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Alina Bárbara López Hernández

Alina Bárbara López Hernández

Profesora, ensayista e historiadora. Doctora en Ciencias Filosóficas

Marquitos 1

«Caso Marquitos»: una conversación con Newton Briones

por Alina Bárbara López Hernández 10 junio 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

En el artículo «La delación de Humbolt 7. Temas en conflicto en torno al “caso Marquitos”», publicado hace poco en OnCuba, el investigador Julio César Guanche sistematizó con agudeza los diversos puntos de vista al respecto. Las múltiples hipótesis tejidas sobre el asunto hacen que lo considere, con razón, «un problema para la historiografía profesional cubana».

Demuestra en el texto mencionado que la opinión mayoritaria admite que a los jóvenes del Directorio Revolucionario (DR) masacrados al mes siguiente del asalto al Palacio Presidencial, los delató Marcos Rodríguez (MR).

Sin embargo, mientras una parte acepta que la causa de la traición se debió a iniciativa propia por motivaciones personales, incluso sectarias, relacionadas con su militancia en las filas de la Juventud Socialista y a sus vínculos con el PSP; otra parte la vincula a motivos más complejos que no solo atañen a MR sino al PSP, organización que no aceptaba la estrategia insurreccional contra Batista desarrollada por el DR.

Dos importantes dirigentes del Partido estuvieron involucrados con esta delación: Joaquín Ordoqui (JO) y su esposa Edith García Buchaca (EGB).

Marquitos 2

Edith García Buchaca y Joaquín Ordoqui Mesa

El historiador Newton Briones en su libro Víctima o culpable. La delación de Humboldt 7, es de los que exculpa al PSP y a estas dos figuras.

Este investigador se graduó de Historia en la Universidad de La Habana en 1975. Proviene de una familia de luchadores revolucionarios, su padre fue jefe de acción de la organización Joven Cuba y muy cercano a Antonio Guiteras.

Varios de sus libros, artículos y declaraciones han cuestionado aspectos convertidos en tradición por la historiografía. Entre ellos revalúa quién disparó primero: Casillas Lumpuí o Jesús Menéndez, el día de la muerte del líder sindical; devela los conflictos entre el dirigente comunista César Vilar —que falleció en 1973 prácticamente olvidado—, y la dirección del Partido Socialista Popular; pone en jaque la tesis casi generalizada de que la Revolución del Treinta se fuera «a bolina» o desmiente la existencia de las famosas pruebas que alegaba tener Eduardo Chibás contra Aureliano Sánchez Arango, y cuya supuesta pérdida lo llevara al suicidio. 

En un intento por aportar elementos sobre el «Caso Marquitos» y lo que lo rodea, tuvo lugar este intercambio entre Newton Briones y yo.

***

(AL): Ante todo quisiera preguntar si fue usted en algún momento miembro de la Juventud Socialista o del Partido Socialista Popular.

(NB): Usted misma hace la pregunta y da la respuesta. Si hubiera sido del PSP no habría escrito sobre Jesús Menéndez ni sobre Cesar Vilar. A la única organización que pertenecí antes de 1959 fue al Movimiento 26 de Julio.

(AL): En el blog La Cosa, creado por Julio C. Guanche, han aparecido testimonios que ofrecen otras miradas al controversial tema. Uno de ellos fue brindado por Lela Sánchez Echeverría, bajo el título «El Conflicto de los Días y las Fechas Históricas».

A ella le llaman la atención dos citas que hace Guanche de su libro Víctima o culpable… En una, usted niega que en el juicio se probara «el irrestricto apoyo prestado por el PSP a MR». En la otra, afirma: «Marquitos estuvo detenido durante dos años y medio en Villa Marista en la sede de la Seguridad del Estado. Si Ordoqui y Edith hubieran tenido ese poder para demorar e impedir hacer justicia sobre Marquitos, lo habrían soltado de su encierro y esto no sucedió (…)».

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Lela Sánchez señala:

«No sé por qué Newton hace esa observación sin aclarar que cuando Marquitos estuvo preso la primera vez (esta fue la segunda), haciendo uso de un irrestricto apoyo a MR, una parte de los dirigentes del PSP, y en primer lugar Joaquín y Edith, lograron ponerlo en libertad, ubicarlo a trabajar en la dirección de cultura del Ejército Rebelde y luego enviarlo en la beca gestionada por ellos a Checoslovaquia.

Claro que en esa ocasión estaba detenido solamente porque el DR [Directorio Revolucionario] lo acusaba de ser el delator de Humboldt 7, no como un agente de la CIA, tal como fue en la segunda oportunidad en la que vino preso acusado por los checos de trabajar para esa organización.

En ese caso, aclara el propio Newton que no podían contra otras fuerzas porque la acusación era fuerte. Sin embargo no mencionan, ni Newton, ni Guanche, (al menos en este trabajo) que sí lo habían hecho en la oportunidad anterior que les acabo de narrar.

Sería bueno que el articulista averiguara en qué fecha regresó Marquitos de México luego del 59 y por qué. Y tal vez logre conocer algo más de lo que le relato. Para no convertir esto en un tratado se lo dejo de tarea a Guanche si le interesa».

(NB): Después de leer la breve exposición de Lela me quedé sorprendido por la afirmación. O no fui claro con lo explicado en mi libro o no entendió lo expuesto. Ahora respondo al breve párrafo escrito por ella. La llamé para abundarle en más detalles y no quedo convencida. Debo volver a escribir para no dejar dudas sobre el asunto. Además, otros interesados volverán a leer mis puntos de vista y podrán dar sus opiniones.

Marquitos regresó de México el 28 de enero de 1959. Antes, se creó una comisión para organizar el retorno de los exiliados. Las diferentes organizaciones designaron a sus representantes para la vuelta. Ellos se encargarían de darle prioridad en los vuelos a las personas reconocidas en la lucha. Cesar Cuenca y representantes del PSP designaron a Marquitos para la tarea. Ordoqui y Edith García Buchaca ya estaban en Cuba desde el 5 de enero de 1959.

Marcos Rodríguez aterrizó en la Isla después de estar un año, siete meses, cuatro semanas y dos días en el exterior. Un total de 609 días contados desde su salida de la embajada de Brasil en dirección a Costa Rica y después a México. Su confianza en regresar suponía que la verdad de lo sucedido aquel 20 de abril de 1957 jamás saldría a la luz. Al parecer, poseía una convicción sólida en que a su regreso no tendría ningún tipo de inconvenientes. En la prensa no había aparecido nada durante los días de euforia popular desde el 1ro. de enero. Era señal de que no existían cargos contra él.

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Página de la revista Bohemia del 28 de abril de 1957, dedicada a la masacre de Humboldt 7. (Tomada de OnCuba)

Transcurrieron los primeros días de febrero de 1959 y fue cuando el caso comenzó a polarizarse. En un extremo Marquitos y sus defensores, los cuales creían combatir una injusticia. Y en el otro los investigadores del Directorio, convencidos cada vez más de estar sobre el sospechoso, pero sin tener todos los elementos para que nadie dudara de que era el delator.

Si los argumentos hubieran sido suficientemente convincentes, nadie se hubiera atrevido a transgredir esa línea. Menos en aquella fecha, en que los valores de justicia habían alcanzado cotas muy altas. Por eso el título de mi libro, «Víctima o Culpable», pues entre esos dos adjetivos se desarrolló el drama.

Al no existir evidencias de su delación, la imagen de víctima continuó fortaleciéndose. Y en el ambiente reinaba la fábula de una venganza contra él por parte del Directorio Revolucionario. A pesar del tiempo transcurrido, la sospecha de la delación de Marquitos y la venganza del Directorio eran extremos de un mismo problema. El factor subjetivo aportaba un peso específico, solidarizarse con la víctima y oponerse al victimario. En este ambiente se desarrollaba el drama que iría tomando cuerpo con los días.

Angelina Rojas Blaquier, en su texto Primer Partido Comunista de Cuba, t. 1, (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005, pp. 87-88), explica que el jueves 29 de enero,

«(…) sin perder tiempo, MR se dirigió a las oficinas del Partido en la avenida de Carlos III. Joaquín Ordoqui, responsable de la Comisión de Educación, lo recibió. Después de los saludos de rigor, ambos se adentraron en el tema.

– ¡Ya sé! En la prensa voy a discutir con el Directorio para probar que sus dirigentes son anticomunistas…

– ¡Oye! ¡Oye! ¿Qué te pasa? Vete con cuidado —lo interrumpió Ordoqui—. Mira, el asunto contigo y el Directorio no es discutir si tú eres comunista y ellos no. Si tú mismo eres o no lo eres. El Directorio lo que está discutiendo contigo son elementos de una causa criminal. Los dirigentes tienen entendido que tú has delatado a los compañeros de Humboldt 7. Eso… No hay discusión política ni problemas ideológicos, en absoluto. El problema es si cometiste un delito o no lo cometiste. Y la tarea central tuya, si no lo has hecho, es demostrar que no lo has cometido.

–Está bien. Lo demostraré».

Sin embargo, los interesados en poner al descubierto las sospechas no llevaban un inventario sistemático de sus acciones pasadas. Incluso no sabían que Marquitos se encontraba en la Isla. Y menos que buscaba trabajo días después de llegar a Cuba. Como no supieron en 1961 que estaba detenido en Villa Marista.

La afirmación de que trabajaba allí es incierta y demostrativa del desconocimiento sobre el sujeto al que consideraban el traidor. Marquitos supo que conocidos de México laboraban allí en la dirección de cultura del Ejército Rebelde. Visitó el lugar para gestionar una plaza de trabajo. Fue atendido por su amigo Chelo Martínez, quien le propuso que regresara en otra ocasión. Las posibilidades del empleo en un lugar emblemático, un edificio de dos plantas, en la Avenida 31, frente a Ciudad Libertad.

Curiosa coincidencia, aquel inmueble dedicado a la enseñanza y a la cultura política y artística, había sido hasta el primero de enero sede de la Agencia Central de Operaciones (J´ACOPns), encargada de la parte operativa, investigaciones y detenciones del BRAC. Su jefatura se encontraba en otro lugar de la ciudad, en quinta y catorce, Miramar, frente a la casa del expresidente Ramón Grau San Martín. La parte operativa y de jefatura estuvieron separadas para conservar el secreto de trabajo.

Edith García Buchaca debía volver a México, al Congreso Continental por la Paz. A mediados del mes de enero se dirigió a la capital azteca. Vilma Espín, destacada combatiente, integraba igualmente la delegación cubana. Marquitos todavía se encontraba atendiendo los asuntos de la repatriación de los cubanos en el Distrito Federal. Cuando se volvieron a encontrar Edith y Marquitos, salió el tema reiterado y conocido, la imputación de delación. Tuvieron una conversación sobre el tema. Y este encuentro volvió a salir en abril de 1963, durante el juicio ante las preguntas del fiscal al detenido. Prefiero contarlo en el momento del juicio, para no adelantar algo tan importante y evitar repetirlo.

A pesar de todo lo explicado, ellos fueron víctimas de Marquitos y no al revés como piensan algunos. Aun, después de tanto tiempo despiertan más dudas Ordoqui y Edith que Marquitos. Al pensar que estaba siendo perseguido por el Directorio lo defendieron, y él aumentó su imagen de persona inocente y sobre la cual se estaba cometiendo una injusticia.

