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"por cuenta impropia"

impropia

Por cuenta impropia

por Jorge Fernández Era 13 febrero 2021
escrito por Jorge Fernández Era

Como parte de la política de perfeccionamiento del trabajo por cuenta impropia, y a tenor de las dudas planteadas sobre cuáles son las dos mil actividades que se permitirán en lo adelante, los Ministerios de Economía y Planificación, Trabajo y Seguridad Social, y Finanzas y Precios han dado a conocer los siete primeros oficios —antes pecados capitales— que podrán ejercer los trabajadores privados para aportar al concepto de que la economía cubana es una sola:

1. Coleros. Es este el rubro económico que más ha crecido en los dos últimos años, y como tal merece el lugar ganado a (puro) golpe de levantadera a las cuatro, empujones y cañonas. En un marco de absoluta legalidad y transparencia, estos individuos recibirán por parte de las administraciones de las tiendas, tal y como se hacía antes, la información concerniente a fecha, hora y lugar en que serán surtidos los productos. Previa identificación, recogerán de parte de los agentes del orden al menos la mitad de los turnos. Con vista a no dejar desamparados a aquellos que pierden su tiempo combatiéndolos, se permitirá por igual la existencia de batallones anticoleros que, en un clima de sana confraternidad proletaria, harán más entretenidas las horas de espera.

2. Edificadores de críticas constructivas. Como requisito indispensable para ejercer esta actividad, los interesados tendrán que exponer ante un panel de expertos sus conocimientos sobre el bloqueo yanqui a la Isla, dejando clara la posición en contra de su existencia y recrudecimiento. Para hacer un señalamiento constructivo, se necesitará además hacer constar la procedencia lícita de los materiales ideológicos con que se cuenta para ello.

3. Diseñadores de memes. Por un elemental sentido de justicia, los realizadores de memes para las redes sociales podrán cobrar no solo por su realización, sino por el asesoramiento al periodista Lázaro Manuel Alonso en pos de la originalidad de los mensajes gráficos que utiliza en sus programas y que solo a él le resultan graciosos. Igualmente, con el objetivo de organizar su dispersada y caótica existencia, se creará una sección especial para el control de los memes dedicados al abogado Humberto López.

4. Compositores de canciones ad hoc. Viejo reclamo de cierto sector artístico. Permitirá reunir en un disco duro, previa remuneración y con tal de que no se radien ni televisen más, las canciones dedicadas al combate de la pandemia. Igualmente, será creada una base de datos sobre efemérides históricas y fechas de nacimiento de personalidades vivas, de manera que se logre que el compañero Serrano lea las noticias luctuosas con música de fondo previamente (des)compuesta.

5. Realizadores de mítines. Serán divididos en dos categorías: espontáneos y no espontáneos. Los espontáneos podrán presentar con días de antelación sus necesidades de recursos a las empresas de audio, escenografía y confección de pulóveres y banderas creadas al efecto. Para mítines que conlleven gritos, improperios y juegos de pin pon fuera, el NTV realizará un trabajo previo de ablandamiento de imagen y revelación del pasado que nos espera.

6. Propinadores de manotazos. Para la realización de esta actividad no será requisito indispensable poseer conocimientos de artes marciales ni nivel cultural específico. Solo serán permitidos manotazos propinados de izquierda a derecha; lo contrario será considerado una actitud propia de los que se montan (o son montados) en el ómnibus del enemigo. Cada ministerio creará su propio departamento para estos fines, salvo aquellos en que sus directivos sean autorizados a ejercer la doble contratación.

7. Ordenadores económicos. Los implicados en esta actividad utilizarán el mecanismo de la subasta para imponer precios cada vez más altos a los productos y servicios, buscando luego a quién echarle la culpa cuando los afectados protesten. Para reclamaciones por el monto en dólares, libras esterlinas, euros, yenes, etc., de productos que solo se expenden en dichas monedas, serán habilitadas oficinas en Estados Unidos, Gran Bretaña, Comunidad Europea, Japón y países respectivos adonde los ciudadanos podrán acudir libre y democráticamente. Solo queda aplazado, para su posterior análisis, el precio que se tendrá que pagar por el futuro próspero y sostenible que nos espera.

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Con este excelente texto, La Joven Cuba inaugura una nueva sección sabatina de sátira política.

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13 febrero 2021 25 comentarios 6,9K vistas
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El extranjero no existe

por Magdalena Zaldívar Madero 28 febrero 2021
escrito por Magdalena Zaldívar Madero

Magdalena Zaldívar Madero es Licenciada en Ciencias Sociales y Filología. Tiene una maestría en Metaética humanista nacional-socialista y un doctorado en Educación Popular. Es autora del popular ensayo «Infoconstitucionalidad degenerativa en el (des)contexto de la posverdad incluyente del siglo XXI» (Editorial Cochero Azul, 2011). Tradujo Ικέτιδες, de Esquilo, directamente del alemán al griego antiguo, dos veces. Por obvias razones de superación profesional, trabaja actualmente como auxiliar de limpieza en el Palacio de las Convenciones.

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Las investigaciones comenzaron hace más de una década. Ahora sabemos que el mundo, como lo hemos aprendido, no existe. Tampoco existe como lo imaginamos. De hecho, ni siquiera existe y lo que hasta ahora hemos llamado el extranjero es la gran mentira.

En 1997, fue creado la QWERTY –no pregunten qué significa, pues no estoy autorizada a revelar el significado de las siglas–, organización que se dedicaría a estudios de carácter secreto sobre temas que aún no se han desclasificado y probablemente nunca lo hagan.

A un lustro de su creación, QWERTY emitió un informe de alta confidencialidad referente a la entrada de extranjeros al país. Aparte de otros datos de vital importancia, este documento revelaba que todos los inmigrantes, ya fuera que su entrada a la Isla se debiera a placer, negocios o asuntos oficiales, daban la impresión de venir de afuera… pero ¿de dónde? Tuvo que pasar casi otra década para que los directivos de esta entidad confesaran, en un memorándum dirigido al Presidente de la nación, que ese dato lo ignoraban.

Por cuenta impropia

QWERTY sobrevivió los últimos años del llamado Período especial. Conoció unas semanas de gloria en los años iniciales del siglo XXI y cuando el nuevo presidente, electo democráticamente por el presidente anterior, inició un ordenamiento a la economía a comienzos de este año, lo cual implicaría la desaparición de algunas instituciones cuya existencia no justificara debidamente su financiamiento, QWERTY emergió de las sombras.

Esta vez no llegó a las manos de nuestro máximo líder un informe, tampoco un memorándum, ni hubo una reunión secreta, solo recibió un pen drive y un trozo de papel rasgado, con el texto: «El extranjero no existe».

Como es natural, ambos objetos fueron analizados a fondo por nuestros órganos de seguridad, los cuales, luego de estudiar detenidamente la imagen contenida por la memoria externa y descomponer tanto semiótica como etimológicamente el texto del papelito a la luz de las más avanzadas teorías de la comunicación y las nuevas tendencias conspirativas, expusieron su propia conclusión al presidente: «El extranjero no existe».

