Había muchas personas y gallos en la valla, pero solo uno tenía el poder. Las espuelas rasgaban la cara y la moral de los presentes. Gana el más fuerte. El perdedor salió con su animal en brazos, le cortó las espuelas y nunca más le dejó pelear. El gallo perdió las plumas, flaqueó y murió.
Lo que realmente nos forma son los tropiezos. Consideramos oportunas las previsiones sanas y bien alimentadas con un juicio sabio. Verse reconocido emociona el alma de los universitarios. Verse criticado o “aconsejado por la experiencia”, nos mueve a reflexionar.
¿Quién puede negar la entrega y los principios de los universitarios cubanos? Quien lo haga no cree realmente que los jóvenes sean capaces de cambiar una sociedad. Así lo hizo Fidel en su tiempo; Mella, Villena, Echeverría… Ahora es nuestro tiempo. Tiempo de crecer, aprender y construir.
Ante cada alerta y llamado, ¿quiénes son los primeros en responder? ¿Alguien duda de la capacidad de los jóvenes para enfrentar determinada situación? Martí decía: “La juventud es feliz porque es ciega y esta ceguera es su grandeza, esta inexperiencia es su sublime confianza. Es de jóvenes triunfar, porque cuando se es joven se crea.”
Con este ímpetu combinamos nuestra corta edad con las tareas universitarias, los problemas familiares, la dedicación a la futura labor, y salimos adelante. Los universitarios tienen la capacidad de, al caer, levantarse, sacudirse, no dormir, ser contestatarios. Los jóvenes respondemos a un tiempo, del cual no podemos renegar. Esto implica que en cualquier circunstancia estamos dispuestos a defender nuestras ideas; asumir lo correcto y lo no tanto.
Cuántas veces cerramos los ojos antes de dormir, nos quedamos en el nido antes de volar… existen limitantes.
Nacimos en el Período Especial y aprendimos a hacer mucho de lo poco. ¿Acaso las personas a nuestro alrededor no ven que queremos que nos escuchen, nos apoyen más y cuestionen menos?
No es defender causas indefendibles, es tomarnos de la mano y caminar juntos. Demostrar que hay confianza en los universitarios y no malinterpretar una oración. Abrir las puertas a la luz y no a la oscuridad del pensamiento.
Al César lo que es del César. Ojalá este escrito no provoque dolor a quienes se sienten enfermos, puesto que es la medicina para que la Universidad avance en la investigación, la docencia, la promoción, la cultura, el deporte…
Nos puede faltar responsabilidad, sacrificio, interés, análisis, protagonismo, eso lo conocemos y trabajamos para remediarlo. Aceptar la realidad es ser consecuente con la actualidad.
Nos fortalece la existencia de personas que creen en los futuros profesionales. Nuestra vida es una pelea de gallos, cuando perdemos asumimos la derrota y perfeccionamos la defensa en busca de ser mejores cada día, sin perder nuestra identidad, nuestras espuelas de jóvenes sanos y nuestra ética.
Tomado de un excelente blog universitario y holguinero.
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