Asamblea de Cineastas: diálogo, cultura y libertad

Tomada del perfil del Facebook de la Asamblea de Cineastas

«Ser cultos es el único modo de ser libres» 

 José Martí

El vienes 23 de junio viví una experiencia valiosa. Participé en la jornada de intercambio que se llevó a cabo entre la Asamblea de Cineastas Cubanos y los representantes del Partido, el Gobierno y algunas instituciones culturales como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Asociación Hermanos Saiz (AHS).

La reunión fue uno de los primeros resultados obtenidos por la Asamblea de Cineastas tras la Declaración de Cineastas Cubanos que coronó su convocatoria del 15 del propio mes y que ha obtenido más de seiscientas firmas hasta la fecha.

El documento condena la exhibición pública del documental La Habana de Fito, del realizador  Juan Vilar y las productoras independientes Corporación FILM, La Rueda Producciones y X Pin Producciones, por considerar que «evidencia la manera irresponsable» con que actúan los funcionarios de las instituciones culturales y, al respecto, critica un grupo de hechos que rodearon la mencionada presentación, a la vez que la refiere como una acción más dentro de un comportamiento institucional violatorio de principios éticos indispensables que califica como sistemático en cuanto al cine.

Como respuesta, la Presidencia del ICAIC coordinó con los representantes de la Asamblea este encuentro entre los cineastas y los representantes de la institucionalidad cultural, el gobierno y el Partido al cual asistieron Rogelio Polanco, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Director de su Departamento Ideológico; Inés María Chapman, vice primera ministra; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura; Ramón Samada, Presidente del ICAIC;  Luis Morlote , Presidente de la UNEAC; Yasel Toledo,  vicepresidente de la Asociación Hermanos Saiz , acompañados de Fernando Rojas, viceministro de Cultura, quien tuvo un desempeño significativo en la suerte corrida por el documental en cuestión durante las últimas semanas de mayo y primeras de junio.

La Asamblea, por su parte, honró su voluntad inclusiva convocando a todos los miembros en condiciones de una participación presencial, lo cual incluyó a aquellos que han formalizado recientemente su ingreso.  Es su propósito comprender la modalidad virtual en sus plenarias, así como en las sesiones de otro tipo que así lo aconsejen, pero ello necesita un tiempo para su implementación.

Tomada del perfil de Facebook de la Asamblea de Cineastas

La sesión de intercambio, que se extendería por espacio de nueve horas, fue presentada como «un encuentro de trabajo» por los representantes de los organismos y organizaciones ya referidos y se solicitó reiteradamente no dejar registro electrónico de este a pesar de la insistencia al respecto por parte de la Asamblea de Cineastas. Tal petición se tornó condición indispensable para el desarrollo del intercambio. Quiero significar que la Asamblea de Cineastas la incorporó en el ánimo de sostener el diálogo.

Los argumentos presentados por el viceministro Rojas para dar respuesta a los reclamos de la Declaración de Cineastas estuvieron lejos de ser convincentes y crearon incertidumbre con respecto al valor de las regulaciones que deben proteger los derechos de propiedad del autor y sus prerrogativas. Los creadores afirmaban que, bajo el amparo de lo dispuesto por ese instrumento jurídico, se desconocieron los derechos de autor en el caso del documental de Vilar, el funcionario por su parte, adujo razones de excepcionalidad —en este caso prácticamente sonaron a «razones de Estado»— , sin embargo, no logró su cabal demostración.

A continuación, en su descargo, Juan Vilar, director del producto cinematográfico en disputa, estableció sus puntos de vista sobre el particular que incluyen el tratamiento por las vías legales, ante tribunales, de lo que el equipo de realización del documental considera una violación de sus derechos.