Esta revelación arroja claridad sobre otros temas que nunca pudieron ser satisfactoriamente explicados. Por supuesto, es obvio que la mano del imperialismo está detrás de esto. Más de medio siglo luchando por llevar adelante nuestra economía, conseguir relaciones ventajosas con otras naciones y prepararnos contra alguna eventual incursión enemiga, y resulta que estábamos solos en el planeta.

28 febrero 2021 4 comentarios 2,9K vistas
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Veteranos

Los veteranos de la Revolución Cubana demandan justicia social

por Gladys Marel García 24 marzo 2021
escrito por Gladys Marel García

Hace más de medio siglo, un grupo de jóvenes, la vanguardia política de su tiempo histórico, decidió derrocar a un tirano —Fulgencio Batista—, y enrumbar la patria hacia lo que percibían como un futuro de justicia social. Muchos murieron en ese empeño, otros fueron torturados y sufrieron prisión.

Tras el triunfo revolucionario, Fidel Castro reconoció sus méritos. No les dio privilegios, pero sí prestigio social. Hoy todo es parte de un pasado que muchos desconocen y, lamentablemente, la historia se ha repetido, porque similar a lo ocurrido con los veteranos de la Guerra por la Independencia de 1895, está resultando ahora que los veteranos de la Revolución también quedan desamparados con las pensiones recibidas.

Después de dirigirnos a todos y cada uno de los niveles correspondientes del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y de la «Casa de los combatientes», sin que ninguno haya brindado una solución coherente y práctica, acudimos Natalia Bolívar[1], Norma Porras[2] y Gladys Marel García[3] al Presidente de la República, primer servidor público de nuestro país. Esperábamos su atención y respuesta ante la dramática situación que los actuales veteranos afrontan. Por su vocación y funciones debía conocer, a través de nuestras voces, lo que estaba ocurriendo.

Veteranos

Gladys Marel García

La «Tarea ordenamiento», sin dudas necesaria, ha afectado a muchos ciudadanos, en especial a los más pobres y necesitados, en su mayor parte ancianos porque nuestra población está envejecida. Se transgrede así la justicia social por la que hace tantos años arriesgamos nuestras vidas.

Los precios de los servicios públicos han subido aceleradamente, igual ha ocurrido con los alimentos, las medicinas y otras necesidades, que se venden en comercios estatales, tanto en pesos como en dólares. En ese contexto, el ingreso económico de los veteranos y combatientes, antes ya restringido, se ha visto muy perjudicado.  

Las modestas subvenciones que recibíamos han sido afectadas. ¿En que se basa una decisión política que desconoce la precaria situación de ancianos que dedicaron sus vidas a trabajar en aras de lo que creían una sociedad más humanista? Para la real comprensión de lo que afrontamos es preciso explicar algunos aspectos esenciales.

Veteranos

Natalia Bolívar

Los veteranos y la «Tarea Ordenamiento»

La «Tarea Ordenamiento» ha ignorado tres factores relacionados con los veteranos, luchadores clandestinos y combatientes del Ejército Rebelde. Esto se evidencia en los siguientes aspectos:  

  1. La escala básica de jubilación estipulada está por debajo del salario mínimo del país, establecido en 2100 pesos. (Ver primer resuelvo de la Resolución 29 de 2020 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social).
  1. La llamada Prestación Monetaria Transitoria (PMT), o sea, la Chequera del Combatiente —para los que la recibían—, se concretó de manera igualitaria, al disponer la cantidad de 1260 pesos, tanto para los veteranos como para los impedidos físicos que recibían el mínimo de la Asistencia Social.
  1. La Asistencia Económica Permanente, —que oscilaba entre 300 y 400 pesos—, establecida por el comandante Fidel Castro para contribuir a gastos por enfermedades, medicinas, alimentación, transporte, u otros, fue suprimida.
Veteranos

El personaje interpretado por Isabel Santos en el filme Clandestinos estuvo inspirado en Norma Porras.

Estas decisiones contradicen la Resolución 28 del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social que, en su primer resuelvo, establece «como cuantía de la pensión mínima por edad e invalidez total del Régimen General de Seguridad Social, y de los regímenes especiales de los Ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior», la cifra de 1 528 pesos. 

La «Tarea Ordenamiento» desconoce además el segundo resuelvo de la ya mencionada Resolución 28, según el cual «las pensiones concedidas por el Régimen General de Seguridad Social se incrementan en correspondencia con la escala siguiente»:

Veteranos

Si se atiende a la estructura de las pensiones y al porciento de las categorías en cada renglón, se observará que el grupo de personas que recibe las pensiones superiores a 501 pesos mensuales constituye apenas el 7.1 % del total y percibe un incremento de 1528 pesos; en tanto, al 92.9%, que son los que reciben menos de 500 pesos, no se les incrementa la cifra de 1528 pesos.

Veteranos

Natalia Bolivar y Gladys Marel García en la actualidad.

  • Esta irregularidad se mantuvo y, a partir de la actual revisión de la «Tarea Ordenamiento» —que supuestamente atendería las dificultades que evidenció su aplicación—, se decidió pasar a los veteranos atendidos por las FAR al grupo encargado de dicha Tarea por las direcciones nacional, provincial y municipal de las «Casas de los Combatientes». De tal forma, continuó el error de no analizar de manera integral el problema y se ofrecieron diferentes informaciones contradictorias a señalar:
  • Los veteranos que habían recibido, desde enero del año actual, la Atención Económica Permanente por las FAR, continuaron percibiendo la misma cantidad que en el 2020, sin incremento. Mientras, a los que la recibían por la «Casa del Combatiente» y el Poder Popular les fue suprimida.
  • Esta decisión desconocía el primer resuelvo de la Resolución 28 del Ministerio de Trabajo, antes mencionada.
  • A principios de marzo se les comunicó lo contrario, o sea, que la Atención Económica denegada se les pagaría a partir del 15 de marzo. Además, se les notificó que dicha asistencia sería reevaluada en noviembre, para lo cual tomarían en cuenta la «vulnerabilidad» del núcleo familiar al que pertenecían. Tocaría responder a esto que los veteranos no lucharon en la guerra como núcleo familiar. 
  • La Dirección Nacional de los Combatientes de nuevo reorientó volver a notificar a los veteranos, antes del 15 de marzo, que se les eliminaría la Asistencia Económica Permanente a los que recibían la jubilación y el PMT o Chequera del combatiente.
  • A los que no recibían el PMT y sí la jubilación y la asistencia económica  entre 300 y 400 pesos hasta el 2020, se les mantuvo la misma cantidad, sin incremento. Dicha medida provocó, en el Municipio Playa, el desacuerdo de los veteranos. 
  • Otra dificultad presentada en el Municipio 10 de Octubre, consistió en que el 15 de marzo, cuando fueron a cobrar en el banco metropolitano los 1260 pesos del PMT, no había dinero, lo mismo acaeció en los otros bancos del municipio.
  • A esto se suma que la Dirección Provincial de la Casa del Combatiente planteó resolver la asistencia social a los familiares de los veteranos que hubieran renunciado a sus empleos para dedicarse a la atención total de los mismos. Tarea pendiente de resolver.

