El plebiscito para aprobar una nueva constitución en Chile celebrado este domingo concluyó con un aplastante triunfo para el Rechazo, opción que acumuló el 61.86 % de los votos frente a un 38.14 % de los ciudadanos que respaldaron el Apruebo.
Luego de conocerse los resultados, el presidente Gabriel Boric —quien asumiera en marzo como abanderado de un periodo de transformación estructural de la sociedad chilena— convocó a todos los representantes de partidos políticos y del Congreso a una reunión en el Palacio de la Moneda para impulsar un nuevo proceso constitucional desde este lunes.

Gabriel Boric, presidente chileno
La respuesta de los presidentes de Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente, ambos de derecha, fue que no acudirían. Ello contrasta con el compromiso anterior de los sectores opuestos al proceso, que expresaron su disposición a continuar trabajando en el cambio constitucional aunque se impusiera el Rechazo.
Si bien los sondeos apuntaban a la victoria del no, el pronóstico vislumbraba un escenario de mayor equilibrio. Entre los puntos medulares que introducía la nueva propuesta figuran la declaración de Chile como un Estado ecológico y plurinacional, el reconocimiento de los pueblos originarios, la democracia paritaria, así como el derecho humano a la educación y al agua; este último de especial relevancia por tratarse del único país del mundo en que dicho recurso es manejado por capital privado.

El rechazo acumuló el 61.86 % de los votos
Sin embargo, aun cuando el proceso contara con gran apoyo popular en sus inicios, factores como la inseguridad ciudadana y la inflación interanual superior al 13%, unido a la ausencia en el texto de referencias a los partidos políticos y el sistema electoral, abrieron el margen a que ganara la opción del no. Llama la atención igualmente para un gobierno de izquierda que la preferencia por el rechazo fue más amplia en los municipios de ingresos más bajos, los que a su vez destacaron por aportar una alta participación.
Algunas lecturas apuntan que el Rechazo es también un llamado a la actual administración de Boric, quien lleva seis meses en el cargo y entró a la escena política de la nación durante las protestas estudiantiles de 2011. Asimismo, fue uno de los principales defensores de la nueva Carta Magna y una de las firmas más visibles del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, tras meses de estallido social.
Aunque en aquel entonces existió consenso en el país para convocar a una Asamblea Constituyente, el mensaje enviado este domingo por el pueblo chileno señala una profunda división social. El futuro inmediato exigirá cohesión, diálogo y trabajo por parte de las fuerzas progresistas que aspiran a un rompimiento simbólico con el legado de la dictadura de Pinochet.