Tengo el handicap de no conocer el documental en cuestión, no he visto siquiera una copia pirata o, al menos, filibustera pero, dados los detalles conocidos del caso, tuve todo el tiempo la sensación de que alguien intentaba espantar una mosca a cañonazos. No importaba si con ello se cargaba la reputación de un artista y, de paso, impedía el normal recorrido de la película por los festivales y debidos espacios internacionales de exhibición. Igual, o tal vez menos aún, importaban la obra, el prestigio y las relaciones con la nación de una figura de la talla del músico e intelectual argentino Fito Páez.

Tras la intervención de Vilar se les dio la palabra a los presentes en la sala.  

Mis apuntes a vuela pluma dan cuenta de más de una treintena de voces en un espectro que colorean todas las generaciones y una multiplicidad de oficios, entre los que aparecen guionistas, directores, asistentes de dirección, de cámara, directores de fotografía, productores, editores, actores, sonidistas, críticos, maquillistas, directores de casting, directores de arte, promotores, etc.

Las intervenciones comenzaron con la del prestigioso director de cine Fernando Pérez, quien fijó de un modo sencillo, y a la par objetivo, la posible trascendencia de la cita cuando dijo que nunca antes había estado ante una mesa como aquella. Se refería al peso político de las personas sentadas en el proscenio del cine Chaplin.  

Tomada del perfil del Facebook de la Asamblea de Cineastas

Las declaraciones del resto de los integrantes de la Asamblea destacaron por su concisión, precisión, honestidad y firmeza. Altura intelectual y cívica como no recuerdo haber visto reunidas antes en un auditorio. Las demandas fueron expuestas no estrictamente desde el cine, sino desde la vida y el sentir de los cubanos, lo cual evidencia la íntima y, quien sabe si para alguno sospechosa y arriesgada, relación que se teje entre cine y su humus social.

Por ello, quizás alguien importune al cine sin caer en la cuenta de que, indignado con la cara difícil de la realidad, desea matar al mensajero.

Otro dato relevante es la educación política de esta concurrencia, un rasgo que destaca en los más jóvenes. Conocen los derechos de los ciudadanos y los deberes de las instituciones públicas, políticas y del estado y este conocimiento se acompaña de una especie de objetividad histórica que no da ocasión al optimismo infundado ni a la esperanza voluntarista. Son los hijos de una contienda que se libra hace mucho, tal vez la del derecho a hacer un cine que se parezca a su realidad y su país.

Una y otra vez echaron por tierra el axioma del viceministro Rojas de que no existe censura. Revivieron los tristes, duros, vergonzantes e inexplicables avatares —al menos en el seno de un socialismo democrático— de la Muestra de Cine Joven que condujo, finalmente, a su desaparición.

Una y otra vez hablaron de sus colegas, sus compañeros de creación y delirios, los cineastas de las generaciones recientes que no están ya en Cuba y cuyo cine no se exhibe en el país, aunque ese sea el cine cubano de hoy. Defendieron la legitimidad de la mirada múltiple, la cubanidad de sus colegas y solicitaron la voluntad oficial por restablecer el vínculo entre la nación y estos artistas. Dato de interés: la mayoría de estos planteamientos llevó a los compañeros de la mesa a escribir con diligencia en sus agendas.

Tocó el turno, finalmente, a los representantes de nuestros organismos oficiales. El momento más alto de esta zona del diálogo correspondió a la vice primera ministra Inés María Chapman y resultó una excepción. Chapman, quien dejó su silla y pasó a sentarse en el borde del escenario al tiempo que solicitaba a los asistentes situarse en las lunetas más próximas, cuidó de reafirmar la condición culta y humanista, por tanto, del intercambio entre compatriotas y supo entrar de lleno en el campo operacional del asunto al introducirse e introducirnos en la agenda inmediata de labores concretas para alcanzar los objetivos que se quieren. El discurso del resto de los representantes careció de sintonía a pesar de que fue tónica frecuente de la audiencia el recurso de la interpelación directa. 

Para mayor incoherencia, la declaración que apareció ese mismo día, apenas un poco más tarde, bajo el rótulo de Información del Ministerio de Cultura, mostraba un texto que hacía imposible el reconocimiento en sus líneas de lo sucedido por espacio de nueve horas en una jornada, en justicia, memorable.