Una observación importante, el Ordoqui de 1959 no será el mismo de 1963, donde había alcanzado el cargo de viceministro y el grado de comandante. En mi investigación para escribir el libro, encontré que la única persona que intuyó su maldad fue la mamá del cineasta Fandiño, cuando se refirió a su mirada. Su manera de hablar y otros elementos hicieron que muchos le cogieran lástima. Sabía engañar y bien.

Volviendo a Ciudad Libertad el día 4 de febrero de 1959, cuando Marquitos visitó el lugar en busca de trabajo. También estuvieron ese día Marta Jiménez y Julio García Olivera. Y por casualidad vieron de lejos a Marquitos. Hablaron con Selma Díaz, esposa de Osmany Cienfuegos.

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Marcos Rodríguez durante el juicio en 1964. (Tomada de OnCuba)

–Venimos a ver a Camilo y entonces nos han dicho que no está…

–Espérense un momento –le dijo Selma. Y entró al despacho del Comandante William Gálvez, jefe de la Dirección de Inspección, el G5. Ante la insistencia de Marta Jiménez, Camilo Cienfuegos designó al capitán Reinier Díaz, segundo jefe del DIER, para realizar la investigación. Después de haber hecho múltiples tareas para descubrir la traición, el investigador debió hacer un informe sin mencionar su inocencia, sino explicando no haber encontrado su culpa.

Entonces fue liberado de su prisión en Columbia. Lo soltó Camilo y no Ordoqui. La gestión para estudiar cine en Praga se había hecho en México antes de 1959. Al no tener dinero para el viaje, se pospuso. Ahora estaban dadas las condiciones y marchó a Checoslovaquia.

Durante el juicio, en 1964, el fiscal le preguntó a Marquitos por su conversación con Edith en aquella ocasión en que ella volvió a México al Congreso Continental por la Paz.

–Regresa a La Habana, el Directorio te acusa por la muerte de los compañeros de Humboldt 7. Debes esclarecer tu situación –le dijo Edith a Marquitos. Al oír esta respuesta de Marquitos al fiscal, Fidel intervino y agregó. —Si lo hubiera protegido esa no sería la respuesta, sino quédate y no regreses. En la Revista Bohemia donde se reproduce todo el juicio se puede encontrar el interesante pasaje.

Como no bastó mi libro sobre Humboldt 7 en el que explico mi punto de vista sobre aquel hecho, recurrí al mismo procedimiento realizado en la UNEAC en el 2013 con la «Maleta de Chibás». Cuando combatimos Lela y yo por demostrar que Chibás no tenía pruebas contra Aureliano Sánchez Arango en su famosa maleta. Y donde Miguel Barnet me regañó al decir que yo «no limpiaría el piso de la UNEAC con Chibás». Aunque no me llamó cuando en el 2016 Fidel afirmó en el programa televisivo Mesa Redonda que Chibás no tenía pruebas.

Ante las dudas expresadas por algunos interesados en el caso de Humboldt 7 que no coincidían con mi interpretación en el libro «Víctima o Culpable», propuse en la UNEAC hacer una reunión parecida, a la que asistieran los que tenían dudas y opiniones diferentes. Nadie respondió a la invitación cursada mediante correo. Califiqué el hecho como lo hacen en las peleas de boxeo: nock out por no presentación.

Debo decirle a mi amiga Lela y a otros una frase muy utilizada por los que les gusta la gastronomía: comer pescado requiere de cuidado, tiene espinas. Parece mentira que hayan incurrido en el mismo error de Eduardo Chibás al acusar al padre de Lela, Aureliano Sánchez Arango, de haberse apropiado del dinero del desayuno escolar. Y la respuesta del acusado fue: ¡pruébalo! Como Chibás no pudo demostrarlo recurrió al disparo que le costó la vida.

(AL): La observación de Lela es coincidente con el criterio de Guillermo Jiménez, Jimenito, dirigente del DR y una de las personas que contribuyó a la denuncia contra MR. Este también dijo siempre que existió un «irrestricto apoyo» a MR por una parte de la dirigencia del PSP, especialmente Carlos Rafael Rodríguez, JO y EGB, que lograron ponerlo en libertad y desecharon la posibilidad de realizar un juicio.

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Comandante Guillermo Jiménez Soler, conocido como Jimenito. (Tomada de OnCuba)

(NB): Invocar el irrestricto apoyo a Marcos es desconocer la existencia de otro poder interesado en que el juicio se diera. Se dio comienzo al primer juicio y por las opiniones vertidas, alusión al sectarismo como causa, se suspendió y dio paso a un segundo juicio. Si hubiera existido ese irrestricto apoyo, tan invocado y reiterado, no se hubiera realizado el segundo juicio.

(AL): Según Jimenito, en el propio año 1959, el DR solicitó una reunión, para la que fueron designados él y Alberto Mora, con el objetivo de tratar con el PSP la delicada situación de que MR, un militante de su partido, era el delator. Así lo contó:

«El planteamiento principal que le hice a nombre del Ejecutivo del DR fue nuestra proposición de juzgar a MR de manera conjunta entre el DR y el PSP, para lo cual propusimos designar un tribunal revolucionario integrado por el mismo número de militantes de cada organización, cuya tarea sería dilucidar la culpabilidad o la inocencia del acusado. Una vez alcanzado un consenso, nos dirigiríamos al Cte. Fidel Castro para imponerle de los antecedentes y de la conclusión».

(NB): Lo que no se dice es la opinión de Ordoqui y Carlos Rafael cuando Jimenito y Alberto Mora le hicieron la propuesta. Una de los argumentos que ellos llevaban era el dinero que poseía Marquitos en México. Frente a ese argumento, Ordoqui dijo que iba a comer a su casa por no tener dinero. Algo más, si el Directorio hubiera hecho la propuesta de reunión, esta no se habría realizado en la casa de la mamá de Carlos Rafael. Y algo más importante, a esa altura del proceso revolucionario nadie iba a correr el riesgo de defender a un traidor, que además no era importante desde el punto de vista político.

(AL): Otra cosa que indica apoyo irrestricto fue el fusilamiento de los esbirros de Ventura en 1959 sin que se lograra una declaración legal contra MR. Ellos le aseguraron a Marta Jiménez —esposa de Fructuoso Rodríguez, uno de los mártires de Humboldt 7—, cuando fue a verlos a prisión acompañada por Julio García Olivera, que habían estado presentes en la entrevista del delator con Ventura, e identificaron a MR entre varias fotos de diferentes personas. Marta se entrevistó con Camilo, bajo cuyo mando estaban los prisioneros, y le pidió que no los fusilaran hasta que no se efectuara ese acto.

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Marta Jiménez, viuda de Fructuoso Rodríguez (Tomada de Juventud Rebelde)

(NB): Marta no se entrevistó con Camilo sino con William Gálvez, según Selma Díaz, esposa de Osmany Cienfuegos. Además, el capitán Reinier Díaz nombrado por Camilo para la investigación se entrevistó con Mirabal, la otra persona viva y presente en la entrevista de Ventura y Marquitos.

(AL): Podría argüirse que la euforia de los momentos iniciales del triunfo motivó la descoordinación; pero debe tenerse en cuenta que Osmany Cienfuegos, hermano de Camilo, era un militante comunista reconocido desde sus tiempos de la universidad, que había visitado la casa de JO y EGB en México en el mismo período en que lo hiciera MR, y que pudo incidir en la rápida desaparición de los hombres que habían identificado al traidor.

¿No cree muy raro que la proposición del DR de celebrar un juicio conjunto en la primera ocasión en que MR estuvo detenido no fuera aceptada y, lejos de investigar las pruebas con que contaba el DR, el PSP garantizara la salida del país de MR y le asignara tareas de extrema confianza como ocupar un puesto en la embajada de Cuba en Checoslovaquia?

(NB): Eso está contestado antes.

(AL): JO fue acusado no solo de proteger a MR, sino de haber brindado información a la CIA. Usted sostiene su inocencia a contrapelo de los siguientes elementos:

  1. Fidel crea una comisión para dictaminar la culpabilidad de JO, lo cual se hace público en la prensa. La misma estuvo conformada por Osmani Cienfuegos, Alfredo Guevara, Pepe Abrantes y Emilio Aragonés. Coincidentemente, todos ellos visitaban la casa de Ordoqui y Edith en México estando allí Marquitos; y, con excepción de Aragonés, todos eran miembros del PSP. Si la comisión dictaminó, nunca se ha conocido.
  2. El propio Fidel reprocha a JO que hubiera guardado, sin darla a conocer, una carta que MR le dirigiera por intermedio de su padre, estando ya preso y en la que hacía insinuaciones y afirmaciones muy graves, como que él le había confesado a Edith en México que era el delator.
  3. Existe una reunión del BP que ratifica la culpabilidad de Ordoqui, aunque decide no encausarlo.

(NB): Existen suficientes elementos para concluir que todo es una operación secreta de la CIA. Quien develó el asunto, sin saberlo, fue Philip Agee, al decir que al hombre encargado de la operación le dieron la medalla de oro de la CIA. Miguel Barroso, ministro del gobierno español y autor de uno de estos libros sobre el caso Marquitos, descubrió la diferencia de opinión entre el primer libro escrito por Agee, publicado en Inglaterra, y el segundo publicado en Cuba. Les dejo esa tarea para tener otros elementos al respecto. Agárrense a la silla, no se vayan a caer.

(AL): ¿A pesar de lo anterior, qué elementos lo convencen de la inocencia de JO y EGB?

Existe una duda que usted sembró en mí en la anterior conversación que tuvimos, allí afirma que el PSP buscó un acercamiento a Batista aun después del 10 de marzo, sus palabras fueron:

«Después del golpe los dirigentes del PSP habían establecido contacto con Raúl Lorenzo Ruiz, ministro de Comercio del nuevo gobierno (…) No era un desconocido, en 1937 había militado en las huestes juveniles comunistas. Mantenía relaciones con los miembros del PSP y ellos le habían dado la encomienda de sondear a Batista para ser aceptados. Aunque Batista estaba subordinado a los designios del Departamento de Estado y en ese momento debía obtener la anuencia por el golpe de Estado, la respuesta de Raúl Lorenzo llegó: “los americanos los tienen vetados y no puedo hacer nada”».

El capitán Esteban Ventura Novo era un hombre extremadamente precavido, logró burlar varios intentos de atentados, incluso, monitoreaba a través de la radio de la policía las conversaciones con el alto mando del ejército, lo que le permitió conocer los planes de fuga de Batista, en los que no estaba incluido, ante lo cual se presentó, ametralladora mediante, y logró huir con su familia en uno de los aviones. Me pregunto cómo fue posible que MR, un estudiante poco conocido, hubiera convencido a un hombre así a acceder a reunirse con él sin que terciara una recomendación.

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Esteban Ventura Novo

(NB): Lo primero a saber del hecho, la reunión se dio, los motivos de Ventura para acceder a la entrevista es su interés en ascender. Está explicado en «Víctima o Culpable». Ventura escribe su libro en 1961 y dice que los que dieron la información son Faure y Raúl Díaz Arguelles, cosa incierta. Raúl Díaz no está en Cuba cuando la entrevista de Marcos y Ventura. Hay un interés de la CIA en provocar disidencia interna. Lo que se puede confirmar en el libro de Miguel Barroso, que le escribió a la CIA y esta le respondió. Y dan un dato revelador: al juicio de Marquitos asistió alguien vinculado a la CIA y analizó lo que se le puede sacar a la reunión, la desunión interna.