Estas supuestas soluciones no sólo violan los derechos individuales, de estas personas, sino que constituyen una falta de respeto y de consideración a los que, en su momento, pusieron en un primer plano los intereses patrios.

A tres meses de expresadas tales quejas y planteamientos por parte nuestra, no se ha llegado a una conclusión ni hay seguridad en los esclarecimientos y las definiciones. La solución integral del problema no debe esperar más.

Desde el punto de vista político, es preciso reconocer que los veteranos de guerra conforman un grupo minoritario por su avanzada edad. Sus miembros, ya escasos, merecen ser honrados y reconocidos de manera adecuada, tanto por su entrega a la Patria, como por el trabajo realizado durante toda su vida. Por este motivo, deben recibir una asistencia económica capaz de responder a sus necesidades, en lugar de ser considerados bajo una vulnerabilidad que, en su caso, resulta impropia por irrespetuosa. Sus edades oscilan entre los ochenta y más de noventa años. No debieran ser condenados a ser pobres de solemnidad en el ocaso de sus vidas.

Veteranos

Norma Porras y Gladys Marel García en la actualidad.

Consideramos que la solución de este asunto amerita un análisis particular, que debiera ser realizado por una comisión especializada capaz de tener en cuenta todos los aspectos, objetivos y subjetivos.

Fue esa la intención que nos decidió a solicitar una reunión con el Presidente Miguel Díaz Canel, el cual, —posiblemente agobiado por las múltiples tareas que afronta—, tras un mes de espera no ha podido recibirnos. (La solicitud de entrevista fue enviada el 16 de febrero del 2021, el acuse de recibo data del 17 de febrero y la nueva solicitud de recordatorio y respuesta de la fecha de reunión fue enviada el 22 de febrero del año en curso).

Tal desatención nos precisa a hacer pública nuestra situación. Los Veteranos de la Patria necesitamos ser escuchados. 

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[1] Natalia Bolívar: Se integró al Directorio Revolucionario en 1955 con José Luis Gómez Wanguemert y Faure Chomón. Fue cofundadora de la organización Mujeres Oposicionistas Unidas y miembro del Buró Ejecutivo y del Grupo de acción del DR. El 18 de julio de 1958 fue arrestada (nº de presa 24837) y trasladada al Buró de Investigaciones por los coroneles Orlando Piedra y Laurent, ambos al servicio de Fulgencio Batista.

Posteriormente pasó a la clandestinidad. El 17 de noviembre de 1958, como miembro del grupo de acción y sabotaje, participó junto a Raúl Díaz Argüelles, Gustavo Machín y Amaury el Troyano, en el atentado al capitán Diéguez, jefe de la XV estación de policía de Miramar (62 y 7ma A).

Entre las actividades que desarrolló pueden mencionarse: apoyo a los asaltantes al Palacio Presidencial, alquiler de apartamentos, traslado de compañeros al Escambray, traslado y salvaguarda de armas, impresión y reparto de proclamas, asilo a compañeros en embajadas amigas, estudio de operaciones para atentados a lugares estratégicos, venta de bonos, búsqueda y envío de medicinas, suministró información vital a las jefaturas de la Sierra y el Llano. El 1ro. de enero de 1959 tomó militarmente Bellas Artes para impedir la fuga de los valores que este museo atesoraba.

***

[2] Norma Porras: Ingresó en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio entre los años 1955 y 1956. Participó, desde la segunda enseñanza, en actividades estudiantiles contra el régimen de Fulgencio Batista, y clandestinas desde 1957, fecha en que fue detenida por primera vez. Esta actividad culminó con los acontecimientos de O’Farril y Goicuría, lugar en el que, en noviembre de 1958, luego de un largo enfrentamiento con los esbirros de Esteban Ventura Novo, recibiera cuatro impactos de bala en el vientre, estando embarazada.

Fue detenida junto al resto de sus compañeros, los cuales serían torturados y posteriormente asesinados. Estos hechos fueron recreados en el filme Clandestinos. Salvó la vida y estuvo presa hasta el 1ro. de enero de 1959. Participó en la toma de los cuarteles de Columbia y San Ambrosio. Se incorporó a las filas de la policía con Efigenio Ameijeiras.

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[3] Gladys Marel García: Dirigente estudiantil en la Escuela Normal de Maestros de Las Villas contra la dictadura de Fulgencio Batista (1953-1957). Ingresó en las Brigadas Juveniles del MR-26-7 (1955) e integró la Brigada de Acción y Sabotaje La Pentarquía. En su última misión, (26/5/1957) y producto de una explosión, murieron dos de sus compañeros y ella resultó gravemente herida, prisionera y torturada. Resultó absuelta y remitida a prisión domiciliaria.

De nuevo fue presa (5/9/57) cuando se dirigía a la Sublevación de la ciudad de Cienfuegos, fue maltratada y sufrió violencia. Liberada días después, fue remitida a prisión domiciliaria. Ese mismo mes, la dirección del 26 de Julio de Las Villas y de Matanzas, en conjunto con la municipal de Yaguajay, prepararon su rescate. Operó en el clandestinaje de la provincia matancera. Fue nombrada jefa de la región de Cárdenas para preparar la huelga del 9 de abril de 1958.

Entre otros frentes reorganizó, junto a Amador del Valle, el Gallego, el movimiento obrero insurreccional, las Milicias y los grupos guerrilleros que operaron en la región, dirigidos por Enrique Hart, Jefe Militar de la provincia. Acorralada por la jefatura militar de Matanzas, Santa Clara y La Habana –el SIM, el Buró de Investigaciones, Pilar García y Ventura Novo– fue trasladada y designada miembro de la Dirección Provincial de La Habana. Ocupó la responsabilidad de Finanzas y la jefatura de las Células Revolucionarias de Base (CRB), y creó, con su ejecutivo, una red en los municipios capitalinos.

El 1ro de enero de 1959, con un grupo de milicianos y el ejecutivo de las CRB, ocupó un local donde se estableció la dirección política del Movimiento en la capital. Ha participado en misiones internacionalistas en Angola y los campamentos del movimiento de liberación en Namibia.     

24 marzo 2021 50 comentarios 6,3K vistas
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trump

El hombre de Trump en Miami

por Arturo López-Levy 21 octubre 2020
escrito por Arturo López-Levy

Después de proclamarlo un “hombre de gran reputación” y recibir el halago “Tú eres el hombre” (así se decía de Batista el día del golpe de estado)- el presidente Donald Trump, depositó su bendición y manto sobre el nuevo líder que quiere para el exilio cubano de derecha: “Tú también eres el hombre”, “pásale la lista a Mario”- dijo el presidente Trump a Alex Otaola.

Por el tono de jolgorio montado en el programa en que se transmitió la entrevista, la lista parece ser la obra magna de un grupo de vigilantes, con los nombres de artistas, intelectuales, reguetoneros, y cantantes, a los que habría que bloquear el ingreso a los Estados Unidos, por no querer sumarse a la cruzada macartista que se ha montado el alegado ex dirigente sindical de Radio Progreso.

