Luego del debate en el Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) sobre la nueva política de comunicación que se instituirá, me gustaría aportar algunos criterios. La situación de la prensa cubana es incoherente en muchos aspectos. La Constitución vigente norma la existencia del PCC como Partido único; sin embargo, dada la enorme cantidad de órganos oficiales de prensa que posee el mismo, pareciera que debe coexistir en un escenario interno de extrema hostilidad ideológica, lo que es desmentido por las declaraciones de nuestros dirigentes patentizando su confianza en el apoyo del pueblo a la Revolución.
Además del periódico Granma, existe un órgano oficial del Partido en cada provincia, para un total de quince, y prefiero ser cautelosa pues ignoro si en las provincias experimentales de Artemisa y Mayabeque también se establecieron. A todas luces es innecesaria esa abundancia de órganos que no difieren mucho entre sí, pero lo peor es que cada uno es financiado por el presupuesto del Estado, es decir por todos y cada uno de nosotros. ¿Es justo que un país con una situación económica tan compleja como Cuba deba derrochar en proporción semejante, a pesar de que los requerimientos al ahorro son constantes en el discurso político?
Se comenta que la nueva política de comunicación atenderá el tema de la financiación de los medios al buscar alternativas que generen ingresos por vía de la publicidad y el patrocinio, sin que ello signifique la retirada del presupuesto estatal. Me parece excelente que empecemos por casa a dar ejemplo de prudencia en los gastos, pero no debemos pensar que ello es una novedad, sino el rescate de un modo de hacer.
Al reivindicar como propia la raíz marxista del primer Partido Comunista, debemos recordar que su órgano oficial fue el diario Noticias de Hoy, cuya aparición data de mayo de 1938.[1] Este no incurrió en la puritana costumbre implementada por sus sucesores que consideraron una blasfemia mezclar ideología y publicidad. El viejo periódico comunista se subvencionaba por diversos medios: por suscripción popular en menor medida —mediante la venta de “certificados de ayuda”, por valor mínimo de cinco pesos—, y por publicar anuncios de productos y servicios, especialmente de empresarios y profesionales cubanos.
La búsqueda de financiamiento a través de publicidad y patrocinio no es novedosa.
Entre los productos que más se anunciaban mencionaremos Cerveza Tropical, Cerveza Guinnes Cabeza de Perro, Cerveza Cristal, Maltinas Tivoli y Trimalta, Cigarros Trinidad y Hno., Tabacos “La Marca”, Camisas Perro, Ropa de hombres “El Zorro”, Amplificadores LA-UZ, Jarabe anticatarral Majín, Fenaspirina…
Por su parte, la gama de servicios que se divulgaba era muy amplia, algunos ejemplos son: Casa Ruiz: Compra y venta de muebles; Tiendas como “El Encanto” “La Internacional” y “Fin de siglo”; Salón de Barbería de Rogelio Suárez; Basilio Casanova: Sastre Modelista; Ópticas Iglesias y Royalt; Panadería y Dulcería La Guarina; Cooperativa de Ómnibus; Unión Latina: Cía de Seguros; Fotos Lorenz; Distribuidora Dalia: de las revistas Carteles, Bohemia, Vanidades y Cinema. Por si fuera poco, también anunciaban la Lotería Nacional.
Aunque al inicio no tenía medios técnicos propios, los ingresos obtenidos le permitieron al diario tener su propio taller de impresión, ubicado en Desagüe números 108 y 110, Apartado No. 2422, Dirección Telegráfica: Noti–Hoy, Habana.[2] Noticias de Hoy se dirigía a un público amplio, su precio era de dos centavos y tenía dos ediciones diarias, una en la mañana y otra vespertina, con cierre a las 3 P.M. Comenzó con un total de diez páginas, y osciló entre ocho y doce hasta 1946, cuando permaneció con esta última cifra. El 10 de marzo de 1940 iniciaron la publicación de un suplemento cultural denominado Magazine de Hoy, con impresión policromática de gran calidad.
Noticias de Hoy era un medio próspero y sostenible, con publicidad incluida.
Todo esto nos permite afirmar —con una terminología al uso—, que Noticias de Hoy fue una publicación “próspera y sostenible”. Y lo fue sin dejar de defender su ideología y de enfrentarse y criticar los males de aquella época.
La ideología no está reñida con la publicidad, es más, si la empresa privada en el capitalismo no opuso reparo alguno en anunciarse en la prensa comunista, considero que la prensa comunista del socialismo no debe oponerse a que los cuentapropistas utilicen sus espacios. Esto debería instrumentarse tanto en el Granma como en los periódicos de todas las provincias. En todos los casos se podría mantener un apoyo del presupuesto estatal para los mensajes y campañas de bien público, pero la mayor parte de los egresos serían asumidos por las propias publicaciones.
Lo novedoso sería un marco legal que proteja a los periodistas y les permita acceso a toda la información que sea de interés público.
Esta ojeada al pasado permite constatar que lo novedoso en la política de comunicación no sería la admisión de la publicidad y el autofinanciamiento de la prensa. La real novedad tendrá que derivarse de la protección legal y laboral a los periodistas y profesionales de la comunicación que ejercen su trabajo. Debiera ser la existencia de normativas que les permitan acceder a la información sin pasar por tantos filtros oficiales que, a fin de cuentas, la obstaculizan. Se debe reconocer el anonimato de sus fuentes como es habitual en otros contextos, incluso en el nuestro que consiente el anónimo como fuente de investigación. Deben determinarse con claridad los asuntos objeto de censura, pero estos deben ser mínimos: la entrada a objetivos militares y el uso de documentos de seguridad nacional, entre los pocos que pudieran constituirse en barreras a una indagación periodística.
Todo lo anterior es una quimera sin que se recoja en un marco legal y sea refrendado en la nueva Constitución. Habrá que esperar en consecuencia a que sea concluido el proceso que generará la nueva Ley de leyes para saber en verdad si el término novedosa se pueda adjudicar a la política de comunicación que se debatió en el congreso de la UPEC.
[1]En 1953 desapareció, como resultado de la ilegalización del Partido Comunista y su consiguiente persecución, para reaparecer en 1959, así se mantuvo hasta 1965, cuando se funde con Revolución y Adelante para dar paso a Granma.
[2]Yinela Castillo y Lisset Hevia: Op. Cit.