(AL): También está la famosa visita del agente Castaño a JO y EGB en México. Este era miembro del FBI y se ocupaba de la represión a los comunistas en el BRAC.

¿Qué puntos comunes podría tener un individuo así con dos veteranos comunistas como aquel matrimonio? ¿Por qué no informaron de esa visita tan poco usual a la dirección del PSP, cosa reconocida por Blas Roca y otros ante la Comisión del Buró Político que se creó para esclarecer los hechos?

¿Podrían JO y EGB haber intentado, incluso sin contar con la anuencia de toda la dirección del PSP, ser bien vistos por «los americanos» para que dejaran de vetar un acercamiento del Partido con Batista?

(NB): Explicado también en «Víctima o Culpable», casi todo está explicado ahí.

Aprovecho la oportunidad que me brinda el cuestionario de preguntas sobre el hecho del que no se sabe mucho y está explicado en el libro. Yo no he ahorrado explicaciones en los asuntos que podrían ayudar a entender todo lo relacionado con aquel asunto.

Aquí cabe la pregunta de por qué el Instituto Cubano del Libro no lo publicó. Ello hubiera ahorrado todas estas interpretaciones erróneas, donde tal parece que la Revolución manipuló una verdad para no dar a conocer asuntos que la condenaban. Y es todo lo contrario, la Revolución actuó con total honestidad.

El libro lo revisó el profesor Alfredo Prieto, es uno de los lectores de la editorial para algunos textos. Me dijo que estaba de acuerdo con él. La responsable de la editorial, María de los Ángeles Navarro, también estuvo de acuerdo en publicarlo, después varió su opinión y dio explicaciones que no me satisficieron.

También la cineasta Rebeca Chávez escribió un libro sobre Humboldt 7 y no se lo publicaron. Según me contó Carlos Tablada, encargado de la Editorial Ruth, habló en la oficina del presidente del ICL sobre el mismo. Estaba en la conversación el antiguo director de Ciencias Sociales. Tablada quería asegurarse en no publicar nada en contradicción con la Revolución. Él no me contó las interioridades de la conversación, pero al publicarlo es deducible no tener problemas.

10 junio 2021 20 comentarios 4.853 vistas
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Ideología y derechos

Ideología y derechos humanos. El caso de Luis Manuel Otero Alcántara

por Alina Bárbara López Hernández 28 mayo 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

-I-

Ideologías, no abismos

Seis días después del asalto al cuartel Moncada, Fidel Castro y siete de sus compañeros fueron capturados en las estribaciones de la Sierra Maestra, por la zona de El Caney. Dormían en una choza cuando los sorprendió una patrulla al mando del teniente Pedro Sarría. «Las ideas no se matan», fue su respuesta ante la insinuación de un subordinado. Este militar mostró indudables valores cívicos y respeto a la ley.

La captura de los fugitivos se produjo en medio de una intensa campaña liderada por monseñor Enrique Pérez Serantes, arzobispo de Santiago de Cuba, cuyo objetivo era que se respetaran sus vidas. Gracias a aquellas gestiones, y a la presión de la opinión pública, pudieron tener un juicio con garantías e, incluso, fueron amnistiados tras cumplir menos de dos años de prisión debido a un movimiento cívico nacional.

Ideología y derechos 2

Monseñor Enrique Pérez Serantes, arzobispo de Santiago de Cuba

Cuando regresaron a Cuba en el yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, debieron sortear una gran operación de la tiranía encaminada a liquidarlos. Con motivo de aquella ofensiva, que costó la vida a otros opositores en las denominadas Pascuas Sangrientas, Juan Marinello, presidente del Partido Socialista Popular, envió una carta, fechada el 12 de enero de 1957, a varias personalidades hispanoamericanas, en la que señalaba:

«Es obligado que expresemos a usted que el PSP no comparte los métodos de lucha puestos en práctica por el Sr. Castro y su grupo, por entender que no son apropiados y eficaces para dar fin a la tiranía (…) que Cuba padece; pero nuestro partido solicitó y solicita respeto y garantías para la vida de Castro y sus acompañantes (…)».

Tres hombres —un militar, un prelado católico y un alto dirigente comunista— cuyas ideologías no podían ser más diferentes, antitéticas si se quiere, se habían identificado con una causa que tenía como objetivo esencial el respeto a la vida y a la integridad física de personas a las cuales no los unían lazos políticos.

-II-

Abismos, no derechos

En el 2019 se aprobó en Cuba una Constitución que obliga a todos a cumplirla; pero que también protege los derechos declarados de todos. Aun de los que no votaron. O de los que votaron en contra. Aquí no valen excepciones, el respeto a la ley y la protección legal incluyen igualmente al sector denominado oposición, un sector en crecimiento.

El artista Luis Manuel Otero Alcántara ha utilizado la protesta pacífica y la desobediencia civil como medio de disenso. Su situación actual, un raro limbo en el que no está detenido o acusado legalmente pero tampoco es libre para abandonar el hospital Calixto García, debe preocupar a cualquier persona, independientemente de sus criterios políticos. El deterioro físico, y evidentemente psicológico, que reveló el último video circulado de su estancia en una sala de psiquiatría, es demasiado perturbador e inquietante para voltear la mirada.

Ideología y derechos 3

Fragmento del último video de LMOA

Ya sea en un proceso por delitos comunes o de otra índole, todos los ciudadanos debieran estar protegidos por la ley. Debe existir una orden judicial para el arresto, se debe permitir acceso a un abogado y contactos con la familia e incluso, si no es un terrorista o un asesino peligroso, toda persona puede responder al proceso en libertad. 

Aquí no pueden existir relativismos. Lo correcto y lo incorrecto, lo digno y lo indigno, el bien y el mal; son conceptos que no están distanciados por vallas ideológicas. La actual situación de Otero pone en la mira no solo a los órganos de Seguridad del Estado, sino a todas las instancias políticas con nivel de decisión en Cuba, empezando por el Partido Comunista. Igualmente pone a prueba a cada ciudadano que no se indigne, aun en su fuero interno si no se atreve a hacerlo de manera pública. 

Luis Manuel es la cabeza más visible del Movimiento San Isidro, que se hizo notar a raíz de las polémicas suscitadas por el controvertido decreto-ley 349. Tal decreto, en una moratoria debido al rechazo que ocasionó, significaría una restricción a la libertad del arte que se produce fuera de las instituciones culturales del Estado y un aumento de la censura.

En respuesta, algunos artistas e intelectuales discrepantes comenzaron a utilizar mucho más el performance callejero y convocatorias a exposiciones independientes. La represión de los órganos de Seguridad del Estado —excesiva e inconstitucional—, fue desencadenando una escalada de respuestas y más miembros al grupo. De modo tal, se hicieron usuales los actos de repudio organizados por las autoridades, las detenciones y golpizas arbitrarias; todo ello recién aprobada una Constitución que declaraba a Cuba un Estado Socialista de Derecho.

Castigar y proteger

El MSI, algunos de cuyos integrantes han manifestado apoyo al bloqueo norteamericano y simpatías con el anterior presidente Trump, no es representativo de la mayoría de los muchos críticos que tiene la burocracia parto/estatal cubana. Ello, sin embargo, no hace menores mi indignación, mi preocupación y mi vergüenza al ver cómo los han tratado, la forma arbitraria en que los han reprimido.

A LMOA debe reconocérsele el valor personal para luchar abiertamente por sus derechos, y su perseverancia a la hora de defender aquello en lo que cree. Para mí eso es admirable, aunque no coincida con él en otras cosas. Lo creo víctima de intereses extremistas y radicalizados; no obstante, no me parece una persona cuya motivación para oponerse a lo establecido esté determinada por razones económicas. Si fuera así, no viviría en las condiciones de pobreza en que lo hace y que todos hemos visto.

No es un político, pero muchas de sus exigencias son válidas para cualquier ciudadano, es más, la mayoría de ellas: libertades de expresión, movimiento, asociación y manifestación pacífica; están refrendadas por la propia Ley de leyes.

Su desobediencia sostenida frente a un aparato represivo que ha utilizado en su contra métodos ilegales desde mucho antes de que se declarara en huelga de hambre, puede poner en serio peligro su vida. ¿Lo permitiremos?

Algunas veces me han señalado como una historiadora que idealiza el pasado. No lo creo así, pero nadie podrá negar que fue muy superior a la actual aquella educación cívica y los valores humanos que unieron a tres hombres tan discrepantes políticamente como un militar, un prelado católico y un alto dirigente comunista, identificados en la causa común de defender la vida y la integridad física de personas con las cuales no tenían vínculos ideológicos.

28 mayo 2021 100 comentarios 7.480 vistas
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Fiscalía

Fiscalía provincial de Matanzas respondió, aunque fuera de términos

por Alina Bárbara López Hernández 22 mayo 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

En el mes de abril pasado, hice público el hecho de que la Fiscalía Provincial de Matanzas había violado los términos para responder una queja dirigida por mí a esa instancia en el mes de enero.

Para mi sorpresa, el 4 de mayo recibí una llamada telefónica de la vice-fiscal provincial que me citaba para el día 6 a las 9 y 30 de la mañana. Según me informó, responderían la queja.

En la fecha referida me presenté. En la recepción se me pidió dejar todas las pertenencias, incluyendo el móvil y cualquier otro medio de comunicación. Fuimos a una oficina donde se presentó la vice-fiscal como la persona que tramitó mi queja, estaba acompañada de otro miembro de la fiscalía.

Debo reconocer la amabilidad de ambos durante el encuentro. Ella explicó que coincidían conmigo en el derecho que tenía de expresar mis criterios con libertad en medios digitales y redes sociales, y en que la libertad de expresión era un derecho garantizado por la Constitución, pero argumentó que en esos sitios otras personas interactuaban constantemente y podían tener criterios diferentes, que a fiscalía le era imposible arbitrar y conciliar todas esas interacciones, que, no obstante, como yo alegaba que había sido ofendida en mi honor, existían vías legales para establecer una demanda, que allí estaba el otro funcionario para si requería algún tipo de asesoría.

Él me leyó los artículos respectivos e insistió que yo podía estar segura de que el debido proceso imperaba en nuestro sistema de justicia y si decidía establecer una demanda o querella se seguiría con total rigor. 

Fiscalía

Fiscalía Provincial de Matanzas

Me preguntaron que si deseaba comentar algo. Dije que agradecía estuvieran cumpliendo con su obligación, aun cuando estuviera fuera de término. Que yo conocía las redes sociales y sabía de los riesgos de la participación en ellas, que no era la primera vez ni sería la última en que me hubieran ofendido, pero que reaccioné esta vez pues el ofensor era un articulista de medios oficiales, como el periódico Granma y el sitio Cubadebate, y que una de las personas que compartió sus ofensas hacia mí era diputada a la ANPP, es decir, una servidora pública que estaba desconociendo la Constitución.