“El hombre de los americanos” -así llamaban a Manuel Artime en el Miami anterior a la invasión de Bahía de Cochinos. Quizás aquel intelectual católico, que trabajó con Humberto Sorí Marin en la reforma agraria, fue el primero que disputó ese título después de 1959. La idea de Robert Kennedy, Frank Bender o Donald Trump es escoger a su cubano favorito, el talismán alrededor del cual todo el anticastrismo se debe agrupar.

Si lo escogió la Casa Blanca, es el elegido. Tío Sam sabe más. ¿Cómo si no explicar lo lejos que ha llegado Estados Unidos y todas las dificultades que tiene Cuba? Si hiciese falta una nueva prueba de la pobreza y falta de perspectiva de ese razonamiento, basta ver la pendiente larga y declinante que va desde el doctor Artime al cantamañanas seleccionado por Trump el viernes pasado como su nuevo hombre en Miami.

El presidente Donald Trump, con amor de Mufasa, ha levantado al locutor en YouTube. Otaola es la esperanza redentora de la era Trump para Cuba y para Miami. Toda la historia de una manera de pensar destilada en la voz escogida por Washington para que hable por todos (cualquiera diría que ese todo es la raíz del totalitarismo). El nuevo Artime, José Elías de la Torriente, Jorge Mas-Canosa, el Moisés que Bill Clinton y los demócratas impidieron al devolver al castrismo a Elian, todos ellos fundidos en esta nueva alma camagueyana.

“Habemus Otaolus”, ayatollah con turbante, guía para el retorno a casa, hacia la Cuba prometida, a la maravilla de país que había antes de 1959. Esa Cuba que la revolución -ese “accidente” como lo llama Marco Rubio, del que solo Fidel y Raúl Castro tienen responsabilidad- nos interrumpió.

Mezcla explosiva de tres tradiciones: Savonarola, Roy Cohn y Chucha, la cederista. Foto: Alex Otaola/Facebook

El nuevo Savonarola que nos ha salido -y mira que los cubanos hemos producido Savonarolas a diestra y siniestra, con ático y balcón a la calle- ha ofrecido hacer una “lista roja” para “asesorar” al presidente. No quiere nada para él, solo pide que le quiten a los demás todo lo que se les pueda quitar. Como su antecesor florentino, aquel cura bañado de masas creyéndose Dios, que agitaba multitudes contra los Medicis y derribaba las estatuas patrocinadas por estos de Boticelli, Leonardo y el joven Miguel Angel.

Otaola quiere un arte comprometido con su causa. Todo lo demás al fuego. Él es continuidad y va por más. Ha dicho varias veces que no se puede ser neutral, “hay que joderse” y joderle la vida a los demás.

“You too” le ha contestado Trump cuando Otaola ha suspirado en el lenguaje camagueyano de Shakespeare: “You are the man”. ¡Así le dijo al presidente norteamericano! ¡Choteo que se perdió Jorge Mañach! Trump y Otaola -o al revés según la jerarquía- son tal para cual, alfa y omega, principio y final. Otaola el magnífico -“chisme, chisme, la gente quiere chisme”- dice Trump que es un tío de reputación. Hay rumores que desde el viernes, Mike Pence no se pierde una directa suya.

Son los revolucionarios descontentos con la revolución que trasmiten las alegrías de cada caravana y festival anticomunista, las nuevas tribunas abiertas. “No entiendo nada” -canta Interactivo- “¿esto es Miami o esto es la Habana?”. No cubano decente, no te escapaste de la doble moral, la intransigencia y el choteo. Estás aún en el lugar de siempre, casi en la misma ciudad y con la misma gente. Lo único que ha cambiado es el signo ideológico de su soberbia.

¡Pasen señores! Pasen al show de Roy Cohn en versión camagüeyana. Al fin puede descansar el abogado de Trump, ayudante del senador McCarthy, perseguidor de homosexuales, siendo homosexual el mismo. Roy Cohn y McCarthy dejaron un legado de cacería de brujas e inspiraron el debate en el Congreso, con testimonio del embajador Earl Smith, sobre quién “perdió” Cuba.

Si Cuba se perdió es porque era de Estados Unidos, por lo menos del embajador Smith.  Esa isla donde “el embajador norteamericano era la segunda persona más importante detrás del presidente, y muchas veces la primera” fundó este Miami anticastrista radical.

Cuba, traicionada por los liberales norteamericanos, que están conspirando en el gobierno profundo, en el “cuarto piso” del Departamento de Estado, en el New York Times con Herbert Matthews, en Hollywood con Robert de Niro, Meryl Streep (actriz “sobrevalorada de segundo rango” según el presidente Trump) y Danny Glover, en la academia que está “cundida de izquierdosos”, creyentes del cambio climático, el sistema de salud de cobertura universal, la ideología de genero y el lenguaje “políticamente correcto” donde a los afro-descendientes (así le dicen a los negros) hay que tratarlos como si vinieran de un lugar equivalente  a Europa.

Dice Juan Manuel Cao, que ese Estados Unidos lleva un siglo traicionando el anticastrismo, “desde antes de Kennedy”, incluso antes de Castro,  “desde Franklin Delano Roosevelt”, que ante el auge comunista y los soviets contra Machado no usó la enmienda Platt.

A esas tradiciones, digan lo que digan los libros de historia de Estados Unidos sobre el daño del macartismo al prestigio y la democracia estadounidense, se suma  ahora el “comparte, comparte, comparte”, la agitación y propaganda aprendida en Radio Progreso. Hay camisetas que activan a la juventud cansada de que le pongan patrones de buena conducta, de las que hacía gala el exilio histórico con sus graduados de Belen y Lourdes. Sirven para movilizar a los recién llegados que aprendieron bien la doble moral de soldados de la revolución, “de frente y luchando”. Se trata de cambiarles el software ideológico en dirección contraria, pero sin tocar el hardware del choteo, la irresponsabilidad y la doble moral totalitaria.

Allí están los slogans #tocameelpito y #hayquejoderse, con el parón para pisotear libertades que son estrictamente individuales y decretar “lo que todos debemos hacer”. Esa mala manía de pensar y hablar en plural sin contar con uno: no remesas, no viajes, no ayudas, ni a la familia ni a nadie. Es la fuma de la caldosa cederista de la “compulsión social” de la que hablaba el comandante para los inadaptados: Así se tuerce el brazo a los de “conducta impropia”.

Pregúntenle a Gente de Zona cómo ha tenido que entrar por la horca caudina. “Abajo la dictadura” para poner el sellito “Esta es tu casa Otaola”. De allí, a la plaza para gritar con Mike Pence: “Vuiva Quiuba Libre”. Así entra el hombre nuevo a la sociedad del Miami macartista: “atildados, comedidos y obedientes”. Aplaudiendo siempre.

“Braaavooo”- dice el anfitrión de la catedral del chisme, #chismezone que llega a la bajeza infame de acusar de ladrón por 250 000 dólares a un prisionero enfermo, que no se puede defender, detenido en Cuba, en juicio que el gobierno no ha explicado públicamente en ninguna parte. Nadie escapa de la lista roja.

