Colaboración con La Joven Cuba
Por Demo
…. Mientras tanto se irán haciendo las cosas que hay que hacer, se irá cambiando todo lo que debe ser cambiado. Ni tan rápido como nos alientan los enemigos, esperando que nos equivoquemos… y con tanta premura como lo demanda la situación actual en la que se desarrolla la vida del país.
Así concluía una de mis participaciones en LJC y me ha llamado mucho la atención de lo recurrente que se ha convertido por estos días entre los participantes contrarios a la Revolución en este blog las alusiones al tema, instando al debate sobre este aspecto.
A fuerza de ser sincero, llama la atención que también en los medios manejados por aquellos que desde EEUU denigran acerca de nuestro proyecto político, social y económico, la alharaca acerca del tema toma cada vez mayor auge, con su carga de desidia y odio, promovido por las fuerzas que mantienen secuestrada la política del gobierno de los EEUU contra Cuba.
No pocas de las insinuaciones y comentarios de los contestatarios, se reiteran de manera semejante en los comentarios que se exponen en LJC, tal parece como si les lanzaran un pie forzado, para que los inspirados poetas se apresten en sus composiciones.
Estoy convencido que mis apreciaciones, las que hago como en todo caso a título personal, van a ser inmediatamente tildadas de “oficialistas”, más como el tema resulta bien polémico e interesante me apresto a opinar, tratando de que las acusaciones en tal sentido no sean tomadas en ese contexto, prefiriendo sí fueran tildadas de “socialista”.
En lo político los enfoques acerca del tema han sido enmarcados por ejemplo (que sin dudas mueve a risa) de “desfidelización”, tratando de sembrar la duda e incertidumbre acerca de supuestas “pugnas en la cúpula” y retomando los tan cacareados “antagonismos generacionales” que según sus opiniones subyacen en nuestra sociedad.
En lo económico y social, anhelan y prácticamente declaran el inicio de la “construcción del capitalismo en Cuba”, desconociendo la clara precisión del compañero Fidel acerca de la inviabilidad de este sistema, avalada por la cotidiana realidad que caracteriza al Mundo de hoy; sin dejar de destacar que quienes son los más capaces en tal empeño serán precisamente aquellos muchos “empresarios exitosos” que después de haber emigrado de su país han contribuido en particular al crecimiento y desarrollo de la “metrópoli bananera de Miami”, sin dejar de escapar a aquellos que insertan alusiones a tendencias pro-chinas, pro-vietnamitas y hasta etc.
Para nadie escapa y en particular para los cubanos que día a día nos consagramos en las tareas de impulsar el desarrollo de la construcción de nuestro proyecto socialista, la imperiosa necesidad de actualizar nuestro modelo económico; en alusión a la necesidad de superar las difíciles condiciones en las que la crisis mundial, el bloqueo económico y las trabas que genera en buena medida el modelo económico vigente, entre otras causas, exigen.
Actualizar a mi modo de ver, es ponernos en línea con el contexto actual en el que se desarrollan las relaciones económicas y comerciales en el mundo de hoy y que son bien diferentes a las de los años 60 ó 90 y en tal sentido como quiera que nos enfrentamos a ellas sin poder cambiar el status de la crisis, ni motivados por falsas esperanzas que algunos pretenden inculcar en relación con el fin del injusto bloqueo, pues en orden de prioridad nos ponemos a trabajar en lo que sí podemos.
Sin dudas ello requiere de una estrategia bien estructurada, vista en un contexto integral y ejecutada a partir de programas a corto, mediano y largo plazo. Soy de la opinión de que no se trata, en cuanto a las acciones que ya se declaran acometer de hacer “borrón y cuenta nueva”, si no de dar continuidad a pasos que ya se han venido instrumentando desde hace algún tiempo, ejemplo de lo cual puede resultar el hecho de que en la actualidad el 60% de la producción agropecuaria en el país dependa de productores no estatales.
Para nadie es un secreto, lo indispensable que resulta en las condiciones actuales el vuelco que se requiere dar en materia de aumento de la producción y la productividad en todas las ramas de la producción y los servicios en el país y derivado de ello la necesidad de reducir las plantillas infladas, en la mayoría de los centros laborales.
Tal imprescindible medida, como es conocido puede llevar a que tengan que quedar sin puestos de trabajo un número aproximadamente de medio millón de cubanos y cubanas, o sea la sexta parte de los trabajadores del país. Sin embargo para realizar este proceso que tiene entre sus miras fundamentales la reinserción de los mismos en actividades productivas en las que hoy existe déficit de fuerza laboral y la creación de otras fuentes de empleo; resulta a las claras un proceso muy diferente al que se produce en la inmensa mayoría de los países capitalistas como resultado de la crisis mundial (claro que ninguno tiene bloqueo y al parecer el modelo económico requiere también de actualizarse) y que indudablemente no podrá ser revertido en los próximos años.
En nuestro país, este proceso se prevé desarrollar a partir de un justo análisis en cada caso, con la garantía de una participación activa de todos los trabajadores y la actuación de los órganos de justicia laboral que funcionan en todos los centros laborales, elegidos por los trabajadores. Contará además con el compromiso de ofertas de reinserción en otros centros o sectores de la producción y los servicios y con la posibilidad de apertura de alternativas para insertarse en la producción en el sector no estatal. Es precisamente en este contexto en el que estriba la diferencia entre un modelo y otro. No voy a describir cómo se desarrollan estos procesos donde impera el modelo capitalista, ni argumentar acerca de las soluciones a la crisis que en tal contexto se instrumentan.
Solo quiero destacar que este proceso se llevará a cabo en nuestro país sin que se produzca resquebrajamiento alguno de la unidad del pueblo cubano, ni del apoyo a su Revolución, porque la esencia de los principios en los que descansa nuestro proyecto, es la dignidad plena del hombre.
Aunque muchos pretendan y auguren, como en tantas ocasiones el “descalabro final”; tienen que tener presente como dijera hace poco un colega en una conferencia magistral, que el nuestro es un “país milagroso”, fuimos protagonistas del milagro de emanciparnos del coloniaje español, luchando contra el ejercito más fuerte que tenía la metrópoli en América Latina, con más de 300 mil hombres armados y 100 mil “rayadillos”; hemos sido protagonistas de la epopeya de vivir más de 50 años enfrentados al imperio más poderoso de la historia, incluso protagonizamos el milagro de resistir de la desintegración del campo Socialista y la desaparición de la URSS.
No duden de que seguirá nuestra obra adelante, pero desde ahora tienen que convencerse de que no se renunciará a ninguno de los principios esenciales, ni se privatizaran los servicios médicos y mucho menos la educación, la seguridad social estará amparando a todos aquellos que en realidad lo necesiten, que la seguridad ciudadana continuará destacando a nuestro país como uno de los que la violencia y la inseguridad no podrán imperar nunca, un país donde nadie pueda vivir sin trabajar y donde cada cual reciba de acuerdo a lo que aporta a la sociedad, un país donde crecerá la producción, la productividad y las exportaciones, donde la calidad de vida de sus ciudadanos seguirá incrementándose, ajenos a la enajenación que genera el consumismo, un país que no renunciará a continuar siendo independiente, soberano y solidario.
Se irán haciendo las cosas que hay que hacer, se irá cambiando todo lo que debe ser cambiado. Ni tan rápido como nos alientan los enemigos, esperando que nos equivoquemos… y con tanta premura como lo demanda la situación actual en la que se desarrolla la vida del país.
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