Manifesté mi preocupación porque tales personas estuvieran acudiendo a este tipo de ofensas para intentar desestimular la participación ciudadana cuando en Cuba se vive hoy una crisis política que requiere de un análisis colectivo para evitar una escalada irremediable. Agradecí la sugerencia de entablar una demanda y les dije que no lo haría en esta ocasión, pero que lo tendría en cuenta para la próxima vez que ello fuera necesario.

Asimismo, mencioné que me extrañaba que fiscalía no pudiera interceder en comentarios que se suscitaran en redes sociales, dado que se conoce de personas que han sido multadas en Cuba por utilizar las redes con fines críticos.

Insistí en que la demora en responder y el hecho de que fueran irrespetados los términos no se justificaba. La funcionaria me explicó que habían tenido atrasos por la situación de la pandemia, a lo cual alegué que la responsable de atención a la ciudadanía, a través de la línea única, me había confirmado que estaban al día en la tramitación de quejas, por lo cual esa no podía ser la excusa, y agregué que había sido maltratada por la jefa del departamento, llamada Yoandra, a lo cual no objetó nada la vice-fiscal. 

A continuación redactó brevemente un acta en la que resumió lo tratado, fue firmada por ella, por el otro funcionario y por mí. La esencia: que yo aceptaba la respuesta aunque insistía en que la misma estaba fuera de término.

Creo justo dar a conocer lo ocurrido, pues el pasado mes hice una denuncia pública de la falta de respuesta a mi queja.

22 mayo 2021 33 comentarios 2.824 vistas
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CTC - convocatoria

La CTC y su convocatoria en el Día de los Trabajadores

por Alina Bárbara López Hernández 1 mayo 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Desde que la fecha del 1ro de mayo apuntó en el horizonte, comenzamos a escuchar la invitación a celebrarla. Este año, debido a la pandemia, volverá a ser virtual. El secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento —con el exuberante entusiasmo que lo caracteriza—, llamó al movimiento sindical a hacerse eco de la celebración.

Los periódicos y sitios digitales divulgaron la convocatoria del secretariado nacional. El programa televisivo Mesa Redonda de ayer se dedicó al asunto. En esta oportunidad, el lema que preside la conmemoración es «Una Patria viva, unida y victoriosa».

Dos obstáculos han sido reconocidos: «un escenario complejo y desafiante, caracterizado por el criminal, injustificado e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos (…) a lo que se suman los efectos de una pandemia mundial». Quien esperara una crítica, aunque fuera tímida, sobre decisiones internas erróneas o demora en las reformas, quedó defraudado.

Según el secretariado nacional, ambas condiciones explican: «una elevada contracción de la economía y el consiguiente desabastecimiento del mercado interno, lo que ha provocado la elevación de los precios y una disminución de la capacidad de compra del salario, así como la paralización o intermitencia de los procesos productivos del plantel industrial, generando la ralentalización de nuestros programas de desarrollo».

Ventrílocuos

Nadie crea sin embargo, que la dirigencia sindical transmite pesimismo. Todo lo contrario: «nos alienta la profunda convicción de que solo los que luchan, resisten y no se rinden tienen derecho a triunfar (…)». Además, aclara que:

«se han introducido sustantivas transformaciones en el escenario laboral, con la aprobación de las medidas dirigidas a dotar de mayor autonomía a la empresa estatal socialista, la aplicación de una nueva política para el perfeccionamiento del sector no estatal y la puesta en marcha de la Tarea Ordenamiento, las que, en su conjunto, se convierten en fortalezas, y sin dejar de reconocer las insuficiencias que persisten, aportan respuestas a los acuerdos del XXI Congreso de la CTC».

Ya que fue mencionado el XXI Congreso, me encantaría que alguno de nuestros sindicalistas esclareciera cuáles de sus acuerdos han sido respondidos de cara a la fecha de hoy. En aquel momento esta fue mi impresión del referido cónclave, plasmada en el artículo Ventrílocuos:

«No esperaba mucho del XXI Congreso de la CTC, ya lo dije. Pero no esperaba tan poco. Sobre todo no esperaba un acto de suplantación similar al que realiza un ventrílocuo en una función de circo. La burocracia puso a hablar con su discurso a una representación obrera que, cual boca de Saurón, repitió consignas y asumió compromisos que no está en sus manos cumplir: priorizar las exportaciones, autoabastecernos en los municipios, disminuir importaciones, controlar los plazos de las inversiones, lograr encadenamientos productivos… 

Ni siquiera a nivel de los centros de trabajo es posible para un trabajador el control de los planes de producción; mucho menos sensato es admitir —como lo acaba de hacer la dirigencia obrera en el congreso—, que pueden arrogarse una mirada macro, que se erige incluso por encima de los ministerios y depende, por estratégica, de los más altos niveles políticos de dirección.

Los delegados al congreso parecían alumnos aplicados. Recibieron conferencias impartidas por varios ministros y funcionarios. No debatieron el tema de la edad de jubilación, reclamo masivo de cubanas y cubanos, pero escucharon imperturbables a la ministra de trabajo y seguridad social decir que “no sería descabellado” aumentarla nuevamente —“aunque no en un corto plazo—, pues el país necesita fuerza laboral en consonancia con las tendencias demográficas”. En otro contexto una declaración como esa hubiera conllevado, como mínimo, a que la dirigencia sindical acordara un paro laboral indefinido. Desgraciadamente esas actitudes son apropiadas para los obreros que enfrentan al capitalismo salvaje, no para nosotros que tenemos garantizados todos los derechos».

Que la dirigencia sindical pretenda ahora, dos años después del XXI Congreso de la CTC, montarse en el carro de la Tarea Ordenamiento y sugerir que en aquella reunión se enfatizó en la necesidad de una reforma salarial, evidencia, sencillamente, un oportunismo falaz.

Confirmación

A pesar de que fue exigida en las asambleas de sindicalizados previas al congreso, y que hubiera sido menos traumática en aquel momento que en las condiciones actuales; la reforma salarial no fue ni mencionada por los representantes de los trabajadores. Así lo manifesté entonces, tomando la experiencia del debate pre-congreso en mi sección sindical:

«En cuanto se mencionó la palabra salario, las dos funcionarias de la CTC que estaban presentes explicaron que en el seminario de preparación que se les diera para la discusión del documento, les orientaron que debían transmitirle a los trabajadores que el congreso no podía comprometerse a discutir dos temas: el aumento de salarios y la edad de jubilación. Según argumentaron, la economía “no estaba en condiciones” de atender esas problemáticas con inmediatez».

Durante el XXI Congreso, la burocracia sindical perseveró en su falta de apoyo a las bases. Por si fuera poco, el propio secretario general de la CTC traicionó estás declaraciones que había hecho el 29 de enero de 2018 en una Mesa Redonda, ¡apenas cuatro meses antes del Congreso!:

«Durante todo este año se estarán identificando, en los debates al interior de los colectivos laborales, las preocupaciones y demandas que los propios trabajadores quieran que se traten en el congreso de los trabajadores. 

La mayor preocupación de los trabajadores es, sin dudas, el salario y su insuficiente capacidad de compra, hay que ponerlo como tema sobre la mesa por su impacto en la apatía, la falta de promoción en los cuadros de dirección, además de que se han perdido más de 300 mil obreros de alta calificación en el país que se mueven en la búsqueda de una mejor retribución salarial (…)»

Ni un debate transcendió de la magna cita que hiciera pensar en la seriedad de la dirigencia de la CTC y en su supuesto compromiso con los trabajadores. Tanto fue así, que ya clausurado el Congreso, en el programa Mesa Redonda previo al primero de mayo del 2018, Guilarte de Nacimiento admitió que existían inconformidades por no haber abordado ese tema.

Puesta en escena

Pero volviendo a la convocatoria actual, podemos constatar que tiene otras muchas inconsecuencias. El mensaje del secretariado de la CTC afirma que este 1ro de mayo será «importante escenario para ratificar el testimonio de gratitud a los trabajadores de la Salud y de la Ciencia por su consagración y aporte al cuidado de la vida de cubanos y ciudadanos de más de 46 países en el mundo (…)».

Es vergonzosa la falta de coherencia mostrada entre tal declaración y el hecho de que hace apenas dos días, cuando se entregó póstumamente la condición de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, no la recibió un solo médico o miembro del personal de la Salud de los que han fallecido en la lucha contra la Covid-19, y sí un importante funcionario militar.

No podía faltar la solidaridad con los trabajadores del mundo y con otras organizaciones sindicales que son «víctimas de las políticas neoliberales, y defienden con firmeza la justicia y la recuperación de sus derechos laborales y prestaciones sociales».

Los burócratas sindicales debieran actualizar su discurso al nuevo contexto pandémico, y posiblemente post-pandémico. Si algo está fuera de moda en este período es el neoliberalismo. Los Estados, asolados por la pandemia, han debido asumir mayores responsabilidades y concebir una política de atención social.

Algunos economistas hablan de las medidas de Biden en apenas cien días en el poder, como de la mayor intervención del Estado en la economía desde Roosevelt a la fecha. En Europa, la derecha despotrica ante la intervención estatal, que ha debido no solamente incrementar los enormes gastos públicos, sino incluso, en ciertos casos, auxiliar a la empresa privada.  

Los maestros y los años que el ordenamiento no paga

A contracorriente de su realidad inmediata, el secretariado de la CTC sigue viendo la paja en el ojo ajeno, preocupado y solidario por el movimiento sindical internacional. Mientras, ha hecho mutis ante la abolición de derechos consagrados por décadas por el movimiento sindical cubano desde los primeros años de la Revolución, como el pago de la antigüedad a los profesores. Tampoco han sido capaces de oponerse al modo en que las jubilaciones de antiguos sindicalizados se han convertido en agua y sal.

Tanto se echa a ver la incapacidad de los sindicatos y su inoperancia, que mi propuesta es la misma del Che el 5 de diciembre de 1964, en la última de sus reuniones bimestrales en el Ministerio de Industrias:

«(…) en el momento actual yo diría, incluso, que ya los sindicatos podían dejar de existir; en un tiempo que se probara la acción de los Consejos. Podrían dejar de existir y  traspasar sus funciones a los Consejos de Justicia Laboral, que se le agregarían algunas tareas concretas y la gente sería elegida. Realmente, seguro que si nosotros hiciéramos una encuesta, todo el mundo estaría de acuerdo con eso. Los únicos que no estarían de acuerdo, una cosa efectiva, humana, pero mala, es la burocracia sindical que se ha creado (…)». El Che en la Revolución cubana, t. VI., Editorial José Martí, 2015.

Desgraciadamente, dicha burocracia, lejos de desaparecer, mantiene a su máximo representante en el Buró Político; aunque no debe olvidarse que Guilarte de Nacimiento es un cuadro partidista devenido líder sindical por obra y gracia de la política de cuadros.

Dirigentes como él, y como tantos otros supuestos representantes de los sindicatos, muestran que esa organización es en verdad un lastre que parasita a los trabajadores, los cuales deben cotizar cada mes con un porciento del salario ahora incrementado tras la Tarea Ordenamiento.

Realmente, no hay nada que celebrar este año por el movimiento sindical cubano. Si acaso, pensar en una refundación.

1 mayo 2021 25 comentarios 3.103 vistas
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Raúl Castro

La despedida de Raúl Castro

por Alina Bárbara López Hernández 22 abril 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Durante las sesiones del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro dejó su cargo de primer secretario. Esta había sido una propuesta del 7mo congreso, defendida por él y asumida tras amplio debate. De modo que es inexacta su afirmación de que nada lo obligaba; el respeto a los acuerdos de la máxima instancia partidista son, o deben ser, inexcusables.  