¿Qué más respaldo podría querer Otaola? Tiene a Trump para su tejemaneje, traducido por Díaz-Balart, que lo ha proclamado el más grande luchador por la libertad del hemisferio. Es la guinda del cake de un programa para el odio entre cubanos, por el que desfilan una entrevista a Luis Almagro (vaya embarcada que le dieron a la OEA) mezclada en la misma pantalla con bretes y mensajes robados de un adversario masturbándose, “mami que rica tú estas”. Luego llega el director para Cuba de USAID y su perorata sobre cuanto avanza el “freedom de Cuba” se mezcla con groserías por cuanto brete hay en la farándula cubana.

Y siempre mucha persecución, acoso y odio. A artistas, al profesor Carlos Lazo que no le responde, a gente simple y hasta a sus propios admiradores. Se levanta como los sicofantes de la antigua Grecia y después del cafecito en La Carreta o El Versalles, se pregunta a lo Iroel Sánchez: ¿a quién voy a denunciar hoy? Vive de eso.

Votar por Trump es votar por Otaola. Foto: SBS News

Se cuenta que en la guerra civil posterior a la revolución de 1959, Fidel Castro orientó alzar falsas bandas bajo liderazgos de agentes propios para atraer a las mismas a aquellos que quisieran sumarse a la oposición armada al gobierno. Con esta mezcla de Savonarola, Roy Cohn y Chucha la del CDR, como “el hombre” de Trump para Cuba, no le hubiese hecho falta. Con enemigos como este, no se necesita amigos.

Trump ya tiene su “hombre” en Miami. Votar por Trump -en términos cubano-americanos-es hoy votar por Otaola. Si a ud le gusta el brete, la lista roja, el bloqueo, el parón para que Cuba explote de hambre y desesperación, vote por Trump. Si cree que el anfitrión de la catedral del chisme es la mejor representación de la comunidad cubano-americana, levántese temprano antes del 3 de noviembre, y vote por Trump. Él es su candidato.

21 octubre 2020 30 comentarios 2,4K vistas
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Domingos (1)

Los domingos no siempre son tan apacibles

por Mónica Olivera 18 septiembre 2021
escrito por Mónica Olivera

Desde hace ya dos semanas he tratado de digerir sin regurgitar un generoso aforo de noticias, misivas, directas, arengas, tuits, mensajes, posts… todos con una intencionalidad: hacer catarsis con la situación actual de nuestro país. Ahora me he tomado tiempo para diferenciar lo verdadero de lo falso, escudriñar los entresijos de las palabras, y como a la palabra me dedico, no me bastó con leer, también quise expresar mi criterio.

Lo que diré está fijado en un primer plano desde la lógica de mi formación, como siempre lo he hecho: mi génesis profesional es el magisterio. De esa manera llegué a otros perfiles de las letras, así arribé a la ecdótica y a la traducción. Asimismo, llegué a inventar historias de ficción.

Todo comenzó desde la enseñanza. Trataré pues, de pulir y tachar lo subjetivo de este manifiesto y luego redactarlo en otra lengua, para que mis amigos de ultramar puedan conocer que, sin pretensiones de disenso, he salido del ruedo selvático de las redes a ofrecer mi corazón en sitios más idóneos, sabiendo a las claras lo que puede costarme.

La mente se me colma de frases que el Maestro expresara en sabios discursos y ensayos. Un día antes del 11 de julio, cuando el germen del embotamiento brotaba en mí como en millones de cubanos, publiqué en mi muro lo que pudiera tomarse como una premonición, al citar unas palabras de su ensayo Nuestra América: «Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes».

Tal parecía que un déjà vu de ciclón, terremoto, apagones, vicisitudes, desesperanzas, carencias, inseguridades, fuera coronado con una cruel y letal pandemia, y amenazaba nuestros destinos como en los años noventa.

La noche del sábado 10 de julio de 2021 fue aciaga. Un apagón la remataba. A la mañana siguiente me comuniqué por teléfono con tres amigos que hacía meses no llamaba y preocupada indagué por su salud. Todo parecía estar bien hasta pasadas las dos de la tarde, cuando empecé a advertir que por las redes transmitían videos de varias —muchas para la costumbre— ciudades cubanas levantadas en protestas que más tarde fueron proliferando y complicándose en sus escenarios cercanos y lejanos.

Una preocupación muy grande me embargó: «¿tendría el gobierno la experiencia y la pericia para el manejo de este tipo de disturbios?». Era un phatos de concurrencias vertiginosas, al estilo de tornados y mangas de viento.

Secuencia

Aunque estaba lejos de la más cercana, sentí a mi alrededor sorpresa y estupor, luego vino la turbación. Las personas de las primeras imágenes se veían en franca protesta, sin desenfreno. Pero luego de unos minutos se hizo evidente que el Gobierno iba a pronunciarse: encadenaron las emisoras. Tenían que informar.

¿Qué se vio?: a un presidente sentado ante micrófonos en una comparecencia en el Palacio de la Revolución. Había llegado acompañado por miembros de su equipo y dos periodistas. Una de ellas hizo una impropia, paternalista, laudatoria e impertinente alusión a lo sudado que venía el presidente de la caminata —de unos 80 metros— realizada en San Antonio de los Baños, donde minutos antes habían logrado restaurar el orden.

Los rostros de los participantes se mostraban rígidos, las voces quebradas. Y aunque se haya tratado por los medios oficiales de minimizar la onda expansiva que provocaron las expresiones del primer secretario del PCC y presidente, se escuchó claro cuando expresó: «¡La orden de combate está dada!», y luego: «¡La calle es de los revolucionarios!».

No es eso exactamente lo que expone la Constitución, que un 86,6 % de los ciudadanos legitimó en 2019, cuando declara: «Cuba es un estado Socialista de derecho…».

La repercusión

Las calles son de madres, hijos, hombres, mujeres, niños; de ateos, comunistas no militantes, sacerdotes y miembros de todas las denominaciones religiosas; de los pertenecientes a las sociedades de artes marciales, de masones, de miembros del único partido, de soldados, de grupos LGTBIQ, de artistas, de escritores, pertenezcan o no a la UNEAC; de los contestatarios y disidentes, de los millones de ciudadanos de a pie que a diario hacemos y hemos formado, con altas y bajas, este país; de los dirigentes y de los vagos, de los discapacitados; en fin, de toda esa gama heterogénea a la que Fernando Ortiz llamara el ajiaco cubano.

Esta es una apreciación que pudiera ayudar al Gobierno a comprender definitivamente que, como coterráneos, estamos permeados por un sincretismo cultural expresado en todas las esferas de la sociedad con infinidad de matices, con sus sociolectos y lenguaje funcional bien definidos.

Eso es lo que nos hace ricos, no somos una nación monolítica formada solo por íconos ni por arquetipos de una sola pieza. En ella viven también, en miles de ejemplares, seres malqueridos, reprobados, renegados, aborrecidos; a quienes también asiste el derecho de cohabitar y transitar con todos y para el bien de todos.

Domingos (2)

(Foto: elperiodico)

Sucede que a pesar de ser Cuba un país joven, nuestro carácter ha sido forjado por componentes sociales muy diversos, donde no hay cabida para una narrativa cimentada sobre la unanimidad de criterios: nadie piensa igual al otro. Es su rotundo derecho. Y aprovecho para aclarar que no veo el disenso como un pecado capital ni como un bicho extraño acendrado en nuestra sociedad por entes externos. El disenso es propio del ser humano, no somos calcos ni clones.

