre.

Con ella iré mientras la llore esclava,

con ella iré cuando la cante libre.

 

Buscando el puerto en noche procelosa,

puedo morir en la difícil vía;

mas siempre voy contigo ¡oh Cuba hermosa!

Y apoyado al timón espero el día.

(22 de julio de 1842)

La gente que pasa mira asombrada. Algunos se detienen. Escuchan. También aplauden.

21 noviembre 2019 9 comentarios 559 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
pata

Ni una pata menos

por Alina Bárbara López Hernández 13 noviembre 2019
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Las personas

Pasé buena parte del mes de octubre luchando por la vida de Pichy, mi pequeño chihuahua. No se pudo ganar esa batalla, pero en el camino, día tras día en la clínica veterinaria de Matanzas, aprendí más de la bondad humana y me convencí de que cuando se habla de la pérdida de valores no se tienen en cuenta muchas cosas importantes.

Lo primero fue percatarme de las condiciones en que laboran los veterinarios de una clínica estatal. El doctor Rasiel y su pequeño equipo son personas de gran vocación, pero limitadas por escasos recursos. No disponen de medicamentos. Ni siquiera están autorizados a emitir recetas. Apoyan sin embargo a todas las personas que protegen a los animales callejeros. Ellos mismos, allí en la propia clínica, cuidan permanentemente de un perro y dos gatas ciegas.

Lo segundo fue poder escuchar, y disfrutar, las muchas anécdotas de bondad humana y amor por los animales:

Tiene ochenta y tres años, pero se conserva fuerte. Es muy locuaz y me cuenta su historia mientras el doctor esteriliza a la perrita que trajo. Trabaja comprando pan en la madrugada para proveer a varios dueños de cafeterías que le pagan por ello. Cuida de alrededor de veinte perros que vienen a alimentarse a su patio diariamente. Los vecinos ayudan en algo. Arroz, boniato y, en ocasiones, vísceras o pescado.

Dentro de la casa solo tiene cinco, no caben más. Tres eran propios y dos fueron abandonados por sus vecinos al permutar. Los perros, ya viejitos, corrieron varias cuadras tras el camión de la mudanza. Cansados, volvieron y se echaron en su portal. Les abrió la puerta. Agradece al doctor su apoyo en la esterilización de los perritos. «Bastante sufren ya mijita, hay que evitar que nazcan sin hogar», me dice. La adoré.

Es joven y dispuesta. Se ve que sabe tratar con animales. Llegó con una perra parida y su pequeño cachorro. La recogió en la terminal porque le avisaron que llevaba dos días de parto y solo había nacido vivo uno de la camada. Le ponen suero y recetan antibióticos. No es el primero que trae, cuenta la recepcionista. Ahora la tendrá en su casa hasta que se reponga e intentará buscarle un hogar. Acaricia a la perrita y le habla.

Le celebro a la perra en lo que espera su turno. Es sata, pero muy bonita y se ve cuidada. La mujer, de mediana edad, responde: «No es mía. Vive en mi centro de trabajo. Es de todos. Le traemos comida, la bañamos cuando hace falta y ahora la traje a esterilizar. Si tuviera una casa grande la llevaría conmigo. Pero allá está bien, la atendemos y ella paga con fidelidad y cuidando como una guardiana las áreas del centro».

Las personas allí tenían algo diferente en la mirada. Pregunté, pero ninguno pertenecía a grupos de protección animal.

Las redes

Animalistas, protectores, defensores de los animales, así les dicen… Han asumido gran relevancia en las redes sociales, pero es evidente que ya eran una red de ayuda y defensa. Comparto toda la información sobre su benéfica labor, que me llega sobre todo desde dos de sus grupos que se observan muy organizados: Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) y Protección Animales de la Ciudad (PAC).

Adriana Bárbara García, una protectora residente en la provincia de Ciego de Ávila, miembro de Esmeralda Grupo de ayuda y protección animal, me ha hecho descubrir otras muchas asociaciones dispersas por el país, menciono algunos de ellos sabiendo que quedaré en deuda con otros:

  • Asociación Cubana Protectora de Animales y Plantas (ANIPLANT)
  • Callejeros en Adopción
  • Bienestar Animal en Cuba (Bienac)
  • Huellas Callejeras de Cuba, de La Habana
  • Callejeros Olvidados y Perros Callejeros, ambos de San Juan de los Remedios
  • Mejores Amigos, de Matanzas
  • Grupo de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Cuba
  • Veterinarios por la Protección Animal (VESPA)
  • Proyecto de la Facultad de Medicina veterinaria de la Universidad Agraria de La Habana
  • Santiagueros por el Bienestar Animal (SALBA)
  • El refugio de Yoanne Lisbet Valdés Caballero en Sancti Spiritus o el de La Milagrosa en defensa de los animales desamparados, dirigido por Milagros Mailyn González en La Habana