En 2006, con la enfermedad y consecuente retiro de Fidel, quedaba sellada la etapa heroica y utópica de la Revolución cubana. Demasiados errores habían lastrado la utopía. De su hermano menor se esperaba menos carisma pero más realismo. Muchos apostaron a un pragmatismo que permitiría recuperar el maltrecho proceso de reformas que afloró tibiamente en los noventa para detenerse en cuanto se fortaleció la relación con la Venezuela bolivariana. 

Raúl Castro, aún sin ser presidente en funciones ni primer secretario del Partido, favoreció un escenario interno y externo de enorme expectativa. El autocrítico discurso que pronunciara en Camagüey el 26 de julio de 2007, generó gran confianza en muchos sectores. Su anuncio de «cambios estructurales y de concepto» llegaba en el momento adecuado. Aquella intervención fue analizada con entusiasmo durante meses en asambleas de trabajadores.

Partido único y democracia en Cuba

Un año más tarde, en la alocución por la misma efeméride, alertó sobre un arreciamiento de la crisis mundial y moderó su crítica. «Hay que acostumbrarse no solo a recibir buenas noticias», le dijo a un pueblo que realmente nunca ha estado acostumbrado a ellas. Pronto se hizo evidente que de la fórmula que convirtiera en eslogan de su gestión: «sin prisa, pero sin pausa», sería favorecida más la primera que la segunda de tales intenciones.

No obstante, hacer tabula rasa de su gobierno sería injusto. A Raúl se le debe el disfrute de derechos constitucionales que habían sido violados por décadas: viajar a otros países, hospedarnos en nuestros propios hoteles, vender nuestras casas y automóviles, tener un celular. Fueron más los obstáculos que eliminó que los caminos nuevos; más lo que descongeló que lo que germinó. Sin embargo, se le agradece.

La denominada actualización del modelo económico y social cubano, anunciada por él, generó incontables páginas de documentos —plasmados en los «Lineamientos de la política económica y social de la Revolución» y en la «Conceptualización del modelo económico y social cubano». De ahí que pueda afirmarse que este ha sido el proceso reformista más planificado de la historia de la Revolución. Una planeación bastante infecunda.

Raúl Castro

Raúl Castro sucedió a su hermano cuando este enfermó en 2006 (Foto: Ismael Francisco/Cubadebate, Associated Press)

A casi tres lustros de anunciadas las reformas, y tres congresos del Partido más tarde —si contamos desde el 6to en que fue nombrado primer secretario— se despide de su cargo con un «Informe Central» que me deja la sensación de haber vivido en un período comparable a una serpiente que se muerde la cola.

Si el 6to Congreso aprobó los Lineamientos —hijos de un debate profundo—, y el 7mo certificó la Conceptualización, resultado igualmente de una discusión abierta; el 8vo nos informa, lacónicamente, que de los referidos Lineamientos se propone: «mantener 17, modificar 165, suprimir 92 y adicionar 18». Cuáles son los cambios exactos, qué los motivó, quiénes los decidieron; son interrogantes que me hago. Imagino que también le ocurra a otros.

En su intervención realizó una fuerte crítica a Marino Murillo, hasta ahora visto como el hombre fuerte de la implementación de los Lineamientos. Pero las cabezas de turco han abundado en la historia de este proceso.     

Fue más intensa su mirada hacia adentro, hacia el Partido, que de acuerdo al lema que presidió el congreso es visto como «el alma de la Revolución», que hacia la sociedad que deja. Una sociedad que en las últimas décadas ha venido empeorando en todos los órdenes: económico, político y social. Se va Raúl, y no deja otras expectativas que un puñado de consignas.

Su discurso mostró irritación, inflexibilidad y sobre todo, una falta tremenda de empatía. Pero eso solo lo consiguen los líderes. Bien dijo el presidente Díaz-Canel que «Fidel es Fidel y Raúl es Raúl». El primero lograba transmitir la idea de que nos salvaríamos o nos condenaríamos juntos.

El soberano sin trono

Según palabras de Raúl: «La economía cubana en los últimos cinco años ha mostrado capacidad de resistencia frente a los obstáculos que representa el recrudecido bloqueo». Corrección: son las cubanas y cubanos los que hemos mostrado una heroica capacidad de resistencia, no solo contra el bloqueo, sino contra los errores, la lentitud y el dogmatismo de los que determinan la política económica en Cuba.

Del mismo modo se equivoca el dirigente cuando certifica que «Sin el Partido no podría existir la Revolución». El PCC se fundó en 1965, seis años después del triunfo revolucionario, y, por otra parte, la vitalidad de un proceso político no la otorga una organización, tampoco un artículo constitucional que lo declare irreversible; su existencia depende de la gente que la apoye, de la base social que la haga suya.

¿Puede asegurar Raúl Castro que esa base social es inconmovible? Nunca se dio a conocer públicamente el «Estudio del clima sociopolítico de la sociedad cubana» que los delegados al Congreso analizaron previo al cónclave. Pero la insistencia del informe en que las voces críticas son resultado exclusivo de la influencia subversiva proveniente de los Estados Unidos, y su emplazamiento a enfrentarlas con fuerza, indica que el clima en cuestión no es ya tan favorable.

En su extenso documento, convocó a «borrar de nuestras mentes prejuicios del pasado asociados a la inversión extranjera y asegurar una correcta preparación y diseño de nuevos negocios con la capacitación del capital extranjero».

El debate sobre el socialismo en Cuba: entre la realidad cambiante y sus supuestos límites

Seguramente piensa que debemos borrar otras cosas, como el rechazo —del que nos enorgullecíamos—, al crecimiento de la desigualdad social. Su crítica a la «cierta confusión» que tuvieron algunos cuadros de dirección al emprenderla contra la «supuesta desigualdad» que ha creado la comercialización dolarizada en Cuba, vuelve la espalda a un problema de primera magnitud que debió ser analizado por el Partido dada la inconformidad que está generando entre la gente.

Desde hace dos años, en Cuba mueren más personas que las que nacen. La cuestión de la sostenida baja en la natalidad debió ser un debate de la mayor importancia para los delegados al congreso. Fue increíble que la referencia al asunto en el «Informe Central» se limitase a manifestar preocupación por la disminución del «número de ciudadanos que arriban a la edad reglamentaria para sumarse al servicio militar».

Hace trece años, en un discurso con motivo del 26 de julio, Raúl afirmó con énfasis que el tiempo no podía perderse pues: «Desperdiciarlo por inercia o vacilación es una negligencia imperdonable. Hay que aprovechar cada minuto».

En fecha tan temprana como 1962, Fidel había expresado: «La Revolución no es una lucha por el presente, la Revolución es una lucha por el futuro; la Revolución tiene siempre su vista puesta en el porvenir y la patria que pensamos, la sociedad que concebimos como sociedad justa y digna de los hombres, es la patria del mañana».

Han transcurrido seis décadas de aquel momento. Ya es el mañana. ¿Puede mostrar satisfacción ante lo que hemos logrado? Con todo respeto, me gustaría saber en qué elementos se basa para ello y para afirmar su «confianza en el futuro de la Patria».

22 abril 2021 49 comentarios 27.024 vistas
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Cuba

Antimperialismo en Cuba: reflexión en dos tiempos

por Alina Bárbara López Hernández 16 abril 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Antes de ser socialista esta fue una revolución antimperialista. Pero el antimperialismo no nació con ella. Fue una corriente de pensamiento que emergió en Cuba en los años veinte del pasado siglo. El triunfo de 1959 la convirtió en política al establecer, finalmente, una estrategia que dejó atrás décadas de subordinación a los Estados Unidos. O así creíamos.

Ante el inicio del octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba que según ha anunciado analizará con énfasis el ambiente político-ideológico de la sociedad, habría que preguntarse —y preguntarles—, si esa corriente sigue siendo tan influyente ahora como entonces.

En álgido intercambio en Facebook con un antiguo periodista, ahora residente en los EE.UU., me dijo que durante el tiempo que vivió aquí soñaba con la entrada de las divisiones aéreo-transportadas del ejército norteamericano. Algunos líderes del Movimiento San Isidro han manifestado similares pretensiones. Uno gritaba incluso que el mandatario Donald Trump era «su presidente». Sin embargo, no todos quieren la entrada de los Estados Unidos mediante la fuerza. Hace pocos días una joven comentaba que «Cuba siempre ha necesitado de un “sugar daddy”. Sea España, sea los USA o la URSS».

Relaciones Cuba-EEUU desde un nuevo enfoque

Estas posiciones están mediadas por una enorme gradación de matices, en los cuales subyace la idea matriz de que Cuba necesita el cese del bloqueo norteamericano y la entrada de capitales extranjeros para comenzar a emprender una  senda de reformas que la conduzca a la prosperidad.

Estados Unidos nunca ha dejado de vernos como a cosa propia. ¿Pero, hemos llegado los cubanos a percibirnos como una nación realmente independiente? ¿Cuánta responsabilidad tiene el Partido Comunista de Cuba en esta actitud al haber supeditado cualquier transformación interna a la relación con las administraciones norteamericanas?

No basta con haber nacionalizado las tierras y las industrias. No es suficiente un discurso político de condena a la vocación imperial del poderoso vecino. Debimos mostrar con éxitos económicos sostenidos y no con declaraciones nuestro antimperialismo. Y, siendo marxistas de verdad y no simulados —y martianos—, debimos empezar por ser independientes económicamente de cualquier potencia extranjera.

Esta controversia no es nueva. Veámosla en dos momentos de nuestra historia.

Génesis del antimperialismo en Cuba

Quizás los más jóvenes —aquellos que, o se marchan de Cuba o sueñan con hacerlo—, y puede que miembros de generaciones mayores, crean que el imperialismo norteamericano es un fantasma, otra creación del discurso político oficial para mantener la cohesión. Se equivocan.

Muchos imaginan que fue con la ocupación norteamericana de 1898, o con la aprobación de la Enmienda Platt a la Constitución de 1901, que el imperialismo yanqui llegó a controlar férreamente el destino insular. Tampoco.

Cuba 2

Caricatura de la época.

Esos fueron pasos, que se remontan incluso a las últimas décadas decimonónicas, pero la definitiva penetración de capitales norteños se concretó hace exactamente un siglo.

En 1921, cuando los bancos cubanos y españoles cayeron en bancarrota debido a la crisis que desde 1920 había desplomado los precios del azúcar, se produjo el control definitivo de las finanzas insulares por parte de compañías norteamericanas. Tal dependencia económica se hará crítica con el endurecimiento de las tarifas arancelarias, por parte del gobierno de Estados Unidos, ante la cercana bancarrota de 1929.

La intelectualidad cubana reaccionó a esta realidad mucho antes que los políticos —fenómeno que se repite en la actualidad— lo cual fue estimulado también por la actitud interventora yanqui en el área de Centroamérica y el Caribe, que contribuyó a  una interpretación de nuestro contexto estrechamente ligado al de la región.