Un gobernante debe ser sensible a los colores del arcoíris del país al que le tocó servir. El gobernante de una nación del siglo XXI no puede permitirse el lujo de ahogar ni desacreditar al que disienta de sus políticas, porque, como servidor público, tiene el deber supremo de sopesar criterios, calcular estrategias de unión y alentar al balance y a la ecuanimidad.

Debe tratar de establecer estrategias de unificación de consenso, reconocer cuando se le critica por una política pública cuya aplicación no es acertada y saber diferenciar cuándo de verdad las fuerzas que pujan son internas o externas. Ya no hay espacio para las dictaduras sangrientas que manipularon trazados imperiales como el Plan Cóndor; el mundo cambió.

Seguramente a los pueblos de América Latina les faltó en su momento un medio tecnológico inteligente, como es el caso de los celulares con sus redes en marcha —imperfectas o inteligentes—, para poder ganar su guerra a tiranos como Batista o Stroessner, Videla, Somoza, Banzer o el general Francis. Vivimos otra época.

El presidente de un país escucha, no promete apresuradamente, produce rotundos cambios de políticas para el bien ciudadano, multiplica también estrategias contra los enemigos externos, no llama al caos, no permite que su familia cree un estereotipo virtual de su persona y se muestra, por el contrario, auténtico.

Cuando su gobierno dicta una política, esta debe ir encaminada al mejoramiento del nivel de vida del pueblo, para eso lo eligió ese pueblo. El líder máximo de un país convence, no se permite experimentos sociales, estos son muy riesgosos, como riesgoso es que no sepa conducir a su población, unida en los disímiles estamentos sociales que contiene. El gobernante debe pisar terreno seguro, aprobar políticas que contengan las variables económicas, sociales y políticas bien equilibradas y sostenidas, no inestables.

Ya es el momento de revisar con urgencia un grupo de decretos y mandatos que afectan a este pueblo y realizar, en primer orden, una revisión conceptual de parámetros en la educación.

Decretos como el 217, que impide asentarse en la capital a miles de seres humanos que, por deseo propio, personal o natural desean hacerlo, existen. Y otros muchos dictámenes de este tipo doblegan los derechos ciudadanos. Créanme que cuando hablo de derechos no me refiero a los obtenidos por la salud e instrucción gratuitas, hablo de otros.

Domingos (3)

(Foto: elperiodico)

No voy a dedicarme a verdades bien conocidas sobre los avances y aciertos universales de científicos y médicos cubanos. No son escudos para evadir ni contrarrestar otras verdades: son ara, no pedestal. Es obvio que nuestros hombres de ciencia siempre han estado en el primer escalón de la gloria y merecen respeto por su abnegación como parte del conglomerado de profesionales al que también pertenecemos otros millones. Cada uno de nosotros desde su oficio, ha aportado su brizna. Ellos sirven a la humanidad y han sido un soporte básico para enfrentar la letal epidemia del coronavirus.

Más miradas introspectivas

El pueblo de Cuba estaba acostumbrado al liderazgo auténtico. Desde la mambisada y los gritos de ¡Viva Cuba Libre! en la manigua, hasta el mandato de la Generación Histórica. No se trata de leer discursos vacíos cargados de sofismas. De exponer o leer vacuas palabras que no contienen acciones sobre lo que expresan per se.

Hasta en la retórica del discurso político hay que crear, usar la magia de las palabras, saber crear para atraer. Y es preciso que no se imite, pues las circunstancias no son las mismas. Lo que fuera expuesto por el líder Fidel Castro en otros contextos, fue dicho por él, dígase en Girón o en otros escenarios. Las frases para exhortar a un pueblo no se imitan, no se repiten; se crean otras nuevas desde el corazón.

En estos sesenta y dos años nunca se dijo: «¡Al machete, cubanos!», porque no era el contexto; solo se habló de guerra contra el invasor, contra el enemigo foráneo, no de guerra entre compatriotas. «La orden de combate está dada» nunca fue una arenga desplegada contra un compatriota. Con ella se llamaba a los coterráneos, a los hermanos, a responder ante amenazas externas.

Pero ahora el Gobierno se presenta con un liderazgo condicionado por la opinión de terceros. Es casi imposible dirigir un país donde han existido, y aún existen, poderíos paralelos que se definen por su fuerza económica y su génesis monárquica, por omnipresencias ocultas con la «sartén por el mango».

El poder máximo tiene que establecer control sobre los dictámenes que se originan desde estos bríos. Los engendros económicos solo producen malestar y políticas con soluciones retorcidas, pues a pesar de haber sido creados para resolver problemas de la economía, se entronizan y habitan en sus burbujas de confort y no piensan como el ciudadano común, porque viven alejados de él (el hombre piensa como vive).

Las políticas económicas que la población está rechazando deben ser cambiadas y sus ejecutores, ofrecer disculpas al pueblo que tira del carro. Sus estructuras de ejecución tienen –o al menos así lo exhiben–, el corte de políticas de choque y no responden al dolor y las necesidades.

Los ejecutores pueden actuar con impunidad y contrarios al bien público, por no perder sus prebendas y su exilio revolucionario, que muchas veces enmascara notables escándalos de corrupción, con enjundiosas cuentas en paraísos fiscales u otras innombrables perversiones. Han inventado hasta términos lingüísticos para explicar sus maquinaciones típicas.

Domingos (4)

(Foto: elperiodico)

Políticas a revisar

— Política de cuadros

Uno no tiene toda la verdad entre las manos, pero desde la pantalla de un televisor, desde la tarima del aula o desde la presentación de un libro pueden observarse actitudes en los seres humanos que nos rodean y que hasta entran en nuestros hogares por su carácter repetitivo.

Se notan los caracteres inconvenientes, las improntas de dirigentes de bajo perfil que fueron escogidos para cargos clave de dirección. Se les ve venir, son demasiado predecibles. Y el resultado es un desastre. Muchas veces creo que al escogerlos no se aprecia más allá de los asentimientos, de los patrones culturales de bajo nivel que pululan en muchos de los que sirven en cargos públicos. Los principios no se manifiestan en los rostros, pero hay actitudes que delatan la ineptitud y la simulación de muchos.

— El igualitarismo

La corriente igualitarista que ha plagado muchas políticas ha producido pésimos resultados en el orden social, algo contrario a lo que pudiera esperarse. No somos iguales, ni en el intelecto ni en el desarrollo o evolución social. Hay diferencias notables entre los seres humanos, incluso hasta entre los que desarrollan una misma actividad profesional. Eso no sostiene discusión, pero se ha establecido una serie de políticas que enarbolan estos apegos.

— Los planes de educación

La educación es un logro ineludible de la Revolución, pero arrastra errores de conceptos y dogmas que deben ser removidos. Los planes emergentes, la descarga de contenidos de los programas educativos y muchas otras disposiciones generadas quizás hasta con las mejores intenciones, promovieron miles de personas sin vocación para educar, aunque enseñaban.