Existe un mapa, elaborado por la organización Cuban Animal Rescue, que grafica la distribución espacial de los grupos de protección animal en la Isla. Liudmila Morales Alfonso, cubana, docente e investigadora en temas de justicia social y candidata doctoral por la Universidad de Salamanca, me aclara que algunos grupos tienden a disolverse en poco tiempo y surgen nuevos, de ahí que el mapa puede estar desactualizado; sin embargo, puede ofrecer una idea de la fuerza del activismo en favor de la causa animal.

A Liudmila le solicité una breve caracterización del fenómeno, este es su punto de vista:

Los grupos de protección animal en Cuba están haciendo un trabajo bastante amplio, dada la situación de maltrato hacia estos que se vive en el país, normalizada culturalmente y propiciada por políticas de manejo de la Zoonosis que están muy lejos de la perspectiva proteccionista o de derechos. Su número ha crecido exponencialmente en los últimos años y a lo largo del país, aunque hay mucha variedad. Tenemos desde grupos formales y consolidados, con cientos de miembros que cumplen diferentes funciones, hasta pequeñas iniciativas de dos o tres personas. Sin embargo, los problemas que enfrentan tienen una base común, a partir de dos puntos.

El primero es la falta de reconocimiento legal, que los limita en su interacción con instituciones del Estado, así como con individuos y otras organizaciones de la sociedad civil ante casos de maltrato, por ejemplo. El segundo son las dificultades materiales para desarrollar su labor, lo que complica tanto los rescates como la atención a los animales y la creación de refugios. Esa situación se complica dado que Cuba no cuenta con una ley de protección animal ni con instrumentos jurídicos que garanticen condiciones mínimas para el activismo por esta causa.

Ante ello, los grupos ponen en práctica diferentes estrategias para el trabajo coordinado, que involucran redes familiares, geográficas y sociales. Esas redes también se han venido fortaleciendo a medida que su trabajo se extiende y se conoce mejor. El proceso involucra vínculos tanto locales y nacionales como transnacionales.

Los grupos de protección animal aúnan personas de diversas generaciones, aunque se observa en las imágenes de sus miembros un gran número de jóvenes, algo muy alentador.

Las acciones están bien coordinadas: detección de un caso de maltrato o abandono, a veces de pérdida; rescate; aviso para trasladar a un hogar de acogida o un refugio, tratamiento inmediato y gestión en procura de medicamentos; esterilización si es pertinente, y, una vez salvado, se pone en aviso de adopción. La mejor parte es cuando el animalito finalmente llega a ser adoptado. Los textos de los anuncios están bien redactados por lo general y apelan a los sentimientos más generosos del ser humano.

Esta es Esmeralda, la primera rescatada por el grupo avileño y que le dio nombre a la asociación.

Foto cortesía de Adriana García

Debajo verán una imagen difundida por CEDA con la secuencia completa de un caso, desde el rescate hasta la adopción.

Foto Facebook

Los resultados del trabajo de los grupos de protección son harto elocuentes. PAC nos notifica en esta imagen un resumen de sus logros en rescates y adopciones correspondientes al año 2018.

Foto Facebook

La necesidad de coordinar acciones con inmediatez, que es un requerimiento en este tipo de organización, ha provocado que las redes sociales se conviertan en una vía por excelencia para los rescatadores de animales. Estos grupos generan un voluntariado que se aprecia dedicado en cuerpo y alma a esa humanista y meritoria tarea. Sus simpatizantes y seguidores crecen cada día.

La Ley

No existe en Cuba una ley de protección animal. Muchos la pidieron en los debates previos a la aprobación de la nueva Constitución, pero no fue incluida. La respuesta cívica pronto llegó en forma de una marcha pacífica, organizada el 7 de abril de este año para la habitual peregrinación hasta el cementerio de Colón, donde se encuentra la tumba de una afamada protectora de animales.

Para sorpresa de muchos, se logró que fuera la primera marcha autorizada a portar carteles de una organización no legalizada en el registro de asociaciones. En las pancartas se pedía la aprobación de una Ley de protección animal.