En 1927 Ramiro Guerra, un hombre que no fue jamás de izquierda pero al que este país debe mucho, impartió la conferencia  «Azúcar y Población en las Antillas». En ella demostró estadísticamente el nivel que había alcanzado la penetración norteamericana en suelo cubano. Así lo comentó Revista de Avance: «(…) el Doctor Guerra, con los datos precisos, nos dijo que once compañías extranjeras poseían la mitad de la tierra laborable de Cuba (…)», (año I, t II, no. 16, 30 de noviembre de 1927, p. 87).

Hasta ese momento la retórica de los viejos revolucionarios, agrupados algunos en la Asociación de Veteranos y Patriotas, había sido la apelación al «honor nacional» y «la dignidad patria». Se alentaba aún la consigna de la unidad: «contra la injerencia extraña, la virtud doméstica»; antiguo avatar de lo que después sería la «tesis de la plaza sitiada»; nociones ambas que mucho daño han provocado.

Para la juventud entusiasta y transgresora, que se manifestaba como una generación de ruptura, fue primaria la lucha contra la dominación cultural de los pueblos de América Latina. Postura muy coherente con sus intereses pero que dejaba sin atención la decisiva cuestión de la dependencia económica.

El llamado de Ramiro Guerra tuvo consecuencias inmediatas. Una fue el rescate de la faceta antimperialista del pensamiento martiano; otra, la perspectiva materialista para el análisis de la situación nacional. El ensayo Juventud y Vejez, de Juan Marinello, escrito en 1927 y publicado al año siguiente, permite constatar este cambio:

«Venga el dinero de afuera a civilizarnos —nos han repetido. Vengan industrias grandes y comercio próspero. Todo marchará sobre ruedas doradas y lo demás lo harán la bandera y el himno (…) ¿No habrán pensado nunca los hombres de la mano extendida que nadie rige en casa ajena? ¿Cuando hayamos derrochado en frivolidades y en burocracia parasitaria e inepta el precio de nuestro suelo, qué seremos en nuestra tierra a pesar del himno y de la bandera?» (Eds. Revista de Avance, 1928, pp. 19-20).

Esa nueva perspectiva fue planteada desde Revista de Avance el 15 de julio de 1928: «(…) ya va siendo hora de que en Cuba fundamentemos las opiniones sobre los hechos, y no sobre un misticismo hecho de vagas ilusiones y escrúpulos de teórica dignidad. El patriotismo, si no tiene un sentido realista, se queda en obcecación suicida».

Rescatando a Martí

Se estableció así una corriente de pensamiento opuesta categóricamente a la penetración imperialista. En todos los años que duró la república, el gobierno que más se acercó a realizar ese sueño fue el denominado de los Cien Días. Jamás fue reconocido por la nación del Norte que, no obstante, nunca rompió relaciones con los dos dictadores que tuvimos: Machado y Batista. Al gobierno norteamericano no le interesaban los derechos violados de los cubanos, ni las Constituciones atropelladas. Ni dio la espalda a otras dictaduras. Lo único que le ha interesado siempre es el cuidado de sus intereses. Es lo que sigue importándole.

La revolución antimperialista más exitosa de la humanidad

Un ideólogo triunfalista de nueva promoción, de los que proliferan como la mala hierba en el terreno de los medios oficiales, se refirió hace poco a la revolución cubana con la frase que encabeza este epígrafe.

Cuando se analizan los fenómenos históricos en su inmediatez no se consigue un examen totalizador. En ocasiones hay que distanciarse de lo cotidiano. Es cierto que el alejamiento resta minuciosidad pero aporta perspectiva. Así es conveniente acercarse a veces a la historia, pues atrapados por las coyunturas, descuidamos las duraciones más largas.

Una revolución antimperialista solo consigue sus metas cuando rescata la riqueza nacional para que esta crezca y sostenga al país, incluso para que nutra a un proyecto basado en la justicia social. Seis décadas después de su triunfo, no solo hay que referirse a lo que fue conquistado, sino a los resultados a largo plazo de esa victoria.

Útiles remembranzas

¿Qué mérito tiene que nuestras tierras fueran redimidas de los monopolios para entregarlas al marabú y tener que adquirir los alimentos en el exterior?

¿Cuál fue el destino de nuestra industria azucarera, dependiente de un mercado procesador ubicado en el Norte, y ahora débil e incapaz de producir ni siquiera para el mercado interno?

¿Cómo ha mejorado la situación del pueblo el haber sustituido a un monopolio como fue la Cuban Telephone Company por otro monopolio como ETECSA, cierto que nacional pero tan expoliador como aquel?

¿Dónde radica el control sobre el incipiente negocio de la hotelería y el turismo, que despegaba en los cincuenta en manos de una mafia norteamericana y que ahora está en manos de GAESA, poderoso monopolio de las Fuerzas Armadas que no rinde cuentas de sus inversiones y finanzas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular?

Tantos años después, aquí estamos: abiertos al capital extranjero al que se presenta como tabla de salvación, con una Constitución que los invita, con su majestad el dólar rigiendo de nuevo, endeudados hasta la médula con poderosos círculos financieros internacionales. Y, lo peor, esperanzados en que el Norte retire el bloqueo y decida hacer negocios en Cuba para, posteriormente, avanzar más en las reformas y llegar a disfrutar de derechos políticos.

¿Díganme si eso no significa la victoria de un plattismo inconsciente en el imaginario social de esta nación? Es la derrota de aquella fuerte corriente de pensamiento que emergió hace un siglo. Eso sí, maquillada con un discurso político que continua siendo profundamente antimperialista. Las palabras por un lado y la realidad por otro.

Es un discurso al que podrían formulársele preguntas similares a las hechas por Juan Marinello el siglo pasado. El  himno y la bandera son símbolos. Ni ellos ni las consignas y el patriotismo de barricada nos van a salvar. El control de la riqueza nacional y su florecimiento es lo que permite la verdadera soberanía y un futuro de prosperidad.

Estados Unidos no se va a mover de su lugar. Cuba tampoco. Debemos tener relaciones de respeto mutuo y buena vecindad. Es lógico que la cercanía entre ambos países favorezca las relaciones comerciales. Pero sin olvidar jamás el carácter imperialista de esa nación.

Trump: una propuesta ideológica menos peligrosa

Hay que exigir el cese del bloqueo, también el retiro de la base militar de Guantánamo porque ese es un tema de soberanía incuestionable. Pero la mejor salvaguarda ante las apetencias imperialistas, tanto de EE.UU. como de otros países, es una nación próspera.

Esta no es la situación de la economía cubana, que se encuentra en una crisis estructural. El bloqueo, las medidas del gobierno de Donald Trump y la situación de pandemia no pueden justificar los errores de los últimos sesenta años.     

La verdadera excepcionalidad de Cuba radica en haber logrado el triunfo de una revolución profundamente antimperialista que consiguió el rescate de su riqueza nacional de manos de la nación más poderosa del mundo. Y lo hizo estando ubicada a poca distancia de ese país.

La manera posterior en que esa riqueza ha sido administrada respondió a un modelo de socialismo burocrático que era una regularidad y, por tanto, nada excepcional. Era un modelo que había demostrado debilidades desde antes que trascendiera en Cuba. Haberlo asumido, y negarse a reformarlo hasta hoy, es responsabilidad máxima de la dirección partidista. Que para eso ha estado dirigiendo desde el comienzo. ¿Será reconocido esto en el VIII Congreso? Debería.   

16 abril 2021 37 comentarios 8.859 vistas
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Fiscalía y la protección de derechos en Cuba. Lecciones de una farsa.

por Alina Bárbara López Hernández 7 abril 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

La queja

La Constitución del 2019 proclama a Cuba un Estado Socialista de Derecho en el que los ciudadanos tienen garantizada la protección. Eso no es lo que sucede en realidad.

El día 1ro de enero de 2021 publiqué en LJC el artículo «El caballo de Troya de la burocracia». En él manifestaba, entre otras ideas, que «La pérdida del sentido de propiedad es la muerte anunciada de un modelo socialista en el que la burocracia se convierte, de hecho, en la administradora de los medios de producción que deberían ser sociales».

El caballo de Troya de la burocracia

Denunciaba asimismo que «una parte sustancial del patrimonio económico nacional está sustraído al control popular y se encuentra bajo la égida del Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA), empresa adscrita al Ministerio de las FAR».

Ese texto sería comentado positivamente por la publicación argentina Política Obrera, de tendencia trotskista. Cuestión de perspectiva evidentemente, pues a Carlos Luque, columnista del sitio Cubadebate y del periódico Granma le desagradó sobremanera.

En lugar de escribir un artículo exponiendo su inconformidad, como había hecho en ocasiones anteriores, publicó una nota ofensiva en su perfil de Facebook el día 2 de enero. Dicha publicación fue comentada y compartida por varias personas, una de ellas, la diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) Mariela Castro Espín.

Fiscalía - queja

Mis análisis pueden ser objetados, como los de cualquiera. Pero otra cosa son las acusaciones y ofensas personales. La libre expresión de ideas y la participación en los debates políticos son derechos ciudadanos; en un intelectual son, además, deberes cívicos impostergables.

Es necesario naturalizar esa participación, limitada por décadas. Nadie debe ser atacado y ofendido por tal razón. En mi caso no podría objetarse siquiera que escribo desde otro país, o que lo hago «fuera de las instituciones». Atenida a ello, me asesoré jurídicamente y presenté, el 18 de enero, la siguiente queja y petición a la Fiscalía Provincial de Matanzas.

Fiscalía - queja (1) Fiscalía - queja (2)

La queja y petición fue entregada personalmente y solicité un acuse de recibo. No me tomé una foto a las puertas de la Fiscalía. No publiqué el contenido de la queja en ningún sitio digital. No quise que la instancia encargada de velar por la legalidad sintiera «presión» alguna de mi parte.

El 19 de marzo venció el plazo legal para responder. No recibí contestación.

Crónica de una farsa

  • 22 de marzo:

Me comuniqué con el 45271708, línea única de la Fiscalía General de la República. Pregunté si existía demora en el proceso de tramitación dada la situación de pandemia. Se me informó que no. Expliqué que no había tenido respuesta en el plazo establecido y la persona que atendía se extrañó. Preguntó mi nombre y apellidos, la fecha de entrega y pidió que continuara en línea.

Después de varios minutos me dijo que era inusual lo que ocurría, que mi nombre aparecía en el registro de entrada, pero no hallaban el expediente con la queja y su tramitación. Solicitó que la enviara nuevamente al correo electrónico atencionalciudadano@fpmz.frg.gob.cu y que me llamarían.

Varias horas después llamé de nuevo. Se me informó que ya podían explicar lo ocurrido con mi queja. La misma había sido derivada por Fiscalía al Ministerio del Interior en fecha 29 de enero. La fiscal a cargo me expresó que seguramente el Departamento de atención a la ciudadanía del MININT se comunicaría conmigo.

Interpelación sobre la democracia

Le recordé a mi interlocutora que la queja había sido dirigida a Fiscalía y que, aun si hubieran tenido que realizar algún tipo de indagación con otra instancia como parte del trámite de la misma, era Fiscalía quien estaba obligada a responder.

Le cité el artículo 24, inciso 3, de la Protección de los Derechos Ciudadanos que reza: «De estimarse que el asunto planteado es improcedente o carece de fundamento suficiente, la respuesta que se brinde por el fiscal al promovente, deberá ser argumentada y por escrito o dejar constancia cuando la respuesta sea verbal». La fiscal concordó amablemente conmigo y garantizó que me llamarían.