Siempre digo que este factor es la base de muchos males que provocan inestabilidad y malestar. Hay que ir a una educación donde se enseñe la civilidad, no solo mediante consignas, que, por repetidas desde la primaria, permanecen vacías de contenido.

Hay necesidad de inculcar valores muy antiguos, como la solidaridad humana, la compasión, la igualdad entre personas de diferentes credos, colores de piel, culturas, extracción social. Deben destronarse las manifestaciones sexistas y otros patrones pseudo-culturales entronizados desde los años primarios de la educación.

Es necesario incluir a todos los actores de la sociedad en esta batalla, crear planes de rehabilitación comunitaria, enseñar —mediante vías apropiadas a los niveles de enseñanza y edades de los educandos—, respeto a la diversidad de actitudes sexuales. La violencia doméstica existe, el machismo existe, la marginalidad existe. Y estos son fenómenos que no se apagan con campañas lights de cartelitos.

La escuela tutelada por planes gubernamentales debe tener más participación en la erradicación de estos males, pero hay que guiar, con ejemplo y sobriedad, a los padres que no inculquen valores en sus hijos.

Domingos (5)

(Foto: elperiodico)

— Las políticas económicas

Me he concentrado respecto a la posibilidad de reconocer gérmenes de una revuelta popular o una revolución moderna, por decirlo de algún modo. Especialistas señalan que hay cinco premisas que pueden medirse si se quiere saber cuándo un país está listo para un proceso de cambio. Obviando los factores externos que no pueden separarse de nuestra realidad, como el bloqueo impuesto a nuestro país, identifico una de estas premisas: el malestar social.

El futuro prometido a mi generación, que ya está en vías de retiro profesional por arribar al orden de los sexagenarios y septuagenarios, se vislumbra muy oscuro. La población cubana está envejecida, ha luchado mucho y carga pesadamente con el fardo de sus hijos en el extranjero, de la separación familiar y la amenazante diáspora.

El sentimiento de inseguridad colma a los que están o entrarán en la tercera edad sin recursos para defenderse. Los jóvenes que permanecen en el país viven también agobiados por miles de preguntas sobre su futuro. No en todos los casos los egresados de carreras universitarias son bien remunerados, y el reconocimiento social pasa primero por la simulación de actitudes que conllevan a la pérdida de valores.

Las generaciones nacidas después de 1959 han pasado por una serie de malestares que son objeto de estudios conscientes. Solo quiero llamar la atención en que el sentimiento de «que nada funciona bien» es una corriente negativa que embarga al ciudadano de a pie.

Comienza desde los malestares culturales de insatisfacción casi invisibles,  pero que tienen su génesis en desigualdades, en la corrupción observada, en los malos manejos de la macroeconomía estatal, que no acepta otros derroteros que no sean sus preceptos y desdeña la entrada al escenario de la economía privada, que, en un final, tributa a las arcas del erario. Incluso, no quiere ni nombrarla con su verdadero apelativo. Se le llama sector no estatal, y no sector privado, como debería.

En pequeñas experiencias, como las llevadas a cabo en La Habana Vieja por Eusebio Leal, se demostró que era posible un socialismo más inclusivo poniendo todo en su lugar. En materia de economía, todo el comercio con sus leyes está inventado desde los fenicios. Entonces, ¿por qué experimentar y fantasear con nuevas fórmulas que solo conllevan a mercados vacíos y penosas imágenes de desolación?

¿No podía haberse hecho un reordenamiento de la economía sin instalar la macabra fórmula de las tiendas en MLC? No creo que esto lo contengan así los ciento un Lineamientos del PCC que el Gobierno estuvo muy apresurado a dar por cumplidos. ¿Ningún lineamiento preconizó la desigualdad que estas políticas generarían? En la semántica de los eslóganes actuales se rechaza la adjetivación real: de choque. Voy a trasponerla para no provocar la ira de Zeus.

No creo lógico el camino por donde enrumbó la economía, que se siguió sin conciencia de que el disenso crecería a ritmo exponencial, hasta chocar con el falso techo de las estrategias que volvían a prometer un futuro socialista paradisíaco.

La realidad es que fue incentivado el malestar social, se aceleraron las desigualdades que produjeron un efecto dominó y, como imán perverso, atrajeron la mirada de un imperio que desde siempre quitó y puso para ejercer su poderío y «caer con esa fuerza más» sobre nuestra tierra. Algo más o menos parecido a tentar al Diablo.

¿Qué relación tiene todo esto con la realidad actual en Cuba?

En semanas anteriores acabamos de vivir una demostración de contradicción que, por nueva y espontánea, produjo en el Estado y Gobierno evidente rechazo.  Vivíamos bajo la égida de unidad condicional, pero relativa y temporal, y su propia negación produjo efectos no esperados ni deseados.

Pero la teoría dice que los contrarios se excluyen y se penetran mutuamente. La relación entre los que se manifestaron y el grupo de poder que representa al Estado producirá de algún modo una renovación, tiene que implicar desarrollo para este país, no involución, porque el Estado es un órgano vivo y va a funcionar como una lucha de clases que será motor impulsor para una Cuba mejor.

Domingos (6)

(Foto: elperiodico)

No hay otro camino, tampoco hay videntes que auguren el tiempo real en que sucederán los cambios para mejor. Al menos, ya esta dejó de ser una sociedad monótona para convertirse en un hervidero de preocupaciones para el Gobierno, obligado a ofrecer soluciones a corto, mediano y largo plazo. Debe escuchar, no taponear sus oídos.

El Gobierno y el Estado pueden sacar provecho de estas situaciones, revertir en favor de la nación cubana estos nuevos paradigmas[1] de disenso y protestas.

¿Cómo me percaté de los errores?

Revisé el enfoque de mis clases de ecdótica. Lo primero que se dice es que un editor debe tener vista de águila entrenada. Vi venir el fenómeno que estamos sufriendo como si fueran las planas de un original, y me basé en las leyes de la dialéctica para explicármelo.

Lo primero es la unión y lucha de contrarios. La praxis como criterio de la verdad. Desde que las aprendí en la universidad traté de explicarlo todo desde esas premisas, teniendo en cuenta los clásicos de la filosofía marxista. Y no se me malinterprete. Me puse en el lugar donde un filósofo se pone, y me dije: estas cuestiones tienen que analizarlas el Partido y el Gobierno como un paso hacia el desarrollo, ya que en ellas se evidencia la unión y lucha de contrarios; y donde existen contradicciones habrá desarrollo. La unanimidad a ultranza, esa que no permite la generación de ideas, hoy, en Cuba, frena el desarrollo.

Todo esto y más de lo que está ocurriendo es un reto para la gobernabilidad. Deben soltarse las ataduras de imposiciones plagadas de obsolescencia y reformar, en primer lugar, los puntos neurálgicos de la economía cubana. Este aprovechamiento al que me refiero se tornará en beneficios sociales, sostenidos en la diversidad e inclusión de todos los ciudadanos y ciudadanas con actitud participativa para levantar nuestro país.

