De manera ininterrumpida en las últimas seis décadas, las relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos (EE.UU) llevan la marca de las sanciones y medidas coercitivas del segundo contra el primero. Sin embargo, debido a la cercanía geográfica de ambos mercados, una y otra nación suponen un potencial socio para el vecino.
Recientemente, la U.S. Agriculture Coalition for Cuba (USACC), comprometida con la normalización de las exportaciones de alimentos y productos agrícolas a Cuba, emitió un informe donde enuncia cuáles serían las áreas y productos de mayor potencial para ambos países.
Estos son diez aspectos positivos destacados en ese texto:
- Antes de 1960, Cuba era el noveno destino de la exportación agrícola estadounidense. En la actualidad, la Isla ocupa el lugar 53 en dicho ranking. No obstante, se estima que, en condiciones comerciales normales, Estados Unidos podría satisfacer el 60% de la demanda cubana de importación de alimentos.
- Cuba representa el mayor consumidor per cápita de arroz en el hemisferio occidental, de ahí que importe $250 millones en dicho cereal anualmente, adquiridos sobre todo en mercados alejados como Vietnam y Brasil. Teniendo en cuenta que el transporte desde la nación asiática tarda 45 días como promedio, es fácil deducir que obtenerlo en EE.UU sería más barato. Sin embargo, desde lo que supone el mercado natural más próximo, no existen exportaciones de dicho cereal.
- Para la producción de pan y otros alimentos, Cuba compra en el extranjero 700.000 toneladas anuales de trigo. Ello la convierte en el mayor importador de ese producto en el Caribe. Por otro lado, destaca el hecho de que EE.UU. representa el segundo país en exportaciones mundiales de trigo.
- El Ministerio de la Industria Alimentaria ha declarado que se necesitan exportaciones que complementen la demanda local de carne de cerdo, una de las más consumidas en la Isla. Dado que el maíz y la soya son los principales ingredientes en la alimentación porcina, EE.UU. figuraría como un potencial socio.
- El país norteño es el mayor productor mundial de soya y concentra aproximadamente la mitad de la producción a escala global. La soya cultivada allí tiene la ventaja de ser producida con semillas de calidad, equipos de alta tecnología y contar con el apoyo de centros de investigación en varias universidades.
- Se calcula que alrededor del 40% de las necesidades proteicas de los cubanos son satisfechas con la carne de pollo. En 2021 las exportaciones estadounidenses de carne de aves a la Isla fueron de $283 millones. La nación caribeña es uno de los tres principales mercados mundiales para los productores de pollo provenientes de UU.
- Actualmente Cuba importa $160 millones en leche en polvo. Con más espacios de cooperación entre los grupos ganaderos de ambos países, la producción y exportación de leche podría aumentar de forma sustancial, así como el empleo de técnicas propias de las ciencias genéticas para el mejoramiento del ganado.
- Cuba importa anualmente unas 850 mil toneladas de maíz, casi ninguna de EUU., principal exportador a escala planetaria.
- La papa, la yuca, la malanga y el boniato forman parte del patrimonio culinario nacional. EE.UU. pudiera proporcionar semillas de mejor calidad que estimularan el rendimiento de dichos cultivos en Cuba, favorecidos por el clima cálido y húmedo de la isla.
- El USDA y el Ministerio de Agricultura finalizaron un protocolo de importación/exportación de semillas de papa en diciembre de 2020. Ese mismo mes, EE.UU. envió un contenedor de semillas del tubérculo a la Isla para pruebas de campo. Aunque se trató de una iniciativa con un impacto positivo, supone apenas un ejemplo aislado de todas las oportunidades de colaboración que en materia científica y agrícola pudieran surgir entre ambos pueblos.
La existencia de relaciones bilaterales normales, sin el lastre que representan las medidas unilaterales coercitivas de EE.UU. contra Cuba, implicarían la posibilidad de aprovechar las cercanías geográficas y los intereses de ambos mercados. En materia de oportunidades para productores de las dos naciones, los beneficios serían considerables, así como también para los consumidores cubanos, agobiados por precios excesivos a causa de la escasez. La agricultura, pilar en cualquier economía, puede ser un buen punto de partida para impulsar esa cooperación.
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