  • 23 de marzo

Llamé en horas de la tarde. Se me dijo que el fiscal de guardia estaba atendiendo a otro caso y que me llamaría al terminar. No lo hizo.

  • 24 de marzo

Llamé y se me prometió que la jefa del Departamento, nombrada Yoandra, me llamaría en un rato para responderme. No lo hizo.

  • 25 de marzo

Llamé y la secretaria del departamento me explicó que Yoandra se encontraba en un Consejo de Dirección, pero que me llamaría. No lo hizo.

  • 26 de marzo

Solicité hablar con la jefa del Departamento. Finalmente se puso al teléfono y me comunicó que la queja «se estaba investigando». A mi requerimiento de que el plazo para responder había concluido, explicó que, excepcionalmente, se puede otorgar por un superior «una prórroga para investigaciones».

Pregunté qué ley establecía esa posibilidad y me dijo que era «una decisión interna de Fiscalía». A mi indagación por el plazo de duración de esa prórroga me informó que no estaba establecido. Inquirí: «¿Podría durar años?», y me confirmó: «El tiempo que sea necesario».

Dieciocho meses

Le pedí que me diera por escrito esa respuesta como la ley mandataba. Explicó que ante la situación de la covid debíamos mantener el distanciamiento social para evitar contagios, de ahí que no pudiera hacerlo. Le agradecí que cuidara nuestra salud, pero le recordé que para eso existían otras vías, como el correo electrónico, o permitir que yo grabara su respuesta, de modo que existiera una constancia verbal. Me dijo que ellos sí habían grabado y les quedaba constancia, que con eso era suficiente. Le manifesté que la ley la obligaba a darme esa respuesta a mí, que era la «promovente». No respondió. Fin de la conversación.

Esa es la instancia que se dice protectora de los derechos ciudadanos y veladora de que se cumpla la Constitución de la República. Al parecer no solo el Partido Comunista está por encima de la sociedad y del Estado. Fiscalía lo acompaña allá arriba.

Lecciones que me deja este caso

  • La Constitución cubana del 2019 es letra muerta en muchas de sus partes, especialmente en las referidas a los derechos ciudadanos.
  • Es un verdadero absurdo legal y una violación a la ética del gremio que Fiscalía, en lugar de resguardar a una ciudadana que pide su protección, derive la queja a una instancia cuya función es esencialmente represiva.
  • Si la instancia que debe garantizar la protección de los derechos ciudadanos en Cuba actúa de este modo, las personas los exigirán por otras vías. Ya lo hacen. Es un torrente indetenible y las opciones son: encauzarlo u obstaculizarlo. Las consecuencias de lo segundo serán fatales.
  • La Ley en Cuba no protege los fundamentos del sistema socialista, cuya esencia debiera ser el control ciudadano sobre la propiedad pública. De resguardarlo realmente, Carlos Luque, Mariela Castro y el resto de los que comentaron o compartieron las ofensas a mi persona, tendrían que ser requeridos. En el artículo que les disgustó, yo exigía el control real de la propiedad estatal por parte de la ciudadanía. ¿Eso es contrarrevolucionario para ellos?
  • ¿Puede una persona que es parte de la burocracia histórica y que disfruta de privilegios como miembro del grupo de poder −y no es solo el caso de Mariela Castro, hay otros como ella en la ANPP−, ser al mismo tiempo legisladora en un parlamento que se titula socialista? ¿Cuánto pueden determinar sus intereses familiares y personales frente a los intereses sociales?
  • No deberá apelarse más al concepto de Estado Socialista de Derecho, es una burla a la ciudadanía y un desafío a la realidad.
  • La necesidad de distanciamiento social se está utilizando como justificación para no cumplir la ley en un país en que se acaba de celebrar una caravana contra el bloqueo en la Capital y un recibimiento masivo en la provincia de Granma al equipo ganador de la serie nacional de béisbol. En un país donde cada día se cita a interrogatorios a opositores o se les conduce por la fuerza.
  • Si yo me manifestara mañana a las puertas de la Fiscalía de Matanzas exigiendo una respuesta ¿quién estaría violando la ley? El día que decida hacerlo les aseguro que me tendrán que conducir por la fuerza. ¿Eso es lo que quieren?

El futuro inmediato de Cuba requiere un diálogo nacional. Con ese fin deben propiciarse espacios, sean virtuales o físicos, para debatir e intercambiar ideas sobre la base del respeto mutuo y la observancia de la dignidad humana como valor supremo en el ejercicio de derechos constitucionalmente reconocidos.

Los científicos sociales estamos restringidos −por falta de espacios, por ofensas y amenazas− de actuar en un terreno para el que nuestra profesión nos prepara y que nuestra amada Cuba necesita. Niurys Silva, joven graduada de la carrera de Filosofía, publicaba ayer en su muro de Facebook el alegato «La culpa no puede ser de la vaca», donde cuestionaba: «¿por qué seguir negando a nuestros cientistas sociales su papel en la construcción de la nación?».

Si la Fiscalía de la República continúa negando esa posibilidad, estará abriendo todavía más las puertas a la violencia y la arbitrariedad. Hago un llamado a los fiscales cubanos, también parte del pueblo, a que reflexionen sobre el costo que esa actitud tiene para el presente de la Isla. Los derechos de la ciudadanía deben ser protegidos para que este pueda llegar a ser un país donde nadie se coloque por encima de la ley, mucho menos los que deben velar por su cumplimiento.  

Para contactar con la autora: alinabarbara65@gmail.com

7 abril 2021 53 comentarios 5.485 vistas
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Cuba nep

El desmontaje de la NEP y sus ecos en Cuba

por Alina Bárbara López Hernández 2 abril 2021
escrito por Alina Bárbara López Hernández

En el dossier dedicado al centenario de la Nueva Política Económica, se ha analizado el significado de ese hecho, tanto de su implementación como de su desmontaje. Muchas de aquellas lecciones atraviesan la historia del socialismo y llegan al presente. Sin embargo, ¿cómo fue la recepción de tales cambios en Cuba en los propios años veinte del pasado siglo? A responder tal pregunta se encamina este artículo.  

Cuando en marzo de 1921 sesionaba en Rusia el X Congreso del Partido que aprobó la NEP; en Cuba se producía la quiebra de los bancos cubano-españoles producto a la severa crisis que desde fines de 1920 azotaba al país. La secuela fue un férreo control financiero por parte de capitales norteamericanos y una mayor penetración imperialista. No fue casual entonces que la experiencia soviética también tuviera ecos acá.

De hecho, la intelectualidad fue el primer grupo social que estuvo en condiciones de evaluar el proceso de construcción del socialismo soviético pues, cuando se funda el Partido Comunista de Cuba en agosto de 1925, ya habían transcurrido casi ocho años del triunfo de octubre y más de uno de la muerte de Lenin. Prácticamente estaba por concluir el período más experimental de la revolución socialista, pero, al mismo tiempo, el más rico en polémicas y concepciones opuestas: del Comunismo de Guerra a la Nueva Política Económica (NEP).

Esa primera etapa fue, por consiguiente, minimizada por el movimiento comunista cubano, que comienza sus relaciones formales con los soviéticos precisamente cuando se estaba incubando el modelo estalinista de socialismo, definitivo a partir de 1929.

Lecciones a cien años de la Nueva Política Económica en Rusia

En el ensayo «Crónica de un fracaso anunciado. Los intelectuales de la república y el socialismo soviético», premio Temas 2007, ofrezco un análisis pormenorizado de la presencia del tema soviético en los debates y publicaciones del momento, especialmente en las revistas Cuba Contemporánea (1913-1927), Social (1916-1938) y Avance (1927-1930). En aras de ajustarme a un espacio más breve, únicamente me referiré a los elementos relacionados con la etapa de la NEP y su desmontaje en Rusia.

La intelectualidad cubana y la experiencia soviética

En mayo de 1928, en Revista de Avance, Juan Marinello reseñaba el libro Rusia a los doce años, de Julio Álvarez del Vayo. De filiación socialista, este autor sería después ministro de la Guerra en el gobierno de la República durante la Guerra Civil Española.

El reseñista subrayaba que el proceso de colectivización –al que denominaba anti-kulakista– llegado a Cuba a través de las «contradicciones y parcialidades» de las agencias cablegráficas, era el escollo fundamental del proceso soviético: «Del triunfo de esta larga batalla –en que las emboscadas son frecuentísimas e imperfectos hasta hoy los medios de ataque– depende el triunfo –la estabilización– de la construcción soviética».

El énfasis que hago en esta cita intenta establecer un importante hecho. En esa etapa se comenzaba a desmontar el modelo instituido desde 1921 en la URSS. Precisamente en 1928, durante una reunión que sostenía con especialistas en agronomía, Stalin había dicho: «mandemos al diablo a la NEP» y, como pocas veces, había sido fiel a su palabra.

Cuba - Julio

Julio Álvarez del Vayo

Dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética esta decisión provocó fuertes enfrentamientos. Ellos son calibrados en toda su magnitud por Marinello:

«El pequeño capitalismo [la NEP] se apresta a las más duras ofensivas. En las vacilaciones, en la diversidad de pareceres sobre la pequeña propiedad que dividen el sector opuesto [se refiere al Partido] situará sus más robustas baterías. Todo parece indicar que su despliegue máximo será inútil […] El quinto Congreso, ahora reunido dirá (Dios salve a Rusia para el mundo) de parte de quién está la fuerza. Y el porvenir».

La atención que le confirió esta generación al brusco paso de un modelo de economía que incluía la pequeña propiedad, al modelo estalinista, es lógica si tenemos en cuenta el origen pequeño-burgués de la mayoría.

La pequeña burguesía ha resultado preterida a través de la historia. A pesar de haber aportado la mayor parte de los dirigentes, teóricos y protagonistas, tanto de las revoluciones burguesas como de las socialistas, cuando estos sistemas han asumido características extremas ha sido la pequeña burguesía el sector olvidado.

El neoliberalismo, un modelo extremo de concentración de la propiedad y la riqueza, conduce a la proletarización y el empobrecimiento de la pequeña empresa. Por su parte, cuando el modelo estalinista de socialismo se ha impuesto, la pequeña empresa es intervenida a favor de una economía absolutamente estatal. En ambos casos el saldo ha resultado negativo.

En el primero, es ostensible el rechazo al modelo neoliberal, abandonado en muchos países y sustituido por fórmulas donde el Estado recobra un lugar prominente, aunque no exclusivo.

En el segundo, es tema de vieja data el derrumbe del campo socialista y las transformaciones en países como China y Vietnam, con una interacción de formas de propiedad en las que el sector estatal, la empresa privada y las inversiones mixtas diversifican el antiguo monopolio económico del Estado, que, representando teóricamente a toda la sociedad, no satisfacía a la mayor parte de ella.

Cuba: NEP versus Comunismo de Guerra

Por otra parte, es importante evaluar con justeza el carácter de la pequeña burguesía en países como Cuba, donde dicho sector era doblemente afectado por la gran burguesía y por el imperialismo norteamericano; de ahí su rol progresista.