El nombre de Beatriz Batista se dio a conocer como una de las artífices de la aprobación. Con su cara bonita y sus veintiún años, esta estudiante de Comunicación Social ha demostrado que sabe hacer bien las cosas. Ella y Odalys Jaramillo, otra protectora, lograron que el gobierno del municipio Plaza permitiera la marcha. Cientos de personas se les unieron ese día.

En La Habana radica la Asociación Cubana Protectora de animales y Plantas (ANIPLANT), presidida por Nora García. Es la única asociación con estatus de ONG, ya que la Ley de Asociaciones 54/1985 permite una sola por finalidad. ANIPLANT tiene filiales en Varadero, Cárdenas, Caibarién, Villa Clara y otros lugares, pero el proceso es engorroso y demora.

Hace más de un año se promete que el Ministerio de la Agricultura trabaja en un proyecto de Ley, pero no ha habido apremio alguno, que se conozca, por parte de la ANPP, que ocupada en la producción del voluminoso cuerpo legal derivado de la nueva Constitución, ha demorado demasiado una situación sensible y humana.

Para agravar las tensiones, en los últimos días la institución Zoonosis arreció su campaña de recogida de animales callejeros en la capital. Las imágenes tomadas eran de gran crueldad. Después se supo que en apenas unas horas los habían sacrificado. En Cuba se utiliza para ese fin la estricnina, un producto rechazado en casi todo el mundo por la agonía que provoca en los animales.

Foto Facebook

La paciencia llegó a su fin. El 11 de noviembre, en horas de la mañana, una manifestación pacífica de protectores de animales se ubicó frente a la sede de Zoonosis. No habían avisado públicamente de su propósito, pero pronto se les unieron vecinos del lugar y otros protectores que lo supieron. En los carteles se podía leer: «Abajo Zoonosis», «Hablamos por los que no tienen voz», «Ni una pata menos», «Exigimos Ley de Protección animal Ya», «Cuba contra el maltrato animal», «Estricnina NO», «Esterilizar sí, matar no».

Foto Facebook

Las autoridades del orden público resolvieron civilizadamente la tensión. La Policía se retiró y se permitió que tres rescatadores entraran para dialogar. Mucha gente estuvo a la expectativa desde diversas partes de Cuba y también de otros países.

Lo próximo que se supo era que llegaron a un acuerdo: no seguirían capturando animales callejeros por el momento, y accedieron a entregar a casi todos los perritos que debían ser sacrificados. Se propuso una reunión al día siguiente donde diez activistas serían recibidos por las autoridades del Ministerio de Salud, al cual pertenece Zoonosis.

Las puertas se abrieron y el rescate de los perritos pudo efectuarse. La mayoría enfermos, temblorosos, miraban con esperanza a los que los llevaban en brazos con ternura. Si la bondad humana tuviera rostros, este sería uno de ellos.

Foto Facebook

Como bien asevera Liudmila Morales: «La creciente atención que está recibiendo el tema puede favorecer su trabajo, pero también ocasiona ciertos conflictos relacionados con el propio activismo de la sociedad civil en un país donde su expresión organizada sigue despertando resquemores».

El día 12 ocurrió la reunión y, lo que se ha reportado de ella en las redes da fe de la inclinación de las autoridades para colaborar en proyectos comunes con los rescatadores. No al sacrificio, creación y gestión de refugios, campañas de esterilización, y, sobre todo, acciones en favor de la concientización ciudadana para el cuidado y el no maltrato de los animales.

La lucha por la Ley de Protección Animal es un punto crucial en la agenda de los activistas. Más de siete mil personas han firmado en menos dos días en las redes solicitándola. Se espera una recogida masiva de firmas para el 16 de noviembre.

Este movimiento cívico, humanista, muestra que la sociedad civil cubana goza de buena salud. Expresa igualmente que el Estado puede ser parte de esa corriente autónoma, pero proclive a colaborar en todo con las autoridades por el bien de los seres que no tienen voz y que necesitan de la nuestra. Una voz hasta ahora tímida pero ya evidentemente decidida.

Mi hija llega. No sabe de lo que escribo. Me cuenta que muchos de sus amigos de la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas han creado un grupo en WhatsAppp para luchar por los derechos de los animales. Se llama UM No al maltrato animal.

Imagen Facebook

13 noviembre 2019 21 comentarios 443 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
  • 1
  • …
  • 7
  • 8
  • 9
  • 10
  • 11
  • …
  • 20

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...