También debe ocuparse del ámbito político, pues los «briosos corceles» que se apuntaron en la carrera no están confundidos, sino asfixiados. Donde encuentren el aire lo tomarán. Déjese de pensar que de nuestros compatriotas el que disiente es enemigo, mercenario o delincuente. Bórrense todas las listas y no se hiera más la dignidad de quienes halan el carro de otra manera, pero están aquí, sufriendo igualmente una nación asediada por predisposiciones internas y por un bloqueo económico externo, ambos obsolescentes.

Escúchense todas las voces y no solo las que se quieren oír. El diálogo permitirá domingos más apacibles y puede llevar hacia un buen camino de paz, amor y dignidad nacionales.

***

[1] Y remito al título que menciono: Los nuevos paradigmas, de Jorge Fornet.

18 septiembre 2021 27 comentarios 2,7K vistas
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libertad

Sentir la libertad

por Consejo Editorial 30 octubre 2018
escrito por Consejo Editorial

Una joven me escribe en torno al post Orientados y gobernados. Considera que debí ser “más dura” en los análisis, y plantea otros elementos que, a su juicio, se deben tener en cuenta; tiene razón en la mayoría de ellos. En una parte de la misiva dice: “personas como ud., sin miedo y fieles al ejercicio de su libertad de expresión pueden y deben hablar”. Esta opinión merece un análisis.

La libertad de expresión no es mi derecho, es un derecho reconocido a todos los ciudadanos cubanos en el proyecto de Ley Magna que se debate. Es más, la Constitución vigente admite, en su artículo 53, “(…) la libertad de palabra y prensa (…)”. Es cierto que el artículo 62 aclara que ellas no pueden ser ejercidas contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista (…)”, y sabemos que muchas leyes decretadas anulan de hecho las libertades reconocidas en ese documento rector, pues la determinación sobre qué es ser fiel o contrario a los fines del Estado socialista es algo que se decide en las oficinas de la burocracia política.

El Proyecto en análisis es superior a la Constitución vigente en cuanto a los derechos que reconoce, que ahora aparecen agrupados en el título cuatro. Se dice allí que el Estado garantiza el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos,y que tales derechos se interpretan de conformidad con los tratados in­ternacionales (artículo 39).

Su capítulo dos se dirige a los derechos individuales, y el tres a los sociales, económicos y culturales. El artículo 59 explicita que el Estado reco­noce, respeta y garantiza la liber­tad de pensamiento, conciencia y expresión. No protege todos esos derechos en igual medida, es verdad, pero es un paso de avance innegable.

Me inquieta entonces que esa joven piense que son otros quienes deban hablar de los problemas de Cuba y no ella, que tantas observaciones tiene. La esencia del asunto radica en que no es lo mismo ser libre que sentirse libre. Ser libre depende más de un contexto jurídico, que garantice determinadas prerrogativas ciudadanas, pero sentirse libre requiere de una actitud cívica en que no se tema practicar esos derechos. Si ser libre depende del entramado jurídico en que se desenvuelvan las personas, sentirse libre obedecerá más a prácticas culturales que involucran a la familia, la escuela y los medios de comunicación.

Mi generación, nacida en el primer lustro de los sesenta, fue la primera del período denominado por la historiografía “Revolución en el poder”. Nos correspondería coexistir, como adolescentes y jóvenes, con la década del setenta, una etapa de gran represión a las expresiones ideológicas, artísticas, sexuales y estéticas que no fueran consentidas por el dogmatismo oficial, el cual se caracterizó por la deformación y perversión del marxismo al asumir su variante soviética. Esta versión estalinista concibió la ideología como “(…) introducción coherente de ideas y concepciones en la conciencia de las masas”.[1]

La palabra introducción merece especial atención, pues incita a la asociación con términos como implantación y quizás imposición; sin embargo, el poder se alcanza también a través de la cooperación, el asentimiento, el consenso y la motivación.

Muchos se han referido a las consecuencias de aquel período para los cubanos, pero la principal constatación de sus terribles secuelas se manifiesta en la imposibilidad que mantenemos, aún hoy, de sentirnos libres. Esa actitud la hemos transmitido a nuestros hijos, y ellos a los suyos, cuando en el seno familiar les aconsejamos “no buscarse problemas” o no ser sinceros si ello puede afectarlos.

Se reproduce también gracias a un tipo de educación mayoritariamente conductista y autoritaria, que se distingue por currículos cerrados, deja poco margen a la experimentación, no toma en cuenta los intereses individuales de los educandos y apela de modo insistente al principio de autoridad en el terreno de la Historia y de las ideas filosóficas y políticas.

A través del lenguaje expresamos nuestras ideas y opiniones, sin embargo, la enseñanza del Español en las escuelas cubanas, desde la enseñanza elemental hasta la universitaria, prioriza formas comunicativas verticales, como la descripción o la composición, casi siempre de temas orientados por el profesor. En cambio, es poco frecuente que se cultive el ensayo, que permite mayor libertad en el planteamiento de las ideas y fomenta la contrastación de tesis, confiriéndole así un rol más activo a los alumnos.

Nuestros medios, por su parte, no potencian el sentido de libertad cuando mantienen una visión restringida y excluyente que le impide abrirse a todas las zonas de ideología, que no admite la polémica, la contrastación de ideas y a la diversidad de pareceres, incluso dentro de un marco de discusiones pro-socialistas. Plataformas como internet, que pudieran democratizar el acceso a la información y contribuir al sentido de libertad, están limitadas en Cuba para las grandes mayorías, dados sus altos precios y la necesidad de una infraestructura que no todos poseen.

Únicamente si se analiza el tema desde todas estas perspectivas se logrará entender cómo se pueden modelar las mentalidades y por qué es tan difícil desterrar estados de opinión y modos de actuación, entre ellos la percepción de no ser libres aun cuando nuestras leyes establezcan importantes cuotas de derechos encaminados al ejercicio de la libertad.

Debemos abandonar esa actitud temerosa, apocada, que no permite que nos apreciemos como ciudadanos libres. Es una condición impropia de estos tiempos pues nació en el pasado, bajo condiciones en su mayor parte superadas. Si nos sintiéramos libres, los miembros de la UNEAC podríamos debatir abiertamente el Proyecto de Constitución a través de nuestra organización. Ningún precepto legal lo impide, al contrario el artículo 54 de la Constitución vigente plantea:

“Los derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos por los trabajadores, manuales e intelectuales, los campesinos, las mujeres, los estudiantes y demás sectores del pueblo trabajador, para lo cual disponen de los medios necesarios a tales fines. Las organizaciones de masas y sociales disponen de todas las facilidades para el desenvolvimiento de dichas actividades en las que sus miembros gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión, basadas en el derecho irrestricto a la iniciativa y a la crítica”.

Todas las constituciones del mundo no harán de nosotros personas libres si no nos sentimos así en nuestro interior. La ética filosófica señala que la libertad se fundamenta en la autoconciencia y la responsabilidad moral. Por tanto, el individuo no puede remitir su propia libertad/responsabilidad a ningún otro. Quien tenga una opinión no debe callarla. El que lo hiciere está cometiendo un acto de castración humana y cívica.

[1]Z. Berbéshkina, D. Zerkin, L. Yákovleva: ¿Qué es el materialismo histórico?, Editorial Progreso, Moscú, 1986, p.134.

30 octubre 2018 61 comentarios 1,6K vistas
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