Mientras era espectadora de estos sucesos de lujo me vi obligada a meditar acerca de la condición de cultura inherente a todo ejercicio de diálogo.

Imprescindible a la cultura es, asimismo, la libertad.

La libertad y la cultura dieron, otra vez, su batalla este día.

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7 comentarios

Aldo 1 julio 2023 - 9:49 PM
Desgraciadamente después de haber sido testigo de miles (sin exagerar) de horas de reuniones y mas reuniones con semejantes "representantes" (quizá con la posible honrosa excepción de Chapman) puedo aseverar que el único punto del resto de los cuadros es el "control de la situación" y la imposición de una conclusion, así como la defensa de la posiciones de sus empleadores ergo sus privilegios implícitos y explícitos. Ademas de ganar tiempo a toda costa hasta que tengan que rendir cuentas reales por resultados de trabajo en favor de la cultura que no de los cuadros y burocracia tumoral y partidista.
Adolfo 1 julio 2023 - 10:32 PM
Sé que es difícil que mepubliquen el comentario, no obstante no renunciaré a ese derecho. Con esta reunión el gobierno ganó un tiempo, luego comenzarán los enredos y dificultades que ellos mismos pondrán a la inatrumentacion de las concesiones que les hayan hecho a los cineastas y al final, estos últimos se cansarán y mandarán al demonio sus reivindicaciones, optando por soluciones personales. Habrá ganado nuevamente la.burocracia empoderada. No esperen libertades ni supresión de la censura bajo este gobierno y este sistema. Simplemente, no se pueden dar ese lujo porque eso para ellos sería suicida.
Yoelito 2 julio 2023 - 8:30 PM
Sr Adolfo: La prueba de que usted tiene toda la razón es la nota de prensa sobre la reunión. Ni siquiera esperaron a que se enfriaran las sillas para tirar el jarro de agua fría.
Antonio Roig Diaz 6 julio 2023 - 2:51 PM
Llevo muchos años en reuniones con los artistas y las autoridades y llegué a la conclusión de que no voy a ninguna,no vale la pena perder mi tiempo
Luis 2 julio 2023 - 12:02 AM
Dra. Esther, me gusto mucho su comentario sobre dicha reunión, gracias
Ana Morejon 2 julio 2023 - 3:11 PM
No estuve presente, pero agradezco mucho tu artículo, como dices, no sé parece en nada a la Declaración que publicaron, gracias por tanto
Abilio 6 julio 2023 - 2:14 PM
No soy dado a publicar comentarios acerca de eventos y situaciones de ninguna naturaleza, sólo cuando el dolor de una vida transcurrirá de trabajo, jubilación y vuelta a contratar a partir de la necesidad de subsistir en una sociedad, país y sistema que se desmorona a causa de esas prácticas oportunistas de los que se supone que protejan a su pueblo en tanto servidores publicos que son, contaminados con sus oportnismos, guataquerías, en pos de las posibilidades de beneficios personales y un partido que se sirve de ellos para para sustentar el absurdo, desde el culto a la personalidad hasta la ambición de reconocimiento tanto interno como externo, todo esto se logra gracias a los tristemente célebres guardianes del sinsentido con sentido evidentemente, mantenerse en el poder si o si, porque de lo contrario les va sus privilegios, buena vida de lujos, claro como dice Juan Pin en su entrevista del Suicidio de un hombre del pasado la ambición de llegar al cumun sumun, o sea llegar al infinito, finito en sí mismo porque depende de su posición en la cadena de poder/posibilidades. En resumen mas de lo mismo, ganar tiempo hasta que llegue otro evento que desvie la atención del pueblo, o que la lucha por la subsistencia se encargue de poner el velo de la posposición de prioridades. En fin, de manejar las ansias de libertad de expresión, credo, culto, reunión y expresión a lo que ellos tienen programado como aceptable, que es nada; el canon es, piensas como yo digo y no como yo hago.

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