No es casual que en los dos momentos revolucionarios de la pasada república, hayan sido intelectuales que representaban a diversos sectores de la burguesía los más activos defensores de la opción revolucionaria y, a la larga, los artífices de la vía armada –Guiteras en los años treinta, Fidel en los cincuenta– en desafío abierto, en el caso de la lucha contra Batista, a la postura de los comunistas cubanos, que negaban la posibilidad insurreccional.

Sobre el rol de la pequeña burguesía parece haber evolucionado, respecto a sus criterios iniciales, el gran revolucionario Julio Antonio Mella. Su último trabajo teórico lo dedicó al tema. Se trata del ensayo «Sobre la misión de las clases medias», publicado un mes antes de su muerte en El Machete, órgano del Partido Comunista Mexicano.

Allí concedía gran importancia a los estratos pequeño-burgueses en las sociedades atrasadas desde el punto de vista económico, especialmente en dicho país, donde existía un cuantioso núcleo de artesanos individuales o cooperadores cuyas raíces se hallaban en la historia de las culturas autóctonas.

Este criterio de Mella transgredía la postura de la Internacional Comunista, que en aquel momento sostenía su concepción de «clase contra clase», solo superada a partir del VI Congreso. Admitirá entonces a la pequeña burguesía y a los intelectuales como compañeros de lucha, con serias reservas y solo de modo coyuntural, al considerarlos oportunistas.

Esa fue la tesis de Mao Zedong conocida como «Camino de Yenán», que se puso de moda también en América Latina ante el avance fascista en Europa, con la convocatoria a los Frentes Populares, y que conduciría al Partido Comunista de Cuba a su polémica participación en la Coalición Socialista Democrática, con Batista como líder, que ganaría las elecciones de 1940.

Ha sido esta controversia sobre el rol de la pequeña burguesía en el proceso revolucionario, uno de los factores que pudiera explicar la relativa separación con que actuaron sectores marxistas provenientes de la intelectualidad y del movimiento estudiantil, los cuales, a pesar de su simpatía hacia el proletariado y su papel en la lucha, se mantuvieron fuera del Partido Comunista.

Cuando Raúl Roa describe la rutina con que un grupo de intelectuales revolucionarios presos en Isla de Pinos por oponerse a la dictadura machadista, ocupa su tiempo en el convulso 1932, dice: «Por la noche, a las siete, funciona la Academia Materialista. Se comenta, en sesiones nutridas, el interesante libro de Nicolás Bujarin, Materialismo Histórico, que Gabriel [Barceló] y Pablo [de la Torriente Brau], auxiliados por el poeta Juan [Marinello] y alguna que otra vez por mí, han vertido al español de la edición inglesa, bastante mala por cierto». (Bufa subversiva, Ediciones La Memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2006, p. 160).

Cuba - Roa

Raúl Roa

Para esa fecha, los criterios de Bujarin en defensa del papel de la pequeña propiedad en la construcción del socialismo que aparecen en este celebrado texto, eran una herejía en la Unión Soviética.

Esta capacidad de analizar a contracorriente de lo considerado «políticamente correcto» por el Partido Comunista, fue habitual entre aquellos intelectuales. En carta a Jorge Mañach, de noviembre de 1931, Roa le dice: «Nosotros pretendemos, no obstante nuestro marxismo, resolver el problema cubano con datos cubanos y no con datos rusos; y […] nuestra forma de verlo y de acometerlo no es inútil ni contraproducente, sino extraída de las propias necesidades cubanas, y, por ende, cierta y fecunda».

Coincidentemente, en la etapa en que la URSS pasaba a un modelo como el estalinista, Cuba estaba a las puertas de una situación revolucionaria. La lucha contra Machado había derivado hacia un nacionalismo antimperialista y revolucionario. La búsqueda de caminos y el conflicto siempre latente de los límites que debía tener este proceso, explica por qué, a pesar de este cambio en la URSS, la posibilidad del socialismo no fue rechazada en Cuba

Francisco Ichaso, uno de los editores de Revista de Avance, que nunca militó en las izquierdas, discrepaba del santiaguero Rafael Esténger, que consideraba al fascismo un mal necesario para librar a Italia de un posible gobierno comunista, pues era un pueblo «incorregiblemente antiguo». Ichaso rechazaba este enfoque con los siguientes argumentos:

«Sostener que un pueblo, a título de antiguo, no puede soportar una forma nueva de organización social, equivale a negarle toda posibilidad de evolución. ¿Cómo admitió Italia la organización liberal-democrática? ¿Vamos a pedir la regresión a la tribu por el hecho de que así lo exige el “alma antigua” de algunos pueblos?

[…] La experiencia comunista podrá discutirse en sus valores intrínsecos, es decir, en cuanto si satisface o no los fines de justicia social que persigue; no en cuanto a sus posibilidades de adaptación a los diversos cuerpos nacionales. Este es un problema de evolución y educación colectivas, del cual hay ya sobrados antecedentes en la historia. El liberalismo y la democracia no fueron en su tiempo menor locura que el comunismo hoy». («Directrices», Revista de Avance, a. IV, n. 48, La Habana, julio de 1930, pp. 219-220).

Dos meses después dejaba de publicarse esta revista. El encarcelamiento de Marinello provocó tal desenlace.

Glosas de lo político en tiempos de la NEP

El Primer Plan Quinquenal en la URSS, aprobado para el período 1928-1932, se cumplió en apenas cuatro años y tres meses. Pero antes de que ello ocurriera, ya la prensa cubana se hacía eco de los excesos que esta meta había desencadenado.

En 1931, la revista Bohemia publicaba la sección «Sucesos de Sovietlandia», donde aparecían noticias y fotos de ingenieros soviéticos condenados bajo la acusación de sabotear el plan quinquenal. En caricaturas se satirizaba este voluntarismo económico, casi todas de revistas norteamericanas como Life, aunque también aparecían algunas caricaturas soviéticas, tomadas de Izvestia, que se burlaban del imperialismo.

Para hacer justicia al nuevo modelo era necesario analizar los resultados que en la práctica iba teniendo. La publicación que mejor lo hizo fue la revista Política, (julio 1931-inicios de 1932) fundada por Marinello y José Miguel Irisarri.

En sus páginas se replicó el artículo «El Plan Quinquenal», del socialista Arturo Labriola. Este valoraba la concepción de planificación económica soviética y sus evidentes limitaciones.

Admitía que era posible lograr la planificación de la economía en un corto plazo y asumía que la experiencia soviética no era absurda ni imposible. Precisamente en estos años, y motivados por la gran crisis de 1929 a 1933, el modelo keynesianista había logrado introducir algunos elementos de planificación y control estatal para paliar el desastre.

No obstante, Labriola desconfiaba de las estadísticas oficiales soviéticas y rechazaba el voluntarismo político que emanaba de las ambiciosas directivas del Plan Quinquenal:

«Por la abstracción a la realidad, por la teoría a los hechos, tal parece ser la regla de la Ciencia Económica bolchevista [sic] […] Desgraciadamente no se trata solo de la ciencia […] sino que se trata también de que tal sistema es la regla de una poderosa organización política que ejerce el poder en el país más vasto y más poblado de Eurasia. Este partido juzga la vida como la experiencia de una idea que es menester realizar a cualquier precio aun si esa idea no vale la pena, y aun cuando imponga sufrimientos enormes a todo un pueblo que nadie se toma la pena de consultar».

Es menester reconocer, sin embargo, que una buena parte de lo que se escribía sobre la URSS en esta etapa, eran consideraciones especulativas. La política de Stalin era cautelosa respecto a los visitantes extranjeros. Quizás por ello fue un hito en la época el libro de César Vallejo: Rusia en 1931: reflexiones al pie del Kremlin (Ediciones Ulises, Madrid, 1931).

Cuba - Libro

Rusia en 1931: reflexiones al pie del Kremlin.

La obra fue el resultado de una visita donde Vallejo recorrió –acompañado siempre por un miembro de la KGB, como explica en la introducción– fábricas, koljoses, aldeas y ciudades. Además de ser una crónica que describe la vida diaria de un extranjero en la URSS, era una indagación, en la medida en que ella fue posible, en las expectativas del ciudadano soviético común ante las grandes esperanzas del Plan Quinquenal.

En conversación con Vallejo, los obreros de una fábrica moscovita le cuentan que, tras el cumplimiento del Segundo Plan Quinquenal, el nivel de vida del obrero soviético sería muy superior al del obrero norteamericano. Ante las preguntas del visitante relativas a los pocos automóviles que se movían por Moscú, asignados en todos los casos al Partido y a los órganos estatales, casi se burlan de su ignorancia al no saber que, en apenas siete años, todos los obreros dispondrían de automóviles.

El libro no constituyó una oposición al gobierno soviético, fue evidente que el autor quedó cautivado por aquellas personas que se sacrificaban en pos de un ideal. Tampoco fue una apología. Vallejo critica medidas y actitudes que despertaron su atención.

El ocaso de la NEP y el debate entre Bujarin y Preobrazhenski

La espada de Damocles que pesaba sobre el texto era, no obstante, implacable. Los plazos establecidos para lograr el bienestar material y espiritual del pueblo se vencerían en poco tiempo sin demostrar la eficacia de las metas. A pesar de ello, la Constitución soviética de 1936 aseguraría que el socialismo se había afianzado en todas las ramas de la economía nacional y que la correlación de clases había cambiado. Este sería el primer paso de los sucesivos gobiernos soviéticos para proclamar lo que nunca habían alcanzado realmente.

El libro despertó gran interés en Cuba, de lo cual dan fe los siguientes hechos: En el prólogo a Bufa subversiva, Pablo de la Torriente Brau lo menciona entre los textos que no podían faltar en la habitación de Raúl Roa. Otra evidencia es la reseña que le hace Marinello en el número de enero de 1932 de la revista Política.

«Es la obra de un hombre de fe, que sabe observar. ¿Imparcialidad? ¿Es ella posible frente al fenómeno ruso? ¿Quién permanece en quietud de ánimo ante un pueblo que se construye con materiales inéditos y que marcha hacia el mundo con paso encendido? Quien quede frío ante el espectáculo grandioso ¿merece ser escuchado? Hay, sí, la posibilidad –y la obligación– de hacer lo que hace César Vallejo: demostrar una vacilación, un fracaso parcial, una medida inoportuna e insuficiente, un error de gobierno estalinista. Pero quedando a flote la fe revolucionaria».

Un camino progresista para la Isla no pasaba, según la mayor parte de la juventud revolucionaria, por la tangente soviética. La Revolución Socialista de Octubre había sido una, pero dos fueron las estrategias que desde mediados de los años veinte y hasta inicios de los treinta –etapa crucial para el movimiento revolucionario cubano–, habían definido el perfil socialista de ese país.

Las dudas de la intelectualidad cubana respecto al socialismo soviético eran perfectamente comprensibles. Y si aceptamos la definición de duda de Aristóteles como «el resultado de la equivalencia entre dos razonamientos contrarios», entonces entenderemos las de los intelectuales revolucionarios: haber comprendido que el capitalismo, bajo la dominación imperialista, resultaba nefasto para Cuba y, al mismo tiempo, apreciar que el modelo de socialismo estalinista no debía ser la solución de nuestros graves problemas. Concedámosle el reconocimiento a una agudeza política que hubieran deseado para sí generaciones posteriores.

2 abril 2021 40 comentarios 3.610 vistas
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